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SEMINARIO ARQUIDIOCESANO DE CHIHUAHUA

TEOLOGÍA I
TEOLOGÍA FUNDAMENTAL
KEVIN ARTURO OZETA MUÑOZ
SÍNTESIS LA CREDIBILIDAD DE LA REVELACIÓN

Ninguna persona es obligada a creer ya que la revelación de Dios es una acción libre
y soberana de Dios que ha sido manifestado por amor al hombre. Por lo tanto, la expresión
de fe del hombre es un acto de la recta voluntad por acceder al conocimiento de Dios.
En las Sagradas Escrituras, lo que es accesible a la fe es el conocimiento de Dios
que actúa. Dios se manifiesta interviniendo en la historia actuando mediante su Palabra. Sin
embargo, no son estos hechos y palabras en la historia lo que dan la fe en Dios revelado,
sino que son signos de credibilidad que actúan en el hombre que va en camino de fe. En la
Iglesia primitiva la justificación de la fe se construyó en la necesidad de su presencia en la
sociedad, en razón de defender los ataques que la misma sociedad hacía ante la creencia, se
presentaba, entonces, la humanidad y la dignidad del ser cristiano y no la justificación de la
fe en pos de dar razón de ella.
La credibilidad de la revelación ha sido objeto de estudio dentro del magisterio de la
Iglesia en cuanto objeto de enseñanza sobre la doctrina de fe en Cristo y la Iglesia. En el
CVI esta cuestión se presenta a travez de los signos de la racionabilidad de la fe, con la cual
la voluntad de Dios da argumentos externos a su revelación, como lo son los milagros, que
dan signos certeros de la revelación divina. Así mismo se refiere también al signo
fundamental que es la Iglesia, pues en ella ha sido depositada la revelación plena. Ahora
bien, el CVII no habla propiamente con el termino de credibilidad, pero si del significado
que aparece con frecuencia. Habla entonces del signo del testimonio con el cual queda
acreditada la revelación. Para el CVII el signo fundamental de la revelación es el mismo
Cristo, pues lo que importa es su realidad en todas las manifestaciones.
A lo largo de la historia, los signos han pasado por diversas significaciones para
unos ha sido lo que parece revelar una cosa. Para Santo Tomás el signo es aquella causa
sensible que nos lleva al conocimiento de un efecto oculto. Sin embargo, existen distintas
clasificaciones de signos según su atención al objeto como lo son los iconos, índices
símbolos; o al sujeto, como lo son el consenso, la provocación y la decisión
Cristo, entonces, llama al hombre a tener una relación con él y en él mismo se
expresa la autocomunicación de Dios hacia los hombres. Por ello él es el signo fundamental
y definitivo de la credibilidad de la revelación; el Dios que se ha hecho carne. Por ello, es
necesario referir y reconducir todo signo en referencia a Cristo. Es decir, todo signo debe
conducir al signo ultimo; Jesucristo. Ahora bien, Latourelle dice que los dos signos de la
revelación son Cristo y la Iglesia que se sitúan en las dimensiones de la condición del
hombre: la naturaleza, la historia y el principio humano. Estos dos signos son presentados
al hombre por medio del milagro, la profecía y santidad.

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