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Tipos de matrimonios
Matrimonios “Canónicos” son aquellos llevados a cabo por la Iglesia Católica Apostólica
Romana. Seguido a la ceremonia, la Iglesia asume la responsabilidad del registro del
matrimonio con las oficinas gubernamentales correspondientes.
Matrimonios Civiles
Los hombres entre 16 y 18 años de edad, o las mujeres entre 15 y 18 años de edad,
pueden contraer matrimonio con el consentimiento de sus padres. El
consentimiento debe ser por escrito y notariado, a menos que la persona que deba
dar dicho consentimiento lo haga mientras asiste a la ceremonia; y
Los hombres menores de 16 años y las mujeres menores de 15 años no pueden
casarse, aun con el consentimiento de los padres, pero el Juez puede otorgar una
dispensa por razones atendibles.
No se puede contraer matrimonio antes de la disolución de un matrimonio
precedente. La mujer divorciada no puede contraer nuevo sino hasta diez (10)
meses después de que el divorcio haya llegado a ser definitivo, a menos que su
nuevo marido sea el mismo de quien se ha divorciado.
El Oficial del Estado Civil, al momento de la celebración del matrimonio, puede
dispensar a los contrayentes de cualquiera de estos requisitos por razones
atendibles. Dicha dispensa debe hacerse por escrito explicando sus causas y debe
hacerse constar en el certificado y acta de matrimonio.
El Oficial llevará a cabo la ceremonia en presencia de las partes involucradas, y de
los testigos requeridos. Durante la ceremonia, el Oficial del Estado Civil les
preguntará a los contrayentes, así como a los testigos y demás personas que
autoricen el matrimonio, si se ha celebrado algún contrato entre ellos, y en caso
afirmativo, que indiquen la fecha del mismo y el nombre del Notario ante quien se
efectuó.
El acta de matrimonio deberá contener los nombres y apellidos de los
contrayentes, su consentimiento, la declaración de que han quedado unidos por
dicho vínculo y la fecha del acto. Este acto será firmado por el funcionario
actuante, por los contrayentes y testigos, y posteriormente se procederá a la
inscripción del matrimonio en los registros del estado civil correspondiente.
El matrimonio civil se disuelve por el divorcio o por la muerte de uno de los
cónyuges.
La existencia de tres grupos de bienes: — Los bienes comunes, los bienes propios
de la mujer, y los bienes propios del marido.
Bajo el régimen de “comunidad legal”, todos los bienes muebles y gananciales
mobiliarios, así como los bienes inmuebles adquiridos durante el matrimonio, son
propiedad común.
El poder del marido sobre la administración de la comunidad, el cual no puede
desconocerse ni restringirse mediante ninguna cláusula ni convenio matrimonial;
y
La existencia de garantías para la mujer frente al mal manejo de los bienes por
parte del marido, tales como la acción en separación judicial de bienes, el beneficio
de emolumento, la hipoteca legal sobre los inmuebles del marido y por último, la
renuncia a la comunidad.
2. Comunidad Reducida a los gananciales: Bajo este sistema se modifica la composición
de los bienes comunes, excluyendo las deudas respectivas de los cónyuges (actuales y
futuras) y su mobiliario respectivo (presente y futuro).
Es posible que los cónyuges declaren que se casan sin ninguna de las comunidades
descritas anteriormente, eligiendo su propio régimen matrimonial. No obstante, hacer
esto no le garantiza a la mujer el derecho de administrar sus bienes ni de percibir los
frutos que estos devenguen. Los bienes se consideran como aportados al marido para
sostener las cargas del matrimonio. Sin embargo, los esposos pueden incluir en su
acuerdo de bienes una cláusula que le autorice a la esposa a recibir parte de sus ingresos
para su sostenimiento y necesidades personales.
En los regímenes de separación no existen bienes comunes, sino bienes propios de cada
uno de los cónyuges sobre los cuales cada uno mantiene la administración, disposición y el
disfrute. No obstante, la mujer no conserva el derecho de disponer sobre sus bienes sin el
consentimiento de su marido, y en su ausencia, sin permiso judicial.
Este régimen requiere como obligación que el esposo contribuya al sostenimiento del
hogar. Más aun, los bienes muebles se encuentran confundidos, haciéndose indispensable
la liquidación de los mismos en caso de disolución del matrimonio.
La mujer responde con sus bienes de las deudas contraídas por ésta antes del matrimonio,
y de las que se originen como suyas durante éste. También de las deudas contraídas por
ella o por el marido (en caso de insolvencia del otro) para el sostenimiento del hogar.
Por su parte, el esposo responde con sus bienes de las deudas contraídas antes o durante
el matrimonio, y de las que se originen como suyas durante este; igualmente de las deudas
contraídas por la mujer como representante de la unión conyugal.
Una variación del régimen de separación es el régimen dotal. En el régimen dotal la mujer,
en lugar de contribuir a las cargas del matrimonio con sus ingresos, entrega sus bienes o
algunos de ellos a su marido, quien tiene la administración y el disfrute de los mismos.
La mujer posee, fuera de los bienes dotales, bienes que no están afectados por las cargas
del hogar, llamados “bienes parafernales”. La mujer mantiene el goce y la administración
de sus bienes parafernales, pero no puede enajenarlos sin la autorización del marido, o en
su defecto un permiso judicial.