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“Año del Diálogo y la Reconciliación Nacional”

Universidad Nacional de Ucayali

FACULTAD DE EDUCACION Y CIENCIAS SOCIALES


Escuela de Ciencias de la Comunicación

TEMA : El derecho a la libertad de expresión

ASIGNATURA : Legislación en las comunicaciones

DOCENTE : Luis León Piña

CICLO : VI

INTEGRANTES : Huaya Cauper Liz Karol

Marin Ross Morrey Airthon Gregory

Pucallpa – Perú

2018
DEDICATORIA

Dedicamos el presente trabajo a


nuestros padres por brindarnos
su apoyo incondicional y así
mismo por alentarnos a seguir
adelante con nuestra carrera
profesional.

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ÍNDICE

Caratula 01

Dedicatoria 02

Índice 03

Introducción 04

EL DERECHO A LA LIBERTAD DE EXPRESION 05

Regulación 08

Importancia 10

Libertad de prensa 12

Censura 14

Rectificación 16

Conclusión 19

Bibliografía 20

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INTRODUCCIÓN

La libertad de expresión y de opinión es un derecho clave para el derecho a


proteger y promover los derechos humanos que está protegido por la
Declaración sobre los defensores de los derechos humanos, adoptada en 1998
por las Naciones Unidas. Este derecho a proteger y pro-mover los derechos
humanos se concreta a través del ejercicio de otros derechos humanos, como la
libertad de expresión y de opinión, que están configurados de modo instrumental
en la DDDH.

Al proteger la libertad de expresión y de opinión no sólo se protege un derecho


individual, sino que ello revierte en una protección colectiva de la posibilidad de
reivindicación y denuncia de las violaciones de los derechos humanos, de una
actividad de crítica y debate sobre nuevas ideas, y de una manifestación de
aquellas ideas que incluso molestan o que manifiestan la disidencia. A su vez, la
promoción y protección de los derechos humanos es un tipo de discurso que,
como hemos visto requiere una protección específica para hacer frente a las
restricciones indebidas a este derecho. La contribución que realizan los
defensores de los derechos humanos y particularmente, los periodistas, nos
permite no sólo estar informados, sino también pensar y actuar sobre los
derechos humanos.

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EL DERECHO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

La libertad de expresión forma parte del conjunto de derechos fundamentales


reconocidos en las primeras declaraciones de derechos revolucionarias del
siglo XVIII, es decir, constituye una de las primeras conquistas del
constitucionalismo liberal. El objeto del reconocimiento de este derecho,
como el de la mayor parte de los derechos que se reconocen en aquel
momento, es la garantía de un espacio de libertad del ciudadano frente a las
injerencias de los poderes públicos. Así pues, estamos ante uno de los
clásicos derechos de libertad frente al Estado, aunque, hoy en día, su
estructura y contenido no son exactamente los mismos que los que definieron
a la libertad de expresión en el Estado liberal, sino que la transformación de
ese Estado en Estado social ha dotado a esta libertad de una estructura y un
contenido diferentes.
Antes de analizar el derecho a la libertad de expresión debemos señalar
que, con carácter general, esta libertad tiene su fundamento y es
manifestación externa de otro derecho fundamental: la libertad ideológica. Así
lo ha reconocido nuestro Tribunal Constitucional, que considera que la
libertad ideológica no se agota en una dimensión interna del derecho a
adoptar una determinada posición intelectual ante la vida y cuanto le
concierne y a representar o enjuiciar la realidad según personales

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convicciones, sino que comprende además una dimensión externa de agere
licere con arreglo a las propias ideas, y que entre las manifestaciones
externas de dicha libertad figura muy principalmente la de expresar
libremente lo que se piensa (por todas, STC 120/1990, FJ 10).
El derecho fundamental a la libertad de expresión se reconoce en el art.
20 de nuestra Constitución, pero, a la vista del contenido de dicho artículo, a
la cláusula “libertad de expresión “ se le atribuyen dos sentidos, uno amplio y
otro restrictivo:
a) En sentido amplio, la libertad de expresión se entiende comprensiva
de las diferentes “libertades” que puede ejercer un ciudadano en la posición
de emisor en el proceso de la comunicación y que se definen en las cuatro
letras del art. 20, apartado 1, de la Constitución: la libertad de “expresar y
difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra,
el escrito o cualquier otro medio de reproducción” (art. 20.1.a); la libertad de
“producción y creación literaria, artística, científica y técnica” (art. 20.1.b ); la
“libertad de cátedra” (art. 20.1.c ); y la libertad de “comunicar libremente
información veraz por cualquier medio de difusión” (art. 20.1.d ).

b) En sentido restringido, la libertad de expresión no protege cualquier


tipo de manifestaciones externas de la posición intelectual de una persona,
sino sólo la emisión de juicios personales y subjetivos, creencias,
pensamientos, ideas y opiniones. Así entendida, la libertad de expresión sería
sólo la libertad reconocida en el art. 20.1.a) de la Constitución, a la que el
Tribunal Constitucional ha denominado “libertad de expresión en sentido
estricto” (STC 51/1989, FJ 3), “libertad de opinión” (STC 104/1986, FJ 5) o
simplemente “libertad de expresión” (STC 199/1987, FJ 12 ), y no
comprendería las otras libertades reconocidas en el art. 20.1 de la
Constitución , que se diferenciarían de aquélla por lo siguiente:
1. La libertad de producción y creación literaria, artística, científica y
técnica (art. 20.1.b CE) es, como ha reconocido el Tribunal Constitucional,
una concreción del derecho a expresar y difundir libremente pensamientos,
ideas y opiniones, pero “en ámbitos específicos”, y, por ejemplo, “referida a

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las obras teatrales presupone no sólo la publicación impresa del texto literario,
sino también la representación pública de la obra” (STC 153/85, FJ 5 ).
Conviene señalar aquí que no se debe confundir esta libertad con los
derechos de propiedad intelectual e industrial, que son derechos sobre la obra
ya creada cuyo objetivo es proteger los intereses patrimoniales del creador y
que no son derechos fundamentales (así lo ha entendido el Tribunal
Constitucional, ATC 197/1982).

2. La libertad de cátedra (art. 20.1.c CE) es una proyección de la libertad


ideológica y del derecho a difundir libremente los pensamientos ideas y
opiniones de los docentes en el ejercicio de su función. Consiste, por tanto,
en la posibilidad de expresar las ideas o convicciones que cada profesor
asume como propias en relación con la materia objeto de su enseñanza (STC
217/92, FJ 2 ). Las dos notas más destacadas de la jurisprudencia
constitucional sobre este derecho son: en primer lugar, el reconocimiento de
su titularidad, no sólo a los docentes universitarios, sino también a los
docentes de niveles educativos no universitarios; y, en segundo lugar, su
interpretación sistemática junto con los restantes derechos y libertades que
se ejercen en el ámbito docente e investigador (la libertad de enseñanza, el
derecho a la educación y la autonomía universitaria), interpretación de
acuerdo con la cual el Tribunal considera que el contenido de la libertad de
cátedra se ve necesariamente modulado por la acción combinada de dos
factores: la naturaleza pública o privada del centro docente y el nivel
educativo al que tal puesto docente corresponde (STC 5/1981, FJ 9 y 10).

3. La libertad de información (art. 20.1.d CE) puede considerarse como


una simple aplicación concreta de la libertad de expresión (STC 6/1981, FJ 4
) que protege la transmisión de hechos, datos o noticias (por todas, STC
52/2002, FJ 4 ), no la transmisión de juicios de valor, aunque lo cierto es que
en muchas ocasiones ambos elementos aparecen confundidos; en estos
casos, de acuerdo con el criterio del “elemento preponderante” adoptado por
el Tribunal Constitucional (por todas, STC 34/1996, FJ 4 ) estaremos ante un

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derecho u otro según cuál sea el elemento que predomine en el mensaje
emitido: si predominan los elementos valorativos estaremos ante el ejercicio
de la libertad de expresión, y si, por el contrario, predominan los elementos
fácticos estaremos ante el ejercicio de la libertad de información (SSTC
6/1988, FJ 5 ; 105/1990, FJ 4; 190/1992, FJ 5; 176/1995, FJ 2, entre otras).
De esta diferenciación entre libertad de expresión y libertad de información
derivan importantes consecuencias: para el ejercicio legítimo de esta última
se exigen dos límites específicos e internos, la veracidad y el interés público,
que no operan en relación con la libertad de expresión en tanto que libertad
de transmisión de opiniones.
Hechas estas distinciones, nos referiremos a continuación al derecho a
la libertad de expresión en sentido estricto, advirtiendo, no obstante, que lo
que se afirma de la libertad de expresión en sentido estricto vale también, en
principio y por regla general, para los restantes derechos y libertades
reconocidos en el art. 20.1 CE.

REGULACIÓN

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El debate acerca de la regulación de los contenidos que se publican en las
redes sociales vuelve a surgir de tanto en tanto en nuestro país. Algunos
usuarios denuncian que estas intenciones regulatorias van en contra de la
libertad de expresión de la ciudadanía, mientras que algunas autoridades
mencionan que no se pueden permitir contenidos delictivos. Entonces, surgen
cuestionamientos acerca de los límites de la libertad de expresión en
espacios digitales: ¿Se puede amenazar de muerte ya sea al Presidente o a
cualquier persona en las redes sociales? ¿Podemos insultar o calumniar a
alguien en redes sociales? ¿La solución es vigilar comunicaciones públicas y
privadas en redes sociales, o prohibirlas?
Lo primero que se debe aclarar es que las redes sociales que usamos
masivamente en Perú son espacios privados, les pertenecen a las empresas
que han desarrollado el software y las administran, sea Facebook, Twitter,
WhatsApp u otra. Así que lo que sucede en esos espacios digitales está
regulado por el contrato de Términos de Uso que todos aceptamos al abrir
una cuenta. Si bien es cierto que casi nadie lee esos términos antes de marcar
el cuadradito de aceptación, esas son las reglas de comportamiento en las
redes sociales y es mejor conocerlas. El Estado Peruano puede hacer muy
poco en esas relaciones, ya que suceden entre privados (una empresa y una
persona) y se regulan bajo las leyes de otros Estados.

¿Qué dicen esos términos acerca de contenidos difamatorios, de amenazas,


apología del delito u otros más graves como la trata de personas y la extorsión
en línea? Facebook, la red social más usada en Perú, señala: “No utilizarás
Facebook para actos ilícitos, engañosos, malintencionados o
discriminatorios” y también: “No molestarás, intimidarás ni acosarás a ningún
usuario”. El procedimiento en caso que esto suceda es enviar una denuncia
a la administración de la red social para que borre los contenidos o elimine
una cuenta, grupo o página. ¿Solo eso? Nada más porque las redes sociales
no tienen un poder judicial que procese delitos. Como máximo, estas
empresas pueden facilitar indicios de prueba para un proceso.

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En caso de delitos como difamación, amenazas a la integridad o cualquier
otro, se deben iniciar procesos en el marco de la normativa de cada país. Sin
embargo, un problema común en estos casos es la identificación de la
identidad de la o las personas que estarían publicando esos contenidos. Es
difícil de probar, ya que la persona puede negar ser la autora de la publicación
y más aún si es un anónimo. Se requiere pasos adicionales para saber quién
verdaderamente publicó los mensajes. En este caso, se puede pedir el IP
(número de identificación de la conexión a internet) y el correo electrónico
asociado a la cuenta, a la administración de la red social. Estas empresas
pueden negar esa información de acuerdo con sus propios criterios; pero si
la solicitud es realizada en el marco de un proceso judicial, lo más probable
es que no lo nieguen.

IMPORTANCIA:

La libertad de expresión es uno de los pilares más importantes de la


democracia; y es que sin esta libertad, no podemos hablar de un país
democrático. Esto es debido a que la libertad de expresión es la principal
herramienta para que todos los grupos sociales integrantes en una sociedad
puedan dar su opinión y debatir sobre determinados temas de interés general,
tales como temas jurídicos, sociales y políticos. Una medida para que se

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escuche a todos por igual y que se tenga en cuenta cuáles son sus
demandas.

Sin libertad de expresión el pueblo queda reprimido, indefenso ante las


decisiones de un gobierno autoritario. Así, si se coacciona o se prohíbe la
libertad de expresión, lo más probable es que una sociedad explote y termine
en una revolución. Pues al no escuchar lo que los ciudadanos tienen que decir
y decidir por ellos de forma unilateral, el malestar irá creciendo hasta crear
una situación insostenible.

En este punto anterior debemos recordar si la característica principal de una


democracia es la libertad de expresión, la característica de una dictadura es
la falta de la misma. Situaciones políticas en las que hablar abiertamente
sobre nuestras opiniones puede perjudicarnos enormemente.

Cabe destacar que la libertad de expresión forma parte de los conocidos


como Derechos Humanos, estando recogida en la Declaración Universal
desde 1948. Aun así, desgraciadamente no en todos los países del mundo
se da; y es que en muchos lugares, intentar tener libertad de expresión puede
terminar en cárcel, en el mejor de los casos.

Los principales enemigos de la libertad de expresión son por ejemplo la


censura, tanto de opiniones a título personal como la difusión de cualquier
artículo periodístico; y es que hay que destacar que la libertad de prensa está
estrechamente relacionada con la libertad de expresión.

Si bien es cierto que la libertad de expresión es un derecho, hay que tener en


cuenta que en determinados momentos debemos usarlo con mucho cuidado.
Podemos así, amparados en nuestra libertad de expresión, acudir a la prensa
para destapar un caso de corrupción. No obstante, debemos saber que para
acusar a alguien tenemos que contar con las pruebas suficientes; pues

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además de libertad de expresión también existe una cosa llamada
responsabilidad ulterior.

Esta responsabilidad ulterior nos hará responsables de todo lo que digamos,


tanto si son difamaciones o acusaciones falsas. En estos casos, la libertad de
expresión puede costarnos cara y terminar en una multa económica bastante
grande, por atentar contra reputación de una persona, más si esta persona
es un cargo público y vive de su imagen.

LIBERTAD DE PRENSA

“La lucha contra la desinformación es uno de los grandes retos de la libertad


de prensa”, explicó en un comunicado RSF. En su película, que puede ser
emitida por canales de televisión, por las redes sociales o por las páginas de
internet que lo quieran, se ponen en paralelo los daños humanos causados
por todo tipo de productos adulterados o falsificados -como alimentos,
fármacos o piezas de aviones- con los efectos políticos de la información
falsificada.

Su principal conclusión es que la principal víctima de la desinformación es la


democracia. El secretario general de la organización, Christophe Deloire,

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advirtió de que “los contenidos producidos de forma rigurosa y honesta sufren
cada vez más la competencia desleal de contenidos patrocinados y de
rumores”.

“Las informaciones falsas circulan más fácilmente que las dignas de


confianza por sesgos cognitivos de los seres humanos. No podemos
permanecer pasivos ante los riesgos para la sinceridad del debate público,
para la democracia”, añadió Deloire, que insistió en el trabajo de RSF para
promover de forma concreta “la libertad, la independencia y el pluralismo del
periodismo”.

Este 2018, la UNESCO celebra la 25ª edición del Día Mundial de la Libertad
de Prensa, en un acto organizado conjuntamente por la UNESCO y el
Gobierno de la República de Ghana, que se celebra en Accra, Ghana, y cuya
máxima es “Los frenos y contrapesos al poder: medios de comunicación,
justicia y estado de derecho”.

Recordemos que en 1993 la Asamblea General de las Naciones Unidas


proclamó el 3 de mayo como Día Mundial de la Libertad de Prensa, para
“fomentar la libertad de prensa en el mundo al reconocer que una prensa libre,
pluralista e independiente es un componente esencial de toda sociedad
democrática”.

Cada año, instituciones y personalidades de todo el mundo recuerdan la


libertad de ejercicio del periodismo. La Unesco convoca cada 3 de mayo a
todos los países miembros y a sus sociedades a reflexionar sobre la libertad
de prensa.

La libertad de prensa, sin ninguna duda, es un elemento central del derecho


más amplio a la libertad de expresión. La prensa (en sus varias plataformas)
juega un papel central al informar de forma contextualizada sobre los temas
relevantes para todos los ciudadanos y ciudadanas, al agendar en debate

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público las cuestiones centrales para el desarrollo y la democracia, al actuar
como “perro-guardián” de los gobiernos y otros actores.

Por eso, es fundamental que pueda ejercer su trabajo con libertad. Esta
libertad está amenazada de muchas formas: censuras directas a través de
leyes que no respetan los estándares internacionales, concentración de
medios, violencia contra medios y periodistas, impunidad en los crímenes
cometidos contra medios y periodistas, violencia digital, auto-censura, entre
otras. El rol de UNESCO es trabajar para que la libertad de prensa sea
garantizada y profundizada.

CENSURA:

La libertad de prensa es un derecho humano fundamental, el cual es


frecuentemente violado por distintos gobiernos. Consiste en poder expresar
cualquier pensamiento, tanto político, económico, social, religioso, por medio
de palabras, imágenes, pintura, videos y acciones (protestas pacíficas,
demonstraciones y exhibiciones).

En un país donde se practique la democracia, debe haber libertad de prensa,


“porque permite el debate, la discusión y el intercambio de ideas entre actores
políticos y demás integrantes de la sociedad en torno a temas de interés
público.” (Significado de Libertad de expresión, s.f). Además que ayuda a
crear la transparencia del gobierno. Es por esto, que territorio que viole este

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derecho no se puede considerar democrático, tendría un gobierno autoritario,
en la mayoría de los casos, con aspiraciones al comunismo o dictadura.

Sin embargo, el quebrantamiento de este derecho no comenzó por


regímenes políticos, sino cuando prohibían la libre expresión de la religión,
raza o inclinación sexual en las antiguas poblaciones donde sin tolerancia
alguna mataban a la persona con ideas o pensamientos contrarios.

Por otro lado, una herramienta utilizada por líderes no-democráticos, tanto
gobiernos o grupos que ejerzan presión, para violar el derecho a la libertad
de expresión es la censura, la cual puede afectar tanto directa como
indirectamente.

Fue vista por primera vez cuando se inventó la imprenta, fue una de las
primeras maneras de expresarse públicamente, al principio no se regían por
ningún tipo de leyes y es por esto que tenían libertad de escribir lo que
quisieran, luego cuando las personas lo leían, ya era muy tarde para
modificarlo y el daño ya estaba hecho. Entonces unos años después
decidieron aplicar la censura como medida de control del contenido que se
iba a imprimir.

Así, la censura se define como:

La forma de control previo a la difusión de ideas, opiniones, informaciones y,


en general, de todo mensaje que sea emitido a través de un medio de
comunicación masivo o social. Persigue que el mensaje no pueda ser
producido por su emisor o fuente, impidiendo su revelación. Inicialmente sólo
se aplicó a la imprenta; pero, poco a poco fue extendiendo sus efectos a otras
formas de comunicación que el hombre fue desarrollando como medios aptos
para transmitir mensajes. (Leitao, s.f)

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Normalmente es usada por los gobiernos para impedir que información de
ideas contrarias al de ellos sea difundida, y para asegurar que la moral y el
pensamiento político estén regulados.

Hay algunos casos donde la censura es utilizada para evitar daños en


personas, es decir, cuando prohíben violencia, sexo, algún tipo de comentario
clasista, racista en imágenes, textos, obras, discursos, previendo ofensas y
traumas.

RECTIFICACION:

La resistencia de los medios a corregir los errores y tergiversaciones es


generalizada. Muy pocas veces rectifican, y si lo hacen, suele ser tarde y de
manera disimulada. Aunque el derecho de réplica y rectificación figura en la
legislación y en los diferentes códigos de autorregulación vigentes, los
afectados por informaciones erróneas, imprecisas o sesgadas pocas veces
pueden ejercerlo realmente.

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Buscar la verdad, comprobar los datos, contrastar las diferentes versiones en
conflicto y, si a pesar de todo, se yerra, rectificar con prontitud. Esta sería la
actitud que cualquier profesional del periodismo consideraría necesaria para
garantizar un ejercicio profesional exigente y riguroso. Es decir, para hacer
periodismo de calidad. Muchos periodistas se esfuerzan por cumplir la
primera parte del enunciado. La última, muy pocos. La resistencia de los
medios a corregir los errores y tergiversaciones es generalizada. Muy pocas
veces rectifican, y si lo hacen, suele ser tarde y de manera disimulada.
Aunque el derecho de réplica y rectificación figura en la legislación y en los
diferentes códigos de autorregulación vigentes, en la práctica, pocas veces
los afectados por informaciones erróneas, imprecisas o sesgadas pueden
ejercerlo realmente. Y la tendencia que se observa con los cambios que la
revolución digital introduce en el ecosistema mediático no es a mejor, sino a
peor.

Si nos atuviéramos a parámetros cuantitativos, podríamos concluir que el bajo


índice de rectificaciones se corresponde con un alto nivel de calidad
informativa. Pero no es el caso. Errores se producen, y muchos, como
podemos ver a través de las quejas que llegan a los órganos de
autorregulación. En cambio, el número de rectificaciones publicadas es
sorprendentemente bajo, pese a que la normativa española sobre el derecho
de rectificación es, en teoría, una de las más favorables al demandante. De
hecho, la Ley Orgánica del Derecho de Rectificación de 1984 que lo regula
fue concebida precisamente como un mecanismo de contrapeso para corregir
la manifiesta asimetría que se produce entre el gran poder de los medios y la
escasa capacidad de incidir sobre ellos de quienes pueden verse afectados
por una información.

Como puede verse en la documentación sobre el debate parlamentario que


precedió a la ley, el legislador quiso establecer un instrumento de respuesta
rápida y eficaz que garantizara el ejercicio del derecho: diez días desde la
aparición de la información para publicar la réplica y otros siete para que el

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juez decida si el medio la rechaza. Y lo estableció así porque, según el
catedrático de Derecho Constitucional Javier García Roca, partía de la idea
de que los medios son, por su naturaleza y por la forma en que tienden a
actuar, “potencialmente transgresores de los derechos de la personalidad”
(Estudios de Derecho Judicial, Vol. 39/2001). Pero lo que el legislador
seguramente no contempló es que esa regulación tan favorable fuera a
provocar, precisamente por ello, una resistencia tan numantina por parte de
los medios. El resultado ha sido justo el contrario del que se pretendió. El
derecho apenas se ejerce.

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CONCLUSIÓN

Las únicas limitaciones que tiene la libertad de expresión son a posteriori, esto
es, que primero debe producirse la conducta, o la tentativa y después se debe
sancionar, a través de un proceso donde la persona se pueda defender, sin
embargo, es de advertirse que las restricciones pueden convertirse en
verdaderos limites que podrían hacer nulo nuestro derecho, pues ante la
ausencia de definiciones conceptuales y de ambigüedades, es difícil precisar el
límite de las mismas

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BIBLIOGRAFÍA:
 Miembros Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas
(1948). Declaración Universal de los Derechos Humanos: Organización
de las Naciones Unidas. Recuperado de:
http://www.un.org/es/documents/udhr/

 Significado de Libertad de Expresión (s.f). Recuperado de:


http://www.significados.com/libertad-de-expresion/

 Leitao, F (s.f). Censura y Libertad de Expresión. Recuperado de:


http://www.duoc.cl/etica/pop-up/doc-fet00/d1.htm

 CLASIFICACIÓN MUNDIAL 2016 de la Libertad de Prensa: La paranoia


de los dirigentes frente a los periodistas, sitio digital 'Reporteros sin
Fronteras'.

 «Do journalists have the right to work in Chechnya without accreditation?».


Moscow Media Law and Policy Center. marzo de 2000. Archivado desde
el original el 9 de octubre de 2008. Consultado el 6 de septiembre de 2008.

 «India praises McCain-Dalai Lama meeting». Washington, D.C.:


WTOPews.com. 27 de julio de 2008. Consultado el 6 de septiembre de
2008.

 «Indonesia: Police Abuse Endemic in Closed Area of Papua». Human


Rights Watch. 7 de mayo de 2007. Archivado desde el original el 15 de
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 «China criticizes McCain-Dalai Lama meeting». Washington, D.C.:


WTOPews.com. 27 de julio de 2008. Consultado el 6 de septiembre de
2008.

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