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Nuestro sistema educativo, firmemente influenciado y consolidado por la

idiosincrasia colombiana, año tras año ha visto cómo sus componentes han
evolucionado atendiendo a las necesidades propias de cada generación. Es
evidente que la educación en nuestro país no es la misma que en épocas anteriores,
la cultura y las nuevas tecnologías, así como las condiciones socioeconómicas son
factores determinantes para la construcción de los principios educativos actuales.
Día tras día, debe hacerse especial énfasis en educar y construir personas capaces
de afrontar los retos que impone el mundo en este momento, por eso, establecer un
sistema educativo de calidad, en el que valga más el buen desempeño académico
y el aprovechamiento máximo de las aptitudes individuales y grupales debe ser el
principal objetivo de los entes gubernamentales. Una reforma educativa que
promueva el mejoramiento integral de todos los niveles formativos, desde los más
básicos hasta los más avanzados, contribuiría a la consolidación de una enseñanza
más productiva. Modernizar los métodos de aprendizaje, reestructurar la pedagogía,
multiplicar las buenas prácticas y dinamizar los procesos de evaluación son los
pilares fundamentales de un sistema educativo sólido. Paulatinamente, la forma en
la que se enseña en nuestro país hace que cada día sean más los niños que
prefieren desertar y no volver al colegio, puesto que se sienten condicionados y
limitados por un sistema de calificación que evalúa más la buena memoria que los
conocimientos, además, no poseen una motivación real que los impulse a formarse
académicamente y a ser motor de desarrollo para la sociedad. El estudiante debe
comprender que su responsabilidad en el aula es desarrollar sus facultades
racionales e intelectuales, para ello, los maestros deben actuar como
acompañantes y no como supervisores. El seguimiento y el control es de suma
importancia, instituciones como el ministerio de educación deben realizar un
constante monitoreo a la calidad de la educación que se imparte en los diferentes
centros de formación, estimular y exaltar a los estudiantes y maestros con buen
desempeño, a través de becas y programas especiales, movilidad académica en el
exterior, aprendizaje de un segundo o tercer idioma, entre otras condiciones que
motivarían a alumnos y profesores a continuar siendo excelentes, así como tener
especial atención con aquellos estudiantes a los que se les dificulta el aprendizaje
y profesores que no llevan a cabo con eficiencia su labor formativa. Así como se
hace especial énfasis en la evaluación del profesor al estudiante, debe tenerse en
cuenta y en mayor grado, la evaluación que realiza el estudiante al profesor, puesto
que es en este aspecto en dónde es posible identificar que maestros tienen falencias
en sus métodos de enseñanza, esta evaluación debe tener un impacto real e
inmediato en la remuneración económica de los maestros, creando un sistema de
bonos por desempeño para premiar a los buenos maestros pero también,
permitiendo que se cesen los contratos de maestros que sistemáticamente no
enseñan nada. Así mismo, programas como ‘ser pilo paga’ que premian el buen
rendimiento en las pruebas saber, deben fortalecerse, flexibilizarse y multiplicarse,
puesto que esto hace que los estudiantes se motiven a alcanzar buenos resultados
en dichas pruebas, lo que también hace que suba el nivel educativo del país.
Entidades como Colciencias deben promover la creación de grupos de investigación
en colegios y universidades, para que de ellos salgan proyectos científicos con
reconocimiento internacional y proyección a futuro, haciendo pie principalmente en
el desarrollo tecnológico de la región. Los colegios de las zonas rurales deben ir
más a la par de los que están ubicados en los centros urbanos, es tanta la diferencia
que con certeza se puede decir que un niño del campo aprende muchísimo menos
que un niño de la gran ciudad, por ello, los colegios rurales deben estar dotados de
herramientas tecnológicas y técnicas modernas y eficaces de aprendizaje y junto
con los colegio urbanos, dar especial importancia a campos como las artes y las
ciencias. Las facultades universitarias encargadas de la formación de los profesores
deben mejorar las técnicas de pedagogía, en pocas palabras, enseñar a enseñar,
para que un maestro que posea un conjunto sólido de conocimientos y doctrinas
sea plenamente capaz de transmitir dicha sabiduría hacia sus estudiantes,
garantizando la eficacia en el proceso educativo. Cabe mencionar que también debe
existir transparencia en todas y cada una de las etapas del proceso y en todos los
componentes del mismo, no hay que tolerar atentados contra la moral y la capacidad
intelectual de estudiantes y maestros. La reforma educativa debe ir de la mano con
una transformación en los cánones académicos, además de pasar de una forma de
pensar conformista a una más ambiciosa, en la que se considere importante estar
en constante aprendizaje permanentemente y se vea a la enseñanza como una
herramienta indispensable para el desarrollo personal y general y no como una
obligación o un deber ineludible. Por último es necesario decir que mientras
Colombia no realice una reforma de esta naturaleza, el país no será capaz de
combatir, de verdad, la mala calidad de su educación, de otra forma, se seguirán
teniendo pésimos resultados en pruebas de evaluación internacionales. Impulsar el
desarrollo educativo, mejorar los índices de deserción académica y alfabetización y
optimizar la infraestructura, planta física, medios, recursos y personal del sistema
educativo nacional debe ser prioridad de cualquier potencial gobierno o campaña
política. En resumen, la reforma educativa nacional debe comprender que lo
importante es contribuir al desarrollo nacional formando académicos y profesionales
capaces, íntegros y deseosos de construir una sociedad avanzada y pujante y
también impedir que las ganas de aprender se conviertan lentamente en ganas de
llorar, ningún sistema educativo puede permitir ello.
Gracias.

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