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Marco Teórico

Definiciones

La adolescencia según la OMS es el período de la vida comprendido entre los 10 y 19 años


(10-15). Se divide en tres etapas, con características diferentes, con formas distintas de
enfrentar la sexualidad y un embarazo: 1. Adolescencia temprana (1014 años), 2.
Adolescencia media (15-16 años) y 3. Adolescencia tardía (17-19 años) (OPS,2009).

La sexualidad, es un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de toda su vida.
Incluye el sexo, identidades, papeles de género, erotismo, placer, intimidad, reproducción
y orientación sexual. Se vivencia y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos,
creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas y relaciones interpersonales. Puede
incluir todas estas dimensiones, aunque no todas ellas se vivencian o se expresan siempre.
Es esencial, constitutiva e inherente a todos los humanos, independiente de su condición
física, mental y se expresa desde antes de nacer hasta la muerte, estando influenciada por
la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos,
culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales. (OMS,2006)

Las relaciones sexuales, desde el punto de vista de la sexología, se pueden definir como el
contacto físico entre personas fundamentalmente con el objeto de dar y/o recibir placer
sexual, o con fines reproductivos. La relación sexual abarca muchas posibles actividades o
formas de relación entre dos personas y no se limita sólo a coito o penetración. Incluye, en
general, cualquier contacto que suponga excitación sexual con o sin orgasmo, como
abrazos, masajes, caricias o besos en el cuerpo pero no en los genitales, caricias en la zona
genital, sexo oral y penetración (con o sin eyaculación dentro de la vagina) (Mendoza,2012)

El embarazo en la adolescencia es un problema de origen multifactorial, con alto riesgo de


complicaciones para la madre, el feto y el neonato, repercutiendo en los resultados
perinatales. Los hijos de madres adolescentes representan aproximadamente el 11% de
todos los nacimientos en el mundo, un 95% de ellas en países en desarrollo. La Organización
Panamericana de la Salud (OPS), estima que 20% de nacimientos en la región son de madres
menores de 20 años y 40% de estos embarazos no son deseados. El número de nacimientos
de mujeres adolescentes de 15-19 años ha disminuido en todas las regiones del mundo
entre 1990, 2000 y 2011. En el África Sub-Sahara son muy elevadas pasando de 1234/1.000
mujeres (1990), 121/1.000 mujeres (2000), a 117/1.000 (2011) mujeres de 15-19 años. Para
ALC el número de nacimientos en mujeres de 15-19 años por cada mil mujeres para los años
1990, 2000 y 2011, fue 86, 86 y 76, mostrando un descenso para este último año. Cerca de
16 millones de adolescentes entre 15 y 19 años tienen un hijo cada año. (ONU,2014)

El 62,8% de los adolescentes en escuelas norteamericanas son sexualmente activos y cerca


de 850.000 adolescentes resultan embarazadas cada año. En Estados Unidos de
Norteamérica (EEUU) en 2004, se estimó que 41,2% de embarazos ocurren en adolescentes
de 15-19 años y 20% de estos, terminan en abortos inducidos. Sin embargo, en los últimos
años han logrado reducir las tasas de embarazos en un 33%, asociado a la reducción de
tasas de AS y aumento del empleo más regular y prolongado de métodos anticonceptivos.

En Ecuador, 2 de cada 3 adolescentes de 15-19 años sin educación, son madres o están
embarazadas por primera vez. En la última década la tendencia del incremento del
embarazo en adolescentes menores de 15 años es de 74% y en mayores de 15 años de 9%,
siendo la tendencia de la fecundidad adolescente en Ecuador la más alta de la Región
Andina, llegando a 100 por 1000 nacidos vivos (nv) (OPS,2015)

En Bolivia, cerca de 18% de adolescentes de 15-19 años ya son madres o están


embarazadas; al menos la mitad de estos embarazos no fueron planificados al momento de
la concepción (USAID,2011).

Para Chile en 2009, el número total de nacidos vivos fue de 252.240 y de estos, el 16,14%
correspondió a nacidos vivos de madres adolescentes; al desagregar por grupo etario,
15,7% corresponden a adolescentes de 15-19 años y 0,4% restante a adolescentes de 10-14
años (Serra,2009).

Colombia registra una de las mayores tasas de embarazo adolescente de América Latina,
donde 1 de cada 5 adolescentes entre 15 y 19 años ha estado embarazada. Esta situación
es más grave en víctimas del desplazamiento, donde 63% de las cuales han estado o están
embarazadas de su primer hijo antes de cumplir los 19 años (USAID,2015).

Holguin y cols (2004), informan que, para una ciudad colombiana, 7,2% de las adolescentes
entre 14-19 años escolarizadas encuestadas afirmó alguna vez haber estado embarazada.

La salud sexual y reproductiva de la población adolescente se ha considerado, en México,


como una prioridad de atención dentro del Plan Nacional de Salud 1995-2000. En México,
la tasa de fecundidad global descendió entre 1970 y el año 2000 de 6.0 a tres hijos por
mujer. Sin embargo, debido a la elevada proporción de población joven, la cantidad de
mujeres en edad reproductiva se duplicó en el mismo periodo. Así, aunque la tasa de
fecundidad en la población ha disminuido, la cantidad absoluta de nacimientos y la
proporción de los nacimientos que son producto de madres adolescentes se ha mantenido
estable debido a la inercia de crecimiento poblacional.3 Los nacimientos que ocurrieron
entre mujeres menores de 20 años de edad representaron 17.1% del total de nacimientos
en 1995 y contribuyeron con 13.6% de la Tasa General de Fecundidad. Se ha documentado
ampliamente que el embarazo en edades tempranas, especialmente antes de los 18 años,
pone en riesgo la salud de la madre y que los hijos de madres adolescentes –en
circunstancias de pobreza y desnutrición– presentan mayor probabilidad de enfermar
comparados con los hijos de madres mayores de 20 años de edad en las mismas condiciones
sociales. (CONAPO,2005)

Se sabe, además, que hay una asociación estadística entre maternidad temprana y baja
escolaridad. Se ha señalado que "en la fecundidad total el peso relativo de los nacimientos
de madres jóvenes es más elevado en los grupos de menor escolaridad y en las áreas
rurales". Se ha argumentado que el embarazo en la etapa escolar las hace proclives a
abandonar la escuela, aunque también se ha demostrado que es el abandono de la escuela
por situaciones económicas lo que condiciona la maternidad precoz.13-15 Además, el
embarazo cuando no es deseado representa mayor riesgo social, tanto para la madre como
para la progenie. (CONAPO,2005)

Se documentó en México, alrededor de los años 90, que el inicio de vida sexual ocurría en
promedio –entre los hombres– a los 16 años y –entre las mujeres- a los 19 años.18 Se ha
observado que mientras la edad de inicio de la vida sexual activa se registra a edades más
tempranas, la edad del matrimonio se ha postergado. De esta manera el lapso de
fecundidad no marital se ha incrementado. (CONAPO,2005)

La Encuesta sobre el Comportamiento Reproductivo de los Adolescentes y Jóvenes del Area


Metropolitana de la Ciudad de México (Ecram) realizada en México en 1988, entre
población de 10 y 24 años de edad reveló que los jóvenes menores de 24 años después del
inicio de la actividad sexual continúan activos y sin protección durante un año o más antes
de solicitar un método anticonceptivo. Entre las mujeres sólo 36% manifestó haber utilizado
alguna práctica anticonceptiva en su primera relación sexual,18,19 y, entre las mujeres
menores de 24 años que ya se habían embarazado alguna vez, más de 50% manifestó que
el primer embarazo no fue deseado.

PREVENCIÓN DEL EMBARAZO EN LA ADOLESCENCIA

La necesidad insatisfecha de anticoncepción es alta entre adolescentes, asociado a una


escasez de servicios de planificación familiar para este grupo. En África el 23,2% de mujeres
en edad fecunda tienen una necesidad insatisfecha de anticonceptivos modernos. En Asia
y ALC, las necesidades insatisfechas representan un 10,9% y un 10,4%, respectivamente
(USAID,2015)

Dos intervenciones han sido eficaces en la reducción de embarazos entre adolescentes, la


abstinencia sexual y el mejor uso de anticonceptivos, con los cuales se reduce un 38% del
riesgo global de embarazos, mientras un 86% de esta caída se atribuye al uso de
anticonceptivos. Entre los adolescentes de 15-17 años, 77% de la reducción del riesgo de
embarazos, es atribuida al uso de anticonceptivos y 23% a la abstinencia sexual (85). Esto
ha hecho sospechar que la promoción de la abstinencia sexual, no es la principal estrategia
para prevenir embarazos en adolescentes, dejando a los anticonceptivos como la mejor
forma de prevención. (USAID,2015)

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