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Una de las problemáticas que más se han discutido en México, en estos últimos meses fue
el debate de la Reforma Energética impulsada por el presidente Enrique Peña Nieto. Si
bien esta reforma ha sido presentada y aprobada en el correr del año 2013, los debates
han continuado, especialmente acerca de las leyes complementarias de esta reforma.
Previo al análisis y conclusión de los debates que se han suscitado a lo largo del presente
año en nuestro país en cuestión, es necesario determinar y exponer dos conceptos: en
primer lugar, la política energética de México y su funcionamiento hasta nuestros días; y
en segundo, el contenido de la reforma presentada por el Poder Ejecutivo.
Marco histórico
Lázaro Cárdenas, presidente mexicano (1934-1940, ha sido sin duda uno de los principales
referentes en su país en relación a las políticas energéticas. Perteneciente al Partido
Nacional Revolucionario (PNR), Cárdenas se ha destacado como presidente en virtud de su
reforma agraria, la aceptación de exiliados españoles en México y la nacionalización del
petróleo. Hacia 1935, el petróleo mexicano era explotado, explorado y producido por
parte de las empresas extranjeras, a manos del propio capital extranjero. Entre estas
empresas se encontraban: MexicanPetroleum Company of California, Compañía Mexicana
de Petróleo “El Águila” y la Compañía Exploradora de Petróleo la Imperial. Estas mismas
corporaciones poseían una política de impedimento de formación de los sindicatos, por lo
que las mismas poseían organizaciones minúsculas de trabajadores en cada una de ellas.
Ante estas reformas, México se vio en vuelto en una tensa relación con las principales
potencias extranjeras, especialmente aquellas de las que eran dueñas del capital de dichas
empresas, Estados Unidos y Gran Bretaña. A partir de aquí se dio el inicio del período de
nacionalización del petróleo, convirtiéndose en símbolo del nacionalismo mexicano. No
obstante a ello, se iniciaría así la transformación de Pemex en el monopolio de la
exploración y explotación petrolífera.
Durante el 2014, estos diarios fueron exponiendo su perspectiva acerca de los debates
que se daban en el parlamento mexicano acerca de la reforma energética. En el congreso,
tanto el Partido Revolucionario Demócrata y el Partido de los Trabajadores se oponían a la
reforma, dado que sostenían que esto perjudicaría a la industria mexicana. Mientras
tanto, el PAN y el PRI establecieron una alianza en defensa de la reforma impulsada por
Peña Nieto.
Los debates fueron arduos y extensos, el diario La Jornada tendía a una posición cercana a
la del PRD, acerca de que la inversión extranjera será perjudicial para la industria petrolera
nacional, como así también para los pueblos originarios. Por su parte, el diario El Universal
mantenía su postura cercana a la idea de Peña Nieto. Las críticas que han surgido
suscitaban sobre el resurgimiento del neoliberalismo y la era de las privatizaciones
impulsadas desde 1998.