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- Los mercedarios aseguran ser los frailes más antiguos de Lima, pues hay
una tradición que cuenta que estuvieron en el valle del Rímac antes de la fundación de la ciudad.
El convento de San Miguel.- La iglesia se construyó toda en el siglo XVI. La obra se inició en 1542;
tuvo una nave, cubierta de madera, y capillas laterales comunicadas entre sí. El altar fue fiLos
mercedarios inauguraron su iglesia en 1630, y fue obra de Pedro Galeano. Los frailes, con los años,
siguieron embelleciendo su templo hasta que llegó el terremoto de 1687 que lo destruyó todo.
Bajo las ruinas, lo mercedarios celebraron el culto en una capilla y se cobijaron en celdas de
madera y caña.nanciado por doña María Escobar, a fin de que fuera enterrada allí, según un
contrato de 1542.
El padre Urraca.- Nació en España (Sigüenza, 1583), estudió con los jesuitas pero se incorporó a la
orden mercedaria y llegó a Lima, donde se hizo sacerdote. Sus hagiógrafos cuentan que sufría
constantes tentaciones del demonio que lograba vencer con rezos y cilicios. Por ejemplo, se ataba
fuertemente una cadena a la cintura; estaba tan ceñida a su cuerpo que la piel empezó a crecer
sobre ella.
Colegio Nuestra Señora de La Merced.- Este centro de estudios tiene como antecedente el Colegio
San Pedro Nolasco, fundado en 1646 por los mercedarios. Los frailes consiguieron la licencia para
fundar un Colegio de Estudios y, en 1658, lo construyeron con una pequeña iglesia bajo la
advocación de San Pedro Nolasco.
LAS HACIENDAS DE LOS MERCEDARIOS EN LIMA.- Durante los años del Virreinato, los mercedarios
recibieron las tierras de San Miguel de Surquillo, ocupadas por los indios yaucas, quienes inicialmente
estuvieron encomendados a Antonio Solar. Surquillo fue, pues, un “barrio” o doctrina de indios, similar
pero en pequeñas dimensiones, al pueblo y doctrina de Santiago de Surco. De allí que las autoridades le
empezaran a llamar al nuevo pueblo “Surquillo” (testimonios cuentan que sus primeros habitante fueron
los indios “yaucas”, desarraigados o traídos de Surco). Con los años, se convirtió en un pueblo algo
marginal, habitado por gente pobre, entre el camino de Lima a San Miguel de Miraflores. Respecto a la
Calera de la Merced, funcionó, entre otras cosas, como pedregal o cantera de calizas (de ahí su nombre),
como lo fue en su momento la Calera del Agustino, la Calera de Monterrico o el fundo de San Juan de
Lurigancho de los Aliaga
Francisco del Castillo Andraca y Tamayo (¿Piura 1714?-Lima 1770).- Fue un poeta y dramaturgo de la
orden mercedaria, hijo del corregidor Luis del Castillo y de Jordana Tamayo y Sosa. A pesar de que fue
muy corto de vista (dicen que perdió la vista a los 4 años de edad), desarrolló, precozmente, una
inteligencia y memoria sorprendentes; cuentan que solo de oídas aprendió Latín y Humanidades.