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¿Qué son las enzimas?

Aunque en seguida te lo explicaremos de manera más sencilla, técnicamente las enzimas son un tipo de
molécula de naturaleza protéica que ejercen una labor de catalización bioquímica…. ufff… ¿Qué quiere
decir esto? Pues dicho de una manera mucho más sencilla, quiere decir que son necesarias para llevar a
cabo funciones químicas dentro del organismo. Echemos un vistazo a esas funciones.
Para poder mantener la vida, el organismo lleva a cabo dos funciones esenciales: catabolismo y
anabolismo (no te asustes, enseguida te lo explicamos):
o Catabolismo: Imagina que tienes que construir una casa. Pues bien, el proceso de catabolismo consiste en
obtener los materiales de construcción básicos. Cuando comemos, nuestro cuerpo necesita descomponer
los alimentos que tomamos en moléculas más pequeñas para obtener los nutrientes esenciales que utilizará
como fuente de energía y como “material de construcción” de nuestro cuerpo. Por ejemplo, las proteínas se
descomponen en aminoácidos, los hidratos de carbono en glucosa y los lípidos en ácidos grasos. A este
proceso de “descomposición” y obtención de energía se le llama catabolismo.
o Anabolismo: Ahora, con esos materiales básicos, construimos la casa. Es el proceso de anabolismo, es
decir, la utilización de esa energía y esos nutrientes para fabricar nuestras propias células, tejidos,
hormonas, etc. Nuestro cuerpo es una re-combinación de esos nutrientes esenciales obtenidos con la dieta,
a los que se les añade nuestro ADN. De hecho, las enzimas son una de esas moléculas propias que nuestro
cuerpo fabrica, en este caso, a partir de las proteínas (por eso se dice que tienen naturaleza protéica). A
este proceso de producción de moléculas propias a partir de los nutrientes esenciales (y cuyo proceso
requiere la energía obtenida antes) se le llama anabolismo.
Pues bien, aunque existen algunas enzimas con funciones anabólicas (de construcción), la mayor parte de
las enzimas que trabajan en nuestro cuerpo se utilizan en el proceso de catabolismo, es decir, en el proceso
de descomposición de los alimentos y obtención de energía. Pero las enzimas tienen una forma bastante
peculiar de trabajar. De hecho, no modifican nada, simplemente aceleran el proceso químico (este ahorro
de tiempo es esencial para la vida). Digamos que las enzimas son una especie de máquinas muy potentes
capaces de agilizar enormemente todo el proceso.
¿Cómo trabajan las enzimas? Observar una diapositiva o un dibujo que refleje el trabajo de las enzimas es
absolutamente fascinante. Las enzimastrabajan de manera específica sobre elementos específicos, como si
fuesen puzzles que encajan perfectamente y que requieren elementos indispensables:
o El sustrato: El sustrato es el elemento específico sobre el que va a trabajar la enzima. Es decir,
cada enzima solo actúa sobre un tipo de sustrato con el que encaja perfectamente en ese juego de piezas
de puzzle. Por ejemplo, las enzimas proteasas actúan sobre su sustrato específico que son las proteínas, las
lipasas sobre los lípidos o grasas, etc.
o La enzima: Cuando un sustrato pasa cerca de una enzima que encaja con su forma (su enzima específica),
se unen y se produce la reacción química.
o La co-enzimas y co-factores: Pero para que este proceso pueda llevarse a cabo, algunas enzimas necesitan
la participación de un tercer componente, las co-enzimas o co-factores, que son piezas complementarias
necesarias para que se active la acción enzimática. Algunas vitaminas como la B1, B2, B6, B9 o ácido
fólico, B12 y vitamina C, así como algunos minerales y oligoelementos como el hierro o el zinc son co-
enzimas.
Función de las enzimas
Las enzimas ejercen numerosas funciones dentro del organismo, algunas de las más esenciales son:
o Regulan todo tipo de funciones y procesos bioquímicos
o Producen movimiento, como en el caso de la contracción muscular
o Participan en la respiración celular
o Degradan las macromoléculas procedentes de la dieta en moléculas más sencillas
o Crean rutas metabólicas, es decir, reacciones enzimáticas en cadena necesarias para la vida celular
o Son tan esenciales, que el mal funcionamiento en un solo tipo de enzima de todas las que existen puede
generar una enfermedad letal.
Vida y entorno de las enzimas
Cada enzima necesita un entono particular para poder trabajar, en lo que se refiere a PH o medios ácidos
y alcalinos. Por ejemplo, la amilasa (que trabaja en la boca y en el intestino, descompone los hidratos de
carbono) requiere un entorno alcalino. Por el contrario, la pepsina (que trabaja en el estómago
descomponiendo las proteínas) requiere un medio muy ácido para poder efectuar su trabajo.
Por otra parte y con respecto a su ciclo vital, al igual que todo en la vida, nacen, desarrollan su función,
envejecen y mueren. Cuando una enzima ha desarrollado su trabajo y se ha desgastado, aparece otra
enzima hambrienta de proteína frágil, y la devora. De este modo, se mantiene un equilibrio enzimático
donde predominan las enzimas más fuertes y, por lo tanto, más productivas.
Es importante tener en cuenta que existen algunas sustancias que inhiben la acción enzimática, es decir,
impiden su actividad. Entre estas sustancias podemos encontrar algunos fármacos como la penicilina o
la aspirina.
Alimentos que favorecen la vida enzimática
Puesto que, como hemos visto, las enzimas son moléculas necesarias e imprescindibles para la vida, es
importante ayudar al organismo alargando la vida de las enzimas y procurando ahorrar esfuerzo y energía
en la producción de nuevas enzimas… un proceso que nos desgasta. ¿Y cómo hacer esto? Muy fácil:
siguiendo una dieta equilibrada.
Una dieta sana y equilibrada, sobre todo cuando hablamos de riqueza enzimática y ahorro energético,
consiste en introducir una gran cantidad de alimentos con gran potencial vital, como los granos de cereal,
los germinados y todo tipo de productos vegetales llenos de vida (cuanto más crudos, frescos y ecológicos,
mejor).
Suplementos enzimáticos
La terapia con enzimas digestivas a través de suplementos dietéticos se ha hecho cada vez más popular,
sobre todo a medida que se han ido llevando a cabo más estudios clínicos sobre su eficacia y seguridad.
De forma general, las enzimas proteolíticas:
o Mejoran los procesos digestivos
o Regulan el sistema inmunológico
o Poseen propiedades anticancerígenas
o Aumentan la fluidez de la sangre y potencian la cicatrización
o Inhiben los procesos inflamatorios
o Tienen una acción desintoxicante y depurativa
Usos de la terapia enzimática con suplementos
Siempre bajo la supervisión de una persona profesional cualificada, la enzimoterapia está indicada en caso
de:
o Trastornos digestivos (acidez, flatulencia, hinchazón, alergias alimentarias, etc)
o Trastornos inflamatorios como la artritis o reuma, bronquitis, sinusitis, etc
o Patologías vasculares como la arteriosclarosis o la flebitis
o Terapias y tratamientos contra el cáncer
o Trastornos del sistema inmunológico
Seguridad en la terapia enzimática
La terapia con enzimas presenta un nivel alto de seguridad. Solo en algunos casos puede provocar
flatulencia, irritación en la piel y aumento de hemorragia (especialmente importante tras una intervención
quirúrgica).
Por lo tanto, deben tener mayor precaución las personas que han sido sometidas a una operación o que
están en situación postraumática y aquellas personas que presenten un riesgo de hemorragia por excesiva
fluidez sanguínea o por la ingesta de anticoagulantes.
Ahora que ya sabes algo más sobre las enzimas, quizá te interese conocer los grandes beneficios de
los probióticos y los prebióticos o a importancia de controlar el equilibrio ácido-alcalino en el organismo.

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