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eng oe AES POSIBLE UNA SOCIOLOGIA DELA LIBERACION? La via propia de accién, ciencia y cultura, incluye la formacién de una ciencia nueva, subversiva y rebelde, comprometida con la recons- truccién social necesaria, auténoma frente a aquella que hemos aprendido en otras latitudes y que es la que hasta ahora ha fijado las reglas del juego cientifico, determinando los temas y dindoles priori- dades, acumulando setectivamente los conceptos y desarrollando téc- nicas especiales, también selectivas, para fines particulares. Hace apenas unos pocos afios no era posible hablar en estos térmi- nos, escribir sobre una disciplina comprometida, ni mucho menos Postular una ciencia rebelde y subversiva. He aqui que ésta parece ser una de las consecuencias de la agudizacién de Ia crisis de todo orden por la que pasa la América Latina. Las estructuras politicas, econémicas, ideolégicas y culturales sufren tensiones cada vez més fuertes, y estas tensiones sacuden y cuartean las torres de marfil en ue preferian acomodarse los cientificos. No hay ahora escapatori Posible, y quienes salen de esas torres a respirar el aire del cambio tienen que hablar un nuevo lenguaje cientifico, y sobre temas inusita- dos, quizé espeluznantes, aparentemente anticientificos porque no encajan dentro del molde de lo normal que nos viene de atros territo- rios o de nuestros antiguos grupos de referencia. Uno de esos campos nuevos para Ia sociologia seria, indudable- mente, el dela liberacién, es decir, la utilizacién del método cientifico para describir, analizar y aplicar el conocimiento para transformer la 16 4Una sociologta de la liberacién? sociedad, trastocar la estructura de poder y de clases que condiciona cea transformacién y poner en marcha todas las medidas conducentes ‘a asegurar una satisfaccidn ms amplia y real del pueblo. Ya pueden verse las arrugas en frentes venerables y las ctjas cefiudas de los criticos que pertenecen a la tradicién “*respetable” de fa ciencia internacional. ,Una ‘“sociologia de la liberacién"? {Dénde ‘encaja esa tal disciplina? ;Por qué no se sigue hablando del status-ro- fes, de funcién, del pequefio grupo? Precisamente, por razones de prioridad e importancia, No hay ninguna causa légica que nos haga pensar que el problema de la “difusién de innovaciones”, por ejem- plo, sea mas 0 menos importante que el de la “‘Tiberacin’'. a menos {ue aceptemos el criterio sobre prioridades que imponen los soci6- Jogos rurales norteamericanos y europeos. Pero la escala de valores eso debe ser distinta en estos paises criticos, y quizd no haya persona Consciente que niegue la importancia que para todos sus habitantes tenga el proceso historico, social y politico que pueda Hevarles a una posicign autonoma y digna, es decir, 2 su Hberacién. Nada podria Ser_més vital en este momento para Ja colectividad, Por te-mismo. {por qué no se justficaria entonces hablar de una sociologia de! pro iRso tiberador y, aiin més, trabajar para que el proceso se acelete y Geiaprender mas de la sociologta aplicada como ciencia alaiberacion’” Por fortuna, las barreras del prejuicio se estén rompiendo y ya Se pueden ver horizontes mas amplios. Un buen ejemplo lo constituye e) Bptisculo que ha publicado en la Argentina el distinguigo ingeniero Oscar Varsavsky, titulado Ciencia, politica y cientificismo (Buenos ‘Aires, Centro Editor de América Latina, 1969), en.el que propone una mncja rebelde y “hacer ciencia guerrillera’’, aplicable no sélo a lo Social y econémico sino también a lo fisico, exacto y natural. “La misidn del cientifico rebelde —dice— es estudiar con toda seriedad y Usando todas las armas de Ia ciencia los problemas del cambio de Sistema social, en todas sus etapas y en todos sus aspectos tedricos y practicns. Esto es, hacer ciencia poltizada”. Sostiene que esto no es Sestruir 1a ciencia, sino enriquecerla; no cs negar su universalidad. Sino precisamente llegar a ella a través de la originalidad impuesta por las realidades locales; no es producir por producir, como robots Fentro de una economia de constimo, sino como seres pensantes ani- mados por un verdadero espiritu de servicio; no es seguir las reglas Gel juego ni los criterios de importancia fijados en otras latitudes, sino fijar los propios y actuar en consecuencia. Una ciencia rebelde va en contra de la rutina amiga de lo extranjero, entroniza la critica inteli- So 4Una sociologta de laliberacién? 17 gente, batalla contra el cofonialismo en todas ete ct int ome disciplinaros en respuesta a las complejdades que plantea la ctisis. Su justificacién ela investigaion del proceso de toma del pode y la construccign de un nuevo sistema social. Por e90, en eva ciencia nue. ‘ano podrén partcipar sino centficosrebeldes,plitizades, a quie- nes poco importa scrfieatsu carrera cientfia dentro de! ‘istema.9 gue be (ener ence) esas condiciones ambientals: tress | iNi qué decir en cuanto Varsavsky ti ciones sun las dun verdadero hombre de ccna, animade po 2 presente ye futuro de su pueblo, haciéndose las preguntas mas per tinentes,levantando dudas sobre lo esencial y 10 secundaro en la ciencia en el momento actual. En efecto la mision de la ciencia en ua stciedad como l nuestra consiste en “partcipararectamente en elprces de eemplaara prota mejor ¥en define impe- La sociologia debe reflejar, més que la fis i prescapacones denies Pr Torna los sttomas de apertura s fguen acumuléndose con rapidez. Ya en un congreso internacional de Sociologia rural, realizado en Enschede (Holanda) en agosto de 1968, tempezaron a escucharse voces discordantes del tercer mundo. Se tat ali en especial tema el adestraiento de os sociélogos. Tomando la vor de América Latina Wize la siguiente expos, que he complementad en alguns de ss apes para hacera ms ara __Enlas actuales circunstancias histéricas, iento de cilogos (y de otros cientificos sociales) en ts Ametea Latina afonta sm tlm ideal sbrumada: sun probleme deorenin cn a cientfica que implica abrir ocerrar las puertas ala creat dad yl orignal de murstes genes. i se acepta la premisa general de que las concepciones cient wa tent ret nein eos de la sociedad en Ia cual son concebidas, el socislogo Latinoamericano de hoy en casi todos nuestros paises no puede dejar de reaccionar ante las draméticas incongruencias e inconsistencias sociales que le rodean. Mientras mis conciencia tiene de la conexién entre conoci- miento yconflcto, mds efectivo puede legar a ser, bien como cientf- £0 0 como miemtzo-de la comunidad. Esta tesis no es nueva: fue expuesta por Dilthey y Cooley, entre otros, quienes la practicaron. 18 Una sociologta de la liberacién? Por lotanto, un objetive légico del adiestramiento en ciencia social en estos paises seria ayudar 4 los estudiantes 2 alcanrar uaa nueva dimension de la objetivided cientifica: aquella derivada del estudio de las situaciones reales de conflicto y desajuste presentes en Ja socie- dad, y-de su participacién activa en tales situaciones para buscar la Hiberavi6n de esa misma sociedad, Esto es, estudio y accién combi dos para trabajar contra Ia condicién de dependencia y explotacién ‘que nos ha caracterizado, con todas sus consecuencias degradantes y opresivas expresadas en la cultura.de la imitacién y de la pobreza, y enia falta de participacién social y econémica-de nuestro pueblos Es claro qué éfi el caso cubano nos vemos ante otro horizonte. Alli se encuentra la sociedad en otra etapa, la de la reconstrucci6n, y pot Jo mismo sus urgencias cientificas son otras: las de la superacién. Pero aun en ese pais subsiste la disyuntiva politica que llevaria a la experimentacién y a la creacién de algo nuevo en fas ciencias sociates, si se permite que aparezcan y se mantengan las coytinturas favora- bles. Este reto especial a los cubanos proviene det hectio obvio de que rompieron el marco institucional que ha limitado el remozamiento de {a ciencia em ef resto de América Latina. Por eso las posibitidades que se les abren de ser genuinamente creadores ¢ innovadores son muy grandes. Estas posibilidades aumemtan cwando los marcos:dc'nefc- rencia con que trabajait wo son importados; Sitio que se basan ét'Ia Propia sealidad y s¢ enriquecen mucho més cuando logcan echar tai- ces en la América Lati actual de su crisis. Por ejeinplo, en Cuba se puede hacer con relativa facilidad (porque.no hay muchos intereses creados fuertes) una ciencia social verdadera- mente interdisciptinaria: esto serfa una novedad en cualquier parte del mundo. Con esta ciencia social _interdisciplinaria —quizé pueda Hamirsela sociologia, pero de nuevo cuiio— se podria no sélo articu- lar diversas explicaciones de Ia revolucién que ilustren ef proceso ante propios y extrafios, sino seguir siendo util a la causa revo- ucionaria. Pero esta ciencia nueva no puede alcanzarse si se insiste en seguir {os disetios funcionatistas y its manias metodoligicas norteamerica- nas y europeas que han encontrado un nuevo canal de difusién en la Unién Soviétice y en atros paises socialistas, donde ef prarito de ponerse al dia (ademés de otras razones de indole cultural) les ha hecho relegar el marxismo y olvidar Ja bondad de otros métodos clisi- ©05 de investigacién social més a tona con. jentey 1a realidad sevolucionarias o prerrevalucionarias, en Cuba y en nuestros paises. Una sociologia de la liberacibn? 19 Semejante desarrollo cientif fico frustraria la potenciali 7 te desat of ialidad creadors abana c impediris a su tevotucién proyectarse en el campo cientifine ‘ultural sobre el resto de América Latina /1/. En cuanto a los ot ie icclerentcbatee paises latinoamericanos que todavia deben Unlecoeent ‘se confunde la objetividad con la indiferencia ante ituaciones reales we pueda verse envuelto el hombre de ciencia, ‘ro aun Max Weber, el pontifice én esta fi ater, tlpositineseednce, gerne Rina EE n + ¥ Para sentar aff I s ido adi tient socal en teeamnentt MIC I8S bases de un sSldo adiestra- El adiestramiento socioté; £omo norma, a dar interpret: idealizacis igico por (0 regular ha estado limitads, taciones estructutales que han reflejado la '- Ver mesas redondas ena Universidad de La Habane, 7 8 de octubre de 1969,

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