A ILUSION,
Peeseariruco VIII
Caracter individual
y social
M ARX POSTULG Ia Independencia mutua entre las bases
econémicas de la sociedad y Jas instituciones legales y poli-
ticas, su filosofia, arte, religién, etc. Las primeras, de acucrdo con la teoria
marxista, determinan las segundas, que forman la “superestructura ideolé-
gica”, Pero Marx y Engels no demostraron, como lo admitié Engels en for-
ma bastante explicita, de qué manera se transforman las bases econémicas
en una superestructura ideoldgica, Estimo que mediante el uso de los
instrumentes psicoanalitices, pod Henaise esta Jaguna en la teoria marxista,
¥ que es posible demostrar los mecanismos por los cuales se vinculan Ja
estructura econdmiica bisica y la superestructura, Una de dichas conexiones
radica en lo que he Ilamado el cardcter social, y Ta otra en Ia naturaleza
del"inconsciente social, del que hablaremos en cl capitulo siguiente.
A fin de poder explicar el concepto de “caricter social” tendremos pre
mero que investigar uno de los més trascendentales descubrimicntos de
Freud: su_concepto dindmica del caricter. Hasta la aparicion de Freud,
Jes rasgos de cardcter eran considerados por los psicélogos conductivistas
como sindnimos de rasgos de conducta. Desde este punto de vista el cardcter
s¢ decide como “el esquema de conducta caracteristico de una persona
dada”? mientras otros autores, como William Mc Dougall, R. G. Gordon,
y Kretschmer, han destacado el elemento conative y dindmico de ios rasgos
del cardcter, —
Freud elaboré no solamente Ia primera sino una de las més penctran-
tes y consistentes teorias del caricter como un sistema de impulsos que
forman la base de la conducta, pero que no son identicos a ésta, Para poder
apreciar eT concepto dindmico del carieter enunciade por Freud, sera de
* Lcland E, Hinsie y Jacob Shatshy, Psychiatrie Dictionary (Nueva York: Ox-
ford University Press, 1940). - :
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gran utilidad establecer una comparacin entre los rasgos de conducta y los
rasgos de cardcter. Los rasgos de conducta se describen en funcién de ac«
tos observables por una tercera persona. Asi, por ejemplo, el rasgo de
conducta consistente en “ser valeroso” estaria definido como una conducta
encaminada al logro de una determinada meta sin detenerse ante los riewgox
a la propia libertad, a la comodidad personal o a la vida misma. O bien, la
frugalidad como rasgo de conducta podria definirse como conducta encami-
nada a ahorrar dinero u otras cosas materiales. Sin embargo, si exploramos
el dmbito de la motivacién y particularmente de la motivacién incons-
ciente de tales rasgos de conducta, descubriremos que el rasgo en cuestién
encubre numerosos rasgos de cardeter totalmente diferentes. La conducta
valerosa puede estar motivada por Ja ambicién en forma tal que una perso-
na arriesgar& su vida en ciertas situaciones para satisfacer su deseo de ser
admirada; puede estar motivada por impulsos suicidas capaces de arrastrar
a una persona a buscar el peligro debido a que, consciente o inconsciente-
mente, no concede valor a su vida y desea destruirse a si misma; podria
estar motivada por una absoluta falta de imaginacién que hace a un in
vidue actuar con valentfa debido a que no esté consciente del peligro que
le espera; por ultimo, podria estar determinada por una devocién genuina
a la idea o a la meta por la cual Ja persona acttia, motivacién que conven
cionalmente se interpreta como la base del valor. Superficialmente, la con
ducta en todas estas circunstancias serd la misma a pesar de las diferentes
motivaciones, Digo “superficialmente” debido a que si esa conducta puede
observarse minuciosamente, se descubrird que la diferencia en motivacién
Pisduce también una diferencia sutil pero significativa en la conducta. Un
oficial en plena batalla, por ejemplo, se comportard de manera totalmente
diferente en situaciones distintas, si su valentia est motivada por la devo-
cién a una idea, m&s que por ambicién. En el primer caso no atacara
en determinadas situaciones si los riesgos no estn en proporeién con los
fines tacticos a ganar. Si por el otro lado, estA motivade por la vanidad,
esta pasién Jo cegard ante los peligros que lo amenazan tanto a él como a
sus soldados. En este dltimo caso, ¢s evidente que su rasgo de conducta “va-
lerosa” ¢s un mérito muy ambiguo. Otro ejemplo que ilustra lo anterior
3 Ja frugalidad. Una persona puede ser ahorrativa debido a que su situa.
cién econémica asi lo exige; o puede ser frugal por tener wn cardcter mez
quino que hace del ahorro un fin en si mismo, independientemente de las
necesidades reales. En este caso, como en el anterior, la motivacién deter-
minaria algunas diferencias en relacién con la conducta misma. En el
primer caso, la persona seria perfectamente capaz de discernir entre una
situaci6n en que conviene ahorrar y otra en la cual es preferible gastar di-
nero. En el tiltimo caso economizaré independientemente de la necesidad