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EDITORIAL

ACTA COLOMBIANA DE PSICOLOGÍA 10, 7-22-03 7

ANÁLISIS EXPERIMENTAL DEL COMPORTAMIENTO


Y NEUROCIENCIAS
ALBA ELISABETH MUSTACA*
PSICOLOGÍA EXPERIMENTAL Y APLICADA (PSEA)- INSTITUTO DE INVESTIGACIONES MÉDICAS.
CONSEJO NACIONAL DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS Y TÉCNICAS.
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

Abstract

This article discusses about the importance of Skinner aim to make an independent behavior
science. It presents examples of the interaction between behavior, genes, and brain. The
investigation process of behavioral science involves from behavior observations to phy-
siological experiments whose goal is a more integrative theory. In this process the only
requirement is to use the scientific method. However, it is important that different areas to
know and to interact between them to reach general theories.
Key words: experimental analysis of behavior, brain, genes, neurosciences, behavior therapy,
learning, scientific method

Resumen

Este artículo trata sobre la importancia de la interacción entre la psicología experimental y


las neurociencias, aun aceptando que son dos ciencias independientes. Se presentan ejemplos
recientes de la interacción entre la conducta, los genes y el cerebro. El proceso de la
investigación psicológica involucra desde observaciones conductuales hasta experimentos
psicofisiológicos, cuya culminación es llegar a teorías integradas y generales. Por ello
carece de sentido determinar qué enfoque debe tener un investigador de la conducta o cual
es el mejor, salvo la exigencia de utilizar el método científico para su estudio. De todos
modos se valora la importancia de que las distintas áreas o enfoques intercambien
información.
Palabras claves: análisis experimental de la conducta, cerebro, genes, neurociencias, terapia
de la conducta, psicopatología, aprendizaje, método científico

El caos es un orden por descifrar. perimental del Comportamiento (AEC), que


J. Saramago (2002, p. 129) se ocupa de estudiar los procesos básicos
involucrados en la conducta, b) El Análisis
El análisis del comportamiento se divide Comportamental Aplicado (ACA), que
en tres áreas relacionadas: a) El Análisis Ex- investiga sobre las tecnologías derivadas del

*
Dirección: Instituto de Investigaciones Médicas- PSEA. Combatientes de Malvinas 3150. Bs.
As. Argentina. E-mail: mustaca@psi.uba.ar

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AEC para lograr acciones efectivas en de encarar los fenómenos psicológicos más
problemas clínicos, educacionales y apli- complejos. Al proponer hacer una psico-
cados en general y c) El Análisis Concep- logía observable, dejando de lado cualquier
tual del Comportamiento para investiga- inferencia o suposición, constituyó un enor-
ciones históricas, filosóficas, teóricas y me avance al establecer relaciones cuanti-
metodológicas. tativas estables y matemáticamente prede-
El AEC tiene sus comienzos a partir de cibles entre las variables del medio ambien-
artículos escritos por Skinner desde 1930 te y la conducta (Valencia, 2001). Sola-
que se plasmaron en su libro “La conducta mente con la creación de la “caja de Skin-
de los organismos”, en 1937, hasta nuestros ner”, el descubrimiento de la operante libre
días. Como dice Ardila (1998), el AEC tiene y su forma de medirla mediante el registro
una corta historia y, junto al conductismo, acumulativo, con la siguiente descripción
su pariente más cercano, fue tal vez uno de de los programas de reforzamiento, se abrió
los enfoques más controvertidos de la psico- un abanico infinito de posibilidades para el
logía y, paradójicamente, uno de los que estudio de la conducta animal y humana,
más influyó en su desarrollo. En muchos simple y compleja. Harzem (2000) hizo
medios intelectuales la “percepción social” inteligente analogía al considerar que estos
del AEC es negativa (Ardila, 1998). Sin descubrimientos tuvieron un efecto para la
embargo, su principal exponente, Skinner, investigación del comportamiento similar
fue el primero de los autores más nombra- al que produjo la aparición del microscopio
dos en encuestas y en el ranking de los 100 para las ciencias médicas. Es curioso que
psicólogos más eminentes del siglo XX los críticos de la AEC no hayan reparado
(Haggbloom, Warnick, Warnick, Jones, en la importancia de esos instrumentos y
Yarbrough, Russell, Borecky, McGahhey, descubrimientos. Algunos investigadores
Powell III, Beavers y Monte, 2002). Un aná- que utilizan cotidianamente las herramien-
lisis objetivo, desprejuiciado y profundo de tas aportadas por el AEC y el conductismo
la psicología actual no puede negar que el han afirmado que esos enfoques produjeron
legado del AEC y de sus antecesores (ej. un retraso en el estudio de las bases neurales
Watson, Sechenov, Pavlov, Thordnike, de la conducta al proponer hacer una ciencia
Darwin, etc.) están casi siempre presentes del comportamiento independiente, con
tanto en la psicología como en las llamadas explicaciones basadas en las contingencias
“neurociencias” y en la tecnología derivada ambientales y sus respuestas, sin hacer
de ellas. Gracias a las contribuciones y dis- inferencias sobre qué pasa en el cerebro (ej.
cusiones que generó el AEC, se propusieron Kandel, 1998). En este artículo me propon-
respuestas basadas en procesos sencillos a go dar solamente algunos pocos ejemplos
problemas fundamentales y complejos de sobre el ensamble que se realiza entre la
nuestra disciplina, tales como la autocon- psicología experimental, en su más amplia
ciencia, el lenguaje, el pensamiento, la ética, concepción, con las neurociencias, haciendo
etc. El AEC encontró una manera objetiva, previamente una breve mención a una
epistemológicamente clara y parsimoniosa discutida afirmación de Skinner.
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LA CONDUCTA cuestión se separan una vez más y cada uno


Y EL SISTEMA NERVIOSO persigue sus propios objetivos, planteando
sus propias cuestiones especiales y aplican-
Este es el título del capítulo 12 del clási- do sus propios métodos”. Sin embargo, “la
co libro “La conducta de los organismos” relación temporal entre ellas ocasiona una
de Skinner (1938) que sin duda colaboró transformación de nuestras concepciones,
para desencadenar un conjunto infinito de clarificándolas y permitiendo su aplicación
comentarios, críticas y malas interpretacio- sobre un campo más amplio que aquel para
nes. En él sostiene que para establecer las el que se formaron originalmente” (pág.
bases neurológicas de la conducta se nece- 447). Estas afirmaciones contienen concep-
sita previamente una descripción rigurosa tos, que, aunque superficialmente parecen
a nivel conductual. Más adelante afirma que semejantes, son opuestas a lo dicho por
“no sólo una ciencia de la conducta es inde- Freud en una de sus conferencias de Intro-
pendiente de la neurología, sino que debe ducción al psicoanálisis en 1929, cuando
establecerse como una disciplina separada afirmó que el psicoanálisis “debe disociarse
prescindiendo de si algún día se intenta un de toda preconcepción extraña, sea anató-
acercamiento a la neurología” (pág. 438). mica, química o fisiológica, y debe trabajar
Aconseja que “el cultivo intenso de un solo exclusivamente con concepciones de un
campo debe recomendarse no sólo en su orden exclusivamente psicológico”(citado
propio beneficio, sino en aras de un progre- por Bunge, 1987, pág. 205). La distinción
so más rápido hacia una síntesis última” está en que, mientras Skinner propone esta-
(pág. 443) y enuncia algunas de las contri- blecer leyes conductuales para que luego
buciones de la AEC para la neurología en se puedan explorar cuales son sus bases
esa época. Finalmente cita a Mach quien, neuroanatómicas, Freud opina que el psico-
en 1914, expresó el mismo principio al análisis debe permanecer aislado del resto
comparar a la física con la biología: “A me- de las ciencias de la conducta. Los hallazgos
nudo sucede que el desarrollo de dos dife- actuales sobre las bases biológicas de la
rentes campos de la ciencia corre paralelo conducta muestran que tal vez Skinner tuvo
durante largos períodos sin que ninguno razón al insistir en hacer en su momento un
ejerza influencia sobre otro. En ocasiones programa de investigación conductual inde-
pueden llegar a aproximarse mucho, cuando pendiente de otras ciencias. El estableci-
se advierte que las doctrinas de una de ellas miento de leyes que relacionan la conducta
arrojan una luz inesperada sobre las doctri- con el ambiente, lejos de entorpecer el estu-
nas de la otra. En este caso puede incluso dio del sistema nervioso, parece haber cola-
manifestarse la tendencia natural que permi- borado ampliamente a su desarrollo. El
ta que el campo de ésta llegue a quedar com- AEC puso a disposición de las neurocien-
pletamente absorbido por el campo de aqué- cias herramientas válidas para buscar las
lla. Pero el período de esperanza ilimitada, correspondencias entre la conducta y sus
el período de superestimación de esta bases neurofisiológicas. Por otro lado, las
relación que se supone que lo explica todo, otras aproximaciones de la psicología
va seguido rápidamente por un período de experimental que se aventuraron a explicar
desilusión, cuando los dos campos en las relaciones funcionales mediante un nexo
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explicativo utilizando variables intervinien- producidos por el aprendizaje y la interac-


tes, ayudaron a orientar a los neurobiólogos ción social. Por lo tanto esas modificaciones
para hacerlas evidentes mediante experi- no se transmiten genéticamente de una
mentos neurofisiológicos. generación a otra, pero sí pueden hacerlo
de manera cultural. De todo esto se deduce
que el aprendizaje puede producir altera-
GENES, CONDUCTA Y CEREBRO ciones en la expresión de genes (Kandel,
1998, Freidín y Mustaca, 2001).
Las combinaciones de genes y sus pro- Los estudios conductuales evidenciaron
ductos proteicos son determinantes del pa- indirectamente la contribución del ambiente
trón de las conexiones entre las neuronas y de la herencia en los patrones de respuesta.
del cerebro y su funcionamiento, por lo que Para ello se utilizan los métodos de cruza-
ejercen un significativo control sobre el miento de nodrizas y de cruzamiento recí-
comportamiento. Sin embargo, también el proco. Por ejemplo, Hall (1951) y
comportamiento y, por extensión, la cultura, Broadhurst (1960), en sus esfuerzos para
ejerce influencia sobre los genes al tener aclarar el papel de la herencia en las reac-
dos funciones principales. Por un lado, una ciones de miedo, midieron la tasa de defe-
función patrón que sirve como patrón esta- cación de las ratas en un campo abierto y
ble, se replican confiablemente y se regulan aparearon machos y hembras con tasa alta
por mutaciones. Por otro lado, una función (altamente reactivas o emotivas) y otras con
transcripcional que determina la estructura, tasas bajas (poco reactivas o no emotivas).
función y otras características biológicas de El procedimiento se repetía con las sucesi-
las células en las que se expresan. Esta fun- vas generaciones. Si la respuesta en cues-
ción se caracteriza porque se regula por tión, en este caso la tasa de defecación, estu-
factores del desarrollo, del aprendizaje, de viera determinada por la herencia, se debe-
la interacción social y del medio ambiente ría encontrar una divergencia entre las dos
externo en general, denominada regulación cepas de ratas y en otras características de
epigenética. En cada célula del cuerpo se emotividad a partir de cierta generación. Sin
expresa en un momento determinado entre embargo, esto no alcanzaría para determinar
el 10 y el 20% del total de los genes. Esta la contribución genética de la respuesta, ya
fracción del genotipo determina el fenotipo que pueden existir factores ambientales que
de cada célula. La regulación de la expre- controlan la conducta, como las pautas de
sión de genes por factores externos permite crianza impuestas por cada madre de la
que todas las funciones corporales, inclu- camada. El método de cruzamiento de no-
yendo las del cerebro, puedan recibir in- drizas soslaya este escollo: se separan parte
fluencias sociales, las que serán biológica- de las crías de madres emotivas para que
mente incorporadas en la expresión modi- las críen madres no emotivas y viceversa.
ficada de genes específicos. Mientras que A esos dos grupos de crías se las compara
la función patrón garantiza generaciones con controles criadas con sus madres verda-
con copias fieles de cada gen, la función deras. Cuando Broadhurst estudió el com-
transcripcional no incorpora en las gametas portamiento adulto de esas crías criadas con
los cambios en la expresión de los genes madres cruzadas, la defecación resultó ser
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similar a la de sus padres genéticos y no a mental ante el estrés en la adultez. Los


la de la madre adoptiva, determinando así trabajos donde se entrecruzaron crías naci-
su heredabilidad. Sin embargo, con este das de madres con ACM criadas por madres
método no se discriminan los factores con BCM, mostraron la importancia de las
dependientes del ambiente pre-natal del formas de crianza en esta respuesta (ej.
post-natal de las crías. Para lograrlo se usa Denenberg y Whimbey,1963; Denenberg,
el método de cruzamiento recíproco, en los 1964). A diferencia de los trabajos sobre
cuales, se cruzan, en este caso, machos defecación, en este caso las experiencias
reactivos con hembras no reactivas y vice- post-natales fueron determinantes. Sin em-
versa. En ambos grupos, la dotación gené- bargo, en estos estudios puramente conduc-
tica de las crías es semejante, pero en una tuales, teniendo en cuenta las dos funciones
de las cruzas el ambiente pre y post-natal de los genes, existe la posibilidad de que la
será no emotivo y en el otro, emotivo, por- variabilidad en la crianza provoque una
que el macho no participa de la crianza de expresión de los genes reguladores de la
las ratas. Las diferencias de respuesta entre respuesta al estrés diferenciada. Uno de los
las crías de los cruces recíprocos se debería primeros trabajos que lograron relacionar
adjudicar a la influencia pre-natal porque las diferencias en la expresión de los genes
el experimento anterior con cruzas de no- por transmisión de una generación a otra a
drizas mostró que las pautas de crianza de través de la conducta fue realizado por
las madres no tuvieron efecto. En ese expe- Francis, Diorio, Liu y Meaney (1999). Ellos
rimento particular se encontró que no hubo exploraron la posibilidad de que las varia-
diferencias en la defecación de las cruzas ciones en el cuidado maternal de las crías
recíprocas pero sí en la tasa de ambulación: estén asociadas al desarrollo de diferencias
las crías de madres no emotivas ambulaban en las respuestas endocrinas y de compor-
más que las crías de madres reactivas. De tamiento al estrés y que tales variaciones
estos resultados se puede inferir la contribu- se deban a mecanismos de trasmisión no-
ción genética de la defecación en campo genética a través de múltiples generaciones.
abierto e indirectamente se puede considerar El estudio de Francis y col. involucró tam-
que algunos aspectos de la reactividad en bién el cruzamiento de las crías nacidas de
la emocionalidad de la rata está genética- madres ACM o con BCM y otras criadas
mente determinada. con madres con BCM pero manipuladas por
En otros estudios semejantes al anterior, un investigador. Los autores mostraron que
se halló que las ratas que se criaban con las variaciones en el cuidado maternal sobre
madres que las lamían y limpiaban frecuen- el desarrollo de la reactividad al estrés están
temente (alto cuidado maternal, ACM), mediados por cambios en la expresión de
tenían una mejor respuesta al estrés cuando genes específicos en regiones del cerebro
eran adultas que aquellas que se criaban con que regulan las respuestas endocrinas al
madres que las lamían menos (bajo cuidado estrés y que ella está determinada por el tipo
maternal, BCM). Estas variaciones indivi- de cuidado maternal que recibe la cría du-
duales al estrés se asociaron al desarrollo rante la primera semana de vida y no por
de diferencias en las respuestas del eje hipo- transmisión genética. Además, los animales
talámico, hipofisiario-adrenal y comporta- criados con BCM pero manipulados durante
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los primeros 7 días de nacidos respondieron rata se autoestimulaba áreas cerebrales en vez
al estrés en la adultez como los animales de recibir alimento. Olds y Milner descu-
criados con ACM, lo que indicaría que la brieron que la autoestimulación en partes del
estimulación por contacto físico (manipu- hipotálamo y ciertos núcleos del mesencéfalo
lación, lamidas, etc.) sería la responsable lograba que los animales aprendieran la
de la expresión de los genes reguladores del respuesta instrumental de manera semejante
estrés. La novedad en esta investigación a la aplicación de los programas de reforza-
respecto de los estudios previos es que se miento con recompensa alimenticia y que se
midió la expresión de un mRNA que actúa produjeran efectos de extinción cuando se
sobre los receptores neuronales de las regio- suprimía la autoestimulación. De esto se
nes basales del cerebro que desencadenan infirió que la autoestimulación actuaba como
una cascada de respuestas en el eje hipo- recompensa. También se observó que ella no
talámico-hipofisiario adrenal, aumentando provocaba saciedad y que la autoestimu-
nuestro conocimiento sobre las relaciones lación de otras áreas cerebrales actuaban
entre genes y conducta. como supresoras de las respuestas, de ma-
nera similar a la presentación de estímulos
aversivos. Siguiendo estos trabajos, se lleva-
CEREBRO Y CONDUCTA ron a cabo otros que trazaron verdaderos
mapas cerebrales del “placer y del dolor” ya
Estimulación cerebral y aprendizaje que, según qué partes del cerebro se estimu-
laban, provocaban un efecto de reforzamien-
Un planteo general acerca de por qué to apetitivo o castigo. Estos estudios docu-
refuerza un refuerzo fue considerar que todos mentaron las vías neuroquímicas que tienen
ellos actúan estimulando zonas específicas que ver con la recompensa de la estimulación
del cerebro. Los trabajos seminales de Olds cerebral. Los avances más recientes fueron
y Milner (1954) y resumidos por Olds (1975) publicados en Nature por Talwar, Xu,
usaron dos herramientas fundamentales para Hawley, Weiss, Moxon y Chapin (2002). Los
explorar qué partes cerebrales estaban autores lograron hacer un “aprendizaje vir-
involucradas en el placer y el dolor. Una, la tual” desarrollando un modelo mediante el
creación por parte de Hess de un electrodo cual un experimentador puede guiar la
de aguja muy fino que se inserta en el cerebro conducta de un animal a una distancia de
a través del cráneo, se fija su posición y se hasta 500 metros mediante microestimula-
deja allí por largos períodos. Cuando la piel ciones directas a centros cerebrales de seña-
se cicatriza sobre la herida se puede estudiar les discriminativas y refuerzos. La estimula-
la actividad cerebral del animal en sus activi- ción de la corteza somatosensorial oficiaba
dades y estimular áreas determinadas me- de estímulo discriminativo virtual y la de la
diante un suave choque eléctrico. La otra parte medial del cerebro anterior, como
herramienta que utilizaron Olds y Milner fue refuerzo virtual. Impusieron contingencias
la caja de Skinner y los resultados obtenidos comportamentales de modo que un operador
con los programas de reforzamiento. Me- podía moldear la conducta del animal para
diante una presión de la palanca de la caja responder en tres dimensiones según en qué
de condicionamiento (respuesta operante), la sitio de la corteza somato-sensorial el animal
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recibía la señal que ellos llaman estables debidos al ambiente. Sin embargo,
“instrucción”. Las ratas con las que como mostré en el primer apartado, el am-
trabajaron aprendieron a interpretar la biente también provoca modificaciones en
estimulación remota de ir hacia la derecha o la expresión de los genes. Existe un extenso
la izquierda, abajo o arriba, subir y escaleras, campo del conocimiento que se ocupa de
etc. Además, la estimulación que actuaba los cambios fisiológicos y neurales asocia-
como refuerzo para la respuesta también dos al aprendizaje, extendiendo la compren-
servía para iniciar una nueva conducta. Al sión de sus mecanismos. Para los que tene-
igual que las ratas de Olds y Milner, no se mos una concepción monista, la hipótesis
saciaban. Esto sugiere que la saciedad debe de que los cambios en el comportamiento
involucrar otras vías de input sensoriales y deben producir necesariamente cambios
cerebrales. fisiológicos generales y neurales y viceversa
es casi un axioma, aunque hay que eviden-
Cerebro y aprendizaje ciarlo. En la Figura 1 está ilustrado mediante
un diagrama sencillo la interacción comple-
El aprendizaje en principio se definió ja que existe entre genes, conducta, medio
como cambios de la conducta relativamente ambiente y química cerebral.

Figura 1. Sistema de retroalimentación entre la conducta, los genes y el ambiente.


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Esta síntesis muestra que el comporta- En un esfuerzo de probar la posibilidad


miento es una función de la dotación gené- de utilizar retroalimentación de los cambos
tica, del medio ambiente y de las condicio- neuronales en función de los cambios moto-
nes químicas cerebrales. A la vez, la expre- res, Taylor, Tillery y Schwartz (2002)
sión de los genes está determinada por el registraron la actividad neuronal de la corte-
ambiente mediante la epigénesis. En este za motora de los monos mientras los anima-
sistema, cualquier variación en uno de los les hacían movimientos reales y virtuales en
componentes produce necesariamente algu- una computadora que generaba un ambiente
na alteración en el sistema o en al menos virtual de tres dimensiones. Los animales
uno de los elementos del mismo. movían el cursor al comienzo desde una posi-
Pavlov (1927), Hebb (1949) y Watson ción central hacia uno de ochos señales
(1930), sólo para nombrar algunos, sugirie- localizadas a los extremos de un cubo imagi-
ron y mostraron cambios fisiológicos aso- nario. Los movimientos de sus manos se
ciados al aprendizaje. Más recientemente, se representaron mediante dos esferas: una era
encontró un aumento en el metabolismo de la señal estacionaria y la otra un cursor móvil
noradrenalina cerebral en ratas privadas de cuyo movimiento lo controlaba la mano del
agua que accedían a ella mediante un pro- animal (control de mano) o por el registro
grama de reforzamiento variable (Lewy y de la actividad de las neuronas corticales
Seiden,1972) y ese aumento se correlacionó (control cerebral). Taylor y col. estudiaron
con el número de refuerzos pero no con la los efectos de la retroalimentación visual so-
cantidad de refuerzo o palanqueo (Albert, bre los movimientos de la mano de los monos
Emmett-Oglesby y Seiden, 1977). También generado por las señales corticales en un
se halló un aumento en la tasa de síntesis de sistema cerrado. Este sistema difiere del
catecolaminas en poblaciones de neuronas sistema abierto clásico en el cual el animal
centrales de animales entrenados (Heffner y no recibe una retroalimentación visual. En
Seiden, 1980). Heffner, Luttinger, Hartman el sistema cerrado se descubrió que, una vez
y Seiden (1981) confirmaron los cambios en que los animales lograban el aprendizaje de
el metabolismo cerebral de las catecolaminas la tarea, los movimientos de las manos pasa-
bajo programas de reforzamiento de razón o ban a depender de solamente de la actividad
de intervalo, delimitando las modificaciones de solamente unas doce neuronas. Los auto-
a la región del caudado-putamen, el hipotá- res establecieron el algoritmo del control ce-
lamo anterior y la amígdala. El aprendizaje rebral y observaron que los animales apren-
también influye sobre el sistema inmunoló- dían a reconocer diferentes movimientos del
gico mediado por los cambios cerebrales o/ cursor cerebral cada día. Luego que los
y hormonales. Por ejemplo, se mostró la exis- animales lograban el control con la mano,
tencia del condicionamiento del sistema se las ataban aprendiendo, entonces a mover
inmunológico (ver Mustaca, 2001, para una el cursor en función de la actividad cerebral.
revisión), inmunosupresión en ratas someti- De algún modo en este experimento se logró
das a frustración (Mustaca, 1999) y relacio- controlar el ambiente con el pensamiento si
nes entre emociones y sistema inmune (ver él se define como la acción cerebral de
Mustaca y Bentosela, 1995 y Mustaca, 2001, neuronas específicas sin intervención de los
para revisiones). músculos.
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Watanabe (1996) fue el primero quien entre los procesos cognitivos y de


mostró que la existencia de neuronas especí- motivación.
ficas de la corteza dorsal pre-frontal del
mono se activan selectivamente ante la vi-
sión y la expectativa de obtener distintos PSICOPATOLOGÍA,
tipos de reforzadores alimenticios una vez CEREBRO Y
aprendida la tarea. Cuando el investigador TERAPIA DE LA CONDUCTA
cambia el tipo de reforzador durante ese
intervalo entre ensayos, siguen activándose Una de las derivaciones del AEC es el
las mismas clases de neuronas durante unas extraordinario desarrollo de técnicas de
3 a 5 sesiones de cambio de los alimentos. modificación de conductas o terapia de la
En cambio, en la detección del valor motiva- conducta (TC) llamada también terapia
cional de los reforzadores se activan dife- cognitiva conductual, aunque desde el punto
rencialmente neuronas de la base del cere- de vista de la AEC dicha denominación in-
bro. A partir del trabajo seminal de Watana- troduce una redundancia, ya que los fenó-
be, se multiplicaron los estudios sobre el menos cognitivos son también conductua-
papel de la corteza prefrontal y de otras les. No existe ninguna duda sobre los cam-
áreas el cerebro en el aprendizaje y la moti- bios comportamentales que produce la TC
vación (para una revisión ver Schultz, 2001 y es por ello su gran difusión.
y Miller y Cohen, 2001). Uno de los últimos Por otra parte, se está avanzando en el
estudios, mostró, usando la técnica de reso- conocimiento de las bases neuronales de los
nancia magnética funcional (RMf), que trastornos del comportamiento. Dos de las
también en humanos se activa la corteza técnicas más contemporáneas que hicieron
pre-frontal dorsal ante tareas que requieren posible observar mejor la función del
la participación de la memoria de trabajo sistema nervioso, son la tomografía de emi-
(tareas de “n-para atrás”) y que esa activa- sión de positrones (TEP) y la resonancia
ción está en función de la dificultad de la magnética nuclear y funcional (RMf) que
tarea. Además se encontró que la activación permiten medir los cambios bioquímicos de
de la zona ventral y medial de la misma cor- las áreas cerebrales. En la TEP los sujetos
teza dorsolateral aumenta en función directa reciben una sustancia radioactiva que toma
a la magnitud de la recompensa monetaria parte en el proceso bioquímico del cerebro,
esperada por la tarea realizada y una desac- en general sobre el metabolismo de la gluco-
tivación de áreas relacionadas con la emoti- sa. Las moléculas radioactivas emiten una
vidad (regiones paralímbicas) en función partícula llamada positrón, que afecta el
del aumento de la dificultad de la tarea y de pasaje de los rayos X desde una computa-
la magnitud de la recompensa (Pochon, dora que lo “escanea”. Así se puede determi-
Levy, Fossatti, Poline, LeBihan y Dubois, nar qué regiones del cerebro toman la sus-
2002). Estos resultados, además de ratificar tancia radioactiva y se infieren los procesos
en humanos los hallados con primates y bioquímicos que tienen lugar. El escaneo
ratas, sugieren que los refuerzos primarios produce una pintura en movimiento del
y secundarios tienen una misma base neu- cerebro en un curso temporal, aún mientras
ronal y establecen una conexión neurológica los sujetos realizan tareas. En general se
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acepta que las zonas que metabolizan más si el modelo conductual de la anorexia fuera
glucosa son las que están más activadas. La correcto, los pacientes con ese trastorno
RMf es similar a la anterior pero el aparato deberían mostrar una respuesta neural simi-
tiene mayor resolución, permitiendo esta- lar a la que tienen los pacientes con fobias
blecer con más detalle los cambios cere- simples cuando se los enfrenta ante los estí-
brales y es menos invasivo para el sujeto mulos que provocan miedo. Para poner a
porque no se requiere introducir una sustan- prueba su hipótesis presentaron a pacientes
cia radioactiva, ya que se mide directamente anoréxicos imágenes con figuras neutras
la cantidad de oxígeno que las áreas cerebra- alternadas con otras de sustancias con altas
les requieren. Con estas técnicas se hallaron calorías, como chocolates, mientras medían
diferencias en las zonas activadas por esqui- la activación cerebral con RMF. Al igual que
zofrénicos, depresivos, fóbicos y con sínto- en los pacientes fóbicos, la visión de las
mas obsesivos-compulsivos comparados comidas provocó una mayor activación de
con controles normales, lográndose de esta las regiones del hipocampo, la amígdala, el
manera hacer mejores diagnósticos, esta- cíngulo anterior y la ínsula izquierda com-
blecer relaciones entre sintomatologías en parada con la visión de figuras neutras. En
apariencias dispares y confirmar explicacio- cambio, los controles normales no mos-
nes conductuales. Un ejemplo son los resul- traron dicha activación. Además la activa-
tados obtenidos con pacientes que sufren ción neural ante alimentos altos en calorías
anorexia nerviosa. La aproximación con- correlacionó con la información que dieron
ductual considera que el origen y manteni- los sujetos anoréxicos respecto al grado de
miento de este desorden tiene componentes ansiedad que le provocaba la observación
que se pueden definir como una fobia a la de esos alimentos. Estos resultados confir-
comida y parte del tratamiento tiene seme- man la explicación conductual de estos
janzas a una desensibilización sistemática síntomas, sugiere que el tratamiento adecua-
“in vivo” (p. ej. Kleinfield, Wagner y do debería ser similar, en parte, al de las
Halme,1996). De acuerdo con este modelo, fobias simples y confirma las correlaciones
los pacientes anoréxicos tienen consecuen- existentes entre las respuestas verbales,
cias negativas por comer (incluyendo ansie- motoras y neurales.
dad anticipatoria y cogniciones negativas) Otra forma de mostrar la correspon-
y reforzamiento por ayunar (escape de la dencia cerebro-conducta es estudiar los
situación aversiva y alivio consecuente de cambios cerebrales provocados por trata-
la ansiedad). Por otra parte, Rauch, Savage mientos psicológicos. Las investigaciones
y Alper (1995) mostraron que cuando a los iniciadas por Bandura estudiaron las mo-
pacientes con fobias simples se les presen- dificaciones que se producían en la bioquí-
taban los estímulos provocadores de miedo mica cerebral por los procesos cognosci-
tenían una actividad aumentada las zonas tivos (ver Colotla, 1998, para una revisión).
límbicas y paralímbicas medidas con la Por ejemplo, se encontró mayor adrenalina
TEP. Estas zonas están involucradas en las en sujetos que dudaban de poder enfrentarse
reacciones de miedo y ansiedad. Con estos eficazmente ante una tarea que les producía
datos, Ellison, Foong, Howard, Bullmere, miedo, comparadas con controles con
Williams y Treasure (1998) postularon que mayor sensación de autoeficacia. Cuando
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se entrenaron a los primeros para que forta- un papel central en la mediación de los sín-
lezcan al máximo la autoeficacia percibida, tomas obsesivos compulsivos (Baxter,
desaparecieron las diferencias con los Schawartz, Guze, Bergman y Szuba, 1990).
controles normales (Bandura, Taylor, Con la integración de estos conocimientos
Williams, Mefford y Barchas, 1985). Tam- previos, Baxter, Schwartz, Bergman, Szuba,
bién se mostró la participación de los opioi- Guze, Mazziotta, Munford y Phelps (1992)
des endógenos en la terapia de la conducta presentaron trabajos donde compararon los
con pacientes fóbicos. Mostraron que las cambios cerebrales producidos por psicofár-
inyecciones de naloxona, un bloqueante de macos y con TC en pacientes con síntomas
los receptores de los opioides, administradas obsesivos- compulsivos. Usando la TEP
antes del entrenamiento en desensibiliza- para medir la actividad cerebral en pacientes
ción sistemática no producía cambios en la con esos síntomas antes y después del tra-
sintomatología (Egan, Carr, Hunt y Adam- tamiento con fluoxetina o con exposición y
son, 1988). Además se hallaron niveles más prevención de la respuesta, ellos mostraron
altos de parámetros inmunológicos en que la actividad de la parte derecha del nú-
sujetos que desarrollaban una sensación de cleo caudado disminuyó después del trata-
autoeficacia para enfrentarse con situacio- miento, sea conductual o con medicación,
nes de miedo (Wiedenfeld, O´Leary, Ban- en todos los sujetos cuyo tratamiento fue
dura, Brown, Levine y Raska,1990). exitoso y que la proporción del cambio
La técnica más apropiada para reducir comportamental correlacionaba con la
o eliminar trastornos obsesivos compulsivos disminución de la actividad cerebral. Ade-
son las de exposición y prevención de la más, estos cambios cerebrales se acercaron
respuesta y otras variaciones de la misma. al perfil de los sujetos normales que oficia-
(Ej. Ladouceur et al. 1994). Así como no ban como controles sanos. En tanto que los
hay dudas sobre la eficacia de las técnicas pacientes que no mejoraron con ninguno de
basadas en el condicionamiento operante los dos tratamientos, continuaron con una
para la rehabilitación del autismo(ej. actividad alta del núcleo caudado. Este
Lovaas, 1975, 1977), ningún psicoterapeuta trabajo fue uno de los primeros que mostra-
serio puede desconocer la importancia de ron que los tratamientos conductuales cam-
los métodos de exposición descriptos origi- bian las respuestas neuronales de modo
nariamente por Rachman (1976) para los semejante a los psicofármacos. La modi-
trastornos obsesivos - compulsivos. Por otra ficación de conducta es también modifica-
parte, los estudios con psicofármacos evi- ción cerebral y de todo el organismo. Así,
denciaron que los inhibidores de la recap- el terapeuta que habla y obtiene mejorías
tación de serotonina, como la fluoxetina, en el paciente estaría está produciendo
provocan también una disminución de los necesariamente cambios en el cerebro del
síntomas obsesivos-compulsivos. Las mismo del paciente y muy probablemente
investigaciones por imágenes cerebrales también los pacientes deben provocar
mostraron además que los núcleos basales cambios en el cerebro de los terapeutas.
del cerebro que incluyen las regiones lím- Estos resultados no indican relaciones de
bicas, talámicas y corticales y en especial causa – efecto, sino correspondencia entre
la zona derecha del núcleo caudado, juegan las modificaciones conductuales y las del
18 ALBA ELISABETH MUSTACA

cerebro. Para establecer relaciones causales dores de otras áreas de las neurociencias
se deberían realizar otros experimentos, que hayan visto las ventajas del progreso alcan-
muestren, por ejemplo en el caso citado, una zado a nivel comportamental para descubrir
alteración cerebral antes de la aparición de los mecanismos fisiológicos de la conducta,
los síntomas. y los que trabajan en áreas de la psicología
experimental y aplicada utilicen los conoci-
mientos de las neurociencias para ampliar
EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN las posibilidades de investigación y de
DE LA CONDUCTA técnicas de modificación más apropiadas.
En este punto conviene tener presente un
La investigación del comportamiento esquema de los pasos sucesivos de la
permite una caracterización comprensiva de investigación en comportamiento que
las propiedades de la conducta y la identifi- presento en la Figura 2, en la que introduje
cación de las variables externas que la afec- una modificación de la presentada por
tan. No es sorprendente que los investiga- Papini (2002, pág. 452).

Figura 2. Proceso de la investigación del comportamiento.


ANÁLISIS EXPERIMENTAL DEL COMPORTAMIENTO Y NEUROCIENCIAS 19

Una primera etapa implica el descubri- equivalente a los que se ocupan de sus bases
miento y descripción de un fenómeno a bioquímicas. Ambos son necesarios a la
nivel conductual, que está guiada por hora de comprender los mecanismos de la
preguntas para establecer sus propiedades. conducta. Por supuesto que una teoría más
A esto le siguen experimentos comporta- general o una explicación de los meca-
mentales que permiten identificar las pro- nismos de la conducta que abarque múlti-
piedades del fenómeno y las variables que ples niveles de abordaje nos dará una visión
son importantes para su aparición, manteni- y comprensión más acabada del fenómeno
miento, desaparición y regulación general. en cuestión, tal como se presentó en los
Estos experimentos llevan al desarrollo de ejemplos de los apartados anteriores.
pruebas adecuadas, estandarizadas y teorías
comportamentales. Estas últimas pueden
tener o no variables intervinientes que CONCLUSIONES
actúen como guías para futuros experimen-
tos fisiológicos, que a su vez enriquecen las Luego de estas reflexiones, la cuestión
teorías derivadas de las observaciones e in- acerca de si el estudio de la conducta debe
vestigaciones comportamentales. Final- o no ser independiente de las demás neuro-
mente, estas líneas de investigación llevan ciencias, en mi opinión, carece de sentido
al desarrollo de teorías más generales que si es que tiene el carácter de obligatoriedad.
proveen un conocimiento más profundo del El objetivo de las ciencias es descifrar con
fenómeno, eventualmente se integran o los modestos recursos humanos los enig-
conectan con otros fenómenos y son fuente mas de la naturaleza, crear un cosmos de
de ideas para áreas aplicadas. Estas últimas, un caos. Se sabe que el sendero es oscuro,
a su vez, pueden ser fuentes de observa- duro y elusivo. Por lo cual sería bueno
ciones iniciales del comportamiento, aceptar con humildad todos los enfoques,
cerrando el apasionante espiral del proceso mientras que ellos respeten el método cien-
de investigación. Estos pasos no son orde- tífico como el instrumento más idóneo para
nados, más bien transcurren por azar y enfrentarse a un problema. Cualquier otro
necesidad, como la evolución de los orga- tipo de limitación entorpece el camino. En
nismos. Un nuevo método de medición, por los últimos años hay un extraordinario
ejemplo, puede desencadenar una cantidad aumento en el conocimiento de las bases
de resultados experimentales que dan neuronales y de sus bases genéticas usando
coherencia a una gama de fenómenos antes tecnologías “de punta” y en algunos medios
no relacionados o al desarrollo de nuevas se suele devaluar y aún desalentar las inves-
investigaciones jamás pensada y un resul- tigaciones puramente comportamentales, lo
tado fisiológico puede inspirar la realización que es un error. Tal como afirma Ardila
de experimentos comportamentales. Por (2002) “... El desarrollo de una ciencia
otra parte, un descubrimiento puramente depende de los hombres y mujeres que están
comportamental puede orientar a un neuro- dedicados a ella, y también de asuntos tan
fisiólogo a la búsqueda más precisa de sus terrenales como la posibilidad de encontrar
bases biológicas. Con esta visión, el valor financiación para las investigaciones, del
de los experimentos comportamentales son estatus y prestigio de esta disciplina y de su
20 ALBA ELISABETH MUSTACA

inserción en la sociedad”(pág. 368). En el Bandura, A., Taylor, C. B., Williams, S. L., Me-
caso de la psicología, desde las investiga- fford, I. N. y Barchas, J. D. (1985). Cat-
ciones exclusivamente conductuales sin echolamine secretion as a function of percei-
ved coping self-efficacy. Journal of Consult-
mención de variables intervinientes hasta
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las neurobiológicas, aportan luz a la hora Baxter, L. B., Schwartz, J. M., Bergman, K. S.,
de comprender la naturaleza de los fenó- Szuba, M. P., Guze, B. H., Mazziotta, J. C.,
menos bajo estudio. Por lo cual se puede Munford, P y Phelps, M. E. (1992). Cau-
producir información relevante y original date glucose metabolic rate changes with
con escasos medios o poca financiación. both drug and behavior therapy for obses-
Sería deseable que los investigadores de sive-compulsive disorder, Archives
las distintas áreas de las neurociencias estén Generals of Psychiatry, 681-689.
Baxter, L. R., Schawartz, J. M., Guze, B. H.,
informados de los descubrimientos conduc- Bergman, K. y Szuba, M. P. (1990). Neuro-
tuales recientes y viceversa, o se establezcan imaging in obsessive-compulsive disorder:
equipos interdisciplinarios para aumentar seeking the mediating neuroanatomy. En:
las probabilidades de crear una síntesis de Jenike, M. A. Baer, L., Minichiello, W. E.
las teorías de la conducta y de evitar termi- (eds.) Obsessive compulsive disorders:
nologías diferentes para describir conceptos Theory and Management. San Louis, 167-
similares o de explicar fenómenos que ya 188.
han sido estudiados. En cuanto a los intere- Broadhurst, P. L. (1960). Application of bio-
metrical genetics to the inheritance of beha-
sados en TC, sería apropiado que estén aler- viour. En: Experiments in Personality, vol.
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ciencias de la conducta y de las neurocien- Kegan Paul, 3-102.
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Recibido, mayo 30/2003


Revisión recibida, junio 13/2003
Aceptado, julio 1/2003

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