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De estas esculturas el grupo de mayor importancia se conoce con el nombre de “los suplicantes' ‘Aiguien comenzé hace algunos afios a lamarlos de esa manera, influido sin duda por la posicion de los bbrazos levantados hacia la cabeza en acttud de aparente siplica. El nombre real dej6 de promuciarse hace rmiticho mas de un milenio. Este término “suplicantes” fue aceptado por convencisn tacita, ante Ia falta de lotto que tradujera con mas rigor cientfico la verdad de su contenido y significado. la posicién en que se los colocaba Hay que comenzar por admit que no conocemos tan sini criginalmente De las tres piezas existentes en él Museo de La Plata dos pueden sustentarse en equine ido vertical. Pero In tercera tiene una base casi convexa, por ‘sobre Ia base plena con el eje mayor en sent ive ex neccsrio descats en ella la poscién vert, Si se ntntacolocrahorizontakmente, una de elas posce tin abnltamiento que hace imposible el orientarla de esta manera, Como se las miraba entonces? ‘Queda una tercera posibilidad, que estuvieron suspendidas desde Ins profundas acanaladuras simétricas el cuerpo. Esto quizis pareceré exiraio, dentro de nuestros moldes culturales, pero no puede descartarse ‘esta posibilidad en la cultura que le dio origen. oes: Ate Fsolonbiog cla Arcition Rea Gomez, Tal como se aprecia, son figuras que no se ubican de ninguna manera en el mundo natujal conocido, No son representaciones zoolégicas ni siquiera la conjuncién o la simbiosis de caracteres hhumanos y animales que encontramos tantas veces en as figuras de greda o de piedra. Estamos ante el simbolo, In imagen onirica del mito el dios fantistico hecho piedra. Sélo asoman algunos vestigios hhumanos en el rostro con Ia nariz deformada en la violencia de sus dimensiones y los ojos redondos y protuberantes familiares de las mascaras, ‘Nos impresiona la concepcién general de la pieza con sus curvas suaves, regulares y simétricas, de vientre grivido en uno de los casos més notables. Sélo el angulo saliente de las roles interrumpe el fuir de las curvas, Fl borde cortante de la linea, es el limite preciso que acentiia el sentido espacial aumentado por el vacio del pecho, vacio creado por los huecos que atraviesan por completo la figura dotindola de profindided y de proyeccién tridimensional. La clara indicacién del sexo femenino que posce otra pieza, podria sugert en conjunto una idea de fertidad, principio conrin expusto en las creencias religiosas de tantos pueblos de los denominados naturales. Si ftera este el caso, habia que admitir que las ideas de fetilidad, adquieren aqui Ia expresién més insélita y mas extrafin que se haya imeginado: por lo general los caracteres sextales exagersdos son los que tradiicen estas ideas, manteniéndose la forma animal humana como la raiz. eneamada de la fuerza, En cambio aqui, Ia sugerencia del vientre gravido, se implanta en ln més abstracta y dificil ceoncepcién que la imaginacién pudo crear. En esta escultura, (fig 1 y 2) procedente de Ia localidad de Balcozna, en el este catamarquefio, ef | grado de abstrnccién y simplificacién de un “suplicante” i llegado a su maxima expresién y apenas se reconoce ¢! grupo original con el que esta relacionado. Voluntariamnente se suprimid en esta admirable figura todo el volumen del cuerpo, para dejar sdlo amplios espacios vacios, enfatizando y ‘concentrando en ja cabeza, el r0sto, el sexo y las esqueriticas extremidades, los rasgos que se cleseaban -destacar, pero arnionizando al mismo tiempo el conjunto, en Ins mis extrafias y sugestiva creacion.

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