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EL PROCESO HISTORICO DE LA FILOSOFIA “Amar los mitos es en cierta forma mostrarse fildsofo"’. Aristételes “La historia de la filosofia es una disciplina interna de la filosofia, y no un afjadido a ella © curiosidad suplementaria”. José Ortega y Gasset “Toda filosofia es la filosofia de su tiempo, un escalén en Ia gran cadena de Ia evolucién es- piritual; de donde se desprende que sdlo pue- de dar satisfaccién a los intereses propios de su tiempo. Por. esta razén, una filosofia procedente de una época anterior no puede nunca satisfacer al espiritu que vive ya un concepto determi- nado de un modo mds profundo. Lo que el espiritu pugna por-encontrar en ella es este concepto suyo, que es ya su propia deteri nacién interior y la raiz de su existencia cap- tada como objeto de pensamiento; lo que quiere es conocerse a si mismo". Hegel “No es que los griegos sean nuestros cldsicos: es que, en cierio modo, los griegos somos no- otros". Xavier Zubiri Se acostumbra situar en Grecia, hacia los primeros decenios del siglo VI a. C., el perfodo inicial de Ia filosofia. Los origenes histéricos son siempre indeterminados y oscuros porque sdlo de- jan huellas firmes las formas ya constituidas; se comprende que sea més dificil adn fijarlos en el caso de Ia filosofia, cuyo con- cepto, segin hemos visto, no se libra todavia hoy de una cierta ambigiiedad y més bien parece por esencia llamado a estar en constante mutacién. Es posible, en verdad, encontrar en el Orien- te, especialmente dentro de los circulos culturales de la China y la India, formas de actividad espiritual que ofrecen algunas ana- logias con la reflexién griega y que influyeron indudablemente en ésta. Pero, aparte de que es siempre riesgoso aplicar cate- gorias de una cultura a otra —y la categoria de filosofia es.un producto tipico de la tradicién occidental—, en las colonias griegas del Asia Menor, y mas precisamente en la Jonia, es don- de por primera vez aparecen, en la época sefialada, manifesta- ciones bien definidas de un pensamiento que busca independi- zarse de los motives heredados del pasado religioso y propone una, explicacién de la naturaleza y la vida sobre bases raciona- les. Por cierto que la cuna de esta reflexidn es ese pasado re- ligioso, las antiguas mitologias en que se expresaban hasta en- tonces la inquietud cognoscitiva mas universal y el deseo de com- prender el sentido de la existencia. ‘Pero con Ia filosofia se pro- duce un cambio de signo en estas representaciones, por el cual ellas resultan al mismo tiempo conservadas y superadas. En efecto, de la conciencia’ mistica toman los primeros filésofos griegos elementos sustanciales de aquellas concepciones que exponen y defienden, prolongando asi un esfuerzo anterior de la mente humana. En este vinculo profundo pensaba Aristéte- les cuando ponia cerca del filésofo al amante de los mitos. Pe- ro al aparecer ‘la filosofia hay una mudanza de actitudes, un paso a otra forma de pensar, que lleva consigo una seculariza- cién del mito. “Los filésofos afirman los derechos de un pensa- miento librado a sus propias fuerzas y que se nutre de la obser- vacién de lo naturaleza, de la praxis del trabajo y de la activi- dad social, filtradas por la razén, lo cual es extrafio a la menta- lidad anterior. Desde esta época inicial, la filosofia se ha desenwuelto siguien- do miltiples lineas y recibiendo el impulso vivificador de muchas 38 INICIAGION FILOSOFICA sociedades y culturas, hasta llegar al estado en que hoy la encon- tramos, ahita de toda esta larga historia, con la viva conciencia de las mutaciones que ha sufrido, las crisis que ha superado y las posi- bilidades que tiene ante si. El estudio de este proceso histérico es el cometido de la historia de Ia filosofia como disciplina teérica’. Aunque iniciada en la antigdedad, como la obra de Aristételes, en- tre otras, lo muestra claramente, y proseguida empefiosamente en la época moderna, en la cual Johan Brucker publica hacia 1741 la primera historia critica de las doctrinas y sistemas, esta investiga- cién recibié su mds decisivo impulso de la obra de Hegel. Es ver- dad que la metafisica hegeliana, que fue el fermento de su concep- cién histérica, hacia del proceso filoséfico un movimiento ideal, auténomo e incondicionado, que se confundia con el desenvol miento dialéctico de la idea absoluta, y llevaba a postular una cul- minacién de la marcha del pensar en un momento determinado: la época de la propia filosofia hegeliana. Pero, no obstante esta car- ga especulativa, la concepcién de Hegel abrid las puertas a la comprensién de la evolucién de la filosofia como historia, es decir, como una obra humana cuyo sentido esta en la creacién, integra- cién y sobrepasamiento de los esfuerzos reflexivos de los hombres. Hegel hizo ver que el pasado filoséfico no es el depésito de las ideas ilusorias y los sistemas erréneos en que la humanidad se ha extraviado, sino un momento esencial, un paso indispensable en el progreso del pensamiento y de la vida. A partir de esta toma de conciencia fundamental, la historia de la filosofia se ha constituido. como una indagacién rigurosa, al par histérica y filosdfica, y ha ensayado métodos y criterios inter- pretativos diversos. Hoy se considera que una recta comprensién del proceso de Ia filosofia exige tomar en cuenta, de una parte, la conexién sistematica de las ideas y las doctrinas, como articulacién légica de las representaciones sucesivas del mundo y las teorias fi- loséficas de diversos tipos, y, de otra, el condicionamiento historico cultural de los productos de! pensar filoséfico y, ademas, el apor- te singular de la personalidad y el genio del pensador. La separa- 1 Gabe, pues, distinguir Inhistoria de ta filosofia, como proceso de las ideas en Ia evolucton de las sociedades y,culturas, de la historia de 1a filosofia, como disciplina o investigacién de ese-proceso, En. lo que sigue, el contexto preci- ‘sard suficientemonte el sentido con el que usamos esta expresién,

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