Nada llegó a cambiar, o tal vez sí. Sí, algo cambió.

La cuestión es que
duró demasiado. Si tan solo pudiera acabarlo. ¿Por qué?, No pertenezco a
este lugar, no estoy hecho para mi aula, dura y diferente, castigo por
anhelarla. Derrotado por la ilusión y la inocencia, llegué a mi mundo
paralelo aunque su principio fue melancólico. ¡Sorpresa!, Vi ante mí gran
cantidad de luces. Una nueva sensación, un nuevo estado felicidad. No, la
oscuridad seguía en mí, la tuve desde que nací, aunque solo como una vieja
amiga en la que me había refugiado. Pero nunca correré demasiado, nada
es perfecto. Miles de obstáculos nuevos debilitan mi entereza,
desconcertante desprecio de la mano de quien más confiaba. Miedo, y
confusión a través de mi oscuridad adherida en mi piel luchan contra la
gratificante emoción de los adolescentes.
Y una vez más mi peor pesadilla se cumple. Esos sueños reales y oscuros
que desgarran mi alma sin lastimarme físicamente, donde los más
inocentes alaridos me hieren, sin duda vuelvo a fallar. No importa cuánto
haya hecho, nada compensará mi estúpida acción. Haber nacido diferente a
los demás. Finalmente, no pensé que sucediera, pero volvió a pasar ¿qué
haré? Aún ahora puedo resistir, pero ¿qué pasará cuando salga al exterior, a
combatir con la sociedad? Solo el momento lo dirá. ¿Podré cobijarme de
nuevo en la oscuridad? Solo el tiempo me liberará de mí mismo.