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Lista Completa de Cada Oración de Pablo en La

Biblia
“Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo con respecto a
todos vosotros, de que vuestra fe se divulga por todo el mundo. Porque
testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su
Hijo, de que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis
oraciones, rogando que de alguna manera tenga al fin, por la voluntad de
Dios, un próspero viaje para ir a vosotros.” Romanos 1:8-10

“Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por


Israel, es para salvación.” Romanos 10:1

“…gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la


oración…” Romanos 12:12

“Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un


mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz,
glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. ” Romanos 15:5-
6

“Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que


abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.” Romanos 15:13

“Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del
Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios, para que sea librado de
los rebeldes que están en Judea, y que la ofrenda de mi servicio a los
santos en Jerusalén sea acepta; para que con gozo llegue a vosotros por
la voluntad de Dios, y que sea recreado juntamente con vosotros. Y el
Dios de paz sea con todos vosotros. Amén.” Romanos 15:30-33

“Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que
os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis
enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el
testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal
manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de
nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para
que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es
Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo
nuestro Señor.” 1 Corintios 1:4-9

“La gracia del Señor Jesucristo esté con vosotros.” 1 Corintios 16:23

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de


misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas
nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a
los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con
que nosotros somos consolados por Dios. Porque de la manera que
abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el
mismo Cristo nuestra consolación. Pero si somos atribulados, es para
vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra
consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas
aflicciones que nosotros también padecemos. Y nuestra esperanza
respecto de vosotros es firme, pues sabemos que así como sois
compañeros en las aflicciones, también lo sois en la consolación.” 2
Corintios 1:3-7

“Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús,
y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su
conocimiento. Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se
salvan, y en los que se pierden; a éstos ciertamente olor de muerte para
muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién
es suficiente?” 2 Corintios 2:14-16

“Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los


santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a
Dios; pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la
obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de
vuestra contribución para ellos y para todos; asimismo en la oración de
ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia
de Dios en vosotros. ¡Gracias a Dios por su don inefable!” 2 Corintios
9:12-15

“Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase


desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de
Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera;
respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y
me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la
debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis
debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.” 2 Corintios
12:7-9a

“Y oramos a Dios que ninguna cosa mala hagáis; no para que nosotros
aparezcamos aprobados, sino para que vosotros hagáis lo bueno,
aunque nosotros seamos como reprobados. Porque nada podemos
contra la verdad, sino por la verdad. Por lo cual nos gozamos de que
seamos nosotros débiles, y que vosotros estéis fuertes; y aun oramos por
vuestra perfección.” 2 Corintios 13:7-9

“Hermanos, la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro


espíritu. Amén.” Gálatas 6:18

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos


bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que
fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5en amor habiéndonos
predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo,
según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su
gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos
redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su
gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e
inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su
beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las
cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así
las que están en los cielos, como las que están en la tierra. . . .” Efesios
1:3ff

“Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor


Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos, no ceso de dar
gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones,
para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé
espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,
alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la
esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de
su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder
para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su
fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole
a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad
y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este
siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus
pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su
cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.” Efesios 1:15-23

“Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor
Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra,
para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos
con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo
por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en
amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos
cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el
amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos
de toda la plenitud de Dios. Y a Aquel que es poderoso para hacer todas
las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o
entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la
iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos.
Amén.” Efesios 3:14-21

“[orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y


velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;] y
por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a
conocer con denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy embajador
en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.” Efesios
6:19-20

“Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, siempre en


todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros, por vuestra
comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora; estando
persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la
perfeccionará hasta el día de Jesucristo.” Filipenses 1:3-6

“Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en
ciencia y en todo conocimiento, para que aprobéis lo mejor, a fin de que
seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, llenos de frutos de
justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.”
Filipenses 1:9-11
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones
delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7Y la paz
de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros
corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4:6-7

“La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén. ”
Filipenses 4:23

“Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro


Señor Jesucristo, habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del
amor que tenéis a todos los santos, a causa de la esperanza que os está
guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra
verdadera del evangelio, que ha llegado hasta vosotros, así como a todo
el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que
oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad, como lo habéis
aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro
de Cristo para vosotros, quien también nos ha declarado vuestro amor en
el Espíritu.

Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de


orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su
voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como
es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena
obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo
poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y
longanimidad; con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para
participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la
potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en
quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.”
Colosenses 1:3-14

“Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; orando


también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra
puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el
cual también estoy preso, para que lo manifieste como debo hablar.”
Colosenses 4:2-4

“Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo memoria de


vosotros en nuestras oraciones, acordándonos sin cesar delante del Dios
y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y
de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo.” 1
Tesalonicenses 1:2-3

“Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que
cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la
recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la
palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes. Porque
vosotros, hermanos, vinisteis a ser imitadores de las iglesias de Dios en
Cristo Jesús que están en Judea; pues habéis padecido de los de
vuestra propia nación las mismas cosas que ellas padecieron de los
judíos, los cuales mataron al Señor Jesús y a sus propios profetas, y a
nosotros nos expulsaron; y no agradan a Dios, y se oponen a todos los
hombres, impidiéndonos hablar a los gentiles para que éstos se salven;
así colman ellos siempre la medida de sus pecados, pues vino sobre
ellos la ira hasta el extremo.” 1 Tesalonicenses 2:13-16

“Por lo cual, ¿qué acción de gracias podremos dar a Dios por vosotros,
por todo el gozo con que nos gozamos a causa de vosotros delante de
nuestro Dios, orando de noche y de día con gran insistencia, para que
veamos vuestro rostro, y completemos lo que falte a vuestra fe? Mas el
mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija nuestro
camino a vosotros. Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos
para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para
con vosotros, para que sean afirmados vuestros corazones,
irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de
nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.” 1 Tesalonicenses 3:9-13

“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser,


espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de
nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo
hará.” 1 Tesalonicenses 5:23-24

“La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén.” 1


Tesalonicenses 5:28

“Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es


digno, por cuanto vuestra fe va creciendo, y el amor de todos y cada uno
de vosotros abunda para con los demás; tanto, que nosotros mismos nos
gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, por vuestra paciencia y fe
en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis…” 2
Tesalonicenses 1:3ff

“Por lo cual asimismo oramos siempre por vosotros, para que nuestro
Dios os tenga por dignos de su llamamiento, y cumpla todo propósito de
bondad y toda obra de fe con su poder, para que el nombre de nuestro
Señor Jesucristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, por la
gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.” 2 Tesalonicenses 1:11-12

“Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos


amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia,
17conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y
obra.” 2 Tesalonicenses 2:16-17

“Y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no


es de todos la fe. Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del
mal. Y tenemos confianza respecto a vosotros en el Señor, en que hacéis
y haréis lo que os hemos mandado. Y el Señor encamine vuestros
corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo.” 2 Tesalonicenses
3:2-5

“Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor


sea con todos vosotros.” 2 Tesalonicenses 3:16

“Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque


me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio.” 1 Timoteo 1:12

“Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y


acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los
que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en
toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de
Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos
y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un
solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se
dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su
debido tiempo…” 1 Timoteo 2:1-6
“Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia
conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y
día; deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de
gozo; trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó
primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en
ti también. Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios
que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado
Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” 2
Timoteo 1:3-7

“Tenga el Señor misericordia de la casa de Onesíforo, porque muchas


veces me confortó, y no se avergonzó de mis cadenas, sino que cuando
estuvo en Roma, me buscó solícitamente y me halló. Concédale el Señor
que halle misericordia cerca del Señor en aquel día. Y cuánto nos ayudó
en Éfeso, tú lo sabes mejor.” 2 Timoteo 1:16-18

“El Señor Jesucristo esté con tu espíritu. La gracia sea con vosotros.
Amén.” 2 Timoteo 4:22

“La gracia sea con todos vosotros. Amén.” Tito 3:15b

“Doy gracias a mi Dios, haciendo siempre memoria de ti en mis


oraciones, 5porque oigo del amor y de la fe que tienes hacia el Señor
Jesús, y para con todos los santos; 6para que la participación de tu fe
sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por
Cristo Jesús. 7Pues tenemos gran gozo y consolación en tu amor,
porque por ti, oh hermano, han sido confortados los corazones de los
santos.” Filemón 4-7

“La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.”
Filemón 25

Pablo, el creyente que pedía oración

9 ABRIL, 2017 | Gerson Morey COMPARTIR

“Yo amo al apóstol Pablo”, dijo John Piper al concluir su mensaje en la conferencia de Coalición
por el Evangelio la semana pasada. ¿La razón? Por muchas razones, pero sobre todo por lo que
nos dejó en los escritos del Nuevo Testamento. Y creo que en un sentido, esto de amar, apreciar (o
querer a Pablo) es cierto de todo creyente que ha sido bendecido por su historia y sus cartas.
De la vida de Pablo he aprendido mucho. Su enseñanza, su compromiso con el evangelio, su
devoción por Dios, su celo por la verdad, su amor por la iglesia, su disposición a sufrir sin quejarse,
su sensibilidad para tratar temas delicados, su humildad, su perseverancia, su fervor, etc. Si soy
honesto, debo reconocer que no solo he sido inspirado sino también desafiado y confrontado por
las actitudes y cualidades del apóstol.

Pablo fue un hombre extraordinario.

Sin embargo, al evaluarlo, seríamos injustos si no destacamos la estima y el valor que Pablo tenía
por la oración. Para el apóstol a los gentiles, la oración jugaba un papel importante e indispensable
en su vida y ministerio. Pablo oraba y exhortaba a la iglesia a no descuidar la oración. Lo repitió en
sus cartas. En esto fue incisivo, persistente y enfático.

Pablo creía en la oración.

Ahora bien, esto no solo es evidente por su propia vida de oración y por los constantes llamados a
esta disciplina, sino también por que el apóstol pedía oración por él. Para Pablo era necesario que
otros hermanos intercedan por él.

Veamos:

Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis
orando por mí a Dios, para que sea librado de los rebeldes que están en Judea, y que la ofrenda de
mi servicio a los santos en Jerusalén sea acepta; (Romanos 15:30-31)

cooperando también vosotros a favor nuestro con la oración, para que por muchas personas sean
dadas gracias a favor nuestro por el don concedido a nosotros por medio de muchos. (2 Corintios
1:11)

orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda
perseverancia y súplica por todos los santos; y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada
palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en
cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar. (Efesios 6:18-20)

Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en
mi liberación, (Filipenses 1:19)
Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; orando también al mismo tiempo
por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio
de Cristo, por el cual también estoy preso, para que lo manifieste como debo hablar. (Colosenses
4:2-4)

Hermanos, orad por nosotros. (1 Tesalonicenses 5:25)

Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada,
así como lo fue entre vosotros, y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque
no es de todos la fe. (2 Tesalonicenses 3:1-2)

No olvidemos que Pablo escribió 13 cartas: 4 dirigidas a individuos y 9 a iglesias. Si notaste en esta
lista, llama la atención que Pablo pide casi en todas las cartas dirigidas a iglesias que oren por él.
En las únicas que no lo hace son 1ra Corintios y en la carta a los Gálatas. Esto creo es fácil de
explicar: Estas dos epístolas fueron escritas para lidiar con serios problemas doctrinales y de
conducta, y al parecer, Pablo no siente que pueda confiarles, tan importante y noble
responsabilidad.

Pero aquí podemos concluir que para el apóstol es necesario recordar a las iglesias que oren por
él. Al parecer, sus oraciones no son suficientes. Pidió oración a la iglesia de Roma, a los Corintios
(en la 2da carta), a los Efesios, a los Filipenses, a los Colosenses y a los Tesalonicenses (en ambas
cartas). Sin duda, aquí hay una profunda lección: Pablo reclutaba socios de oración.

Pero ¿Qué motivaba a Pablo a pedir oración?

Creo que se puede responder esto de muchas maneras, pero los mismos textos citados nos
pueden dar luz a este respecto.

1. Pablo estaba consciente de la gran tarea que tenía por delante. Quería llevar el evangelio a todo
el mundo y necesitaba que el Señor abriera puertas. Sabía que sin la ayuda de Dios no podia lograr
mucho.

2. Pablo entendía la gran oposición espiritual y los obstáculos que enfrentaba. Pablo pasó tiempo
en prisión y tenía muchos enemigos de los que necesitaba ser librado, y veía en la oración una
gran ayuda.

3. Pablo entendía su propia fragilidad y debilidad. Quería comunicar el evangelio con denuedo,
firmeza y claridad y pedía que lo ayudaran a orar por eso.
4. A todo esto creo que es legítimo añadir algo que es evidente en sus cartas: Pablo reconocía su
propia pecaminosidad. Es decir Pablo reconoce su flaqueza para permanecer fiel a Dios y a la vez
es consciente que su corazón está inclinado al mal (Leer Romanos 7:15-24). Sabe que si Dios no lo
ayuda, es muy poco lo que puede lograr como apóstol y como creyente. Pablo necesita que otros
oren por él.

Una lección para nosotros

Si la consciencia de (1) su responsabilidad ante Dios, (2) de la oposición espiritual y (3) de su


pecaminosidad hicieron del apóstol Pablo un hombre profundamente comprometido con la
oración, creo que es justo decir que todos los creyentes necesitamos de esta triple consciencia. La
oración (la que hacemos y la que otros hacen por nosotros), será un medio al que apelemos con
determinación y firmeza, cuando seamos más conscientes de estas realidades.

Si la oración no es central en nuestras vidas, al menos ya sabemos qué cosas debemos cultivar y
pedir a Dios: Que seamos despertados a (1) una mayor consciencia de lo que es vivir para Su
gloria, (2) una mayor consciencia de la oposición espiritual y (3) una mayor consciencia del pecado
que mora en nosotros. Que el Señor nos permita estar persuadidos de cuán débiles, frágiles e
inclinados al mal estamos.

Necesitamos de la ayuda divina desesperadamente, y por eso debemos buscar a Dios en oración.
Necesitamos de la ayuda divina y que otros también oren por nosotros. El apóstol lo sabía. Por
eso, Pablo era un creyente que oraba y que pedía oración.

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