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1959 R.W. White, dice que no solo el movimiento iniciado por la persona
También: afecto ligado al acto
La sensación de cambio al provocar el movimiento
La eficacia
El sentimiento de competencia
Competencia es la aptitud de un organismo para entrar en interacción efectiva
con su medio ambiente.
AUTONOMÍA Y DEPENDENCIA
Autonomía Anna Tardos
El niño es capaz de aprender en forma autónoma, capaz de realizar
acciones competentes utilizando el repertorio de comportamientos de que
dispone a un determinado nivel de su desarrollo, tanto en lo referente al
dominio de su motricidad como a la capacidad de recoger las experiencias
activas relativas al medio que lo rodea y desarrollar el conocimiento de sí
mismo”.
Emmi Pikler dice: “.. si confiamos en las capacidades del niño, si animamos su
actividad autónoma, veremos que:
gran desenvoltura corporal
gran atención y curiosidad por todo lo que le rodea.
Qué hace posible la autonomía:
“... el buen estado emocional, la relación, base de su sentimiento de seguridad,
es conveniente para su buen desarrollo disponer también de los medios para
acceder a la experiencia de la competencia por medio de sus acciones
autónomas”.
Hemos dicho que en la autonomía es importante tener en cuenta que esta es el
acto creador, constructor y que debe ser un acto positivo.
A nivel psicológico, está comprobado cómo el mejor medio de hacer
surgir una capacidad, un rasgo, una actitud, una conducta, en el otro, es la de
crear, y confiar en su posibilidad y probabilidad.
Para que la imagen, el concepto que uno tiene de sí mismo sea bueno,
sea alto, en espejo, buenas imágenes de sí mismo. El adulto explica, a su
forma, que son adquisiciones que están en proceso, este niño tiene
probabilidades de que sea consecuente con esa imagen.
Si la imagen no es construida así, si más bien afirmamos lo negativo,
lógicamente, el niño tratará de mejorar la imagen que los otros tienen de el, se
comportará en algunos casos como intensamente dependiente de las otras
personas, o en forma “agresiva”.
Por lo tanto una persona con baja estima de sí misma difícilmente
establece una buena comunicación. Sus mensajes son ataques a los demás o
peticiones aireadas, como para nivelar diferencias, o mensajes contradictorios
confusos o velados para esconder su deficiencia.
Para romper estos círculos de interrelación es necesario apuntar más a
lo positivo que a lo negativo.
En los niños, antes que nada hay que tener en cuenta:
a) No se puede dar un juicio de valor inmediato a los niños que alcanzan
escasamente ese hábito de valoración positiva, pues quizás están haciendo
un gran esfuerzo que, precisamente, hay que aplaudir.
b) Es importante que esta variable se ejercite lo más tempranamente posible,
para instaurar un cambio positivo en el percibir y, como consecuencia, en el
proceder.