De otro lado, es bastante interesante registrar la
aparicién de palabras como afecto, gusto, amor, para
definir el sentimiento que unia a los pretendientes. En
sus alegatos ante la justicia Iegaban a considerar que
este “gusto” debia ser la base verdadera de la unién
y no el parecer de los padres. Aunque es dificil definir
el significado preciso de estas expresiones, ellas se fueron
popularizando y se usaban sin temor para nombrar un
sentimiento personal y humano.
Adem4s, al final del mismo siglo crecieron de
manera inusitada los conflictos por demanda de cumpli-
miento de promesa matrimonial. En Antioquia estas
demandas fueron entabladas por mujeres), que tras
recibir promesa de unién se entregaban a seductores que
después se retractaban o escondian. Estos procesos ensefian
especialmente que los jévenes de distintos niveles sociales
encontraban el espacio apropiado para intercambiar afec-
tos y caricias, sin vivir totalmente sometidos a la vigilancia
rectora de sus padres. Es probable que estos hechos nos
estén sugiriendo rasgos de una tendencia a la formacién
de un “individualismo afectivo”, de una autonomia de
los jévenes para formar su pareja. Sin embargo, es con-
veniente preguntarse si éste es un rasgo tipico de una
sociedad mestiza como Ia antioquefia, y si esto ocurrié
con igual intensidad en el campo y la ciudad.
Finalmente, quiero observar el hecho agudamente
conflictivo que vivia la familia colonial en zonas mi-
neras o de frontera. Una queja reiterada en procesos de
diversa indole era el ausentismo de los maridos o su
falta de dedicacién al hogar. En una investigacién en
curso sobre la criminalidad en el siglo XVIII antioquefio,
la historiadora Beatriz Patifio encontré que un altisimo
indice de los homicidios y agresiones fisicas fueron
21. RODRIGUEZ, P. “Promesas, Seduccién y Matrimonio en An-
tloquia Colonial”. Incluido en este volumen.
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