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COLECCIÓN

QUES

NVKrogms
PROLOGO

Este libro no es un curso sistemático de psicología ajedrecista.


Aún no es el momento de escribir una obra de tanta importancia,
pues la ciencia psicológica está muy en sus principios a este
respecto.
Este libro no es más que la exposición y divulgación de ciertos
problemas que interesan al amplio círculo de aficionados al ajedrez.
Conviene advertir que la práctica de este arte ha reunido
un sinfín de datos característicos de la psicología. Muchos aje-
drecistas emplean diversos procedimientos psicológicos para me-
jorar el juego.
Pero este material, rico en datos, no ha sido lo bastante
divulgado, ni ha dado todavía a la enseñanza del ajedrez la
utilidad que puede dar, por ser aún pertenencia de la experiencia
individual.
El autor intenta explicar ciertas particularidades típicas del
pensamiento y la atención en la lid ajedrecista, y lo hace con la
esperanza de que esta obra ayude al ajedrecista a conocer lo
eficiente y lo deficiente de su juego, y le oriente en su preparación.
Posiblemente, al lector le parezcan discutibles muchos puntos
tratados aquí, lo cual es lógico, pues no se ha realizado una in-
vestigación exhaustiva de sus aspectos. Y así, cuanto más aune-
mos nuestros esfuerzos para investigarlos, más pronto prestará
la psicología su valioso servicio al perfeccionamiento del aje-
drecista.
OBJETO DE LA PSICOLOGÍA AJEDRECISTA

La psicología y el ajedrez

Todo ajedrecista cifra en la psi- gía aplicada a la ingeniería han apli-


cología la esperanza de que le ayude cado el entendimiento al ajedrez;
a conocer sus cualidades personales, lo consideran como un modelo ejem-
imprescindibles para realizar un jue- plar para el estudio de la imagina-
go más eñcaz, y a investigar la re- ción creadora del hombre, y ven en
gularidad del proceso de formación el conocimiento de sus secretos la
y desarrollo de estas propiedades forma de descifrar el enigma de la
psíquicas de la personalidad. actividad creadora del individuo.
Estos dos objetivos determinan Con todo, hasta aquí no ha sido
problemas relativamente más parti- muy notable el progreso de los
culares: análisis psicológico de las científicos en la confección de pro-
particularidades del juego del opo- gramas ajedrecistas para el juego
nente; determinación de los méto- realizado por computadores electró-
dos de adiestramiento, teniendo en nicos. La causa de ello ha de atri-
cuenta la individualidad del ajedre- buirse a que hasta hace poco los
cista; estudio de los procedimientos confeccionadores de tales programas
de la meditación racional; lucha ignoraron específicamente la capa-
contra la falta de tiempo, y así su- cidad humana para dirigir el juego,
cesivamente. Por lo tanto, la in- o sea la importancia de los momen-
vestigación psicológica puede y debe tos emocionales y volitivos y la in-
ser aplicada para mejor perfecciona- tuición, por haberse ocupado sólo
miento de la maestría del ajedrecis- en el análisis lógico de la teoría del
ta y para desarrollar y mantener sus ajedrez.
facultades deportivas. En los trabajos de las psicólogas
Pero eso no es todo. La psicología soviéticas O. Tijomirova y V. Pusch-
conviene al ajedrecista, y el ajedrez kina queda bien determinada la di-
cautiva la atención de la psicología ferencia entre la mentalidad del aje-
general. Aquí es oportuno señalar drecista y la de la máquina. Estas
la importancia que este arte tiene dos autoras advierten, por ejemplo,
en la formación del carácter de la que en muchos programas confec-
persona, y la influencia positiva que cionados para computadores, la bús-
ejerce en la mente, la voluntad y los queda de movimientos se efectúa
sentimientos de la misma. De poco por reducción de las variantes «exa-
tiempo a esta parte, cibernéticos, ma- minadas». En cambio, el individuo
temáticos y especialistas en psicolo- reflexiona de un modo distinto: al
principio, también deja a un lado tros no pudieron contestar inmedia- cológico), puede atribuirse solamen-
tamente a la pregunta acerca del la directa percepción de la postura
las variantes que no le satisfacen; te a lo limitado del procedimiento en el tablero. De aquí que sea nece-
pero si el movimiento propuesto no color de tal o cual casilla del tablero.
Al parecer, en aquel tiempo, Binet seguido en la investigación. sario verificar todo movimiento, por
le conviene, amplía en seguida la El destacado maestro y psicólogo evidente que parezca en un princi-
zona de exploración o búsqueda y tenía poca experiencia en las sutile-
zas del ajedrez, pues creyó en las V. Blumenfeld ha contribuido seña- pio.
analiza nuevas posibilidades. ladamente al estudio de los proble-
El académico V. Gluschkov seña- palabras de uno de los sometidos a De poco tiempo a esta parte, se
examen, quien le dijo que era capaz mas psicológicos referentes al pen- han publicado varios trabajos sobre
la que es necesario plantear nueva- samiento en el ajedrez, y ha demos-
mente la realización de dichos pro- de calcular de antemano quinientos la psicología aplicada al ajedrez. En
movimientos. trado que el modo de pensar del su libro «Psicología del ajedrecista»,
gramas, y escribe: «Acaso el estudio ajedrecista se distingue por su evi-
de los procesos del pensamiento hu- En 1925, los participantes en el Fine analiza la obra de Morphy,
dencia, matiz exclusivamente emo- Steinitz, Lasker, Capablanca, Alek-
mano sea la única forma convenien- Torneo Internacional celebrado en cional y tensión volitiva; señala,
te para conocer a fondo la técnica Moscú, fueron sometidos a un exa- hine, Euwe, Botvinnik y otros maes-
además, el carácter práctico de dicho tros, y atribuye el desarrollo del
de programación de las funciones men psicológico. I. Diakov, N. Pe- pensamiento, por cuanto la idea y la
más complicadas en la esfera del tra- trovski y P. Rudnik publicaron un arte y destreza en el ajedrez al papel
acción (el movimiento) están direc- que representan en él los «impulsos
bajo intelectual del hombre.» A libro sobre dichos experimentos. En tamente relacionadas en él. La tasa-
este respecto ya existen trabajos, los ajedrecistas, comparados con los reprimidos», usando la terminología
ción del tiempo en la contienda freudiana, y otras tesis poco firmes
como la competición de programas habituales sometidos a examen, se competitiva intensifica el proceso
de ajedrez entre la URSS y EE UU, apreció un alto desarrollo de las del psicoanálisis. Por desgracia, Fine
mental y fuerza al pensamiento a no ha insertado en dicho libro su
realizada el año 1967, y las intere- cualidades dinámicas de la atención trabajar con medios más económicos.
santes proposiciones que M. Bot- y el pensamiento, y también la pre- valiosa experiencia adquirida en los
Este autor propuso por primera torneos.
vinnik ofrece en su libro «El algo- sencia de memoria exclusivamente vez una serie de interesantes proce-
ritmo del juego en el ajedrez» específica. Los tres autores en cues- dimientos a seguir en la investiga- La investigación de las perspec-
La intensa actividad desplegada tión propusieron asimismo el llama- ción psicológica del arte ajedrecista. tivas de los jóvenes ofrece interés
en la programación de referencia do «psicograma del ajedrecista»; es- Por ejemplo, introdujo la medición con ayuda del examen introducido
impone la siguiente pregunta: ¿Ter- to es, las dieciséis cualidades que del tiempo con el cronómetro, la por el checoslovaco L. Cherni: al
minará la existencia del ajedrecista determinan, según ellos, el éxito en cual ya es popular; el método de jugador sometido a prueba se le
cuando la máquina haya aprendido el juego. A este respecto, muchas reconstrucción de las partidas ju- pedía, por ejemplo, que hiciese avan-
a jugar? de sus tesis —como dominio de sí gadas en otro tiempo; la anotación zar con la máxima rapidez un caba-
Al parecer, ya existe la posibili- mismo, fuerza sintética del pensa- de las consideraciones del ajedre- llo blanco situado en el escaque
dad, teórica y de principio, de fabri- miento, voluntad disciplinada, y asf cista en el transcurso del juego; et- 1TD; tras haberlo realizado, se si-
car un supermaestro electrónico, sucesivamente— no ofrecen duda al- cétera. tuaban cuatro peones negros en los
por cuanto el ajedrez posee una in- guna; pero otras son discutibles, escaques 3AD, 6AD, 3AR y 6AR,
formación grande y finita. Pero no Igualmente trató de investigar las respectivamente, y volvía a pedírsele
pues sostienen que el desarrollo del formas intuitivas del pensamiento
vamos a formar juicio probable de pensamiento del ajedrecista no es que efectuase la misma operación,
los campeones electrónicos, sino de ajedrecista. En este aspecto, es dig-
directamente proporcional al nivel na de atención su tesis de la intui- partiendo del escaque antedicho,
los de carne y hueso; cuanto más medio de su cultura. Desde luego, pero sin saltar a las casillas ocupa-
que a los ajedrecistas y cibernéticos ción producida por el recuerdo de
la práctica ha demostrado convin- imágenes de posiciones anteriores das por dichos peones ni a las do-
interesa el material acumulado por centemente que tal juicio es con- minadas por ellos. En estos y otros
la psicología ajedrecista. a la que se analiza en un momento
trario a la verdad; pues el nivel cul- dado y análogas a ésta. ensayos se midió con un cronóme-
La primera investigación en este tural alto contribuye de un modo tro el tiempo empleado en ellos; se
campo se debe al psicólogo francés importante al desarrollo de la capa- Y dio muchos consejos prácticos
y valiosos, como, por ejemplo, «pri- tuvo en cuenta la precisión de los
A. Binet, y data del año 1894; estu- cidad del ajedrecista. Que dichos movimientos o el menor número de
dió el llamado «juego a ciegas», y ob- autores afirmasen que no se descu- mero ha de hacerse el movimiento
forzoso, luego entregarse a la medi- errores, y se atendió a la perseve-
tuvo interesantes datos que le permi- brió la presencia de talento esencial rancia del sometido a prueba y su
tieron sacar la justa conclusión de y común en los grandes maestros tación, y no a la inversa». Indicó
que, al efectuar un cálculo, no se decisión. Aunque las pruebas efec-
que la imagen visual del ajedrecista (recordamos que Lasker, Reti, Tar-
debe fiar sólo en las representa- tuadas por Cherni apenas ofrecen
tiene, findamentalmente, carácter takover, Torre y otros, estuvieron
ciones visuales de la imaginación, un material completo y objetivo para
mental. Por ejemplo, ciertos maes- entre los sometidos a examen psi-
por cuanto son más desvaídas que poder formar juicio del talento del
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ajedrecista, son dignas de atención años, predijeron el gran porvenir de principios de siglo. Entonces se es- pensamiento lógico (el modelo, el
como base posible para otros pro- V. Corta como maestro de ajedrez, cribía con frecuencia acerca de !a dinamismo, etc.).
cedimientos a seguir en la investi- no obstante haber sido considerado inexplicable «suerte de Lasker» co- Con todo, el discutible intento
gación. Es curioso que los experi- uno de los ajedrecistas menos pro- mo si ésta se debiera a una suges- de Lasker de clasificar los estilos no
mentos realizados por él, hace varios metedores de los sometidos a prueba. tión hipnótica que él infundiese a ha perdido vigencia; pues, ya en
sus oponentes. Hoy en día, el modo 1925, empleó la tradicional divi-
psicológico de abordar el estudio sión del estilo en combinatorio y de
del adversario está muy divulgado. posición.
El ajedrecista y la psicología Es verdad que, con antelación a Veamos cómo está actualmente el
Lasker, el maestro francés Arnaud estudio de este asunto; circunstan-
La opinión de destacados ajedre- y no piezas de madera.» Estudió de Riviere afirmó que «el carácter, cia muy importante en el adiestra-
cistas, sus comentarios sobre parti- detalladamente el estilo, los aciertos el temperamento y la personalidad miento del ajedrecista para enfren-
das, artículos y libros constituyen y los fallos de sus contrincantes, a del ajedrecista se pueden definir por tarse con un oponente. Además de
un valioso material para el psicó- fin de servirse, en la práctica, de las el estilo de su juego». Sin embargo, ciertos avances logrados en la es-
logo. Pero, al analizarlo, ha de te- conclusiones deducidas. A menudo, este juicio no fue argumentado y, fera de la aplicación práctica (el
nerse en cuenta lo siguiente: pri- no hizo objetivamente los mejores por lo tanto, pasó inadvertido. «match» S p a s s k i - T a l , 1965, y
mero, la mayor parte de los maestros movimientos, sino subjetivamente En cambio, Lasker elaboró deta- Spasski-Geller, 1968), las investiga-
de ajedrez no son psicólogos profe- los más desagradables para sus ad- lladamente la clasificación de los ciones han progresado mucho. En la
sionales y, por lo mismo, los térmi- versarios. estilos, indicando las siguientes ten- literatura ajedrecista actual, como
nos que usan no siempre concuerdan En una entrevista de prensa ex- dencias creadoras del ajedrecista: en la de antes, con frecuencia se ha-
con el punto de vista científico; y puso: «La partida de ajedrez es una 1) el estilo clásico, basado en que bla de dos estilos: el combinatorio
segundo, son remisos en contar sus lucha en que participan factores muy el plan de juego no se elige a ciegas, y el de posición.
ideas e impresiones vivas. A este diversos. Por eso, conocer los de- sino racionalmente y de acuerdo con Al primero pertenecen los aje-
respecto, Alekhine se lamenta con fectos y virtudes de los oponentes, los principios del «sentido común»; drecistas que tienden al juego ti-
razón: «A mi modo de ver, sería en este aspecto, tiene mucha impor- 2) el estilo «maquinal», en que se rante y táctico con sacrificios y com-
conveniente, para los millones de afi- tancia. Para citar un ejemplo, seña- efectúan los movimientos según el binaciones. Se estima que el ajedre-
cionados al ajedrez y para el propio laremos que Maroczi manifiesta en modelo estereotipado retenido en la cista de estilo combinatorio posee
juego, que el maestro fuese más sus partidas una tendencia a defen- memoria; 3) el estilo «sólido», en el un elevado desarrollo de la imagina-
explícito al referir las causas que le derse cautamente y a atacar sola- cual se refuerza la posición y se ción creadora y una profunda capa-
han forzado a optar por determina- mente si se ve forzado a ello; Ja- espera que el adversario cometa un cidad para el cálculo; dicha imagi-
dos movimientos cuando comenta novski, en las suyas, pone de mani- error; 4) el estilo en que se usa nación se manifiesta particularmen-
sus partidas...»; pues cuando el fiesto una inclinación a proseguir de ardides o artificios para engañar en las posiciones del medio juego,
maestro describe los momentos psi- el juego, aunque lo tenga sobrada- al contrincante; y 5) el estilo com- puesto que en ellas la mayor parte
cológicos de la lid, puede darse por mente ganado; esto hace que acabe binatorio. de las piezas brinda múltiples posi-
seguro que es un sincero entendido perdiendo la partida. Resumiendo, Esta clasificación es discutible, bilidades de elegir un movimiento
en este asunto. se pueden sacar muchas conclusio- por ser demasiado extensa la inter- determinado. A este estilo hace re-
Emanuel Lasker fue el primero nes del estudio minucioso de las pretación que se da al «sentido co- lación el juego de Andersen, Mor-
en apreciar que, tras la vida de las partidas del adversario.» mún». Pues si el avalúo de la po- phy, Chigorin, Alekhine, Tal, Larsen
piezas, está el individuo con su ca- En los torneos, aprovechó magis- sición sólo es exacta cuando se hace y Bronstein.
rácter; y que no se pueden com- tralmente la particularidad psicoló- por intuición, entonces es poco pro- Los de estilo de posición se carac-
prender los secretos de la contienda gica de sus contrincantes y les im- bable que dicho avalúo pueda apli- terizan por plantear de un modo
ajedrecista si se prescinde de la puso lo que para ellos era ajeno al carse a los representantes de un fundamental y más sereno la par-
psicología, las inclinaciones y el ca- espíritu evolutivo de la partida. Fue estilo determinado. Tampoco hay tida; en su. juego prevalece el buen
rácter del individuo en el transcurso el primero en establecer que el estilo principios únicos que determinen la concepto que se tiene de los prin-
de esta contienda. ajedrecista refleja el carácter del in- división de los estilos, incluyendo cipios generales de la estrategia, y
Estimó que el ajedrez es, ante dividuo, y demostró la verdad de en ella los rasgos del carácter (tác- el avalúo de la posición se funda
todo, una lucha entre dos personali- esta tesis en la práctica. tica de engañar con ardides o arti- en deducciones lógicas. La genera-
dades, entre dos intelectos, y dijo: Su método no fue entendido de- ficios y de esperar cualquier comi- lización de lo condicional, lo con-
«En el tablero compiten hombres, bidamente por sus coetáneos de sión de errores) y la naturaleza del secuente y los indicios aislados es

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zar en estos componentes del arte estudiados suficientemente; tampoco Para citar un ejemplo, señalamos que
su credo artístico. El cálculo concre- el de Spasski ha sufrido cambios
to es más reducido en el proceso de creador. está muy claro cómo entender el
Comparemos el juego de dos término «estilo del ajedrecista». esenciales en los últimos años. Re-
la búsqueda mental. Estos ajedre-
cistas consideran el ajedrez como maestros de estilo combinatorio: Por lo general, y en la amplia firiéndose a ello, Korchnoi escribe:
una disciplina científica con sus Tolusch y Neshmetdinov; si éste compensación filosófica de este tér- «Empezó como ajedrecista con juego
correspondientes leyes. Según los suele calcular exacta y escrupulosa- mino, estilo es el conjunto de pro- de posición; su talento táctico des-
comentaristas, Steinitz, Capablanca, mente las variantes concretas, aquél cedimientos y formas del conoci- lumhró tras haber salido a la arena
Rubinstein, Botvinnik, Smislov y funda, frecuentemente, sus intencio- miento usados con cierta constan- internacional, y su juego es más aca-
Petrosian forman el liderato de los nes en la intuición de las amenazas cia por el individuo en su, actividad. démico en el último quinquenio. Por
maestros de estilo de posición. combinatorias. Si se parte del exis- Intentemos concretar un poco más el número de derrotas sufridas en
tente supuesto de que el fuerte de este concepto aplicado al ajedrez. un año, Spasski puede situarse al
Hoy en día, se habla de un tercer Para lo cual, supongamos cierta si- lado del 'impenetrable' Petrosian.»
estilo llamado universal; en él se los ajedrecistas de estilo combina-
torio es el cálculo concreto, podría tuación en el tablero que brinda una La literatura ajedrecista ofrece
suponen, combinados armónicamen- combinación forzosa y gananciosa: trabajos en que se argumenta el
te, elementos combinatorios y de suponerse que Tolusch y Neshmet-
dinov no se diferencian mucho en la todos los ajedrecistas la realizarán carácter de la evolución que han ex-
posición, y a él pertenecen el juego de un.? sola forma, sin que se note perimentado el estilo de Keres, Lar-
de Spasski y de Keres. forma de calcular. Pero la verdad
es que el primero no es tan preciso ninguna diferencia en su realización. sen y Boleslavski. Pero lo más fre-
Según nuestro modo de ver, la como el segundo en lo referente al Las particularidades del estilo se cuente es que el espíritu creador del
tradicional clasificación de los esti- cálculo de movimientos. manifiestan cuando la posición ad- ajedrecista sea estable y permanezca
los no se asienta todavía en un La actual clasificación de estilos mite varias soluciones y otras tantas invariable largo tiempo. Así, vemos
sólido estudio de la inspiración aje- no contribuye a distinguir y detallar formas de juego equivalentes. Por los importantes cambios que ha ex-
drecista. Esta clasificación ha sido mejor la característica de los ajedre- tanto, la originalidad estilística se perimentado el juego de Simagin,
efectiva en el desarrollo de la cultu- cistas. Lo cual puede inducir a error descubre en situaciones problemá- quien ha estado considerado como
ra del ajedrez, y tiene aún cierto en cuanto al trabajo preparatorio y ticas. un «brillante estilista combinatorio»
valor positivo; gracias a ella, aunque a la elección de la táctica que debe Al propio tiempo, el ajedrecista en el transcurso de unos decenios,
en el aspecto general, puede hallarse emplearse en el enfrentamiento com- aislado valora con cierta estabilidad aunque en más de una ocasión él no
el procedimiento a seguir en la in- petitivo. Se ha convenido en estimar muchas posiciones análogas. Es fácil haya admitido tal consideración. La
vestigación del conjunto de cuali- que el jugador de posición es más advertir en todo maestro determi- causa de tan «estática» postura ante
dades que constituyen al ajedrecista. fuerte en el avalúo de toda situa- nadas inclinaciones en cada etapa la evolución estilística del ajedre-
Pero esto no es suficiente en la ac- ción, y que el de combinación cal- de la partida; y así, cierta constan- cista debe buscarse por lo común
tualidad. cula mejor los elementos concretos cia en el avalúo de la posición tam- en la dificultad del análisis; dificul-
Consideramos que uno de los de- de la posición. Sin embargo, Petro- bién es un componente del estilo. tad que se agrava a consecuencia de
fectos fundamentales de dicha clasi- sian es bastante preciso en llevar a Partiendo de lo dicho, puede ad- la definición, general e imprecisa,
ficación es haber definido los estilos término operaciones tácticas, no mitirse que el estilo es una parti- de la clasificación de los estilos.
según el principio, excesivamente obstante estar incluido dentro del cularidad constante y privativa de Donde más se advierte esta evolu-
generalizado, de la estrategia y la grupo de los maestros de estilo de valorar las posiciones problemáticas, ción es en el juego de los ajedrecis-
táctica; lo que caracteriza con de- posición. No en vano, Spasski se- y su naturaleza viene determinada tas jóvenes. Y la enseñanza moderna
masiada rectitud el espíritu creador ñala que se equivocan quienes su- por varios factores: el modo de pen- del ajedrez encuentra ciertas dificul-
del ajedrecista, y no manifiesta mu- ponen que el ex-campeón del mundo sar, el grado de emotividad y las tades en formar un punto de vista
chas de las características esencia- no tiene una visión combinatoria cualidades de la voluntad, la aten- propio y justo, debido a los criterios
les que distinguen su juego. precisa. Y el ejemplo de Petrosian ción y el carácter. En el estilo de demasiado generalizados que se
Dentro de cada grupo de ajedre- no es una excepción, pues Capablan- algunos ajedrecistas se descubren asientan en la tradicional clasifica-
cistas de uno de los tres estilos se ca, Schlechter y otros maestros de rasgos comunes, lo que nos autoriza ción de referencia,
pueden hallar importantes diferen- juego de posición se han distinguido para hablar de grupos relativamente Por lo visto, establecer una clasi-
cias en la forma de pensar, analizar por la fuerza de su modo de pensar análogos a este respecto. ficación general de los estilos plan-
y calcular. Haber aceptado la co- concreto. Igualmente debe tenerse en cuen- teará un problema con perspectivas
rrelación entre la estrategia y la Por lo visto, los conceptos «estilo ta que la estabilidad estilística no poco favorables si no se estudian los
táctica como único indicio de la combinatorio» y «estilo de posi- es un fenómeno invariable, pues el componentes de dicho problema,
división de estilos impide profundi- ción» no son precisos y no han sido estilo se perfecciona y desarrolla. como el carácter de la capacidad

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emocional y volitiva del ajedrecista sus autores, cautivados por el efec- sorprendidos, tratan de averiguar ción. Sin embargo, estas dos apti-
y las cualidades de su pensamiento. tismo, no hacían más que aliviar la dónde han cometido error en la par- tudes, que aplicadas debidamente
Hace unos años que el autor de situación de sus respectivos con- tida. No se debe olvidar que el debían situarlo como artista en una
estas líneas efectuó investigaciones trincantes, y dijo que tales casos principio fundamental del juego es altura poco menos que inaccesible,
en este sentido: se intentó distin- recordaban la resurrección de un coordinar la acción de las piezas.» en realidad, y de un modo sorpren-
guir los tipos característicos de la muerto con el único fin de volver 2) Se debe optar siempre por las dente, lo condujeron a unos resulta-
actividad mental de los ajedrecistas, a vencerlo. resoluciones más económicas; esto dos totalmente opuestos: a un punto
apoyándose en el análisis comparado Con todo, advirtió que la elección concierne al ahorro de fuerzas, así muerto; a la convicción de que este
de las particularidades lógicas y for- de un movimiento es, no sólo una en el ataque como en la defensa. El arte había agotado sus posibilidades.
mas intuitivas del pensamiento y la deducción lógica fundada en los empleo de un mayor número de pie- ¿Por qué ocurría esto?
imaginación. Sobre este particular, principios de la estrategia y del zas es aconsejable cuando se ataca «Para poder contestar a esta pre-
recomendamos al lector el libro cálculo, sino también una forma de contra el rey. Aconsejó: «Ha de gunta es necesario detenerse en
«Problemas de la psicología en el remisión a la teoría de las probabi- tenerse en cuenta cada movimiento aquellos peligros psicológicos que
arte», publicado en Saratov el año lidades: conocer las inclinaciones del que gane o ahorre tiempo.» entraña la primera de las antedichas
1968, en el cual se toca este tema. adversario vale tanto como prever 3) Todo movimiento previsto no aptitudes de Capablanca. Las mani-
Así, pues, las ideas de Lasker su respuesta a un movimiento de- debe diferirse, sino realizarlo en se- fiestas ventajas que da la rapidez de
sobre la propia preparación psicoló- terminado. guida: «Hay que ser decidido en comprensión (capacidad de ver casi
gica para combatir al adversario son Por tanto, en su idea del ajedrez los propios juicios; esto es, si se simultáneamente una serie de mo-
valederas en la actualidad. Dicha se combinan la lucha psicológica y considera que el movimiento elegido mentos tácticos, que ofrece toda
preparación tiene más valor, actual- el juego con «sentido común», ba- es conveniente, debe efectuarse. La situación complicada, debido a la
mente, por haber mejorado sustan- sado en las deducciones de la teoría. práctica es el mejor maestro. Mu- economía del pensamiento y, por
cialmente la clase del juego y ha- Capablanca, célebre competidor chos imaginan un plan durante el lo tanto, a la confianza en sí mismo)
berse producido una nivelación de Lasker, no se distinguió con tan juego y lo estiman oportuno; pero son, hasta cierto punto, peligrosas:
esencial de las diversas fuerzas de profunda y psicológica clarividencia. temen llevarlo a término. ¡Hay que el ajedrecista puede llegar a la erró-
los ajedrecistas. No se puede contar Más que polarizar en el juego de sus decidirse sin vacilación alguna a nea conclusión de que los mejores
con el éxito deportivo si se deses- adversarios, lo hizo en sus propias realizar lo que se estime conve- movimientos s o n indudablemente
timan los factores psicológicos; por ideas. Las partidas del gran maestro niente I » aquellos que él advierte en seguida
ello, las ideas laskerianas sobre los cubano manifiestan exclusivamente Alekhine desarrolló las ideas las- al analizar la posición; con lo cual,
estilos exigen una profunda y ulte- el carácter racional de su pensamien- kerianas sobre la necesidad de cono- su espíritu creador pierde en pro-
rior investigación. to; su lema fue eliminar todo lo cer el carácter psicológico de la per- fundidad lo que gana en flexibilidad.
Lasker también emitió importan- artificioso y lo superfluo. sonalidad del contrincante. Las pre- «Por efecto y consecuencia de
tes juicios sobre las virtudes del Por ello, la obra de Capablanca cisas e interesantes características todas las observaciones y conside-
pensamiento ajedrecista y la estruc- contiene un material ricamente pe- de los ajedrecistas, elaboradas por raciones, llegué a la conclusión, apa-
tura del proceso mental durante la dagógico que permite formar juicio él, son el resultado de un profundo rentemente paradójica, de que en el
elección de un movimiento; dijo sobre los procedimientos de la me- estudio de los adversarios con quie- momento de competir con él (1927)
que la indispensable virtud del mo- ditación racional tras el tablero. In- nes se enfrentó, y constituyen una su tendencia a la táctica cedió mu-
do de pensar del ajedrecista suponía dicó los siguientes métodos que le guía práctica para actuar en el ta- cho ante la estrategia; por lo cual
un ahorro de esfuerzos, y, al exa- sirvieron de guía en el proceso del blero. no me pude «fiar» de él en el medio
minar la recíproca relación entre la juego: Ofrecemos unos fragmentos de los juego, es decir, hube de verificar
belleza y la lógica, escribió: «Sólo 1) Es necesario atender a la ac- comentarios que h i z o de Capa- minuciosamente cada uno de sus
una inclinación alterada puede dar ción conjunta de las fuerzas ajedre- blanca : propósitos tácticos, pues no se ex-
la preferencia a lo superfluo y no cistas. En el tablero, la operación de «Durante la fase de la partida en cluía la posibilidad de que come-
a lo simple. Entre dos movimientos piezas y peones debe completarse. que el preciso saber cede el sitio al tiese errores.»
igualmente racionales, el individuo A este respecto escribió: «Muchos puro arte, Capablanca manifestó con Estas deducciones le permitieron
sano eligirá el más rectilíneo, el más ajedrecistas intentan atacar cuando evidente claridad aquellas aptitudes aprovechar los descuidos de Capa-
claro o, para decirlo mejor, el menos sus piezas están diseminadas por el que le dieron fama casi legendaria: blanca en la competición valedera
paradójico.» tablero y la postura de ellas no con- exclusiva rapidez en comprender el para el Campeonato del Mundo. La
Sometió a crítica las llamadas cuerda con las operaciones a que se estado de la posición, e indudable característica psicológica del gran
«partidas brillantes»; demostró que les destina; y así, tales ajedrecistas, comprensión intuitiva de la situa- maestro cubano fue exacta; el aná-
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lisis de las partidas que constituyen deducida de la lógica opinión alek- palmente en el cálculo, ¿cómo ele-
hiniana sobre la necesidad de adivi- vidad selectiva al elegir un movi-
dicha competición ponen de mani- miento en el juego a la vista. gir un movimiento? Retí estima que
fiesto que ella le facilitó adivinar nar cuál será la tendencia teórica y
Es interesante la mención del mo- «todo ajedrecista, sea destacado o
más o menos las intenciones de su la preparación psicológica del opo- mediocre, posee, consciente o in-
oponente. nente. vimiento «característico», porque
afirma una vez más la verdad del conscientemente, principios de los
Su opinión tiene asimismo inte- Alekhine señaló la importancia cuales se sirve para seleccionar los
rés cuando habla del peligro de pro- instructiva que tiene el ajedrez, y juicio emitido por Blumenfeld sobre
el carácter demostrativo del pensa- movimientos; el jugador mediocre
ducirse ciertos rasgos negativos en el estimó que el logro de grandes éxi-
carácter del ajedrecista al valorar miento del ajedrecista. El avalúo ge- quizá se ciñe a principios sencillos...,
tos en este arte depende del cultivo y se conforma con poder dar jaque
intuitivamente la posición de las virtudes positivas del carác- neral de la situación no se puede
concebir como una forma de pensa- a su adversario».
En cuanto al aspecto psicológico ter, y la eliminación de las negativas.
de la lucha ajedrecista, fue mucho En este sentido, es demostrativo miento desligada de las ideas aisla- Sorprende que los confeccionado-
más lejos que Lasker, pues estimó su ejemplo personal, sobre el que das y de la imagen concreta de las res de programas para computadores
necesario tener en cuenta no sólo Red escribió: «Al comienzo de su piezas. La unidad de lo sensitivo y no hayan tenido en cuenta estas im-
las particularidades del juego y el carrera, sorprendió a todos con la lo lógico, lo concreto y lo abstracto portantes observaciones de Red;
carácter de sus adversarios, sino abundante fantasía y la volitiva ten- en el pensamiento ajedrecista se hasta ahora, han intentado resolver
también prever la preparación psico- sión de sus ataques borrascosos. manifiesta en que la valoración ge- los problemas del juego de ajedrez
lógica de éstos para enfrentarse con Pero el hecho de no permitir que neral, las ideas y demás generaliza- por medio de la selección de varian-
él. Comprendió la importancia de la su talento natural, que cautivó a ciones actúan conjuntamente al pen- tes, es decir, mediante el cálculo
relación directa e inversa de tal pre- tantos admiradores suyos, se incli- sar un movimiento determinado, o concreto y continuo. Y sus intentos
paración. Por ejemplo: al prepararse nase a la fantasía y someterlo a la una serie de movimientos (la va- no han resultado eficaces.
para disputar con Capablanca el razón, le permitió alcanzar la cum- riante). Los trabajos de Spielmann y Torre
Campeonato del Mundo, previo que bre de la maestría.» Red hizo unas interesantes obser- ofrecen interesantes datos en orden
el maestro cubano trataría de utili- Alekhine dijo sin rodeos: «Me- vaciones sobre el carácter del pensa- a los estados psicológicos del aje-
zar la estrategia un poco arriesgada diante el ajedrez, he cultivado mi miento en cuestión. Puesto que su drecista. Torre analiza minuciosa-
para las negras que con frecuencia carácter; este arte enseña a ser ob- mentalidad era abstracta, subrayó la mente el problema de la formación
le sirvió de guía en aquel período. jetivo, y en él puede uno llegar a importancia de las valoraciones ge- del estilo, y establece cuatro perío-
ser gran maestro si reconoce sus nerales en el juego, y previno contra dos en la evolución del mismo: 1)
Después de la competición, escri-
defectos y errores.» el peligro de aficionarse excesiva- la forma; 2) la expresión del juego;
bió: «Jugando las negras, usé el
Y en una seré de artículos se re- mente al cálculo concreto y al inge- 3) el estilo; y 4) el gran estilo. Re-
mismo método de simplificación que
Capablanca adoptó en la defensa.» firió, aunque de una forma breve, a nuo intento de explicar el arte del calca la idea de que, aunque la obra
A pesar de que tal estrategia era las particularidades que caracteri- maestro por el grado de su capaci- de cada maestro es propia y original,
zan el curso del proceso mental dad para «calcular». Sus observacio- las particularidades de su juego se
nueva para Alekhine, su efecto psi- asientan indudablemente en lo acu-
cológico quedó probado en aquella al analizar un movimiento. Sobre el nes son acaso demasiado categóricas,
disputa. juego sin mirar al tablero, escribió: si bien no contradicen la idea de la mulado por el desarrollo del arte
riqueza de imágenes de dicho pen- del ajedrez y por la experiencia de
El método alekhiniano tiene se- «El jugador no trata de reproducir
samiento, y demuestran que estas muchos ajedrecistas de diversas na-
guidores entre los ajedrecistas ac- en la imaginación todo el tablero
imágenes pueden ser diversas, o sea, cionalidades.
tuales. Para citar un ejemplo, me con sus piezas y casillas blancas y
más o menos generalizadas. Los soviéticos han estudiado y
remito a un hecho ocurrido en el negras, como supone la mayor parte
de los profanos en esta materia, sino Y escribió: «Los profanos en este desarrollado los métodos de prepa-
transcurso de mi preparación con-
de recordar únicamente un movi- asunto creen que la superioridad ración psicológica promovidos por
junta con el gran maestro Averbach.
miento característico, la configura- del maestro es directamente propor- Lasker y Alekhine.
Manipulando en el fichero de éste,
descubrí un cuaderno titulado «y. L. ción de una parte del tablero...» cional a su capacidad para calcular En ello, el ejemplo de Botvinnik
Averbach» junto con las caracterís- previamente. Tales ajedrecistas se ha sido importantísimo; en su sis-
Esto es una importantísima ad- sorprenden cuando, tras haberme
ticas y anotaciones de partidas de vertencia de que en toda posición tema de preparación y perfecciona-
una serie de ajedrecistas, posibles preguntado c u á n t o s movimientos miento psicológico destacan los si-
deben destacarse constantemente los suelo calcular en mis combinacio-
futuros adversarios. Reunir el propio elementos más valiosos y significa- guientes momentos: estudiar la ca-
legajo de documentos ajedrecistas nes, les contesto con sinceridad que, racterística psicológica del oponen-
tivos, y, según nuestras observacio-
es una forma racional de prepararse, por lo común, no calculo ninguno.» te, el estado óptimo de su capacidad
nes, refleja el contenido de la acti-
Pero si no nos apoyamos princi- de trabajo durante la partida, y su
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predisposición psicológica a la com- mejor rendimiento. Una preparación i'ara alcanzar este objetivo se dis- so podría consistir en una intensa
petición. especial le ha capacitado para lu- pone de inmensas posibilidades. Los preparación, mediante sesiones de
Ha hecho un análisis detallado y char contra la aparición de emocio- artículos y comentarios de partidas juego simultáneo.
psicológico del juego de sus opo- nes negativas. Pero su serenidad en de Petrosian, Tal, Bronstein, Aver- Este asunto depende mucho de la
nentes, en el cual observa no sólo el juego no significa indiferencia, bach, Korchnoi, Simagin, Bijovski y penetrabilidad psicológica del prepa-
los defectos y aciertos palpables, pues tiene una considerable reserva otros grandes maestros ofrecen va- rador. Bondarevski supo descubrir
sino también los detalles sin impor- de «malicia deportiva», en el buen liosas observaciones psicológicas. Es en Geller y Spasski cierta indolencia
tancia, como movimientos «largos», sentido de la expresión. Cree estar hora de analizar con todo detalle al comienzo de la lucha competitiva.
<-iue Euwe frecuentemente deja es- obligado a luchar hasta el final, y estos materiales e incluirlos en un Por lo que aconsejó a Geller reali-
capar. Además, tiene una extraordi- poner toda su capacidad y tensión sistema científico. zar una sesión de juego simultáneo
naria capacidad para transformar los nerviosa en la partida. En ocasiones Igualmente es instructiva la expe- contra reloj entre unos cuantos can-
datos obtenidos en concretos esque- perdió partidas en la undécima y riencia acumulada por los prepara- didatos a maestro la víspera de su
mas de apertura y en una forma ge- decimotercera rondas por causa de dores; pero éstos la divulgan muy competición con Smislov (Moscú,
neral de desarrollar la lucha; esta la fatiga física; pero, comúnmente, poco. Un ejemplo de ello es la in- 1955), y Spasski no cesó de prepa-
circunstancia es, de un modo sub- su total entrega al trabajo artístico teresante pregunta: ¿Cuándo se da rarse hasta el momento de empezar
jetivo, lo más desagradable para sus ha dado resultados positivos en la por terminado el período de prepa- su duelo con Tal (Tbilisi, 1965). El
contrincantes. La profundidad con práctica. ración para un torneo? ¿Cuántos resultado fue que los dos pupilos de
que comprende a su adversario como Ha estudiado los problemas refe- días hay que descansar antes de to- Bondarevski mostraron una excelen-
ente humana, se manifiesta notable- rentes al régimen de las competi- mar parte en él? te preparación deportiva desde el
mente en los match-revancha con ciones, el método de analizar las Basándose en la experiencia, Bot- comienzo de la competición.
Smislov y Tal. partidas suspendidas, los elementos vinnik dice que conviene dejar toda Los preparadores Rojlin, Neshmet-
Ciertamente, no es dado a fiarse que causan la falta de tiempo y de- actividad ajedrecista cinco días an- dinov, Voronkov, Ravinski, Koblenz
de las primeras impresiones; pre- más. El método de perfeccionamien- tes de la competición. Pero la prác- y otros, ofrecen muchos métodos
fiere reunir un número suficiente to usado por él ha servido durante tica ha demostrado que esto no es interesantes para reflexionar racio-
de observaciones psicológicas antes muchos años de ejemplo para la pre- valedero para todos, pues hay aje- nalmente en el transcurso de la par-
de sacar conclusiones. Posiblemente paración de los ajedrecistas sovié- drecistas que en seguida se hacen tida.
ésta es la razón de que jugase con ticos. al ritmo de la lucha competitiva, Se espera mucho de la psicología
más seguridad en las competíciones- Sin embargo, Averbach observó para los cuales cinco días de des- deportiva, particularmente de la aje-
desquite que en las precedentes. justamente que no siempre dio los canso son suficientes. Pero hay otros drecista. Es de esperar que el es-
Ha comprendido hace tiempo que, resultados apetecidos, pues fue adop- que, por lo común, empiezan el tor- tudio de los problemas psicológicos
en el aspecto psicológico, al indi- tado a ciegas por maestros y prepa- neo con vacilación, y pierden valio- no tarden en prestar una ayuda
viduo le resulta difícil pasar inme- radores, a pesar de que su autor sos «puntos» durante el período de esencial a la enseñanza y práctica
diatamente de una actividad a otra; advirtiese: «Posiblemente este sis- «adaptación»; para éstos el descan- del ajedrez.
digamos, para citar un ejemplo, a tema de preparación no sea prove-
una partida de campeonato. Con el choso para ciertos ajedrecistas; ca-
fin de estar mejor predispuesto a la da maestro debe abordarlo con cau-
competición, de movilizar sus reser-
vas de energía volitiva y sustraerse tela, y usarlo teniendo en cuenta sus
de cuanto no está relacionado con propias cualidades y costumbres pri-
la partida, suele darse un paseo y vativas. »
entrar en la sala de juego unos diez Actualmente, los maestros sovié-
o quince minutos antes de sentarse ticos se plantean la cuestión de crear
al tablero. Este procedimiento le un sistema de preparación que ge-
permite abstraerse de toda impresión neralice, así la experiencia personal
ajena al acto deportivo y concen- de los grandes especialistas en aje-
trarse por entero desde que se pone drez, como los datos objetivos y
en marcha el reloj. científicos logrados con el esfuerzo
Señala también que la serenidad de psicólogos, fisiólogos, pedagogos
es condición indispensable para dar y médicos.
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a ser la continuidad de lo pasado en la partida que jugó con Rosseto
en lo presente; continuidad que a (Amsterdam, 1964).
veces ocupa el lugar de la realidad. Ilin-Shenevski ya hablaba de tales
La presencia de imágenes residuales casos el año 1928.
causa la invariabilidad en el pensa-
miento y disminuye la variabilidad Diagrama núm. 2
de la atención.
Para citar un ejemplo, ofrecemos
el final de la primera partida del en-
EL PENSAMIENTO EN EL AJEDREZ cuentro Tai - Gligoric (Belgrado,
1968).

La incógnita de las imágenes ajedrecistas Diagrama núm. 1

El estudio de las cualidades que con que se valoran las varias posi-
dan carácter al pensamiento del aje- ciones.
drecista es quizá el problema más Gracias a los conocimientos y la
importante y que más inquieta a experiencia práctica, el ajedrecista
prácticos y a pedagogos del ajedrez. valora numerosas y diversas posi-
Este problema aún no ha sido estu- ciones por su semejanza con otras
diado debidamente; por otra parte, anteriores; con ello sabe aproxima-
su investigación presenta dificulta- damente cómo debe proceder. Sobre
des. El objetivo primordial es deter- la base de estas posiciones se produ-
minar los defectos típicos de la ac- cen imágenes más generalizadas; En esta posición (Ilin-Shenevski-
tividad intelectual en el transcurso pero muchas de ellas no pueden va- Nenarokov, Moscú, 1922), las blan-
de la partida y hallar un procedi- lorarse debidamente, no obstante ser cas tienen un ataque decisivo. Prosi-
miento que eleve su efectividad. análogas a otras anteriores y tener guió 1. A7A+, RÍA; 2. D6T+?,
Como se ha dicho, el pensamiento ciertos elementos de la valoración: R X A ; 3. T6A+, R1C, y la ventaja
del ajedrecista es mayormente ima- posición característica de varias pie- pasó inesperadamente a las negras.
ginativo. zas, peligro de doble amenaza, etc.; En el cálculo preliminar, las blancas
La situación de las blancas es po- contaron sólo con 3. ..., R1R; 4.
¿Qué significa el concepto «ima- aunque estos elementos son, por el co envidiable. Tal acaba de tomar la D8A+, R2D; 5. D7C+ y 6. T8A,
gen ajedrecista»? momento, fragmentos de ulteriores dama con el movimiento 37. C X D + ,
V. Malkin lo define como una valoraciones generales. mate.
aunque con ello no se compensa de «¿Por qué no a d v e r t í el sim-
posición modelo que se propone y Esta es una imagen más concreta, la pérdida material.
sigue para valorar. Desde luego, por diferenciarse esencialmente de ple movimiento 3 R1C? —es-
A este respecto, Koblenz escri- cribe Ilin-Shenevski. ¡ Pues muy sen-
aquí se recalca la idea de que dicha la posición modelo. bió: «Después de la partida, el pro- cillo! Obsérvese la posición inicial:
imagen no sólo es un cuadro evi- Veamos la naturaleza dinámica de pio Tal confesó habérsele figurado el escaque 1CR negro está atacado
dente de la posición en el tablero, las imágenes del pensamiento en el atacar simultáneamente al rey y la por dos piezas, o sea por el alfil
sino también su avalúo; es decir, la ajedrez, desde cuyo punto de vista torre IR, con lo cual contó recu- 3CD y la dama situada en 5CR. Al
generalización que abarca las parti- las dividiremos en residuales, iner- perar una calidad y llevar a término calcular la combinación, se me fi-
cularidades de la postura recíproca tes y precursoras. su superioridad material en un final guró que el rey no podía retirarse
de las piezas y sus posibles acciones. de torres. ¡Pero erró el golpe! Pues a la casilla 1CR.»
Con todo, nos parece que no sólo las la torre de Gligoric ya estaba si-
posiciones modelo condicionan la Imagen residual Ciertas particularidades de la po-
tuada en el escaque 8R y amenazaba sición anterior (dominio en la casi-
manifestación de las imágenes, pues mate.»
toda posición se refleja como una lla 1CR de las negras, etc.), fueron
Es la traslación íntegra del avalúo
imagen en la conciencia. Sólo varía de una posición anterior o del de la La misma causa, esto es, el «re- trasladadas íntegra y mentalmente a
el grado de generalización; o sea, acción de unas piezas a la nueva gistro» mental de las piezas, hizo la nueva situación creada en el ta-
varían la profundidad y exactitud que Tal volviese a incurrir en error blero. Las blancas, por ejemplo, po-
situación creada en el tablero. Viene
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dían haber mantenido la ventaja de modo que, al tomar la dama negra
mi alfil, creí que lo había hecho pa- vimientos aislados, sino también ridades de la postura de las tres
su posición, haciendo 2. DXA; pero piezas atacantes (el alfil, la torre y
la imagen residual, o sea la segun- sando por encima de dicho peón.» ideas tácticas y estratégicas que han
dad en el dominio del escaque de Un ejemplo de la influencia nega- sido objeto de una profunda medi- la dama) no fueron objeto de una
referencia, frenó la variabilidad de tiva que puede ejercer la imagen re- tación pueden permanecer con su seria reflexión en la siguiente juga-
la atención y dificultó comprobar sidual lo ofrece el juego de las blan- aspecto relativamente invariable en da cuando la situación había cam-
con objetividad la situación. cas en la partida Sozin-Kirillov (Mos- la conciencia durante la partida. biado favorablemente.
Veamos una posición de otra par- cú, 1931). Examinemos la posición del en- Se dan casos, aunque relativa-
tida Ilin-Shenevski-Nenarokov (Mos- cuentro Chejover-Model (Leningra- mente poco frecuentes, en que la
do, 1933). existencia de la imagen residual de
cú, 1923). Diagrama núm. 4
la posición anterior en la conciencia
Diagrama núm. 3 Diagrama núm. 5 causa originales ilusiones ópticas e
imágenes de piezas que ya no están
en el tablero, e imposibilita concen-
trar el pensamiento en otros elemen-
tos de la nueva posición, por cuanto
el carácter de la acción de dichas
piezas en el período anterior del
desarrollo de la partida ha sido muy
importante y ha exigido mucha aten-
ción.
Veámoslo en la partida Szabo-
m\ Bronstein (Zürich, 1953).

Diagrama núm. 6

Aquí se prosiguió 26. AXP? A


Las fuerzas están más o menos este respecto, Sozin escribe: «Desde
equilibradas. Ilin-Shenevski comen- el punto de vista psicológico, el error Chejover escribió: «Aquí no con-
ta el ulterior curso de la contienda es comprensible en cierto modo: en ducía a nada la continuación 29.
así: «Con objeto de hacerme con la sus cálculos, las blancas no contaron A7T+, RÍA; 30. D3T+, porque
iniciativa, decidí abrir la vertical AR con la posible respuesta T2D; mo- 30. ..., D3D; 31. P5A, D2R. Partien-
e hice 1. TÍA, P3CR; 2. D3R, C2R. vimiento anteriormente imposible, do de este supuesto, reflexioné so-
Después de esto, pareció que nada por la amenaza de mate con la ju- bre la 29. T7T, D5D; 30. D4T, P3CR;
impedía llevar a término mi propó- gada D8CR.» Las blancas ganaban 31. D6T y los subsiguientes movi-
sito, y proseguí 3. P4AR; pero resul- fácilmente con 26. T1R; tras su mientos T4A y T4TR, y para huir
tó lo siguiente: 3. ..., PXP; 4. DXP, error, la partida finalizó en tablas. el mate hice 29. P3TR. A lo que
DXA. Esto no formaba parte de mi En el caso que acabamos de ver, Model contestó desacertadamente
plan; había abierto la vertical de la imagen de la posición anterior con 29. ..., D7R?, tras lo cual la
referencia, pero perdí una pieza. Di- fue tan estable, que infundo a So- continuación 30. A7T+, RÍA; 31.
rán que soy un papanatas. En efecto; zin la convicción de que sus supo- D3T+, T2R; 32. A3D daba inme-
pero la psicología de éste también siciones anteriores eran justas. diatamente la victoria. Pero, en la
nueva situación, no pensé en el mo- El alfil de casillas negras es la
resulta interesante. Fraguando mi La imagen residual pueden crearla
vimiento A7T + , y jugué de otro pieza fundamental en el ataque de
plan y mirando el tablero, vi que el una pieza determinada con las fun-
peón negro en el escaque 4R era modo. La partida finalizó en tablas.» las blancas; por ello, Bronstein lo
ciones inherentes a ella o una casi-
como una sólida pared entre la dama lla, y también un grupo de piezas o Vemos que la conclusión de que elimina: 36. ..., X X A ; 37. D6T,
adversaria y mi alfil indefenso. Esta casillas con funciones más comple- el plan A7T+ y D3T+ carecía de P3A; 38. PXT, T2C? (es mejor
idea se afirmó en mi conciencia, de jas. No sólo piezas, casillas y mo- eficacia se afirmó tanto en el espí- R2A); 39. T8D!, DXT; 40. D8T + ,
ritu de Chejover que las particula- y las blancas ganaron pronto.
24
25
Diagrama núm. 8 leza velada, y es ventajoso realizar-
Respecto de su erróneo movimien- Diagrama núm. 7 la; pero no inmediatamente, sino
to 38. ..., T2C? con que intentó ce- en el momento oportuno; de lo
rrar una vez más la peligrosa diago- contrario, no reportará ninguna ven-
nal 1TD-8TR, Bronstein comenta: taja. En tales casos, el ajedrecista la
.Hasta entonces, las negras lucharon
contra el alfil adversario situado en
ftllftl iBá retiene en la memoria, y efectúa
maniobras de espera durante cierto
3AD, y efectuaron este movimiento tiempo, con objeto de encubrir su
porque continuaban luchando contra ardid e infundir a su adversario la
la sombra del mismo.» sensación de segundad en la posi-
Estos ejemplos nos autorizan a ción. En este aspecto, es caracterís-
considerar la presencia de la imagen tica la experiencia de Bronstein, que
residual como una considerable in- reiteradamente ha empleado con
suficiencia del pensamiento del aje- éxito tal procedimiento psicológico;
drecista. El papel negativo de tal son memorables los finales de su
imagen crea una situación paradó- encuentro con Reshevski (Zürich,
jica cuando los aspectos importantes 1953) y con Mikenas (Tallin, 1965).
de dicho pensamiento, es decir, la Todo intento de aprovechar las
profundidad y tendencia precisas, Lówenfisch se propuso romper el posibilidades prácticas, por insigni-
parecen debilitarse. Por otra parte, En ella, las negras se propusieron centro de las blancas por medio del ficantes que sean, es una medida
esto reafirma lo de «Ajustadme esas responder a 16. C3C con el sacrifi- movimiento P3A; pero no pudo justificada. En su libro sobre el tor-
medidas», pues, en los casos analiza- cio de una calidad: 16. ..., T4R; 17. realizarlo en seguida. A este respec- neo celebrado en Nueva York el año
dos, se ha observado que las cosas P4A, TXA; 18. PXT, CSC, con to escribe: «Temí, después de 14. 1927, Alekhine reprocha justamente
no se hicieron en la debida propor- buen juego por las casillas negras. ..., P3A, la continuación 15. PAXP, a Spielmann haber aceptado las ta-
.ción en cuanto a la profundidad y La partida prosiguió 16. D4A, T4R; PRXP; 16. P6R, TXP; 17. P5A, blas en varias partidas donde, aunque
dinamismo del sobredicho pensa- 17. C3C, C6D; 18. D4T, CXPC; 19. PXP; 18. AXP, T1R; 19. D5T, CÍA; mínimas, tuvo probabilidades de
miento. P4A; aquí realizó Neshmetdinov el 20. A3TD, D2A; 21. P4R, PXP; 22. ganar.
Con todo, dicha imagen no siem- sacrificio propuesto anteriormente: CXP, con fuerte ataque.» Sin aban- Por tanto, al atender consciente-
pre es un impedimento en el proceso 19 TXA; 20. PXT, CSC! Y la donar esta importante idea estra- mente a los momentos variables de
creador: pueden observarse valores posición de las negras ofrece buenas tégica, efectúa la siguiente manio- la situación y al comparar lógi-
positivos en ella si se regulan cons- perspectivas de ataque. bra de piezas: 14. ..., D2R; 15. camente la posición anterior con la
cientemente la atención y el dominio En este caso, la idea de sacrificar PXP, PRXP; 16. P4R! (las blancas presente, la imagen residual influye
de sí mismo, porque las ideas ori- una calidad al decimosexto movi- nuevamente impiden el movimiento de un modo positivo en la eficacia
ginadas anteriormente en la partida miento nos recuerda la acción de un deseado, PSD; 17. C1C, P4AD; 18. de la actividad mental y facilita
no se convierten en axiomas inva- dueño previsor al abastecerse con C2D (aquí tampoco es posible la tomar decisiones con rapidez y
riables, sino que se hace uso de tiempo de lo necesario. Neshmetdi- proyectada ruptura, debido a 19. exactitud.
ellos modificándolos conforme a las nov consideró esta idea, la aprobó P6R y 20. P5A; pero la idea de la En las características contradicto-
nuevas circunstancias de la posi- y la diferió para una ocasión más misma no abandona a las negras). rias de las imágenes residuales arri-
ción; aquí, la presencia de las imá- propicia. P4CR!; 19. P3C, PCXP; 20. PXP, ba citadas, se manifiestan dos ten-
genes residuales es muy útil, por La presencia de la imagen resi- R1T; 21. C4A, T1CR; 22. R1T, dencias del pensamiento del ajedre-
cuanto asegura una reflexión conse- dual permite pugnar consecutiva- P3A! ¡Por fin ha podido realizarse cista: por un lado, los movimientos
cuente, gracias a lo cual se crean mente por la realización de un plan la idea formada anteriormente, y en aislados se consideran como los ele-
las premisas para una mejor suce- determinado o idea concreta ajus- el momento más oportuno! Luego mentos del desarrollo de la partida
sión de las etapas del desarrollo de tados a todo cambio de situación de 23. C6D, PXP; 24. CXA, PXP, relacionados entre sí (valor positivo
la partida, y el juego es más íntegro que se produzca en la partida. las negras obtuvieron dos peones de dichas imágenes, alto desarrollo
y sistemático. por el alfil y contraposibilidades de la dinámica del pensamiento y la
Veamos un ejemplo de ello en la muy eficaces. atención), y por otro se observa una
Ofrecemos seguidamente la posi- segunda partida del encuentro Bot- Con frecuencia, la idea formada tendencia a dividir la partida en
ción de la partida Novotielnov-Nesh- vinnik-Lówenfisch (Moscú-Leningra- con antelación contiene una suti- etapas aisladas, al tiempo que las
metdinov (Saratov, 1953). do, 1937).
26 27
imágenes residuales estáticas o in- extraordinaria inventiva y dinamis- terial o de posición, o el conoci- Petrosian refiere el posterior cur-
variables pasan automáticamente de mo de pensamiento que Spasski mos- miento de que se ha producido una so de la lucha: «Estuve bastante
una etapa a otra. tró durante la competición con su posición modelo, predetermina el tiempo convencido de que mi posi-
¿Qué medidas deben tomarse para adversario; por lo menos, no se apre- resultado de la partida. ción era superior a la de mi contrin-
eliminar la influencia de las susodi- ció en él ninguna ilusión óptica en En cuanto aparece la imagen iner- cante; a más de esto, toda la fase
chas imágenes? Entre las recomen- el manejo de las piezas. te, disminuye el esfuerzo, y se pro- anterior de la contienda, que dejó a
daciones puramente ajedrecistas Como medio de preparación tam- duce un estado de relajamiento. La Korchnoi constreñido, me infundió
merece atención el juego a ciegas. bién puede servir la lectura de tra- excitación que ha movido a luchar la creencia en el resultado favora-
Se estima que éste es nocivo para bajos sobre ajedrez sin verificarla por el logro de un objetivo trazado ble de la partida...; pero cometí el
la salud y no contribuye al desarro- en el tablero, entrenamiento que de antemano se transforma en un inconcebible y e r r o de hacer 35.
llo de la atención del ajedrecista. Korchnoi, practica asiduamente. autososiego, y hasta en apatía, cuan- TXP7? Escapó a mi penetración el
No vamos a discutir la justa afirma- Asimismo es muy útil plantearse do dicho objetivo parece haberse peligro que suponía el avance P6A,
ción de que el entusiasmo por las mentalmente la siguiente pregunta logrado. Consecuentemente, la con- acaso por contrastar excesivamente
sesiones de juego a ciegas no tiene en el discurso de la partida: ¿qué templación apacible de la posición con la indefendible situación de las
otro fin que la publicidad y no re- cambios se han producido en el ta- ocupa el lugar de la responsabilidad, negras. Estoy convencido de que,
porta ningún beneficio. Sin embar- blero, después del movimiento efec- y la variabilidad de la atención y la si un maestro destacado no ve en
go, nuestro consejo se refiere a un tuado por el adversario? ¿Qué se facultad previsora descienden brus- seguida semejantes amenazas, no las
pequeño número de partidas ju- amenaza? Este procedimiento fue camente; este descenso de la acti- verá después, por más que analice
gadas de este modo como procedi- adoptado en los torneos por los aje- vidad intelectiva suele ir acompa- la posición.!
miento de preparación. Lo cual no drecistas de Saratov, y dio resulta- ñado de errores. A consecuencia de Tras 35. TXP, la partida prosiguió
resultará fatigoso para un ajedrecista dos positivos. Unos cuantos de pri- ello, es frecuente no ganar partidas 35. ..., P6A; 36. R5C, R1R, y las
formado. El juego a ciegas quizás es mera categoría aprovecharon el ci- que ya están ganadas y perder otras negras ganaron.
el mejor procedimiento de prepara- tado consejo, y dijeron que ya no que son irremisiblemente tablas.
veían las piezas en su postura ante- En este ejemplo se observa que
ción para perfeccionar las propie- Conviene señalar que las imáge- la imagen inerte estuvo ligada con la
dades dinámicas del pensamiento y rior 91 variar la situación; esta in- nes inertes se distinguen por su ten-
suficiencia se había observado ante- valoración definitiva de la posición;
la atención; el carácter de tal juego dencia a hacer que se valore defini- por ello, Petrosian disminuyó lógi-
exige una constante y exacta com- riormente en ellos. tivamente la posición y por su alto camente su vigilancia al considerar
paración de las imágenes anteriores grado generalizador. que la lucha estaba decidida.
con la posición presente, y una sis- Imagen inerte En la partida Petrosian-Korchnoi ¡Pero el castigo no hizo esperarse!
temática verificación e imposición (Moscú, 1963) se produjo la siguien- Se perdió una partida que se tenía
de esfuerzos volitivos para determi- Se caracteriza por considerar el te posición: ganada. Este hecho confirma una vez
nar la atención abstracta. Sobre to- avalúo como" el resultado definitivo más el viejo dicho ajedrecista: «La
do, es importante no perder de vista de la partida, porque mentalmente Diagrama núm. 9 partida se considerará ganada cuan-
la postura exacta de las piezas. Pue- se estima terminada, aunque en rea- do el ganador haya anotado su punto
de decirse que la pereza de pensa- lidad continúa. El ajedrecista ima- en la tabla de la clasificación.»
miento no es compatible con el jue- gina que el logro del objetivo re-
go a ciegas. Además de lo expuesto, quiere poco esfuerzo intelectivo, por Es discutible la afirmación, de
tal ejercicio facilita el desarrollo de cuanto sólo quedan pequeños obs- Petrosian, de que en tales casos no
la visión combinatoria. táculos que vencer. Y así, lo presen- es posible hallar el movimiento con-
Conviene advertir que los pre- te (a menudo, lo valorado con error) veniente, por más que se analice la
paradores más perspicaces usan este pasa a ser automáticamente lo veni- posición. Naturalmente, la imagen
procedimiento en su trabajo. De esta dero. inerte se distingue por su elevado
manera, Bondarevski aconsejó a Esto hace que mengüe la objeti- carácter estático, puesto que está
Spasski que realizase a ciegas una vidad de previsión y la exactitud de relacionada con la manifestación de
sesión de juego simultáneo en ocho cálculo con que se analiza la situa- un constante y emocional estado de
tableros contra los ajedrecistas más ción creada en el tablero. En la prác- exceso de seguridad; sin embargo,
fuertes de Sochi la víspera de su tica, la imagen inerte corre pareja esos estados psíquicos pueden ser
competición con Tal (Tbilisi, 1965). con la incorrecta y precipitada de- superados por la voluntad del in-
Por ventura deba atribuirse a ello la ducción de que la superioridad ma- dividuo, mediante una crítica y con-

28 29
cienzuda verificación de las ideas el escaque 8T; esto pone de relieve
la constante y enorme influencia que misma ni a que su principal triun- Las blancas están en un apuro,
propias. fo, el peón de referencia, pueda ser pues su adversario lleva una pieza
Volvamos sobre otros ejemplos ejerció la imagen de la posición re-
flejada en este diagrama, y que, al eliminado. Prosiguió 19. T3T. P4TR; de ventaja, y amenaza seriamente
que nos ofrece la práctica del aje- 20. TXP?? Esto es un grave error. contra el rey. Por lo visto, estas
drez. valorarla, las blancas pensaron úni-
camente en defenderse. El movi- Con el movimiento 20. DXPT y, consideraciones parecieron tan cla-
He aquí la posición de la partida luego, P4CR, se podía mantener un
miento 37. P8T=D+ fue calculado ras y evidentes a Reshevski, que, al
Gablikovski - S i m a g i n (Szavno- fuerte ataque. El yerro cometido por
y hecho con la posibilidad defensiva calcular su próximo movimiento, lo
Zdruy, 1950). Ivkov puede apreciarse en la va- consideró como una valoración es-
de situar la dama en el escaque 6TD,
sin relacionarlo con otras particu- riante 20. ..., DXP; 21. T8T+, table en lo sucesivo; si no, hubiese
Diagrama núm. 10 R X T ; 22. D4T + , R1C; 23. D6T, prestado atención a los pequeños,
laridades de la situación. Después
de la partida, Gablikovski dijo que D8T+; 24. R2D, D X C + ; 25. RÍA, pero esenciales, c a m b i o s que se
no pudo advertir la posibilidad de A X P A , y de repente se aclara que producirían en el tablero, caso de
sacrificar inmediatamente la segun- el peón 6A, principal soporte de la tomar el peón blanco 3C. Esto es,
da dama, por cuanto atendió sola- posición de las blancas, pudo ser los demás peones blancos no pueden
mente a la peligrosa situación en eliminado impunemente. De esa ma- avanzar, el rey se halla en situación
que se encontraba su rey en la ca- nera, se desmoronó el fundamento de «ahogado» y la postura de las
silla 1AR. en que se asentaba el avalúo de la dos piezas blancas en 8AD y 7AR
El siguiente ejemplo ha sido to- posición, y cuya solidez en el ulte- brinda la posibilidad de forzar el
mado de la partida Ivkov-Vasiukov rior desarrollo de la partida aseguró empate con el sacrificio de las mis-
Wri (competición U R S S - Yugoslavia, la imagen, surgida «por inercia».
La creencia en que los elementos
mas.
1962). Pero la confianza en la victoriosa
constitutivos de la valoración de una realización del ataque fue tan gran-
Diagrama núm. 11 determinada posición son estables, de, y la atención estuvo tan fija en
y en el siguiente período del juego, los elementos positivos de la situa-
junto con la insuficiente variabili- ción en el tablero, que Reshevski
dad de la atención, son las causas cometió la imprudencia de tomar
psicológicas que impiden prever las el mencionado peón. Después de
Las blancas tienen una considera- llamadas combinaciones que pro- 48. ..., DXPC??, los defectos del
ble superioridad material: una ca- ducen el empate. juego «por inercia» se manifestaron
lidad de más y la inevitable conver- El siguiente diagrama refleja la rápidamente. Prosiguió 49. D8C + ,
sión del peón 7T en dama. Pero Ga- situación de la partida Evans-Re- R X D ; 50. T X P + , y hubo que acep-
blikovski polarizó su atención sólo
en cómo asegurar la defensa de su reH shevski (Nueva York, 1965). tar el empate.
Si hubiera atendido a los cambios
rey. Desde luego, la amenaza de las Diagrama núm. 12
negras es tan poderosa y la valora- que podía introducir el movimiento
ción del momento, expresada en el 48. ..., DXPC, sin duda habría pre-
grito de «¡Salvar al rey!», fue tan visto la combinación de su adver-
dominante, que las blancas se pusie- sario, y jugado de otra manera; por
ron inmediatamente a la defensiva: ejemplo: 48. ..., DSC; 49. T8A,
37. P8T=D+, R2T; 38. D6TD, El ataque del maestro yugoslavo D3R; 50. PXC, T8R+ y 51. ...,
D7C + ; 39. R1R, C7A + ; 40. R2D, es decisivo; en el cual uno de los D7T+, lo que le daba inmediata-
C X D, y la partida terminó en tablas. componentes importantes es el peón mente la victoria.
Con todo, las blancas ganaban con el 6A, que las negras no pueden eli- Se advierte que las imágenes iner-
siguiente e inesperado contraata- minar de momento, porque está de- tes suelen presentarse cuando el
que: 38. D8T+! (en vez del tímido fendido por su alfil. Al valorar la ajedrecista logra aventajar a su con-
movimiento 38. D6TD), R X D ; 39. posición como favorable, lo que no trincante en la posición; esto hace
D6T+, y así sucesivamente. Gabli- ofrece duda, Ivkov intenta ganar
que no prevea posibles cambios en
kovski no pensó en las posibilidades inmediatamente la partida, y no
la misma, incluso los más paradó-
que le ofrecía la segunda dama en atiende a los posibles cambios de la
jico's, y se guíe sin reflexión por la
30
31
culto supersticioso, y se toma por Pero la maniobra P5AR impresio-
persistente imagen del avalúo lavo- Lowenfisch escribe sobre el enor- factor real del avalúo de una posi- nó tanto a Flor, que, sin considerar
rable de dicha posición. me sentido crítico del pensamiento ción que existe sólo en la mente. Y, otras particularidades de la posición,
laskeriano: «Analizar en compañía en otros casos, se da demasiada im- su respuesta fue dictada por la idea
Al surgir la persistente imagen de Lasker era un placer. ¡Cuántas
inerte, hasta el ajedrecista más des- portancia a posibles y activas ma- fija de impedir el avance del peón
características de su estilo, diversas niobras de las propias piezas en el de referencia.
tacado pasa automáticamente los y a menudo convincentes, he oído
rasgos de la situación presente a la futuro, y no se considera con la Prosiguió 28. ..., P4AR?; 29.
en mis días I... Subrayo solamente debida claridad si su realización es PXP. a.p., CXP6A; 30. P5AR! Las
futura; aborda de manera trivial la un indiscutible rasgo de él: su es-
valoración de las condiciones veni- o no oportuna; al contrario, a la negras salieron inesperadamente de
cepticismo y fe en la defensa. Nos valoración de la posición real se le lo malo y entraron en lo peor. La
deras. Por consiguiente, las imáge- poníamos a analizar una variante de
nes inertes dificultan la búsqueda añaden automáticamente «castillos imagen precursora hizo que las me-
determinada apertura, que a mi ver al aire», formados por la fantasía. didas profilácticas, tomadas con-
de nuevas posibilidades, y reducen
no convenía a las negras. Pero Las- Esta falta de sentido traslativo de tra las posibles amenazas en un
al mínimo los elementos de la ima- ker empezaba a buscar ingeniosa-
ginación creadora. una situación supuesta a otra per- futuro lejano, se convirtiesen en una
mente contraposibilidades inadver- ceptible conduce a casos de «manía amenaza real y efectiva en lo pre-
A diferencia de las imágenes resi- tidas, y se descubría que dicha va- de hacer proyectos», a una irreal sente. Las blancas consiguieron una
duales, que se presentan con valor riante era aceptable e irrebatible.» planificación de las operaciones men- ventaja evidente, mediante 30. ...»
positivo y negativo, las inertes son Durante la partida conviene, a tales en el tablero. P4CR; 31. C5T, CXC; 32. DXC.
equivalentes, pero, condicionadas veces, abstraerse de los propios in- Veamos seguidamente la posición Examinemos la posición del en-
por el desequilibrio de la dinámica tentos; «cruzar la línea del frente», del encuentro Bondarevski-Flor (Ks- cuentro Capablanca-Alexander (Not-
del pensamiento, intervienen siem- y tratar de pensar por el adversario. tocolmo, 1948).
pre como factores negativos. tingham, 1936).
Caso de introducirse profundamente
La disminución del pensamiento en los «intereses» de él, pueden des- Diagrama núm. 13 Diagrama núm. 14
y de la variabilidad de la atención cubrirse ideas que suelen escapar a
está relacionada principalmente con la penetración cuando se piensa uni-
los rasgos volitivos del carácter. lateralmente; de ese modo, se ase-
Para subsanar los defectos de la gura un tratamiento más objetivo
atención, como presencia de la ima- del avalúo de la posición.
gen estable «por inercia» que hemos
visto anteriormente, es necesario Imagen precursora
cultivar la autocrítica y el dominio
de sí mismo.
Ejercitarse en el hallazgo de so-
Se produce al pensar en los posi-
bles cambios de la situación futura; *
luciones paradójicas, esforzarse por en ello, se sobreestima la importan-
descubrir toda excepción de la regla cia de los inminentes acontecimien-
y desarrollar lo concreto del pensa- tos en la partida, de suerte que el
miento son condiciones indispensa-
bles para luchar contra las imáge-
nes inertes. En las partidas de pre-
ajedrecista los toma casi por reales
y existentes. Blumenfeld escribió:
«A juzgar por mi propia experiencia,

paración es útil aplicar las varian- hay momentos en que la idea, for- Las blancas tienen ciertas posi- Prosiguió 26. ..., D1R? Con mo-
tes de apertura más difíciles, con el mada por la fantasía visual, ocupa bilidades de ataque; de ellas, la más tivo de este movimiento, Altkhine
fin de ver el objetivo principal, no el sitio de la realidad.» «eficaz» acaso es el avance del peón escribió: «No sólo se ha perdido
en el resultado, sino en la búsqueda El papel negativo de las imágenes 4AR, aunque, por lo pronto, no un tiempo valioso, sino que se brin-
de los recursos ocultos de la defensa. precursoras es doble. En unos casos, entraña peligro para las negras. Lo da a las blancas la posibilidad de
Con ello, el ajedrecista se contamina se atribuye existencia real a posibles cual puede probar, por ejemplo, la desatascar a su alfil de la darra. Por
inadvertidamente con el espíritu del amenazas del adversario, con fre- siguiente vanante: 28. ..., T1R!; cuanto el adversario no amenazaba
escepticismo en cuanto a la valora- cuencia imaginarias, que se exageran 29. P5A, DXPR; 30. PXP, PAXP; inminentemente, las negras hubie-
ción, por contrastable que sea. Tam- y se convierten en amenazadores gi- 31. D7A + , R1T. Esto es el avalúo sen podido iniciar el ataque en el
bién puede servir el estudio de las gantes legendarios en la conciencia; real de la posición. flanco de la dama, mediante 26. ...,
partidas de Lasker y Korchnoi. la perspectiva lejana es objeto de
33
32
A3T y el subsiguiente avance del P4D, P4D; 2. P4AD, P3R; 3. C3AD, Con frecuencia aparece la otra
C3AR; 4. PxP, PXP; 5. A5C, A2R; tro, para lo cual convenía haber he-
peón 3C. Tras lo cual, el resultado cara de la imagen en cuestión; esto cho 13. ..., D3C. La partida prosiguió
de la partida habría sido totalmente 6. P3R, P3AD; 7. C3A, C1C2D; 8. es, se exageran las probabilidades,
A3D, 0-0; 9. D2A, T1R; 10. 0-0, 14. A2A, D2A; 15. C1C, 0-0-0; 16.
indefinido.» y la atención se fija únicamente en C3A, A3T; 17. D1R, T1D1R; 18.
Posiblemente, las medidas defen- CÍA; 11. T1T1C, P4TD; 12. P3TD, considerar las posibilidades de las
C3C; 13. P4CD, PxP; 14. PXP. P4CD!, A2C; 19. P4TD, P3A?
sivas de las negras estuvieron con- propias piezas, por lo que no se Las negras continúan en su irrea-
dicionadas por la sobreestimación de C5R; 15. A XA, D x A ; 16. P5C, justiprecian las respuestas del opo-
A5C; 17. AXC!, PxA; 18. C2D, nente. lizable proyecto. La imagen pre-
la ilusoria amenaza D5T. La partida cursora de poder atacar al rey blan-
continuó 27. P4CR!, D3C; 28. PXP, P4AR; 19. PXP, PXP, las amenazas Veamos un fragmento de la parti-
del bando negro D4C y C5T fijaron co fue tan firme que, incluso en la
TXP; 29. TXT, DXT+; 30. R1T, da Krogius-Bronstein (Tbilisi, 1967). posición actual, donde el ataque de
T1AR; 31. D1T, y las blancas se la atención del blanco. Estas ame-
nazas parecieron tan reales y peli- las negras no ofrece ninguna pers-
hicieron con la iniciativa. pectiva, Bronstein realiza el «seudo-
Reshevski también se privó de grosas, que forzaron a ponerse a la Diagrama núm. 16
defensiva: 20. P3T?, A4T; 21. activo» avance P3A, y no cuenta
su único y activo plan (P5CD) al
T1C1R?, C5T; 22. C2R, con lo que con el brusco empeoramiento que
temer el movimiento de ruptura
se cedió la iniciativa a las negras. ha experimentado su situación, por-
P4TD adversario, poco eficaz para
En vez de dejarse influir por la que persiste en su mítico ataque
éste en la situación dada (Spasski- contra el rey.
Reshevski, Amsterdam, 1965). acción de la imagen precursora, con-
venía rrber calculado la variante 20. R1C, D1D; 21. T2T!, P5T;
20. T6C, C5T; 21. T1-1C, D4C; 22. 22. A1C, PXP? Influidas por la ima-
Diagrama núm. 15 P3C, con lo que las blancas adelan- gen precursora, las negras han efec-
tan a su adversario en la ofensiva. tuado de nuevo unos movimientos
Por ejemplo: 27. ..., C6A+; 23. carentes de actividad, y el último
CXC, AXC; 24. TXP, D4T; 25. de ellos es un error decisivo. Al
CSC, D6T; 26. D4A+ y D1AR. principio, las blancas han tenido po-
sibilidad de realizar el plan P3CR,
En los ejemplos que acabamos de T2CR y, luego, P4C; pero, ahora,
ver se han observado casos de sobre- lograrán una iniciativa amenazadora
estimación de futuras amenazas del en el otro extremo del tablero. Por
adversario y de subestimación de lo demás, repetimos, la serie de
las posibilidades de la posición pro- En esta posición, Bronstein se errores de las negras no es fortuita,
pia; en ellos se eludieron volunta- propuso atacar al rey adversario con pues la atención de Bronstein hace
riamente y sin motivo las operacio- el movimiento P5T y, si se diera el rato que es cautiva de supuestos
nes activas y se pasó a la defensiva. caso, con los P3A y P4CR. Estas irrealizables.
Tal pasividad, producida por auto- activas posibilidades de las propias Continuó 23. PDXP! Después de
sugestión, hace que disminuya con- piezas cautivaron tanto la atención la partida, Bronstein manifestó que
siderablemente la producibilidad de Bronstein, que consideró sus había esperado que su adversario
del pensamiento, y se empiece una supuestas amenazas poco menos que hiciese 23. PAXp. ¡Esto pone de
Aquí las negras hicieron 33. ..., lucha contra «molinos de viento». únicas y efectivas para valorar la relieve cómo el cálculo de la posi-
P5T. Y al remate de 34. D3R, D3D; En casos así, se observa insuficiente posición. Por ello, sucedió 13. ..., ción dada estuvo sometido a la in-
35. P3CR, las blancas aumentaron variabilidad de la atención, que se P5A? Este movimiento es ineficaz, fluencia del pensamiento, concentra-
su superioridad, porque aquéllas no fija principalmente en un futuro le- porque, entre otras desventajas, tie- do en los deseados cambios de la
pudieron actuar eficazmente; como jano y huye de la posición real en ne la de liberar a las blancas en el posición futura I Al seguir una di-
se ha dicho, se privaron de su único el tablero. centro y en el flanco de la dama; rección «determinada», impuesta
y activo plan al analizar la realiza- sin embargo, Bronstein polarizó su por la imagen precursora, cupo es-
ción de la amenaza P4TD del ad- Niemzowitsch define acertada- atención en atacar al rey, por pare-
mente estas propiedades de la ima- perar los siguientes movimientos:
versario. cerle la acción que mayores perspec- 23 C1C; 24. A3R, C3A; 25.
Un caso por el estilo ocurrió en gen precursora en su conocido afo- tivas le ofrecía. Con todo, adverti- D2A, P6T; 26. P3C, P3C; 27. P5T,
la partida Krogius-Shujovski (So- rismo: «La amenaza parece mayor mos que el avalúo de la posición re- R2C; 28. AXC, PC XA; 29. PXP,
chi, 1967), en que, al cabo de 1. que su realización.» quiere seguir presionando en el cen- PXP; 30. T1A1T, D2A; 31. C4D,
34
35
T1T; 32. C5C, TXT; 33. DXT, y es decir, de la conveniencia de res- R2R, y, tras unos movimientos, se dera la superioridad de la posición
las negras se rindieron. petar los valores materiales y los acordó dejarlo en tablas. propia; ello hace que disminuya la
La imagen precursora suele ac- principios de la estrategia. Por ello, En ocasiones, al meditar sobre una esfera de atención del ajedrecista,
tuar cuando el ajedrecista cree en toda posición saturada de ideas no situación futura, la atención se esta- que se sustrae de lo demás y sigue
la aceptación irrecusable del sacri- estereotipadas confunde incluso al biliza hasta el punto de ignorar por únicamente lo que inquieta sus
ficio o cambio de piezas que propone ajedrecista más original. entero la realidad; el ajedrecista ideas; tanto es el entusiasmo por lo
a su contrincante. Veamos la partida Niemzowitsch- crea en la imaginación movimientos complicado que a menudo se efectúa
Veámoslo en el siguiente frag- Alekhine (Dresde, 1926). venideros, y no advierte el peligro el cálculo como si el adversario no
mento de la partida Liebersohn-Tai- inmediato de perder una pieza o existiese.
un peón. Por consiguiente, la forma de
manov (Tbilisi, 1967). Diagrama núm. 18
Sobre este particular, el maestro pensar condicionada por la imagen
Riumin dice: precursora negativa se presenta en
Diagrama núm. 17
dos planos: en uno, la insuficiencia
Diagrama núm. 19 de dinamismo del pensamiento in-
duce a una excesiva circunspección
cuando «se abren demasiado los ojos
ante el peligro», y en otro a una
audacia sin límite, a una presunción
exagerada, y hasta a una manía de
hacer proyectos.
A pesar de eso, es necesario se-
ñalar el valor positivo de la imagen
precursora en el desarrollo de la
fantasía del ajedrecista.
En la obra de Tal, Larsen, Korch-
noi, Neshmetdinov y otros, la fan-
tasía está, por lo general, relaciona-
Las negras hicieron 35. ..., T1AD. da con la realidad mediante un aná-
Y Alekhine escribió al respecto: lisis crítico; gracias a la consciente
^e advierte la acción de la imagen «Esta innecesaria sutileza pone en variabilidad de la atención, esta
pre ursora en el cálculo de Taima- duda la victoria. Debía haberse pro- mezcla de fantasía y percepción ayu-
nov. ^uien creyó en lo irrecusable seguido 35. ..., AXPC; 36. AXC, «IAl reflexionar, advertí de pron- da a ser previsor y exacto en el
de 1 variante 35. ..., TXC; 36. DXA; 37. AXP, P6D; 38. A X A , to una «combinación»: 26. ..., C4A; cálculo y a hallar ideas originales.
PX1, T8D+, lo cual redunda en PXT, y las negras obtenían una 27. ..., D X T + y 28. ..., C6D+, con Veamos la posición de una par-
beneficio de las negras, y que efec- calidad por un peón. Pero se me lo que ganaba una torre! Situé el tida Neshmetdinov-Kasparian (Riga,
tivamente sucedió en la partida. Sin figuró que el movimiento efectuado caballo en el escaque de referencia 1955).
embargo, las negras no previeron en la partida era más eficaz y me y paré el reloj, sin esperar la res-
el movimiento intermedio 36. D6A!, reportaría un final favorable dentro puesta de Capablanca.» (Véase diagrama núm. 20)
que alteraba la valoración de sus de cuatro movimientos.» Pero la verdad es que Riumin no
intenciones. Debe advertirse que en Sucedió 36. AXC, DXA; 37. se dio cuenta de que Capablanca le Aquí se le ocurrió a Neshmetdi-
lo psicológico es difícil prever los T2AD!, AXPC; 38. AXP, P6D; 39. tenía amenazada la dama, porque nov dar un bello mate al rey negro.
llaiiados movimientos «intermedios» T3A, P7D!; 40. D2A! «No previne su atención estuvo concentrada en Esta idea se refuerza con el cálculo
y «solapados», porque comúnmente este movimiento defensivo —prosi- la búsqueda de futuras operaciones. preciso y se convierte en realidad.
se relacionan con la negativa de gue diciendo Alekhine—; sólo conté Como vemos, atender extremada- Atendamos a las dificultades que
ganar material inmediatamente y con la toma del peón, lo cual me mente a las posibles ventajas que presenta su análisis, por cuanto la
con la infracción de los, aparente- daba la ventaja.» El juego prosiguió pueda ofrecer la acción futura de posición es complicada y tirante por
mente evidentes, avalúos de la posi- 40. ..., A X A ; 41. TXA, TXT; 42. las piezas propias también influye uno y otro lado.
ción; en cambio, la práctica con- DXT, T1AD; 43. D2R, D3C + ; 44. negativamente en el avalúo positivo Sucedió 38. A6R!, T1T+; 39.
vence al ajedrecista de lo contrario, D2A, D X D + ; 45. R X D , T7A; 46. de la situación, por cuanto se pon- A3T (el sentido del movimiento 38.

36 37
Diagrama núm. 20 vimiento, conviene dar otra ojeada
al tablero para cerciorarse de si el
adversario amenaza con otro im-
previsto. Generalmente, es acertada
la idea de que todo movimiento
debe hacerse en cuatro compases:
trazarlo, registrarlo, verificarlo y
realizarlo; de ese modo se comprue-
ba todo intento, por más evidente
que parezca.
I Diagrama núm. 21 ..., CXPA, y experimenté un gran
alivio cuando Sherbakov continuó
2. CX A, C6T+; 3. R1T. Mientras
pensaba la respuesta, «vi» dos va-
riantes: una empezaba con D6A+
y la otra con T7T. Traté de profun-
dizar en ellas; pero me lo impidió
la idea de poder lograr un empate
bastante sutil. A consecuencia de
tal «pensamiento», deduje que am-
Para combatir las imágenes pre- bas variantes conducían a un mismo
cursoras de carácter negativo reco- fin, e hice 3. ..., D6A+?, a lo que
mendamos ensayar el método de siguió 4. D2-2C, C7A+; 5. R1C,
*' C6T+; 6. DXC, T7T; 7. A5D!, y
mi «finales intermedios». Este método
consiste en proponer al ajedrecista
que solucione un complicado pro-
las negras se rindieron. Si éstas no
hubieran trocado él cálculo por la
blema de muchos movimientos, pero «visión» y hubieran fijado la posi-
sin mover las piezas. Así que ha ción en la mente después de cada
A6R está relacionado con la variante dado con la solución, se le quita el descubrí que las blancas no podían movimiento, habrían logrado fácil-
38. ..., T X T + ; 39. DX.T!, T7D; tablero y se le propone que diga eludir el jaque continuo; pero, al mente las tablas, mediante 3. ...,
40. AXD), CXP; 40. T7A + , R3T; la posición exacta de cada pieza a calcularla detenidamente, hallé que T7T!»
41. DXC + !, y las negras se rindie- partir, por ejemplo, del segundo aquéllas disponían de la contunden- Al analizar las particularidades
ron, porque se les da mate dentro movimiento de la combinación, del te respuesta 3. R2C y que, luego de dinámicas del pensamiento, hemos
de seis movimientos. quinto, y así sucesivamente. 3. ..., D6A+; 4. RXC, las negras aludido inadvertidamente al proble-
Por tanto, las imágenes precurso- Este procedimiento de prepara- no podían resarcirse de la conside- ma de sus componentes. Veamos,
ras pueden ser un factor importante ción tiene cualidades fundamenta- rable pérdida material. Como la elec- pues, una de las formas más com-
para desarrollar la capacidad de les; entre ellas la de que muchas ción era limitada, resolví hacer 1. plejas del proceso intelectivo.
prever los acontecimientos en el ta- imágenes precursoras se manifiestan
blero. Pero ¿cómo eliminar las de como incógnitas de valor intuitivo.
carácter negativo? En la incógnita intuitiva, el ajedre-
A este respecto, Blumenfeld da cista advierte el momento culminan-
La intuición en el ajedrez
los siguientes consejos prácticos: te en que se realiza una idea, pero
«Por más poderosa que sea la ima- omite los eslabones intermedios. Se llama intuición la percepción aun cuando se olvide con frecuen-
ginación reproductora, la represen- El siguiente fragmento de la par- clara, instantánea de una idea o cia. Me refiero a la intuición o, si
tación mental es sin duda menos tida Sherbakov-Bijovski ilustra fiel- verdad como si se tuviera a la vista. lo prefieren, a la fantasía ajedre-
viva que la percepción visual. Por mente el valor de dicho método. Este concepto acaso es uno de los cista. .. La intuición ha sido y es uno
ello, cuando el adversario ha efec- que han suscitado más vivas discu- de los principios del arte del aje-
tuado un movimiento, incluso el es- (Véase diagrama núm. 21) siones; hasta el punto de intentar drez.»
perado, conviene reflexionar bien, excluirlo totalmente del uso. Las Este autor se inclina por la in-
salvo en el caso de extremada falta Bijovski comenta: «Meditando discusiones en cuestión también se tuición, aunque la compara con la
de tiempo, sobre la respuesta pre- sobre esta posición, bastante abru- han referido al ajedrez. fantasía del ajedrecista.
parada de antemano, porque ésta madora para mí, «vi» de pronto la Por tanto, ¿cabe la intuición en En su libro El ataque, Panov dice:
ha sido ideada en el momento en siguiente serie de movimientos: 1. el arte ajedrecista? «El término intuición es, desde lue-
que la posición tenía existencia sólo ..., CXPA; 2. CXA, C6T+;3. R1T, En su libro Torneo internacional go, impreciso y, como se sabe, el
en la mente.» D6A+; 4. D2-2C, C7A+; 5. R1C, de los grandes maestros, Bronstein preferido de la filosofía idealista,
Aunque interesen las ideas bellas C6T+; 6. DXC, T7T; 7. AXT, habla de los componentes de dicho la cual lo define como la percepción
y las maniobras efectistas, nunca se TXA. Esta variante pasó veloz por arte, y entre otras cosas dice: «Con clara de una verdad; una especie
debe olvidar la «prosa» en la vida mis ojos, y la mente fijó sólo la todo, hay un cuarto componente de «revelación» de arriba... El aje-
ajedrecista. Antes de hacer un mo- posición final. Volví a analizarla, y que por ventura es el más atrayente, drecista debe guiarse del olfato, el

38 39
cual le prueba si está justificado el De las tesis expuestas se deduce
sacrificio de material en posiciones que la intuición en general y la aje- te, es incorrecto identificar la in- (Zürich, 1953), se le hubiera ocu-
donde no es posible calcular todas drecista en particular son un com- tuición con la fantasía. Pues la fan- rrido «instantáneamente» a su autor
las variantes...» ponente del pensamiento perfecta- tasía del ajedrecista, la previsión de unos movimientos después, habría
Vemos que Panov está en contra mente definido. A diferencia del futuros cambios en el tablero, no va producido indudablemente un pesar
de la intuición y en pro del «olfato análisis lógico, en la conclusión in- necesariamente acompañada de la tardío. En el tablero se deben buscar
ajedrecista». Posteriormente se verá tuitiva se comprende sólo el resul- percepción «instantánea» de una soluciones incansablemente, sin dife-
comprobado que esto, más que la tado final de las operaciones intelec- idea, porque, en el análisis de un rirlas para luego, y en ello ha de
manifestación negativa de una con- tivas, y el proceso precedente de la plan trazado, es posible un cálcu- ponerse cierto esfuerzo volitivo. Lo
clusión combinatoria sin calcularla búsqueda es, en ese momento, in- lo exacto o la comprensión de todas cual produce, durante la partida, una
exactamente, o de una anticipada y comprensible. las fases lógicas. exclusiva tensión en los procesos
armoniosa serie de deducciones en En el arte del ajedrez, la intui- mentales.
ción se presenta al modo de «hallaz- Asimismo, debemos tratar con
el ajedrecista, es un malentendido sentido crítico el juicio emitido por Creemos necesario objetar a Blu-
terminológico. go instantáneo», en cuyo momento
el ajedrecista no comprende el perío- Linder; si «toda partida es, del menfeld, quien, en su artículo «El
En el libro ¿Su juego preferido? principio al fin, un conjunto de de- carácter del pensamiento ajedrecis-
¡El ajedrez!, Linder dice: «Toda do preparativo para llegar a una con-
clusión. ducciones unidas lógicamente unas ta», dice que el pensamiento intui-
partida es, del principio al fin, un con otras», ¿dónde situar la conje- tivo es involuntario tras el tablero,
conjunto de deducciones unidas ló- Como en la conclusión intuitiva tura y la búsqueda?
se tiene plena conciencia de un re- por cuanto los dos oponentes pien-
gicamente unas con otras.» En suma, estimamos que el arte san normalmente. ¡Aceptar tal jui-
Este autor patentiza la idea de que sultado («visión» de una serie de
movimientos o de una maniobra) y del ajedrez es un trabajo intelectual cio significa desorientar infundada-
toda partida es siempre un proceso y consciente en donde hay, sin em- mente al ajedrecista, pues resulta
consciente, dentro del cual no tiene se omiten de un modo subconsciente
los detalles o eslabones de la ca- bargo, componentes inconscientes que no es necesario aspirar al logro
lugar lo irracional o lo inconsciente. que incluyen el pensamiento intuiti- de un objetivo determinado, que la
dena del razonamiento, el ajedre-
Veamos lo que la teoría marxista vo del ajedrecista. «inspiración» vendrá de suyo!
cista admite dicha conclusión como
del conocimiento nos dice acerca ¿Cuáles son las particularidades Tercero: la conclusión intuitiva
algo íntegro, generalizado. A este
de la intuición, cuyo justo entendi- de la intuición en el ajedrez? acertada corre pareja con fuertes
respecto, A. Binet dijo: «La com-
miento filosófico ayudará a deter- emociones positivas, sensación de
prendo (la situación en el tablero) Primero: es necesario distinguir
minar su puesto en el arte del aje- placer artístico, segundad, triunfo.
del mismo modo que el músico com- la relativa rapidez con que se suce-
drez. prende un acorde.» Bronstein dice acertadamente: «La
En uno de sus renombrados «me- den las conclusiones intuitivas en el
Advertimos que el objeto de la juego. intuición... ha dado al arte jdel aje-
dios», Pavlov dice: «A mi modo drez las más bellas combinaciones,
de ver, la intuición no es más que intuición pueden ser elementos de Segundo: la intuición del ajedre-
la combinación o de la posición y ha permitido al ajedrecista sentir
lo último que el hombre recuerda cista tiene un carácter totalmente el verdadero placer que proporciona
del camino preparado y recorrido de la contienda ajedrecista. voluntario, y cada movimiento es el arte.»
por él. y que excluye en ese mo- A título de ejemplo nos remitimos una operación que incluye un fin
a la grandiosa combinación que se determinado, o sea, en unos casos Cuarto: el carácter práctico y
mento.» efectivo del pensamiento en el aje-
En el Diccionario filosófico, edi- produjo en la partida Polugaievski- el ataque, y la defensa en otros; por
Neshmetdinov (Sochi, 1958) y a la eso mismo, aquél no puede esperar drez se manifiesta cuando el ajedre-
ción de 1963, leemos: «La intuición
profunda clarividencia de Chigorin, el momento favorable que le ilumi- cista experimenta intuitivamente el
representa un papel auxiliar en el
quien demostró que los caballos ne artísticamente o que le inspire, «sentido del momento»; «siente»,
proceso del conocimiento. En rea-
lidad, detrás de la facultad de per- eran suficientemente potentes para como ocurriera con Arquímedes y por ejemplo, el instante en que toda
cibir «instantáneamente» la verdad, luchar contra los alfiles en su me- con Newton. dilación significa la muerte, y debe
se acumula la experiencia adquirida morable partida con Lasker (Has- En todo instante, el ajedrecista inmediatamente atacar, retirarse, sa-
anteriormente. Los resultados del tings, 1895). no necesita otra idea, por original crificar un peón, etc.
conocimiento intuitivo no necesitan Estimamos que atribuir el «olfato que sea, sino aquella que resuelve El «sentido del momento» se ma-
un criterio particular de la verdad, ajedrecista» exclusivamente a los una situación dada; y así, el valor nifiesta en el ajedrecista que posee
como «autoevidencia», etc.; pero momentos combinatorios y a los sa- de cada conjetura que forma depen- un perfecto «sentido del peligro».
también se demuestran y verifican crificios empobrece el concepto de de de su momento oportuno. Si la Kotov dice: «Prever el peligro vale
lógicamente en la práctica.» «intuición ajedrecista». Por otra par- idea de sacrificar la dama, en el tanto como evitarlo, y es la garantía
conocido encuentro Averbach-Kotov del éxito en las competiciones. Esta
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Diagrama núm. 22 Acerca del decimonono movimien- y, luego, verificada por los procedi-
cualidad se apellida «sentido del pe- to de las negras, Bronstein comenta: mientos usuales... La intuición no
ligro» en el ajedrez.» «Estuve mucho rato pensándolo nos dispensa de hacer una demostra-
Vamos a detenernos en las cir- —d i j o posteriormente Smislov—, ción exacta, o, por lo menos, muy
cunstancias que determinan la ma- pues me tentaba tomar la torre; aproximada.»
„.testación de las conclusiones intui- cuanto más que no veía que las Pudiera parecer que subestimamos
tivas en el proceso de considerar un blancas pudiesen ganar. ¡Quién des- y empobrecemos la importancia de
movimiento. El acto intuitivo suele perdicia la ventaja de una torre!» la intuición. No es así. La intuición
seguir a un análisis lógico de la No obstante, y después de un pro- es un importante componente del
posición en el tablero; en este as- longado análisis del movimiento 19. pensamiento del ajedrecista, si bien
pecto, la intuición es secundaria res- ..., PXT, las negras hicieron 19. ..., no se debe ponderar su significación;
pecto de la consciente búsqueda de PXP! Esto fue una conclusión intui- no es una fuerza misteriosa, cuya
un movimiento. Sin embargo, el pro- tiva, ya que no era posible calcular procedencia se desconozca y cuyas
ceso del razonamiento ú t i l o el todas las variantes. ¡De esa manera,
sugerencias sean siempre precisas;
cálculo preciso de variantes no siem- primero se efectúo el análisis y, lue-
pre permiten el acto selectivo, por- go, se llegó a la conclusión intuitiva! depende del consciente trabajo men-
que el ajedrecista duda a menudo, tal del ajedrecista, y se manifiesta
La conjetura que se ha formado a través del análisis consciente y
y presiente que no es satisfactoria y la conclusión intuitiva vuelven a
la continuación que le dicta el aná- lógico, por el cual se comprueba.
los límites del análisis lógico, en el
lisis lógico. La limitación de tiem- «Aquí se me ocurrió de pronto la cual se verifican. Acerca de esta Se nos puede replicar diciendo
po a que está sujeto el pensamiento idea del movimiento C X P, tras ha- partida, Bronstein continúa dicien- que hay casos en que la idea se
pone aún más de relieve la imposi- berme convencido de que varias do: «La intuición no engañó a manifiesta intuitivamente después de
bilidad de ceñirse al rígido método continuaciones lógicas no me satis- Smislov, quien hizo el mejor movi- la respuesta del oponente. No obs-
de las operaciones lógicas. facían, por cuanto reforzaban la po- miento, lo cual pudo comprobarse tante, nos parece que la posición
En momentos así se recurre a la sición de las negras.» en el análisis efectuado después del que se produce tras dicha respuesta
intuición. En este aspecto, el psi- Y así, p r o s i g u i ó 23. CXP, encuentro.» Resulta que, luego de posiblemente se ha previsto con bas-
cólogo Ponomariev dice: «El acier- T1T1AD; 24. D X P, T X P; 25. P3TD, 19. ..., PXT; 20. 1>XP, T1R, las tante precisión, y ha tomado forma
to de toda conclusión intuitiva de- R2T; 26. T3CD, R3T; 27. A7C + , blancas cortaban la retirada del rey a modo de análisis lógico de la po-
pende de cómo se logre alejarse de y las negras se rindieron. negro con 21. P4TD! sición futura y como actividad de
lo común, convencerse de la inutili- Partida Keres- Smislov (Zürich, Por lo visto, puede decirse que las búsqueda intuitiva en los movimien-
dad de ciertos medios conocidos formas lógicas del pensamiento son tos precedentes.
antes y mantener el entusiasmo por 1953).
la condición indispensable para ma- En la intuición deben distinguirse
los problemas.» Diagrama núm. 23 nifestar la intuición y para determi- ciertas operaciones mentales, que el
El paso de la lógica a la intuición nar lo justo de la idea intuitiva. Las ajedrecista realiza en cierto modo
causa un singular estado emocional conjeturas intuitivas del ajedrecista «automáticamente» y que casi no
en que se observa una combinación toman cuerpo en los movimientos se perciben en el proceso del juego.
de emociones opuestas. Por un lado, y planes sobre el tablero, tras una Por ejemplo: el conocimiento exacto
el ajedrecista no se siente satisfecho verificación más completa por medio de una posición de un final de par-
del curso del análisis lógico (emo- tida o una variante de apertura, sim-
del análisis lógico. Sobre la necesi-
i iones negativas), y por otro man- ples procedimientos tácticos y téc-
dad de verificar toda conclusión in-
tivne la tendencia a la búsqueda o nicos. A consecuencia de múltiples
tuitiva, el psicólogo M. Bunge dice:
ai interés en ella (emociones posi- repeticiones, se produce cierto auto-
«Ella (la intuición) puede predispo-
tiv \st. nernos a favor de una teoría o mé- matismo en la aplicación de tales
\ tamos unos ejemplos que ilus- todo en perjuicio de otros procedi- procedimientos; puede observarse
tran el carácter «secundario» de la mientos o teorías. Pero la sospecha con frecuencia como la torre se si-
intuición. no es una demostración. La hipó- túa detrás de un peón libre, los
Encuentro K r o g i u s - G e l l e r tesis fundada intuitivamente necesi- peones se disponen en los escaques
(XXVH Campeonato de la Unión ta ser estudiada conforme a la razón de color contrario al de los del alfil
Soviética).
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\
propio cuando apremia la falta de Diagrama núm. 24 Diagrama núm. 25 preferentemente se ai'oya el ajedre-
tiempo, y así sucesivamente. En rea- cista cuando medita sobre un mo-
lidad, estas reacciones automáticas
son particularidades de la habitud
del pensamiento y se caracterizan
M,., ^y ^v
vimiento o combinación. Esto nos
autoriza a admitir que unos ajedre-
cistas, en primer lugar y de un modo
por su forma única; en ellas falta subconsciente, tienen en cuenta los
el elemento creador.
En cambio, el contenido de los
I elementos que engloban muchas po-
siciones, y por tanto confirman la
procesos intuitivos es muy distinto. regla, mientras que otros hallan ex-
La intuición es un proceso creador cepciones y momentos contrastan-
cuando descubre cosas nuevas y ori- tes con las reglas. Por tanto, en unos
ginales; aunque su mecanismo pro- casos actúa el mecanismo de asocia-
cede, al parecer, de la comparación ción por semejanza, y en otros por
de posiciones semejantes que el aje- contraste. Aclaremos esta idea me-
drecista recuerda, esta comparación diante unos ejemplos.
no sirve, ni mucho menos, para re-
petir inconscientemente un modelo s En el encuentro Geller-Keres (Zü-
rich, 1953), tras los movimientos de
conocido. «Esta posición se produjo tras el apertura 1. P4D, C3AR; 2. P4AD,
También conviene observar que es Por tanto, el principio de la con- P3R; 3. C3AD, P4D; 4. C3A, P4A;
vigésimo primer movimiento de las
difícil establecer una diferencia en- clusión combinatoria intuitiva se ex- 5. PXPD, PAXP; 6. DXP, PxP;
negras. Bogoliubov halló la siguiente
tre la parte lógica y la intuitiva del combinación: 22. AXP, PXA; 23. plica por cotejo de una posición dada 7. P4R, C3A; 8. A5CD, CXP; 9.
pensamiento, porque las dos están TXP+, RXT; 24. D6A + , R1C; 25. con las ideas que la memoria retiene 0-0, C3A; 10. T1R + , A2R, sucedió
estrechamente ligadas en un proceso T1C+, DSC; 26. TXD, PXT; 27. de una experiencia anterior. En el 11. D5R. Posiblemente esta idea no
único de percepción. subconsciente proceso de compara- llamó fortuitamente la atención de
P5A, lo que da a las blancas una
superioridad definitiva... Esta com- ción se manifiestan la diferencia y Geller, pues un motivo análogo se
Hemos visto que la intuición no
binación requirió un minucioso cál- los elementos de semejanza de la halla en su partida con Jolmov
es una misteriosa «revelación» de
posición presente con la pasada. (XVII Campeonato de la Unión So-
arriba, sino un componente necesa- culo y un avalúo correcto de la po-
rio y perfectamente definido del sición. Pero todo esto es cuestión El mecanismo comparativo de lo viética), aunque en aquélla las ne-
pensamiento creador del ajedrecista. de técnica y experiencia. presente con lo pasado quizá per- gras lograron defenderse efectiva
Dado esto por sentado y existente, »E1 valor fundamental de la idea manece asimismo invariable en el mente con la maniobra T2TD, luego
prescribir diversos procedimientos de esta combinación estriba en el hallazgo de ideas intuitivas de orden del correspondiente avance de los
para acrecentar la capacidad intui- movimiento 22. A X p , pues el pen- estratégico más general. En el en- peones.
tiva podría ser un asunto interesante. samiento puramente esquemático y cuentro Wittelky - Krogius (Sochi, Volviendo sobre la partida en
Pero, ¿hay tales recetas? basado sólo en los principios gene- 1967), las negras sacrificaron intui- cuestión, era más efectivo el movi-
rales no es capaz de concebirla; en tivamente una calidad, apoyándose miento 11. A X C + , PX A y, después,
Veamos el problema fundamental en diversas impresiones anteriores
que explica el mecanismo de la in- ella intervino indudablemente cierta 12. D5R y la amenaza C4D. Keres
asociación. No se excluye la posi- acerca del valor del alfil en la de- consiguió librarse de la atadura me-
tuición; problema en que está muy fensa india clásica.
interesada la ciencia moderna. In- bilidad de que a su hallazgo contri- diante 11 0-0! Y a 12. A X C
tentemos analizar las presuntas cir- buyese, aunque de una forma in- Con todo, y a pesar de la supuesta sucede 12. ..., A3D. Posiblemente,
cunstancias que originan las conclu- consciente para el propio Bogoliu- naturaleza común del principio de Geller no hizo 11. A X C + porque
siones intuitivas en el arte del aje- bov, la conocida combinación que las conclusiones intuitivas, en la «formaría» intuitivamente otra aso-
drez. Morphi hizo contra Bird (Londres, práctica se manifiestan de un modo ciación por semejanza con la partida
1885).» diferente e individual. Por ejemplo: de dicho campeonato: «no cooperar
Primeramente, conozcamos las ob- Veámosla. la intuición de Petrosian se dife- en ningún movimiento de los peones
servaciones que Blumenfeld hace so- rencia esencialmente de la de Tal o adversarios del flanco de la dama,
bre la partida Bogoliubov - Mises (Véase diagrama núm. 25) de Bronstein. ¿En qué consiste? Po- por cuanto ello redunda en benefi-
(Baden-Baden, 1925); observaciones siblemente en que la diversidad de cio de las negras.»
que, a nuestro modo de ver, son Sucedió 17. ..., TXPA; 18. AXT, formas del pensamiento intuitivo se Veamos la posición de la partida
interesantísimas. D3-3T!, con un ataque victorioso. • deba al tipo de asociación en que Tal-Keller (Zürich, 1959).
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Diagrama núm. 26 Ya que hemos hablado tanto de escaque blanco a otro del mismo
que las conclusiones intuitivas de- color... Tras haber ganado la parti- su elevada intuición que posterior-
penden de la experiencia anterior, da, le dije que era un tramposo y mente le dieron fama.
la respuesta parecería muy sencilla: me reí de él. Después de una peque- Se nos objetará diciendo que esto
analizad muchas partidas, leed más ña discusión..., le mostré cómo había no es un ejemplo típico, ya que el
artículos sobre teoría; de esa ma- movido dicho caballo. Me preguntó gran ajedrecista cubano poseyó un
nera tendréis asegurada una buena qué entendía yo de ajedrez y dónde gran talento. Pero no vamos a discu-
porción de aolfato ajedrecista». Pero lo había aprendido. Contesté dicien- tir sobre la importancia del talento;
esto no es tan fácil en la realidad. do que si jugaba una partida con- hemos citado un fragmento de su
Capablanca se dedicó relativamente migo se la ganaría. Dijo que eso era biografía con el único propósito de
poco al estudio del ajedrez, pero imposible, pues seguramente no sabía demostrar la grandiosa importancia
poseyó en grado sumo la facultad ni siquiera colocar las piezas. Nos que tiene la eficaz y sintetizada ac-
intuitiva; en cambio, los maestros sentamos frente al tablero, y le gané tividad en adquirir conocimientos
actuales tienen conocimientos enci- ajedrecistas.
la partida. Este fue mi estreno en
clopédicos, pero temen a la intuición el ajedrez.» Y en lo relativo al acertado desa-
y no saben confiar en ella. rrollo de las aptitudes es necesario,
Sorprende que un niño de cuatro
Desde luego, los conocimientos años manifestase tanta capacidad a sobre todo, trabajar tenaz y orga-
constituyen un logro meritorio; pero los tres días de observar el juego; nizadamente. Por ello, la intuición
Puede asegurarse que todo ajedre- lo importante no consiste en su am- advirtió la semejanza de los movi- puede y debe evolucionar, indepen-
cista que apoya su reflexión en ideas plitud, sino en la racional organiza- mientos de las piezas, hasta entonces dientemente del grado de talento
halladas antes en posiciones análo- ción de los mismos. desconocidas para él, y sacó conclu- natural, y se forma mejor mediante
gas a ésta, habría proseguido más o Hemos dicho que la intuición se siones (conoció las reglas del juego, un trabajo consciente y perseverante
menos así: 14. C4TD, C2D; 15. basa en comparaciones y asociacio- y hasta adivinó que el caballo salta en el cual se comparan, analizan y .
PXP, PXP; 16. C4D, 0-0-0; 17. nes; esto significa que es necesario de una casilla blanca a otra negra y generalizan las partidas y los datos
AXP. hallar la relación entre posiciones, viceversa). teóricos. Por lo general, cuanto más
Pero Tal' es distinto; su conclu- ideas y variantes aisladas, compa- La manifestación de estas cuali- estrecha y profundamente están uni-
sión (seguramente intuitiva, por rarlas y tratar de descubrir lo funda- dades en su tierna infancia explican dos los conocimientos anteriores,
cuanto no fue posible demostrar o mental que las une y distingue. La la economía de su pensamiento y tanto más abonado estará el terreno
calcular con la debida precisión) experiencia anterior ha de elaborar- para el desarrollo de la intuición.
contrasta con una experiencia ante- se, comprenderse y generalizarse más
rior y contiene una invitación direc- activamente.
ta a dicha experiencia. Hizo 14. Es preferible poseer una pequeña
PXP!?; esto no es un caso excep- suma de conocimientos, flexible, en-
cional en él. Sus partidas, con lo tendida y sistematizada a una enor-
que de pasada mencionamos el arte me masa de factores aislados que
creador de Lasker, Korchnoi y otros representan un s i n g u l a r capital
maestros, están saturadas de hallaz- muerto ajedrecista. Pues leerse uno
gos intuitivos que contradicen lo tras otro los artículos de un diccio-
que aprueba la experiencia anterior; nario enciclopédico no es el mejor
y así, resulta que la intuición está método para desarrollar el intelecto.
en desacuerdo con ella misma, in- Capablanca tuvo una habilidad ex-
cluso en un tipo de juego y talento traordinaria para comparar y descu-
equivalentes. Por consiguiente, cada brir lo común en las situaciones más
tipo de pensamiento intuitivo tiene complicadas y contradictorias. Re-
sus defectos y virtudes. cordamos su relato de cómo apren-
dió a jugar al ajedrez:
Pero, ¿cómo debe el ajedrecista «Al tercer día de observar el jue-
combatir los defectos de su «olfato» go, mi padre, aficionado sin expe-
y desarrollar las virtudes del mismo? riencia, movió un caballo de un
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presándose en el lenguaje de la ci- mención igualmente favorece a la
bernética, sería risible hablar de fal- profundidad y estabilidad de las im-
ta de información del maestro cuan- presiones emocionales del sujeto, y
do no advierte, por ejemplo, que su no se puede reducir a un proceso
adversario le amenazará la dama en psicológico aislado, pues el simple
el siguiente movimiento. reconcentramiento no basta para co-
No siempre son convincentes los nocer una nueva variante de aper-
intentos de explicar que tales hechos tura ni levantar el ánimo combativo.
LA ATENCIÓN se deben a la falta de tiempo o la Por otra parte, la atención no da
fatiga. Pero no ofrece duda de que ningún conocimiento ni produce
estos dos factores influyen bastante emociones, si bien es un necesario e
«¡Todo consiste en el reconcentramiento!» en el descenso de la atención; con importante aliado de todos los pro-
todo, son más bien un terreno abo- cesos psíquicos, y proporciona a cada
nado para la comisión de yerros, uno de ellos una particularidad psi-
Es fama que el ajedrecista tiene cho incremento. Fijar la atención es aunque poco nos aclaran sobre la cológica cuantitativa.
una gran capacidad de reconcentra- un ejercicio imprescindible para co- naturaleza de los mismos. Pues sería La atención se manifiesta estre-
miento. Cuando comete un acto de sechar éxitos en las competiciones. injusto atribuir las causas de un de- chamente unida al pensamiento del
negligencia en su actividad laboral Y no extraña que N. Grekov, P. lito a la oscuridad de la noche, al ajedrecista; esto da facultad para
cotidiana, se oye con frecuencia la Rudnik y otros autores afirmen jus- mal tiempo, a la desolación del lu- hablar de la naturaleza intelectual
sincera exclamación: «¿Cómo puede tamente que el ajedrez es un medio gar y a otras circunstancias, por el de ella. A la actividad ajedrecista
una persona capaz de calcular com- eficaz para combatir la distracción, simple hecho de que ello contribuya pueden incluirse sin reserva alguna
plicadas variantes no advertir cosas considerada como uno de los trastor- a crear una situación tan desfavora- estas palabras de Juan Petrovich
tan simples como ésa?» nos más graves de la atención. El ble a la víctima. Pavlov: «Todo consiste en el recon-
Por lo demás, está convencido de primero de ellos dice: La clave del enigma de muchos centramiento. La regla fundamental
poseer dicha capacidad; este con- «La aptitud para concentrar, pro- descuidos y errores, «inexplicables» del pensamiento es fijar la atención.»
vencimiento se manifiesta en mu- longada y profundamente, la aten- a primera vista, consiste, al parecer, La del ajedrecista tiene, eviden-
chos de nuestros colegas al consi- ción en lo que sucede en el tablero en estudiar las características de la temente, un carácter voluntario;
derar los descuidos e inadvertencias de ajedrez es una adquisición valiosa atención de cada ajedrecista; tam- cada movimiento entraña un fin
como una circunstancia fortuita y para todo aquel que es propenso a bién estos defectos personales, y bas- determinado, y él aplica consciente-
no característica del clan de los aje- distraerse o a padecer trastornos en tante típicos como podrá compro- mente los esfuerzos volitivos a pro-
drecistas. Pues es frecuente que, des- la atención. barse, de la atención se manifiestan fundizar en el trabajo y cumplir me-
pués de haber perdido una partida, «Después de muchos años dedi- por lo común y con más intensidad jor el fin señalado. Los rasgos voli-
traten de demostrar no sólo con va- cado a observar este fenómeno, no en condiciones desfavorables; o sea, tivos del carácter regulan el nivel de
riantes, sino también con la expre- sería arriesgado afirmar que muchos en la falta de tiempo, en la fatiga, la concentración. La intensidad, la
sión de su rostro, que han jugado casos de brusca mengua de la dis- etcétera. capacidad y la variabilidad de la
excelentemente, ¡y que, de no ser tracción en los niños y adolescentes En primer lugar, veamos cómo de- atención aumentan o disminuyen en
por la fatal casualidad...! coincide con el comienzo de su afi- fine la ciencia psicológica este con- razón directa de la potencia y la di-
Entonces, ¿son fortuitos los erro- ción al juego del ajedrez, el cual cepto: Atención es el estado activo rección de los procesos volitivos.
res que no se pueden atribuir a la influye, sin duda, en la mentalidad de la mente e inseparable de todos La importancia de la voluntad co-
poca experiencia o a los rudimen- de ellos.» los procesos, mediante los cuales el mo regulador de la concentración se
tarios conocimientos del maestro? Sin embargo, y a pesar del rela- individuo verifica diversos aspectos observa particularmente al comparar
Desde luego, no nos proponemos tivamente alto nivel de atención de de su actividad. En igual medida, el la capacidad de pensar, durante la
negar el papel positivo que el aje- los ajedrecistas, los errores y des- reconcentramiento es necesario, así partida, con el análisis efectuado en
drez representa en el incremento de cuidos trashuman de torneo a tor- en la percepción como en la reten- casa; en ello, la diferencia de los
la atención. La continuidad de los neo; lo cual podría parecer incom- ción, reproducción y actividad del estados emocionales representa tam-
cambios que se producen en el ta- patible con la clase de juego de sus pensamiento y la imaginación en bién un importante papel. En igual-
blero y la obligación de calcular participantes. Realmente, esto no se todas las etapas del acto volitivo: dad de tiempo, pensar en el trans-
toda posibilidad, por mínima que puede atribuir al desconocimiento ni proponer el objetivo, realizar la ac- curso de la partida resulta más efec-
sea, indudablemente favorecen a di- a la incomprensión. En efecto; ex- ción y verificar su cumplimiento. La tivo, por cuanto en ella se determi-
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nan con más claridad los objetivos de súbito y con gran sorpresa, que ¡Aquí comprendió que Fischer lo teriza un amplio reconcentramiento
concretos de la lucha, y se observa me enfrentaba no con un adversario sometía a pruebaI... ¿Qué hacer? y permite determinar con mayor pre-
un mayor poder de las impresiones indiferente y desconcertado, sino con ¿Fruncir el entrecejo? Pero eso no cisión la diferencia personal entre
emocionales. uno que insistía en lograr la victoria. haría más que confirmar lo que Fis- los ajedrecistas; por ejemplo: dife-
Las emociones del ajedrecista ejer- Este error es imperdonable si se tiene cher se proponía. ¿Sonreírse? Esto renciar su capacidad de llevar mejor
cen una gran influencia en el grado en cuenta que hace muchos años podía contribuir a que se diese cuen- el juego en uno de los flancos; en
de atención. Se sabe que el enojo, que lo conozco, y más de una vez ta de la maniobra... Por ello, Tal todo el tablero, caso de abrirse el
la desilusión y el temor impiden re- me ha sorprendido la tenacidad con continuó paseándose con el rostro centro, y así sucesivamente.
concentrarse y profundizar en el que lucha hasta el final, especial- serio como si tal cosa. Y entonces La estabilidad y la variabilidad
análisis. Por el contrario, la con- mente con los que encabezan la cla- Fischer, desconcertado por la inmu- son las cualidades dinámicas de la
fianza y el sosiego permiten mante- sificación, aun cuando le vayan mal tabilidad de su adversario, cayó en atención; la primera es la duración
ner la vigilancia durante la con- en el torneo. su propia trampa... Estimó erróneo del apoyo necesario que una fuerza
tienda. Vasiukov llevó la partida con fir- su plan originario y movió otra determinada presta a la meditación
«El sosiego no es ni mucho menos meza y precisión, y la ganó mere- pieza.» útil, a la intensidad de la atención,
una cosa decorativa; la cabeza me cidamente. Tras esta derrota, perdí Pero este caso evidente no debe y no se manifiesta como un estado
funciona mejor cuando estoy tran- la posibilidad de participar en el confundir al lector. Porque no se estático, sino formando conjunto con
quilo. Por eso, he procurado desa- torneo interzonal.» puede fiar por entero en la obser- la variabilidad y las oscilaciones de
rrollar tal estado anímico; especial- Estos casos de inadvertencia psi- vación del estado de ánimo del ad- la atención. Estas oscilaciones re-
mente para participar en los tor- cológica pueden observarse en el versario, por profunda que sea. Des- presentan d i v e r s a s distracciones,
neos», dice Botvinnik en su libro período de preparación y en el trans- de luego, es necesario observar su producidas espontáneamente (ruido
sobre el XI Campeonato de la Unión curso de una partida de competición. comportamiento psicológico; pero en la sala de la competición, falta
Soviética. Cuando el ajedrecista pierde su es- no debe considerarse como un medio de tiempo en la mesilla vecina, etc.).
«A más de esto, la atención se pecial contacto psicológico con el universal para competir en el aje- El signo distintivo de la variabili-
manifiesta espontáneamente no sólo contrincante y deja de observar las drez, no obstante ser un factor im- dad es su carácter consciente; aquí
al elegir un movimiento, sino tam- alteraciones del estado de ánimo de portante. el reconcentramiento pasa intencio-
bién al saber observar los estados éste, suele caer en la trampa. Se dice Volvamos sobre los problemas, nadamente a otro flanco, al cálculo
psicológicos de los demás. La im- que Najdorf es un especialista en cuya descripción es más precisa. Nos de otra variante, al avalúo de otra
«cazar» a los oponentes confiados. detendremos en el análisis concreto amenaza. La variabilidad consciente
portancia de tal clarividencia psico-
lógica es inestimable en la prepara- Ingeniosamente, Tal aprovechó la de las particularidades de la aten- es el mecanismo fundamental de la
ción del ajedrecista. ¡Cuántos erro- insuficiente clarividencia psicológica ción que frecuentemente se presen- dinámica intelectiva en la actividad
res se han cometido en el tablero de Fischer (torneo de candidatos, tan en la práctica. Las propiedades del ajedrecista.
por no saber o no querer observar Yugoslavia, 1959). V. Vasiliev refiere fundamentales de la atención del Hemos investigado las particulari-
el estado psicológico del adversario! este episodio: individuo son: intensidad, capaci- dades de la atención mediante el
Un ejemplo de ello es la final del «Se produjo una situación en la dad de reconcentramiento, estabili- análisis de partidas y comentarios
cual Fischer pudo haber puesto a Tal dad y variabilidad. sobre ellas, la observación del curso
XXIV Campeonato de la URSS, en
en serios aprietos, con el movimien- de las competiciones, y una serie de
que el aspecto deprimido del gran La intensidad es e) índice de re-
maestro Vasiukov, quien comúnmen- to de la torre. En aquel momento otros experimentos. Se ha logrado
concentramiento en un objeto, y la establecer, en los ajedrecistas, algu-
mente es risueño y alegre, me con- dramático, el maestro soviético pa- premisa psicológica necesaria para
seaba por el escenario...; de pronto, nos defectos típicos en orden al gra-
fundió. Me causó la impresión de profundizar en la actividad ajedre- do de intensidad, capacidad y diná-
estar disgustado por sus fracasos y por el rabillo del ojo, advirtió que cista. Puede suponerse que la inde- mica de la atención, cuyos casos
precedentes; de importarle un comi- el otro anotaba su movimiento, y bida intensidad complica la sucesión de alteración examinamos detallada-
no el resultado de sus partidas si- con cierta e incomprensible insisten- y sistematización del pensamiento mente, pues prevenirlos tiene un va-
guientes; y de querer terminar cuan- cia ponía el impreso en el lado de del ajedrecista y, por lo mismo, la lor práctico muy importante. Asi-
to antes el torneo. No comprendí la mesilla ocupado por él; evidente- claridad con que se analiza la po- mismo, se ha tratado de relacionar
debidamente la conducta de este mente trataba de que éste mirase la sición. los defectos típicos citados arriba
maestro moscovita, por lo cual tomé anotación. ¿Qué pretendía con ello? La capacidad es el número de ob- con las particularidades individuales
lo deseado por realidad. A conse- Bueno; Tal miró el impreso, y vio jetos que la atención abarca en un de la actividad mental de cada aje-
cuencia de esto, empecé con bastante que Fischer había anotado el movi- momento dado; esta cualidad carac- drecista.
imprudencia la partida; pero advertí, miento que le tenía tan preocupado.

50 51
gra se hallarían en una situación mente con rasgos del carácter, como
nada envidiable; y la otra consistía exceso de confianza en sí mismo e
Inestabilidad de la atención en aprovechar el debilitamiento de irreflexión.
la apertura del peón negro 4D, me- La inestabilidad de la atención
diante 1. P4A, P3CR; 2. P4C y, lue- está relacionada con ciertas particu-
Examinemos la situación de la justificase, el bando negro modificó go, P5A. Pero las dos continuaciones laridades del pensamiento; aquí, el
partida Kasparian-Mazel (VII Cam- su plan tres veces en el transcurso se fusionaron, e hice 1. P3T? (este ajedrecista cree mayormente en la
peonato de la Unión Soviética). de seis movimientos; o sea, la aten- movimiento es totalmente ineficaz, valoración general intuitiva o en la
ción pasó de una parte del tablero ya que el alfil negro no puede situar- «visión» momentánea de variantes,
a otra. Y así, las blancas obtuvieron se en el escaque 5CR, debido a la lo cual es contrario al análisis ló-
Diagrama núm. 27 ventaja al término de 19. C2AR y respuesta AXP4D), P4CD; 2. P4A
la subsiguiente ruptura P4R. gico y circunstanciado. Es cierto que
(tras haber perdido un valioso tiem- este modo de jugar comúnmente
II Ilin-Shenevski refiere un caso ins-
tructivo que le sucedió en el trans-
curso de su vida ajedrecista:
po, opté por la segunda continua- libra de la falta de tiempo; pero no
ción, aunque ya era demasiado tarde es menos cierto que reduce el dia-
para poder llevarla a término), P5C; pasón artístico.
JÜ «Suele darse la circunstancia de 3. PXP, PXP; 4. A1A (he aquí la
poder elegir entre dos planes de jue- primera continuación o, por mejor Posiblemente la causa primaria de
go, y lo peor es tratar de realizarlos decir, una parodia de ella), P X A; 5. estas insuficiencias estriba en la na-
a la vez, porque se produce una con- AXT, DXA; 6. PXP, AXP, y den- turaleza del carácter individual.
tro de unos movimientos hube de ¿Qué hacer para superarlas? Culti-
1*1 fusión de ideas, y no se lleva nin-
guno de los dos a feliz término. rendirme.» var la decisión y firmeza en orden
a la elección de un movimiento.
A estas palabras de Ilin-Shenevski Esto trae a la memoria lo que Brons-
Diagrama núm. 28 debe añadirse que el insuficiente re-
tein dice: «A menudo, realizar un
concentramiento en cada una de
plan defectuoso es más conveniente
dichas continuaciones y la excesiva que pasar brusca e inmotivadamente
rapidez con que se pasó de una a de una idea a otra.»
otra y viceversa produjeron la dis-
El juego de las negras podría con- persión o fragmentación del curso Podrían darse algunos consejos
sistir en los siguientes movimientos: de los procesos mentales. para incrementar la estabilidad de
P4AR, P4R o bien P4AD. Al prin- Por tanto, la inestabilidad de la la atención. A nuestro modo de ver,
cipio, Mazel polarizó su atención en atención se manifiesta cuando el pen- lo apropiado sería leer trabajos aje-
el lógico P4R, para lo cual hizo el samiento pasa apresuradamente de drecistas y solucionar composicio-
movimiento preparatorio 12. ..., un punto a otro de la posición, y nes sin la presencia del tablero, y
T1A1R. hace que se carezca de la continui- también jugar partidas de prepara-
Al cabo de 13. P3C, A2C; 14. 1*11 dad necesaria para poder tomar una ción con los ojos vendados; esto
A2C, las negras modificaron repen- conclusión útil; por consiguiente, último eleva el grado de reconcen-
tinamente su plan; rehusaron su se altera la sucesión en el juego, los tramiento en la postura de las piezas
primera idea, e hicieron 14. ..., C5R; planes e ideas se mezclan y se rea- y en cada idea que va surgiendo en
lizan desacertadamente. el transcurso de la partida. La repre-
15. D2A, P4AR. Tras la realización
del nuevo plan P4AR, se aclara que La inestabilidad de la atención se sentación mental es menos viva que
•Aquí (encuentro Ilin-Shenevski- caracteriza por la renuncia a buscar la percepción visual, y, sin embargo,
el movimiento 12. ..., T1A1R no fue las posibilidades originales y encu- eleva la facultad de verificar toda
Grigoriev, Moscú, 1919) se me ofre-
lógico. cieron dos continuaciones: una era biertas que pueda ofrecer la posi- conclusión tomada y exige reflexio-
Prosiguió 16. C1R, C2D3A; 17. aprovechar la mala situación de la ción. En ello, el ajedrecista suele nar con exactitud y ordenación.
P3A, C4C; 18. C3D, P4AJ? ¡Otra torre negra, por medio de 1. A1A, tener fe en el avalúo o cálculo pri- Mi experiencia me faculta para
sorpresa! Las negras han vuelto a T5T; 2. D2R y la amenaza DSC, o mero, no obstante ser a las veces aconsejar que durante la partida se
modificar su plan, sin haber llevado bien 2. A3D y los subsiguientes mo- superficial, por parecería que todo es formulen mentalmente las siguientes
a término el iniciado anteriormente. vimientos A2A o D2R en cuyo caso sencillo y claro; esto hace que la preguntas: ¿Me habré precipitado
Como se ha visto, sin nada que lo las piezas del flanco de la dama ne- inestabilidad se combine frecuente- en valorar la posición, el plan o la

52 53
idea? ¿Habré terminado demasiado pues él propone analizar una posi- TXP+?; 54. A XX, C6A-K+??!! riantes: 25. ..., PXC; 26. PXP+,
pronto el análisis de la variante? Y ción complicada, sin mover las piezas Este último movimiento se efectuó RXP; 27. T1C + , R2A; 28. DXC,
así sucesivamente. y empleando veinte o treinta minu- en la partida; con gran confusión, con un ataque contundente, o bien
Los renombrados consejos de Ko- tos en ello, como medio para ejerci- Romanovski dijo a su competidor 25. ..., P5R; 26. P X P + , RXP; 27.
tov tienen importancia pedagógica; tar la visión combinatoria. que tenía atado el caballo: «Al prin- TXP, TXT; 28. DXT, PxC; 29.
cipio no entendió lo que le decía; D4C + , lo cual situaba a las blancas
comprendió su error cuando le se- en una posición muy activa.
Estrechez de la atención ñalé la diagonal 1TD-8TR con la ma- Pero Schabanov contestó con 25.
no, y volvió el caballo a la casilla ..., DXP+J ¡Esto es una fuerte e
Alekhine, Botvinník y otras auto- 4R.» inesperada réplica en el otro flanco!
fragmento de la partida Romanovs-
ridades ajedrecistas opinan que el ¡Las negras fijaron la atención Las blancas, sumergidas en la idea
ki-Kasparian (Leningrado, 1938).
jugador no puede abarcar simultá- en una estrecha parcela del tablero, de atacar contra el rey, ignoraron
neamente todas las complejas y re- de modo que lo demás dejó de exis- totalmente la existencia de la otra
cíprocas relaciones de las piezas; Diagrama núm. 29 tir para ellas! Esto produjo el cu- mitad del tablero. Prosiguió 26.
separa mentalmente una parcela del rioso caso de faltar a las reglas del DXD, TXD; 27. C5C + , PXC; 2*.
tablero, un grupo de piezas, una va- juego del ajedrez. PXP+, RXP; 29. RXT, P6C; 30.
riante aislada o un plan, en calidad La estrechez de la atención es P5A, P5R; 31. P6D, PÍSR; 32. P7D?,
de principal objeto de la meditación. i particularmente peligrosa cuando hay T1C+; 33. R2A, PXT; 34. T8R,
«El ajedrecista no presta atención a
» posibilidad de emprender acciones P7C, y las blancas se rindieron.
ciertas piezas; en sus cálculos par- por todo el tablero. Con razón se Un caso parecido ofrece Ilin-She-
ticipan de tres a seis de las veinti- dice que lo más difícil es jugar en nevski al citar un ejemplo de la
cinco o treinta de que dispone», dice ambos flancos. partida Alekhine - Blackburn (San
Botvinnik. Lo cual ilustra esta posición del Petersburgo, 1914).
encuentro Zaitsev-Schabanov (Kras-
De esa manera, es psicológicamen- noiarks, 1959).
te comprensible y explicable que sea Diagrama núm. 31
necesaria cierta estrechez de la aten-
ción del ajedrecista; cierta división Diagrama núm. 30
mental del tablero en parcelas prin-
cipales y secundarias.
La elevada variabilidad de la aten
ción no es un defecto si se ejerce Las perspectivas del bando blanco
dominio sobre ella, ya que no se ob- son poco prometedoras; tiene un
serva ninguna disconformidad entre peón de menos, y está sometido a
la tendencia a meditar debidamente un fuerte ataque del adversario, que
sobre una vanante y a saber cuándo puede ganar de varias maneras la
es necesario y oportuno poner la partida. Sin embargo, Kasparian de-
atención en otro objetivo. cide dar mate con el fin de terminar
Pero el ajedrecista está a veces tan pronto la contienda, para lo cual
sumergido en una idea determinada polariza su atención en formar una
que no puede apartarse de ella. La red de mate con ayuda de la dama y
el caballo. Esta idea lo absorbe hasta
insuficiencia de dominio de sí mismo
el punto de no advertir la postura «Aquí hizo Alekhine 1. C2D, a lo
estabiliza la estrechez de la atención; de las demás piezas; el objeto de
limita la amplitud del pensamiento; Los acontecimientos se desarro- que sucedió 1. ..., D4T; 2. P4TD,
su atención es la parcela del tablero llaron así: 24. P4C, PXP; 25. P5T. P3TD, y se pierde el alfil blanco.
conduce a un avalúo no objetivo dé limitada por la línea 5T-5C-6A-8R. ¿Cómo deben continuar las negras? Tras lo cual le pregunté:
la posición, y hace que se cometan Prosiguió 52. ..., D8R+ (aquí
errores. Según Friedstein, participante en el >—¿Cómo ha podido tener seme-
anunció Kasparian dar mate dentro posterior análisis de esta posición, jante descuido?
Para citar un ejemplo veamos un de t r e s movimientos); 53. R2.T, Zaitsev examinó las siguientes va- «Contestó:
54
55

I
..., DXPT; 26. T1T, DSC; 27. T X P I es lo mismo, a comprender más y
»—Pues muy sencillo; he olvidado Las negras hicieron 19. ..., P5C? y no se puede contestar con 27. ..., mejor la idea que les atrae.
la existencia de este alfil. en lugar de 19. ..., PXP, con mejor R X T , porque sucede 28. C5C + , o Las partidas rápidas pueden ser
•Olvidar la existencia de ciertas juego. No ofrece duda de que Ser- 25. .... C5A + ; 26. AXC, P X A j 27. un medio eficaz para combatir tal
piezas propias es un fenómeno bas- gievski tuvo en cuenta solamente la T1TR, PXP; 28. T4T. Por un ofus defecto. Porque la rapidez con que
tante frecuente.» respuesta 20. C1CD, lo cual era ven- camiento incomprensible, ni Ilin- cambian las situaciones en esta suer-
En este ejemplo, las blancas fija- tajoso para su posición tras 20. ...» Shenevski ni yo nos dimos cuenta te de juego impide extremar la pro-
ron la atención en operar activamen- T1A1D, y polarizó en esta continua- de la simple respuesta 25. ..., fundidad en el análisis de un plan
te por el centro, para lo cual la ción, que, a primera vista, parece C X P + , tras lo cual las blancas ha- determinado, pues los problemas se
movilización del caballo cautivó el forzosa. brían tenido que rendirse.» plantean continuamente en todo el
ánimo de Alekhine; tanto que olvidó Los escaques 4TD y 5D blancos Hemos visto otro caso de estre- tablero y exigen que la atención va-
por entero el flanco de la dama. y las otras parcelas del tablero re- chez de la atención en que el aná- ríe constantemente.
A par de los ejemplos que acaba- basaron los límites de la atención lisis mental abarca sólo dos posibili-
de las negras, por cuanto a su modo Por otra parte, y remitiéndome a
mos de ver, en que el objeto de la dades: la toma del peón atacante mi práctica de preparador, estimo
atención ha sido un plan o una com- de ver no resolvían el problema de y la lógica retirada del caballo, como
la salvación del caballo situado en oportuno aconsejar que las sesiones
binación, se dan frecuentemente ca- si no existiese una tercera posibili- de juego simultáneo con limitación
sos de polarizar en un movimiento 3AD. dad; o sea, el fuertísimo contra-
Por ello, la brillante respuesta de de tiempo (jugar contra ocho o diez
aislado; sobre todo si éste forma golpe de las negras que decidía in- tableros, disponiendo de cuarenta a
parte de una acción ofensiva o de- Jodos, 20. C4T! fue inesperada para mediatamente la partida.
Sergievski. El sacrificio de este ca- sesenta minutos para efectuar cua-
fensiva inmediata. Al estabilizarse la estrechez de la r e n t a movimientos) contribuyen
Ello produce un singular estado ballo ofreció la posibilidad de un atención, no se advierten a menudo
fuerte ataque. Prosiguió 20. . . . , efectivamente a aumentar la capaci-
de engaño a sí mismo, pues se estima los llamados movimientos «interme- dad de la atención.
forzosa la defensa de una pieza, o CXC; 21. D7D+, C2R; 22. D6R, dios», ni otras inesperadas réplicas
P4T; 23. P4CR, C4D; 24. D7D+, Igualmente ha dado buenos resul-
retirada, cuando es atacada, sin que del adversario en las parcelas «se- tados el siguiente ensayo: se mostró
se tengan en cuenta otras posibili- C2R; 25. PXPT, D4A; 26. D6R, y cundarias» del tablero.
las blancas ganaron pronto la par- a un grupo de ajedrecistas de pri-
dades. En tales casos, los límites es- En los ajedrecistas, cuya estrechez
paciales de la atención son muy re- tida. mera categoría y aspirantes a maes-
de la atención suele ser estable, he-
ducidos; tanto que a menudo se En el encuentro Sokolski - Ilin - mos podido observar un relativo tro posiciones complicadas; después
limitan a unas casillas. Shenevski (Leningrado, 1937) se atraso en comprender la dinámica de haber pasado la vista por ellas
Esto puede verse en la posición produjo esta complicada posición. de la lucha en el tablero comparado durante unos veinte segundos, se
de la partida Jodos-Sergievski (Vo- con su elevada capacidad de analizar retiró el tablero, y se les pidió que
ronesh, 1959). Diagrama núm. 33 profunda y detalladamente una idea estableciesen mentalmente la posi-
o una variante. Posiblemente, tales ción y diesen por separado la carac-
Diagrama núm. 32 ajedrecistas tienden en parte a un terística general de la lucha en uno
III*
exceso de escrupulosidad, o lo que y otro flanco.

i*| Dispersión de la atención


mm
Itl tol Con este término se designa la
excesiva amplitud de la atención, o
hace que las ideas, dirigidas hacia
el análisis de numerosas variantes
tendencia a abarcar lo inabarcable concretas, se dispersen con frecuen-
en el tablero; desparramar su «po- cia, y la consideración sobre el plan-
der» por los incontables elementos teamiento general y estratégico pase
de una posición complicada menos- al plano posterior.
caba el reconcentramiento en la par- Tal entusiasmo por los momentos
te principal y decisiva de la lucha, y concretos, en detrimento de las con-
Sokolski dice: «En esto hice 25. dificulta valorar la situación. Esto sideraciones generales, es la causa
P5T?, inducido por las variantes 25.
57
56
de que no se adviertan los principa- fundamentales del bando negro... C3AR, P3D; 3. C1C2D, A5C; 4.
les indicios determinantes de la po- Aquí quise distraerme un poco. En este encuentro. La dispersión del
P3A, P3A; 5. D2A, C1C2D; 6. P3R, curso de las ideas y la pulverización
sición, maduren las circunstancias el transcurso de la contienda, las P4R; 7. PXP, PXP; 8. A4A, A2R;
favorables a la falta de tiempo y se ideas de los oponentes discurren de de la atención recibieron su rápido
9. 0-0, 0-0; 10. T1R, D2A; 11. y merecido castigo.
valore la posición sin la debida ob- modo distinto. Muchos ajedrecistas, P3TD, P4CD; 12. A2R, P4TD; 13.
jetividad, por cuanto se incurre en particularmente los de la nueva ge- Los casos de dispersión de la aten-
P3CD, C4A; 14. P4C, C5T; 15. P4R, ción nos recuerdan en parte a los
exceso de pormenores. neración, se ocupan fundamental- T1T1C; 16. P4A, PTXP; 17. Al A,
Conviene subrayar la diferencia mente en hacer cálculos durante las computadores electrónicos, c u y o
T1-1A; 18. PAXP, PXP; 19. DXD. funcionamiento se basa en la selec-
esencial entre las particularidades cinco horas que dura el juego, y su TXD; 20. CXP, A3R; 21. C3D,
de la inestabilidad de la atención y trabajo en el proceso de la partida ción de variantes. Este ingenio cal-
P6C.
su excedente variabilidad cuando se reduce más o menos a esto: si cula mucho y con rapidez; pero no
aquélla se pulveriza. En el caso de hago eso, él hará eso otro, etc. Diagrama núm. 35 puede distinguir lo principal de lo
inestabilidad de la atención, el pen- ¡Cuánto esfuerzo...! Para ilustrarlo, secundario.
samiento pasa consecutivamente de quisiera insertar el diálogo que sos- Desde luego, dicha dispersión que-
un objeto, importante en un momen- tuve con Botvinnik después de la branta lo sistemático del proceso
to dado, a otro; y en el de pulveri- partida. Cuando empecé a desembu- creador del ajedrecista, y éste no
zación se observa una tendencia a char cual una ametralladora las va- puede formar el plan estratégico
abarcar toda la diversidad de deta- riantes calculadas en el discurso dt; único que constituye, desde el prin-
lles de la situación que se produce, la partida que demostraban la buena cipio hasta el fin, la partida de aje-
mediante un acto simultáneo de per- posición de las negras, Botvinnik drez.
cepción. respondió: «Al principio, esta posi- El desarrollo de la capacidad taxa-
Tal describe justamente el estado ción me pareció ser lo más conve- tiva del ajedrecista es un medio efi-
de pulverización de la atención en niente a las blancas; pero luego des- caz para superar la dispersión de la
el comentario que hace sobre la no- cubrí un plan eficaz, consistente en atención. Por ello, al analizar una
vena partida de su encuentro con cambiar las torres y conservar las posición en todo trabajo de adiestra-
Botvinnik (Moscú, 1960). damas». En principio, esta valora- miento, conviene ante todo hallar
ción me pareció totalmente abstrac- una respuesta clara a la pregunta
ta; pero en cuanto volví a analizar «¿qué hacer?» y no a la «¿cómo
Diagrama núm. 34 hacerlo?»
las numerosas variantes de referen-
cia, hube de aceptar que la opinión El estado de las blancas causa Un ejercicio práctico es la solu-
l+l de Botvinnik era justa.»
Lo curioso es que Tal cometió un
una impresión deplorable. Si se ana-
lizan los movimientos efectuados por
Lein, es fácil advertir que cada uno
ción de posiciones sobre el tema
«Hállese un plan para las blancas o
para las negras». Por desgracia, los
error decisivo en la fase posterior
de la partida, pues, sumergido en de ellos no parece desacertado y manuales de ajedrez carecen de tales
lil un mar de variantes concretas, no
advirtió la principal idea estratégica
concuerda con la resolución de un
problema concreto; pero careció de
problemas, salvo los de Lisitsin.
En mi trabajo docente con ajedre-
de esta compleja posición: el cam- un plan general de juego. cistas de primera categoría he prac-
bio de torres era desventajoso a las La falta de tal supone la disper- ticado el procedimiento de valorar
blancas. Pudo haber hecho 21. P4AR sión o fragmentación de los proce- rápidamente posiciones; los asisten-
y 22. T5R, formando un puesto avan- sos del pensamiento y la atención. tes debían fundar sus deducciones
zado en la crítica vertical R; pero En el caso que acabamos de ver, la e indicar las principales ideas tácti-
esta posibilidad se le escapó a su causa principal del trastorno de la cas y estratégicas de la posición en
atención de las blancas ha de atri- el transcurso de tres a diez minutos.
rar penetración, seguramente por esti-
mar demasiado costoso profundizar
en las operaciones sólo por dicha
buirse, por lo visto, al estado emo-
cional de Lein. Pues el resultado de
Los primeros intentos en este sen-
tido arrojaron un resultado positivo;
esta partida suponía mucho para él; pues los más propensos a dispersar
«Así que 4a torre del rey negro vertical. caso de ganarla, puede darse por
neutralizó la presión que las blancas En este aspecto es instructivo el su atención en toda suerte de menu-
seguro que hubiese participado en dencias empezaron a meditar con
ejercen en la vertical R, pudieron comienzo de la partida Lein-Stein el torneo interzonas. Su extraordi-
darse por superadas las dificultades (Tbilisi, 1966): 1. P4D, C3AR; 2. bastante disciplina, hasta el punto
naria atención estuvo ausente en de tener que combatir el extremo
58
59
opuesto, es decir, la tendencia a combatir la sobredicha dispersión. antes: 1. P4R, P4R; 2. C3AR, C3AD; raliza verbalmente. Pues la palabra,
solucionar toda posición por medio En sus partidas se advierte con cla- 3. A5C, P3D; 4. C3A, A2D; 5. P4D, incluida la referente a las posicio-
de deducciones exclusivamente ló- ridad que la atención está orientada PXP; 6. CXP, P3CR; 7. C3A, A2C; nes en el ajedrez, permite comparar
gicas. hacia un objetivo determinado, ya se 8. A5C, C3A; 9. D2D, P3TR; 10. y distinguir mejor lo principal; hacer
El estudio de la obra de Rubins- trate de un plan estratégico de largo A4TR?, 0-0; 11. 0-0-0, T1R; 12. deducciones prácticas. La formula-
tein, Capablanca, Botvinnik, Smislov alcance o de una breve operación T1T1R, P4C!; 13. A3C, C4TR; 14. ción verbal de muchos acontecimien-
y Petrosian puede ser muy útil para para mejorar la postura de una pieza. C5D, P3T, y el alfil blanco 3CR no tos ajedrecistas ofrece la posibilidad
participa en las operaciones. de alcanzar un nivel de cálculo puro:
Indudablemente, los conocimien- «yo por ahí y él por allá; yo de
tos regulan en cierto modo la aten- nuevo por ahí, etc.». Lo cual es muy
Particularidades individuales de la atención ción del ajedrecista; pero estima- importante para el desarrollo de la
mos necesario advertir que lo mejor capacidad taxativa.
Al investigar estas particularida- Diagrama núm. 36 para regularla son aquellos conoci- Desde luego, no pretendemos ne-
des, ha de tenerse en cuenta que el mientos que han sido suficiente- gar la importancia de las imágenes
carácter selectivo del reconcentra- mente comprendidos. visuales en el estudio de la experien-
miento depende de los conocimien-
tos, la experiencia y el punto de • 11*1 Esto confirma una vez más lo pro-
vechoso que es analizar las partidas
cia anterior; sólo queremos decir
que el recuerdo visual y el mental
vista estético del ajedrecista, cuya propias, y hacerlo pormenorizando deben desarrollarse con armonía y
esencia y propiedad de carácter, pro- y con sentido crítico a fin de descu-
pensión e interés contribuyen consi- *•* brir los cambios bruscos de la con-
simultaneidad.
El experimento realizado por no-
derablemente a orientar la atención. tienda y los errores cometidos en sotros con un grupo de diez ajedre-
Vamos a especificarlo. ella. Korchnoi indica que el aná- cistas de primera categoría y candi-
lisis de las partidas propias ha de datos a maestro confirma la impor-
hacerse como si fuese un trabajo tancia que la noción visual tiene
La atención depende de los para publicarlo. para el acto de fijar la atención. A
conocimientos teóricos Por desgracia, en muchos ajedre- dichos ajedrecistas se les dijo que
y de la experiencia cistas no se observa este detalle; valorasen la posición y formasen un
en el mejor de los casos, los textos plan de juego en una variante de la
Y suele fijarse en un elemento de de sus partidas están cubiertos de
la posición o pasar a otros elemen- defensa india clásica que les era fa-
polvo en los estantes de su librería miliar. En el tablero se introdujo un
tos movida por el conocimiento y esperando ser objeto de un estudio
la experiencia; o sea, por el hallazgo P4CR, cautivó la atención de Capa- detalle nuevo y, al parecer, insigni-
blanca. Prosiguió 8. ..., P3TR; 9. crítico ficante: se cambió el color de las
de una semejanza entre posiciones Es claro que también debe cono-
conocidas antes y la presente en el A4T?, P4A; 10. C5D?, P4CR; 11. piezas y peones, pero sin variar la
CxC+, DxC; 12. A3C, A5CR; cerse la experiencia de otros ajedre- posición que ocupaban.
tablero. La experiencia viene a ser cistas; en este aspecto, el cuadro
un semáforo para la atención del aje- 13. P3TR, AXC; 14. DXA, DxD; Aunque el sentido de la posición
15. PXD, P3AR. parece más favorable. Pues se estu- no varió, los resultados del ensayo
drecista: la «luz verde» señala re-
«Basta dar una ojeada al tablero dian los artículos teóricos y las par-
cuerdos agradables, y la «roja» in- fueron inesperados; en el transcurso
para ver que las blancas tienen prác- tidas de los maestros destacados;
dica el peligro que entraña la aso- sin embargo, también aquí se recuer- de él, que duró unos quince minu-
ciación de dificultades halladas an- ticamente un alfil de menos», es- tos, la mayor parte de los someti-
cribe Capablanca. da con facilidad toda partida rápida
teriormente. que aparece en las colecciones de dos a prueba no llegó a comprender
Veamos a modo de ejemplo la fase Posiblemente, al maestro cubano claramente la equivalencia de las
fijó la atención en las operaciones partidas de torneo, aunque falta el
de la apertura del encuentro Winter- análisis serio. Nos parece que los dos posiciones, y formó planes poco
Capablanca (Hastings, 1919). del flanco del rey, por asociación
con una serie de partidas preceden- partidarios de tal procedimiento rá- frecuentes y desacertados. Con ello
tes en que él realizó ideas semejan- pido no adquieren conocimientos quedaba comprobado de nuevo que,
(Véase diagrama núm. 36) en el arte del ajedrez, el conoci-
tes a la antedicha; esto puede verse con ello, sino el defecto de la aten-
La idea de excluir el alfil blanco en los primeros movimientos de la ción dispersa. miento de la posición tiene armo-
del teatro de las operaciones, me- partida que jugó con M o r r i s o n La comprensión del material es- nía y consonancia con el acto de la
diante los movimientos P3TR y (blancas) en Nueva York un año tudiado es más efectiva si se gene- percepción de la misma,

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La atención depende 1967; señala que seis ajedrecistas Diagrama núm. 37 movimiento C2D era más defensivo);
de la corriente artística de diversas tendencias artísticas de- 28. CXP, PXP; 29. C5C+, R3C;
satendieron posibilidades análogas a 30. A7A + , R4A; 31. T5R + , R X P ;
Cada ajedrecista tiene su rasgo las arriba citadas, buscaron con in- 32. P3C + , y las negras se rindieron.
personal. En el arte se distinguen terés y hallaron en las partidas ideas
grupos de caracteres semejantes que tácticas y estratégicas más modernas
forman lo que llamamos estilo. que se emplean últimamente. La tensión depende de las
A pesar de haber varios estilos, características del juego
muchos ajedrecistas se hallan bajo del adversario
la influencia de la corriente artísti- La atención depende del punto
ca que está de moda. de vista estético La actividad ajedrecista supone
meditar sobre la posición propia y
De esa manera, y en su día, la Un bello sacrificio y una idea ex- a la -vez pronosticar la dirección del
doctrina de Steinizt, los puntos de traordinaria, comúnmente llaman la pensamiento del competidor. La
vista de Tarrasch, las ideas de Capa- atención de los ajedrecistas de di- elección de cada movimiento plan-
blanca y de otros grandes maestros versos estilos; en ello se observan tea la siguiente pregunta: ¿Qué
influyeron en el repertorio de aper- ciertas dificultades al pasar la aten- piensa el contrincante, y qué pre-
turas y en los procedimientos téc- ción de una variante efectista a tende?
nicos empleados por muchos ajedre- otra prosaica, aunque sea más efi- Por eso, la atención del jugador
cistas, de diversos estilos, coetáneos Las blancas tienen muchas posibi-
caz; esto se debe a la enorme in- lidades. El simple movimiento 14. debe estar gobernada por el conoci-
suyos. fluencia que los momentos estéticos miento de los lados fuerte y flaco
R1T y el subsiguiente P5A les dan
Hoy en día ocurre más o menos ejercen en el jugador. A la vez, se la victoria. Pero ¿a qué ajedrecista del oponente y por la penetración
lo mismo cuando en la apertura de exige un serio esfuerzo volitivo, lo no le da un vuelco el corazón cuan- en las particularidades de su estilo.
la defensa india clásica y de la sici- cual suele observarse en los ajedre- do ve la posibilidad de sacrificar la Ofrecemos la ejemplar opinión de
liana, y particularmente en el medio cistas con mucha imaginación, a fin dama? El bando blanco fijó la aten- Larsen sobre la siguiente posición
juego, predominan las populares y de desestimar una maniobra más ción en su casilla 4D; las demás de una de sus partidas del encuentro
típicas posiciones con presión diná- efectista, pero menos eficaz, y optar posibilidades (R1T) flotaron en el con Ivkov (Bled, 1965).
mica en el centro o con asalto de por la simple prosa que lleva más pensamiento, y se esfumaron en se-
peones a la fortaleza del rey, me- pronto al objetivo propuesto. guida. También a mí me dio un Diagrama núm. 38
diante el apoyo flanqueado del alfil. Muchos maestros parecen estar vuelco el corazón, e hice 14. DXA.
Por ello, y según nuestras obser- convencidos de que lo racional es Aunque no me cuento entre los par-
vaciones, en la actual fase evolutiva la belleza suprema en este arte; sin tidarios de la tendencia romántica,
del ajedrez hay numerosas posicio- embargo, en su interior alienta el los momentos estéticos se apodera-
nes con estructuras de peones simé- sentimiento de que sacrificar la da- ron incomprensiblemente de mí en
tricas en el centro (para citar unos ma y ganar dentro de cinco movi- esta partida. En resumen, las blancas I
ejemplos señalamos las que se pro- mientos es preferible a lograr la ganaron, si bien no por el medio di-
ducen en la defensa ortodoxa y la victoria sin complicaciones y dentro recto. Como se ha dicho, el movi-
eslava) que se hallan al margen de de cuatro, por ejemplo. miento 14. R1T daba inmediata-
la atención de muchos ajedrecistas Posiblemente, esta idea se debe mente la victoria. La partida prosi-
y que se desestiman por considerar- a la prolongada y extensa publici- guió 14. ..., CXD, 15. C6D+, RÍA;
las aburridas, y hasta conducentes a dad en favor de los sacrificios y 16. CX A, D5T; 17. P3CD, CXP;
un simple empate; en cambio, se riesgos en el tablero de ajedrez; sin 18. PXCl (este nuevo sacrificio tam-
atiende a estructuras de piezas más duda, la idea en cuestión es discu- bién contribuyó a la elección del
«modernas». tible. Pero qué se va a hacer si el decimocuarto movimiento de las
¡No es un tributo a la moda! romanticismo sigue oponiéndose al blancas), DXT; 19. A3R, D7C; 20.
A este particular, es significativo realismo en la literatura ajedrecista. A X P + , P3D; 21. A X P + , R1C; Aquí hicieron las blancas 15. C5D,
lo que cuenta el gran maestro Tai- Veámoslo en el siguiente fragmen- 22. C7R+, RÍA; 23. T1R!, P4TR; a lo que sucedió 15. ..., DXP.
manov acerca del seminario para to de la partida Krogius-Kuznitsov 24. C6C + , R1C; 25. T8R + , R2T; Como se ha dicho, la atención es
jóvenes maestros que dirigió el año (Essentuki, 1962). 26. CXT, D5D+; 27. RÍA, P3T (el un proceso selectivo; es la tría de

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ciertos objetos, a fin de reconcen- En su segundo encuentro con Tal
trarse en ellos y abstraerse de los (Moscú, 1961), Botvinnik orientó
demás. En el presente caso, la aten- con acierto su atención, cuyo sis-
ción de Larsen estuvo orientada tema «localizador» se fijó principal-
hacia el cálculo de la posición des- mente en el cálculo de las posibili-
pués del cambio de damas, mucho dades tácticas y agresivas de su com-
antes de que el bando blanco pen- petidor.
sase hacer 15. C5D. El lector se pre-
guntará: ¿Y por qué no lo estuvo En la práctica pueden verse mu-
hacia el movimiento 15. ..., DXP? chos casos de acertada tendencia de
Sobre la posibilidad de dicho mo- la atención hacia posibles respuestas LA FALTA DE TIEMPO
vimiento, Larsen dice: «Ivkov no del adversario, condicionadas por
acostumbra tomar tal peón; estuve las particularidades del estilo. Lo
convencido de ello; por eso no ana- cual ilustra el juego de Spasski en Un fenómeno psicológico
licé las consecuencias de este acep- sus encuentros con Geller (Sujumi,
table movimiento. jHay que ahorrar 1968) y con Tal (Tbilisi, 1965). Esta expresión significa que no
tiempo en la meditación! > Podría decirse que hemos anali- hay tiempo suficiente para meditar, der con precisión, por tratarse de
De ese modo, Larsen no profun- zado detalladamente las particulari- y éste es un factor importante en la un concepto relativo y, en cierta
dizó en el cálculo de las variantes dades individuales de la atención práctica del ajedrez, pues el pensa- medida, subjetivo. En unos casos se
relacionadas con 15. ..., DXP. Lo del ajedrecista. Es importante la pre- miento, la voluntad, los sentimien- dispone sólo de unas decenas de
cual ha de atribuirse al conocimiento gunta metódica y práctica: ¿Cómo tos y otras particularidades de la segundos para hacer dieciocho o
de las características del juego de relacionar las particularidades de re- personalidad del ajedrecista no se veinte movimientos; en otros, ocho
Ivkov, que tiene por norma no acep- ferencia con los varios estilos de manifiestan en una situación normal, o diez minutos para efectuar cinco
tar el sacrificio de los peones del juego? sino extraordinaria, y que exige lle- o seis de ellos; también se considera
extremo del tablero, aun cuando Al parecer, no se puede dar una gar inmediatamente a una conclu- falta de tiempo, si la situación es
tenga que ceder la iniciativa a su
respuesta concreta. Porque en el arte sión en condiciones de juego a la complicada. El origen de este fenó-
adversario. vez muy complejas. meno se determina con frecuencia
Pero si esto hubiera ocurrido en del maestro se observa la presencia, El conocimiento de las particula- por las impresiones subjetivas del
un encuentro con Korchnoi, es in- relativa y a la vez condicionada, de ridades del juego es importante ajedrecista, que relaciona el valor
dudable que Larsen hubiese orien- puntos flacos y fuertes en orden cuando falta tiempo, y tiene cierto de la reserva de tiempo con su ex-
tado su atención hacia el cálculo al reconcentramiento. Con todo, pa- valor psicológico por cuanto aumen- periencia individual, el carácter de
del movimiento 15. .... DXP, pues, rece ser que existen determinadas ta esencialmente la característica es- la posición, las particularidades del
como se sabe, aquél acepta casi todo tendencias que relacionan el estilo pecífica del pensamiento del jugador juego de su competidor, etc. Por
sacrificio, por más arriesgado y du- del juego con ciertos índices cuali- y los componentes volitivos y emo- ejemplo: Korchnoi estima normal
doso que parezca. En este ejemplo tativos de la atención. Pero este pro- cionales de su carácter. hacer cinco o seis movimientos en
vemos cómo las particularidades de blema actual es por el momento in- Como se verá comprobado más tres minutos; en cambio, ello es
la atención y del pensamiento se soluble. adelante, este fenómeno se semeja una considerable falta de tiempo pa-
adaptan al estilo individual del con- Confiémoslo a los futuros inves- a una serie de situaciones extraor- ra Jolmov o Zaitsev. Nos ceñiremos
trincante. tigadores. dinarias que suelen darse en la vida al parecer de los jueces arbitros,
cotidiana, y cuya solución también quienes dicen que debe considerar-
está limitada por el tiempo. Por esa se falta de tiempo cuando se dis-
razón, nos detendremos en las cau- pone de tantos minutos como movi-
sas que lo producen, y analizaremos mientos quedan por hacer hasta lle-
las particularidades fundamentales gar al límite del tiempo señalado;
del curso de los procesos mentales además, la reserva de tiempo no debe
que tienen lugar en él.
sobrepasar los diez minutos. Recor-
Primeramente hay que darle una
definición formal; esto es, ¿qué lí- damos que en las competiciones se
mite de tiempo puede considerarse dan dos horas y media para efec-
como falta de tal? Es difícil respon- tuar cuarenta movimientos, lo cual
64 supone una media de tres minutos

65
y cuarenta y cinco segundos para sobre la posición, aunque su rendi- cesario jugar partidas de preparación por ciento debe incluirse al autor
cada movimiento. miento es menor. atendiendo sobre todo al reloj y no de dicho método.»
El reloj usado en el ajedrez es el Aquí se plantea otra pregunta: a la calidad del juego ni a sus resul- El juicio de Abervach relaciona la
atributo indispensable de los tor- por cuanto la norma a que se ha de tados, y proseguir estos ejercicios manifestación de la falta de tiempo
neos, y la práctica ha demostrado ajustar el empleo del tiempo ha sido hasta habituarse a distribuir conve- con las particularidades individuales
que es imprescindible. Su ausencia establecida objetivamente, ¿no es de- nientemente el tiempo para poder del carácter del ajedrecista y da, a
originó desigualdad de condiciones masiado severa? Pues en toda ronda calcular todas las variantes necesa- nuestro modo de ver, una explica-
en las contiendas de antaño y llevó de cualquier competición pueden ob- rias.» ción más completa sobre la naturale-
a emplear irracionalmente el tiempo; servarse muchas partidas que trans- Aunque hace mención de ciertas za del fenómeno de la misma.
así, en la celebrada en Nueva York curren en condiciones de extrema premisas psicológicas, el consejo Nuestras observaciones (que in-
el año 1857, las ocho partidas juga- falta de tiempo. Zemischa, Benko, práctico y concreto de Botvinnik se cluyen los siguientes torneos: Not-
das entre Morphy y Paulsen dura- Reshevski, Alatortsev, Veresova, Sa- reduce a jugar partidas de adies- tingham, 1936; Moscú, 1936; La
ron sesenta y dos horas, y en ellas bona y otros se cuentan entre los tramiento; pero, no obstante su va- Haya-Moscú, 1948; Zürich, 1953;
se efectuaron solamente trescientos ajedrecistas que experimentan siste- lor metódico, poco dice acerca del el de pretendientes, celebrado en
once movimientos. La partida Mor- máticamente la falta de tal. contenido psicológico de la falta de Yugoslavia el año 1959; la compe-
phy-Lówental (Londres, 1858) se pro- Creemos que dicha norma con- tiempo y de lo que la origina. De la tición Unión Soviética-Yugoslavia,
longó veinte horas y se hicieron se- cuerda más o menos con las necesi- impresión de que ésta ha de buscar- 1956-1966; el XXXIV Campeonato
senta y siete movimientos. Los cir- dades objetivas del ajedrecista; esto se solamente en la insuficiencia de de la URSS, y otros con un total
cunstantes dijeron que los adversa- lo prueba el hecho de que la am- preparación. Puede decirse que nu- de más de quinientas partidas; ade-
rios de Morphy pensaban tres o pliación del límite de tiempo no ha merosos ajedrecistas han seguido su más de haber observado el curso de
cuatro movimientos en una unidad contribuido a remediar este fenó- consejo muchos años, y, con todo, todas las competiciones soviéticas e
de tiempo, mientras éste pensaba meno. no han podido superar este defecto. internacionales desde 1965 hasta
uno, si bien ello no les reportaba Un ejemplo de ello nos lo ofrece Abervach dice: 1968, y cambiado impresiones con
ninguna ventaja. el torneo internacional, celebrado en sus participantes) nos facultan para
Bled el año 1931; en él, se dieron «Mi propia experiencia manifiesta
En el torneo de Nuremberg (1906) que la falta de tiempo no es ni mu- destacar determinadas causas obje-
se estableció una norma, según la dos horas y media para realizar tivas y subjetivas que producen la
treinta y cinco movimientos; a pe- cho menos falta de habilidad para
rual había que hacer quince movi- distribuirlo convenientemente, sino falta de tiempo. Veamos las obje-
mientos en una hora; cada minuto sar de ello, dicho fenómeno persis- tivas.
tió con todas sus consecuencias. A un defecto del carácter ligado con
que pasase de dicho límite se casti- la indecisión; un defecto de la prác-
gaba con la pérdida de la partida este respecto, Korchnoi dijo: «Por
más tiempo que se dé, siempre ha- tica relacionado con la vacilación. Insuficiente preparación teórica
o se imponía una multa. Pero este El ajedrecista se halla falto de tiem-
intento de disciplinar el pensamiento brá jugadores a quienes apremie la
falta de él en un momento dado.» po no por no saber distribuirlo, sino El escaso conocimiento de las po-
de los jugadores fue un fracaso, pues, porque no está suficientemente se- siciones típicas del medio juego y de
transcurridos unos días, muchos par- Las razones expuestas nos auto-
rizan para suponer que la causa de guro de sí mismo, no confía en su los finales, y particularmente de los
ticipantes hubieron de declararse cálculo y, por lo tanto, comprueba esquemas de desarrollo y variantes
insolventes. Ante el inminente peli- ello tiene carácter psicológico. Vea- de apertura, hace que se emplee más
mos el juicio emitido por los es- un sinfín de veces la misma variante.
gro de disolverse el torneo, hubo de tiempo en meditar sobre la posición.
prolongarse y cancelar dicha norma; pecialistas en esta cuestión. Botvin- «Con ser el método de Botvinnik
Polugaievski dice que su frecuente
por lo cual duró más tiempo de lo nik dice: tan sencillo, esto es: jugar partidas
falta de tiempo se debe a la insufi-
regular. ¡Lo curioso es que el índice «A menudo, el ajedrecista malgas- de preparación atendiendo sobre ciente preparación en orden a las
artístico no fue ni mucho menos ta su valioso tiempo en calcular va- todo al reloj, a mí me parece poco aperturas. En el torneo internacio-
superior al de otros torneos donde riantes que son de antemano ina- efectivo y demasiado superficial. El nal en memoria de Chigorin (1965),
tomaron parte los mismos ajedrecis- decuadas, o en continuaciones que, propio Botvinnik dice que con este el autor de estas líneas también la
tas y en que se adoptó el reloj! Por aunque tentadoras, no reportan nin- método se cura por entero el no- experimentó, a pesar de que gene-
ello, Spielmann señaló acertadamen- guna ventaja. Hace tiempo, propuse venta por ciento de los que «adole- ralmente no adolece de tal defecto,
te que el torneo de Nuremberg di- a nuestros maestros, que sistemáti- cen de falta de tiempo»... Si esto es por la misma causa que Polugaievski
sipó la duda de si era conveniente camente se ven apremiados por la cierto, entonces yo pertenezco, por expone.
el uso del reloj; resulta que sin él, falta de tiempo, un procedimiento lo visto, al diez por ciento restante; La insuficiente y endeble infor-
los ajedrecistas meditan más tiempo para combatir este defecto: es ne- y me parece que en este último tanto mación teórica hace que vacilemos;

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de aquí que se verifiquen con ex- nentes del pensamiento, o los hábi- aautoverificación» en el proceso evo- puesto. Suetin logró ventaja en la
ceso las hipótesis que se producen tos particulares e intelectuales, que lutivo de la partida; pero seguirlo apertura y, a consecuencia de ello,
durante la búsqueda de un movi- esencialmente limitan la inversión al pie de la letra puede llevarnos a reforzó la presión en el medio juego.
miento. de tiempo en el cálculo y solución invertir el tiempo donde no sea ne- Pero Korchnoi, por su parte, provo-
En este sentido es interesante la de los problemas concretos y tácti- cesario, o no lo exija la partida. có la falta de tiempo; y así consi-
opinión de la fisióloga P. Simonova, cos, y no que disminuya la capacidad La objetiva complejidad de la elec- guió apartar a su contrincante del
quien atribuye el origen de las emo- de valorar intuitivamente la posi- ción produce con relativa frecuencia pausado ritmo de la partida. Este
ciones negativas a la insuficiencia ción. la falta de tiempo, si uno de los dos formó un concepto equivocado en
de información. Por ejemplo: el in- bandos se encuentra en una situa- cuanto a la posibilidad de una vic-
dividuo que desconoce las normas ción embarazosa. El que lleva ven- toria rápida: empezó a precipitarse,
de la circulación rodada experimenta Objetiva complejidad de la situación taja comprueba con mucho cuidado cometió errores graves y perdió la
una sensación de temor al cruzar sus planes, por temor a cederla, y partida. Gracias a su oportuna «falta
una vía concurrida. Por lo visto, el Las situaciones complejas, diná- el que se defiende busca salir del de tiempo», Korchnoi logró una im-
ajedrecista experimenta una sensa- micas e indefinidas requieren una atascadero con más tenacidad de lo portante victoria.
ción parecida cuando, con su escaso meditación meticulosa y detallada; habitual. La falta de tiempo premeditada
cauda] de conocimientos, trata de una profunda búsqueda del plan de se aplica cuando se ha analizado de-
cruzar la «arteria principal del aje- juego. Y lo mismo requieren las po- talladamente el conjunto de causas
drez»; esto es, se decide a elegir un siciones en que se producen cambios Falta de tiempo premeditada objetivas (una posición difícil) y sub-
movimiento en posiciones analizadas esenciales e inesperados. jetivas (la individualidad del opo-
por la teoría. Botvinnik dice: «Durante la par- Esto se observa cuando, insatis- nente, la posibilidad de que incurra
tida se producen momentos en que fecho del curso de la partida, el en errores, etc.).
hay que estudiar minuciosamente la jugador la provoca y la usa como Hemos incluido las especies por
Falta de preparación práctica posición, lo cual exige invertir veinte un procedimiento psicológico de lu- las que se entra en conocimiento de
o treinta minutos, y, después, hacer cha. Ello suele dar resultados posi- la falta de tiempo premeditada en el
Una prolongada inactividad tam- con rapidez los movimientos que tivos. Pues al querer aprovechar grupo de las causas objetivas que la
bién suele reducir la capacidad de quedan hasta el límite del tiempo nuestra falta de tiempo en benefi- originan, puesto que la especie de-
trabajo mental del ajedrecista. Por establecido. Esto es una falta de cio propio, el adversario se excita terminante es aquí un criterio per-
ello, es necesario jugar unas partidas tiempo normal, y que yo no trato y pierde la capacidad necesaria para fectamente objetivo: la posición no
preparatorias cuando se ha de par- de subsanar.» abordar críticamente la situación; satisfactoria..
ticipar en una competición. Estas Este juicio tiene importancia, por el carácter objetivo de su meditación La falta de tiempo también la pro-
partidas crean las premisas impres- cuanto manifiesta que la objetiva se transforma en arrebatos impulsi- ducen causas subjetivas: la manifes-
cindibles para que él se adapte fá- complejidad de la posición es direc- vos. Se pierde el sentido de la obje- tación de determinadas cualidades
cilmente al ambiente de la lucha tamente proporcional al tiempo em- tividad; el dominio sobre las emo- individuales del pensamiento, la vo-
competitiva, y contribuyen a que se pleado en resolverla. Y así, parecen ciones propias lleva a la comisión luntad y el carácter emotivo del
manifieste la original y dinámica ingenuas las siguientes consideracio- de errores, y a menudo justifica el ajedrecista. El psicólogo Tieplov di-
habitud en su juego. nes que aún perduran entre los aje- procedimiento en cuestión. ce que la unidad de la mente y la
Los consejos de Botvinnik arriba drecistas: invertir no más de treinta Debe señalarse la posibilidad psi- voluntad tiene mucha importancia en
citados pueden ser un medio eficaz minutos en la apertura, o dividir el cológica de que uno cometa errores, la actividad práctica del pensamien-
para combatir la falta de tiempo en tiempo por el número de movimien- debido a la falta de tiempo del ad- to. Esta tesis puede incluirse por
los casos de insuficiente preparación tos a fin de fijar el que ha de in- versario, ya que desciende la actitud entero en la esfera deportiva del
práctica; igualmente pueden serlo vertirse en meditar sobre cada uno crítica ante los propósitos de éste y ajedrez. El quebrantamiento de la
unas sesiones de partidas rápidas. de ellos. se subestiman sus posibilidades de unidad entre el contenido del pensa-
Al ajedrecista suele faltarle el tiem- Debemos abordar críticamente el profundizar en la posición. miento y su rigurosa orientación ha-
po, especialmente al comienzo de la consejo de Spielmann, según el cual Se afirma que Reshevski usa tal cia los límites de una lucha intensiva
competición, si no ha realizado un conviene reservar cinco minutos pa- procedimiento. A este respecto, es es una de las causas principales de
previo trabajo preparatorio. ra el último movimiento, por si aca- instructivo el encuentro Korchnoi- esta falta de tiempo. En la práctica.
Debe advertirse que la falta de so son necesarios. La reducción men- Suetin que, en la final del XXVII tal quebrantamiento produce una
preparación práctica hace que dis- tal del tiempo a cinco minutos tiene Campeonato de la Unión Soviética sistemática renuncia a tomar conclu-
minuyan los automatizados compo- cierta importancia como medio de (Leningrado, 1960), decidió el primer siones, una incertidumbre en valorar

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la posición y una inevitable tenden- drecistas vuelve a orientar sus ideas consecuencia de lo cual, el ajedre- cesario hallar la medida razonable
cia a prolongar la elección de un y sentimientos hacia la competición cista continúa la búsqueda y se le en el diapasón de la búsqueda y el
movimiento forzoso. en que participa. La lentitud de despierta la duda, lo cual le entor- límite del tiempo, disminuyendo la
Bronstein y de Grigoriev al comien- pece la capacidad selectiva. Se pro- calidad de la partida si es necesario.
En algunos ajedrecistas la inape- duce una singular e ilusoria busca
tencia y falta de habilidad para to- zo del juego puede interpretarse Y así, el divulgado aforismo «Es pre-
mar una conclusión se convierten como una particularidad individual de la verdad. Spielmann dice: «Des- ferible un plan deficiente a carecer
de su mentalidad, y, ante todo, in- de el principio, tal ajedrecista está de él» tiene importancia en la pre-
en hábito y en postura sistemática.
Bronstein suele meditar mucho, in- suficiente dominio de sí mismo er condenado al funesto método de la visión de la falta de tiempo. Aunque
el momento de comenzar la confien escrupulosidad exagerada. En cada no tratamos de recusar la opinión
cluso sobre los primeros movimien-
tos; en su partida con Stein (XXVIII da; los dos pueden reconcentrarse situación busca objetivamente el me- de Alekhine •—quien dijo que es
en la partida una vez iniciada la lu- jor movimiento, si bien no tarda en peligroso fiar en la primera impre-
Campeonato de la URSS) invirtió
cha. Esta circunstancia ilustra el de- perder la posibilidad de orientarse sión del avalúo intuitivo sin verifi-
veinte minutos en hacer el primer
sacuerdo entre la mente y la volun- en el caso de todos los pros y los carlo y que conviene atender al ha-
movimiento. Y aunque consiguió
situarse en una posición con buenas tad, mencionado anteriormente. contras posibles. El valioso tiempo llazgo del mejor movimiento—, no
Por analogía, es oportuno inser- transcurre inconteniblemente, y, a la debemos tomarla por absoluta, sino
perspectivas, todo su esfuerzo fue
tar aquí lo que Tieplov cita acerca postre y en la mayor parte de los compaginarla con las posibilidades
desvalorado por la falta de tiempo; casos, tiene que decidirse por un mo-
cometió una serie de errores, y per- de Napoleón, quien dijo del mariscal reales y efectivas.
Masséna que era incapaz de trazar vimiento dictado por el sentido, más Spielmann da unos consejos prác-
dió la partida. Abervach cuenta:
con antelación el plan de una bata- que por el cálculo matemático. Pero ticos y acertados: t¡No juguéis con
11 Bronstein invirtió una vez cuaren- en ese momento su sentido está en-
ta minutos en hacer el primer movi- lla y que manifestaba su capacidad apresuramiento 1 ¡ Investigad todo
de estratega sólo cuando la artillería venenado por infinidad de dudas y, movimiento, por más lógico que
miento!» Y Panov cita a Grigoriev por lo mismo, le dicta un movimien-
al referir casos de meditación pro- empezaba a retumbar. parezca! ¡Huid de toda quimera!
Hemos visto que existen ciertas to desacertado.» ¡Si tras un breve análisis os con-
longada al comienzo del juego.
causas subjetivas que aumentan la Spielmann quizás es demasiado vencéis de que el movimiento pre-
En estos ejemplos se observa una categórico; pero caracteriza justa-
inversión excesiva de tiempo en efec- inversión del tiempo en la medita- visto os conviene, hacedlo! ¡Si
ción y, por lo mismo, contribuyen mente a los ajedrecistas que tienden tenéis que elegir entre varios movi-
tuar los primeros movimientos, sin a buscar siempre la mejor solución.
serias causas objetivas que la moti- a que se manifieste su falta. Como mientos equivalentes, no profundi-
se ha dicho, estas causas se deben Debe advertirse que esta tendencia céis en comparaciones infinitas!
vasen, pues los sistemas de apertura es, teóricamente, inconsistente. La
y sus primeras jugadas son sobrada- a la renuncia a tomar conclusiones, ¡No olvidéis que en la mayor parte
y entrañan inseguridad e indecisión. diversidad de posibilidades hace que de posiciones hay sólo ciertas con-
mente conocidos de todo ajedrecista la práctica del ajedrez sea inagota-
calificado; además, en las partidas Los negativos rasgos volitivos del tinuaciones aceptables; pero debéis
carácter, que hemos señalado, son ble; por eso, querer abarcar lo ina- elegir una de ellas; si no, será de-
citadas, ni Bronstein ni Grigoriev barcable es punto menos que impo-
descubrieron nada extraordinario en producidos por dudas y vacilaciones masiado tarde! ¡No busquéis siem-
de contenido vario. Por ello, al de- sible en la mayoría de posiciones. pre y objetivamente el mejor movi-
la fase de la apertura, sino que se
limitaron a elegir sistemas conoci- terminar las diversas causas subje- Es claro que los maestros no lle- miento, pues en realidad no suele
dos. Cabe suponer que la prolonga- tivas que dan lugar a la falta de gan a tal extremo; pero, en la prác- existir, ya que, generalmente, es
da meditación de estos dos maestros tiempo, nos detendremos en analizar tica, a menudo intentan descifrar cuestión de gusto; buscad simple-
se interpretó como un momento las dudas que tiene el ajedrecista, por entero las particularidades de mente uno que os convenga I »
subjetivo que determinaba por un y que ayudan a descubrir la natu- una posición compleja. Y cuando
raleza de estas causas. ven comprobado que ello es impo- Debe advertirse que en la caza
lado el problema de ¿qué esquema de «mirlos blancos» el ajedrecista
de apertura será más desagradable o sible, empieza la duda de cómo con-
tinuar, y la falta de tiempo se cierne analiza un número de variantes re-
resultará menos atrayente al con- Dudas de carácter analítico lativamente grande y trata de calcu-
sobre ellos. Muchas partidas de Bo-
trincante? ; o lo que es lo mismo, risenko, Kotov y Udovchich ilus- lar prolongadamente cada una de
por una parte trazaba el contorno de Se presentan cuando se insiste en tran la duda de carácter analítico. ellas; en esto manifiesta su deseo
una lucha psicológica, y por otra hallar el movimiento mejor, único y de no interrumpir el cálculo y valo-
superaba el estado de sobreexcita- Refiriéndose a esta forma ineficaz
exclusivo casi en cada posición. Esto rar críticamente la posición que ori-
ción propia y de inseguridad, y se hace que una variante aceptable no de abordar la búsqueda de un mo-
vimiento, Botvinnik dice que es ne- gina dicho cálculo.
predisponía a trabajar normalmente. parezca bastante eficaz; se quiere
Como se ve, la mayor parte de aje- encontrar algo más contundente. A

70 71
Dudas en función de sobreestimar das las partidas jugadas anterior-
el carácter estilístico del adversario mente con aquél. Aumenta la importancia de cada dades en movimientos anteriores.
Lo mismo le sucedió a Bilek en movimiento, ya que cualquier error Esta inútil meditación sobre unas
Despertadas por la característica su partida con Taimanov (Budapest, puede ser decisivo para tomar parte variantes que hubiesen podido rea-
no objetiva del contrincante y por el 1965); en el transcurso de ella, el en un torneo. En tales casos, algunos lizarse no bace más que distraer la
registro exclusivo del lado fuerte maestro húngaro calculó numerosas ajedrecistas saben dominarse. El re- atención, disminuir la capacidad
de su juego, estas dudas hacen que variantes contundentes y posibles sultado de la partida puede influir competitiva y absorber un tiempo
se subestimen las propias posibili- por parte de su competidor. Después mucho en el curso de las ideas y en valioso».
dades, se piense de un modo pasivo del encuentro, se pudo comprobar la opción de uno u otro movimien- A esta oportuna característica da-
y se manifieste el complejo de emo- que el recelo de Bilek carecía de to. Aquí, las dudas causantes de la da por Panov, añadiremos que las
ciones negativas; esto es, el temor, fundamento. Pues Taimanov dijo falta de tiempo suelen estar en fun- dudas producidas por lo experimen-
la apatía o la impulsividad, la vaci- que no quiso complicar el juego, ción de cierta subestimación de los tado en la partida y el recuerdo de
lación y la sujeción. En este caso, sino limitarse a sostener su pequeña valores de la posición propia y de los errores causan la falta de tiem-
las ideas no se distinguen por un superioridad en la posición. sobreestimación de la del adversa- po. En el encuentro Ivaschin-Kro-
cálculo profundo ni por un amplio rio. Por citar un ejemplo menciona- gius (Yaroslavl, 1949), las negras
El exceso de creencia en la fuerza
diapasón de variantes. El número de mos la partida Danov-Sajarov (Ir-
del adversario, o lo que es lo mismo, llevaban ventaja; hubo un momen-
variantes comparadas en el análisis kutsk, 1966); la victoria suponía
la sobreestimación de sus posibili- to en que pudieron acelerar efecti-
es reducido; y el cálculo concreto para Sajarov participar en la final
dades, es característico en Bronstein, vamente la victoria; pero, al exa-
es menos profundo de lo normal. del Campeonato de la Unión Sovié-
quien dice que con frecuencia re- minar esta posibilidad, cedieron la
Las hipótesis que surgen al tomar tica. En el medio juego consiguió
husó continuaciones interesantísimas ventaja en cuestión, y la partida
una conclusión definitiva se veri- aventajar a su contrincante en un llegó a un final equilibrado y co-
porque veía los ocultos recursos de-
fican muchas veces, y se efectúa el peón; en circunstancias normales,
fensivos de sus competidores. En mún. Mientras meditaban sobre el
movimiento tras una comprobación posiblemente hubiese optado por re- discurso de aquel simple final, re-
suma, Bronstein huyó objetivamente
minuciosa que exige un gasto de forzar la posición y ganar paso a cordaban la posibilidad omitida, lo
de posibilidades muy eficientes y
tiempo considerable. paso la partida; pero, ante la res- cual les dificultó la elección de mo-
optó evidentemente por movimien-
De esa manera, muchos oponentes tos menos eficaces, con lo cual faci- ponsabilidad del resultado de aquel vimientos y, de ese modo, se produjo
de Tal (por ejemplo: Smislov, en litaba el juego de su competidor; encuentro, empezó a dudar de si la falta de tiempo. Y, en una posi-
el torneo de pretendientes del año mientras el tiempo transcurría en la las maniobras lentas conducirían al ción de simples tablas, las negras
1959; Polugaievski, en el XXVI búsqueda de posibilidades ocultas y objetivo propuesto; forzó los acon- no advirtieron que había terminado
Campeonato de la Unión Soviética, en la idea de si su adversario podía tecimientos, y, apremiado por la el tiempo reglamentario, y aún les
y otros) anduvieron escasos de tiem- defenderse de ellas, el autor de esta falta de tiempo, perdió la partida. faltaba hacer un movimiento.
po, debido a la minuciosidad con búsqueda andaba falto de tiempo. Un cuadro análogo se observa en En el encuentro Schamkovich-
que comprobaron las reales, y a la las partidas Stein-Gort (Los Angeles, Wittelky (Sochi, 1967), y en el me-
vez no tan reales, posibilidades tác- 1968) y Geller - Spasski (Sujumi, dio juego, las negras habrían podi-
ticas de su oponente. Daba la im- Dudas en función de la importancia 1968), en que la duda estuvo en do lograr una ventaja aplastante
presión de que ellos buscaban ame- del resultado de la partida función del resultado de las mismas; mediante un bello golpe táctico. Al
nazas y las hallaban donde objeti- produjo la falta de tiempo, y, por advertir esta posibilidad un movi-
vamente no existían. El temor sub- Hay partidas que tienen una im- consiguiente, la comisión de serios miento después, Wittelky se de-
portancia deportiva muy particular: errores. sazonó. Según él, sus ideas no se
jetivo a la capacidad combinatoria
de Tal fue la causa de la inseguri- es necesario ganar para ser el vence- apartaban de aquella omisión, lo
dor del torneo; hacer tablas para cual se reflejó muy pronto en el
dad, la duda y el reiterado cálculo Dudas en función de lo
cumplir la normativa de maestro o posterior desarrollo de la partida;
de dichos ajedrecistas. experimentado en la partida
para participar en la siguiente fase intervino la falta de tiempo, y el
En su partida con Lein (Sochi, de las competiciones selectivas, et- bando negro perdió un encuentro
1967), Zaitsev, cuyo juego es bas- cétera. Con frecuencia, las conside- Se manifiestan cuando uno se da que había jugado excelentemente
tante rápido, anduvo escaso de tiem- raciones deportivas producen una cuenta de haber cometido un error hasta el momento referido. Se po-
po; la causa de ello fueron las du- emoción, una vacilación y un sen- u omitido una posibilidad. Panov drían citar muchos ejemplos como
das en cuanto a la veracidad de sus tido de responsabilidad excesivos y dice: «El peor defecto de muchos éste.
cálculos, porque había perdido to- crean un estado de cohibición. ajedrecistas es lamentarse, durante Se ha visto que esta suerte de
el juego, de haber omitido posibili- dudas no sólo causan un gasto de
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73
tiempo suplementario, sino también 4. 0-0, C3A; 5. CXP, CXP; 6. D2R, (Moscú, 1936); al decir de Riumin, además de la influencia de algunas
un estado de emociones negativas CXC; 7. DXC, D2R; 8. P4D, C3C. las negras meditaron treinta minutos
Estuvieron unos veinte minutos de las causas antes mencionadas,
que hace que mengüe bruscamente sobre el eficaz y contundente, aun- también a cierto carácter típico y
la eficacia de la actividad mental y, meditando sobre si tomar el peón; que un poco extraño en la posición
además, el contenido del proceso determinado de la posición que se
por ello, se emplee más tiempo en de la partida, movimiento 14. ..., produce. Por lo común, los ajedre-
recordar el error cometido que en intelectual no consistió en un aná- T5D que entrañaba el sacrificio de
lisis circunstanciado de la forzosa cistas experimentan la falta de tiem-
solucionar los problemas simples. una calidad. A pesar de esto, en la po cuando se encuentran con posi-
¡ Cuan perfectamente casa este gé- v a r i a n t e 9. A x p + , A X A ; 10. partida se efectuó el habitual movi-
DXP, 0-0; 11. PXA, DXP, sino ciones ajenas a su estilo, lo cual
nero de dudas con el habitual con- miento del caballo. Riumin dijo no les crea subjetivamente grandes di-
sejo de «Convenía haber hecho tal en la vacilación condicionada por la haber entendido la decisión to.nada ficultades.
y tal cosa»! Por lo demás, este con- circunstancia de que nadie había por su competidor.
jugado así en esta variante, recono- Comentando el encuentro Botvin-
sejo se da en el momento en que Nos parece que la prolongada nik-Bronstein (Moscú, 1951), Panov
toda lamentación no tiene sentido: cida y aprobada; por otra parte,
meditación de Lówenfisch sobre di- dice que la falta de tiempo de Bot-
en que ya es demasiado tarde para influía el incontenible deseo de ga- cho movimiento se debe, más que
nar un peón. Al remate se impuso vinnik se produjo, por regla general,
enmendar las cosas y, por tanto, hay a un minucioso análisis de las dos en posiciones dinámicas y comple-
que meditar profundamente sobre la fe en la irrevocabilidad de la variantes antedichas y su compara-
teoría, y las blancas hicieron 9. jas, en las cuales la singularidad y
los problemas que plantea la nueva ción, a dudas de orden general: originalidad de los problemas no le
situación. Esta pequeña digresión D X D + ; este movimiento fue me- ¿merece la pena meterse en compli-
nos eficaz que 9. A X P + , lo cual permitieron apoyarse en la lógica
confirma una vez más que la vacila- caciones poco claras si con el habi- de las consideraciones estratégicas.
ción radica sobre todo en la na- se vio comprobado en el análisis tual movimiento del caballo se re-
hecho después. Los veinte minutos Estas situaciones fueron subjeti-
turaleza del carácter del individuo cupera un peón y se garantiza una vamente desagradables a Botvinnik,
que dirige los movimientos de las gastados en vacilar acerca del no- posición más o menos sólida?
veno movimiento se reflejaron en el porque no se correspondían del todo
piezas. Al combatir toda lamenta- La indecisión y la duda en los con las principales exigencias de su
ción relativa a los yerros cometidos curso de la partida; debe advertirse
ejemplos que acabamos de ver se estilo: estructura lógica de los pla-
durante la partida, ¿no merece la que este tiempo no se invirtió ni
deben a la falta de independencia nes, integridad de la partida, fe en
pena preguntarse si nos dejamos mucho menos en comparar la varian- del pensamiento.
te A x P + con la D x D + , sino en la consecuencia científica y causa
arrastrar por las inútiles lamentacio- De ese modo, el insuficiente sen- de la variación de los hechos que
nes acerca de la suerte adversa no la abstracta idea de si estaba justi-
tido crítico en el análisis y la cos- se desarrollan en el tablero.
sólo tras la mesilla de ajedrez? ficada la fe en la teoría.
tumbre de apoyarse en lo habitual A este respecto, Botvinnik dijo
Esta suerte de dudas se manifiesta entorpecen la aplicación dinámica más de una vez que su juego adole-
con frecuencia en los ajedrecistas y artística de la experiencia. Al con-
Dudas en función de la experiencia ció de poca visión combinatoria.
que creen demasiado en lo conoc-do tradecirse la inseguridad objetiva de Las posiciones dinámicas y de es-
individual y lo aceptado por todos; cuando la situación con la tendencia subje- tructura estratégica indefinida fue-
hallan una posibilidad original e in- tiva del ajedrecista a no considerar
El conocimiento de los esquemas ron bastante difíciles de resolver,
esperada, la reciben con precaución esta inseguridad y a fundarse en lo
de evolución de las aperturas y de incluso para el propio Botvinnik.
y recelo, lo que da lugar a la duda: aprobado y lo común facilita que se
los procedimientos para desarrollar Esto se debió a las particularidades
¿cruzar el umbral de lo conocido y manifiesten la indecisión y la duda.
las posiciones típicas del medio jue- individuales de su estilo, y fue la
lo seguro o decidirse por una pers- Lo cual también produce la falta de causa de la prolongada meditación
go y del final, sin relacionarlo críti- pectiva atrayente, aunque poco cla- tiempo.
camente con la experiencia y los co- y falta de tiempo que hicieron que
ra? En la práctica, toda duda suele cometiese serios errores en algunas
nocimientos propios, puede ser mo- decidirse en favor de las alternati- partidas.
tivo de duda en él proceso de la me- vas aprobadas por la experiencia Dudas en función de las
ditación y de falta de tiempo. Panov señala igualmente que la
anterior. Señalemos que toda duda particularidades individuales falta de tiempo de Bronstein, de sen-
En la partida Krogius-Spasski (Le- seria en solucionar un problema, se del estilo tido opuesto a la de Botvinnik, fue
ningrado, 1960), las blancas advir- confíe o no en la autoridad de la de orden técnico y se produjo en
tieron de pronto la ganancia de un teoría, eleva la inversión del tiempo Si se analiza sistemáticamente posiciones con pocas piezas, en las
peón 9. AXP+ en la siguiente e y produce la falta del mismo. toda partida en que a uno de los cuales su adversario tuvo cierta pre-
investigada apertura: 1. P4R, P4R; Esto puede verse comprobado en jugadores le haya faltado tiempo, ponderancia. También observamos
2. C3AR, C3AD; 3. A5C, A4A; el encuentro Riumin - Lówenfisch podrá observarse que ello se debe, aquí una relación directa entre el
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gasto de tiempo en meditar y las caz. Y su conjetura se vio compro- oeñalamos otras: las dudas relacio- y tuve que hacer un enorme esfuerzo
particularidades del estilo del aje- bada, pues Gligoric, confuso por nadas con los puntos de vista esté- para conseguir la victoria».
drecista. Las situaciones que reque- el modo de jugar al a margen dé ticos, con ciertas posiciones y pro- ¿Cómo prevenir la «enfermedad»
rían una realización precisa y ofre- toda regla», meditó mucho; anduvo cedimientos de juego modernos, et- de la falta de tiempo, llamada acer-
cían menos posibilidades para efec- falto de tiempo; cometió errores, y cétera. A modo de ejemplo, citamos tadamente azote de este arte? Por
tuar ideas combinatorias originales perdió la partida. lo que Abervach recuerda de una de el breve relato de las causas que la
resultaban extrañas, aburridas y sus partidas que tenía ganada, y en originan, se ha podido ver que los
anormales a la abundante fantasía Diagrama núm. 39 la que vio dos posibilidades de ases- signos de ella abarcan una extensa
artística del estilo de Bronstein. tar el golpe definitivo; pero, en vez zona emocional y volitiva del ca-
Puede afirmarse que Botvinnik de verificarlas, empezó a reflexionar rácter del ajedrecista. El análisis de
combatía mejor la falta de tiempo abstractivamente sobre cuál era eJ las causas concretas que la produ-
en posiciones con pocas piezas; po- medio más correcto en orden a lo cen ayudará a determinar un diag-
siciones que, en cambio, ecan para
Bronstein la piedra de toque.
IBi estético: ¿la belleza elemental o la nóstico más preciso en cada caso
particular, y esperamos que contri-
clara y simple continuación? Con-
Pueden citarse o t r o s casos. buya a combatir con más eficacia
cluye diciendo: «A la postre, llegué
Neshmetdinov, por e j e m p l o , se y mayor amplitud este complejo fe-
a la lógica conclusión de que el sa- nómeno mental. Pues la falta de
orientaba con b a s t a n t e rapidez crificio es una belleza innecesaria, y
en toda complicación táctica; por tiempo no es la consecuencia for-
opté por lo segundo, porque me pa- zosa de meditar sobre los secretos
el contrario, anduvo escaso de tiem- reció mejor. Pero luego se vio com-
po en la lucha de maniobra menos del arte del ajedrez, sino, mayor-
probado que en dicha variante no mente, el resultado de la indebida
compleja y más reposada. Y Korch-
noi invirtió más tiempo en calcular advertí la pérdida de una pieza; el postura del sujeto ante estos se-
posibilidades de ataque que en la juego se complicó extremadamente, cretos.
defensa de posiciones difíciles. Es-
tos casos confirman la presencia de
una relación causa-efecto del origen En esto sucedió 26. ..., PXQ?
de la falta de tiempo con las par- Acerca de ello, Gligoric dice: «Eso £1 pensamiento y la falta de tiempo
ticularidades Individuales referentes es característico de Tal. La conti-
a los puntos flacos de la actividad nuación 26. ..., DXC; 27. D X D ,
mental. P X D ; 28. TXT, CXPD era más Hemos analizado la dinámica de Cuando falta el tiempo y hay
El conocimiento de las propieda- segura y objetiva para las negras, los procesos mentales, la aptitud del abundancia volitiva y desarrollo
des individuales del estilo del ad- porque las blancas habrían tenido ajedrecista para generalizar, y las emocional, a menudo se observa una
versario que, en ciertas posiciones, que conformarse con el logro de propiedades del sentido crítico y de contradicción entre la subjetiva ten-
le predisponen a meditar prolonga- unas tablas... Pero las negras, con- la independencia del pensamiento dencia a elevar al máximo el efecto
damente, a menudo sirve de proce- tando con la falta de tiempo del cuando hay déficit de tiempo. de la actividad mental y la objetiva
dimiento de lucha psicológica en oponente, optan por una posición imposibilidad de comprender debi-
Ante todo, debe advertirse que tal
la práctica. Veámoslo en la partida contundente para uno y otro bando, damente la posición y de solucio-
déficit exige mucha agilidad de pen-
Gligoric-Tal (torneo de pretendien- en la cual las blancas se privan de narla. En suma, la solución negativa
su plan de juego». samiento, y pone extremamente en de dicha contradicción, como pér-
tes, ronda vigésimo tercera, 1959). tensión a los componentes emocio-
Éste logró una pequeña ventaja en Prosiguió 27. T X D , TXT; 28. dida material, decuido y error, hace
nales y volitivos del carácter, por que descienda bruscamente el tono
el vigésimo sexto movimiento; pero P3C, C7R + ; 29. R2A, R1C; 30.
era difícil sacar provecho de ella, cuanto las acciones y movimientos emocional y volitivo del ajedrecista
C3R? (30. P4A!, T1R; 31. D X P ) ,
debido al curso metódico y sose- C5D; 31. P4A, T5R; 32. P4CR?, deben realizarse sin dilación. La ra- por un período largo. La falta de
gado de la partida. Considerando la T X P + ; 33. R2C, PXP, y las negras pidez con que cambian las situacio- •tiempo somete el carácter a una
tendencia de Gligoric a una lucha ganaron pronto. nes despierta el sentido de la res- prueba difícil, y jugar sistemática-
basada en la lógica, Tal eligió una Además de las sobredichas cau- ponsabilidad en cada hipótesis, y mente sometido a ella facilita la
continuación arriesgada y contun- sas subjetivas que originan la falta produce un estado de temor e inse- tendencia a un descenso general de
dente para uno y otro bando, aun- de tiempo, y que, a nuestro modo guridad ante los propuestos y acep- las cualidades volitivas y a una ele-
que objetivamente fuese menos efi- de ver, son las más importantes, tados medios de solución. vación de la excitabilidad emocional.

76 77
Dinámica de los procesos mentales Diagrama núm. 40 Diagrama núm. 41 Diagrama núm. 42
Por lo común, cuando hay falta
de tiempo, disminuye la aptitud para
verificar crítica y objetivamente los
cambios de situación, y aumenta el
sostén en que se apoya la búsqueda
de una solución en los elementos
estáticos y relativamente constantes
de la posición. Estas particularida-
des del pensamiento se presentan de
dos formas.
1) La tendencia al aspecto externo
de la evidencia, la derechura y la
naturalidad de las soluciones ele-
gidas; esta tendencia se caracteriza
por una considerable reducción del
número de alternativas examinadas.
En una posición saturada de posibi- «un movimiento cualquiera» pue-
lidades tácticas, el objeto de la me- de ser el ataque directo contra una Acuciado por el tiempo, Boleslavs- Falto de tiempo, Reshevski optó
ditación suele ser una alternativa de las piezas más importantes del ki adopta «automáticamente» un por la variante 29. A6A + ?, C X A ;
que lleva en sí amenaza inmediata adversario, en un extremo déficit procedimiento lógico, y cambia un 30. PXC, C5A! Por lo visto, este
o que facilita el rechazo de otra de tiempo. Entendemos que esta peón: 40. PXP? El análisis pos- intermedio y eficaz movimiento es-
amenaza. De esa manera, el ataque opción no fue casual. Por cuanto terior demostró que este cambio era capó a su consideración al estimar
directo contra una pieza produce otro movimiento que rechazase la obligatoria la respuesta 30. ..., DxP,
una reacción favorable a defenderla. amenaza contra el peón 4A (28. ..., erróneo; con 40. P5C se ganaba la
lo que daba a las blancas la prepon-
La elección de un movimiento, con- P X P ; 29. TxC) no satisfizo a las partida. El juego acabó en un em- derancia después de 31. T3C3R.
dicionada por un motivo determina- negras, y Reshevski eligió 28. ..., pate.
Casos como este, o parecidos, se
do, también suele ser una tendencia A4AD de entre los movimientos que El cálculo concreto se caracteriza dieron en las partidas Kan - Flor
a atacar en seguida: amenaza de to- hacen relación a dicho principio. La por un amplío diapasón de ramifi- (Moscú, 1936) y Suetin - Krogius
mar una pieza, dar mate, y así su- sutil variante 28. ..., C4C, propuesta caciones examinadas, pues a menu- (Tbilisi, 1967); en ellas, Flor y Sue-
cesivamente; pues el juego se plan- por Keres, daba a las negras una do se omiten movimientos inter- tin, escasos de tiempo, basaron su
tea con frecuencia según el princi- evidente superioridad; pero no pudo medios y variantes accesorias. Lo cálculo en que el adversario debíc
pio de «atacar vale tanto como de- formar parte del análisis porque, en cual indica que la atención no está aceptar el sacrificio que le ofrecían
fenderse», La tendencia a resolver directa
extremas circunstancias de falta de distribuida suficientemente cuando
Veámoslo en este fragmento de la tiempo, no respondía a ninguna de mente las posiciones que se desarro
partida Botvinnik-Reshevski (La Ha- falta tiempo. En el cálculo se des-
las dos exigencias de la solución: cubre un descenso de la capacidad lian con relativa lentitud y manió
ya-Moscú, 1948). bra se manifiesta en la elección d«
la defensa y el ataque inmediatos. dinámica del pensamiento; en mu-
movimientos asentada en medios
(Véase diagrama núm. 40) En una contundente lucha tác- chos ejemplos hemos observado que técnicos «autorizados». Tal es la
tica, y si apremia el tiempo, la ne- los ajedrecistas calculaban variantes naturaleza psicológica de s i t ú a
Sobre esta posición, Keres comen- cesidad de atacar o defenderse in- como si se guiasen por las reglas del «automáticamente» peones en esca
ta: «Por faltarles tiempo, las negras mediatamente induce a un incons- juego de damas; esto es, la obliga- ques de color distinto del de los al
no dan con una respuesta oportuna ciente, en cuanto al avalúo objetivo ción de aceptar el sacrificio de toda files; de abrir una salida en la po
y hacen un movimiento cualquiera, de la posición que va a producirse, pieza y peón. sición del enroque, y así sucesiva
el cual les priva de las ventajas de cambio de piezas. A este respecto ofrecemos la si- mente.
su posición y, por consiguiente, de Veámoslo en la siguiente posición guiente posición del encuentro Res- «No nos dejemos influir nunca
ganar la partida.» Reshevski hizo de la partida Boleslavski-Pirts (Hel- hevski-Botvinnik (La Haya - Moscú, por el aparente bienestar que produ*
28. ..., A4AD?? Lo curioso es que sinki, 1952). 1948). cen los movimientos lógicos», ad-
78 79
vierte Alekhine. Esta advertencia da con 33. P6A. Pero como el tiem- a no permitir ninguna pérdida ma- Diagrama núm. 45
debe tenerse en cuenta cuando el po no permitió a Simagin entrete- terial. Era mejor sacrificar por bre-
tiempo apremia. nerse en valorar las posibilidades ve tiempo un peón: 36. A1A, T4CD;
2) La tendencia a apoyarse en los dinámicas y ocultas que ofrecía su 37. A2D, TXP; 38. AXA, PXA;
elementos estáticos y relativamente posición, éste tendió a restablecer 39. TÍA, y las blancas acercan el
constantes de la posición destaca cuanto antes el equilibrio material, rey a dicho peón y lo ganan. En la
sobre todo cuando se intenta obte- e hizo 33. C6A. Acerca de ello, dice: partida, Gligoric logró una posición
ner ventaja material. «Puede per- «Este ineficaz y catastrófico movi- ventajosa.
derse la iniciativa; pero queda la miento no se me borra de la me- Por iguales consideraciones que
pieza ganada. La ventaja material moria... Por lo general, no acos- en la tendencia a conseguir ventaja
es una cosa segura.» Esto es lo que tumbro establecer en seguida el material, el ajedrecista procura ocu-
más o menos piensa el ajedrecista equilibrio material, después de haber par un punto importante con una
que anda escaso de tiempo. «Todo realizado una combinación... Los úl- pieza, asegurar a su rey un buen
KWZÍtm 2ü*2g%
jugador tiende a tomar cualquier timos minutos decidían el resultado refugio, etc.
peón que se le ofrezca cuando el del encuentro; por ello, me preci- Las dos tendencias en cuestión
tiempo acucia», dice Bronstein. Los pité.» El encuentro terminó en un hacen que se sobreestime la impor-
momentos dinámicos que determi- empate. tancia de los elementos estáticos de
nan el valor de las piezas pasan a En tal sentido, también es ejem- la posición y se valoren con escasa
segundo término, pues, carente de plar la partida Benko-Gligoric (Yu- objetividad las posibilidades diná- En los encuentros Euwe-Reshevski
tiempo, el ajedrecista no puede cal- goslavia, 1959). micas. En la práctica esto supone y Smislov-Keres (torneo La Haya-
cular objetivamente el valor de ellas, un descenso de la capacidad de pre- Moscú, 1948) abundan las sorpresas
relativo por que varía de un movi- ver cualquier «truco» táctico y ré- producidas por la falta de tiempo.
miento a otro; y así, se guía por la Diagrama núm. 44 plica inesperada del adversario. Ta-
determinación exterior del valor for- les «trucos» y trampas suelen dar
mal y absoluto de las mismas. buenos resultados cuando el tiempo La aptitud del ajedrecista para
Veámoslo en esta posición de la se agota: pero no por su objetividad, generalizar y abstraerse
partida Simagin-Udovchichi, Belgra- sino por su sorpresa. Y generalmente
do, 1961). se basan en la evidente y lógica res- Bronstein dice: «A medida que
puesta del competidor, que cae en se acerca la falta de tiempo dismi-
Diagrama núm. 43 la trampa al no advertir el encu- nuye la estrategia y aumenta la tác-
bierto peligro que puede entrañar tica.» Conviene señalar que, al fal-

•11*111 un movimiento ingenuo.


Lo cual puede verse en la partida
Reshevski - Keres (La Haya - Moscú,
tar tiempo, se tiende a resolver los
problemas que plantean determina-
dos objetivos concretos; las consi-
1948). deraciones sobre la integridad de
un plan estratégico único y el ava-
(Véase diagrama núm. 45) lúo general de la posición pasan al
plano posterior, y el contenido de
las ideas tácticas se empobrece sen-
Con motivo del movimiento 35.
P5T, Keres dice: «Es un truco habi- siblemente, porque el cálculo tiene
Benko experimenta falta de tiem- un carácter más reducido al estar
po. Al ver que las negras amenazan tual cuando escasea el tiempo, y
las negras pican en el anzuelo. Ob- orientado hacia el logro de objetivos
con ganar un peón, mediante 34. ..., inmediatos y fáciles de comprobar
TIT, decide mantener rápidamente jetivamente era mejor 35. C5D.»
Después de la evidente, pero erró- por el análisis; y así, los elementos
el equilibrio material, lo que mo- tácticos y estratégicos no se mani-
mentáneamente es oportuno. Pro- nea, respuesta 35. ..., P4CR (era
más lógico y eficaz 35. ..., PxP), fiestan con tanta claridad como
siguió 34. P3T, PXP; 35. AXP,
Las blancas lograron un fuerte con la cual Reshevski contó, las cuando se juega en condiciones nor-
T4R; 36. A6D? Esto ya es un error,
ataque, tras haber sacrificado dos aunque comprensible si se tiene en blancas llevaron una ventaja deci- males. Sin embargo, Bronstein está
calidades. Aquí se ganaba en segui- cuenta la tendencia de las blancas siva y ganaron pronto la partida. en lo cierto, pues, cuando elige un

80 81
movimiento, caracteriza una impor- dio el cambio de damas. Posible- rial: 34. T8A, C5A + ; 35. TXC, de tiempo agobiadoras; por lo cual
tante particularidad del ajedrecista mente, tal decisión fue motivada por TXT, y ganaron pronto la partida. ambos contendientes se limitaron a
compelido por el tiempo: el des- la falta de tiempo...» 2) La tendencia a simplificar la hacer jugadas neutrales, con el fin
censo de la capacidad para valorar Sobre las causas de la simplifica- posición sobreviene junto con la de no menoscabar su posición con
toda la posición, y la tendencia a ción, Bronstein opina: «Ya no había renuncia a tomar decisiones compli- algún movimiento desacertado.»
servirse de los elementos particu- tiempo para calcular la variante; cadas; en tal caso, se adopta la tác-
lares y a las veces aislados de la por ello, se comprende que Reshevs- Estas palabras reflejan que es di-
tica de espera durante la falta de fícil psicológicamente tomar una de-
misma; en ello, la táctica resulta ki optase por una continuación más tiempo.
ser un componente superior a la simple.» Acerca de la posición del terminación cuando el tiempo esca-
Esto se observa cuando el ajedre- sea, porque no se puede meditar en
estrategia, incluso allí d o n d e el encuentro Simagin - Udovchich, el cista valora con bastante acierto su
cálculo de la variante es reducido. cual hemos visto, Simagin dice que debida forma sobre ella, y su valo-
situación; si la considera desespe- ración depende de los momentos
En Ja falta de tiempo, estas parti- decidió forzar la simplificación de la ranzadora, entonces acepta cualquier
cularidades de la actividad mental partida por faltarle tiempo; y así, circunstanciales. En este mismo sen-
complicación con tal de hallar una tido se manifiesta Bronstein al ana-
se caracterizan por lo siguiente: se le malogró la victoria. salida.
Pero se dan casos en que la ob- lizar la partida Stahlberg-Boleslavski
1) La tendencia a simplificar, o (Ziirich, 1953): «No se puede hacer
jetiva exigencia de la posición y las La siguiente posición pertenece a
lo que es lo mismo, a desbrozar y
particularidades de la falta de tiem- la partida Nedelkovich - Wohlpert tal variante cuando el tiempo apre-
reducir la posición, se debe a la (Belgrado, 1961).
objetiva necesidad y comprensión de po no se contradicen cuando el aje- mia.»
que es de todo punto imposible re- drecista tiende a simplificar la lucha. Las partidas que Smislov jugó con
solver satisfactoriamente los proble- Comúnmente, estos casos son carac- Diagrama núm. 47 Euwe, Geller y Petrosian (torneo de
mas que plantean las situaciones terísticos de una posición con ven- pretendientes, Zürich, 1953), y en
complejas y dinámicas. taja material o con ciertas posibili- las que repitió una serie de movi-
La simplificación de la posición dades estratégicas. mientos con el fin de tomar una
se logra con el cambio o la limita- Veámoslo en este fragmento de determinación después de haber re-
ción de la movilidad de las piezas la partida Ragozin-Taimanov (Lenin- cuperado el tiempo, son de impor-
del oponente, y suele precipitarla grado, 1956). tancia y utilidad para comprender
aquel que lleva ventaja o su posición las particularidades del pensamien-
equivale a la de su contrincante. Por Diagrama núm. 46 to que venimos refiriendo.
lo general, el método de simplifica- En los casos analizados se ha po-
ción no se aplica a las posiciones
demasiado difíciles, por cuanto pue-
de brindar al adversario la posibili-
• 11*1 dido observar un descenso de la
actividad mental y la presencia de
irresolución. En la práctica se pro-
dad de realizar su preponderancia.
ducen los llamados «jaques por falta
Las más de las veces, dicha tenden-
de tiempo», a consecuencia de que
cia no es objetivamente correcta, y
está dictada por las dudas de carác- la actitud de espera también depen-
ter emocional negativo que ocasiona de del contrincante, que trata de
la escasez de tiempo. frustrarla. Dichos jaques no se deben
Con motivo del cambio de damas Agobiadas por el tiempo, las blan- mayormente a un plan determinado,
propuesto por Benko en su partida cas difirieron para más tarde la bús- donde el jaque es uno de sus esla-
con Keres (Yugoslavia, 1959), Ra- queda de un plan que les permitiese bones, sino al propósito de demorar
gozin dice: «Al disponer armónica- realizar su preponderancia en la po- los planes del adversario y a prolon-
mente sus piezas, las blancas pre- sición; por lo cual el rey blanco gar la toma de cualquier decisión
ponderaron de un modo considera- hizo diez movimientos por el cua- propia, y con frecuencia son errores
ble en la posición. Y las negras es- Las blancas se hallan en una falta drado 3A-4A-4D-3D. que empeoran considerablemente la
tuvieron reducidas en el centro y de tiempo extrema y, por lo mismo, Sobre una de sus partidas de la posición de aquel que los da.
privadas de todo contrajuego. Se deciden simplificar la posición, con- competición del año 1948, Keres Lo cual puede verse en este frag-
podía reforzar la presión, haciendo formándose con restituir al adver- comenta: «Los últimos movimien- mento de la partida Winter-Capa-
23. C4AR. De pronto, Benko deci- sario una parte de su ventaja mate- tos fueron hechos en circunstancias blanca (Nottingham, 1936).
82 83

I
Diagrama núm. 48 peón; pero después se entretuvieron citados antes: la inclinación a re- racteriza por rehuir, en lo posible,
en maniobrar con las torres por sus solver los problemas relativamente las operaciones activas que impli-
m\ escaques 1AD, 1AR, 1AD, 2AR,
5AR, 2AR y 3AR en vez de recha-
aislados ocupó el lugar del plantea-
miento estratégico de la partida;
quen cualquier riesgo. Acerca de su
partida con Botvinnik (torneo La
zar metódicamente las amenazas, planteamiento que reúne las opera- Haya-Moscú, 1948), Keres dice que
poco peligrosas, del adversario. Cada ciones tácticas aisladas y las com- el apremio del tiempo no le permi-
una de estas maniobras fue un acto pacta. Ello motiva que, poco a poco tió calcular una variante compleja
defensivo u ofensivo de una jugada y con ayuda de la falta de tiempo, y activa; y así optó por una defensa
y no el eslabón de un plan único. Y se altere la sucesión de las etapas pasiva. En el análisis posterior se
las negras pronto perdieron su pre- de la partida y desaparezca la con- pudo comprobar que dicha variante
ponderancia. tinuidad, o motivación lógica de las aseguraba el empate; pero Xeres
Una situación análoga se ve en resoluciones estratégicas fundamen- perdió la partida. Igualmente, en el
el encuentro Benko-Keres (Yugos- tales. encuentro Botvinnik - Smislov, per-
lavia, 1959). teneciente a aquel torneo, las blan-
cas, acuciadas por el tiempo, no se
Diagrama núm. 49 Particularidades del sentido decidieron a que su rey hiciera una
crítico del pensamiento
incursión activa relacionada con el
en la falta de tiempo
La situación de las negras em- sacrificio de un peón, y perdieron
peoraría después de 37. D4A. Pero Ya hemos señalado que el ajedre- la posibilidad de ganar.
a Winter se le agota el tiempo, y cista agobiado por el tiempo tiende La siguiente posición es del en-
decide dar jaque a fin de recupe- a rehuir toda decisión importante, cuentro Flor - Capablanca (Moscú,
rarlo y luego analizar la posición. a simplificar y a sostenerse en los 1936).
Prosiguió 37. D7T+7?, y las blancas elementos estáticos y relativamente Diagrama núm. 50
hubieron de rendirse, porque el rey constantes de la posición; con ello
negro dio inesperadamente con un está íntimamente relacionado el des-
refugio seguro, mientras que su co- censo del sentido crítico del pen-
lega blanco estaba indefenso de la samiento. Por un lado, esto se ma- í ÜÜP ntri
amenaza de mate. nifiesta con excesiva pasividad de t JJJJJÍT&
En su partida con Geller (Belgra- Jas ideas, falta de fe en las posibi-
do, 1961), Udovchich también per- lidades activas y renuncia a tratar
dió al dar un «jaque por falta de el contenido de la posición propia;
tiempo» en espera de poder tomar por otro, con la exageración del
una decisión. Prosiguió 39. P6A + , RXP. Aquí poder de los planes activos del ad-
Hemos visto que la tendencia a era de esperar 40. A3T, porque en versario. De esa manera, se produce
simplificar, a emplear la táctica de
espera y a eludir las soluciones com-
ello se basa el sentido del sacrifi-
cio del peón; pero Benko no llevó
una actitud carente de sentido crí-
tico ante las posibilidades del con-
t
plicadas e importantes causa la frag- a término su idea, sino que jugó trincante y de las propias. La ca-
mentación del pensamiento y la in- 40. D3R?, y perdió luego de 40. ..., rencia de dicho sentido sobreviene
consecuencia del juego; se altera el P7C. ¡He aquí un caso de fragmen- a menudo junto con la estrechez de
lógico enlace entre los movimientos tación total del pensamiento I la atención y del pensamiento. La
aislados, se contradicen los proyec- Las partidas Olafsonn-Tal y Gli- idea exagerada del poder de las ame- Las blancas llevan la ventaja de
tos posteriores con los anteriores, y goric - Smislov, pertenecientes tam- nazas adversarias produce con fre- una calidad. El movimiento 30.
se produce una confusión de ideas. bién al torneo yugoslavo, son un cuencia una sobreexcitación, que in- T7A! decidía la partida, por cuanto
Por lo común, el juego con falta de ejemplo de fragmentación del pen- duce a tomar decisiones impulsivas armonizaba perfectamente con la
tiempo consta de planes de un solo samiento y de inconsecuencia del y arriesgadas. Veamos más detalla- postura atacante de las otras piezas.
movimiento desligados u n o s de juego por falta de tiempo. damente 1 a s particularidades en Apremiado por el tiempo, Flor de-
otros. Nos parece que la inconsecuen- cuestión. cidió, sin embargo, reagrupar sus
En la partida Kan-Ragozin (Mos- cia del juego no se produjo casual- 1) La tendencia a elegir continua- piezas cerca del rey para defenderlo.
cú, 1936), las negras ganaron un mente en los numerosos ejemplos ciones relativamente pasivas se ca- Prosiguió 30. A4C?, CX A; 31. PXC,

84 85
R3C; 32. T1D? (era más eficaz 32. poco de 34. ..., T8A-f. El movi- Diagrama núm. 52 remito al encuentro Krogius-Osnos
T7A), A3T; 33. D5A + , y la partida miento 34. D3T era un medio de- (Tbilisi, 1967). En él, las blancas
terminó pronto en tablas. fensivo; pero no lo tendría en cuen- quisieron acelerar el empate des-
Un caso análogo ocurrió en el en- ta, por causa del aislamiento de sus pués de haber analizado la posición
cuentro Krogius-Korchnoi (Tbilisi, fuerzas. que se iba a producir; jugada tras
1967). Las blancas calcularon las En la falta de tiempo se observa jugada iban convenciéndose de que
consecuencias del atrayente sacrifi- una clara tendencia a «renovar el su cálculo era exacto y dando cada
cio de una torre; tanto, que la falta seguro de vida». Esto es, a situar vez mayor importancia a las ame-
de tiempo se cernió sobre ellas y las piezas según el principio: «No nazas del adversario, hasta que de
hubieron de elegir una continuación hace falta mucho; basta con que se pronto mudaron de propósito: ini-
menos contundente, pero más segu- defiendan unas a otras.» ciaron un ataque a la ventura y
ra; a la postre se produjo el empate. No pretendemos ni mucho menos perdieron la partida. Lo cual se
La tendencia a la pasividad se ma- censurar los racionales métodos de debe a la fuerte impresión que les
nifiesta frecuentemente al querer lucha aprobados por la práctica. causaron las amenazas - avance de
asegurar la defensa mutua de un Los ejemplos que hemos citado so- los peones libres del centro del com-
grupo de piezas, lo cual ha de atri- bre este tema, y sobre otros, mues- petidor; impresión que produjo una
buirse a la estrechez del pensamien- tran solamente los casos de comisión reacción emocional negativa e hizo
to y de la reconcentración produ- de errores por causa de falta de que descendiese bruscamente el sen-
cida por la falta de tiempo. El temor tiempo, y su objeto es únicamente el resultado de la partida no ofrecía tido crítico del pensamiento.
a perder una de las piezas disemina- ilustrar nuestra opinión de que la duda.» Tras cotejar las características del
das por el tablero obliga a reagru- aptitud de la actividad mental dis- La inseguridad en el valor de la estado psíquico del sujeto cuando
parlas, en lo posible, al objeto de minuye por la misma causa. posición propia y la sobreestimación está a la defensiva y cuando a la
distribuir mejor la atención. 2) La tendencia a sobreestimar el del de las posibilidades activas del ofensiva, se ha comprobado que
Véannoslo en este fragmento de efecto de las posibilidades activas competidor producen las decisiones le es más difícil sus acciones defen-
la partida Euwe-Keres (La Haya- del adversario distingue por lo ge- impulsivas y el juego al azar cuan- sivas. El estratega M. V. Frunze
Moscú, 1948). neral a muchos ajedrecistas, y la do falta tiempo. Y esto no es segu- dice: «Considero que el ataque ac-
falta de tiempo le da un impulso ridad ni audacia, sino jugar a la túa siempre en la psicología del ad-
Diagrama núm. 51 considerable. En circunstancias de ventura para librarse de la tensión versario, de modo que ello basta
juego normales, el jugador precavi- volitiva y emocional. Esto nos trae para incrementar la libertad de ac-
do valora con más o menos objeti- a la memoria cuando a veces se ción.» Este criterio es aplicable al
vidad un peligro; pero cuando no presentan serias dificultades en la ajedrez; por esa razón, la tenden-
tiene tiempo para analizar, busca vida cotidiana y el sujeto se «cansa cia a la pasividad, a la defensa, oca-
B* una respuesta para defenderse in-
mediatamente y no para rechazar
de luchar con ellas», entonces se
cruza de brazos o actúa impulsiva-
sionada por la falta de tiempo, di-
ficulta gobernar las acciones y fa-
los propósitos del adversario. mente y al azar con el fin de salvar- cilita el desarrollo de la carencia de
Esto se ve ilustrado en la posición las como sea y librarse de su nervio- sentido crítico, de independencia;
de la partida Chirich-Polugaievski sidad. En tal estado se encuentra a y de otros defectos del pensamiento.
(Vrniachka Bania, 1965). veces el ajedrecista apremiado por Los casos que hemos examinado
el tiempo. Una serie de entrevistas no se deben estimar inevitables en
(Véase diagrama núm. 52) realizadas después de una sesión de toda contienda en que interviene la
juego han mostrado que los maestros escasez de tiempo, pues cualquier
Aquí, Chirich jugó erróneamente experimentados no pueden explicar episodio concreto de ésta también
40. T1R1D. A este respecto, dice: el por qué de ciertos movimientos contiene sutilezas específicas que
«Apremiado por el tiempo, me pa- contradictorios con el sentido co- dependen de las circunstancias y de
reció peligrosísima la amenaza del mún, y afirman que, en general, los los competidores. Nos hemos dete-
Con el fin de reagrupar sus pie- adversario en su diagonal 1TD- han hecho contraviniendo a su con- nido sólo en ciertas tendencias ge-
zas en el centro, Euwe hizo 34. 8TR; por eso hice ese «eficaz» cepción del ajedrez, y en particular nerales que, a nuestro modo de ver,
D4D?, olvidando que su rey estaba movimiento en vez de 40. XX PCD; a los designios formados durante la son importantes para todo posterior
en peligro, y hubo de rendirse a de haber hecho éste, y no el otro, partida. Para citar un ejemplo me estudio de este complejo problema.

86 87
movimientos decimoséptimo y vige- comúnmente se consideran idénti-
simoquinto; sólo consiguieron rea- cas; en la primera, el juego no tie-
lizarlo en el trigesimotercero, des- ne la experiencia particular del
La influencia negativa de la falta de tiempo pués de diversos cambios de situa- asunto que se ha desarrollado an-
ción y cuando intervenía la falta de teriormente; en la segunda, por el
En el examen de las particulari- dice: «Temiendo cometer un error, tiempo. Desde luego, las considera- contrario, el juego ofrece más posi-
dades del pensamiento en circuns- por faltarle tiempo, Reshevski deci- ciones sobre las ventajas y desven- bilidades de abordar la elección ar-
tancias de carencia de tiempo se ha dió de antemano hacer los movi- tajas de dicho plan, hechas unos tística de una solución, gracias a las
descubierto una tendencia general a mientos T3A, T3D, T3-7D y T7AR, veinte movimientos antes, influye- etapas precedentes del desarrollo de
descender el rendimiento de la ac- lo cual era realizable si el peón ne- ron en la decisión de las negras. la posición. Pues, al producirse la
tividad mental. Esto suscita dos pre- gro continuaba en la casilla 6C; Las impresiones emocionales re- falta de tiempo, la posición ya tiene
guntas interesantes: ¿es regular el pero daba a las negras la posibilidad ferentes al curso anterior de la par- su estructura y se realizan planes
descenso de la capacidad de trabajo de salvarse si dicho peón conseguía tida y la experiencia emocional de consecutivos y operaciones tácticas,
del pensamiento?, y ¿qué valor tie- situarse en la 7C.» encuentros anteriores con el opo- al contrario de la partida rápida en
nen los componentes mentales, como La partida prosiguió 34. T3A, nente a quien volvemos a enfren- que predomina el cambio casual de
lógica, intuición e imaginación ar- P7C; 35. T3D, A1A; 36. T3-7D (era tarnos actúan influyendo en la obje- situaciones en el tablero, y la expe-
tística, en tales casos? mejor T8D, por cuanto las negras tividad del análisis si el tiempo riencia anterior del ajedrecista se
Para contestar a ellas conviene estaban salvadas, tras haber adelan- apremia. En su partida con Keres reproduce de modo fragmentario y,
primero detenerse en las particula- tado el peón; pero Reshevski pro- (Tallin, 1965), Korchnoi no advir- mayormente, se reduce a establecer
ridades de la relación recíproca en- siguió en su plan), A4A; 37. T8D + , tió a tiempo la configuración del una relación de semejanza entre los
tre la experiencia general del aje- A1A; 38. T8-8C, y las negras aban- ataque que su adversario iba a em- indicios exteriores de la posición.
drecista, la particular del asunto que donaron el juego. pezar, por un lado por encontrarse Si en la falta de tiempo el ajedrecis-
se ha desarrollado anteriormente en bajo los efectos del desarrollo de ta apoya su meditación en los cono-
En el análisis de este ejemplo se
la partida, y el juego de aquél. su iniciativa en la primera mitad de cimientos anteriores y los relaciona
advierte que el juego de las blancas
Para lo cual nos remitimos al si- la partida, y por otro influyeron en con todo el curso del juego presente,
se apoyó mayormente en el cálculo
guiente fragmento de la partida Res- hecho con antelación, es decir, en él los anteriores encuentros con su en la partida rápida tales conoci-
hevski-Boleslavski (Zürich, 1953). competidor, los cuales habían re- mientos no son más que recuerdos
la maniobra T3A, T3D, T3-7D, y
en la previa valoración general de dundado en beneficio de éste. incompletos. Y la característica de
Diagrama núm. 53 las posiciones que se produjesen. Por tanto, se puede fundadamen- estos dos fenómenos también es di-
De ese modo, dicho juego estuvo te afirmar que la falta de tiempo ferente. Bronstein dice que es mu-
directamente relacionado con la ex- es una fase de la partida y, por lo cho más fácil jugar una partida

'*' periencia del asunto desarrollado


anteriormente en la partida, aunque
fue errónea la previa conclusión de
mismo, está ininterrumpidamente li-
gada con la evolución precedente,
pues en ella se conserva, en cierto
rápida en un minuto que hallar un
movimiento eficaz en cinco o diez
minutos en una partida seria. La
(ti que la maniobra T3-7D era efectiva;
o sea, casi se había previsto lo que
modo, la sucesión de planes traza-
dos anteriormente, de ideas tácticas
falta de tiempo implica una exclu-
siva saturación de procesos voliti-
iba a suceder en medio de la falta y de avalúos de la posición e inter- vos y emocionales que ponen en
de tiempo. viene la experiencia anterior del aje- tensión a la actividad mental. El
Sin embargo, con frecuencia se drecista en una forma artística re- citado autor dice fundadamente:
observan casos en que las ideas tác- hecha y aplicable a las nuevas cir- «No es ningún secreto que cada uno
ticas o estratégicas previstas ya en cunstancias concretas. Por ello, di- de nosotros olvida por entero el mo-
la apertura, o al comienzo del medio cha experiencia, concretada en la vimiento anotado en el transcurso
juego, no se realizan en seguida, sino nueva fase de la partida, influye de los diez primeros minutos, des-
mucho después y en circunstancias considerablemente en el pensamien- pués de haberse librado felizmente
de escasez de tiempo. Por ejemplo: to de aquél y le ayuda o le estorba de la falta de tiempo. Y puede vol-
Reshevski andaba apurado de en el encuentro Flor-Ragozin (Mos- cuando acucia el tiempo. ver a meditar una vez se le han
tiempo. Para comprender el poste- cú, 1936), las negras trazaron un Debe señalarse la diferencia fun- calmado los nervios.» La partida
rior curso de la lucha es imprescin- plan, consistente en el enérgico mo- damental que hay entre la partida rápida no causa tan profundas y
dible considerar lo que Bronstein vimiento PSD en el transcurso de los rápida y la falta de tiempo, porque firmes impresiones, y su juego pro-

88 89
probación de las hipótesis intuiti- yen la imaginación; o sea, la ima-
duce con frecuencia un relajamiento una posición predominante en el es- vas, mediante el análisis lógico y
caque 4D; además, amenaza el avan- ginación basada hasta cierto punto
emocional; esto nos faculta a no consecutivo, tampoco se realiza con en los conocimientos anteriores. Y
considerarla como un medio eficaz ce P4AR negro, etcétera) que no la debida exactitud. Allí donde la
constituyen una deducción general. así, puede afirmarse, por más para-
para ejercitarse en el juego con falta lógica continuidad de la partida se dójico que parezca, que los métodos
de tiempo; en cambio, es muy útil La capacidad para hacer una va- quebranta, no se produce por lo ge-
loración general y lógica de la si- estereotipados de juego son, en cier-
para preparar a los ajedrecistas que neral la suposición intuitiva. Sin to modo, convenientes para salir
llevan mucho tiempo sin haber par- tuación suele disminuir considera- embargo, en la falta de tiempo se
blemente cuando no hay tiempo. So- airoso de la falta de tiempo. En ello,
ticipado en torneos, pues les ayuda puede observar a menudo la rápida no hacen falta grandes descubrimien-
a restablecer la práctica y a refor- bre este particular, Korchnoi co- «visión» de amenazas tácticas y
menta: «Lo más importante y di- tos; lo importante es hacer los mo-
zar los procedimientos técnicos. otros elementos de la posición y la
fícil es decidir dónde las piezas vimientos en su momento oportuno.
Así, pues, hemos señalado la re- elección de movimientos sin medi- Incluso partiendo del breve resu-
lación de la falta de tiempo con la estarán mejor situadas o qué re- tar previamente. El psicólogo Pono-
agrupamientos conviene que haga el men de las particularidades del pen-
experiencia del asunto que la ha mariev no incluye estas operaciones samiento, de la intuición y de la
precedido, y la gran importancia que oponente; dicho de otro modo, dar en la intuición creadora. Conveni- fantasía lógicos, se puede admitir
esta experiencia tiene cuando el una valoración estratégica a las po- mos totalmente con su criterio. La
siciones que van a producir las va- que la capacidad creadora del aje-
tiempo apremia. Antes de examinar instantánea «visión» de combinacio- drecista disminuye en circunstan-
el papel que representan los par- riantes calculadas.» nes, de matices de la posición, no
Por lo común, el cálculo de va- cias de falta de tiempo; en ellas, el
ticulares componentes del pensa- supone un hallazgo de nuevas y ori- hábito, los procedimientos estereo-
miento en circunstancias de falta riantes es bastante reducido; se
analizan las simples y no las com- ginales ideas de la estrategia y la tipados y el reducido cálculo con-
de tiempo, debe advertirse que todos táctica del ajedrez, ni una intuición creto de la variante determinan el
ellos tienen un índice de producti- plicadas; esto es, las de dos o tres
movimientos que representen inmi- creadora, sino, como se ha dicho, contenido del juego; no la búsqueda
vidad más elevado cuando la esca- unos componentes «automatizados»
sez de tiempo está más ligada con las nentes amenazas del competidor o de lo nuevo y lo original. Por con-
posibilidades evidentes de la posi- del pensamiento; hábitos intelectua- siguiente, se observa cierta estre-
posiciones de las etapas precedentes les propios y privativos del ajedre-
de la partida. Podrían citarse varios ción propia. También el número de chez en la dinámica artística. Como
variantes que abarca la atención se cista. Tales ideas tácticas, o sutile- se sabe, el valor relativo de las pie-
ejemplos de partidas en que los aje- zas de la posición, han sido estudia-
drecistas acuciados por el tiempo reduce a dos o tres alternativas. zas y los escaques y el constante
Por esa razón, al. imprevisto movi- das en otro tiempo y convertidas cambio de la situación en el ta-
realizan un juego excelente. Sin em- en procedimientos «automatizados»
bargo, el análisis de estas partidas miento del adversario sucede una blero son elementos que unen las
reacción mínima; o sea, se respon- tras una aplicación prolongada en la
demuestra que en ellas los varios práctica. correlaciones temporales y espacia-
estilos tienen una misma tendencia: de con un movimiento que ha sido les. En la acción dinámica del pen-
previsto para otra combinación. Con Dichos hábitos intelectuales tam- samiento se reflejan la unidad y la
se observa mejor calidad de juego bién son importantes en el ajedrez,
cuando la falta de tiempo aparece todo, el cálculo de variantes, a pesar dependencia recíproca del concepto
de su estrechez y limitación, es uno por cuanto sin ellos no sería posible de tiempo y espacio en el juego de
paulatinamente y sin cambios brus- orientarse en la diversidad de va-
de los instrumentos fundamentales ajedrez. En la falta de tiempo, y
cos en el transcurso de la partida. del pensamiento cuando se experi- riantes, ni distinguir lo conocido de
lo desconocido, ni comparar y anali- con el descenso de la dinámica del
menta falta de tiempo, porque aquí pensamiento y la atención, se que-
las consideraciones generales pasan zar. En la falta de tiempo adquieren
Los componentes del pensamiento particular importancia debido a que branta la objetividad perceptiva de
al plano posterior y el objetivo fun- las correlaciones espacio-tiempo.
damental es resolver los problemas la intuición y la abstracción lógica
La escasez de tiempo dificulta va- pierden efectividad. Por lo mismo,
lorar la posición mediante deduccio- particulares de la posición.
la imaginación del ajedrecista im-
nes. En los casos en que las valora- pelido por el tiempo no tiene gene- El estilo y la falta de tiempo
ciones del período precedente a la La intuición ralmente carácter creador. La previ-
falta de tiempo dejan de actuar, el sión abarca la perspectiva más in- Como ya se ha señalado, la falta
avalúo lógico de la posición es con Se manifiesta precisamente en las mediata (comúnmente dos o tres de tiempo es un estado mental del
frecuencia una combinación de jui- posiciones similares a situaciones movimientos) y se funda en el cálcu- ajedrecista y se produce por una
cios aislados (en el flanco de la da- que han sido el objeto del análisis lo de la variante. Por eso, predomi- u otra cualidad individual.
ma se tiene un peón de más; en en el período precedente a la falta nan los mecanismos que reconstru- Por ello, es muy importante in-
cambio, el caballo adversario ocupa de tiempo; pero en ellas la com-

90 91
tentar establecer la relación entre el El arte de Botvinnik y de Por-
estilo del ajedrecista y su predispo- tish ofrece un cuadro distinto; es-
sición a la falta de tiempo y el buen tos dos maestros experimentan con Consejos prácticos
éxito del juego en la misma. Se frecuencia falta de tiempo produ-
puede hablar con propiedad de la cida por una situación compleja y
Las particularidades psicológicas en la falta de tiempo; cometió un
presencia de tal relación, pues el dinámica cargada de motivos combi-
del juego preciso cuando al compe- error, y perdió la partida. Sobre otro
estilo del ajedrecista refleja en gran natorios, entre los cuales el brusco
tidor se le agota el tiempo, y los caso igual, ocurrido en la partida
parte los rasgos de su carácter y cambio de los acontecimientos y el
problemas que plantea librarse Flor-Novotelnov (Moscú, 1950), Pa-
temperamento. giro de la partida son un a cataliza-
oportunamente de la falta de tiem- nov comenta: «Novotelnov experi-
Durante la IV Espartacada de la dor» poderoso, y en ella juegan con
po propia, tienen mucha importancia mentó falta de tiempo en el vigési-
RFSSR (Leningrado, 1967) hicimos menos espíritu práctico y cometen
práctica. mo movimiento, y disponía sólo de
una encuesta referente a este asun- más errores.
Si al oponente le apremia el tiem- cinco minutos para efectuar veinte
to. Los ciento veinticuatro cuestio- En cambio, la causa de la falta
de tiempo de Korchnoi es distinta: po, es necesario ante todo partir movimientos. A pesar de su pre-
narios, rellenados por los partici- del avalúo objetivo de la posición ponderancia y de sobra de tiempo,
pantes en dicha competición, con- las tempestades combinatorias no le Flor trató de aprovechar la situa-
y no sobreestimarlo.
tienen interesantes datos que per- intranquilizan demasiado; medita
miten hablar con cierta seguridad más sobre el ataque, para lo cual La inclinación a acelerar el ritmo ción de su adversario; sacrificó un
de que existe una relación entre e! quema sus naves, o sobre situacio- del juego propio para impedir que alfil al objeto de tenderle un lazo;
estilo y el apego a la falta de tiempo. nes en que el cálculo concreto de el contricante medite «a costa aje- jugó precipitadamente, y no pudo
Basta dar una ojeada a la obra la variante no es posible, y que re- na» es un error psicológico muy ex- recuperar la pieza.» Flor perdió la
de los representante^ del arte aje- quieren una valoración bastante abs- tendido, en el cual se produce una partida.
tracta. nivelación real del tiempo y no se En estos dos ejemplos, la esca-
drecista, de los grandes maestros de
diversas tendencias artísticas, para tiene en cuenta que la tendencia sez de tiempo del oponente excitó
No es frecuente ver a Spasski
ver cierta regularidad en su actitud emocional del competidor es jugar hasta el punto de producir un es-
acuciado por el tiempo; si lo está,
ante la falta de tiempo. de prisa, ni que comprende perfec- tado emocional en la consecución
se debe, más que a la posición, a la
tamente la importancia de cada mo- rápida de la victoria; la sucesión de
Capablanca y Petrosian se pare- sorpresa psicológica que le da su
vimiento que efectúa. Por el con- las operaciones mentales se quebran-
cen mucho en el estilo de juego: adversario. La universalidad de su
estilo le permite jugar las más di- trario, el ajedrecista que tiene tiem- tó, la conciencia no pudo dominar
abundante intuición, dominio per- po de sobra se encuentra en una los impulsos, y el ajedrecista se
fecto de la táctica, tendencia a la versas situaciones y le ofrece mu-
chas ventajas, como forzar al ad- situación desfavorable cuando em- halló en un estado afectivo.
simplicidad y claridad de los ava- pieza a precipitarse, pues no se La falta de tiempo del adversario
lúos: además, les une la poco fre- versario a que juegue en posiciones
que no son de su agrado. ¡Pues el halla en el mismo estado volitivo debe aprovecharse de un modo más
cuente falta de tiempo en sus par- que su oponente, ni comprende las racional. Para ello, teniendo en
tidas. Si alguna vez la han tenido, propio Spasski no conoce posicio-
nes desagradables! Pero cuando no dificultades psicológicas de su situa- cuenta la tendencia de los procesos
se debe principalmente a la necesi- ción; en suma, quebranta con fre- mentales a solucionar exteriormente
dad de solucionar nuevos y compli- lo consigue y se ve forzado a encau-
zar la partida por la estrecha nes- cuencia la continuidad de las ideas, los problemas particulares y a veri-
cados problemas estratégicos. Lo juega calculando con una o dos ficar los factores estáticos de la po-
cual puede verse en las partidas de pecialización» de su contrincante,
empieza a vacilar más de lo habitual jugadas de antelación, no verifica el sición, es necesario examinar pro-
Capablanca en el torneo de A. V. análisis, disminuye el sentido críti- fundamente y comprobar una varian-
R. O. (1938) y las de Petrosian en y, a veces, anda escaso de tiempo.
Y así, puede afirmarse que cada co de su pensamiento y se deja lle- te de cinco o seis movimientos ca-
sus encuentros con Botvinnik (1963) var por una lucha demasiado arries- paz de hacer que cambie la situa-
y con Spasski (1966). Por lo gene- ajedrecista tiene su estilo y su falta
de tiempo propios y privativos. gada. ción, y luego efectuarlos con rapi-
ral, los dos han jugado excelente-
mente en la falta de tiempo, pues Como es difícil valorar la importan- Precisamente, Tal empleó esta dez; en tal caso, puede esperarse
en ella han manifestado un perfecto cia práctica de un ulterior estudio desacertada táctica en la octava par- que el adversario cometa errores si
dominio de los hábitos de juego y de este problema, debe considerarse tida de su encuentro con Botvinnik ello le coge desprevenido.
procedimientos técnicos. asunto de futuras investigaciones. (Moscú, 1960). Al estar mejor situa- Desde luego, conviene tener en
do, quiso acelerar la victoria y sub- cuenta las particularidades indivi-
estimó la capacidad de su competi- duales del estilo del oponente. Vea-
dor para hallar movimientos precisos mos un ejemplo: en su encuentro

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con Botvinnik (Moscú, 1951), Brons- no les reportó ninguna ventaja, pues talmente en causas subjetivas: dis-
tein usó con acierto y frecuencia el Botvinnik rechazó con firmeza el de la vida y la reacción ante ellas».
procedimiento de complicar aún más juego impulsivo, y se hizo con ¡a minución de las cualidades volitivas Las dificultades de la vida, según
las complicaciones tácticas; en una victoria. e insuficiencia de sentido crítico del Pavlov, ora producen sobreexcita-
pensamiento. ción, ora depresión. Las dificultades
de sus partidas de dicho encuentro
perdió una torre, aunque en la falta Durante la propia falta de tiempo El ajedrecista puede combatirla objetivas de la falta de tiempo en
se manifiestan c l a r a m e n t e las y debe hacerlo, teniendo en cuenta el ajedrez conciernen al grupo de
de tiempo supo agravar la posición
particularidades de la personalidad que es un fenómeno psicológico, dificultades de la vida superables,
de tal suerte que consiguió hacer del ajedrecista en reaccionar a las
para lo cual hace falta perfeccionar y pueden ser superadas con el per-
tablas. Por su parte, Botvinnik, en dificultades objetivas; del dominio las facultades del carácter, de la
sus encuentros con Bronstein y Tal, feccionamiento de ciertos rasgos del
de sí mismo depende la acertada voluntad y de la atención, además carácter: paciencia, sosiego, refre-
aprovechó acertadamente la relativa superación de la falta de tiempo, en de los ejercicios puramente ajedre-
incertidumbre del juego de sus dos namiento de la sobreexcitación o
cistas.
oponentes en posiciones simplifica- la cual es necesario abstraerse de depresión. Todo esto facilita la ma-
las ideas ajenas a la partida y re- La falta de tiempo es un impedi- nifestación de la falta, no obstante
das, no obstante experimentar falta
de tiempo. concentrarse en ella. Nuestras ob- mento perfectamente salvable, pues la presencia de causas objetivas y
servaciones nos facultan a suponer la práctica ha mostrado que puede subjetivas.
En las situaciones en que el com- que un método útil es aquí la auto- superarse e impedir su manifesta-
petidor anda escaso de tiempo, pero sugestión, expresada en ia forma ver- Creemos que existe una relación
ción cuando hay orientación y sen- psicológica entre la falta de tiempo
prepondera en la posición, no con- bal de «autoorden». Al meditar, es tido crítico.
viene variar el ritmo del juego, y necesario atender a las fluctuaciones y otras situaciones de la vida común
«El pretexto de la falta de tiempo que producen una sistemática re-
los movimientos deben hacerse a un de la atención que se observan du- no es justificable, del mismo modo
compás normal. A este respecto no rante el cálculo de variantes. Hay nuncia a tomar decisiones: como
que no lo es el recurso del delin- dejar las cosas para última hora en
estamos de acuerdo con el juicio que que regular la variabilidad de la cuente al alegar que estaba bebido
Panov emite en su libro «El ataque», atención en el cálculo de '.as alter- el trabajo, diferir la preparación a
en el momento de cometer el delito. exámenes para la víspera de los
si bien está en lo cierto cuando afir- nativas siguientes, únicamente des- La incapacidad del maestro experi- mismos, etcétera.
ma que ha de procurarse confundir pués de haber determinado el valor mentado para atenerse al tiempo es
al adversario en este momento. Pero de la variante calculada previamen- El conocimiento de las particu-
un defecto como incurrir en error», laridades de la falta de tiempo en
complicar la situación no ha de ser te. Si ya se tiene un plan trazado y dice Alekhine.
el resultado de un deseo impulsivo, bien examinado, no debe rechazar- el ajedrez puede ser importante para
Como se ha dicho, el estudio de el planteamiento de los problemas
sino el producto de un análisis ob- se; si tal plan no existe, es conve- la falta de tiempo tiene gran impor-
jetivo y crítico de ella. Por eso, la niente reducirse, como enseña la concretos a fin de perfeccionar el
tancia de carácter psicológico gene- carácter.
tendencia a complicar bruscamente práctica, a la táctica de espera, pro- ral con objeto de investigar el es-
la posición debe basarse en los fac- curando no menoscabar la estruc- Pues se dice fundadamente que,
tado de frustración; o sea, «la pa- ¡determinar un defecto del carácter
tores objetivos de ésta, hallados por tura estratégica de la posición y re- ciencia en cuanto a las dificultades supone medio éxito en combatirlo!
medio del análisis. Estimamos que nunciando a toda resolución impor-
lo más racional es aquí el procedi- tante y comprometedora.
miento de lucha indicado anterior-
En toda situación en que se ma-
mente; esto es, trazar cuidadosa- nifieste la falta de tiempo propia
mente el plan de una variante de conviene verificar consciente y sis-
cinco o seis movimientos, compro- temáticamente las acciones. Lo cual
barla, y luego efectuarlos con ra- se logra preguntándose mentalmen-
pidez.
te: ¿Qué se amenaza? ¿Qué incon-
En la partida Botvinnik-Reshevs- venientes puede este movimiento
ki (La Haya-Moscú, 1948), las ne- poner al adversario? También debe
gras plantearon su juego de acuerdo verificarse repetidamente la elección
con el criterio de Panov; hallándose de toda resolución propia.
en peor situación que su adversario, En resumen, la falta de tiempo
el cual experimentaba falta de tiem- es una prueba difícil para la psicolo-
po, efectuaron los movimientos casi gía del ajedrecista, y la manifesta-
sin meditar sobre ellos. Pero esto ción de tal falta estriba fundamen-
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