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BL nuceso Cae) Mais cays ene tx. [UR Sarre, Le jews som fats aina een). {Cimo se llamaban esas cosas? zAetos fallidos?zAlienaci6n del © yo2 "Traduca mal los concepeos psicoldgicos ala moda, que habla lefdo en inglés sin entendeslos mucho, més bien para impresio- nat a los demis, Pero, ctl, cl de lox muchos actos que ealizaba y que habla tealiado eran realmente actos auténticos que no respondian a la “iki lectura apresurada de libros de los que solo habia legado a cortar las primetas péginas con el rico corapapel de empusiadura inverosimil a Ia conversacién ofda a medias, ala influencia de Liltimo conocimiento que wabar, ala ikima pelicula vist? ‘Dela gama total de actos posbles habla ecorrido una enorme vatiedad en sus cuarenta afios de vida, pero ninguno centa et ‘menor vieo de realidad. Todos se habfan inscrto como sobre ef Jecho atenoo de wn ro de aguas vagas y tenfan el mismo sabor desolado de ‘Era como si entte él y cada uno de los episodios de su vid, cenie dy las gentes que conocta y que pareclan tenerle cierto “apego, se interpusiera un vacfo del que hubieran extraido el ate, ‘ylos contemplaa del lado de al lejanos, como abjetoscumefac- os los pocos segundos de nacet,incapaz de eruzar la terible barteray tocarlos, Y después de cada episodio ~no admitian otro nombre— vist, amar oda trabajar, habla, se quedaba inerte, un poco indes- 136 cave cas ‘cuctible, como inviolado y entexo, no consumado, no usado, dis: pussto de nuevo a henchise de posibilidades, como una virgen ferca cuyavieginidad se estautara milagrosamente al final de cada noche de amor; el exineo billoo bajo los cabellos ya muy esca- 0% las sienes un poco grises, pero el rsteo joven, exttaamente doleseente bajo el ralo mechs sin vida, in su verdadera edad. Eran las manos de wn hombre viejo, un poco nudasas, como jadas por los mil actos sin Vida y sin sangre, las mil caricias hechas al azar por falta de otra cosa mejor "Pero hasta cudndo cendss wl cara de adolescentel”, le decfan sus amigas, mujeres interesantes, de elegancia cansada y de Las manos dela amantes mas cansados ain, que le envidiaban Ia eterna fescura de las mejilas, Su imaginacién aleanzaba proporciones no vistas. Y era, se deta asf mismo con dolorosa lucid, st nica, su auténtica, su verdadera vida CCaminando por las alles, en la mess, en la batiadera después dde dormir, leyencdo durence horas con a mirada ija en una eisrna letra hablando coo las gents sin hablarles, mirindola sin mivar- las, en teatro, donde las piezas se le quedaban a meio oft, oyen- do miisca sin entenderla erabajand sin teabajar:imaginaba Imaginaba que podia hablar con todos los seres humans, de los que se seatia separado por aquel exctaio vaclo inftanqueable. ‘Compensaba el vacfo imaginando que hablaba y era excuchado con viva atencién y luego citado por todos e invitado a todas partes, Imaginaba que todos le miraban, que lox adolescentes se le ‘endian. Era admirado y deseado por todos, Imaginaba una inter- ‘minable conversacién, brillance, cfustica y profundla, en la que slo €l partcipaba, y hablaba, hablabaa toda velocidad, con fra ses inteligentes, plenas de ideas brillantes sobre la flosofia, el poeca ola novela de moda. Sus episodios amorosos eran casi todos, sino imaginarios, s! Lacon Yorn Ao 135 altamente imaginativos. Hablaba apasionadamente a sus (do- los cai siempre muy ocupados para verlo-, les esribia catas incerminables, que nunca enviaba, imaginaba grandes escenas de transporte amoroso, de placer fsico, de comunién animica, que nunca pasiban a lx ralidad. Al irrumpir en imaginasis lugares soxprendia asus amores de turno, castigindolos con una fase fli y perdondndolos con una soncisa eargada de comprensién, ‘Ader, enfa Ta manta de creetse el hombre providencial que salvaba las situaciones mis espinoss, conciliando parecers, di mmiendo posibles guerras,rescatando paises enteros del desasre Si vida erminaba en un nimbo de ancianidad glorisa y dorada, con- sultado por generaciones de prohombres en alg retiroapacible. “Temla sobre todo a los sdbados lividos de aquellainmensa Nueva York donde vviayadonde habfan acide atts millones come él, «Tos domingos vacfs con su terrible sabor a ceniza Esta sensacidn se agudizaba en los perindos de arrobo profun- dd com cada nuevo fdolo, Entonces slo ells y sus palabras tenian iad. Todo lo demds se tefia de un color impreciso, perdia ‘ontomos y lo todeaba en un mundo doloroso en el que se aras traba penosimente, acertando apenas realizar los actos més nece- sarios para Ia vida, y & pronunciar fas palabeas imprescindlbles, apretindose el extémago con las manos en wn gesto nervioso que le era habitual, hata que el fdolo reapareci yhablaba, y por unas horas su mundo tosnaba a soseyarse, a reasumir su realidad. Cada nuevo hussped cenfael poder de destibar todo un uni- verso de ideas, reales © prestadas, y acttudes. Al llegar Alejandeo, ‘an deliciosamente ignorante de todo, tan maravillosamente con tento y apacible en su ignorancia ~y luego, tan centrado, ean seguro, tan inconmovible y sin problemas~ todo un pasado de lecturas le avergonzé profundamente. ;Als, poder set como Ale- jandto, poder ser Alejandro! Desde el fondo tranquilo de sus ojos, Alejandro lo miraba a veces con cutioridad, preguncindose quién seria este extraho ser 136, uve Ca que le colmaba de raras y no exentas de cierta melancélica elegancia literati, y le hablaba de la premonicidn y la inticidn, asegurdndole que lo sentia através de la distancia, Lo de la premonicién le habla quedado de otro fdolo, un argentino irascible y aspero, miembro exiliado de algiin grupo gilosy le rehula, que le esribiaeartas muy «sotdrco de Buenos Aires, que junto con wn falso acento porte. le dejara un gran amor por autores expriualistas que nunca two sicmpo de leer. La renunciaci6n hinduista que tomara prestada del porte se aventa muy bien con un tono elegante de cinismo «quel efa ce moda en Santiago y que adoptaraentusiasmado de tuna amante chilena A todos los imitaba fel eirresistblemente,copiaba sus gestos, sus palabras, sus malas @ buenas costumbres, y no descansaba hhasca haberse convertido en facsimil exacto de ella, tatando al ‘mismo tiempo de conserva la primera impresién de conguista- dos, de amante diffi y deseado que ctea haberles causado, Por tuna palabra bondadosa los colmaba de regilos absurdos, les pprometi la holganca asus expensas para toda etetnidad, y mis de tno, de aficiones parasicarias, le cm la palabra ‘Tenfa unos pocos amigos, mattimonios jévenes casi cdos en los que presenta Ia ternura, cuya vida envidiaba suponiéndole luna proporcién de felicidad que estaba muy lejos de ser areal, de los que recbfa atenciones ya los que prestaba servicios cuyo valor exacto desconocfa y que realizaba en fa misma aettud soni: bla con que se dirigi al trabajo todas ls mafanas. Eran amigos que le estimaban, sin duda, un poco inctigtdas por la vida evasi- vay fantasmal de aquel hombre que se aparecfa cuando menos se le esperaba, después de lrgas ausencias, en que cada evs, cada nueva pasin se delataba solamente por elrecrudecimiento de una violenta tamuder. Porque para colmo era tartamudo, Este era st humilladero sumo, rast doloroso de alguna tragedia ascucae ignorada de los primetos afios, Fsperaba angustiado el momento inevitable en {que las gences voverian el rostro para miar obstinadamente aun punto aparentemente facinante del suelo a fin de no ver el ros convulso, contorsionado por la palabra que se empefiaba en no dejatse pronunciar, Pasado el mal momento, entojecta y palidecta simultdneamence, y para probar que el defecto esa imaginario, {que jams, jamds, jams existé, se lanzaba a una peroraa répida «eintempestiva que sazonaba con frases bilantes, chistes y eatoa- jadas inoportunas, hasta volver @ topezar con otta palabra der dlichada que le producia nuevas convulsiones, Rojo de confusign 1 vergienza, buscaba el refugio donde vivla, cereaba a eal y canto las ventanas y apicaba un fsforo al mechero de gas con que se calentaba, preguntindose melaneslicamente si no ert peeetible jae Muir el gas sin encender la lin, Lugo volva a decirse que el mundo de au imaginacign eta el Unico digno de vivese, reunfa a su public de las grandes oca- siones, imaginaba as invatiables situaciones ttemendas, y Ihechizando a uno y conjurando otras, su vida adquira nuevo sen- Fido, su corazén se sosegaba y al escuchar los aplasos yrecbie los ‘emocionadas apretones de mano, sent hs Higrimas rodacle por las malls yabrazaba ala humanidad entera en un inmenso abra- 19, ferviente y compasivo, jAb, la pobre, la este, la desdichada ‘humanidad! Vivi, coma tantos ots millones de seres en la enorme cit dad, completamente solo en un viejo apartament desprovisto de caleficcién, que era preciso calentar con gas o con catbSn, y que cada mafiana amanecia helado, Fl edifcio era uno de muchos mils consteuidos el siglo anterior para familias obreras. Aban- ddonados por generaciones mas prdsperas en busca de albergues mis moderns, los edificios venidos a menos y semidesteuidos cstaban ocupados por seforas inmensamente ancianas, vidas que csperaban un cheque providencial de la heneficenca pblica para sobrevivr viejo que desempefiaban Funcianes de sereno en algu-

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