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EL PERFIL DE LA AUTENTICIDAD °
Verdadera y falsa autenticidad n
Fidelidad y transparencia, 74
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VIDAS SINCERAS
La pasién por la verdad
El hombre tiende haciala verdad como los cuerpos hacia su
‘centro de gravedad. La historia dela civiizacién esa historia
dde Ia busqueda de la verdad: la verdad cientica, flosdtica,
religiosa, antropolésica. Se gastan millones de pesos para
conocer la composicion quimica de un pedazo de piedra
recogido en la luna. ¢Por qué esa pasidn por la verdad?
Porque fuimos creados por Dios a suimagen y semejanza.
YY nuestra inteligencla, nuestra facultad mas noble ~que es
‘como una chispa de a intligencia divina-, se alimenta dela
verdad, Y cuando ese aimento estécorrompido por la men=
tira, experimentamos dentro de nosotros una profunda re-
‘pugnancia, algo semejante al rechazo de un cuerpo extrafio,
Por eso sentimos tanto miedo de que alguien descubra en
nosotros una mentira, No nos gusta ser rechazados, Por esta
tazén no aceptamos que alguien nos diga: “Usted mintio™
‘Asumimos mas facimente que nds diga: "Usted erro", por-
que enesecaso podemes alegar que erramospor dstraccin,
por debilidad o limitacion. Pero tener que reconocer que
entimos conscientemente es muy duro, y provoca en
nosotros una profunda vergilenca
Lamentira representa una inlima desfiguracisn de nuestra
dignidad como hijos de Dios, Si Dios eslainfinita verdad, una
Infnta mentca es la representacién mds viva de lo opuestoe Rafe Lao Chienter,
1 Dios. Es precisamente por esto por lo que existe una
incompatilidad radical entre Dios y el demonio, @ quien
Jesus lama padre de la mentira (Jn. 8, 44). Es decir, cuando
rmentimos nos hacemos hijos el mismo demonio,
‘Ademés de ello, la mentira tiene mucho de antnatural. Los
(00s fueron hechos para ver los ofdos, para of la inteligen-
cia, para descubrir la verdad; y la lengua, para hablar.
Cuando se miente, se provoca una violencia contra la
3turaleza y también contra la misma vida social. Aquel que
lente en cualquier asunto es como sipusiese en circulacicn
luna moneda falsa, 2Que pensariamos si, en un momento
dado, se descubre en un pag que la mitad del dinero es flso?
2Y que habriamos entonces de sentir si es un padre o una
‘madre quienes mienten? Si es un juez el que miente? ¢Sies
luna auloridad la que miente? Simplemente sentiramos
pénico. El pénico alas personas individuales, ala familia, a
los bancos, a la economia, al pas entero. Sentitamos en el
propio cuerpola desconfianza, lainseguridad, la decadencia,
La mentira tiene rafces profundas, pues brota del mismo
cado original, prolifera entre la vanidad y el orgullo, la
ditivea y los complejos, el egosmo y la envidia. Y por eso
invade al mundo, en todos sus contornos diariamente. Asflo
dice Afonso Romano de Sant’ Anna en forma de poema:
Me minteron, Me intron ayer
hoy minten nuevament Menten
2 cuerpo y alm, completamente
‘Yinienten de manera an pungent
‘que eneuanzo que mente sncersments
‘Mienon 9bte toon, mpunemens
"No mianten ties Alegrernente
rienlen, Menten an nasonaimente
Vides sincera 9
‘que eean que mintendo toda a tora
‘an a engaiy Ia muerte enterement
‘Mieten, Mlenten y ean, Pero wis frases
bla. ¥ destin deta mado desnudae
‘que un misma cego puede ver
Js verdad en tapos por as des.)
Mientendesavadernente
come ningua lavandera mente
aver le man sbre ano, mien
on fcara impiay en las mance
‘a sangre clint, menten
_cdontamente come vn ener
enlos instants de bre, ieten
{abulorments como elcabador que quiere pastr
‘no per libre. Y en exe camino de mentra
"acam esque cam el cazador
‘con le soci
‘¥de tanto ments fan bravamente,
‘ondtuyen un pas de mena
‘davamente?
Ladecadencia dela verdad es, pues, la principal causa de
la decadencia de cualquier sociedad. Y, en contrapartida,
¢levar una persona, una familia, una comunidad, es clevarias|
primero moralmente, haciendo reinat en ellas lo que hay de
més esencial: el amor por la verdad
El instinto de autenticidad
Hay también en todos nosotros un insinto de autenticdad.
Necesitamossaber quignes somos, Precisamos "asumirnues-
troser", vibrar con nuestrasfibras més tntimas en concordan-
Borsa Raman de Sen Anns, en oma do Sr, Rio de Jone,
7.081988.10 Rafe Lavo Cees,
cia con la sinfonta de la Creacién. Es como s1intuyésemos
‘que, al formar parte del concierto que el cosmos entero
‘ejecuta, no podemos llegar a sentimos felices en cuanto no
interpretamos la melodia que nos correspondeacadaunode
nosotros dentro de esa composicién palténica
Hay personas que se encuentran infimamente fuera de
Jugar, como si estuviesen desafinadas, precisamente porque
[no saben ubicarse, asumiendo su propia identidad ante el
‘mundo que nosrodea. Tal vez pasen afios yafos escondien-
do su verdadero rostro atrés de mil engafies, envuelias en
luna eflida atmésfera de “haz de cuenta”; pero un dia, por
causa de un acontecimiento cualquiera, de una decepcién,
de un fracaso, su vida interior se desmorona. Luego viene la
depresién cargada de preguntas: ;Cuél es mi verdadera
Identidad? zQué sentido tendré mi vida en el futuro? 2Cual
serd el fin de todo esto? Hablan entonces de crisis, de la
necesidad de Ira un psiqulatra, Cuando en verdad esa crisis
‘muchas veces no es sino primera sospecha que tuvieron de
jsuverdadera personalidad, unrayo que puederepresentar et
‘momento del despertar, el encuentro con su vida rea, con su
verdadero "yo" y, en ultimo andlisis, como el Dios de toda la
verdad.
Precisamos, cada uno de nosotros, de ese aluste profundo
de nuestra identidad que es personal, ticae intranslrible
‘on nosotves mismos, con las ols personas, con el mundo
{que nosrodea yprincipalmentecon Dios. Cuando no hay esa
tunidad interior, cuando comienaa a configurarse en nosotros
luna cierta duplicidad, comenzamos también a sentinos
desequilibrados, neuréticos; fl vez esquizofrénicos, pues la
‘esquizofrenia ya doble personalidad se pueden presentar al
mismo tiempo.
Vide sincera n
Necesitamos ser nosotros mismos, ser aquello que somos
con plenitud de alegria, ser auténticas, como el aie que
respiramos, Essolamente desde ese equilibria timo que po-
Ard sobrevenir el equilbrio social, como bellamente decta
‘Shakespeare: "Sé fel ati mismo, y de ahise sequira -como
lanochesucede al dia que no podrés ser mentirosoy desleal
con nadie."
Pero en nuestra vida existe al mismo tiempo un torcido
instinto de inautenticidad: atribuimos un valor exagerado a
nuestra propia importancia, no nes aceptamos, no nos con.
formamos con lo que somos, gDe dnde nace esa tendencia
haciala falta de sinceridad e inautenticidad? Del orgullo, que
s una enfermedad provocada por el pecado original y
‘ransmitida después a todo el género humane,
Dios nos cresparase feces, Pero elhombrenoseresigns
con su condicién de criatura; ambicionaba un destino aulé:
rnomo y absoluto: queria ser como Dios (eft. Gen. 3, 5}, Su
rebelién comenz6, pues, con un movimiento centilpeto: no
quiso aceptar su propia identidad, no quiso ser criatura,
asuiniendo asf na actitud de Inautenticidad
Aconsecuencia de esa inclinacién enfermiza, el deseo mas
profundo de nuesto ser, el deseo deautentcidad -que noes
otra cosa mas que el deseo de alcanzar la perfeccisn a que
‘somos destinados por nuestro creador- se gener en noso-
ttos el és grave vicio: el amor propio desordenado. Esto nos
lleva a una especie de deliro de grandeza: queremos ser
dueiosdetodovno carecer de nada, deseamos poseer todas
las virtudes y ningun defecto. Y como eso cuesta mucho
FT Waly ET mundo vive de Shakespeare, Maced, 1967 47