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Lejos cel vicioso vituosismo Antonio Miranda Una clasficecién comparative entre arquitectos no tendria el menor interés sien panorama actual de la critics de arquitectura —entendiendo por ella la mera exposicidn descriptiva—no se mezclaran en un totum revolutum as inmansas cantidades de euificacidn vulgar, novedosa, comercial yefectista con aquello que, con tun minimo rigor, puede lamarse arquitecture. EI no dstinguir, confunde. Con excepeisn de los més grandes arquitectos del siglo XX —Aalto, Corbusier, Asplund, Duiker, Meyer, Ginzburg, Golossov, Grapius, Hood, Leonidov, Loos, Mendelschn, Mies, (Oud, Terragni, Vesnin, Lescaze y Wright—una critica de arquitectura que distinguiera entre a buena erquitectur y la obra maestra mostraria que le mayor parte de los mejores arquitectes son “autores de una sola gran obra": Chereau, Breuer, Eames, Emerton Fry, Moretti, May, Postzg, Brinkman-Stem-Viugt, A Wiliams y, entre ellos, algunos espatoles: Sota, Sostres y Set. Entre ambos grupos podria encontrarse un lustre purtado con més de une obra de la mas alta calidad: Gulischan, Haring, Jacobsen, Koninck, Lubetkin, Luckhardt,Taut, Malrikey, Neutra, Schindler, 0. Willams, Welzembecher. ‘Aunque ol hablar de arquitectos no es hablar de arquitectura —slo el hablar de obras cconcretes permite discerniro aislar los valores el aquipo de Corrales y Molezin, en la deseable critce poétics, propia de un futuro que permite mayor perspective, sé ‘encontraré probablemente, y evando menos, en el segundo de os grupos citedos. El arquitacto pare ser valiaso —por més que un misticatrunfalismo escolar lo ignore, con gran dana para la profesi6n— no deberé ser ni “genial” ni “inganioso”, ni “original, ni “angélic ‘Ni "genial, porque tal epiteto facil y roménticono viene sino e ocultar la verdadera ‘causa de una obra meestr2, que no es otra que el esfuerzo y el trabajo exhaustivo al horde deo innumano, drigida a obtener esas formas sencillas que, a su vez, contienen la complejde dol universo. [Ni“ingenioso”, porque tal es etributo de disefos, invenciones e ingerierias, disciplines que sin ser sjenas ala arquitectura no la comprenden, Ni original” —en el sentido de superficial ynovedoso—, porque Ia verdas ‘autenticidad de lo nuevo na surge mas que de un profunda buceo previo en ios origenes de las rezones de la forma, Ese buceo pasa por un conacimiente —verbalizado 0 no— de aquello que los mejares hicieron pare avanzar sobre y a partir de lo mojor del pasado, En Lima invantaron el paraguas alrededar de 1980, pero no debemos olvidar que por un lado el paraguas existe en Europe desde antes del siglo X y por oto en Lima ne lueve nunca: Ni “angola”, porque los arquitectos estan més sometidos, si cabe, que cualguier otro creador a las contingencias exterires: “El desmoronamiento de la abra de Gropius en los grandes encargos de libre presupuesto que recibe en USA, + El gran bache de le obra de Le Corbusier tras a segunda guerra mundial ylas sombras {e colaboracionismo de toda la “inteligencia” par'sina, el hundimiento moral de la Utopia y el “tras Autszwitz ya nada puede ser igual”. + Elfracaso generalizado de los arquitectos de moda bajo el abrazo mortal de la fama a lo largo de le mezquina época del postmodernismo, etc, son suficiente pruet ebilidad del arquitecto ante la presién del medio. Corrales y Molezin consiguieron hacer arquitectura en décadas oscures —barbar eespeculativa, mal gusto, Estado policiaco, un medio moral y palitico en el que “todo lo ‘no obiigatorio estaba rigurosamente prohibida"— gracias al coraje de eviter “gonialidad”, “inganio", “originalidad’y “angolismo” ‘Aungue trabajar on un madio acritico y hostil @ toda interés pastica @ arquitecténico, cual es el nusstro, permite afiorar alas excepciones en el cuasi anonimnato y con mayor fuerza, no es menos cierto que el caso ganeral yestadistco termine ahogado de rmediocrided y ted. Es dificil saber si el mejor caldo de cultivo pare le ata creacién es un régimen de simulténea democracia econdmica, social y poltica —hoy por hoy, al parecer, impensable— es decir un sistema de recionalidad toleranteo bien aquél de racionalidad autoritaia propia del despotismo ilustrado. Loque en cambio si parece evidente es que nil irracionalidad autoritaria propia del fascismo nila “democracia” formal y iberel somotda a la historia salvaje del mercado capitaliste parmiten el desarrollo extensivo —también en al Tarcer Mundo— de la postica, da ese arte de hacer arte, de esas obras que alcanzan le belleze por su redundancias y también es en las verdades constructives y expresivas que les son propias. Cortelas y Molezin han sido grandes maestros que, en un pais asolado fisica @ intelectualmente por a locura de un guerra civil, emprenden ena arquitectura el camino de la Razon Critica tantas veces derrotada a lo largo de la historia de Espana, Desde Madrid —que con les escasas excepciones de Lacass, Dominguez, Arniches y Sanchez Areas no habia legado antes de 1936 mas alld de ese revionelismo nagclésica al que suele lamar “rancionalismo” ¢e le Ciudad Universitaria — Corrales y Melezin eolocan en el nivel de a mejor arqutectura al monos cuatro obras: las oficinas del Bankunién, la casa Huarte, la Residencia Infantil pare Cristalera Espaftolarealizada en eolaboracién con Alejandro de la Sota en a Sierra, y el Club Néutico del Pantano de San Juan, Varias edifcios muy dstintos a primera vista que podrian situa s Corrales y Molezin entra e cierto Eclecticismo discipinar sobre ol que se pueden hacer algunas reflexiones: Hay al menos cuatro acepciones del tarmina Eclectcismoy pienso que sblo una peyorativa El Eclecticismo que concierne a una abre concreta es el método o resultado de un sineretismo mal digerido que conduco a una sinerénica mezcolanze de “estilos” ivarsos @ incluso lenguajes encontrados quo rompan la unidad de la obra asi como su dela insistencias ccepacidad de comunicar de modo coherente y entencible. Para este tipa de obras se svelen cologuialmente emplear comparaciones slimenticias como ensalada, dodo, callofe 0 guirlache. Es, en resumen, como un discurso pronunciado @ base de usar caéticamente palabras de muy if postmodernisma de los aos achenta —Johnson, Stern, Graves, Bol ete.— esté lena do ejemplos abyectos de este eclecticisma de obra Les otras tres acepciones vienen, cuando menos, a valorar une variedad o alternancia propia del pensamiento cientiica: + Para Diderot es ecléctico aquel que haciendo caso omiso de prejucios, rradiciones y ‘utoridades en la materia, tras escuchar slo su propia vor autodidacta y positivist, escoge y forme su propio modo de pensar. Asi pues y paraddjicamente, podemos lamar eclécticos a los arquitectos de la vanguardia mas individualistas que consiguen no inventar el paraguas. En resumen @ los precursores tanto de obras valiosas como de tras menores « Existe otra acapeién de Eclecticismo, muy similar ela anterior, el eclecticisma dela ua, l del escepticismo y el distanciamiento, pero no respecto # los dogmas del pasado reciente sino respecte a los del propio grupo, la propia corsente, tendencie 0 escuela, aunque ésta see dela vanguardie, Sobre este acepcidn Ia arquitecta Eileen Gray junto al ertco Jean Badovict escribieron un trabajo en el ao 1928. “En itime lugar se expone aquel que podria lamarse “Eclecticismo diacrénica de autor” y es de aplicacién en el presente escrito, Cuando un erquitecto, sin hacer abstraccién de su modo de entender la arquitectura, es capaz de someter con humildad sus preferencias elas diferentes exigencias tipolégices, geografices y teenol6gicas de las diferentes obras que realiza alo largo del tiempo; cuando incluso entionde que les sintesis formales-espaciales-constructvas, es decir le postica do una obra, no deben atendar e sus particulares apetencias para dejer que le obra sea lo que quiore ser, —aquallo que le es propio— puede ser acusado de ecléctico. Ahora bien esta acusacién s6lo vendré de quien no haya querido profundiear en el ntes idiomas, Toda la corrente del concept de ertica podtica, Al menos dos autores # quien nadie podré acuser de falta de personalidad —Joyce y Borges— han explicado con toda cleridad como la vardadera obra maestra nace sélo cuando se hace minima la intervencién de su autor, cuando el autor permite ser a Ie obra lo que ella desea, cuando creando —como dice Adorno— se hace lugarteniente de la humanidad, cuando, en resumen, emplea todo su ilimitado esfuerzo en sacer sus sucias manos dele obra, para “arveglarse las ufies”, mientras a cierta elogante distancia, la abra va encontrando su vacacién y destino. ‘Se ha escrito aqui toda esta digresi6n en la confianza de que pueda entenderse la calficacién de Corrales y Molezin como grandes eciécticos sin que por ello sus obras, pequen de eclecticismo alguno. Si el arquitecto decline de su habitualmente imposible pepel de “principe”, si el arquitecto no crea por partenogénesis une obra para el misma —Filarete hablabe de como a idea del “principe” germina y erece en el cerabro del

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