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Dipylidium caninum.

El parásito adulto tiene


un tamaño de 20 a 60 cm. El escólex es
pequeño y de forma romboidal, provisto de 4
ventosas y un rostelo retráctil armado de
varias coronas de ganchos. Los proglótides
inmaduros son más anchos que largos, al
evolucionar llegan a ser cuadrados y cuando
están maduros o grávi-dos son más largos que
anchos. Los maduros poseen cada uno órganos
sexuales macho y hembra. Es un parásito de
perros, gatos y animales silvestres
relacionados con éstos. El hombre es un
huésped accidental poco frecuen-te. Los
huéspedes intermediarios son piojos y pulgas,
principalmente del perro. Las larvas de estos
artrópodos ingieren los huevos, desarrollan las
larvas cisticercoides, las cuales son infectantes
cuando se ingiere el artrópodo. Los parásitos
adultos se localizan en el intestino delgado,
donde puede haber infección múltiple, aunque
las infecciones humanas son frecuentemente
únicas (Figura 92).

Patología
Las lesiones producidas por estos 3 parásitos son siempre leves y consisten en inflamación de la pared del
intestino delgado. H. nana por presen-tar un desarrollo larvario en el interior de la mucosa intestinal del
hombre, puede causar alte-raciones mayores en las vellosidades intestina-les, especialmente en las infecciones
masivas.

Manifestaciones clínicas
En los individuos con parasitismo intenso por H. nana, se producen síntomas digestivos, princi-palmente dolor
abdominal, meteorismo, diarrea y bajo peso.

Los casos de parasitismo por Dipylidium son pocos, y principalmente se conocen en niños que ingieren
accidentalmente el artrópodo infectado. En ellos puede observarse la eliminación de proglótides móviles que
tienen la forma de una pequeña semilla.

Diagnóstico
Clínicamente no existen bases para un diagnós-tico específico. La observación de proglótides en D. caninum
o parásitos adultos de las otras dos especies, permite identificar el agente etiológico en estas parasitosis.
El método más utilizado es la búsqueda de huevos en las materias fecales, lo cual permite hacer diagnóstico
etiológico de las tres helmintosis. Este método es inseguro en Dipylidium. En //. nana los recuentos de huevos
permiten conocer la intensidad de la infección, pero las cifras pueden variar mucho en pocos días, debido a la
formación de nuevos parásitos adultos a partir de las larvas cisticercoides que crecen en el intestino. En la
mitad de los casos se observa hipereosinofilia circulante.

Epidemiología y prevención
La infección por H. nana es la más frecuente, aunque nunca alcanza la alta prevalencia de otras geohelmintosis.
En algunos países tropica-les la prevalencia es alrededor del 1% y se conocen zonas endémicas con cifras
mayores. Es mucho más frecuente en niños que en adultos, por la mayor facilidad de transmisión directa en los
primeros y posiblemente por algún factor inmunitario que se desarrolla con la edad.
H. diminuta y D. caninum se presentan espo-rádicamente en el hombre que haya ingerido de manera accidental
los insectos infectados. Los casos conocidos son en su mayoría en niños que viven en condiciones higiénicas
deficientes, en contacto con roedores o en aquellos con estrecha relación con perros.
Tratamiento
En general son más resistentes al tratamiento que las tenias. H. nana presenta la característica de que un solo
tratamiento no cura la parasitosis en todos los casos, debido a la presencia de cisticercoides en el intestino,
los cuales no son atacados por la mayoría de las drogas utilizadas. En estos pacientes es recomendable repetir
el tratamiento una o dos veces, con 2 semanas de intervalo. La droga utilizada es el praziquantel. Se usa a la
dosis única de 25 mg/kg, la cual debe repetirse a las 2 semanas, para mayor seguridad

Figura 92. H. nana, H. diminuta, D. caninum, ciclos de vida: 1. H hombre adquiere por vía oral cualquiera de los 3
céstodos. 2. Los parásitos adultos se localizan en el intestino delgado. 3. Los huevos salen con las materias fecales.
4. Los huevos de H. nana (a) son infectantes directamente, los de H. diminuta (b) necesitan huéspedes intermediarios.
5. Los huevos deH. diminuta (a) son ingeridos por artrópodos (b) en los cuales forman cisücercoides (c), los roedores son
los huéspedes naturales y accidentalmente el hombre, que se comen los artrópodos. 6. Los huevos de D. caninum se
presentan dentro de una cápsula ovígera. 7. Los artrópodos ingieren los huevos (a) y en ellos se forman los cisücercoides
(b) que son infectantes para el perro y accidentalmente para el hombre.

Introducción
La dipilidiosis es una enfermedad parasitaria de importancia médica y veterinaria producida por
Dipylidium caninum.
Afecta a perros, gatos y animales salvajes, como zorros, hienas,chacales o felinos, y de manera
accidental al humano, en especial a los niños, por lo cual se le considera una zoonosis.
Esta parasitosis común es de distribución mundial y en internet el nombre del parásito, mediante
el buscador Google,1 registra hasta 3 480 sitios con la información más diversa al respecto, casi
toda relacionada con la infección que produce en perros y gatos domésticos. En el pasado D.
caninum se conocía con los nombres de Taenia canina o T. cucumerina, razón por la que se
identifica a la enfermedad como teniasis de los perros.
Características generales del parásito
Dipylidium caninum se clasifica dentro del phylum de los platelmintos por varias razones, las
cuales se relacionan principalmente con su fase parasitaria adulta. Es un gusano plano con
forma de cinta y simetría bilateral, carece de cavidad general, sistema circulatorio y aparato
digestivo. Debido a que dichos parásitos son hermafroditas, están cubiertos por un tegumento
no ciliado y presentan un escólex provisto de ventosas y ganchos con los que se fijan a los
tejidos de su huésped, su cuerpo está dividido en forma transversal en segmentos sexualmente
completos llamados proglótidos.
Se les clasifica dentro de la clase Cestoidea. Debido a la importancia médica de esta clase de
parásitos, a D. caninum se le clasifica en el orden Cyclophyllidea,2 dentro del cual también
figuran parásitos como T. solium, T. saginata, Taenia asiatica y H. nana.
La característica general de estos parásitos es que poseen una porción cefálica con rostelo
armado y ventosas, así como poros sexuales que se abren lateralmente en los proglótidos.
Debido a ciertas características particulares de los parásitos, este orden se divide a su vez en
familias. Dipylidium caninum ha sido clasificado dentro de la familia Dilepididae porque el
parásito adulto tiene un rostelo armado con ventosas inermes, su útero se divide en cápsulas
ovíferas y sus órganos genitales son sencillos.3 El género Dipylidium se caracteriza porque los
proglótidos grávidos de los parásitos adultos presentan dos poros (del griego dís, “dos”, y pylís,
“abertura”).
En 1758, Linneo clasificó a la especie caninum porque encontró que afectaba sobre todo a los
perros.4
En general, los platelmintos están clasificados entre los invertebrados más antiguos del reino
animal, con simetría bilateral y tejidos especializados que sostienen órganos reproductivos
complejos femeninos y masculinos, los cuales generan millones de embriones infectivos
llamados oncosferas, que son capaces de desarrollarse hasta convertirse en gusanos nuevos.
La persistencia de estos gusanos en las áreas endémicas se apoya en su enorme capacidad
reproductiva y la resistencia que muestran frente a los factores ambientales.
Durante el desarrollo de D. caninum, tres diferentes fases parasitarias alcanzan su desarrollo
respectivo dependiendo del huésped en el cual se encuentren: huevo en las larvas de pulgas y
piojos (huéspedes intermediarios), cisticercoide o fase larvaria en las pulgas adultas, y fase
adulta o tenia en los animales infectados (huéspedes definitivos).
Los huevos son microscópicos (25-40 μm de diámetro) y esféricos, con una cubierta delgada y
hialina. En su interior se encuentra la oncosfera, en la que se presentan los ganchos (figura 22-
1). Las maneras en que los huevos alcanzan el exterior de los proglótidos son dos: en una de
ellas los huevos salen de los paquetes o cápsulas, y en la otra alcanzan el exterior aun dentro
de los paquetes o cápsulas matriciales (como también se les conoce), y en las cuales se pueden
encontrar varios de ellos (figura 22-2). Una vez que los huevos o los paquetes están depositados
en el suelo, pueden ser ingeridos por los estadios larvarios de pulgas, como Ctenocephalides
canis (que infecta a los perros), C. felis (que infecta gatos) o Pulex
irritans (que infecta a humanos), así como de piojos (Trichodectes canis). Dentro de ellos
continúan con su siguiente fase de desarrollo.
Durante el tiempo de metamorfosis de la pulga (de su fase larvaria a la adulta), las oncosferas
que salieron de los huevos permanecen en su cavidad hemal y luego el parásito completa su
desarrollo al estado de cisticercoide o fase larvaria.
Esto es diferente en los piojos, puesto que en estos animales (una vez que las oncosferas salen
de los huevos mudan) penetran en la cavidad corporal y se desarrollan hasta cisticercoides.
Según lo que se ha podido determinar
5

en relación con el tamaño de los


cisticercoides, miden alrededor de 1
mm, presentan un escólex
aparentemente comprimido, pero no
evaginado, dentro de una pequeña
vesícula, la cual se encuentra llena de
un líquido.6
Una vez que los cisticercoides se
desarrollaron dentro de los huéspedes
definitivos, Dipylidium caninum alcanza
el estadio parasitario adulto. Esto se debe a que tanto las pulgas como los piojos son ingeridos
y tragados de manera accidental cuando los animales limpian su pelo. Una vez que los parásitos
adultos se establecen en el intestino de sus huéspedes definitivos, se distinguen por ser más
complejosque los estadios parasitarios que los precedieron y por varios aspectos morfológicos
que los caracterizan.7 Este tipo de parásitos ya está formado como gusano plano clásico, en
donde se diferencian con toda claridad la porción cefálica y el estróbilo.
En la porción cefálica se encuentran la corona rostelar armada con diferentes círculos de
espinas, cuatro ventosas, el cuello corto y delgado y el estróbilo, el cual también se denomina
cadena estrobilar (figura 22-3). Este último, de casi 20 cm de largo, está compuesto por una
serie de segmentos conocidos como proglótidos, los cuales presentan un diferente grado de
desarrollo y diferenciación que dependen de la longitud de la cadena estrobilar y de su
distribución desde el cuello hasta el último proglótido.5
Uno de los aspectos morfológicos que caracterizan a los proglótidos diferenciados de D.
caninum, posterior a su tinción con colorantes, es la presencia de poros alternos y de órganos
reproductores dobles, como se muestra en las figuras
22-4 y 22-5. Sólo en los últimos proglótidos, cuando se les observa mediante microscopia de
luz, se observan los paquetes de huevos. Cuando estos proglótidos son expulsados de sus
huéspedes definitivos (ya que por lo general no se desintegra.

Figura 22-1. Huevo de D. caninum. En su interior se observa una oncosfera que presenta seis ganchos

Figura 22-2. Paquete de huevos de D. caninum. Se encuentran dentro de los proglotidos del parasito adulto y, como
en este caso, dentro de ellos se observan hasta ocho huevos.9

Figura 22-3.
Parasito
adulto de
D. caninum.
En la parte
mas delgada
del
parasito se
encuentra
la porcion
cefalica y
a partir de
esta se
presentan
los
diferentes
proglotidos
que
conforman
la cadena estrobilar.
De acuerdo con la madurez de dichos proglotidos se presentan diferencias, como en sus dimensiones; los proglotidos
gravidos son los más grandes y los que se desprenden con mayor facilidad de los gusanos.9

Dipylidium caninum produce dos parasitosis diferentes: en los huéspedes intermediarios por
cisticercoides y en los huéspedes definitivos por los parásitos adultos. El cisticercoide es un
estadio infectivo, pero el parásito adulto intestinal es el estadio que permite llevar a cabo el
diagnóstico.
El análisis detallado del ciclo de vida de D. dipylidium permite definir que para la prevención
completa de la dipilidiosis tanto en perros y gatos como en humanos es necesario poner
atención a la presencia de huéspedes intermediarios (pulgas y piojos). Esto significa que es
necesario limpiar minuciosamente los sitios donde cohabitan animales y personas, asear a los
animales y vigilar la higiene después de jugar con ellos. Al respecto, se recomienda visitar el
sitio de la división de enfermedades parasitarias de los cdc (Centers for Disease Control and
Prevention) de Atlanta.9
En el análisis del ciclo de vida destaca también que la defecación al aire libre de los huéspedes
definitivos propicia las parasitosis por D. caninum. Así, cuando los huéspedes definitivos están
infectados con el parásito adulto, con sus heces liberan huevos del parásito, los cuales
continúan su desarro desintegran en el intestino de éstos), son similares a las semillas de
calabaza, según observaciones macroscópicas.8 Después,cuando se secan, alcanzan un
tamaño aproximado de 2 mm,se parecen a granos de arroz, se vuelven duros y adquieren un
color amarillento (figura 22-5).
Ciclo biológico y respuesta del huésped a la infección
Dipylidium caninum produce dos parasitosis diferentes: en los huéspedes intermediarios por
cisticercoides y en los huéspedes definitivos por los parásitos adultos. El cisticercoide es un
estadio infectivo, pero el parásito adulto intestinal es el estadio que permite llevar a cabo el
diagnóstico.
El análisis detallado del ciclo de vida de D. dipylidium permite definir que para la prevención
completa de la dipilidiosis tanto en perros y gatos como en humanos es necesario poner
atención a la presencia de huéspedes intermediarios (pulgas y piojos). Esto significa que es
necesario limpiar minuciosamente los sitios donde cohabitan animales y personas,asear a los
animales y vigilar la higiene después de jugar con ellos. Al respecto, se recomienda visitar el
sitio de la división de enfermedades parasitarias de los cdc (Centers for
Disease Control and Prevention) de Atlanta.9
En el análisis del ciclo de vida destaca también que la defecación al aire libre de los huéspedes
definitivos propicia las parasitosis por D. caninum. Así, cuando los huéspedes definitivos están
infectados con el parásito adulto, con sus heces liberan huevos del parásito, los cuales continúan
su desarrollo al ser ingeridos por los estadios larvarios de las pulgas o piojos. Ésa es otra de
las razones por las que se recomienda la desparasitación de animales, así como evitar que los
niños jueguen con ellos. En este punto cabe señalar la importancia del tratamiento
quimioterapéutico, el cual permite la eliminación y destrucción de los parásitos intestinales.
Del análisis del ciclo de vida también se desprende que para evitar que las parasitosis se
propaguen es necesario aplicar tratamientos antiparasitarios a los animales porque ellos
preservan dicho ciclo. El humano es un huésped definitivo, pero la manera en que llega a
infectarse es del todo casual.
Los niños son los que resultan afectados más a menudo y la causa podría ser el haber tragado
en forma accidental alguna pulga o piojo infectados al jugar con los animales huésped.
Como ya se indicó, los huéspedes definitivos son piezas clave para la preservación del ciclo de
vida. Una vez que los parásitos adultos intestinales se desarrollan y diferencian hasta
proglótidos grávidos llenos de paquetes de huevos, comienza la separación de estos últimos de
la cadena estrobilar.
Por esta razón, dichos proglótidos pueden ser liberados haciael exterior de los huéspedes con
la materia fecal o bien pueden salir por sí mismos de la región perianal del huésped.
Luego, una vez en el exterior, los proglótidos se desintegran y liberan los paquetes; sin embargo,
también existe la posibilidad de que algunos paquetes se rompan y los huevos sean liberados.
Si han de desarrollarse dichos huevos deben ser ingeridos en un plazo no mayor a dos días, ya
que de otra manera la sequedad los destruye. Las formas larvarias de las pulgas o los piojos
ingieren los huevos y éstos, una vez en el tracto digestivo de los huéspedes intermediarios,
sufren una conversión hasta oncosfera a causa del ambiente que priva ahí. Luego, la oncosfera
es liberada hacia el intestino. En el caso de las pulgas, después que las oncosferas atraviesan
la pared intestinal e invaden la cavidad corporal o hemocelo del insecto, éstas se desarrollan
hasta la forma larvaria o cisticercoide y se mantienen así hasta que las pulgas alcanzan la forma
adulta, lo cual sucede en un lapso de 18 a 30 días.
Al margen de si estas formas parasitarias (cisticercoides) están albergadas en una pulga o un
piojo adultos, son las más infectivas de D. caninum, lo cual requiere atención especial, ya que
en esta fase los organismos vertebrados pueden resultar infectados por la ingestión accidental
de los insectos.
Este tipo de accidente se presenta por lo regular en perros y gatos cuando lamen su pelaje. En
los humanos, en especial en los niños, los insectos contaminados son ingeridos de modo
accidental cuando juegan con las mascotas.
Una vez que los insectos infectados alcanzan el tubo digestivo de los huéspedes definitivos, las
condiciones de ese entorno permiten que sean digeridos y liberen de su intestino a los
cisticercoides los cuales, a su vez, deben sufrir algún fenómeno relacionado con la evaginación
de su escólex y la liberación de las espinas y ventosas con que se fijan al intestino del huésped.
Luego, una vez que los parásitos se fijaron, y dadas las condiciones ambientales, comienzan a
desarrollarse hasta alcanzar la diferenciación y madurez, con lo cual se cierra el ciclo de vida.9,
10

Diagnóstico
A nivel de observación general, no existe un cuadro sintomático definido durante las infecciones
por D. caninum, aunque podrían darse casos de perforaciones intestinales.6 Sin embargo,
existen ciertas formas de comportamiento de los animales que permitirían suponer la presencia
de este tipo de parásitos, ya que muy rara vez enferman. Entre dichas formas de
comportamiento destaca el hecho de que los animales pueden presentar pérdida de peso,
molestias digestivas, vómito con partes de los parásitos adultos por su paso desde el intestino
al estómago, así como incomodidad en la región anal, la cual provoca que se arrastren
friccionando el ano contra el suelo debido a que la presencia de proglótidos produce irritación
en los bordes del ano. En el caso de animales domésticos, sobre todo cuando se arrastran sobre
una alfombra, es posible seguir el rastro que dejan y encontrar proglótidos expulsados a lo largo
de éste. A simple vista los proglótidos son similares a semillas de pepino.
Si los proglótidos llegaran a ser expulsados en otros sitios y no en las alfombras (suelo o pasto),
se les podría confundir con facilidad con larvas de mosca o de gusanos. Es fácil distinguir la
presencia de proglótidos liberados por su movimiento sobre la superficie de las heces frescas
de los animales infectados o bien por el movimiento que presentan alrededor del ano. Estas
observaciones directas en las que se encuentran proglótidos de parásitos adultos son la manera
más eficaz de efectuar el diagnóstico, ya que la identificación y detección de huevos mediante
métodos ordinarios de laboratorio no es muy precisa. Se recomienda emplear técnicas de
flotación de huevos en muestras de materia fecal, ya que mediante ellas hay posibilidades de
recuperar e identificar los paquetes o grupos de huevos, así como los proglótidos grávidos, que
pueden ser identificados después. Si estos segmentos de los parásitos adultos son observados
directamente al microscopio, es fácil identificar los paquetes de huevos que se encuentran en
el interior debido a que las cápsulas que los contienen son de tipo hialino.8
Otra de las características sobresalientes al observar los proglótidos es que poseen dos poros
que se ubican en cada uno de sus lados los cuales, al ser teñidos con colorantes específicos,
destacan junto con los órganos sexuales como si tuvieran una distribución simétrica.
En el caso de personas infectadas con D. caninum también existe la posibilidad de encontrar
proglótidos en su materia fecal fresca. La presencia de proglótidos, ya secos y adheridos al ano,
puede ser la causa de que los niños sufran irritación, que les induce a tener fuertes impulsos
por rascarse. Como en el caso de los animales domésticos, la inspección de la zona, así como
de las prendas interiores o del sitio en que se hayan sentado, es una estrategia importante para
el diagnóstico de dipilidiosis en humanos.

Tratamiento
La dipilidiosis que se presenta tanto en animales como en humanos se trata de manera muy
simple con resultados satisfactorios.
El medicamento preferido es el praziquantel, el cual se tolera muy bien y se administra por vía
oral o por vía parenteral en el caso de animales domésticos. Debido a que el tratamiento
destruye al parásito intestinal, su efecto no puede ser evaluado por la observación de parásitos
adultos, o de sus restos, en las heces de los animales tratados. Se recomienda aplicar una
desparasitación regular a los animales domésticos mediante tratamientos antiparasitarios a los
dos, seis y 12 meses luego de su nacimiento, y por lo menos cada 6 meses con la finalidad de
disminuir su carga parasitaria.10
Prevención
Es posible aplicar ciertas medidas de precaución para no contraer dipilidiosis; a continuación se
mencionan las más importantes: a) evitar la presencia de pulgas en los interiores o exteriores
en donde se encuentren los animales, para lo cual se requiere una limpieza adecuada de estas
zonas; b) desparasitar de inmediato a los animales infectados en caso de notar la presencia de
proglótidos; c) recoger las heces de los animales después de que éstos defecaron; d) evitar que
los niños jueguen en los mismos sitios en donde lo hacen los animales; e) vigilar que los niños
se laven las manos después de que hayan jugado en un parque o en sitios donde es común
que existan animales e incluso después de haber jugado con éstos; f) mantener a los animales
domésticos bajo un esquema de desparasitación continua.
Epidemiología
La dipilidiosis es de distribución mundial y se presenta sobre todo en sitios donde los animales
domésticos son perros y gatos. La enfermedad podría presentarse de manera importante en la
población de habla inglesa, ya que se estima que por lo menos 50% de ese grupo tiene un gato
o un perro. Aunque no es una enfermedad grave, su presencia es incómoda para quien la
padece y puede ser evitada de manera efectiva si se conoce el ciclo de vida del parásito, se
amplía la educación de la población y se toma conciencia de la responsabilidad que se adquiere
al tener por mascota un perro o un gato.10
Este problema parasitario podría ser más complejo en países en vías de desarrollo como los
latinoamericanos, ya que en esta región es común que deambulen con libertad por las calles
tanto gatos como perros. En estudios realizados para buscar helmintos intestinales en la
necropsia de perros callejeros, los resultados mostraron que la frecuencia de D. caninum es
34% en los animales mayores de seis meses de edad en la ciudad de Mérida, Yucatán, en tanto
que en la ciudad de Querétaro la frecuencia es 54% en perros sacrificados y estudiados durante
cinco meses. En estos lugares los animales se reproducen sin control alguno, defecan al aire
libre en cualquier zona, no se les asea ni se les somete a un régimen de desparasitación alguna
y es normal verlos en sitios insalubres en busca de alimento. Estas condiciones son ideales
para preservar el ciclo de vida de D. caninum, por lo que debe ponerse atención a las medidas
de prevención ya mencionadas, y las autoridades o la población deben tomar medidas
preventivas sobre estos animales callejeros, para que la zoonosis no se torne peligrosa.

Figura 22-4. Proglotido maduro de D. caninum. Segmento de un proglotido en el que se aprecian los dos poros
alternos y las ramificaciones correspondientes a los organos sexuales diferenciados.6
Figura 22-5. Proglotidos de D. caninum. El proglotido
maduro de la parte superior tiene los caracteristicos
poros genitales situados en medio del segmento, asi
como las estructuras sexuales que lo conforman segun
la tincion de carmina usada. En la parte inferior se
ve un proglotido gravido fijado en formol proveniente
de la infección parasitaria de un nino de nueve meses.

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