Professional Documents
Culture Documents
1
En adelante se utilizará la sigla ACD para referirnos al Análisis Crítico del Discurso, y AD para Análisis
del Discurso..
2
WODAK, Ruth (2003) “De qué trata el análisis crítico del discurso (ACD). Resumen de su historia, sus
conceptos fundamentales y sus desarrollos”. En WODAK, Ruth y MEYER, Michael (comp), op. cit. p. 18
análisis. Proporcionan elementos para comprender el origen de la problemática que se
suscita en torno a la relación entre pensamiento y poder.3
Voloshinov desarrolla en la primera mitad del siglo XX una serie de ideas que
tienden a ampliar los estudios sobre el lenguaje, establece además la necesidad de
analizar los actos de habla en el contexto en el que se producen, sostiene la relación
entre lenguaje e ideología como necesaria en tanto, esta última constituye una
representación de la realidad concreta, representación que se materializa en signos que a
su vez conforman el nudo del lenguaje. Por todo ello, acentúa el carácter histórico y
contingente del lenguaje y del discurso.
En la segunda mitad del siglo, los estudios sobre el lenguaje adquieren entidad y
se constituyen como saberes autónomos. Primero surge, hacia 1970 el Análisis del
Discurso que se orientó hacia el análisis del lenguaje teniendo en cuenta sus estructuras
y los cambios que se producían. Más adelante se irán definiendo otros campos de saber,
como son la Lingüística Crítica (LC) y el Análisis Crítico del Discurso. Según Ruth
Wodak, a quien se sigue en esta exposición sobre el origen y evolución del ACD: “[…]
la LC y el ACD pueden definirse como disciplinas que fundamentalmente se ocupan de
analizar, ya sean éstas opacas o transparentes, las relaciones de dominación,
discriminación, poder y control tal como se manifiestan a través del lenguaje.”5
3
Idem, pp. 17 a 33.
4
RAITER, Alejandro y ZULLO, Julia. (2004) Sujetos de la lengua. Introducción a la lingüística del uso.
Barcelona, Gedisa. pp. 19 a 37.
5
WODAK, Ruth. op. cit. p. 19.
(ERASMUS, durante tres años), además de múltiples proyectos conjuntos y
colaboraciones entre los distintos estudiosos y los diversos enfoques […]6
6
Ibidem, p. 21.
7
Ibidem, p. 24.
8
Ibidem, p. 25.
9
Ibidem, pp 25 y 26.
10
La expresión y el entrecomillado son nuestros.
11
Ibidem, p. 26. Para el enfoque histórico del discurso, ver el capítulo 4, que lleva esa denominación, del
texto de Wodak, Ruth y Meyer Michael (comp) (2003) Métodos de análisis del discurso…
12
Ibidem, p. 28.
transparentes los aspectos discursivos de las disparidades y las desigualdades sociales.”
13
Y añade que esta práctica navega entre lo que puede definirse como
investigación social y lo que constituye una argumentación política, en la medida en que
muchos trabajos se inclinan a favor de los sectores desfavorecidos. Esta cuestión da
lugar a críticas acerca del valor científico del ACD.
13
MEYER, Michael. op. cit. p. 58.
14
WODAK, Ruth . op. cit. p. 30.
15
Se hace referencia a procedimientos y no a métodos, y a que estos no son uniformes.
16
MEYER, Michael. op. cit. p. 40.
investigación. La hermenéutica define tres niveles de crítica sobre el discurso17: la
crítica inmanente que se centra en la estructura interna del texto o discurso para
establecer incoherencias, contradicciones, paradojas y dilemas; la crítica
sociodiagnóstica que se refiere al análisis del carácter persuasivo o manipulador del
discurso y a las estrategias de construcción que develan las concepciones mentales de
los sujetos que los producen; y la crítica de carácter pronosticador que contribuye a
mejorar las incoherencias y las dificultades de la comprensión. Este último nivel de
crítica no se aplica a esta investigación en la medida en que no resulta pertinente en
relación al análisis de las categorías discursivas predominantes en los primeros años del
siglo XX.
17
WODAK, Ruth. (2003) “El enfoque histórico del discurso”. En Wodak, Ruth y Meyer, Michael
(comp). Métodos de análisis … p. 103.
cuenta para el análisis del discurso de los periódicos santafesinos “Nueva Época” y
“Unión Provincial”; análisis que constituye el núcleo de la presente investigación.
18
Ver WODAK, Ruth y MEYER, Michael (2003) Métodos de análisis crítico... Caps. 1 y 2; RAITER,
Alejandro (2004) Sujetos de la lengua … Cap. 1; HODGE, Robert y KRESS, Gunther. (1993) Lenguaje e
ideología. 2° ed. Routledge, Londres. 1° y 2° parte. En la versión traducida por ZULLO, Julia,
UNAMUNO, Virginia, RAITER, Alejandro, PEREZ, Sara y BANNON, Mara (1997) Cuadernos de
Sociolingüística y Lingüística Crítica 2. Facultad de Filosofía y Letras, UBA, Bs. As.; VAN DIJK, Teun
(1995) Racismo y análisis crítico de los medios. 6° ed, Cap. 1. Barcelona, Paidós.
Habiendo hechos las aclaraciones precedentes, se propone a continuación una
aproximación a las categorías19 de discurso, ideología y poder; así como a las de
representaciones sociales y sistemas de creencias.
1.2.1- Discurso
Ahora bien este término ha pasado también a denominar al texto escrito, en tanto
este otro soporte material posibilita exponer ideas, trasunta convicciones y aún sugiere –
a veces – estados de ánimo. Por ello, en forma muy genérica puede denominarse
discurso a toda forma de uso de la lengua, sea esta oral o escrita. “[…] el „discurso‟
puede ser entendido como un manojo complejo de actos lingüísticos simultáneos y
secuenciales que se manifiestan dentro y a través de los campos de acción como decires
semióticos, orales o escritos temáticamente interrelacionados muy a menudo como
textos que pertenecen a tipos específicos semióticos, por ejemplo: los géneros.”21
19
Se utiliza categoría en un sentido semántico que, en la línea del pensamiento aristotélico “…designan
expresiones o términos sin enlace que, como el propio Aristóteles señala, significan la substancia, la
cantidad, la cualidad, etc.”
Ellas “… no describen la realidad pero permiten dar cuenta de ella…”, en términos kantianos; y también
remitiendo a autores contemporáneos:
Hamelin concibe las categorías como “elementos principales de la representación”, pero se
propone asimismo mostrar como el conjunto de las relaciones categoriales es no sólo una manera
de pensar el mundo, sino lo que el pensamiento descubre sobre la constitución última de lo real.
FERRATER MORA, José (2004) Diccionario de Filosofía. T. I. 3° reimp. Ariel, Barcelona. pp. 502 –
509.
20
RAITER, Alejandro, op. cit. p. 51.
21
WODAK, Ruth. (2000) “¿La Sociolingüística necesita una teoría social? Nuevas perspectivas en el
análisis crítico del discurso”, en Revista Iberoamericana de Discurso y Sociedad, vol 2., Barcelona,
Gedisa, p. 131.
el espacio […]”22 Desde la perspectiva del ACD se acentúa esta dimensión situada del
discurso, su relación con las estructuras de poder que lo constituyen como un factor de
dominación.
Esta afirmación, que los autores remiten a los trabajos de Whorf acerca del
lenguaje y de la Lingüística, se completa cuando sostienen, siempre siguiendo a Whorf,
que de tal modo incide la percepción y la necesidad de darle coherencia al mundo, en
los procesos de interpretación que tendemos a ver sólo aquellos que podemos
nombrar.24
22
WODAK, Ruth y MEYER, Michael, op. cit. pp. 19 -20.
23
AAVV, op. cit. p. 10.
24
Ibidem, p.11. El estudio de la Historia permite corroborar de algún modo estas expresiones, en la
medida en que a través de él se observa cómo problemáticas que no existen en un período determinado,
son de interés cotidiano con el paso del tiempo.
acerca del mundo. Estos principios e hipótesis no se relacionan ni están determinados
por el pensamiento: ellos son el pensamiento.”25
Puede que esa afirmación resulte demasiado radical, pero todo acto de
pensamiento, de abstracción, implica el uso de alguna forma de lenguaje, no
necesariamente verbal.
1.2.2- Ideología
Otra de las categorías que deben definirse en función de establecer con claridad
el marco teórico es la de ideología. Se trata de una cuestión compleja, ya que el término
ideología hace referencia a diversos significados. ¿Cómo abordan esta categoría los
lingüistas especializados en ACD?
Van Dijk dirá que: “Para nuestros propósitos, por lo tanto, las ideologías son
fundamentalmente cogniciones sociales que reflejan los propósitos básicos, intereses y
valores de los grupos.”27 Así, “[…] las ideologías son representaciones generales que
están socialmente compartidas […]”28
25
Idem.
26
Se acepta como dimensión específicamente humana al pensamiento y al lenguaje, dimensiones
constitutivas de los seres humanos en tanto personas, pero asumiendo que los modos de pensar y las
estructuras del lenguaje son contingentes y situadas. De este modo, resulta posible evitar cualquier forma
de relativismo, y a la vez, sostener la complejidad y multiplicidad de los seres humanos.
27
VAN DIJK, Teun, KRESS, Gunther, VAN LEEWEN, Theo, FAIRCLOUGH, Norman, WODAK,
Ruth y MATOUSCHEK, Bernd. (1993) El Análisis Crítico. Fundamentos y actualizaciones empíricas.
Bs. As, UBA – FFL, Serie: Fichas de Cátedra. p. 12.
28
Idem.
Puede apreciarse en la conceptualización precedente que no hay un carácter
negativo en el concepto de ideología, se trata de una descripción más que de un juicio.
Este es un elemento importante: si bien la ideología está ligada a los procesos de
dominación, representa en sí misma una forma de comprender la realidad.
La ideología, lejos de ser una consistente y simple, pero parcial visión de la realidad,
normalmente aparece “completa” con su propia negación, en un conjunto
profundamente contradictorio de versiones de realidad cuyas contradicciones son
intrínsecas a su función. Llamaremos a este conjunto un complejo ideológico. Hay dos
componentes que contribuyen al carácter contradictorio de los complejos ideológicos.
Un componente representa el mundo en un modo que desdibuja diferencias,
antagonismos, conflictos de intereses. […]
El otro componente expresa el interés del grupo contra los otros, es decir, exacerba la
diferencia, la hostilidad, la superioridad29
Ahora bien, ¿Cuál es la relación entre discurso e ideología? ¿Por qué resulta
sustancial esa relación? Van Dijk responde a estas cuestiones asumiendo que los
discursos dominantes influyen de manera decisiva en el conocimiento socialmente
compartido, en la medida en que impulsan la “fabricación” de modelos concretos.30
Estos modelos son, a su vez, representaciones mentales de experiencias, eventos y
situaciones, así como las opiniones que las personas se forman de ellos.
29
HODGE, Robert y KRESS, Gunther. (1993), op.cit. En la versión traducida por ZULLO, Julia,
UNAMUNO, Virginia, RAITER, Alejandro y PEREZ, Sara. (1996) Cuadernos de Sociolingüística…2.
p. 37.
30
VAN DIJK, Teun y otros. (1993) El Análisis Crítico… p.12. El encomillado es del autor.
sentido más político de la palabra: implica distorsión sistemática al servicio de los
intereses de clase.31
Podemos agregar que no se trata sólo de intereses de clase; pueden ser los que
aglutinan a un grupo económico, una institución, e incluso algún colectivo social que no
se ajusta estrictamente a la noción de clase.
[…] sabemos que las ideas sirven bien a menudo para enmascarar con pretextos
legitimadores los motivos reales de nuestras acciones. A lo que en este plano [de lo
personal] se denomina racionalización, en el plano de la acción colectiva lo llamamos
ideología. En ambos casos el contenido manifiesto de enunciados es falseado por la
irreflexiva vinculación a intereses de una conciencia sólo en apariencia autónoma.33
31
HODGE, Robert y KRESS, Gunther. op.cit. En la versión traducida por ZULLO, Julia, UNAMUNO,
Virginia, RAITER, Alejandro y PEREZ, Sara. (1996) Cuadernos de Sociolingüística… 1. p. 12.
32
HODGE, Robert y KRESS, Gunther. (1993) op. cit. en la versión traducida por ZULLO, Julia,
UNAMUNO, Virginia, RAITER, Alejandro, PEREZ, Sara y BANNON, Mara (1997) Cuadernos de
Sociolingüística y Lingüística Crítica 2. Facultad de Filosofía y Letras, UBA, Bs. As
33
HABERMAS, Jurgen ((1986) Ciencia y técnica como “ideología”. Tecnos, Madrid. p. 159. El texto se
publicó originalmente en Merkur, núm. 213, dic. 1965, pp 1139 bis – 1153.
La relación entre lenguaje ideología posibilita comprender la importancia de los
estudios sobre el discurso en cuanto instrumento para lograr una aproximación a las
concepciones, a los sistemas de creencias y a los criterios éticos que caracterizan a los
grupos sociales; y también permite atisbar la complejidad que presenta dichos estudios.
1.2.3- Poder
[…] el poder, si no se lo contempla desde demasiado lejos, no es algo dividido entre los
que lo poseen, los que lo detentan exclusivamente y los que no lo tienen y lo soportan.
El poder tiene que ser analizado como algo que circula, o más bien, como algo que no
funciona sino en cadena. No está nunca localizado aquí o allá, no está nunca en las
manos de algunos, no es un atributo como la riqueza o un bien. El poder funciona, se
ejercita a través de una organización reticular. Y en sus redes no sólo circulan los
individuos, sino que además están siempre en situación de sufrir o ejercitar ese poder,
no son nunca el blanco inerte o consintiente del poder ni son siempre los elementos de
conexión. En otros términos, el poder transita transversalmente, no está quieto en los
individuos.35
Van Dijk identifica con el concepto de dominación “[…] al ejercicio social del
poder por parte de las élites, instituciones o grupos, que da como resultado la
34
WODAK, Ruth y MEYER, Michael (2003) Métodos de análisis …; VAN DIJK, Teun, KRESS,
Gunther, VAN LEEWEN, Theo, FAIRCLOUGH, Norman, WODAK, Ruth y MATOUSCHEK, Bernd.
(1993) El Análisis Crítico… y VAN DIJK, Teun (1995) Racismo y análisis crítico…
35
FOUCAULT, Michel (1992) Microfísica del poder. 3° ed. Trad. Julia Varela y Fernando Álvarez Uría.
La Piqueta, Madrid. p. 146.
desigualdad social.”36 y de este modo incorpora al análisis diferentes elementos, como
son: la idea de poder como poder social, el concepto de élite y el de desigualdad social.
El mismo autor afirma que: “Al focalizar en el poder social, ignoramos las
relaciones solamente personales de poder, salvo que aparecieran actualizando relaciones
de poder grupales, esto es, entre individuos, pero como miembros de un grupo. El poder
social está basado en el acceso privilegiado a recursos sociales valiosos, como salud,
ingresos, posición, status, fuerza, membresía de grupo, educación o conocimientos.”37
Es decir que el poder social se ejerce desde las condiciones de desigualdad, que
garantizan a algunos el acceso a determinados bienes sociales y culturales, y de ese
modo los diferencian de otros y los colocan en un lugar de privilegio en la estructura
social.
A su vez, define a las elites en los siguientes términos: “[…] algunos miembros
de grupos y organizaciones dominantes tienen un rol especial en la planificación, toma
de decisiones y control de los procesos y relaciones del establecimiento del poder. Estos
grupos pequeños son llamados elites.”38
Y agrega que: “[…] es muy importante notar que esas élites tienen acceso
especial al discurso: literalmente son los únicos que tienen más que decir.”39
Estas afirmaciones nos introducen en la cuestión que nos interesa definir, y que
se refiere a la relación entre poder y discurso. El discurso es, de este modo, una
herramienta privilegiada de quienes detentar algún tipo de poder; porque, a su vez, las
estrategias discursivas que se ponen en juego en cualquier situación, tienden a reforzar o
a modificar relaciones de poder, pero nunca se manifiestan neutras en este terreno.
Si bien Van Dijk sostiene que el blanco de la crítica del ACD son las élites que
detentan poder y sostienen la desigualdad social, consideramos que en el caso particular
que nos ocupa – el análisis del discurso de la sociedad santafesina de comienzos del
siglo XX – carece de sentido plantear el análisis en esos términos. Se trata mejor de
36
VAN DIJK, Teun, KRESS, Gunther, VAN LEEWEN, Theo, FAIRCLOUGH, Norman, WODAK,
Ruth y MATOUSCHEK, Bernd. (1993) El Análisis Crítico… y VAN DIJK, Teun (1995) Racismo y
análisis crítico... p. 7.
37
VAN DIJK, Teun. (1995), Racismo y análisis crítico... p. 9
38
Ibidem, p. 10.
39
Idem.
descubrir, de desmontar, esas estructuras sociales, sus sistemas de creencias y las
estrategias discursivas de legitimación de un orden que se considera bueno y necesario,
de tal modo que puedan visualizarse los sistemas de valores y las representaciones
sociales que han sustentado las prácticas discursivas y que se han alimentado de ellas a
la vez.
Hodge y Kress, tanto como Foucault, focalizan la relación poder – discurso pero
bajo perspectivas diferentes, aunque no opuestas. Así, los primeros señalan que si bien
el poder “[…] es una relación entre personas, no una relación entre textos o
significados. Pero es siempre una relación mediada, y no puede existir sin el sistema
significante que la constituye.”40
Foucault por su parte, relaciona discurso y poder a través del mecanismo que
denomina de “producción de verdad”; en estos términos:
Quiero decir esto: en una sociedad como la nuestra, pero en el fondo en cualquier
sociedad, relaciones de poder múltiples atraviesan, caracterizan, constituyen el cuerpo
social; y estas relaciones de poder no pueden disociarse, ni establecerse, ni funcionar sin
una producción, una acumulación, una circulación, un funcionamiento del discurso. No
hay ejercicio del poder posible sin una cierta economía de los discursos de verdad que
funcionen en, y a partir de esta pareja. Estamos sometidos a la producción de la verdad
desde el poder y no podemos ejercer el poder más que a través de la producción de la
verdad.41
40
HODGE, Robert y KRESS, Gunther. (1993) op. cit. en la version traducida por ZULLO, Julia,
UNAMUNO, Virginia, RAITER, Alejandro, PEREZ, Sara y BANNON, Mara (1997) Cuadernos de
Sociolingüística y Lingüística Crítica 2. Facultad de Filosofía y Letras, UBA, Bs. As. p. 38.
41
FOUCAULT, Michel, op. cit. pp. 141 – 142.
Pero la otra cara de este poder es una impotencia específica del sujeto hablante frente a
los juegos de lenguaje en que ha crecido. Quien quiera modificar éstos tiene que
empezar participando en ellos.42
42
HABERMAS, Jürgen (1990) La lógica de las ciencias sociales. Tecnos, Madrid. p. 280. El texto
original fue publicado en 1970 bajo el título “La pretensión de objetividad de la hermenéutica”, en R.
Bubner (ed) Hermeneutik und Dialektik, Tubingen, t. II. pp. 73 – 104.
43
HABERMAS, Jurgen (1986) Ciencia y técnica… p. 178.
44
HABERMAS, Jurgen (1990) La lógica de las ciencias… p. 493.
1.2.4. Representaciones sociales
45
RAITER, Alejandro, ZULLO, Julia, SÁNCHEZ, Karina, SZRETTER NOSTE, Mariana, BASCH,
Marcela, BELLORO, Valeria y otros. (2002) Representaciones sociales. Bs. As. Eudeba.
46
WODAK, Ruth y MEYER, Michael (comp), op. cit. Pp. 44 y 45.
47
Que siempre pueden ser compartidas, por algunas personas en una comunidad, pero aún así son
siempre opciones personales.
Los autores relacionan todos estos componentes de las representaciones sociales
con el plano de la vida cotidiana y con el de la comunicación. Puede definirse entonces
otra característica de las representaciones sociales: no son construcciones puramente
teóricas, sino que están atravesadas por las experiencias personales de los sujetos. Esto
genera que su significación sea más profunda y arraigada, y por ello mismo persistente
en el tiempo. Además, las personas habitualmente no son conscientes de la totalidad de
los elementos que constituyen su representación del mundo, y asumen como “natural” o
“normal” el modo en que ven las cosas.
48
RAITER, Alejandro, SÁNCHEZ, Karina, SZRETTER NOSTE, Mariana, BASCH, Marcela,
BELLORO, Valeria y otros, op. cit. pp. 12 y 13.
49
Ibidem, p. 13
Wodak y Meyer lo afirman en estos términos: “Los actores sociales implicados en el
discurso no usan exclusivamente sus experiencias y estrategias individuales; se apoyan
fundamentalmente en marcos colectivos de percepción a los que llamamos representaciones sociales.
Estas percepciones socialmente compartidas constituyen el vínculo entre el sistema social y el
sistema cognitivo individual, y además proceden a la traducción, a la homogeneización y a la
coordinación de las exigencias externas con la experiencia subjetiva.”50
Por todo lo dicho, resulta claro que las representaciones sociales no son nunca
neutras, sino que poseen una fuerte carga valorativa e interpretativa; y les posibilitan a
las personas y a los grupos que ellas conforman, situarse en el mundo y tomar posición
frente a la realidad.
50
WODAK, Ruth y MEYER, Michael (comp), op. cit. p. 44
51
RAITER, Alejandro, SÁNCHEZ, Karina, SZRETTER NOSTE, Mariana, BASCH, Marcela,
BELLORO, Valeria y otros, op. cit. pp. 12
el individuo participa, de cuyas representaciones guarda un registro, con algún tipo de
organización jerárquica, en la memoria.”52
Algunas creencias son necesariamente compartidas por todo el grupo, pero otras
pueden serlo sólo por un sector dentro del grupo. Raiter lo expresa del siguiente modo:
[…] los contenidos de los sistemas de creencias deben ser razonablemente compartidos
por todos los miembros de una comunidad, de modo que podamos hablar de significado
en el uso, el que se establecería así en la comunicación. Vayamos (otra vez) por partes:
1) en primer lugar, todos los individuos poseen un sistema de creencias, ya que lo
hemos postulado como propiedad biológica de la especie. Este sistema de creencias es
un mecanismo cognitivo que se va llenando de contenido (una representación del
mundo de la vida) a partir de las experiencias propias de cada sujeto;
2) estas experiencias funcionan como estímulos que hacen funcionar el sistema;
3) estos estímulos son todos los contactos que establece con su entorno, y
4) los enunciados que recibe, que representan – de algún modo – el mundo.53
A modo de síntesis…
54
La cultura es entendida en el marco del presente trabajo, como el modo de relación de los hombres
entre sí, con el mundo material y con la trascendencia.
En todo acto de cultura hay una apropiación personal, creativa e irrepetible de la realidad
circundante, implica además la elaboración de respuestas a problemáticas personales o sociales,
que son fruto de la inteligencia y del potencial transformador de los seres humanos, ahora bien,
todo acto de cultura se sustenta en una acción comunitaria: pensamos el mundo, recreamos la
realidad, formulamos respuestas, proyectos y alternativas, en el marco de una serie de supuestos,
esquemas valorativos, necesidades que nos vienen dados por otros. La creación de cultura no es
nunca una actividad individual, es siempre una tarea comunitaria y que excluye el aporte
personal de cada sujeto.
PAULI de GARCIA, María Gabriela (2011) Enseñar Historia… enseñar a pensar… UCSF,
Rosario.
El discurso posibilita la sistematización y la explicitación del propio
pensamiento, y la socialización del mismo. Ahora bien, en toda construcción discursiva
existen pre-supuestos: ideologías, valores, convicciones, modos de ver el mundo y de
interpretar la realidad social, que se asumen sin confrontar, como naturales. Estos
elementos conforman las representaciones individuales de cada persona y a su vez las
sociales que son resultado de interacciones más o menos dialógicas.55
Por ello, los procesos de comunicación no son nunca neutros ni lineales. No son
neutros porque con la exposición de las ideas, va de la mano la expresión de esos
valores, criterios y convicciones que pautan un modo de relación social que se asume
como deseable o como no deseable. No son nunca procesos lineales porque resultan
atravesados por el mundo cultural56 del hablante o del emisor y también por el mundo
cultural del oyente o receptor. Por lo tanto, se trata siempre de un juego complejo en el
que confluyen varios niveles discursivos, más o menos próximos entre sí.
55
Se adopta la concepción habermasiana de diálogo como forma ideal de comunicación entre pares y no
mediada por formas de violencia simbólica o relaciones de poder.
56
Este mundo está compuesto por cosmovisiones, valores, convicciones y todo aquello que constituye la
matriz interpretativa acerca de la realidad que posee una persona.
Es improcedente confrontar las concepciones y prácticas sociales de comienzos
del siglo XX con las de sociedades actuales; en cambio, es pertinente el estudio de la
sociedad santafesina del primer lustro del siglo XX para comprender sus mecanismos y
el modo en que posibilitaron legitimar un orden social vigente por algunas décadas.
57
No se trata en modo alguno de un planteo relativista. Es importante distinguir entre las capacidades
humanas que son constitutivas y por lo tanto universales, y el modo en que esas capacidades generan
explicaciones del mundo. De la misma manera, una cosa son los valores en cuanto aspiración universal de
todos los seres humanos y otra cosa son los modos en que se expresan socialmente.