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Condicionamiento histórico de las relaciones sociales

Si nos limitamos a mover nuestras figuras sobre la escena tan sólo a partir de móviles sociales, diferentes
según la época, la resultante es que dificultamos a nuestros espectadores toda compenetración emocional
(endopatía) con el asunto. Entonces, ya no les es posible sentir sencillamente que “él habría actuado
también así”, sino que a lo sumo podría decir “si hubiera vivido bajo las mismas circunstancias”; y si
representamos las piezas de nuestra propia época como piezas históricas, es posible que el espectador
descubra las circunstancias en que vive como algo especialmente singular, y ello constituye el comienzo de
la crítica.

Las “condiciones históricas” no deben ser pensadas (no construidas) como potencias oscuras
(trasfondos), sino que esas condiciones han sido creadas y mantenidas por hombres y también por ellos han
de ser transformadas, es decir, que la acción que allí se desarrolla es lo que las constituye.

La imagen que se historiza debe tener en sí algo de esos bosquejos que muestran, referidos a la figura, las
huellas de otros movimientos y rasgos característicos. Pensemos, por ejemplo, en un hombre que en medio
de un valle está pronunciando un discurso en cuyo desarrollo algunas veces cambia de modo de pensar o
simplemente expresa frases que se contradicen, de modo tal que el eco, al producirse, realizaría la
confrontación de las frases.
Pequeño Organon para el Teatro – Bertolt Brecht
El actor debe actuar los hechos como si fueran históricos” exigía Brecht en su “Nueva técnica de
actuación”.
Los acontecimientos históricos son acontecimientos únicos, transitorios, vinculados a
determinadas épocas. La conducta de las personas que intervienen en ellos no es algo puramente
inmodificable: tiene aspectos obsoletos y aspectos que pueden llegar a serlo, y está sujeto a la crítica
de la época que les suceda en el tiempo, sea cual fuere. El desarrollo constante nos aleja de la
conducta de los que nacieron antes que nosotros.
Desarrollo, progreso, cambio constante de la situación es el sentido de los acontecimientos mundiales: el
dramaturgo y el actor a sus órdenes deben “historicizar” todo lo presente, es decir, hacer cada situación
comprensible en su “relatividad histórica”. Este método “historicista” es sólo otra expresión para el
distanciamiento.
La teoría dramática de Brecht – Hans Egon Holthusen
“…Las tesis de Brecht tituladas El realismo socialista en el teatro :

1. El realismo socialista es una representación fiel de la vida y las relaciones humanas por medio de un
arte derivado de actitudes socialistas. Esta representación facilita la comprensión de la esencia de los
procesos sociales y estimula respuestas intelectuales de tipo socialista. El placer que debería dar toda
forma de arte es, sobre todo, en el arte realista-socialista, un placer derivado de la conciencia de que
efectivamente la sociedad determina el destino del hombre.

2. Una obra de arte, creada según el modelo del realismo socialista, revela las leyes dialécticas del
desarrollo social cuyo conocimiento ayuda a la sociedad a determinar el destino del hombre. Ofrece
el placer de descubrir y observar cómo operan estas leyes.

3. Una obra de arte, creada según el modelo del realismo socialista muestra a los personajes y a los
acontecimientos, históricamente determinados, sujetos al cambio, y contradictorios por su propia
naturaleza. Esto marca una coyuntura decisiva para el arte: es necesario realizar esfuerzos muy
serios para descubrir y dominar nuevos métodos expresivos.
4. Una obra de arte, creada según el modelo del realismo socialista expresa el punto de vista de la
clase obrera y está dirigida a todos los hombres de buena voluntad. Les proporciona una imagen del
mundo y les revela las tareas de la clase trabajadora, cuyo objetivo establecido por ella misma es
mostrar que como resultado de la creación de una sociedad libre de la explotación, las posibilidades
creativas humanas se desarrollarán en dimensiones desconocidas hasta ahora.

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