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Había una vez, cerca de las costas de Reino Unido, una casa, muy, pero

muy antigua donde vivían dos niños, Juan y Pancho.


Era día de limpieza, y tocaba ordenar el sótano. Antes de hacerlo Pancho
dijo:
-¡No terminaremos nunca! Este sótano es muy antiguo y no se sabe lo que
podrías encontrar aquí.
Juan le respondió:
-No te preocupes. Lo vamos a solucionar, y aunque este muy sucio, ¡vamos
a terminar!
-Bueno, dijo Pancho.

Y empezaron a limpiar. Mientras Pancho estaba limpiando uno de los


muebles viejos, Juan dijo:
-Ven Pancho, mira lo que encontré.
Y Pancho fue a ver qué pasaba.
-Mira Pancho, he encontrado un pergamino que, por lo que se ve, es muy
antiguo, dijo Juan.
Este pergamino estaba escrito en un lenguaje raro, que no era conocido en
la Tierra. El pergamino decía así: "….a avell euq ocigam ejasap un
otreibucsed la adeuq aniloc al de acrec soña lim adac"”
Los niños pasaban el texto a todas las lenguas pero no descifraban nada, lo
único que les quedaba era voltear el texto desde el final hasta el principio.
Juan y Pancho llegaron a la conclusión de que el pergamino decía:
"Cada mil años cerca de la colina queda al descubierto un pasaje mágico
que lleva a..." Los niños no sabían a dónde llevaba ese camino y
consultaron en la biblioteca unos libros de leyendas para tener más
información.
Los niños no pudieron saber a dónde iría a terminar el camino, pero
descubrieron que la última vez que se abrió el camino fue hace mil años y
el camino se abriría dentro de un mes exactamente. Un mes era suficiente
para prepararse.
Los niños se habían quedado con ganas de saber a donde llevaba este
pasaje. Ya estaban en la colina. Y según lo que decían los libros, ya se
tendría que haber abierto el camino, pero... el camino no se abría.
-¡Estos libros deben decir mentiras!, dijo Juan.
Los niños decidieron irse a casa. Cuando se alejaban empezó a sonar algo
así como un temblor, era el dichoso camino que por fin se estaba abriendo,
los niños, sin pensarlo, corrieron hacia él.
En el camino se encontraron con un murciélago que no los dejaba pasar. El
murciélago estaba por morder a Pancho pero Juan lo alejó con una antorcha
que estaba en las paredes.
Ya más adelante se encontraron con una parte donde se dividía el camino
en tres partes. Los niños no sabían por dónde ir. Y cuando avanzaron
aparecieron unos espejos que confundían el camino y parecía que le camino
se dividía en seis. Pancho eligió el camino de la izquierda.
- ¿Llegamos? -dijo Juan-.
Juan y Pancho habían llegado a una parte del camino tapada por una nube.
Los jóvenes dieron un paso y pisaron tierra firme. Cuando vieron el paisaje
vieron una isla fría, oscura y destruida completamente.
-¿Que habrá pasado? -Dijo Pancho-
Y una voz le respondió:
"Mi pueblo ha sido hechizado por un fantasma malvado y envidioso que
vive en un castillo que se encuentra en una montaña y tiene un murciélago
de aliado.
Ha convertido a todos mis amigos en piedra y la única forma de romper el
hechizo es destruyendo al fantasma con una luz que fue encerrada en una
cueva por el malvado fantasma"
Juan después dijo:
-No creo que sea muy difícil derrotar al fantasma y además vale la pena
derrotarlo después de tan largo viaje.
-Tienes razón. Vamos a derrotar al malvado fantasma y a salvar a la isla,
exclamó Pancho
. -Muchísimas gracias, respondió esa voz y apareció entonces un hermoso
unicornio convertido en piedra.
Después los niños se fueron a buscar la luz para derrotar al fantasma. El
unicornio les había dicho que la cueva se encontraba en el extremo Este de
la isla. Juan y Pancho habían llegado a la cueva.
Pancho trató de entrar pero un campo de fuerza protegía la cueva y el niño
quedó muy dañado. Juan volvió con el unicornio y le preguntó cómo podía
atravesar ese campo de fuerza. El unicornio le dijo que la única manera de
entrar era si estabas tranquilo y no pensabas en nada.
Siguiendo las instrucciones del unicornio Juan se fue a la cueva. Juan trató
de entrar y sin pensar en nada logró entrar a la cueva y encontró la Sagrada
Luz.
Cuando salió de la cueva Juan iluminaba todo a su paso y también logró
restablecer las fuerzas de Pancho. Los niños se dirigieron al palacio donde
se encontraba el malvado fantasma.
Él, desde el interior del castillo presentía que Sagrada Luz se acercaba y
trató de huir. Los niños lograron encontrarlo y, apenas vio la luz, el
fantasma se desintegró por completo y todos los habitantes de la isla
convertidos en piedra volvieron a la vida.
El unicornio les agradeció a los niños lo que hicieron y como regalo les dio
un mapa donde encontrarían un tesoro que habían enterrado los antiguos
habitantes de la isla.
Los niños se fueron a buscar el tesoro y, cuando lo encontraron y abrieron
el cofre una luz brilló y los niños aparecieron es sus camas. ¿Habrá sido un
sueño? Los niños no estaban seguros pero igual tenían el cofre con el tesoro
en su casa.
Los niños nunca contaron nada de esto a nadie. Después de unas horas
ellos se despertaron y se dieron cuenta de que todo eso fue solo un sueño,
un magnifico, increíble y divertido sueño.
Fin

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