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Alexandro L.

Huanca
Psicopedagogo y Psicólogo. Cuenta con una amplia experiencia como especialista en terapia
de lenguaje y aprendizaje. Actualmente ejerce como docente de la Universidad Mayor de San
Marcos y la Universidad Autónoma del Perú, labora como psicoterapeuta en centros de salud
mental
Las dificultades en las habilidades lingüísticas y en especial en la correcta emisión de las palabras, ya sea en forma
aislada o en el lenguaje espontáneo, aparecen con frecuencia en la población infantil menor a 6 años. Muchas veces
estos errores son definidos como dislalias, dificultades a nivel fonético, por tanto durante la rehabilitación, el
especialista se centra en hacer que el niño pronuncie bien o articule las palabras igual que un adulto. Sin embargo,
estas dificultades pueden ir mas allá de un simple problema de articulación y puede ser un trastorno fonético, siendo
quizás esta la razón por la que algunos especialistas fracasan en su intento por ayudar a estos niños.
Diferencia entre el trastorno fonético y el trastorno fonológico.
En los trastornos fonéticos la dificultad se presenta a nivel de la articulación del fonema aislado. El origen de esta
dificultad se da por una alteración orgánica o funcional en los órganos que intervienen en la producción del habla
(lengua, labios, etc.), puede estar acompañado de frenillo sublingual corto, incorrectas posiciones y falta de agilidad
linguo labial.
En estos casos, la dificultad está centrada en el aspecto motriz o articulatorio, son niños con errores estables, que
cometen siempre el mismo error cuando emiten el sonido o sonidos problemáticos. Entre los errores más frecuentes
tenemos: omisiones, así por ejemplo debe decir elefante pero dice epante o sustituciones, debe decir cama y
dice tama. Si estos errores en la articulación predominan en su habla entonces estamos posiblemente frente a un
trastorno fonético.
En los trastornos fonológicos la dificultad está en la producción inapropiada del sonido en conjunto (en una palabra,
oración, etc.) que se puede observar dentro del vocabulario y gramática normal. Este trastorno entonces hace
referencia a dificultades del habla en niños que no tienen alteradas otras habilidades lingüísticas (no se produce en
el nivel articulatorio ya que pueden pronunciar bien las palabras en imitación pero dentro de su lenguaje espontáneo
las sustituyen u omiten), se produce en el nivel perceptivo y organizativo, es decir, en los procesos de discriminación
auditiva, afectando a los mecanismos de conceptualización de los sonidos y a la relación entre significante y
significado (no tienen una representación mental del sonido).
Estas son las principales diferencias entre el trastorno fonético y fonológico. Haz click a continuación si quieres
aprender más sobre las alteraciones patológicas del lenguaje.

Cómo impactan los trastornos del


lenguaje en la vida del niño
Conoce cómo impactan los trastornos del lenguaje en la vida del niño. Identifica la
relación del lenguaje con el desarrollo cogniivo y la socialización.
El lenguaje es el medio de comunicación que le permite al niño la interacción con su
entorno. Lo fantástico es que en cada intercambio comunicativo da pasos
para estructurar su pensamiento, pues estos dos aspectos están íntimamente
relacionados.
El adecuado desarrollo y evolución del lenguaje depende de dos factores
fundamentales: la maduración genética del cerebro y la estimulación del entorno. Como
consecuencia, los niños que estructuran un lenguaje a más temprana edad tienen la
oportunidad de aprehender y lograr un desarrollo cognitivo más profundo y de
desarrollar mejores procesos de socialización. Recuerde que hacia los cuatro años el
niño debe haber consolidado su lenguaje.
¿Qué sucede cuando un niño presenta una alteración en la construcción de su desarrollo del lenguaje? ¿Hasta qué punto una
alteración en el desarrollo del lenguaje puede convertirse en una limitación? ¿Cómo se impacta la vida de una persona si no se atiende
oportunamente un trastorno del lenguaje?

En primer lugar, se deben distinguir tres conceptos que resultan diferentes: alteraciones del habla, retraso del lenguaje y trastorno del lenguaje.

Las alteraciones del habla se refieren a las dificultades que impiden que el habla sea clara y entendible. Estas alteraciones afectan:
 La articulación, que se refiere a la producción de fonemas, es decir, de los sonidos de las letras. Por ejemplo, el niño dice “calo”, para
referirse a “carro”.
 El ritmo, que da lugar a la disfemia o tartamudez que se manifiesta en tropiezos, espasmos y repeticiones al hablar.
 La voz, lo cual genera las llamadas disfonías, que se relaciona con problemas en las cuerdas vocales que origina una vibración
defectuosa y una voz ronca, rasposa o entrecortada.

Es importante aclarar que una alteración del habla no implica una dificultad en la construcción adecuada de oraciones y frases; sin embargo,
un niño que tenga un problema de habla puede conducir a una alteración del lenguaje.

El retraso del lenguaje se refiere al niño que completa sus etapas del desarrollo del lenguaje de una forma tardía con respecto a su edad
cronológica. En un retraso del lenguaje se afectan otras áreas, como:

 La sintáctica o correcta organización de frases y oraciones; por ejemplo, el niño dice: “Mamá a salí paque no Juan”, cuando quiso
decir: “Mamá, Juan no puede salir al parque”. En este ejemplo, hay problemas de articulación y de sintaxis.
 La semántica o significado de palabras y oraciones. Por ser niños que cuentan con un léxico muy reducido, sus definiciones son muy
limitadas e imprecisas. Por ejemplo, si le pedimos que defina qué es un tigre, un niño de cinco años dirá: “te come”. Por supuesto, un
niño que no tenga esta dificultad dirá: “Es un animal salvaje y carnívoro”.
 La pragmática o el uso que pueda dar al lenguaje. Un niño que tiene un buen desarrollo del lenguaje, lo utiliza para descubrir su
entorno, pero cuando hay un retraso, el niño se limita y no explora, con su lenguaje, de la misma forma. Por eso, estos niños, por
ejemplo, no respetan el turno para hablar, no leen el contexto en el que están, interrumpen las conversaciones sin que se percaten,
no tienen una conversación coherente de acuerdo al entorno, entre otros.

El retraso del lenguaje tiene una recuperación relativamente fácil y pronta, porque de base no cuentan con un trastorno neurológico, ni
obedece a una deficiencia auditiva o una disfuncionalidad cognitiva. Todo esto depende de una adecuada intervención profesional.

Es importante aclara que un niño con retraso del lenguaje no presenta mayores problemas en cuanto a lenguaje comprensivo.

El trastorno del lenguaje es una dificultad mayor en la que el niño no solo adquiere tardíamente el lenguaje, sino que presenta problemas de
estructuración, es decir, dificultad para construir de manera organizada las frases y las oraciones; además, cuenta con una pronunciación
incorrecta y, lo más grave, problemas severos de comprensión. Estas características persisten con el paso del tiempo. Este trastorno puede ser
congénito o adquirido, por ejemplo por una lesión.

Ejemplo. Al preguntarle a un niño de 7 años sobre lo que hizo en el colegio, responde: “jugamo ojo, a colego, a jugal a la plati… a colelo una
talea; palabas más no”. Se observa, entre otros, una dificultad muy grande para organizar las ideas y darle secuencia; es evidente la dificultad
de articulación y de gramática. Como se le dificulta comunicarse, dice “palabas más no”, lo que quiere decir: “no quiero hablar más”.

Efectos del trastorno del lenguaje

Un trastorno del lenguaje afecta el contexto expresivo y comprensivo. Por esta razón, se torna muy notorio con el ingreso del niño a la etapa
escolar.

Infortunadamente, en muchas ocasiones los padres y los maestros no se dan cuenta o no le dan la dimensión de la gravedad de la situación y
el trastorno pasa desapercibido.

Si el contexto educativo no se percata de lo delicado de su condición, el inicio de la escolaridad, para un niño con trastorno del lenguaje, traza
un camino de dificultades y un historial de sufrimiento. Este tortuoso camino se presenta porque el contexto empieza a exigirle una serie de
respuestas que el niño no va a poder generar. Como consecuencia, el niño se llena de ansiedad y de frustración.

Entre otros, un niño con trastorno de lenguaje se enfrenta a las siguientes situaciones:

 Dificultad para adquirir el proceso lectoescritor. A este tipo de niños le cuesta mucho este proceso, pues se les cuesta enormemente
entender los códigos gramaticales (estructura). Un alto número de estos niños no logran, incluso, consolidar este proceso. Por eso,
será el último en copiar, en tomar los dictados o en elaborar cualquier escrito.
 Problemas para expresar sus ideas, pues no se le entiende lo que quiere decir. Esto porque no puede organizar las frases ni las
oraciones. Su lenguaje pareciera, en muchas ocasiones, que no tiene un fin específico.
 Conjuga mal los verbos. Ejemplo: “a la casa también tiene calos”. Es decir: En mi casa también tengo carros.
 Entiende el lenguaje de forma literal. Ejemplo: la maestra le dice al curso: “Vamos a hablar sobre los animales”. Acto seguido, el niño
comienza a hablar porque entiende la expresión “vamos” como una invitación que lo incluye. Al comenzar a hablar, le llaman la
atención por hablar en clase e interrumpir.
 Gran dificultad para comprender todo tipo de instrucciones en las evaluaciones, en los trabajos y en las tareas. Esto significa que
presenta grandes problemas en la comprensión de lectura.
 En las relaciones con sus compañeros, lo más probable es que estará expuesto a las burlas. Dado que no se le entiende lo que dice
o se demora mucho en expresarse, los compañeros van a tener poca tolerancia, por lo que se desesperarán, no le permitirán hablar,
le cortarán cuando hable. En estos casos, los compañeros completan las frases o ideas, con lo que se ahonda el problema.
 Tienen fallas en la conciencia fonológica (no integra adecuadamente el sonido de las letras) y fallas ortográficas; por lo tanto, omite
letras y une palabras al escribir.
 Por ser la atención y la memoria dispositivos básicos para el aprendizaje del lenguaje, por lo general, presentan otros trastornos
asociados, entre ellos, déficit de atención, dislexia, discalulia, disgrafia y disortografía.
 También surgen problemas de tipo comprensivo. Esto quiere decir que no entienden las explicaciones de los maestros porque en sus
códigos lingüísticos son restringidos. Como consecuencia, se afectan los dispositivos de aprendizaje. Esto se refleja en todo su
contexto comprensivo: lecturas, clases, diálogos y películas, entre otros.
 En otros ámbitos, si no es posible consolidar su lengua materna, tampoco puede aprender una segunda lengua. Como el contexto se
lo exige, le va a generar mucha angustia.
Todas estas limitaciones impiden que el niño pueda tener una sana relación con los niños de su edad, por lo que su vida social se ve
disminuida.

Muchos de ellos no tienen amigos y se desvinculan totalmente de su entorno y pasan a vivir en soledad. Esto genera trastornos en el estado de
ánimo, como depresión y ansiedad. Todo esto se agudiza porque no solo le resulta difícil responder a un contexto escolar, sino porque muchos
padres centran su vida en el éxito escolar. Muchos de estos chicos llegan al suicidio.

Efectos a largo plazo

Es altamente probable que de joven y de adulto el trastorno del lenguaje siga impactando su emocionalidad, su autoestima y, en general, en
todas las esferas de su vida, la cual se marca por la angustia, la frustración y la tristeza, que dan paso a los miedos y las fobias sociales (miedo
total al contacto social), ante todo, por la dificultad para comunicarse asertivamente.

Por eso, a este chico le puede resultar muy difícil ingresar a la universidad, responder bien a una entrevista y comprender sus deberes
laborales. Igualmente, las relaciones de noviazgo o de pareja pueden ser conflictivas, pues pueden sacar toda su frustración con arranques de
ira y de agresividad. No es extraño que muchos de ellos generen trastornos de conducta. Es decir, de adulto llegan a tener una vida
disfuncional.

Es evidente la importancia de detectar los trastornos del lenguaje desde temprana edad y garantizar un manejo asertivo, estimulante, que
involucren todo su contexto familiar. En el mismo sentido, es clave que estos niños cuenten con una institución educativa que los entienda y los
apoye; es decir, lo ideal es conseguir un sistema que los entienda y no, al revés, que el niño tenga que entender el sistema.

A pesar de tener una base biológica, estos niños pueden salvar su vida, pues no cabe duda que el contexto es determinante, si se acompaña
de un trabajo riguroso, profundo y amoroso como el que se desarrolla con la propuesta de Pedagogía Sana.

Superar un trastorno del lenguaje

Conoce la experiencia de cómo una niña diagnosticada con trastorno del lenguaje logra mejorar sustancialmente sus dificultades
comunicativas, a través del trabajo constante, amoroso y asertivo del enfoque de Pedagogía Sana. Para el efecto, puedes ver el
video Trastorno del lenguaje.

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Etapas del desarrollo del lenguaje

Si has notado que tu hijo tiene dificultad en la articulación de letras dentro de palabras, en una o dos letras, se las
come, las cambia por otra de parecida pronunciación, por ejemplo "l" por "R", o suele incrementar una letra,
ejemplo "platlo por plato", entonces tu hijo podría tener un trastorno de pronunciación o también llamado
“dislalia”.
Aunque estos errores en la pronunciación se consideran propios del desarrollo en edades de 3 y hasta 4 años, incluso hasta los 5 años se considera
normal cometer errores con la letra "RR" ya que esta es la última en aparecer en el repertorio del desarrollo lingüístico de un infante.

Posterior a los 6 años, tu pequeño ya debe estar en capacidad de pronunciar con claridad todas las letras dentro de las palabras y frases, expresándose
haciendo uso de un lenguaje verbal que se logre entender al hablar.

Debes tener en cuenta también que la correcta pronunciación de tu pequeño dependerá de varios factores como por ejemplo una adecuada madurez
psicomotora, adecuado estímulo ambiental y normal desarrollo anatómico de boca, lengua, mejillas e impostación dentaria.

En el caso de que tu pequeño(a) presente dificultades anatómicas como por ejemplo inflamación de adenoides, esto también puede limitarlo a lograr una
correcta coordinación fonorespiratoria. Estos pacientes adoptan la respiración bucal (inspiran y espiran por la boca), además de una debilidad muscular y
con ello falta de precisión en la pronunciación; por su parte otro aspecto anatómico que influye sobre manera es el frenillo sublingual el cual dificulta la
movilidad lingual superior y vibratoria, afectando la producción de fonemas "L", "R" y "RR".

La asimetría de maxilares afecta también a la correcta pronunciación, tenemos en el caso de la proyección del maxilar inferior que influirá en la
pronunciación del fonema "S".
Deseo compartir contigo los principales síntomas que puedes observar en el niño para determinar si presenta un trastorno de pronunciación o dislalia:

1) Omite letras
Este tipo de error (se come la letra al hablar) puede ocurrir a veces en todas las palabras o en ciertas palabras, eso dependerá del tipo de dislalia que se
diagnostique, ejemplo "comida, comia", aquí omite la letra "D".

2) Sustituye letras
También y con mayor frecuente ocurren las sustituciones de letras, que generalmente son por otras que se parecen en sonidos o en posición de los
músculos de la boca para ser producidos; ejemplo del primer caso es la sustitución de "S" por "Z" ambos sonidos son de fricción o sea que el aire pasa
rosando la lengua, alveolos y labios. En el segundo caso la "R" por "L", ambas letras requieren subir la lengua y colocar la punta detrás de los alveolos
superiores (parte posterior de los dientes).

3) Adiciona letras
La de menor frecuencia es la adición, donde el niño aumenta una letra en la palabra, comúnmente ocurre en las palabras que tienen sílabas inversas
"canasta, colmo, ratón" o sinfones "trapo, plomo, plato" donde por pronunciar la consonante final o media, duplica el esfuerzo y la repite en otra posición,
por ejemplo "plalto o platlo" por "plato" y "casnasta" por "canasta".

Si tu hijo ya ha pasado los 6 años de edad y presenta alguna de estos síntomas es posible que padezca de un trastorno de pronunciación por lo que
deberá recibir tratamiento inmediato, pues al no hacerlo se verá afectado el aprendizaje de la lectura y escritura, ya que al no poseer uno o más fonemas
en su repertorio de pronunciación, existirá una alta probabilidad que lea y escriba tal como habla.
Es necesario que exista un control terapéutico desde etapas escolares iniciales, aquí es cuando la detección se hace importante, para intervenir evitando
que progrese y en ciertos casos se agrave el problemas de pronunciación.

No olvidar visitar al Terapista del Lenguaje para hacer valoraciones periódicas en edades de 3, 4, 5 y 6 años, ya que son edades que se encuentran en
riesgo de padecer problemas de articulación verbal.

La prevención y detección temprana es importante, con ello se garantiza una intervención oportuna que beneficiará el desarrollo social, académico y
emocional de los niños.

al primero se le caracteriza por una pérdida completa o parcial de la voz producida


por un uso excesivo de las cuerdas vocales, alteraciones de la laringe o por causas
psicológicas. Entre las causas se encuentran las enfermedades del aparato
respiratorio (laringitis, faringitis, amigdalitis, tos persistente, alergias, nódulo s,
tumores, etc.), ingestión de productos tóxicos o irritantes (alcohol, tabaco, pimienta,
vinagre, productos químicos abrasivos, etc.), manipulaciones de la laringe
(operaciones o procedimientos médicos), e incluso el frío excesivo debido al clima o
al tomar bebidas heladas o comer alimentos muy fríos.
En cuanto a la disfonía es la alteración de una o varias cualidades de la voz (volumen,
tono, timbre, etc.) Generalmente se debe por un uso inadecuado de la voz y/o un
abuso de la misma. Entre sus síntomas e stá el esfuerzo al emitir un sonido,
dificultades para mantener la voz, cansancio al hablar, variaciones de la frecuencia
fundamental habitual como los llamados “gallos”, carraspeo o falta de volumen.

rastorno fonológico
El trastorno fonológico o dislalia consiste en una dificultad tanto en la producción de determinados fonemas
como en la elección de los sonidos que constituyen una palabra y su ubicación dentro de la misma (Pavez,
1990). Se concibe como una alteración en la estructura de la palabra que puede producir, en algunos
casos, un lenguaje incomprensible.
Al empezar a hablar, la mayoría de los niños muestran una inmadurez expresiva en la pronunciación de
algunos sonidos y palabras. Sin embargo, a la edad de 3 años, se espera que al menos la mitad de lo que
el niño dice sea inteligible para un extraño. A los cuatro o cinco años, el niño debería producir la mayoría
de los sonidos correctamente, aunque algunos de los sonidos más difíciles, pueden no ser completamente
correctos, incluso hasta los 7 u 8 años.
Los niños con trastorno fonológico suelen sustituir, omitir o cambiar los sonidos. Estos errores pueden
hacer que, para otras personas, su discurso resulte difícil de entender. Los tipos de errores más comunes
son:
 Sustitución: sucede cuando se pone la posición de los órganos fonadores en la forma que corresponde a
otro fonema (ej. “calne” por “carne”).
 Distorsión o deformación: ocurre cuando se coloca una posición intermedia entre dos fonemas, lo que
da lugar a un sonido indefinido debido a que se produce un sonido poco claro (ej. el ceceo ante la s).
 Omisión: cuando algunos sonidos requeridos no son pronunciados (ej. “libo” por “libro”).
 Inserción o adición: pronunciación de fonemas que no se corresponden con la estructura de la palabra
(ej. “boroma” por “broma”).
 Inversiones: cambio en el orden de los fonemas (ej. “cocholate” por “chocolate”).
Existen algunos fonemas que presentan mayor número de problemas, y que al mismo tiempo coinciden con
ser los últimos en adquirirse evolutivamente, estos fonemas son: l, r, s, z, ch.

Según las clasificaciones diagnósticas actuales, el trastorno fonológico se diagnostica en ausencia de causas
sensoriales (dislalia audiógena), funcionales o motrices (dislalia funcional), considerándose entonces como
una alteración del habla como consecuencia de una inmadurez persistente del lenguaje durante la fase del
desarrollo del niño.

El trastorno fonológico y la lectoescritura


En cuanto a la adquisición de las habilidades lectoras, diversos estudios indican que algunos niños con
trastorno fonológico presentan también un déficit en la conciencia fonológica (Bird, Bishop y Freeman,
1995; Webster y Plante, 1992; Hodson, 1998; Cowan y Moran, 1996). Es decir, manifiestan dificultades
para identificar y manipular explícitamente las unidades fonológicas de la palabra hablada y,
consecuentemente para reflexionar sobre el componente fonológico de la lengua (Gombert, 1992). Por otro
lado, una buena adquisición de las habilidades metafonológicas se relaciona con un adecuado desarrollo
del lenguaje oral (Orellana, 1996), ya que si el niño tiene dificultades a nivel fonológico, difícilmente podrá
reflexionar sobre este componente del lenguaje.

La Fonología estudia el modo en que se organiza el sistema de sonidos de un lenguaje.

La Fonética estudia las características de los sonidos humanos en cuanto al modo en que es producido por los
órganos vocales.

a) Trastornos fonéticos:

El sistema fonológico del niño está bien establecido porque habría llevado a cabo los contrastes requeridos por su
lengua, establece perfectamente los contrastes, sabe lo que quiere y tiene que decir pero no le sale.

Hay una presencia de errores aislados que no forman patrones ni se ajustan al criterio de los procesos fonológicos.
Son dificultades en la articulación de un sonido de forma aislada (no afecta a otros sonidos) que nunca se produce
bien, es decir, si por ejemplo falla en la articulación de la /s/, falla cuando aparece el fonema en inicial de
palabra, sílaba, final…

Los errores tienden a ser más por distorsión que por sustitución, y suelen presentar dificultades de articulación
e incoordinación práxica.

b) Trastornos fonológicos:

Es el trastorno que presenta un sujeto que tiene afectado el sistema fonológico, mientras que sus habilidades
fonético-articulatorias están bien desarrolladas, es decir, son capaces de articular todos los sonidos. El problema
es que en lenguaje espontáneo no son capaces de ubicar correctamente los sonidos porque no tienen bien asumidos
los contrastes entres sonidos. No son capaces de diferenciar palabras que sólo se diferencian en un sonido cuyo
contraste no está aprendido, lo que repercute en aspectos semánticos.

Es capaz de articular correctamente todos los sonidos de su lengua por imitación (dado que la articulación no está
afectada), pero tiene dificultad para organizarlos en un sistema, estableciendo contrastes de significado.

Se dan errores en varios sonidos a la vez (por ejemplo si el problema es en las fricativas, afectará a /f/, /s/, /σ/,
/x/), formando patrones que corresponden a determinados procesos fonológicos de simplificación.

No existen problemas motores, pueden llevar a cabo ágilmente todos los sonidos motóricamente, es decir, nunca
habría un problema de distorsión: sustituyen u omiten. Pero sí pueden presentar dificultades de discriminación
auditiva.

Etiquetas: articulación, discriminación auditiva, dislalia, distorsión, fonética, fonología, praxias


verbales, sustitución, trastorno del habla, trastorno del lenguaje, trastorno fonético, trastorno fonológico

Los trastornos de la comunicación: fonético, fonológico y de la comunicación


no especificado
Silvia Aldara Flores Hernández
El lenguaje según la lingüística moderna es un sistema de signos convencionales,
arbitrarios, resultado de un proceso de doble articulación que utilizan los medios de
la comunidad para representar el mundo y para comunicarse. La lingüística moderna
desde Saussure divide el signo lingüístico (la palabra) en significado: lo que significa
la palabra y significante: la palabra como entidad física ya sea oral, ya sea escrita.
Algunas ramas de la lingüística se avocan al significado como la semántica, la
pragmática, la sintaxis, etc. Mientras que otras, al significante como la fonética, la
fonología, etc. Ahora bien, existen otras que se ocupan de los dos como la
morfosintaxis. Dependiendo de la dificultad del hablante se acude a determinada rama
de la lingüística para distinguir el trastorno que se debe diagnosticar. En esta
presentación nos avocaremos a los trastornos fonéticos y fonológicos por lo que
definiremos a la fonología como aquella rama que estudia los fonemas, los cuales son
las unidades mínimas del lenguaje sin significado por sí mismas; pero que modifican
el de las palabras cuando se sustituyen unos por otros en el interior de las mismas
como peso o beso.
Clasificación de los fonemas:
Las vocales en función del grado de apertura de la boca y en función de la posición
de la lengua. Las consonantes se clasifican de a cuerdo:
-La acción del velo del paladar
-El modo de articulación
-El lugar de la articulación
Otro conocimiento de la lingüística necesario para nuestro interés es que los niveles
de la lengua no son uniformes porque en su uso concreto muestran las variaciones
que estudia la sociolingüística como los siguientes:
Dialecto: variedad lingüística debido a la región de origen o de adopción. Por
ejemplo, la lengua mixteca presenta diversos dialectos como el dialecto mixteco de
la sierra de Puebla o el dialecto mixteco de Oaxaca. En México se tiene, popularmente,
la falsa creencia de que las lenguas indígenas son dialectos; pero éstas son lenguas
como el español o el francés. Toda lengua tiene dialectos como el dialecto del español
de Yucatán o el dialecto d el español del Norte de México
Sociolecto: variedad lingüística debida al grupo social de origen o de adopción. Por
ejemplo, el español de Tepito o el español de las lomas.
Cronolecto: variedad lingüística debido a la edad o a la generación como el habla d e
los niños o de los adolescentes.
Idiolecto: el modo peculiar de usar el lenguaje de un individuo. Este es el nivel que
interesa para la detección de los trastornos del habla.
La fonética estudia los sonidos que emite la voz humana, su formación y sus var iantes
dependiendo de la posición de las diferentes partes del sistema del habla que incluyen
desde la lengua hasta órganos más internos en la garganta. Ahora bien, los trastornos
fonéticos son las alteraciones de producción, básicamente de orden articulat orio, sin
que haya confusiones de percepción o discriminación auditiva. Por ejemplo, en déficit
de trastorno fonético se dan:

 Omisiones: falta un sonido, a veces con alargamiento de la vocal previa pa por pán
“pan”; Káo por Káro “caro”

 Sustituciones: se cambia un sonido por otro, normalmente de adquisición anterior


o del mismo grupo fonético páda por pála “pala”

 Distorsiones: se incluye sonidos que no pertenecen al inventario del idioma en


cuestión, suelen ser débiles o incompletos como la r gutural frances a, por ejemplo.
A los trastornos fonéticos se les conoce principalmente como las dislalias siguientes:
Dislalia evolutiva o fisiológica : son aquellas alteraciones del habla como
consecuencia de la inmadurez del lenguaje a una edad determinada (lo que se ll ama
cronolecto). Se da en la fase en la que el niño no articula o distorsiona los sonidos.
Es una fase en el desarrollo del lenguaje que desaparece con el tiempo. No se deben
dar intervenciones antes de los 4 años porque aún no se considera retraso fonológ ico
(dificultad en la producción de sonidos debido a un retraso en la adquisición del
sistema fonológico). A partir de los 4 años sí se debe intervenir.
Dislalia orgánica o disglosia: es consecuencia de una malformación de una o varias
partes de la articulación como boca, lengua, dientes o labios. Pueden ser, por tanto
palatales, labiales, dentales, mandibulares, etc. Por ejemplo, una mandíbula
prominente (progenie) puede distorsionar el sonido /s/ al rozar la lengua los incisivos
superiores; una insuficiencia del velo del paladar puede impedir que se cierre bien el
conducto rinofaringeo y teñir con ello las emisiones de un timbre nasal (rinolalia).
Las disglosias más frecuentes y que más repercuten en el habla son el labio leporino
(fisura labial) y el paladar hendido (fisura palatina).
Dislalias audiogenas: el problema de no articular correctamente es un problema de
audición; este tipo de dislalias es frecuente en niños pequeños con hipoacusias de
tipo catarral y adenoideo. Del mismo modo es frecuente que h ayan padecido otitis
frecuentes en los primeros años de vida, aunque en estos casos la dislalia tiende a
desaparecer conforme se van superando las causas audiogenas que la provocaban;
pero también se da el caso de la persistencia más allá de lo esperado.
Dislalias funcionales: Se da por alteraciones motrices de origen nervioso. Dichas
alteraciones son habituales en los primeros 3 años de vida y pueden prolongarse
hasta los 5 años. Se debe a falta de control en la motricidad fina; dificultad en la
respiración; estimulación lingüística deficitaria; imposibilidad de imitación de
movimientos; otro de los problemas es de tipo psicológico como sobreprotección,
traumas, etc. Esta es la dislalia más común. Se tiende a presentar errores estables
porque siempre se cometen los mismos errores en determinados sonidos y aparecen
tanto en la repetición como en el lenguaje espontáneo.
Tratamiento de las dislalias
 Estimular la capacidad del niño para producir sonidos, reproduciendo movimientos
y posturas experimentando con las vocales y las consonantes. Se le enseñará a
comparar y diferenciar los sonidos.

 Estimulación de la coordinación de los movimientos necesarios para la pronunciación


de sonidos: ejercicios labiales y linguales. Se le enseña al niño las posiciones
correctas de los sonidos más difíciles.

 Se realizan ejercicios donde el niño debe producir el sonido dentro de sílabas hasta
que automatice el sonido el patrón muscular necesario para la articulación de los
sonidos.

 Llegados a este punto, el niño ya está preparad o para comenzar con las palabras
completas, a través de juegos se facilitará la producción y la articulación de los
sonidos difíciles dentro de las palabras.

 Una vez que el niño es capaz de pronunciar los sonidos difíciles en cualquier posición
de una palabra, se tratará que lo realice fuera de las sesiones, es decir, en su
lenguaje espontáneo y no sólo en las sesiones terapéuticas.
A lo largo de toda intervención se ejercitará de forma paralela la musculatura que
está interviniendo en la producción de los sonidos. Toda terapia se va a centrar en
juegos que faciliten la adquisición de las habilidades necesarias con la participación
e implicación del niño, logrando así, que sea el propio niño quien descubra por sí
mismo los procesos.
Es conveniente que los padres participen y colaboren en todo el proceso terapéutico
siguiendo las instrucciones del terapeuta y realizando las actividades para casa que
se consideren necesarias.
La disartria es el otro trastorno fonético por excelencia y es una condición
consecuencia de un trastorno neurológico periférico. Específicamente es la alteración
de los pares craneales. El trastorno consiste en un habla distorsionada con dificultad
para controlar o coordinar los músculos que se usan para hablar. Entre sus síntomas
se pueden dar aparte de los del habla. El ritmo lento, incapacidad para hablar más
fuerte que un susurro, voz tensa, nasal, áspera; volumen desigual de expresión,
discurso monótono, dificultad para mover la lengua y para masticar y tragar. Entre
sus causas se encuentran las lesiones cerebrales, enfermedad de Lyme, esclerosis
múltiple, enfermedad de Parkinson. Para el diagnóstico se debe pedir tomografías
computarizadas, electroencefalograma, electromiograma, pruebas de sangre y orina,
pruebas neuropsicológicas y pu nción espinal. Todo ello revisado por el neurólogo y
patólogo del lenguaje con los que debe llevar su tratamiento aparte del logopeda.
Cuando el trastorno fonético detectado obedece a problemas de inventario fonológico,
no a simples errores de articulación , se tiene trastornos fonológicos porque el niño
puede pronunciar todos los sonidos de su lengua; pero le resulta difícil organizarlos
en un sistema que le sirva para manejar las diferencias de significado. Según Ingram
(1976) afectan las siguientes dificultades:
-A la discriminación auditiva de sonidos (el niño no percibe lo que se le dice)
-Al sistema de contrastes (capacidad para diferenciar fonemas)
-A la producción articulatoria (pronuncia mal)
-A la conciencia metafonológica (reflexionar sobre los fon emas de su lengua)
En los trastornos fonológicos se tienden a cometer los siguientes errores:

 Del lugar de articulación: frontalizaciones (una consonante posterior es sustituida


por una anterior: bwántes por gwantes “guantes” o el caso inverso una posterio r por
una anterior: gufánda por bufanda

 El modo de articulación: oclusivaciones káta por Kása “casa”; fúmbol por futbol
“futbol”; semiconsonatización de líquidas /l/ y /r/ se sustituyen por /w/ y /j/ pjáya
por playa. Ausencia de vibrantes por ejemplo en ni ños con rotacismo káta en lugar
de kára o gódo en lugar de góro “gorro”, o ausencia de lateralización cuando
sustituye /l/ por /r/ o /d/: dápiz por lápiz “lápiz”

 De la serie que, en nuestro caso, afecta sólo a la distinción sorda/ sonora como:
bufánta por bufanda

 Asimilaciones: cierto sonido se ve influido por rasgos articulatorios o acústicos de


un sonido próximo:

1. a) Progresivas: un sonido influye en otro anterior pápo por páto

2. b) Regresivas: un sonido influye en otro anterior táto por páto

 Cambios en la estructura silábica:

1. a) Omisiones de consonante inicial o final, de sílaba átona, de consonante


intervocálica, reducción de grupo vocálico o consonántico.

2. b) Adiciones que amplían la estructura de la palabra mediante la intrusión de otros


sonidos.

3. c) Metátesis: afecta a la secuencia de los elementos porque no están en el sitio


esperado

4. d) Tendencia a la reduplicaciones

5. e) Varias de las anteriores a la vez.


Entre los trastornos fonológicos específicos tenemos los siguientes:
Dislalia funcional: Se diferencia de la del trastorno fonético porque la alteración se
produce a nivel perceptivo y organizativo por procesos de discriminación auditiva.
Pueden afectar tanto a los mecanismos de conceptualización de los sonidos como a
la relación entre significado y signif icante (los componentes del signo lingüístico o
palabra según la lingüística moderna). En este trastorno la expresión oral es
deficiente, incluso a veces ininteligible. Sus errores suelen fluctuar y aunque pueden
producir bien los sonidos aislados, la pron unciación de la palabra suele estar alterada
en el contexto de la conversación. (Aquí se manifiesta la pragmática).
Disfemias: Son las variantes de la tartamudez. Se definen como un defecto de
elocución caracterizado por la repetición de sílabas, palabras enteras o paros
espasmódicos que interrumpen la fluidez normal del habla. Se encuentran los
siguientes tipos de disfemias:
Tónica: Se caracteriza por las múltiples interrupciones ocasionadas por espasmos.
Durante las interrupciones el paciente muestra rigidez y tensión faciales. Es la que
presenta el peor diagnóstico.
Clónica: Se caracteriza por las repeticiones de sílabas y palabras enteras más
frecuentes en consonantes que en vocales; más todavía en oclusivas y que se dan
mayoritariamente al principio que en medio de la palabra.
Mixta: Es la combinación de las dos anteriores y es la más común porque es difícil
encontrar un disfémico puro tónico o clónico, la mayoría combinan los 2 síntomas.
Entre las características generales se encuentran las repetici ones de sonidos,
prolongaciones de los mismos, repetición de sílabas, interjecciones, palabras
fragmentadas por pausas, bloqueos silenciosos, circunloquios para evitar palabras
problemáticas, palabras producidas por un exceso de tensión física y repeticion es de
palabras monosilábicas.
Entre las causas se encuentran las hereditarias, el sexo (más frecuente en varones),
los trastornos de lateralización (lateralización forzada o zurdos); trastornos
neurológicos provocados por las emociones o los estados afecti vos violentos,
trastornos en la estructuración temporoespacial porque cualquier disfunción en la
adquisición de la motricidad y de la organización del espacio podría generar una
alteración del ritmo.
En cuanto al tratamiento se pide logoterapia con elementos de psicoterapia. Se
pueden utilizar diversos procedimientos como: enseñanza sobre la mecánica del
habla; técnicas de fluidez; observación de la conducta al hablar; técnicas de
relajación de músculos y control vocal; entrenamiento en habilidades s ociales;
psicoterapia de modificación cognitiva conductual y de actividades y de reducción de
la ansiedad relacionada con el habla y de las reacciones de defensa y, por último,
modificación del entorno del paciente para eliminar los condicionamientos que
agravan o mantienen las disfemias.
El último trastorno fonológico es la parafasia que trata de la alteración en el proceso
de producción de palabras. Hay diferentes tipos como las siguientes:
Parafasia morfológica: Corresponde a la sustitución de una palabr a por otra que se
le parece en forma; pero no tiene referente en la lengua del hablante; por ejemplo,
taña por maña.

Parafasia semántica Se sustituye una palabra


por otra que tiene relación conceptual como
pan por panadero. Este tipo de disfunción
atiende al significado de la palabra.
Entre las causas se encuentra el daño a una región cortical del cerebro, la cual pudo
ser causada por mal funcionamiento de los vasos sanguíneos o por lesiones en la
cabeza, demencia, enfermedades degenerativas, etc. Es un tip o de afasia porque
tiene dificultad para comprender el habla y no suelen ser conscientes de sus errores.
En el tratamiento se dice que, a veces, desaparece espontáneamente en lapsos cortos
de tiempo cuando se debe a un accidente cerebrovascular. Tanto si d esaparece como
si permanece se debe dar actividades que incluya letras con su sonido, palabra con
su imagen, coincidencia de palabras y buscar que complete oraciones, etc. También
se debe incluir la resonancia magnética para mirar la activación de determin adas
zonas del cerebro mientras se hacen los anteriores ejercicios.
Los trastornos de la comunicación no especificados más comunes son las afonías y
las disfonías. En cuanto al primero se le caracteriza por una pérdida completa o
parcial de la voz producid a por un uso excesivo de las cuerdas vocales, alteraciones
de la laringe o por causas psicológicas. Entre las causas se encuentran las
enfermedades del aparato respiratorio (laringitis, faringitis, amigdalitis, tos
persistente, alergias, nódulos, tumores, etc.), ingestión de productos tóxicos o
irritantes (alcohol, tabaco, pimienta, vinagre, productos químicos abrasivos, etc.),
manipulaciones de la laringe (operaciones o procedimientos médicos), e incluso el
frío excesivo debido al clima o al tomar bebidas heladas o comer alimentos muy fríos.
En cuanto a la disfonía es la alteración de una o varias cualidades de la voz (volumen,
tono, timbre, etc.) Generalmente se debe por un uso inadecuado de la voz y/o un
abuso de la misma. Entre sus síntomas está el esfue rzo al emitir un sonido,
dificultades para mantener la voz, cansancio al hablar, variaciones de la frecuencia
fundamental habitual como los llamados “gallos”, carraspeo o falta de volumen.
Los tipos de disfonía son:

1. A) Funcionales: las cuales no hay lesión en las cuerdas vocales y estas se


subdividen en:
1.- Hipertónicas: exceso de tensión en la musculatura laríngea.
2.- Hipotónica: falta de tono de la musculatura laríngea

1. B) Orgánicas: por una lesión en el aparato fonador: nódulos vocales (la lesión más
común que generalmente afecta a las 2 cuerdas); por pólipo laríngeo,
pseudoquisteseroso, edema fusiforme, edema de Reinke, laringitis crónica y aguda;
parálisis cordal; úlcera del artenoides, etc.
Entre las causas de las anteriores disfonías se encuentra no sólo el mal uso y abuso
de la voz, sino también el fumar, exposición a gases irritantes, inhalar polvo o abuso
de alcohol.
Hay otros tipos de disfonías:
Disfonía psicogénica: alteración de la voz por trastorno psicológico.
Disfonía traumática: Provocada por un traumatismo externo como accidente de
tráfico, etc. O interno por tubos nasogastricos.
Disfonía audiogena: alteración de la voz como consecuencia de un déficit auditivo.

Para el diagnóstico se pide laringoscopia indirecta, nasofibroscopía, videoestroscopía


y endoscopía rígida.
Para el tratamiento se sugiere acudir al otorrinolaringólogo para diagnosticar
infecciones, inflamaciones, alergias, tumorales que pueden causar la disfonía.
Después con el foníatra para conocer el funcionamiento de la laringe y corregir malos
hábitos vocales. Después con el logopeda para enseñar técnicas respiratorias, de
relajación y control muscular, de intensidad, tono, timbre y volumen. Después con
profesionales de la voz para ejercitar técnicas de dicción, articul ación, ritmo y
velocidad, entonación, etc. Por último, si el problema es psicológico acudir a terapia.
Es muy común que los niños pequeños cometan errores al hablar cuando están empezando a
hablar. A menudo sustituyen un sonido por otro, como cuando dicen jugal al querer decir jugar. Otro
error común es omitir un sonido, como al decir pero cuando en realidad quieren decir perro.

A veces los niños acortarán considerablemente las palabras para que su pronunciación sea más
fácil. Por ejemplo, muchos de mis estudiantes más pequeños dicen pásame la chara cuando
quieren decir cuchara. Todo esto es parte del proceso de comunicación de las necesidades de los
niños cuando aún están aprendiendo a imitar los sonidos que escuchan.

Al crecer los niños por lo general dejan de cometer estos errores. A la edad de 8 años se espera
que puedan decir todos los sonidos correctamente y que sean entendidos por una amplia variedad
de personas.

Entonces, ¿por qué algunos chicos tienen dificultad con esto mientras que para otros es tan fácil?
En la mayoría de los casos no lo sabemos. Pero los investigadores han identificado algunos
factores que aumentan la probabilidad de tener diferentes tipos de problemas con el habla:

Trastorno de articulación: Los chicos que tienen este problema tienen dificultad con los
movimientos de la boca y de la lengua necesarios para hacer ciertos sonidos. Sus errores al hablar
incluyen la sustitución de un sonido por otro. Por ejemplo, pueden decir wabbit en lugar
de rabbit (conejo). Pueden distorsionar un sonido, como cecear cuando pronuncian la s. O pueden
añadir u omitir sonidos en diferentes palabras.

No siempre conocemos la causa los problemas con la articulación. Pero algunas condiciones
médicas pueden ser la causa probable de la dificultad con la articulación. Estas incluyen la pérdida
de la audición o frecuentes infecciones del oído, enfermedades, problemas de ortodoncia y
condiciones genéticas como el síndrome de Down.

Trastorno fonológico: Los niños con esta dificultad cometen errores con grupos o “clases”
completos de sonidos. Por ejemplo, pueden reemplazar todos los sonidos que se producen en la
parte de atrás de la boca (como la k y la g) con sonidos que se producen en la parte frontal de la
boca (como la t y la d).

Los niños puede que no se den cuenta de que están diciendo pero en lugar de perroo entender por
qué importa dicha diferencia. Las infecciones del oído frecuentes, las enfermedades y los
síndromes genéticos son considerados factores de riesgo para este trastorno.

El inicio del lenguaje es uno de los acontecimientos más importantes en el crecimiento y el


desarrollo de los niños. Sin embargo, en algunas ocasiones esta progresión de los
aprendizajes no se da según los patrones esperados. Por ello, es importante conocer qué
podemos hacer para favorecer la adquisición de este lenguaje.

Para comenzar, debemos tener en cuenta que cada niño es un mundo. Esto significa que no
todos van a aprender a hablar siguiendo el mismo patrón, lo que puede deberse a gran
variedad de factores. En algunas ocasiones, durante este desarrollo del lenguaje aparecen
patrones de habla inadecuados o distorsionados. Para favorecer la pronunciación correcta del
niño, en Guiainfantil.com te damos una serie de ideas.

Actividades para que el niño pronuncie correctamente

1. Es importante que el niño tenga la necesidad de hablar. Para ello, se deben aprovechar
las situaciones de juego, baño, y de las distintas actividades de la vida diaria para hacer el uso
del lenguaje.

2. Estimular la capacidad del niño para producir sonidos. Esto puede hacerse a través de
juegos con onomatopeyas, imitación, repetición de diferentes palabras…

3. Evitar corregir los errores del lenguaje. Es preferible que los padres repitan la palabra
pronunciada correctamente a que corrijan directamente el error que ha cometido el niño.

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4. Mostrar siempre una retroalimentación. De esta manera, el niño va a sentir que su


entorno le escucha, lo que va a aumentar su interés por hablar. Celebrar los avances de su hijo
para que vea que su esfuerzo tiene su recompensa.

5. Evitar centrar la actividad familiar en los problemas de pronunciación del niño. Hay
que tratar el problema con naturalidad, para evitar la frustración y la aparición de complejos.

6. Evitar utilizar un lenguaje infantilizado. Es muy importante que el entorno del niño llame a
las cosas por su nombre real, no con diminutivos ni juegos. Por ejemplo, llamar al perro por su
nombre en lugar de “guau guau”.

7. No repetir palabras mal pronunciadas porque resulten graciosas. De lo contrario, el niño


va a continuar utilizándolas porque cree que resultan divertidas para las personas de alrededor.
Es mejor dar el modelo correcto para que el niño lo interiorice.

8. Hay que evitar completar las frases que produce el niño, cortar su producción oral o decir
la palabra que está tratando de pronunciar cuando vemos que le cuesta.

9. En caso de que sea necesario, contactar con un especialista. Es importante determinar


si la alteración del lenguaje del niño se trata de algo evolutivo o si es fruto de otro problema de
base, como por ejemplo, un problema orgánico o de audición.
Todas estas y otras pautas pueden ayudar a que los niños lleguen a adquirir una pronunciación
adecuada. Sin embargo, siempre es importante contactar con un profesional en caso de que
sea necesario para llevar a cabo un tratamiento logopédico en caso de que su hijo lo necesite.
¡Contactar con un logopeda es la mejor solución!
iños, ¿cuándo deben pronunciar bien las
palabras?
por msgonzalez | Feb 9, 2015 | Logopedia | 21 Comentarios

Una duda muy frecuente que suele aparecer en consulta es “mi niño de tres años no dice perro, dice peso o
pelo o pedo”, no debemos darle gran importancia. Es normal, ya que aún no ha alcanzado el nivel de
maduración motora suficiente como para pronunciar adecuadamente esas palabras, esos sonidos.
Pero, si debemos darle importancia a otros sonidos, otros fonemas que dentro de su edad cronológica las
deberían pronunciar adecuadamente; por ejemplo; un niño o niña con cinco años que dice “tasa” en lugar de
“casa” debido a que el sonido /k/ es articulado por la mayoría de los niños a esa edad.
A continuación les ofreceré unos datos orientativos que nos pueden ayudar a conocer qué sonidos o
fonemas suelen tener adquiridos la mayoría de los niños a una edad determinada:
1 Y 3 AÑOS: La mayor parte de los niños pronuncian los sonidos vocálicos: /a/ /e/ /i/ /o/ /u/ y las consonantes
/p/ /b/ /m/ /n/ (mama, papa, nana, etc.)
3 Y 4 AÑOS: Normalmente ya han adquirido los sonidos /t/ /k/ /d/ /g/ /ñ/ /l/ y diptongos ie, ue, ua (pie, agua,
huella, etc.)
4 Y 5 AÑOS: Los niños ya pronuncian la /f/, /s/, /ch/, /ll/, /j/ y /z/
5 Y 6 AÑOS: La mayoría de los niños pronuncian la /r/ y los sinfones fl, pl, cl, gl, br, fr, pr, cr, gr, tr, dr, (flan,
plato, broma, dragón, etc.)
Con esta explicación queremos demostrar que los niños a los 6 años deberían logran una adecuada
pronunciación de todos los fonemas y sus combinaciones.
¿Qué ocurre cuando nos reímos de las palabras mal pronunciadas o imitamos su lenguaje infantil?
Cuando un niño emite un mensaje, ya sea mediante un gesto, un sonido o una palabra, recibe una respuesta
por parte de sus padres que sirve como refuerzo y fomenta su aprendizaje. Esto es esencial en todo
aprendizaje
Cuando imitamos si lenguaje conseguimos que el niño no aprenda a pronunciar correctamente la palabra por
ejemplo cuando les decimos guau guau en vez de perro o run run en vez de coche estamos enfatizando su
lenguaje infantil. Reforzando estas conductas estaremos frenando su desarrollo evolutivo y corremos el
riesgo de que el niño presente un retraso del habla o del lenguaje.
¿Cómo podemos favorecer una correcta articulación?
 Utilizar un lenguaje claro y natural, con frases comprensibles y bien estructuradas, adecuado a la edad y
evitando abusar de los diminutivos o imitar su lenguaje infantil.
 Hablarle frecuentemente, despacio y vocalizando, pero sin simplificar el mensaje. Utilizando palabras
nuevas para que vaya enriqueciendo su vocabulario.
 No corregir constantemente, ni obligarle a repetir bien palabras que le resulten difíciles de pronunciar. Es
suficiente con repetir correctamente la palabra o en el contexto de una frase. Por ejemplo si el niño dice ‘la
tutala’ para expresar su intención de coger ‘la cuchara’, responderemos con enunciados similares ‘quieres la
cuchara, vamos a comer la sopa con la cuchara…’, señalando y enfatizando el objeto referido presentando
un modelo correcto sin mencionar la falta.
Sin embargo, hay que acudir a un logopeda que mediante una evaluación nos informe si realmente existe o
un problema en la adquisición de algún determinado fonema.
Los problemas de articulación son muy frecuentes y en su mayoría tienen solución, pero, si no se corrigen a
tiempo pueden desencadenar problemas de comunicación con su entorno, afectar negativamente el proceso
de aprendizaje de la lectoescritura, también puede llegar a afectar el autoestima y la personalidad del
quienes lo padecen.

¿Qué es el trastorno fonológico o dislalia infantil?


Las dislalias son trastornos de la articulación de los fonemas. Pueden darse en la
pronunciación deficiente, o en la dificultad para la articulación.

Los niños pequeños siempre comienzan a usar el lenguaje con una mala pronunciación, y no
se trata de un trastorno en sí. Esta dislalia evolutiva no precisa tratamiento, porque es
producto de que el joven aún desconoce el código del lenguaje hablado, y tampoco afinó la
motricidad fina de la musculatura orofacial.

Se considera la presencia de un trastorno cuando existe una discrepancia entre la edad


mental del niño, y la maduración del lenguaje esperable para sus años. Tipos de trastornos
fonológicos:

o Dislalia evolutiva. Cuando el niño está en proceso de maduración del lenguaje, el solo
aprende a pronunciar de forma adecuada, incrementa su vocabulario y comienza a
manejarse con la gramática.
o Dislalia funcional. Es la de diagnóstico más frecuente. Los órganos encajados de
articular no funcionan como deberían. Su origen es funcional, pues se produce sin
causa orgánica conocida.
o Dislalia orgánica. Se produce por cambios estructurales de los órganos y huesos
relacionados con el habla, o por daños cerebrales.
o Dislalia audiógena. Los niños pronuncian mal, porque no oyen bien los sonidos.
Atención temprana para la dislalia infantil

Los padres no deben alterarse con los titubeos iniciales del habla de un hijo menor de 3 años.
Llegados a esa edad, los pequeños ya hablan con cierta fluidez. Al menos el 50% de sus
palabras resultan inteligibles para un extraño que las escuche por primera vez.

En el intervalo entre los 4 y 5 años, los jóvenes pronuncian las palabras sin problemas, excepto
algunos sonidos que resultan dificultosos. Estos serán dominados hacia los 7 u 8 años de
edad.

Los padres pueden ayudar a pronunciar correctamente a sus pequeños cuando su desarrollo
es normal. En casos de dislalia no evolutiva, ese aporte paterno resulta insuficiente, y será
necesario acudir al especialista. Los padres deben vigilar la presencia de síntomas tales como:

o Con 4 años el niño apañas a consigue hacerse entender.


o Con 6 años es incapaz de generar ciertos sonidos al hablar.
o Con 7 años, ciertos sonidos le resultan tan difíciles que los omite o sustituye por otros.
o Se avergüenza de forma manifiesta por sus dificultades del habla.

Las dislalias más leves desaparecen por sí mismas sobre los 6 años de edad. Sin embargo,
aunque los trastornos no revisten excesiva gravedad, la atención temprana resulta
fundamental. Cuando el niño es incapaz de hacerse entender, puede resultar marginado por
otros niños, o auto exiliarse él. El problema puede agravarse, empeorar la socialización, afectar
a la autoestima y perjudicar el rendimiento académico.

¿Qué es la dislalia funcional?

Según ciertos médicos, debería ser la única dislalia denominada como tal. Su origen carece
de patologías orgánicas precisas, lo que no es óbice para descartarlas. Podrían deberse,
según el caso, a disfunciones difíciles de detectar por su baja incidencia, o a fallos de la
psicomotricidad fina o la audición.

Los fonemas que resultan más afectados del idioma español son la ere, y las combinaciones
siguientes: r , rr , f , l , bl , kl , gl , fl , pr , br , tr , dr , kr, gr.

Síntomas de la dislalia

Los síntomas de la dislalia son más o menos evidentes según su grado de afectación. Las
dificultades varían desde la articulación concreta de un solo fonema, hasta un habla totalmente
inteligible. Los errores evidencian los síntomas, que con mayor frecuencia son los siguientes.

o Sustitución. Consiste en el reemplazo de un fonema por otro. El ejemplo más común


es la sustitución del sonido /r/, de pronunciación fuerte en el idioma español, por otro
fonema como la /g/. Puede darse en cualquier ubicación de la palabra (principio, medio
o final). La sustitución también puede producirse en casos de mala audición por parte
del paciente, que reproduce el sonido que cree percibir.
o Distorsión. Consiste en deformar la pronunciación para conseguir una aproximación a
la articulación correcta. El paciente la conoce, pero es incapaz de colocar los órganos
articulatorios de forma que la produzca.
o Omisión. Por causas similares a la anterior, el afectado no sustituye el fonema de
pronunciación dificultosa, simplemente lo elimina de la palabra. Puede darse con
fonemas, sílabas completas y, en grupos de consonantes, omitir una.
o Adición. Consiste en sumar un fonema de más a la palabra que facilite pronunciarla.
Trastorno problemático cuando llega a automatizarse.
o Inversión. Consiste en la modificación del orden de pronunciación de los fonemas
dentro de la palabra.

Causas comunes de la dislalia

Escasa habilidad motora. Causa principal de los trastornos fonológicos. Existe dificultad
articulatoria y fallos en la motricidad fina. Los pacientes presentan, en particular, una
descoordinación de los movimientos articulatorios a nivel orgánico y muscular.

o Dificultades en la percepción del espacio y del tiempo. Los niños incapaces de


interiorizar las nociones sobre la percepción espacial y temporal, presentan dificultades
para articular sus expresiones.
o Falta de compresión o discriminación auditiva. El individuo no puede imitar los
sonidos porque no los percibe correctamente, es decir, no es capaz de hacer una
discriminación. A veces el niño oye bien, pero analiza o hace una integración
inadecuada de los fonemas que escucha.
o Problemas psicológicos y ambientales. Destacan los afectivos, como la inadaptación
social y familiar, traumas o carencias afectivas. Por el contrario, un ambiente de
sobreprotección causa similares disfunciones.
o Discapacidad intelectual. La dislalia se presenta como un trastorno comórbido a la
discapacidad, y no como el trastorno principal.

Rehabilitación de los trastornos fonológicos infantiles

El logopeda debe diagnosticar el trastorno y establecer la estrategia de rehabilitación. Parte de


la terapia puede consistir en juegos, y se puede utilizar el entorno doméstico para reforzar el
tratamiento con los ejercicios.

Se necesita la terapia del habla para aquellos síntomas que se manifiestan con mayor
gravedad y que no mejoran con el tiempo. La terapia consiste en ayudar a los pequeños a
crear sonidos mediante las instrucciones pertinentes sobre la colocación de la legua o labios a
la hora de generar el sonido.

Los padres, con las instrucciones del especialista, podrán animar a su pequeño a reproducir
los fonemas y a ejecutar determinadas posturas y movimientos coordinados que facilitan la
pronunciación. Mediante los juegos, el niño pierde la consciencia de que es participa en una
terapia y aceptará de buen grado la realización de los ejercicios.

El pronóstico depende del momento de inicio de los trastornos, de su gravedad y de cuándo


comenzó el niño a recibir atención. En general, los pacientes tienen buenas expectativas de
alcanzar un habla casi por completo normal.

El trastorno fonológico es un tipo de trastorno del habla y del sonido. Los trastornos del habla y el
sonido son la incapacidad de formar correctamente los sonidos de las palabras. Los trastornos del habla
y el habla también incluyen trastornos de la articulación, disfluencia y trastornos de la voz.
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Índice
1. Criterios para el diagnóstico del Trastorno fonológico
2. Clasificación eitológica - Dislalia evolutiva
3. Etiología de la dislalia funcional
4. Síntomas del trastorno fonológico sintáctico
Criterios para el diagnóstico del Trastorno fonológico
Incapacidad para utilizar los sonidos del habla esperables evolutivamente y propios de la edad e idioma
del sujeto (p. ej., errores de la producción, utilización, representación u organización de los sonidos tales
como sustituciones de un sonido por otro (utilización del sonido /t/ en lugar de /k/ u omisiones de
sonidos tales como consonantes finales).
Las deficiencias de la producción de los sonidos del habla interfieren el rendimiento académico o
laboral, o la comunicación social.
Si hay un retraso mental, un déficit sensorial o motor del habla, o una privación ambiental, las
deficiencias del habla exceden de las habitualmente asociadas a estos problemas.
Nota de codificación. Si hay un déficit sensorial o motor del habla o una enfermedad neurológica, se
codificarán en el Eje III.
Trastorno en la articulación de los fonemas por alteraciones funcionales de los órganos periféricos del
habla (labios, lengua, velo del paladar). Se trata de una incapacidad para pronunciar o formar
correctamente ciertos fonemas o grupos de fonemas.
La dislalia puede afectar a cualquier consonante o vocal, pero suele darse una mayor incidencia del
problema en ciertos sonidos; en unos casos porque requieran mayor agilidad y precisión de
movimientos, como sucede con la /r/; en otras ocasiones porque el punto de articulación no es visible y
se puede hacer más difícil su imitación, como la /k/, y a veces porque existen sonidos, como la /s/, en
los que hay una mayor tendencia a deformar las posiciones articulatorias de la lengua.
La dislalia es una de las anomalías del lenguaje que con más frecuencia se presenta en los centros
escolares, sobre todo en el alumnado de infantil y primer ciclo de primaria. Asimismo dentro de
las alteraciones del lenguaje está entre las que tienen un pronóstico más favorable. No obstante, si no
se somete a un tratamiento precoz adecuado, puede traer consecuencias muy negativas, por la
influencia que ejerce sobre la personalidad del niño, su capacidad comunicativa y su adaptación social,
así como en su rendimiento escolar. Para la denominación de las distintas dislalias, según el fonema
afectado, se utiliza una terminología derivada del nombre griego del fonema de que se trate, con la
terminación "tismo" o "cismo". Así hablaremos de:
o Rotacismo: la no articulación del fonema /r/.
o Ceceo: pronunciación de /s/ por /z/.
o Seseo: pronunciación de /z/ por /s/.
o Sigmatismo: la no articulación del fonema /s/.
o Jotacismo: la no articulación del fonema /x/.
o Mitacismo: la no articulación del fonema /m/.
o Lambdacismo: la no articulación del fonema /l/.
o Numación: la no articulación del fonema /n/.
o Nuñación: la no articulación del fonema /ñ/.
o Kappacismo: la no articulación del fonema /k/.
o Gammacismo: la no articulación del fonema /g/.
o Ficismo: la no articulación del fonema /f/.
o Chuitismo: la no articulación del fonema /ch/.
o Piscismo: la no articulación del fonema /p/.
 Tetacismo: la no articulación del fonema /t/.
 Yeismo: la no articulación del fonema /ll/.
 Chionismo: sustitución de /rr/ por /l/.
 Checheo: sustitución de /s/ por /ch/.
Clasificación eitológica - Dislalia evolutiva
Es aquella fase del desarrollo del lenguaje infantil en la que el niño no es capaz de repetir, por imitación,
las palabras que escucha, de formar los estereotipos acústico-articulatorios correctos. Dentro de una
evolución normal en la madurez del niño, estas dificultades las va superando, y solo si perduran a los
cuatro o cinco años se consideran patológicas.
A modo orientativo diremos que un niño cuando inicia la escolarización, a los tres años, tiene que tener
un habla inteligible, aunque aparezcan errores; a los cuatro años se considera aún normal ciertas
dificultades con los sinfones y la /r/; y sobre los cinco años debe estar adquirido todo el cuadro fonético
español.
Dislalia funcional
Alteración de la articulación debido a un mal funcionamiento de los órganos articulatorios. Dentro de
ellas distinguimos:
 Trastornos fonéticos: alteraciones de la producción. La dificultad está centrada básicamente, en el
aspecto motriz, articulatorio, es decir, en principio, no hay confusiones de percepción y discriminación
auditiva. Son niños con errores estables, que cometen siempre el mismo error cuando emiten el sonido
o sonidos problemáticos. La dificultad aparece por igual en repetición que en lenguaje espontáneo.
 Trastornos fonológicos: la alteración se produce a nivel perceptivo y organizativo, es decir, en los
procesos de discriminación auditiva, afectando a los mecanismos de conceptualización de los sonidos
y a la relación entre significante y significado.
La expresión oral es deficiente, pudiendo llegar a ser, según la gravedad del trastorno, prácticamente
ininteligible.
Los errores suelen ser fluctuantes. Por lo general, puede producir bien los sonidos aislados, pero la
pronunciación de la palabra suele estar alterada. Un análisis más exhaustivo de las posibles causas que
pueden desencadenar la aparición de la dislalia funcional, queda recogido en el apartado 3.
Dislalia audiógena
Alteración de la articulación producida por una audición defectuosa. Se producen alteraciones de la voz
y del ritmo, que modificará la cadencia normal del habla. En muchos casos estos síntomas son las
señales de alerta de una sordera encubierta.
Dislalia orgánica
Trastorno de la articulación motivado por alteraciones orgánicas. Puede referirse a lesiones del sistema
nervioso que afectan al lenguaje (disartrias), o anomalías anatómicas o malformaciones de los órganos
que intervienen el habla (disglosias).
Etiología de la dislalia funcional
La causa no suele ser única, sino una combinación de unos cuantos factores que inciden en el niño.
Suele deberse a una inmadurez del sujeto que impide un funcionamiento adecuado de los órganos que
intervienen en la articulación del lenguaje. Las causas más comunes de mayor a menor frecuencia son:
Escasa habilidad motora
 Existe una relación directa entre el grado de retraso motor y el grado de retraso del habla. Los defectos
van desapareciendo al tiempo que adquiere mayor habilidad en las destrezas motoras finas. El
tratamiento irá enfocado no solo en orden a enseñar a articular, sino a desarrollar todo el aspecto
psicomotor del sujeto, educando todos los movimientos, aunque no sean inmediatamente utilizados en
la articulación de la palabra, y organizando su esquema corporal.
Dificultades respiratorias
Por la relación que tiene la función respiratoria con la realización del acto de la fonación y la articulación
del lenguaje. Las dificultades o anomalías en esta función pueden estar en parte alterando la
pronunciación de la palabra y creando distorsiones en los sonidos por una salida anómala del aire
fonador, principalmente en los fonemas fricativos.
Dificultades en la percepción espacio-temporal
El niño debe ser capaz de percibir los movimientos implicados en los sonidos y captar los matices que
los distinguen. Si esto falla, falta por desarrollar la capacidad perceptiva. Por ello, es muy importante
para favorecer un buen desarrollo del lenguaje trabajar el aspecto perceptivo.
Falta de comprensión o discriminación auditiva
 Constituye junto con la escasa habilidad motriz, una de las principales causas de las dislalias
funcionales, sobre todo en aquellas en las que destaca el trastorno fonológico. Hay niños que oyendo
bien, analizan o integran mal los fonemas correctos que oyen, al tener dificultades para la
discriminación acústica de los fonemas con incapacidad para diferenciar unos de otros.
 La educación auditiva y rítmica será un medio para lograr hablar con perfección.
Factores psicológicos
Cualquier trastorno de tipo afectivo (falta de cariño, inadaptación familiar, celos, un hermano pequeño.)
puede incidir sobre el lenguaje del niño haciendo que quede fijado en etapas anteriores, impidiendo una
normal evolución en su desarrollo. En estos casos falta o está perturbada la necesidad emocional de
comunicarse, que es un elemento básico para el desarrollo del habla en el niño.
Factores ambientales
El ambiente en el que se desarrolla un niño junto con sus capacidades personales irá determinando su
desarrollo y maduración. Las situaciones ambientales que más negativamente pueden influir en un mal
desarrollo lingüístico son: carencia de un ambiente familiar (centros de acogida...), bajo nivel cultural
(fluidez de vocabulario, de expresión, modo de articulación), bilingüismo mal integrado, sobreprotección,
desequilibrio o desunión familiar, etc.
Factores hereditarios
Puede existir una predisposición al trastorno articulatorio que estará reforzado por la imitación de los
errores que cometen los familiares al hablar
Factores intelectuales
La deficiencia intelectual presenta como síntoma, en muchas ocasiones, una alteración en el lenguaje
con dificultades para su articulación. La dislalia será igualmente tratada pero sin perder de vista que
aparece enmarcada dentro de problemas más complejos y que las posibilidades de reeducación estarán
condicionadas por la capacidad del sujeto.
Síntomas del trastorno fonológico sintáctico
El lenguaje de un niño dislálico, si se encuentra muy afectado al extenderse la dificultad a muchos
fonemas, puede llegar a hacerse ininteligible, por las continuas desfiguraciones verbales que emplea,
como ocurre en las dislalias múltiples. Los errores más frecuentes que encontramos en un niño dislálico
son:
Sustitución
 Error de la articulación en que un sonido es reemplazado por otro. El alumno se ve incapaz de
pronunciar una articulación concreta, y en su lugar, emite otra que le resulta más fácil y asequible. Por
ejemplo, dice "lata" en lugar de "rata".
 También puede darse este error de sustitución por la dificultad en la percepción o discriminación
auditiva. En estos casos, el niño percibe el fonema, no de forma correcta, sino tal como el lo emite al
ser sustituido por otro. Por ejemplo, dice "jueba" en lugar de "juega".
Distorsión
 Hablamos de sonido distorsionado cuando se da de forma incorrecta o deformada, pudiéndose
aproximar más o menos a la articulación correspondiente. Es decir, cuando no siendo sustitución, no
emite el sonido correctamente.
 Las distorsiones suelen ser muy personales siendo muy difícil su transcripción al lenguaje escrito.
Generalmente son debidas a una imperfecta posición de los órganos de articulación, o a la forma
improcedente de salida del aire fonador. Por ejemplo, dice "cardo" en lugar de "carro".
 La distorsión junto con la sustitución son los errores más frecuentes.
Omisión
 El niño omite el fonema que no sabe pronunciar. En unas ocasiones la omisión afecta solo a la
consonante, por ejemplo, dice "apato" en lugar de "zapato". Pero también se suele presentar la omisión
de la sílaba completa que contiene dicha consonante, por ejemplo, dice "lida" en lugar de "salida". En
los sinfones o grupos consonánticos en los que hay que articular dos consonantes seguidas, como
"bra","cla", etc., es muy frecuente la omisión de la consonante líquida cuando existe dificultad para la
articulación.
Adición
 Consiste en intercalar junto al sonido que no puede articular, otro que no corresponde a la palabra. Por
ejemplo, dice "balanco" en lugar de "blanco", "teres" en lugar de "tres".
Inversión
 Consiste en cambiar el orden de los sonidos. Por ejemplo, dice "cocholate" en lugar de "chocolate".
Más detalladamente, Laura Bosch (1.982), describe los distintos procesos de simplificación
intervinientes en el habla infantil. Procesos sustitutorios:
 Frontalización: sustitución de una velar, /x/ o /g/, por una consonante anterior. /boro/ por /gorro/
 Posteriorización: sustitución de consonantes anteriores por velares./caza/ por /taza/
 Pérdida de sonoridad. Generalmente afecta a los grupos de consonante nasal+oclusiva sonora.
/bufanta/ por /bufanda/
 Fricatización de oclusivas. En general no queda alterado el lugar de articulación. /jorro/ por /gorro/
 Consonantización de semivocales: /i/ y /u/ en diptongos se convierten en consonantes. /pegne/ por
/peine/ /artubus/ por /autobús/
 Oclusivización de fricativas: implica la pérdida de la característica de fricación. /plecha/ por /flecha/
 Pérdida de africación: la africada pierde la oclusión inicial y se convierte en fricativa. /saqueta/ por
/chaqueta/
 Protusión de la lengua o ceceo (aunque puede afectar a otras consonantes que no sean /s/. /bolzo/ por
/bolso/
 Sustitución de fricativas interdentales no estridentes, por fricativas anteriores estridentes: /f/ y /s/ por /z/
y /d/. /tafa/ por /taza/ /sielo/ por /cielo/
 Aspiración de /s/ ante una oclusiva. (Puede ser dialectal).
 Palatalización de fricativas. /bolSo/ por /bolso/
 Sonorización de fricativas sordas. (debemos tener en cuenta que en castellano no existe ninguna
fricativa sonora con valor fonemático). /vwego/ por /fwego/
 Semiconsonantización de líquidas: cualquier consonante del grupo de las líquidas puede ser sustituida
por /j/ o /w/. /wojo/ por /rojo/
 Ausencia de lateralización: /d/ o /r/ por por /l/. /dapiz/ por /lápiz/
 Lateralización de líquidas vibrantes. /tambol/ por /tambor/
 Ausencia de vibrante simple. /cada/ por /cara/
 Ausencia de vibrante múltiple. /goro/ o /godo/ por /gorro/
 Posteriorización de vibrantes: la vibración es uvular y es más frecuente en sustitución de una vibrante
múltiple. /Rojo/ por /rrojo/
 Conversión en líquida de la linguodental sonora /d/. /espara/ o /espala/ por /espada/
Procesos asimilatorios
 Asimilaciones velares. /gojo/ por /rrojo/
 Asimilaciones alveolares. /liblo/ por /libro/
 Asimilaciones labiales. /bobo/ por /globo/ más proceso de simplificación del grupo consonántico.
 Asimilaciones nasales. /tambon/ por /tambor/
 Asimilaciones palatales. /SeSa/ por /flecha/ más pérdida de africación.
 Asimilaciones interdentales. /zeza/ por /flecha/ más protusión de la lengua.
 Asimilaciones dentales. /cristal/ por /cristal/
 Desnasalización de una nasal cerca de una consonante no nasal. /poka/ por /mosca/ más
simplificación del grupo consonántico
Procesos relativos a la estructura silábica
 Omisión de consonantes finales. /lapi/ por /lápiz/
 Omisión de consonantes iniciales. /ufanda/ por /bufanda/
 Omisión de sílabas átonas iniciales. /fanda/ por /bufanda/
 Reducción de diptongos a un solo elemento. /dente/ por /diente/
 Simplificación de los grupos consonánticos. /pacha/ por /plancha/
 Metátesis o inversión en la secuencia de producción de los sonidos. /pierda/ por /piedra/
 Coalescencia o asimilación de los sonidos diferenciados que da como resultado un sonido nuevo.
/pierra/ por /piedra/
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un
diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso
en particular.
Si deseas leer más artículos parecidos a Trastorno fonológico sintáctico, te recomendamos que
entres en nuestra categoría de Psicopatología infantil.
Los niños que están aprendiendo a hablar a menudo tartamudean o balbucean de forma notoria, sin
embargo, estos rasgos no tardan en desaparecer por sí solos. De lo contrario, pueden ser la señal de
que existe un trastorno del habla y/o del lenguaje que requiere un tratamiento adecuado.

Los trastornos del habla afectan a la fluidez verbal y a la articulación de sonidos, es decir, la pronunciación,
lo que en cierta medida es normal hasta los cinco años de edad. En los trastornos del lenguaje, por el
contrario, la evolución y la comprensión del lenguaje no se desarrollan de acuerdo con la edad.
La disfemia (tartamudez) es un trastorno del habla, mientras que la taquifemia y la dislalia son trastornos
combinados del habla y del lenguaje:

 La disfemia (tartamudez) afecta a la fluidez verbal y se distingue por la discontinuidad en el habla


característica del tartamudeo.
 En la taquifemia aumenta la velocidad del habla y la persona afectada comete muchos errores.
 En la dislalia aparecen fallos en la articulación de sonidos que no resultan normales para la etapa de
desarrollo .
Pueden surgir trastornos del habla y del lenguaje cuando los niños no llevan a cabo un desarrollo
lingüístico normal. No siempre es fácil determinar las causas. En general pueden desempeñar un papel
importante en la aparición de trastornos del lenguaje los factores hereditarios y físicos y la influencia
psicosocial. Sin embargo, la disfemia (tartamudez), la taquifemia y la dislalia también pueden estar
condicionadas por otros factores (como el bilingüismo, problemas auditivos o retrasos mentales), por lo que
es recomendable un diagnóstico que encuentre las causas.

Si continúa la sospecha de que las anomalías del habla y del lenguaje van a persistir, es importante realizar
un diagnóstico exacto lo antes posible para poder iniciar el tratamiento adecuado contra
la disfemia (tartamudez), la taquifemia o la dislalia.

Para evitar la disfemia (tartamudez), la taquifemia o la dislalia en niños, es recomendable ejercitar el


lenguaje y la comprensión, por ejemplo, hablando mucho o cantando canciones. Si persiste la disfemia, la
taquifemia o la dislalia en niños pequeños, siempre es aconsejable buscar ayuda profesional cuanto antes,
pues sólo así se puede asegurar el mejor desarrollo del niño.

La disfemia (tartamudez), la taquifemia y la dislalia son distintos tipos de trastornos del habla y/o del
lenguaje:

 La disfemia (tartamudez), por definición, se caracteriza por una discontinuidad en la fluidez verbal y/o
las repeticiones rápidas de sonidos, sílabas o palabras, causadas por la tensión en los músculos que
intervienen en el proceso del habla.
 La taquifemia es una alteración de la fluidez verbal que provoca que el ritmo del discurso se vuelva
acelerado e irregular, entorpeciendo la comprensibilidad. Este trastorno no radica en el proceso del habla
en sí, sino en la disposición mental previa.
 La dislalia consiste en alteraciones en la articulación de los sonidos.

Desarrollo lingüístico
Cuando un niño está aprendiendo a hablar, la disfemia(tartamudez), la taquifemia o la dislalia pueden
ser compatibles con un desarrollo lingüístico normal y, aunque a menudo resultan llamativas, no tardan en
desaparecer por sí solas. No obstante, en algunos casos surgen anomalías en el desarrollo lingüístico que,
en los niños, pueden desencadenar trastornos del habla y del lenguaje. Estos casos requieren
un tratamiento apropiado.

El desarrollo lingüístico perceptible de los niños comienza entre los tres y los 5 meses de vida, con la
articulación de las primeras vocales y sonidos de exhalaciones y gritos. A partir de entonces los niños utilizan
cada vez más consonantes. A los seis meses comienzan a imitar el lenguaje, y pasa mucho tiempo hasta
que la comprensión del lenguaje (lenguaje receptivo) evoluciona hasta la exteriorización del lenguaje
(lenguaje expresivo). Entre los 12 y los 18 meses, los niños pronuncian sus primeras palabras y a la edad
de dos años lo más común es que formulen frases de dos palabras. Desde el jardín de infancia ya pueden
comunicarse con oraciones completas y gramaticalmente correctas, incluso aunque sigan teniendo
dificultades para pronunciar correctamente.

El lenguaje es el medio de comunicación con nuestro entorno más importante. El lenguaje “normal” se
produce mediante una extraordinaria interacción de músculos, huesos, tejido conectivo, posición dental y
forma de las cuerdas vocales. El cerebro dirige el proceso del habla, durante el cual los elementos anteriores
están totalmente vinculados a nuestras sensaciones. A pesar de todo esto, el habla resulta muy sencilla para
una persona sana: se produce prácticamente por sí sola. Por supuesto, en un sistema tan complejo existen
muchas alteraciones, discapacidades y factores que nos pueden “dejar sin habla”. Para reconocer y tratar
posibles trastornos del habla y del lenguaje en niños, como la disfemia, la taquifemia y la dislalia, es
importante en cualquier caso que trabajen conjuntamente profesionales de distintas especialidades:
pediatras, psiquiatras infantiles, otorrinolaringólogos, neurólogos y logopedas.

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