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La normatividad segin el andlisis de la
condueta juridica
2+ Normas generales y normas individuaizadas,
Ha sido wn error muy difundido de Jos tratadisias de De-
echo, referirse a las normas juridicss pensando sélo en las
leyes u otras normas generates, sin advertir la existencia de
normas individualizadas, Esto los ha llevado (2) a poner, como
saricter de la nosma juridice, le genoralidad y también a dis.
finguir entre leyes materiales y formales, aludiendo:con las
‘timas @ las resoluciones del Parlamento que siguen el tri.
nite consttucional de las leyes, pero que se refieen a cosas
singulares, por ejemplo: la declaracin de guerra, la adopciin
‘de los emblemas naconales, la pensién a un ciudalano ias-
{86 €l voto de fonts para un homenaje 9 monumento, ete, Ea
#1 mismo caso est, en la esfera més reducida de la vide juri-
‘Sica municipal, por ejemplo, la nominacién de ls calles de
‘wna cludad. Pero es mucho més importante retener en ja me-
‘mora, por las conexiones sistemiticas con lo que vamos & de-
sit, que también estén en el mismo caso, en cuanto normas
Individualizdas, Ja Jey. de: presupnesto, sancionada periica-
“) CE Bal Veet: Lesion! di Fn ae Dida, $ cd
@),Ct Dal a
em
936,mente par el Poder Legislative y la votacién popular en los
actos coniciales.
Pere estas normas que careaen de generalidad, lejos de
ser rarisimos casos de excepcién, como afirma la opin
‘totada, son infinitamente mis numerosas,
Derecho, que las normas generales, Una norma es tina afir-
macién é& deber ser, por contraposicién a toda afirmacién de
ser: dadown hecho antecedente, debe sen o vale 0 es legitina
{al consecuencia; es en Ia imputacién de la consecuencia a un,
antecederte, donde estd la esencia de la normatividad. Asi se
‘ivierte de inmediato que cuando una sentencia judicial or-
dena 2 Tilo, pagar lo que debe a Cayo; 0 cuando el Estado.
Pretende de Ticio una prestacién; o cuando Cayo exige a
cio el cumplimiento del contrato que los une, estamos ante
Maticas mrmas, vale decit ante relaciones de deber ser, ex
os valores subsisten aunque Ticio no acomode su conducta a
‘Mas, 0 set aunque el ser difiera de tales debe ser. En este
sentido la Teoria pura del Derecho, con la distincién kantia.
na entre el
Gel ser y el reino del deber ser, ha aportado
Para las cencias juridicas algo que no podré olvidarse en t1
orvenir.
‘és mermas, pues, en cuanto relaciones de deber ser, son
Feaciones de valor. Pero en ellas cabe distinguis, por-un lado,
ctvalor mimo, 0 més propiamente la valoraciin que le dr
te contenito ¥ que a través de Jos hechos realsa el valor’
Pe La concen seeines 399
2 la valoraciGn que contiene, En el presente estadh no consis
raremos para nada el vslor mismo ni la valoraca, spo la es-
‘tructura de tal validez.
2.- La concordancia entre el ser y el debe ser
Este punto de partiia nos leva 2 percitir en suma da-
ridad, ciertos problemas estructurales del Dercho de! mis
insospectado interés. El reine del ser y el meno el deber ser
‘conceptualmente se ofrecen como dos regionesincomenica
dap; Lo que pasa en la una es ajeno a lo que asain‘ otras y
s6'o por una teoria meiafsiea se puede resi le readin
csencial que aya entre un reino y otro, Feld: metafisiea
por lo demés, patente desde que se advierte que nde supreme
‘ber ser se fundamentaen un ser y, a lainverss todo dito
ser, en un deber ser
Pero dejando a un lado este problema metifsico, es 1o