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Un despertar inesperado Es la hora de la siesta y algo despierta a Arturo. No es una mosca, no es el ruido de una moto, ni los nifios de la casa de enfrente jugando al fitbol, ni el viento... Qué puede ser? A dante : La piedra rompi cristal, reboto n Ia pared de la habitacién y cay6 sobre la cabkza de Arturo. Arturo se desperts sobresaltado, se senté de golpe y miré hacia la ventana sin comprender nada. Se palp6 el pelo pensando que su costumbre de Hlevarlo largo le habia sido itil para amortiguar el golpe. El despertador, en forma de Pato Donald corriendo con una maleta mal cerrada por la que asomaba la ropa, marcaba las cuatro y cuarto de la tarde. Entonces vio el proyectil. Era una piedra, efectivamente, pero no una piedra cualquiera, Estaba envuelta en un papel escrito. Pare- cia un mensaje. Otro chico de la misma edt, dice u once atios, hubiera sentido 6n ante lo que prometia ser el inicio de un se emociond demasiado. Pensaba que su ail roto. Adenxis, él preferfa, general auna aventura mente, una buena De todas formas ley6 el mensaje. Luego volvi6 a arrugar el papel, lo tiré al suelo y se tendié en la cama, —jHum! —fue todo lo que dijo—, ;Hum! Durante un par de minutos no se movié en absoluto. No era un chico gordo, pero sus gestos y movimientos (y su forma de evitar los gestos y movimientos innecesarios) hacfan pensar en los chicos que son, o estin destinados a ser, gordos. —En fin —gru’is levantandose con desgana Desdobl6 de nuevo el papel y ley6 a media voz: Lo que le molestaba no era que el mensaje careciese de firma, ni que tuviese cierto aspecto de trampa o de broma. Lo que de veras le molestaba hasta ponerle enfermo era esa H may pla delante de inmediato. Una H grande y absurda como un espana con los brazos levantados. Para él era una pista tan clara como si Ia nota estuviese firmada. Seiialaba directamente a su mejor amigo: Manolo. Solo Manolo, entre toda la gente que Arturo conocia, era capaz de escribir in- mediatamente con hache. in dejar de resopka y se calz6 las zapatillas deportivas, que en tiempos habfan sido blancas y ahora grises, y que resulta ban tan silenciosas como los mocasines de un indio. Ma uel L. Alonso, Vigjos amigos, nuevas amigos. Ed. Edelvives, Esté en tu CD Si quieres, puedes escuchar este texto (pista 3), @ Hablamos del texto 2 2Qué desperté de Ia siesta a Arturo? 2 eCémo sabe Arturo la hora en que se despert6? 3 eQué esta escrito en el papel? zCudntas veces lo loo? 4 Por qué piensa Arturo que el mensaje lo ha eserito su mejor a amigo? ©@ccrees que es importante no cometer faltas do ortogratia? gPor qué? @ Escribimos sobre el texto AL Escribe qué sinénimos de las palabras subrayadas aparecen on el texto: ~ Se desperté asustado, ~ Se toes el pelo. sminuir el golpe. ~ El.comienzo de una aventura, — Una H grande y sin sentido. 2 Sustituye las palabras subrayadas por otra expresién que signifi- que lo mismo: De todas formas ley6 el mensaje. ~ Luego volvi6 a arrugar el papel. @ 3 Con los datos que aparecen en el texto haz una descripcién de Arturo: cudntos ajios tiene, cémo lleva el pelo, c6mo suele ir cak zado, cémo es su aspecto general, qué cardcter tiene, 4 Haz un resumen del texto completando las frases: = Un dia, mientras Arturo dormia ... ~ Era una piedra, pero ... = Arturo se levant6 y — No dud6 que se trataba de ...

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