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Zapping Desde ‘Sus primeros meses de vids i la, Ivo era ubicado ~largos ratos~ frente a alguna de las coloridas seo eleviores ue haben an cast, No ‘Porque fuera un iado 0 no querido por sus padres, nada de eso, implement, ninguno de fs dos ‘Suponfa que esas prolongadas expo: ies de la criatu- ta frente a la television encendida pudieran ocasionarle el menor perjuicio __ Bs més, ambos se mostraban orgullosos de la atencién que el chiquito parecta prestar a cualquiera de Jas prograrmaciones de los diferentes canales, el de cable incluido, ms los videos que acostumbraban alguilar. Y ~Ciertamente~ el nene se mostraba como hipnotizado, Cuando ingres6 en el jardin de infantes, ya des- Jumbraba a todos. —iBs un nifio prodigio, un superdotado! naba Ja mayoria de parientes, amigos de la familia y maestras, tal era la cantidad de informacién que acopia- bb sobre los mas diversos temas. Su cabecita posefa un Yerdadero banco de datos e impresionaba como una ‘computadora humana, Por supuesto, la acumulacién de tamatio caudal de informaciones a tan corta edad no significaba que comprendiera todo lo que repetfa 0 imitaba para regoci- jo de sus mayores, Sin embargo, el més fuerte impacto que causa- ba Ivo en quienes tenfan la oportunidad de observarlo frente a televisores y videocaseteras era su incompara- ble capacidad para manipular los controles remotos 0 telecomandos. Sus deditos se movfan a un ritmo verti- te, Iuminosidad, sintonta, de canals. Por eso, sus paps que no podian negarse cuando el pequefio 1a su ctimpleafios ndmero cineo— aquella fantéstica caja de videojuegos como tinico regato. Desde el momento en que se cumplié su deseo, a Ivo ya no Le interesaron otros juguetes. Las horas li- estrenados videojuegos. A estos titimos, pronto cdominé al punto de ganarles a chicos bastante ma- yyores que él y ~aunque suene a cuento- también @ su padre y a sus tos. Poco a poco, los videojuegos no fueron guar- dando ningtin secreto para él y ~poco a poco- empeza- ron aburrilo Fue entonces cuando todo su interés se centré ~absolutamente— en los telecomandos. ‘A medida que crecfa, Ivo iba convirtiéndose en tun experto conocedor de sus complejidades tecnol6gi- cas, Lefa folletos y catdlogos que develaban -en par- te el mecanismo de su construcciGn. Los desarmaba y volvia a armar con el mismo placer con que devoraba ‘manzanas mientras estaba entregado a su aficin favori- ta, para no distraerse. tantas de soledad elegida De soledad porque él se consideraba una especie de semi restre al que no le valia la pena perder su tiempo con vulgares préjimos. Jon quién compartir ~sino consigo mismo~ su con sus padres, los que ~mudbos testigos de la evolucién de su hijo se arrepenttan de haberle fomen- tado una inclinacidn vocacional bajo el riesgo de que se hhubiese tornado una mania, ‘Ademés, eran conscientes de que ~acostumbra- do como estaba a seguir, en total pasividad, las pala- bras, los sonidos, las imagenes y los ruidos que le pro- res reales le provocaban sensaciones pal comparacién con través de las ondas el ea y continué pulsando. - toda la variedad de funciones que De nunca acabar, enumerarlas por complet. Algunas siquiera? De zapping en zapping ~porque ése habia sido idad de imégenes en su macro- ituy6 esta visiGn por el abit ce- eipal de su casa, vari6 tales movi- Eniretanto, permanecfa inmévil, con un tnico dedo apretando el teclado de su zapping machi ‘Al rato -y con la vista algo alterada hizo ‘mendo esfuerzo de abandonar esa suerte de em ‘miento en el que se habfa sumergido tantos ats. Hal Iegado la hora de probar su zapping con el espejo, tam- bign construido por él. Se sinti6 levemente incmodo al experimentar tuna vaga emociGn, Un semidi6s como él no podia darse periniso mma creaciGn. Y qué deleite poder gozatla s6lo é En un cuarto despojado de mobil espejo centelled desde Fue cuando pulsé el cin de verse reflejado desde la cabeza, desde arriba, cuando ocurrié aquello inexplicable porque ~segtin él fa error alguno a computar. Fastidiado, aprets la misma tecla que acababa de tocar, n mareo y una fugaz pérdida de la no- cin del lugar en el que se encontraba. Empecinado, puls6 nuevamente la tecla rebelde Se acentus su mareo, Exonces se dijo que ‘matana voy revise exe condenado espejo” y con todas sus ganas- cas Ja perillta que indicaba el apagado total del control re- moto. ‘Alcanzé a ver c6mo su imagen se esfumaba del cristal antes de esfumarse ~también é ‘van su desesper imple el encendio, Coro si 6 miko se hubiea lemente— hubiese pasado a coreografia de apenas dos o tres pasos. Sin sonidos, sin ruidos, sin palabras

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