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La historia de las vacunas se remonta a la antigua China, donde existen escritos del
siglo XI en los que se hace referencia a una forma primitiva de vacunación,
concretamente la conocida como "variolización". La variolización es la inoculación
del pus de la viruela para provocar esta enfermedad en una forma atenuada e
inmunizar así al paciente. Esta práctica no estaba exenta de riesgos, pues un cierto
número de vacunados contraían la viruela en una forma grave y morían. La
variolización fue introducida en Europa, concretamente en Gran Bretaña, en 1721
por Lady Mary Wortley Montagu.
Después de Jenner, fue Louis Pasteur el que dio un gran paso adelante en la historia
de las vacunas, al demostrar que, al administrar una forma debilitada o atenuada
del microorganismo que produce la infección se consiguen unas defensas más
puras que introduciendo un germen productor de otra enfermedad similar a la que
se quiere prevenir, como había hecho Jenner.
Durante las décadas de 1970 y 1980 se introdujeron las vacunas formuladas con
proteínas purificadas o polisacáridos capsulares, que ya no aportaban células o
microorganismos completos, sino una pequeña parte de los mismos, suficiente para
crear respuesta defensiva frente a la enfermedad. Ejemplos de ellas son la vacuna
antimeningocócica, la vacuna antineumocócica y la primera generación de vacunas
frente al Haemophilus influenzae tipo B.
Existen dos medidas en Salud Pública que han tenido un extraordinario impacto
en la salud de los ciudadanos del mundo a lo largo de los años: la potabilización
del agua y la vacunación. La potabilización todos sabemos qué es, pero nos
preguntamos ¿Qué son las vacunas?
Pero la vacunología científica se formo mas tarde con Pasteur quien está
considerado el padre de la vacunología, descubriendo en el año 1880 la vacuna
frente a la rabia.
Las vacunas, de una forma sencilla diremos que son medicamentos biológicos que
aplicados a personas sanas provocan la generación de defensas (anticuerpos)
que actúan protegiéndole ante futuros contactos con los agentes infecciosos
contra los que nos vacunamos, evitando la infección o la enfermedad.
Las vacunas constituyen una de las medidas sanitarias que mayor beneficio ha
producido y sigue produciendo a la humanidad, previenen enfermedades que
antes causaban grandes epidemias, muertes y secuelas.
Las vacunas benefician tanto a las personas vacunadas como a las personas no
vacunadas y susceptibles que viven en su entorno (inmunidad de grupo).
Las vacunas se administran mediante inyección, y con menos frecuencia por vía
oral (poliomielitis, fiebre tifoidea, cólera, rotavirus). En muchos casos son
necesarias varias aplicaciones para conseguir que el efecto protector se mantenga
durante años.
Para facilitar la correcta aplicación de las vacunas en la infancia todos los países
tienen elaborados unos esquemas de vacunación: se llaman calendarios de
vacunaciones infantiles. En ellos se definen las vacunas, las dosis y las edades de
aplicación.
Pero las vacunaciones no finalizan en la edad pediátrica, sino que los cambios
epidemiológicos justifican en muchos casos continuarlas en la edad adulta, para
evitar la reemergencia de enfermedades que parecían ya controladas o para
reforzar su potencia inmunógena.
Aunque los niños son los que reciben la mayoría de las vacunas, los adultos
también necesitan protegerse mediante la vacunación frente a gérmenes como los
del tétanos, la difteria, el neumococo, la gripe, la rubéola...que son causa de
enfermedades también en los adultos, en muchos casos mas graves que en los
niños.
Su seguridad es muy alta y son los productos farmacéuticos a los que se les
exigen estándares de seguridad más altos: todas las vacunas que en la actualidad
se administran han demostrado claramente su eficacia y seguridad.
Como ocurre con todos los medicamentos, tenemos que tener presente que existe
un riesgo muy pequeño de que ocurra algún problema grave, pero este riesgo es
siempre mucho menor que el derivado de contraer la enfermedad.
Pérdida de apetito.
Si los científicos que revisan los informes observan posibles problemas después
de la vacunación, inician una investigación intensiva para determinar si el evento
sólo coincidió con la vacunación, o si la vacuna pudo haber causado el problema
La importancia de las vacunas
Existen dos medidas en Salud Pública que han tenido un extraordinario impacto
en la salud de los ciudadanos del mundo a lo largo de los años: la potabilización
del agua y la vacunación. La potabilización todos sabemos qué es, pero nos
preguntamos ¿Qué son las vacunas?
Pero la vacunología científica se formo mas tarde con Pasteur quien está
considerado el padre de la vacunología, descubriendo en el año 1880 la vacuna
frente a la rabia.
Las vacunas, de una forma sencilla diremos que son medicamentos biológicos que
aplicados a personas sanas provocan la generación de defensas (anticuerpos)
que actúan protegiéndole ante futuros contactos con los agentes infecciosos
contra los que nos vacunamos, evitando la infección o la enfermedad.
Las vacunas constituyen una de las medidas sanitarias que mayor beneficio ha
producido y sigue produciendo a la humanidad, previenen enfermedades que
antes causaban grandes epidemias, muertes y secuelas.
Las vacunas benefician tanto a las personas vacunadas como a las personas no
vacunadas y susceptibles que viven en su entorno (inmunidad de grupo).
Las vacunas se administran mediante inyección, y con menos frecuencia por vía
oral (poliomielitis, fiebre tifoidea, cólera, rotavirus). En muchos casos son
necesarias varias aplicaciones para conseguir que el efecto protector se mantenga
durante años.
Para facilitar la correcta aplicación de las vacunas en la infancia todos los países
tienen elaborados unos esquemas de vacunación: se llaman calendarios de
vacunaciones infantiles. En ellos se definen las vacunas, las dosis y las edades de
aplicación.
Pero las vacunaciones no finalizan en la edad pediátrica, sino que los cambios
epidemiológicos justifican en muchos casos continuarlas en la edad adulta, para
evitar la reemergencia de enfermedades que parecían ya controladas o para
reforzar su potencia inmunógena.
Aunque los niños son los que reciben la mayoría de las vacunas, los adultos
también necesitan protegerse mediante la vacunación frente a gérmenes como los
del tétanos, la difteria, el neumococo, la gripe, la rubéola...que son causa de
enfermedades también en los adultos, en muchos casos mas graves que en los
niños.
Su seguridad es muy alta y son los productos farmacéuticos a los que se les
exigen estándares de seguridad más altos: todas las vacunas que en la actualidad
se administran han demostrado claramente su eficacia y seguridad.
Como ocurre con todos los medicamentos, tenemos que tener presente que existe
un riesgo muy pequeño de que ocurra algún problema grave, pero este riesgo es
siempre mucho menor que el derivado de contraer la enfermedad.
Pérdida de apetito.
Si los científicos que revisan los informes observan posibles problemas después
de la vacunación, inician una investigación intensiva para determinar si el evento
sólo coincidió con la vacunación, o si la vacuna pudo haber causado el problema
Conclusión
Desde que se descubrieron las vacunas en 1771 por Edward Jenner hasta la fecha las vacunas no
han perdido importancia para los humanos, pues ya han pasado a formar parte de nuestra vida
cotidiana. Cuando una persona se siente enferma o sufre de algún padecimiento necesita de
vacunas para poder curar su enfermedad, éstas no sólo curan también previenen de enfermedades
a las cuales podemos quedar expuesto y para algunas personas las vacunas les ayudan a poder
controlar ciertas enfermedades que padecen para poder brindarles así una vida más duradera.
Debemos de estar al tanto de las vacunas que no tenemos y acudir cuanto antes al centro de salud
más cercano para así contar con aquellas que necesitamos para no recaer ante algún padecimiento
y tener una mejor salud.
Anexos
bibliografia
http://www.saludemia.com/-/vacunaciones-lo-fundamental-breve-historia-de-las-vacunas
http://historiaybiografias.com/vacunas/
https://www.riojasalud.es/ciudadanos/catalogo-multimedia/vacunaciones/la-importancia-
de-las-vacunas