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ANALISIS DE EL CONDE LUCANOR Por Erwin Haverbeck O. 1. La “crisis” del mundo medieval. EI siglo XIV marca la lenta disolucion de la cosmovisién medieval y el ascenso del mundo modemo. Resulta evidente que el trinsito de la cultura medieval al Renacimiento no constituye una de- cadencia definitiva de aquélla ni una profunda subversion de valores. Puede afirmarse que la crisis de! medioevo fue de formas, significé una renovacidn sustanti- va en lo socio-econdmico y una experiencia de crecimiento y expansién en el concepto de la vida y del hombre, Los rasgos esenciales de la nueva vision del mundo y del hombre —la modernidad— estin ya latentes en Ia concepeién medieval. Surgiré una nueva cultura que Hevard a la formacién de los estados nacionales, a Ia filosofia de Descartes, a la ciencia de Galileo y de Newton, a la expansién geografica de los pueblos europeos, al humanismo de Erasmo, a Ia Reforma luterana, a una nueva concepcién del arte como lo reflejan las pinturas de Leonardo, Rafael y Miguel Angel, al advenimiento de una nueva clase social, la burguesfa y a una nueva concepcién econémica, el capitalismo. Hay una figura intelectual ~e! Dante— que representa muy bien esa situacién, ese Iimite en que la Edad Media se traspasa a sf misma para anticipar la cultura moderna. El Dante, quizés mejor que nadie, representa los sentimientos e ideas, los conflictos y espe- ranzas, las grandezas y debilidades del medioevo, Pero no es s6lo un poeta de postrimerfas, sino que ade- ‘més su pensamiento contiene ya rasgos, actitudes, valores propios de las nuevas formas culturales que acen. En una primera aproximaci6n, puede sostenerse que el tema de la Comedia —reflejo de la concepeién cristiano-medieval del mundo~ es el de la salvacién 0, con otras palabras, el del hombre en su responsabilidad etema frente a Dios, quien debe alcanzar la experiencia mistica de la contemplacin directa e inefable del misterio divino. La Comedia es —sogtin palabras de Jorge Millas— “la épica genuina del cristianismo porque su teatro es la creacin entera; su protagonista, la humanidad; su trama, la salvaciOn; su desenlace, la contemplacién de lo divino”. (1) Este poema muestra al protagonista -Dante~ perdido en una selva y en peligro de sucumbir al asalto de las pasiones, representadas por el ledn, fa pantera y la loba. Pero aparece Virgilio quien lo saca de estos salvajes lugares y lo conduce a la contemplacién del Infierno y del Purgatorio, Una vez que el protagonista confiesa sus pecados, y shora conducido por Beatriz, asciende al Paraiso, Hegando a la presencia de Dios. La trama de Ia obra permite aprectar la utilizacién de un recurso literario esencialmente me- dieval, da alegoria, Dante representa el alma; Virgilio, 1a raz6n; Beatriz, la gracia; el otro mundo es este mundo, pero en su aspecto ético y moral, este mundo tal como deberfa ser regido por la filosofia y la vir- tud, ef reino de la justicia y Ia paz, Todavia puede agregarse que los tres elementos alegéricos enumerados —el alma, la raz6n y la gracia— son lus tres grandes categorias de la cultura medieval, El alma es, por una parte, el alma individual del poeta; pero es tambien la humanidad entera, la criatura humana em el peregrinaje de su salvacién. (1) Jorge Mitlas, Ensayos sobre ta historia expiritual de Occldente, pi. 246, Is No puede olvidarse, ademds, el tema de fa Razén humana. Virgilio, guia del entendimiento riguroso, herencia evidente del pensamiento griego. Para el escritor florentino resulta “evidente que la perfeccién suprema de la humanidad es la fuerza o virtud intelectiva”. (2) La Divina Comedia, descendiente de una cultura racional, concibe una eriatura humana que busea la perfeccién en la contemplacién de ta verdad, en e! entendimiento racional y procura conciliar la razin y la fe. En la obra se eleva la virtud intelectiva a cualidad esencial de lo divino. Cuando el prota- gonista logra contemplar la paz de Dios le reconoceri como sus cualidades sustanciales la bondad, e! amor y el sumo conocimiento, {Oh eterna luz que sola en tite inflamas, sola te entiendes; y de ti entendida, al entenderte, te sonries y amas! (3) Resulta evidente que este humanismo racionalista del Dante, hace de él un espéritu eminente- mente occidental, reflejo de un humanismo cristiano medieval. Este se caracteriza porque reconoce co- mo cualidades excefsas del hombre su racionalidad y su entendimiento que tienen como fuente y funda- mento la gracia divina, Pero reflejando Ia “crisis” vital de su tiempo, Dante anticipa valores y actitudes propias de la cultura moderna, sosteniendo posturas que se desarrollarin en los siglos posteriores. Como pensador politico, en su ensayo De Ja Monarquia, adopta la doctrina adversa a la pree- minencia eclesidstica sobre el poder civil. Participa activamente en las agudas pugnas politicas florent nas, tomando partido por ef robustecimiento del poder monérquico, oponigndose a las ambiciones polt- ticas de los papas. Hay otro hecho significative. En su peregrinacién por los infiemos los primeros réprobos con quienes se encuentra son los ignavos, quienes vivieron en el embotamiento de la inaccién, sin compro- meterse, si hacer dafto ni bien, entes inditiles en la dindmica de la vida. Y el me dijo: “Asi ef ntimero infinito pena de aquellas almas que vivieron sin virtud en la tierra y sin delito; que a los angeles luego aqui se unieron que no fueron traidores ni leales, a Dios, mas s6lo por si propios fueron, Por no amenguar sus brillos celestiales los lanza el alto y los rechaza el bajo, porque achican su horror huéspedes tales Y exclamé: “,Qué destino les trajo, qué grave mal a padecer tan fuerte?” “Te lo diné —me dijo~ sin trabajo. Esos no esperan bienhechora muerte, y es su existencia tan amarga y lasa, que envidiosos estin de cualquier suerte. (2) Dante, 1941 De ta Monarquia, traduccién de E. Palacios, Losada, 8. Aires, Libto 1, 3 (8). Divina Comedia, Paraiso, Canto XXXII, pig. 363. 16 Su huella ef mundo ni conserva escasa el perdén, la justicia los desdeta... No hablemos de ellos, sino mira y pasa”. (4) joso de hacer cosas en el mundo, resolutos e indolentes, hermanindose fon Este pasaje muestra al Dante como el hombre occident de crear, transformando Ia realidad, quien se subleva contra los con la postura de otro escritor genial ~Goethe— quien quinientos afios mas tarde, sostendra una po: semejante en su Fast: que el hombre sdlo es hombre en la incesante accin. El anilisis ha mostrado como coexisten en el escritor florentino valores medievales junto con otros que anticipan el Renacimiento, vale decir, la modernidac Esta misma dualidad se aprecia en el Libro de Buen Amor -obra que muestra la oposicién entre el amor loco de este mundo y el buen amor de Dios— y en £1 Conde Lucanor. Resulta interesante leer el primer prologo de esta obra de don Juan Manuel: “Este libro fizo don Johan, fijo del muy noble infante don Manuel, deseando que los omnes fiziessen en este mundo tales obras que les fuessen aprovechosas de las onras et de las faziendas (5) et de sus estados (6) , et fuessen mas allegados a la carrera (7) porque pudiessen salvar las almas. Et puso en él los enxiemplos (8) mas aprovechosas que él sopo de las casas que acaesgieron, porque los omnes pueden fazer esto que dicho es. Et serfa maravilla si de qualquier cosa que acaezca a qualquier omne, no fallare en este libro su semejanca que acaescié a otro.(9) En el primer parrafo hay algunos términos claves, honras, faciendo et estados, y, en el otro, el camino para salvar las almas. Hay una bidimensionalidad, una doble dimension del libro. El Infante aconseja un proyecto vital que ofrece dos aspectos: conseguir el bienestar en la tierra, alcanzar un prove- cho mundano; es la “horizontalidad” aque alude Maria Ramona Rey, pero, ademés la bisqueda celestial es la dimensin trascendente que mira hacia el cielo: es la “verticalidad”. En sintesis, segin don Juan Manuel, al provecho del mundo se une la necesidad de salvacion del alma(10). Son varios los “enxiemples” de El Conde Lucanor que reflejan esta bidimensionalidad (11). Esto permite a don Juan Manuel observar las importantes cuestiones que le preocupan desde varias pers- pectivas. Asi, en el ejemplo N° 3, plantea el problema de la salvacién y se pregunta quién tiene mejores posibilidades de alcanzarla, si el ermitaflo, renunciando al mundo, o un caballero que vive y lucha en el mundo. Mostrari, pues, a dos tipos humanos representativos de dos opuestas y posibles maneras de sal- varse. De la lectura del “enxiemplo” se desprende que el caballero gana el cielo con la fuerza de su bra- (8) Divina Comedia, Infierno, Canto Il, pg. 133, (5) _fusienda: ademés de propiedad, significa también fortuna, negocio, asunto, diftcultad. (6) estados: 1a condicién, clase o funcién social que desempena una persona, y tambign Ia profesion u oficio. (7) carrera: camino. (8) enxiemplo: lo mismo que ejemplo, leceién moral: pero también fébula, evento, ete. (9) Don Juan Manuel, 1971, £7 Conde Lucanor, Clisices Castalia, Madrid, 2° edicién pig, 47. (10) Resulta itil leer un pérrafo dol segundo prilogo: “Et Dios, que es complido et complidor de todos Los buenos (Fe ‘chos), por In su merged et por la su pladat, quiera que los que este libro leyeren, que se aprovechen dél a sevicio de Dios et para salvamiento de sus cuerpos: asi commo El sabe que yo, don Loba pig 83). (41) Entre otros pueden citarse el N° 3, “Del salto que fiz0 of Rey Richalte de Inglatorrs en el mar contra los moros™, ol NO 14, 1 NO 33, “Delo que con texelé a un faleén sere del Infante don Manuel conun fguila et con una garca" Jo digo a essa entencién” (Edicin “Del miraglo que fiz0 Sancto Domingo quando predicé sobre el Logrero’ 7

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