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NO ES POSIBLE VOLAR TAN ALTO, Y A LA VEZ, CAER TAN BAJO

LA PRESENCIA ARGENTINA EN EL G-20 Y LA DEUDA QUE MACRI TIENE CON


LAS INSTITUCIONES NUCLEARES

Cuando dentro de pocos días el Presidente de la Nación inaugure las sesiones finales
del G-20 tendrá muchos motivos para sentirse satisfecho. Y es que el G-20 agrupa a
los países política y económicamente más poderosos y desarrollados de la Tierra. A
la reunión de Buenos Aires concurrirán los jefes de estado de dichos países en la que
será, seguramente, la reunión internacional de mayor importancia política celebrada
alguna vez en nuestro país. Y Macri será su anfitrión.
Ahora, ¿conoce el Sr. Presidente las verdaderas razones del porqué participamos del
G-20? ¿Qué hizo que un país periférico, con escasa población, con persistente
inflación y con una economía en permanente zozobra, con escasas inversiones y poca
participación en el comercio global, merezca participar de este grupo como quien
juega en las ligas mayores? La respuesta: la persistencia y confiabilidad de su
Política Nuclear, ni más ni menos, es una de las razones.
Desde la creación de la Comisión Nacional de Energía Atómica, la Argentina ha
llevado adelante durante 68 años una política nuclear coherente, con el objetivo del
aprovechamiento con fines pacíficos y seguros de la energía nuclear, con propósitos
de generación nucleoeléctrica y usos de los radioisótopos en medicina nuclear y
aplicaciones industriales, entre otros.Se ha completado el ciclo del combustible
nuclear, desde la exploración y minería del uranio, producción de concentrados y
fabricación de elementos combustibles, hasta la generación de energía eléctrica en
centrales nucleares. Todo esto acompañado por los grupos de investigación básica y
aplicada, desarrollo de nuevas tecnologías, estudio de materiales y fabricación en
laboratorios y plantas de producción de pequeños y grandes componentes para
instalaciones nucleares relevantes.No ha sido menor el aporte a la Nación y a la
Región de los prestigiosos institutos de enseñanza como el Balseiro, el Sábato y el
Beninson, albergados por la Comisión Nacional de Energía Atómica, como así
también las Carreras de Especialización en Seguridad Radiológica y Nuclear que se
dictan en la Autoridad Regulatoria Nuclear, todos los cuales han formado valiosos
profesionales e investigadores de la Argentina, de Latinoamérica y de otras regiones
del mundo.
La Argentina ha tenido y continúa manteniendo una participación destacada y
reconocida en organizaciones internacionales,desde la creación de las mismas, tales
como: el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el Comité Científico
de Naciones Unidas para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones Atómicas
(UNSCEAR), la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP), el Grupo
de Países Suministradores Nucleares (NSG), entre otras, y es ampliamente respetada
por la creación conjunta de la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y
Control de Materiales Nucleares (ABACC) para la aplicación de “salvaguardias”,
caso pionero y únicoen el mundo.
Esta rica historia de estudio y trabajo, investigación y desarrollo, cooperación
internacional y manejo responsable de la actividad nuclear, unido a la firme
convicción acerca del uso de la energía nuclear para fines pacíficos y seguros, ganó
para el país su participación en la Cumbre de Seguridad Nuclear. Todo esto, junto a
otras cuestiones, condujoa obtener un sitial en el G-20.
Este logro no hubiera sido posible sin la concurrencia de una pléyade de científicos y
tecnólogos, profesionales y técnicos, personal directivo y de apoyo, profesores y
alumnos, que desde distintos puestos de trabajo pero con objetivos y pasiones
comunes, ayudaron y ayudan con su inteligencia y esfuerzo a construir un destino
nuclear para nuestro país.
Ahora bien. Hoy, ¿se reconoce a estas personas? ¿Se tiene en cuenta que detrás de un
reactor nuclear hay ingenieros y operadores especializados? ¿Yque en un acelerador
nuclear hay físicos estudiando e investigando?¿Se tiene en cuenta que para que haya
laboratorios tiene que haber primero químicos y técnicos capacitados? ¿Se sabe que
para tener yacimientos de minerales de uranio es preciso el concurso de geólogos y
prospectores durante muchos años?
Siempre se ha dicho que “lo más importante que tenemos es el capital humano”. Y
esta expresión, a fuerza de repetirla y no cumplirla, se ha tornado vacía. La falta de
una adecuada política de recursos humanos, (p.ej. desarrollo de carrera, régimen justo
de promociones, reconocimiento salarial, etc.) en las instituciones nucleares conspira
contra aquellos logros, objetivos y destino nucleares antes mencionados.
Durante muchos años solicitamos la apertura de negociaciones paritarias. Los
sucesivos gobiernos la negaron injustificadamente, al mismo tiempo que la
reconocían para una amplia gama de otras actividades profesionales. La actual
administración ha convocado finalmente a un proceso de discusión de Convenios
Colectivos de Trabajo llevados a cabo entre las asociaciones gremiales y el estado
empleador. Sin embargo, estos Convenios se encuentran trabados, demorados, y hasta
boicoteados por los representantes de las Secretarías de Trabajo y de Modernización,
quienes, al ser juez y parte, actúan de manera extorsiva canjeando la estabilidad por
diversas formas de precarización laboral.
Este destrato producido por los representantes del Gobierno Nacional y sufrido por
los trabajadores del área nuclear no se condice con la historia, con los logros
obtenidos, ni aún con las expectativas futuras que se pueden poner en un país que
aspira a ser desarrollado y a ocupar un lugar en una de las 20 sillas más importantes
de la Tierra.
Gracias, en parte, a una rica historia en política nuclear, podemos integrar hoy el G-
20. Por el contrario, debido a una mezquina política de contracción y deterioro de los
recursos humanos ingresamos mañana a una época de decadencia.

No es posible volar tan alto, y a la vez, caer tan bajo

Buenos Aires, 16 de noviembre de 2018.

Secretariado Nacional de la APCNEAN

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