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Rev. de Psicol. Gral. y Aplic., 1994, 47(4), 471-476 AUTOESTIMA Y DEPRESION EN NINOS V. DEL BARRIO Universidad Nacional de Educacién a Distancia (UNED) 2. FRIAS; V. MESTRE Universidad de Valencia Resumen En este trabajo se pretende conocer ef tipo de relacién existente entre autoestima y depresion en pobiacién infantil espafola. La muestra se compone de 1.286 nifios (656 nifios y 630 nifias), con una edad entre 8 y 13, aos. Para la evaluacién de la depresién se uti- 1iz0 el Children’s Depression inventory (CD), de Kovacs y Beck (1977); la evaluacién de fa au- ‘toestima se llevé a cabo a través del «Cuestiona- tio A-1» de Martorell y Silva (1984). ‘Los resultados muestran que la depresién in- fantil mantiene una correlacion negativa con los, Sentimientos de autoestima y superioridad/po- ularidad, mientras que la correlacién es positiva on los sintomas de ansiedad/aislamiento; esto 5 consistente con los resultados obtenidos por ‘tras investigaciones efectuadas en atros tipos de pablacién, lo que apunta a una homogeneidad ‘ranscuttural en este campo. Palabras clave: Autoestima, depresién, nifios. Introduccion El yo tiene una larga historia fraguada en la filo- sofia idealista y vitalista; sin embargo, su trata- miento psicolégico es relativamente reciente. Un analisis sistematico del concepto de eyo» se encuen- tra explicitamente en William James (1892), quien distingue y analiza los componentes del «yoo. Estos distinfos elementos del «yor dan pie a la aparicién de Una pluralidad de perspectivas desde las que puede contemplatse y nominarse. La utilizacion de térmi- ‘nos diferentes, tales como Yo, Ego. Autoconcepto, Autoestima, no hacen mas que evidenciar los dife- rentes Matices; todos estes términos se refieren ba- Abstract ‘The relationship between self-esteem and depres- sion has been explored in a sample of Spanish school children 1,286 (656 boys and 630 girls) aged from 8 to 13. Depression was evaluated with Children’s Depression Inventory CDI (Ko- vacs y Beck, 1977) and the self-esteem with the Cuestionario A-1 (Martorell y Siva, 1984). ‘The results reveal that child depression is atively correlated with self-esteem and feelings of superiority/popularity, while its correlation with anxiety symptoms and loneliness is positive. Such results confirm other previously obtained in dit- ferent countries and suggest a cross-cultural homogenity in this field. Key words: Self-esteem, depression, children. sicamente a lo mismo: fa reflexion y valoracion del «yo» sobre si mismo. Hay que advertir que en muchas ocasiones se distingue entre los términos de autoconcepto y au- toestima. En el caso del autoconcepto se considera coma ta refiexiin del «yo» sobre si mismo, y en el de Ja autoestima como el momento valorativo de esa teflexién. Sin embargo, operativamente se usan in- distintamente, puesto que parece muy dificil encon- trar esas dos facetas del «yor perfiladas separada- mente (Ross, 1992), Aunque los términos parecen referirse basicamente a la misma realidad esperada en diferentes facetas, unas posiciones teoricas pre- fieren unas denominaciones a otras (Bums, 1979) 471 La psicologia dinamica y la humanista ahondaron en el andlisis del concepto. Freud (1914) y Adler (1912) subrayaron el papel de la autoestima en la configuracién de alguna de las perturbaciones emo- ionales. como la depresién. Masiow (1941) repre- senta la acentuacion del cardcter evolutivo y social del concepto de autoestima. Allport representa la consolidacion de las ideas de James desde la teoria de los rasgos. Desde la psicologia evolutiva, Coo- ersmith (1967) investiga con precision los mecanis- mos mediante los cuales el nino fragua su autocon- cepto y es el pionero en la tarea de Su evaluacién. Sin embargo, la vitalidad actual del tema se debe ai ccognitivismo y la importancia de los aspectos sub- jetivos de él derivados. La investigacion bibliomé- trica muestra cémo el ascenso de! concepto de au- toestima se da precisamente en los afios sesenta absolutamente en paralelo a la instauracién de las teorias cognitivas (Frias, Mestre y Dei Barrio, 1990). La evolucion del concepto de autoestima aqui pre- sentada es sdlo un esbozo. Una relacién mas por- menorizada puede encontrarse en Burns, 1979; Martorell, 1982; Ross, 1992. En este trabajo se parte de un concepto de au- toestima que contiene aspectos reflexivos, valorati- vos, sociales y evolutivos del «os que hoy consti- tuyen el nucleo més consensuado de lo que se entiende por autoestima, Por otro lado, la configuracién del concepto de depresion infantil {O\) es todavia mas reciente; su aceptacién y reconocimiento se remonta sdlo a los afios setenta, puesto que hasta entonces la comu- a se mostraba resistente a admitirlo (Del Barrio, 1990). Los estudios que se han reali- zado para precisar los elementos constitutivos de la DI sefialan que la baja autoestima, las alteraciones de suefio, aislamiento social, alteraciones del apetito Y peso, hiperactividad, disforia, anhedonia e idea- ion suicida aparecen como la sintomatologia mas consensuada entre expertos en depresién infantil (Poznaski, 1982; Rhem, 1987; Del Barrio, 1990). De todos estos elementos hay algunos més nucieares o especiticos, tales como la distoria, anhedonia y la ideacion suicida, y otros que se comparten con otro tipo de alteraciones, como es el caso de la hiperac- tividad y los trastornos de! suefio y del apetito. El caso de la autoestima ocupa un lugar especial puesto que se considera uno de los elementos mas relevan- tes de la red nomoiégica de la depresién infanti unto con la desesperanza, problemas de socializacion y aparicion de acontecimientos vitales negativos (Kaz~ din, 1987), pero al mismo tiempo es un constructo con entidad propia que constituye el eje explicativo de otro tipo de conductas tales como el éxito social, profesional y personal La relacion expresa entre la depresién y la av- toestima es muy precoz y obra de Freud (1914), quien define la depresién 0 melancolia como la pér- dida de la autoestima, pero refiriendose al mundo adulto. Esta relacién se mantiene a lo largo de la in- vestigacién en depresién adulta y mds tarde tam- bien en la depresian infantil. Sinos centramos en este ultimo campo; existen numerosas investigaciones 472 que ponen de manifiesto la retacién entre depresion y baja autoestima (Abramson, Seligman y Teasdale, 1978; Johnson, 1981; Seligman et al., 1984; Brewin y Furnham, 1986; Leitenberg, Yost y Wilson, 1986; Tennen, Herzberger y Nelson, 1987). Los resultados de estos estudios muestran que los rifios que pre- sentan altas puntuaciones en sintomatologia depre~ siva suelen tener asociados sentimientos de baja autoestima. En el presente trabajo se pretende comprobar si esta relacion la podemos encontrar también en po- biacién infantil espafiola y partimos de la hipstesis de que sila vamos a encontrar, puesto que la ted no- molégica de la depresién incluye la autoestima como uno de Sus elementos basicos y constantes. Por otra parte, hipotetizamos que las diferencias transcultu- rales no deben atectar a la relacién entre ambas va- riables. Descripcién de la muestra En el presente trabajo la muestra esta constituida por 1.286 niios, 656 nifios y 630 nifas, Cuyo rango de edad oscila entre 8-13 afios (véase tabla 1) y con una edad media de 9 aos y 3 meses. TABLA 1 Relacién entre edad y sexo en la muestra de nifios ‘ios Nis Teta Edad, ———_— 7 _ 7% 8 1008 0 0,00 10.08 9 476 37,01 457 35,54 99372,55 10166 12,75 (154 11,98 318 24,73 112209313 1,01 598 2 3 028 5 0989 8 062 13 2 90 10.08 1 008 00, Total 656 51,01 630 48,99 1.286 Estos nifios estaban escolarizados en cuarto curso de EGB, pertenecientes a poblacién normal. La muestra de sujetos se ha seleccionado mediante un muestreo probabilistico 0 aleatorio por el método de conglomerados. Asi, se ha utiizado como unidad del muestreo 0 conglomerado cada una de las aulas es- colares de cuarto de EGB de la ciudad de Valencia. Instrumentos Para la evaluacion de la depresion infantil se utiliz6 el Children’s Depression Inventory (CDI), de Kovacs y Beck (1977). EI CDI es un autoinforme de 27 items, aplicabie a nifios y jovenes de 8 a 17 afios cuyo for- mato de respuesta es de triple eleccién 0-1-2, en funcién del grado de depresion que indique el con- tenido de las tres frases que componen cada uno de los items. Asi, el «Ov indica «normalidady en la res- puesta; «1» implica cierta intensidad de los sintomas depresivos, pero no incapacitadora, y «2» refigja un sintoma depresivo propiamente dicho. Por tanto, cuanto mayor es la puntuacién de! sujeto en el ins- ‘trumento, mayor es la patologia depresiva que pre- senta. La validez y fiablidad de este instrumento esta ampliamente documentada tanto en poblacién ex- tranjera como espafola (Del Barrio, 1990; Frias, Ba- ‘mo y Mestre, 1991). La evaluacién de la autoestima se llevé a cabo a través del «Cuestionario A-12 de Martorell y Silva (1984), un instrumento de 49 items aplicable a nifios, y adolescentes. Su punto de partida es la acepta- Gi6n de ta multidimensionalidad del autoconcepto de acuerdo con la teoria de Shavelson, Hubner y Stan- ton (1976). Al sujeto se le pide que conteste «Sin 0 «No» a los items en funcidr de si ia pregunta le des- cribe adecuadamente 0 no. Los items estan formu- lados en sentido positivo y negativo. Consta de tres factores: Ansiedad/Aislamiento, Autoestima y Su- perioridad/Popularidad. La fiabilidad del instrumento ‘obtenida mediante consistencia interna oscila de 0,67 a 0,82 y la mas alta corresponde al factor Autoes- tima (Frias, 1991). Resultados Globaimente considerados, los resultados de esta investigacién son muy coherentes con la hipdtesis de partida y similares a otras investigaciones sobre el mismo tema, como itemos viendo alo largo de la ex- posicion de los datos. Niveles de depre: in El andlisis de la puntuacién total alcanzada por los sujetos en el CDI indica que la mayoria de los suje- tos obtiene una puntuacion entre 5 y 12. La media se sitUa en 10,29, con una desviacién tipica de 5,51 y una desviacién de error de 0,15, Para establecer la discriminacién entre nifios con elevados niveles de sintomatologia depresiva se uti- liz6 como punto de corte 19, que ha sido repetida- mente usado por otros expertos (Friedman y Butler, 1979; Kovacs, 1983; Polaino y Doménech, 1988). En el presente estudio, 1.181 sujetos, que suponen el 91,8 por 100 de la muestra, obtuvieron una puntua- cién menor que 19, y 105 sujetos, que representan 1 8,2 par 100, puntuaron igual o mayor que 19. Esto supone, Segun el criterio Utlizado, que el 8.2 por 100 de los sujetos evaluados presentan sintomas depre- sivos. Este porcentaje representa una estimacion de ia depresién igual a fa obtenida en otras muestras de poblacién espafola (Domenech y Polaino, 1990) y semejante a las obtenidas en poblacion angiosajona (Friedman y Butler, 1979); en él se agruparian la de- presién mayor y los trastornos distimicos. Este:por- centaje descenderia al 3,34 por 100 si se utlizase como punto de corte la media mas dos desviaciones tipicas (Del Barrio y Mestre, 1989). Este Ultimo por- centaje es semejante a las estimaciones de /a pre- valencia de depresién severa hallada en otras pobla- ciones (Rutter et al., 1986). La comparacién con los resultados obtenidos en otras investigaciones, que han utlizado el CD| como instrumento para la evaluacién de la depresion in- fanti, sefiala que los nifios del presente estudio ob- tienen puntuaciones medias (10,29) ligeramente su- periores a otras investigaciones que tambien han trabajado con poblacién normal, como los de Blum- berg e Izard (1985) (media = 7.9), Fauber, Forehand, Long, Burke y Faust (1987) (media = 8,04), Helsel y Matson (1984) (media = 7,79), Hodges, Siegel, Mu- llins y Griffin (1983) (media = 8,54), Nolen-Hoek- sema, Girgus y Seligman (1988) (media = 8,39), Saylor, Finch, Furey, Haas y Kelly (1984a) (media 6,29), Seligman, Peterson, Kasiow y Tanenbaum (1984) (media = 7,71), Wierzbicki (1987) (media = 7,13}, aunque las muestras utllizadas por esas in- vestigaciones son mucho menores que la de nues- tro estudio. ‘Sin embargo, en Investigaciones cuyo ntimero de sujetos es semejante al nuestro (N = 1.463), como lade Finch, Saylor y Edwards (1985), obtuvieron una media (media = 9,65) mucho mas préxima, y enesta misma linea estén también los estudios de Friedman y Butler (1979) (media = 9,29) y los de Green (1980) (media = 9,72). Esto indica, una vez mas, que el ta- mario de la muestra es muy relevante en la obten- cién de los datos. Por otra parte, en los estudios anteriormente re- visados el rango de edad utiizado es mas amplio que el de nuestra investigacién, lo que implica otra dife- rencia importante en relacién a las caracteristicas de nuestra muestra. Por otra parte, la elevacion de las puntuaciones medias en pobiacién espafiola res- pecto de cuestionarios provenientes del mundo an- glosajén es una constante tanto en poblaci6n adulta ‘como infantil Se estudié también la posible existencia de dife- rencias en cuanto a presencia de sintomatologia de- presiva en funcidn del sexo. La literatura sobre este tema que utliza puntuaciones del CDI sefiala que, en general, no se producen diferencias significativas entre los sexos en muesiras de este nivel de edad, Y esto mismo ocurre en nuestro estudio. Como se puede comprobar, los andlisis estadist- cos muestran que no se producen diferencias signi- ficativas en depresién en funcién del sexo (vease ta- bla 2). Este dato esté de acuerdo con otros trabajos que tampoco han encontrado estas diferencias (Blumberg e Izard, 1985; Saylor et al., 1984a; Wierz- bicki, 1987) 473

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