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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PlurinacionaL 1156/2017-S2

Sucre, 15 de noviembre de 2017

SALA SEGUNDA

Magistrada Relatora: Dra. Mirtha Camacho Quiroga

Acción de libertad

Expediente: 18748-2017-38-AL

Departamento: La Paz

En revisión la Resolución 5/17 de 30 de marzo, cursante de fs. 30 a 33, pronunciada


dentro de la acción de libertad interpuesta por Jorge Alejandro Castillo Loayza
contra Cynthia Blanca Delgadillo Aramayo, Jueza de Instrucción Anticorrupción y
Contra la Violencia Hacia la Mujer Primera del departamento de La Paz.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Mediante memorial presentado el 28 de marzo de 2017, cursante de fs. 20 a 21 vta.,


el accionante refirió lo siguiente:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

El accionante se encuentra con detención preventiva desde el 6 de agosto de 2016,


primero estuvo en el Centro Penitenciario de Patacamaya del departamento de La Paz,
posteriormente fue trasladado a la Centro de Rehabilitación ”San Pedro“ de La Paz; a la
conclusión de la etapa preparatoria de la investigación, los Fiscales de Materia, dictaron
en su favor Resolución de Sobreseimiento, la misma que fue puesta en conocimiento de
la Jueza -demandada-, el 15 de marzo de 2017, sin que hasta la fecha exista
respuesta al requerimiento conclusivo de sobreseimiento.

El 24 de marzo de 2017, solicitó formalmente ante la autoridad jurisdiccional


demandada, la cesación a la detención preventiva, sin que hasta la fecha tenga respuesta
alguna, es decir que desde la presentación del requerimiento conclusivo hasta que se
interpuso la acción de libertad, transcurrieron trece días calendarios, tiempo en
privación de libertad que considera injusto e ilegal, más aún cuando el fundamento de la
Resolución de Sobreseimiento refiere que no tuvo ninguna participación en el hecho
investigado, sea como autor o como encubridor; la autoridad judicial demandada no
controló el cumplimiento de las veinticuatro horas que tenían los Fiscales de Materia
para remitir obrados al superior jerárquico, como tampoco los cinco días que tenía éste
último para emitir la resolución jerárquica, a sabiendas que se encuentra privado de
libertad y se dictó a su favor sobreseimiento.
I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

Denuncia la lesión de su derecho a la libertad, sin especificar ningún artículo de la


norma constitucional.

I.1.3. Petitorio

Solicita se conceda la tutela, disponiendo su inmediata libertad.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

Celebrada la audiencia pública de 30 de marzo de 2017, según consta en el acta cursante


de fs. 27 a 29, se produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación de la acción

El accionante en audiencia pública ratificó los argumentos de la demanda de acción de


libertad.

1.2.2. Informe de la autoridad demandada

Cynthia Blanca Delgadillo Aramayo, Jueza de Instrucción Anticorrupción y Contra la


Violencia Hacia la Mujer Primera del departamento de La Paz, por informe escrito de
30 de marzo de 2017, cursante a fs. 34 y vta., y en audiencia pública manifestó lo
siguiente: a) El cuaderno de control jurisdiccional siempre está a la vista, más aún
cuando se celebró audiencia de cesación a la detención preventiva del otro coimputado
efectuada el 27 de marzo de 2017; b) Si bien se presentó Resolución de Sobreseimiento
en favor del accionante, no es menos cierto que dicha Resolución aún puede ser
objetada por parte de la víctima; c) La sola presentación de la Resolución de
Sobreseimiento, no pudo obligar a la autoridad demandada a disponer la libertad del
accionante, puesto que se debe cumplir con el procedimiento respectivo; y, d) La
solicitud de la cesación a la detención preventiva, fue presentada el 24, 25, 26, todos de
marzo de 2017, señalándose audiencia para el 31 de igual mes y año, mediante
providencia de 28 de ese mes y año, “ya que el día 27 de marzo la suscrita se encontraba
declarada en comisión por orden de Presidencia del Tribunal Departamental de Justicia,
para cooperar en la evaluación realizada por la Escuela de Jueces“.

I.2.3. Resolución

El Tribunal de Sentencia Penal Quinto del departamento de La Paz, constituido en


Tribunal de garantías, pronunció la Resolución 5/17 de 30 de marzo, cursante de fs. 30 a
fs. 33, concedió la acción de libertad, bajo los siguientes fundamentos: 1) Al final de la
etapa investigativa los Fiscales de Materia, dictaron Resolución de Sobreseimiento en
favor del accionante; 2) La Comisión de Fiscales, puso en conocimiento de la autoridad
demandada de la referida Resolución, el 15 de marzo de 2017, sin que se tenga
respuesta alguna; 3) Se solicitó el 24 de marzo de 2017, la cesación a la detención
preventiva, empero no se tuvo respuesta; 4) Transcurrieron trece días calendarios
hasta la fecha de presentación de la acción tutelar, el tiempo de privación de libertad se
considera injusta e ilegal, más cuando el fundamento del sobreseimiento dice que su
persona no tuvo ninguna participación en el hecho investigado, sea como autor o
encubridor; 5) La línea jurisprudencial constitucional establecida, señala que una vez
presentado el sobreseimiento al juez, sea con impugnación o de oficio, deberá remitir
dicho actuado en el plazo máximo de veinticuatro horas ante el Fiscal Departamental
para su revisión, en los cinco días siguientes la autoridad del Ministerio Público emitirá
resolución de ratificación o de revocatoria de sobreseimiento, lo cual hace un total de
seis días, vencido ese plazo y sin el pronunciamiento fiscal; la autoridad judicial a cargo
del proceso dispondrá la libertad inmediata del imputado sobreseído; 6) La Jueza
demandada, no controló el cumplimiento de veinticuatro horas que tenían los Fiscales
de Materia para remitir obrados al superior jerárquico, y tampoco los cinco días que
tenía éste último para dictar resolución jerárquica, con conocimiento de que el ahora
accionante se encuentra privado de libertad injustamente y se dictó la Resolución de
Sobreseimiento; 7) La autoridad jurisdiccional demandada, incurrió en incumplimiento
de deberes, al no hacer el control sobre los plazos previstos; además de no haberse
pronunciado sobre la petición de cesación a la detención preventiva del accionante,
manteniéndolo privado de libertad cuando el presupuesto de su autoría desapareció; 8)
Hubo incumplimiento del deber de dar celeridad al trámite del caso concreto, al estar de
por medio el tratamiento de uno de los derechos más sagrados del ser humano como es
el derecho a la libertad; 9) Al no haberse ejercido control jurisdiccional respecto a las
actuaciones del Ministerio Público, sin necesidad de petición alguna, convierte su
detención preventiva en detención indebida, vulnerando su derecho a la libertad; 10) La
autoridad judicial demandada, mediante Auto de 29 de marzo de 2017, dispuso que ante
la presentación de la acusación particular ocurrida el 28 de mismo mes y año, se remita
el proceso al tribunal competente, por lo cual al perder competencia ya no tuvo la
oportunidad de celebrar la audiencia de cesación a la detención preventiva, de lo que se
presume una forma de evadir el cumplimiento de sus deberes, máxime si el accionante
se encuentra privado de libertad, empero desconoció que el Tribunal Constitucional
Plurinacional sentó jurisprudencia, en el sentido que si se hubiere dispuesto la remisión
del proceso, por la existencia de acusación, tratándose del derecho a la libertad, debe
conocer y resolver lo solicitado, conforme a los precedentes constitucionales.

I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional

Mediante decreto constitucional de 17 de mayo de 2017, se dispuso la suspensión del


plazo a efectos de recabar documentación complementaria; posteriormente, se reanudó
el plazo procesal, habiéndose notificado conforme ley los actuados procesales
constitucionales, por lo que la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, es
pronunciada dentro del plazo legal.

II. CONCLUSIONES

De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se establece lo


siguiente:

II.1. A través del memorial de 24 de marzo de 2017, Jorge Alejandro Castillo Loayza,
solicitó cesación a la detención preventiva ante la Jueza de Instrucción Anticorrupción y
Contra la Violencia Hacia la Mujer Primera del departamento de La Paz, con los
siguientes argumentos: i) Las medidas cautelares de acuerdo al art. 221 del Código de
Procedimiento Penal (CPP), tienen como finalidad asegurar la averiguación de la
verdad, el desarrollo del proceso y la aplicación de la ley, conforme al art. 7 del mismo
cuerpo legal, tienen carácter excepcional; ii) El accionante se encuentra cumpliendo
detención preventiva desde el 6 de agosto de 2016, hasta la fecha; iii) El Ministerio
Público, a tiempo de solicitar la medida cautelar fundamentó que existían suficientes
elementos de convicción para sostener que su persona con probabilidad participó en el
supuesto hecho ilícito en cuestión, pero este primer presupuesto exigido por el art. 233
del CPP, para hacer viable la detención preventiva resultó insostenible, por cuanto como
consecuencia de la Resolución de Sobreseimiento ”008/2017“, la probabilidad de la
comisión del presunto hecho ilícito fue descartada por el propio Ministerio Público; iv)
La parte pertinente de la mencionada Resolución de Sobreseimiento refiere: “Por lo
supra referido y fundamentado no se puede establecer ningún grado de participación de
Jorge A. Castillo Loayza en el hecho investigado, ni siquiera en grado de complicidad
establecido en el art. 23 del C.P. toda vez que el mismo no ha cooperado en la ejecución
del hecho antijurídico, siendo que de las pruebas acumuladas en el cuaderno de
investigaciones, se puede establecer que el mismo NO se encontraba en el lugar a la
hora del hecho acaecido tal cual se infiere de los testigos referidos líneas arriba que
señalan que Jorge Alejandro Castillo Loayza, se encontraba en la fiesta de cumpleaños
organizada por la Sra. Hortensia Torralba; y con posterioridad se hubiera apersonado a
prestar auxilio solicitado por su primo Marcelo Jarandilla mediante celular de los cuales
cursa registro de llamadas; asimismo se debe establecer que a la fecha se ha
individualizado la participación a Marcelo S. Jarandilla quien habría ejercido la agresión
sexual en contra de la víctima tal cual establece el Dictamen Pericial realizado por la
Dra. Elizabeth Alcala Espinoza PERITO EN GENÉTICA FORENSE que establece que
de la muestra colectada de Jorge Castillo y Marcelo Jarandilla, realizada la comparación
genética, la misma correspondería a Marcelo Jarandilla. Como tampoco se le puede
atribuir la calidad de encubridor establecido en el Art. 171 del CP ya que el mismo no
ayudó a eludir la acción de la justicia del encausado Marcelo S. Jarandilla, máximo que
el mismo llamó a radio patrullas 110, tal cual se establece del informe Nº 077/2016
elaborado por Cbo. Fran Arias Laura y del Informe de Extracto de llamadas de la
empresa ENTEL” (sic); y, v) Asimismo, refiere “… en el presente caso no existe un
fundamento sólido para manifestar con certeza que el sindicado Jorge A. Castillo
Loayza sea autor o partícipe del ilícito atribuido inicialmente por el Ministerio Público,
POR LO QUE RESULTA INNECESARIO CONTINUAR CON LA
INVESTIGACIÓN”; de esta manera el ministerio público basó el sobreseimiento en el
hecho de que el ahora accionante no participó en lo absoluto en el supuesto hecho ilícito
en cuestión como autor, ni como cómplice; en consecuencia, se hace es inviable la
detención preventiva (fs. 15 a 19).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El accionante denuncia la vulneración de su derecho a la libertad, puesto que la Jueza de


Instrucción Anticorrupción y Contra la Violencia Hacia la Mujer Primera del
departamento de La Paz -demandada-, el 15 de marzo de 2017, conoció la Resolución
de Sobreseimiento, sin que exista un pronunciamiento hasta la fecha, además de haber
solicitado el 24 de marzo de 2017, la cesación a la detención preventiva, no existiendo
respuesta a la misma hasta la presentación de la acción tutelar.

En consecuencia, corresponde verificar si los hechos denunciados ameritan o no la


concesión de la tutela solicitada.

III.1. Naturaleza jurídica de la acción de libertad, alcance y finalidad


La jurisprudencia constitucional respecto a las características que contiene la acción de
libertad, señaló lo siguiente, a través de la SCP 1222/2016-S2 de 22 de noviembre:
”Conforme estableció este Tribunal Constitucional Plurinacional, en reiterada
jurisprudencia entre otras la SCP 0511/2013 de 19 de abril, expresa: ’El art. 23.I de la
Constitución Política del Estado, determina que: «Toda persona tiene derecho a la
libertad y seguridad personal. La libertad personal sólo podrá ser restringida en los
límites señalados por ley, para asegurar el descubrimiento de la verdad histórica en la
actuación de las instancias jurisdiccionales»; y el art. 13.I del texto constitucional,
dispone que: «Los derechos reconocidos por esta Constitución son inviolables,
universales, interdependientes, indivisibles y progresivos. El Estado tiene el deber de
promoverlos, protegerlos y respetarlos».

Asimismo, la Declaración Universal de Derechos Humanos, instrumento que


forma parte del bloque de constitucionalidad, en su art. 3 determina que:
«Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su
persona», de la misma forma, el art. 8 de ésta Declaración establece lo
siguiente: «Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los
tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus
derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley».

Por su parte, el art. 125 de la CPE, establece: «Toda persona que considere
que su vida está en peligro, que es ilegalmente perseguida, o que es
indebidamente procesada o privada de libertad personal, podrá interponer
Acción de Libertad y acudir de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera
a su nombre y sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier juez o tribunal
competente en materia penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese
la persecución indebida, se restablezcan las formalidades legales o se
restituya su derecho a la libertad».

De lo mencionado, se establece que la acción de libertad ha sido instituida


como un proceso constitucional de naturaleza tutelar, que tiene la finalidad
de brindar protección inmediata y efectiva a derechos fundamentales como a
la vida y a la libertad, los mismos consagrados por la Ley Fundamental y los
instrumentos internacionales, que forman parte del bloque de
constitucionalidad, en los casos en que estos derechos, sean ilegal,
indebidamente restringidos, suprimidos o amenazados de restricción o
supresión por actos u omisiones ilegales o indebidas de autoridades
públicas o particulares.

Esta acción puede ser interpuesta ante cualquier juez o tribunal competente
en materia penal, solicitando que se guarde tutela a la vida, cese la
persecución indebida, se restablezcan las formalidades legales o se restituya
el derecho a la libertad.

De igual forma, la SCP 0031/2012 del 16 de marzo, siguiendo el


entendimiento de las SSCC 0040/2011-R y 0100/2011-R entre otras, señaló:
«…se constituye en una garantía jurisdiccional esencial, pues su ámbito de
protección ahora incorpora al derecho a la vida -bien jurídico primario y
fuente de los demás derechos del ser humano- junto a la clásica protección al
derecho a la libertad física o personal, la garantía del debido proceso en los
supuestos en que exista vinculación directa con el derecho a la libertad física
y absoluto estado de indefensión (SC 1865/2004) y el derecho a la
libertad de locomoción, cuando exista vinculación de este derecho con la
libertad física o personal, el derecho a la vida o a la salud (SC0023/2010-R).

Asimismo, la Constitución vigente mantiene las características esenciales del


hábeas corpus: El informalismo, por la ausencia de requisitos formales en su
presentación; la inmediatez, por la urgencia en la protección de los derechos
que resguarda; la sumariedad, por el trámite caracterizado por su celeridad;
la generalidad porque no reconoce ningún tipo de privilegio, inmunidad o
prerrogativa, y la inmediación, porque se requiere que la autoridad judicial
tenga contacto con la persona privada de libertad.

Es importante resaltar que la Constitución Política del Estado vigente, en el


marco más amplio que implica la concepción de ”acción de libertad“ y
acorde al principio de progresividad, acentúa algunas de las características
anotadas; así por ejemplo, en el caso del informalismo, contempla la
posibilidad de presentación oral de la acción de libertad, antes reservada
sólo a los supuestos en que la persona fuera menor de edad, incapacitada,
analfabeta o notoriamente pobre; en el caso de la inmediación, además de
establecer que la autoridad judicial dispondrá que el accionante sea
conducido a su presencia, prevé la posibilidad de que ésta acuda al lugar de
detención; asimismo, como ya se ha referido, amplía el ámbito de protección,
pues la ahora acción de libertad no se limita a la protección de ese derecho,
sino que alcanza al derecho a la vida, además de la posibilidad de
presentarla también contra particulares (art. 126 CPE)».

De similar forma, el art. 46 CPCo, al referirse al objeto de la acción de libertad, señala


lo siguiente: «La Acción de Libertad tiene por objeto garantizar, proteger o tutelar los
derechos a la vida, integridad física, libertad personal y libertad de circulación, de
toda persona que crea estar indebida o ilegalmente perseguida, detenida, procesada,
presa o que considere que su vida o integridad física está en peligro»‘“ (las negrillas
corresponden al texto original).

III.2. La potestad del juez cautelar de disponer la libertad en los casos de


sobreseimiento

Sobre la relación entre el juez cautelar y el sobreseimiento, la SCP 1011/2012


de 5 de septiembre, manifestó lo siguiente: ”En cuanto a la potestad del juez cautelar
de disponer la libertad en los casos de sobreseimiento y dentro del mismo razonamiento
la SCP 0068/2012 de 12 de abril precisa que: ’La acción de libertad, procede -además
de los casos en los que esté amenazado la vida o el derecho de locomoción en tanto este
amenazada el derecho a la libertad- cuando una persona está indebidamente privada
de libertad al margen de la Constitución Política del Estado y la ley y, cuando la
persona estando sometida a un proceso existe una lesión al derecho al debido proceso y
siempre que dicha lesión pueda relacionar con el derecho a la libertad. En este último
caso, en el que deberá partirse del presupuesto que la pretensión no es dilucidar sobre
una presunta indebida privación de libertad sino de una presunta vulneración al debido
proceso, no puede omitirse que tanto las autoridades judiciales como administrativa,
así como los sujetos procesales están sometidos al cumplimiento de la ley, y en ese
contexto, al procedimiento penal.

El Código de Procedimiento Penal establece los pasos e instancias de un


proceso así como refiere con la claridad sobre el procedimiento en cuanto al
sobreseimiento se refiere. Así, establece que el Ministerio Público, que
desarrolla en esencia una actividad administrativa y en la que, la
determinación del sobreseimiento por parte del fiscal de materia, tiene la
calidad de determinación conclusiva, sólo causa efectos cuando la misma no
ha sido impugnada por las partes; en cambio, cuando no sucede ello; es
decir, cuando la resolución del fiscal de materia ha sido impugnada o cuando
no existe parte querellante, tal determinación -en el último caso, de oficio-
debe remitirse ante el Fiscal de Distrito para que se pronuncie, y si la
resolución de este último confirma el sobreseimiento, recién, la determinación
del Fiscal de Materia, adquiere la calidad de una resolución conclusiva,
capaz de tener efectos.

Así, el entendimiento al que se refiere la SC 1071/2011-R de con relación a la


SC 1406/2005-R de 8 de noviembre, es correcto al señalar: «cuando el
sobreseimiento ha sido ratificado por el Fiscal de Distrito, el Fiscal del caso,
debe poner de inmediato a conocimiento de la autoridad jurisdiccional (…), a
objeto de que ordene se libre el respectivo mandamiento de libertad a favor
del imputado detenido preventivamente, y cesen las medidas cautelares que le
fueron impuestas»‘.

La misma SC 1071/2011-R, al referirse a su similar 1230/2006-R de 1 de


diciembre, alude a que la misma concluye que la autoridad judicial
competente: (…) debe librar el mandamiento de libertad en los casos de
requerimiento conclusivo de sobreseimiento y de sentencia absolutoria' (las
negrillas nos corresponden), pues, en ambas situaciones -según la citada
Sentencia- ’…corresponde la cesación de medidas cautelares‘. La SC
1230/2006-R, dice: (…) para librar el mandamiento de libertad, no es
necesario esperar que el sobreseimiento sea ratificado por el Fiscal de
Distrito, es decir que adquiera ejecutoria, pudiendo librarse estando en
trámite la impugnación o revisión de oficio…

La SC 1071/2011-R, modulando los citados precedentes, concluye que: «Una


vez transcurrido el lapso señalado, computado desde de la presentación del
sobreseimiento, sin que el Fiscal de Distrito se haya pronunciado en
cualquiera de sus formas, el juez a cargo del proceso, dispondrá la libertad
inmediata del imputado sobreseído…».

La aludida SC 1071/2011-R, en otras palabras y en el orden práctico, asume


como una determinación correcta el que el juez disponga la libertad del
imputado al sólo transcurso del tiempo que la ley otorga al Fiscal de Distrito
para pronunciarse sobre el sobreseimiento dispuesto por el fiscal de materia
y que se le hubiera dado a conocer formalmente a la autoridad jurisdiccional;
entendimiento que no se explica sino a partir del entendimiento del
precedente de la SC 1230/2006-R, que identifica a la resolución de
sobreseimiento emitido por el fiscal de materia con una sentencia
absolutoria; sin embargo, este Tribunal con relación a la aplicación de las
normas relativas al sobreseimiento, en particular, asume que la ley determina
un procedimiento tal, que la determinación del fiscal de materia, de ninguna
manera puede ser comparada, o peor, asimilada, a una sentencia absolutoria,
pues ésta, no sólo que es pronunciada por una autoridad jurisdiccional, sino
que la Sentencia que ésta pronuncia, es el resultado de un proceso y que por
su propia naturaleza, difiere en mucho de una etapa investigativa en la que,
es deber del Ministerio Público, asegurarse que el sobreseimiento al que
arribe como conclusión, en algunos casos, debe imprescindiblemente merecer
el pronunciamiento del Fiscal del Distrito, cuyo procedimiento, dicho sea de
paso, exige que el fiscal de materia eleve los actuados dentro de las
veinticuatro horas ante el Fiscal del Distrito quien deberá pronunciarse en
cinco días.

De esta manera, esta Sala, concluye que es preciso dejar de lado el


entendimiento que sobre el tema fueron expuestos en las SSCC
1071/2011-R y 1230/2006-R y retomar el entendimiento de la SC
1406/2005-R de 8 de noviembre, en el sentido que la resolución conclusiva de
sobreseimiento emitida por el fiscal de materia debe de manera
imprescindible contar con el pronunciamiento del Fiscal de Distrito en los
casos que dicha resolución haya sido impugnada o, de oficio, cuando no
exista parte querellante; sin que en esos casos le esté permitido al juez tomar
la decisión de disponer la libertad del imputado.

A mayor abundamiento debe entenderse que si el Ministerio Público si se


demora en su tramitación, debe acudirse al juez cautelar para que éste inste
al Ministerio Público a sujetarse a los plazos que determina la ley; un
entendimiento contrario, impondría más bien, que el juez obre al margen de
la ley, y que la justicia constitucional soslaye el principio de legalidad y a
título de aplicar el principio de favorabilidad, ignore que una norma se
presume constitucional entre tanto no sea el órgano de control de
constitucionalidad el que determine su inconstitucionalidad.
En cualquier caso, si se tratara de un indebido procesamiento en el que de
por medio está la libertad de la persona, corresponderá a este Tribunal
disponer que se reparen los procedimientos y no la libertad, pues, como se ha
dicho, no se trata de una indebida privación de libertad sino de un presunto
indebido procesamiento de una persona que está sometido a un proceso,
sujeta a la ley.

Desde otra perspectiva, partiendo del presupuesto de que no se dilucidaría


una indebida privación de libertad, así como el Ministerio es titular de la
acción penal y por consiguiente puede concluir por el sobreseimiento, el Juez
por otra parte, es quien toma la determinación legal de la detención
preventiva que es una medida cautelar con el fin de asegurar la presencia del
imputado en la tramitación del proceso con el fin de que asuma su
responsabilidad penal sabiendo que tal medida extraordinaria sólo procede
en los casos específicamente señalados por ley y, entre ellos,
fundamentalmente, que existan suficientes indicios racionales de la comisión
del delito por parte del imputado. En este último contexto, el Juez cautelar
puede modificar o determinar la cesación de las medidas cautelares cuando
las causas que originaron la determinación de una medida como la detención
preventiva ya no existe; así también podrá obrar, el Tribunal de alzada si
acaso se hubiera apelado de la determinación del inferior.

En suma, la configuración procesal sobre los aspectos que se refieren al


sobreseimiento no es sino el desarrollo de la norma constitucional que se
expresa a través de la Ley del Ministerio Público o, entre otras, por medio de
la ley procesal adjetiva“.

III.3. Análisis del caso concreto

El accionante denuncia la vulneración de su derecho a la libertad, puesto que la Jueza de


Instrucción Anticorrupción y Contra la Violencia Hacia la Mujer Primera del
departamento de La Paz -demandada-, el 15 de marzo de 2017, conoció la Resolución
de Sobreseimiento, sin que exista un pronunciamiento hasta la fecha, además de haber
solicitado el 24 de igual mes y año, la cesación a la detención preventiva, no existiendo
respuesta a la misma.

Ahora bien de la revisión de obrados se tiene que existe una Resolución de


Sobreseimiento, emitida por las Fiscales de Materia, la misma que fue puesta en
conocimiento de la autoridad jurisdiccional demandada; sin embargo, ésta no hizo el
control respectivo sobre si las autoridades fiscales pusieron en conocimiento del Fiscal
Departamental la Resolución de Sobreseimiento para su respectiva revisión, de acuerdo
al procedimiento previsto; en ese entendido se tiene que los seis días previstos por la
norma fueron ampliamente superados por cuanto el accionante se encuentra
indebidamente privado de su libertad, toda vez que de acuerdo al Fundamento Jurídico
III.2 de la presente Sentencia Constitucional Plurinacional, se tiene que: ”…el Juez
cautelar puede modificar o determinar la cesación de las medidas cautelares cuando
las causas que originaron la determinación de una medida como la detención
preventiva ya no existe…“; en el caso concreto se pudo evidenciar que, a través de la
Resolución de Sobreseimiento el propio Ministerio Público desvirtuó cualquier factor
que permita asumir que el accionante participó de manera directa o en calidad de
complicidad en el supuesto hecho ilícito por el cual fue imputado, por lo que de acuerdo
a la jurisprudencia constitucional vertida y considerando las dilaciones en las que
incurrió la autoridad demandada se evidencia que el accionante está indebidamente
privado de su libertad, de modo que se mantiene latente la lesión de este derecho
fundamental; consiguientemente, corresponde otorgar la tutela.

Por todo lo expresado, el Tribunal de garantías al haber concedido la tutela solicitada,


obró correctamente.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Segunda; en virtud de la autoridad


que le confiere la Constitución Política del Estado, y el art. 44.1 del Código Procesal
Constitucional; en revisión, resuelve: CONFIRMAR en todo la Resolución 5/17 de 30
de marzo, cursante de fs. 30 a fs. 33, pronunciada por el Tribunal de Sentencia Penal
Quinto del departamento de La Paz; y, en consecuencia CONCEDER la tutela
solicitada, en los términos dispuestos por el Tribunal de garantías.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.

Fdo. Dra. Mirtha Camacho Quiroga

MAGISTRADA

Fdo. Dr. Zenón Hugo Bacarreza Morales

MAGISTRADO

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