llegamos a clases como todos los días, esperando ver a
nuestros compañeros, profesores y amigos, pero ese día se nos informó que el colegio había cerrado sus puertas para nunca más abrirlas… nuestros apoderados nos tuvieron que buscar colegio nuevo donde continuar estudiando… estábamos lejos de nuestros amigos y profesores, nos habían arrebatado algo tan bonito, me sentía triste, era injusto. nuestros padres se organizaron y nos enseñaron a luchar, a alzar la voz, a protestar, a marchar, a dar nuestra opinión y a no quedarnos callados cuando ocurren injusticias como esta. hasta que el día 28 de julio del 2014 fuimos escuchados, nuestra querida escuela abrió sus puertas, ¡que felicidad! al fin volveríamos a ver a nuestros profesores y nuestros compañeros.