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ELEMENTOS: PARA UNA PEORIA. ~ DE LA INTERPRETACION: DEE RELATO ‘MATIC. i LA. d. GREIMAS En homenaje'a CLAUDE LEVI-STRAUSS 4 LA 'TEORIA SEMANTICA Y.LA MITOLOGIA ‘Los progresos, realizados recientemente en cion ‘nitoldgiensy graciay sobse. Yodo‘ oe Wabsjos ae Cade Lévi- Strauss, constituyen un aj materiales y tos de porte de mat reflexién Epaiderable ara la teorin’ a pan come sabemos, tener gels atin Su de fn ee tos. ie yeaa de ae inventazio, de los procedimfentos ‘Ahora bien, pareciera que la metodologia de ln’ interpretacién ee toe os tay sate de ‘eomplejidad, fuera de los que, a nivel de la estructura implicita, no es més que una inversién de los signos del conteni- do, Existe, pues, una correlacién entre los dos planos antes contenido invertide desputes ‘contenido afirmedo 3. Restringiendo, una vez més, el inventario de relatos, descu- brimos que un gran mimero de ‘ellos (el cuento popular ruso, pero también nuestro mito de referencia) poseen otra propiedad que consiste en implicar una secuencia inicial y una secuencia final situadas en planos de «realidad» mftica diferentes del cuer- po del relato mismo. ‘A esta particularidad de la narracién corresponde una nueva articulaci6n del contenido: a los dos contenidos tépicos —de los cuales uno es afirmado y el otro invertido— se adjuntan otros dos contenidos correlacionados que estén, en principio, entre si en la misma relaci6n de transformacién que los contenidos tépicos. Esta primera definicién de la armazén que no esté en con- tradiccién con la formula general del mito propuesta hace poco por Lévi-Strauss, aun cuando no es enteramente satisfactoria —todavia permite, en el estado actual de nuestros conocimientos, establecer la clasificacién del conjunto de relatos considerado co- mo género— constituye sin embargo un elemento de previsibi- lidad no desdefiable: se puede decir que el primer paso metédico, en el proceso de la descripcién de! mito, es la descomposicién del relato mitico en secuencias, descomposicién a la que debe corresponder, a titulo de hipétesis, una articulacién previsible de los contenidos. IL 3. El mensaje. ‘Semejante concepcién del armazén permite prever que el men- es decir, la significacién particular del mito-ocurrencia tam- bign se sitia en dos isotopias a la vez y da lugar a dos lecturas diferentes, una a nivel discursivo y la otra a nivel estructural. Quizé no sea indtil precisar que por isotopia entendemos un con- a junto redundante de categorias semAnticas que hace posible la lectura uniforme del relato, tal como resulta de las lecturas par- Giales de los enunciados después de la resolucién de gus ambige siendo guiat resoluci6n misma investigacién de la lectura tinica. er 1. La isotopia narrativa esté determinada por una cierta pers- pectiva antropocéntrica que hace que el relato sea concebido co- ™mo una sucesién de acontecimientos cuyos actores son seres ani- mados actuantes o actuados. A este nivel, una primera catego- rizaci6n: individual vs. colectivo permite distinguir un héroe as0- cial que desligéndose de la comunidad, aparece como un agente gracias al cual se produce Ja inverién de la stuacién; que so pro- senta, 10 de modo, como mediador personalizado entre la situacién-antes y la situacién-después. ‘Vemos que esta primera isotopfa lleva, desde el punto de vista lingitistico, al andlisis de los signos: los’ actores y los aconteci- mientos narrativos lexemas (=morfemas, en sentido americano), analizables en semenas (=acepciones 0 de las pala bras) que estén organizadog, mediante relaciones sintécticas, en enunciados unfvocos. 2. La segunda is se sitia, por el contrario, estructura del contenido postulada sobre el plano’ discursive, A las secuencias narrativas corresponden contenidos cuyas relacio- nes reciptocas son tedricamente conocidas. E] problema que se plantea a la descripcién es el de la equivalencia a establecer entre los lexemas y los enunciados constitutivos de las secuencias na- rrativas y las articulaciones estructurales de los contenidos que les corresponden y es a la resolucién de este problema que nos abocaremos. Bastard decir por el momento que una tal transpo- sicién. supone un andlisis en semas (=rasgos pertinentes de la significacién) que es lo tinico que puiede permitir la puesta entre paréntesis de las propiedades antropomérficas de los lexemas-ac- tores y de los lexemas-acontecimientos. En cuanto a los desem- pefios del héroe, que ocupan el lugar central en la economia de la narracién, no pueden sino corresponder a las operaciones lingilis- eas de ‘ranslormacion que explican las inversiones. de los on- los. Una tal concepcién del mensaje que seria legible sobre di isotopias distintas, la primera de las cuales no seria sino la ma nifestacién discursiva de la segunda, no es quizé mAs que una formulacién te6rica. Puede no corresponder sino a una sul de relatos (los cuentos populares, por ejemplo), en tanto que otras subclases (los mitos) estarian caracterizadas por la trabaz6n, dentro de una tnica narracién, de las secuencias situadas ya so- bre una, va sobre otra de las isotopfas. Esto nos parece secun- dari en la medida en que: a) la distincién que acabamos de establecer enriquece nuestro conocimiento del modelo narrativo € incluso puede servir de criterio a la clasificacién de los relatos, 42 vel de Ia ~ 2) y tambign en la medida, en que separa netamente dos proce. dimientos de descripcién distintos y complementarios que con- tribuyen asi a la elaboracién de las técnicas de interpretacion. IL 4. El eédigo. La reflexién mitol6gica de Lévi-Strauss, desde su primer estu- dio sobre eLa estructura del Mito: hasta las Mitoldgicas de hoy, esté marcada por el desplazamiento del interés que primero re- cay sobre la detnicion de la estructura, del mito-rlato ¥ ahora com problemética descripcién verso mito- {ggieo, concentrado primero sobre las propiedades formales de la estructura acrénica y que actualmente enfoca la posibilidad. de tuna descripcién comparativa que seria a la vez general e histérica. Esta introduccién del comparatismo contiene aportes metodol6- gicos importantes que nos corresponde explicitar. IL. 4, 1. La definieién de las unidades narrativas. La utilizacién, por via de comparaciGn, de los datos que puede proporcionar el universo mitolégico no es, a primera vista, sino aan ee er capectias pacde tama dos for un cierto . est iva, le r mas diferentes: 1) se puede tratar de elucidar la lectura de un mito-ocurrencia \dolo con otros mitos 0, de manera ge- neral, los cortes sintagméticos del relato con otros cortes sintag- miticos; 2) se puede correlacionar un determinado elemento na- rrativo con otros elementos comparables. a El correlacionar dos elementos narrativos no idénticos perte- necientes a dos relatos diferentes lleva a reconocer la existencia de una disyuncién paradigmatica que, operando dentro de una categoria seméntica dada, obliga a considerar el segundo clemen- to narrativo como la transformacién del primero, Sin embargo —y esto es lo més importante— se comprueba que la transformacién de uno de los elementos tiene como consecuencia el provocar transformaciones en cadena a lo largo de toda la secuencia con- siderada. Esta comprobacién, a su vez, implica las siguientes eonsecuencias teéricas: 1, permite afimar la existoncia de relaciones necesarias entre Jos elementos cuyas conversiones son concomi 7 . 2. permite delimitar los sintagmas narrativos del relato mitico, definitles a la vez por sus elementos constitutivos y por su en- cadenamiento necesario; z a '8. por timo, permite definir log elementos nazrativos mismos ya no s6lo por su correlacion paradigmética, es decir, en el fon- do, por el procedimiento de la conmutacién, propuesto no hace 43

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