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Celos patologicos

Los celos son una emoción que surge en las personas por querer poseer a la persona amada en forma
exclusiva, por preocupación de perdida de la misma, o por malestar que siente el celoso por una relación
real o imaginada de esa persona con alguien más. Los celos patologicos son todo eso más intensos
sentimientos de inseguridad, auto-compasión, hostilidad y depresión. Podemos dividir los celos entre los
primeros, celos sanos, y los celos patologicos. A los celos sanos, en los cuales generalmente el sentimiento
predominante es el de preferir o desear, los patológicos agregan una fuerte actitud de exigencia o demanda.

Los celos patologicos son fundados, generalmente, en creencias irracionales y generan ansiedad,
inseguridad, agresividad, dependencia y depresión. Habitualmente asociamos este tipo de sentimientos
enfermizos a las relaciones de pareja, pero se pueden ver también entre hermanos, compañeros de diferentes
actividades, etc. Un sentimiento comparable a los celos es el de la envidia. Estos dos radican de la necesidad
de poseer, diferenciándose en que los celos manifiestan un temor a la pérdida de esa posesión, y la envidia
manifiesta un sentimiento de querer poseer lo que no tiene.

En los niños, específicamente, es normal ver la aparición de celos cuando se produce el nacimiento de un
hermano. Ante este nuevo nacimiento ven atentados sus sentimientos de exclusividad, protagonismo y
atención de los padres. El niño se siente destronado y ve en peligro los privilegios que consiguió hasta allí
en forma exclusiva por parte de sus padres. Si bien es una emoción natural propia del desarrollo de todo
niño, no los podemos evitar ni prevenir. Lo que se puede lograr es atenuarlos para que no se conviertan en
celos patologicos y terminen por evolucionar en graves problemas en la adultez.

Algunas formas de expresión de estos sentimientos en el niño serán:


- la regresión a comportamientos infantiles
- caprichos y comportamientos agresivos
- regresiones más avanzadas como orinarse en la cama o chuparse el dedo.
- se vuelven desobedientes, dañinos, buscan molestar y fastidiar con el fin de llamar la atención.
- aparición de síntomas tales como la falta de sueño, miedo, pesadillas y falta de apetito.
- mayor sensibilidad, poco interés por el ocio y bajo rendimiento escolar.

Ante la aparición de estos sentimientos típicos de celos actúe con cautela y no dramatice la situación, intente
comprender y apoyar al niño en sus sentimientos. Si esta situación altera el funcionamiento familiar se corre
el riesgo de que se padezcan celos patologicos. Es recomendable que usted anticipe la situación del
nacimiento del nuevo hermanito y le brinde la información necesaria al niño para que se prepare y adapte
mejor al cambio que se avecina. Hágalo parte de la situación, no lo excluya. Pídale su participación, hágalo
protagonista de la situación en la elección del nombre, en la preparación de la habitación, en el baño del
bebé, etc. Resulta fundamental también hacerle ver lo importante y gratificante que resulta ser el hermano
mayor.

Muchas veces son los mismos adultos quienes fomentan la aparición de celos patologicos sin quererlo o
darse cuenta. Debe tener claro que no puede comparar las cualidades y comportamientos de cada uno y que
a diferentes edades corresponden diferentes obligaciones, necesidades y recompensas. Fomente actividades
en conjunto para toda la familia y para los niños únicamente, con lo cual evitará tontas trascendencias a
rivalidades y conflictos. Podemos entonces tratar con conocimiento los celos patológicos y de esta manera
evitar trastornos en la adultez del niño. Sea conciente de la importancia de este tema para el desarrollo de su
hijo como individuo social y si lo requiere solicite ayuda profesional. No estamos ante un tema de menor
importancia, sino, todo lo contrario.

Los celos son normales o patológicos dependiendo del tipo y grado de nuestra reacción ante este
sentimiento.

Los celos patológicos los podemos considerar como una enfermedad porque son aquellos que, siendo
infundados o incluso fundados, obsesionan de tal manera al que los padece, que repercuten negativamente
en sus sentimientos y en su comportamiento. Algunos ejemplos de estas repercusiones podrían ser las
siguientes: sentirse víctima, desvalorizarse, culpabilizarse a sí mismo y al otro, mostrar sentimientos y
conductas hostiles contra el rival, real o imaginario, pudiendo agredirle física y psíquicamente, etc., todo lo
cual iría deteriorando la relación, la familia y la propia vida. Asimismo, puede incidir en la salud psíquica
llegando incluso a perder el control y/o padecer algún trastorno emocional como puede ser la depresión.

Es muy importante por las nefastas consecuencias a las que se puede llegar, que, cuando sintamos celos,
estemos alerta de hasta donde nos distorsionan a nosotros mismos y a la persona objeto de estos celos, así
como a nuestra familia, trabajo, etc., para poder buscar soluciones.

El efecto de los celos patológicos en la pareja


Tanto hombres como mujeres pueden ser víctimas de los celos patológicos de su pareja; sin embargo, por lo
general la mujer lleva la peor parte en las vinculaciones celopáticas, ya que los celos son la principal causa
de femicidios, o sea la muerte de las mujeres a manos de sus parejas.
“Por su condición de género, las mujeres son las víctimas más frecuentes. El promedio anual de mujeres
muertas por violencia doméstica a manos de sus parejas o ex parejas, o por problemas pasionales o violencia
sexual, fue en aumento año a año.

Es necesario mencionar que la violencia se puede manifestar en sus cuatro aspectos básicos: la violencia
física; la violencia psicológica; la violencia sexual y la violencia patrimonial. En el caso de la celopatía del
varón hacia la mujer, esta se puede expresar en los cuatro aspectos mencionados. Por ejemplo, un varón
celópata puede controlar a su pareja privándole de dinero para su movilización, no permitiéndole trabajar o
estudiar, lo que dañaría evidentemente su proyecto de vida. En la celopatía o patología de los celos hacia la
pareja, se puede observar que tanto varones como mujeres presentan conductas caracterizadas por la hiper
vigilancia y la necesidad de controlar los movimientos de la pareja. Estas manifestaciones estarían
realimentadas eventualmente por ideas obsesivas sobre la infidelidad de la pareja que, en el caso de los
varones, la ideación obsesiva puede llegar a tal grado que puede llevar a la agresión sexual y física de la
mujer e incluso la muerte. Ahora bien, si existen celos hasta cierto punto normales en una relación de pareja
los cuales no son dañinos, ¿Qué los diferencia de los celos patológicos?

Personalmente considero que existe una diferencia cuantitativa y cualitativa entre estos. Cuantitativamente,
los celos patológicos serán mucho más intensos haciendo que la persona llegue a la obsesión sobre control y
violencia. Por otro lado, referente a lo cualitativo podemos decir que en la persona celópata la consciencia
es invadida por ideas y pensamientos infundados de traición o abandono por parte de su pareja. Esto
produce una alteración de la percepción de la realidad.
Si bien las ideaciones amenazantes están solo en la mente de la persona celópata, estas se entretejen en una
trama tan elaborada que parece real para quien sufre la crisis de celos.

Síntesis
 Existen celos aceptables en toda relación de pareja, lo cual puede ser tonificante para la misma.
 Los celos exagerados pueden dar lugar a vinculaciones celopáticas, las cuales pueden ser altamente
dañinas para los integrantes de la relación.
 Los celos patológicos pueden ser la causa principal de la violencia sexual, patrimonial, psicológica y
física, e incluso, el asesinato de la pareja.
 Tanto los varones como las mujeres celópatas, suelen padecer de “delirios de celos” o ideas
paranoicas y obsesivas sobre el ser traicionado o abandono por la pareja.
 Los celos patológicos pueden manifestarse desde el noviazgo y crecen a lo largo del tiempo durante
la relación de hecho o en el matrimonio.
 Los celos patológicos lejos de ser una expresión de amor, son en realidad una manifestación de
inseguridad y complejo de inferioridad por un lado, y el deseo de control y poder de la otra persona
por otro.
Las personas celosas son inseguras y suelen tener la autoestima muy baja, de ahí que no sean capaces de
concebir que otro pueda estar interesado en él y que le quieran. Esta inseguridad les lleva a desconfiar
totalmente de su pareja, o del ser querido. Se va cuestionando cosas y poco a poco desconfían
absolutamente de todo lo que dice y hace, esto les lleva a la necesidad de un control total sobre la otra
persona, comienzan a realizarle miles de preguntas calculadas exhaustivamente para seguir intentando
�pillarla� en algún error, aunque teniendo en cuenta el tercer grado al que someten es fácil cometer algún
error pero no por mentir sino porque el estrés que genera esa situación hace que ya no se sepa ni que es lo
que se dice. Es aquí cuando se puede pasar fácilmente a una obsesión sobre el otro.

En este momento la persona celosa está dejándose llevas por su imaginación e incluso puede acusar a su
pareja de cosas que no son ciertas y que ni siquiera puede demostrar, simplemente comienza a crear
pensamientos, normalmente negativos y referentes a un engaño, y llega a hacerlos ciertos y nadie podrá
convencerle de lo contrario porque ya los tiene demasiado interiorizados.

Una de las cosas que se puede hacer para poder terminar con estos pensamientos obsesivos es analizar la
situación profundamente y ver si existen realmente razones para sentir esos celos, pero no basarse en ideas y
conjeturas personales, si no ver con bases y actuaciones tangibles y reales, es decir deshacerse de las ideas
creadas personalmente y vivir en la realidad.

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