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M. 438. XXXIII.

RECURSO DE HECHO
Manucci, Gabriela Josefina y otros s/ homicidio culposo –causa nº -

Buenos Aires, 12 de noviembre de 1998.


Vistos los autos: "Recurso de hecho deducido por Juan Carlos Cuello y Fabiana
Patricia Ventimiglia de Cuello en la causa Manucci, Gabriela Josefina y otros s/
homicidio culposo - -", para decidir sobre su procedencia.
Considerando:
1) Que contra la sentencia de la Sala VII de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Criminal y Correccional, que absolvió a la médica Mabel Elsa Navone de Maldonado
del delito de homicidio culposo, la querella interpuso recurso extraordinario, cuya
denegación motivó esta presentación directa.
2) Que de las constancias de autos surge: a) que el 11 de junio de 1990 la señora
Fabiana Ventimiglia de Cuello se internó en la sección "Maternidad" del Hospital Militar
Central, con diagnóstico "rotura precoz de membrana"; b) que el 12 de junio en horas
de la mañana la parturienta comenzó a tener contracciones, siendo revisada a las 8,10
por la obstetra Flores quien comprobó que la nombrada "estaba con cuatro
centímetros de dilatación, con pérdida de líquido ammniótico claro, y 140 latidos
fetales
por minuto" (fs. 35/37); c) que a las 9 se efectuó la recorrida habitual del servicio, a
cargo de la procesada -jefa médica militar-, la doctora Manucci -médica de guardia- y
las obstetras Flores y Cintas; ocasión en que la doctora Navone revisó a la señora de
Cuello y dispuso la inducción del parto mediante goteo; además decidió que la doctora
Manucci debía dirigirse al sector consultorios externos de obstetricia –ubicado en el
edificio "Pacce"- y al así disponer, le dijo a las obstetras que la dicente y la médica
Rosello se quedaban en el piso para prestar los servicios médicos pertinentes; d) que
a las 12,50 la señora de Cuello manifiesto sensación de pujo, siendo revisada por la
obstetra Flores quien advirtió que "estaba con dilatación completa y presentación
cefálica en primer plano", por cuya razón trasladó a aquélla a la sala de partos y
solicitó la presencia de la doctora Navone, comprobándose que ésta no estaba en el
piso, como así tampoco la doctora Rosello, debido a que había acompañado a aquélla
a realizarse una ecografía; e) que a las 13,10 Flores colocó a la paciente en posición
ginecológica, dado que la misma pujaba y se encontraba con dilatación completa y al
auscultarla -acto que también realizó la obstetra Cintas- percibió que los latidos fetales
habían caído a ciento veinte, y dado que no pudieron ser habidas las mencionadas
médicas -Navone y Rosello- se requirió la presencia de la doctora Manucci; f) que
alrededor de las 13,25 la doctora Navone ingresó a la sala de partos en compañía de
la doctora Rosello, habiendo efectuado la última una técnica de compresión del útero
para lograr la expulsión, que no dio resultado; g) que a las 13,30 arribó la doctora
Manucci quien extrajo el niño con fórceps, h) que de las pericias médicas obrantes en
autos surge que la criatura padeció un prolongado sufrimiento fetal -aproximadamente
media hora-, que "nació con vida con lesiones gravísimas en el cerebro producidas por
falta de oxigenación cerebral durante el trabajo de parto" (fs. 30) y que falleció a los 14
meses por edema agudo de pulmón por bronquioalvelitis, habiéndose acreditado la
relación de causalidad "mediata" con los daños sufridos al nacer (fs. 345/369).
Asimismo los peritos estimaron que la procesada - y también la doctora Rosello-
debieron haber tomado los recaudos del caso al retirarse del lugar, a los efectos de
que la obstétrica tuviera a su alcance a la doctora Manucci "para cualquier caso que
requiriera su intervención profesional" (fs. 369) y según estimación del perito de la
querella las médicas militares omitieron solucionar la
urgencia médica al ingresar a la sala de partos mediante la toma de fórceps y no
esperar -como lo hicieron-, la llegada de la doctora Manucci (fs. 510/515).
3) Que el magistrado de primera instancia condenó a la doctora Navone de Maldonado
por el delito de homicidio culposo. Para así decidir expresó que habiéndole ordenado a
la médica civil el traslado a otro sector del hospital, "bajo ningún aspecto, tendría que
haberle solicitado a la doctora Rosello que la acompañara a hacerse unas placas...sin
dejar ningún otro profesional de la misma especialidad a cargo del servicio...". Sostuvo
que ello fue lo que determinó el sufrimiento fetal prolongado, que en definitiva le
ocasionó la muerte meses después. Asimismo responsabilizó a la procesada por no
haber prestado los servicios médicos pertinentes al ingresar a la sala de partos.
4) Que el tribunal a quo revocó la sentencia condenatoria y absolvió a la procesada
Navone por aplicación de la norma contenida en el art. 13 del Código de
Procedimientos en lo Criminal. En el relato de los hechos expresó que "la primera en
llegar a la Sala de Partos fue la Dra. Manucci logrando acelerar el trabajo de parto
mediante la utilización de fórceps por estar frente a una urgencia médica e intentar
lograr así cesar el sufrimiento fetal...fue para ese entonces cuando arribaron a la Sala
de Partos las restantes facultativas médicas, quienes como fuera establecido,
observaran la tarea en que se encontraba la jefa de guardia Dra. Manucci...". Al
revocar la sentencia condenatoria, los jueces de cámara manifestaron que "no hubo
inercia y la omisión no fue adecuadamente acreditada, pudiendo haber sí existido una
negligencia por parte de la Dra. Navone de Maldonado...Empero, no vislumbro que
esa negligencia que pudo también ser irresponsabilidad en haberse alejado del piso
como lo hiciera, al momento de hacerlo hubiera debido ser evitado por existir algún
paciente que presentara un cuadro o diagnóstico de gravedad o importancia, situación
que se observa no se diera...Tampoco creo que se le pueda imputar omisión en no
haber actuado, pues lo hizo la Dra. Manucci Jefa de Guardia y su intervención se
realizó conforme a los recaudos que el caso imponía, mediante la utilización de los
fórceps...entonces no ha quedado demostrado que el menoscabo físico de la criatura
al nacer reconociera como causa la inacción de la profesional". Concluyó descartando
eficacia como prueba de cargo del peritaje médico de fs. 351 -que determinó la
existencia de la relación de causalidad "mediata" entre la causa de la muerte y los
daños sufridos al nacer-, sobre la base de que "el mencionado juicio evaluativo
constituye una afirmación que si bien resultara apodíctica, no contara con mayores
datos que precisara tal aseveración...".
5) Que el apelante se agravia con sustento en la doctrina de esta Corte sobre
arbitrariedad. En lo esencial aduce que la sentencia impugnada tiene fundamento sólo
aparente, se basa en apreciaciones que contradicen constancias de la causa -
especialmente al haber afirmado que la doctora Manucci llegó antes que la procesada
y la doctora Rosello a la sala de partos-, omite valorar pruebas incorporadas a la
causa -entre ellas el expediente administrativo labrado en el Hospital Militar y el
memorándum de fs. 270 que informa de la subordinación de las médicas civiles a la
militar-, prescinde de valorar las disposiciones aplicables al caso.
6) Que si bien la tacha de arbitrariedad no es aplicable a la discrepancia del apelante
con la apreciación crítica de los hechos y la interpretación de las pruebas y normas de
derecho común efectuadas por el tribunal a quo, cualquier que sea su acierto o error,
no lo es menos que si el razonamiento argumentativo que sustenta la sentencia se
aparta de las reglas de la sana crítica judicial de tal modo que prive una solución
manifiestamente contraria a las reglas de la lógica y la experiencia esto es, del
correcto entendimiento judicial, el recurso extraordinario resulta procedente (Fallos:
314:685).
7) Que todos y cada uno de los vicios -que constituyen otras tantas causales de
arbitrariedad en la jurisprudencia del Tribunal, apuntados en el recurso extraordinario,
se presentan en el fallo recurrido. En efecto, la supuesta falta de corroboración del
peritaje médico de fs. 345 -que determina la relación de causalidad entre la causa de
la muerte y el sufrimiento prolongado al nacer- con otros elementos de juicio, resulta
insostenible conforme las circunstancias de la causa reseñadas en el considerando
segundo. Así, en la pericia de fs. 510/515, los médicos forenses -con disidencia de un
perito de parte consideran que la muerte del niño Cuello, si bien producida después de
catorce meses de su nacimiento, se halla relacionada en forma causal con las lesiones
producidas en el nacimiento, "máxime teniendo en cuenta los resultados del estudio
anátomo-patológico de fs. 210" (ver fs. 511). Además en el aspecto cuestionado, el
tribunal anterior en grado debió valorar los dichos de Cintas, Iurilli y especialmente los
de la obstetra Flores quien detalla cómo se iba agravando el sufrimiento fetal, desde
que fue detectado hasta que transcurrieron aproximadamente veinte o treinta minutos
en que el niño fue extraído en estado gravísimo y por ello derivado a otro centro
asistencial. Esta falta de sustentación es insoslayable y descalifica el pronunciamiento
recurrido.
8º) Que por lo demás resulta inaceptable por falta de apoyo probatorio el argumento
referente a que no se habría podido acreditar que el riesgo que originó el hecho de
haber abandonado el piso de maternidad, debió ser evitado por la existencia de algún
paciente con algún diagnóstico de gravedad o importancia. Si se tiene en cuenta que a
la hora en que la procesada revisó a la señora de Cuello, ésta ya había comenzado el
trabajo de parto, habiendo sido la acusada quien ordenó la inducción del parto por
goteo, la conclusión del a quo resulta carente de sustento. Por lo demás y, en lo
esencial, la conducta que se atribuye a la procesada no consistió únicamente en
"haberse alejado del piso" -como señala el a quo-, sino en haber dejado el piso sin
asistencia médica (ver declaraciones de Flores y Cintas; la conclusión del informe
pericial de fs. 345/369 y el informe del Hospital Militar Central de fs. 286).
9) Que asimismo, en el pronunciamiento apelado se describe un cuadro de
incertidumbre acerca de la actuación de la procesada al llegar a la sala de partos,
dudas que sólo se deben al modo irrazonable en que fueron examinados los hechos.
Ello es así pues se parte de la errónea premisa de que la primera en ingresar a la sala
de partos fue la doctora Manucci y sobre esa base se argumenta que las médicas
militares (la procesada y Rosello) se dedicaron a observar la extracción del feto
mediante la utilización de fórceps por parte de la doctora Manucci y así se concluye
afirmando que no podría atribuírsele a la doctora Navone omisión en no haber actuado
"pues lo hizo la Dra. Manucci". Tan grave falla de fundamentación descalifica el fallo
por una causal definida de arbitrariedad.
10) Que lo expuesto en el párrafo anterior resulta más grave aún pues todos aquellos
que tuvieron alguna intervención en el parto -incluso la procesada Navone- refieren
que la doctora Manucci fue la última de las tres médicas que ingresó a la sala de
partos, y que al ocurrir ello, la doctora Rosello acababa de efectuar una técnica -
compresión del
útero- que no logró la expulsión del feto. En definitiva, la conclusión del a quo resulta
arbitraria, por hallarse en contradicción a las múltiples constancias de la causa. Lo
expuesto es más grave aún pues el a quo, al hacer referencia a los dichos de la
obstetra Flores, manifiesta que según ésta, el ingreso de la doctora Manucci a la sala
de partos se produjo cinco minutos después del de las médicas militares. A ello cabe
agregar que se omitió valorar la opinión del doctor Ferreyro -perito propuesto por la
querella respecto de cuál habría sido la omisión culposa atribuida por aquél a la
procesada Navone y también a la doctora Rosello al ingresar a la sala de partos (ver
considerando segundo,
apartado h).
11) Que otra causal que descalifica el fallo por arbitrariedad se refiere a la omisión de
valorar constancias de significativa importancia para la solución del caso, entre las que
figuran el memorándum de fs. 270 que da cuenta de la subordinación de la médica
civil a la militar en lo referente a la estructura funcional del servicio; el informe de fs.
286 del Hospital Militar Central en cuanto a las precauciones que deben tomar los
responsables médicos de un determinado servicio médico del nosocomio en caso de
ausentarse del lugar y a cargo de quién se encuentra el trabajo de inducción de un
parto. Otra prueba de significativa importancia no valorada por la cámara es el
expediente administrativo labrado en el Hospital Militar, en el que figura la sanción
impuesta a la procesada por el hecho investigado sobre la base de que aquélla,
"siendo 'jefe del Servicio de Maternidad' se retira del Servicio por tiempo prolongado,
una hora, sin dejar referencia al personal que queda en el Servicio del lugar donde
localizarla, con el agravante de tener conocimiento por haberlo ordenado, de la
inducción al trabajo de parto de la señora de Cuello" (fs. 34 de la causa nº
que cabe agregar que en el mencionado expediente obra un informe que da cuenta de
la adulteración de la historia clínica de la nombrada (fs. 219).
12) Que la falta de valoración integral de la prueba reunida en autos no se cohonesta
con la invocación de la situación de duda. Ello es así pues tiene resuelto el Tribunal
que si bien la tacha de arbitrariedad resulta de aplicación particularmente restringida
cuando esto último ocurre, toda vez que el estado de incertidumbre al que se refiere la
ley se desarrolla en el fuero interno de los magistrados como consecuencia de la
apreciación de los elementos del proceso en su conjunto; en este caso el defecto en la
fundamentación del fallo radica, precisamente en exponer argumentos carentes de
sustento científico y resultar contrarios a las constancias de la causa y en la falta de
valoración unívoca del material probatorio.
13) Que además, dicho estado de duda no puede reposar en una pura subjetividad.
Por el contrario aquel especial estado de ánimo debe derivarse de la racional y
objetiva evaluación de las constancias del proceso, y ello, como fue puesto en
evidencia más arriba no ocurrió en el caso en examen. Esta Corte ha dicho en forma
reiterada que la exigencia de que los fallos judiciales tengan fundamentos serios,
reconoce raíz constitucional y tiene, como contenido concreto, el imperativo de que la
decisión se conforme a la ley y a los principios propios de la doctrina y de la
jurisprudencia vinculados con la especie a decidir (Fallos: 318: 652), todo lo cual pone
de manifiesto la relación directa e inmediata entre lo resuelto y la garantía
constitucional que se dice vulnerada. Por ello, se hace lugar a la queja y al recurso
extraordinario y se revoca el pronunciamiento recurrido. Devuélvase el depósito de fs.
1. Hágase saber, acumúlese la queja al principal y remítase a fin de que por quien
corresponda se dicte nuevo pronunciamiento con arreglo a derecho (art. 16 de la ley
48). JULIO S. NAZARENO – EDUARDO MOLINE O'CONNOR - CARLOS S. FAYT -
AUGUSTO CESAR BELLUSCIO (en disidencia) - ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI
(en disidencia) - GUILLERMO A. F. LOPEZ - ADOLFO ROBERTO VAZQUEZ.
ES COPIA

DISIDENCIA DE LOS SEÑORES MINISTROS DOCTORES DON AUGUSTO CESAR


BELLUSCIO Y DON ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI
Considerando:
Que el recurso extraordinario, cuya denegación motiva la presente queja, es
inadmisible (art. 280 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación). Por ello, se
desestima la queja. Declárase perdido el depósito de fs. 1. Hágase saber, devuélvanse
los autos principales y archívese. AUGUSTO CESAR BELLUSCIO – ENRIQUE
SANTIAGO PETRACCHI
ES COPIA

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