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HOMOFOBIA

En el mundo, cada dos días un gay es víctima de un crimen enmarcado


en hechos de homofobia, más de setenta países persiguen a los
homosexuales y ocho hasta los condenan a muerte.

La palabra homofobia fue utilizada por primera vez por el psicólogo estadounidense
George Weinberg en 1971. Este término se ha destinado para describir el rechazo, miedo,
repudio, prejuicio o discriminación hacia mujeres u hombres que se reconocen a sí
mismos como homosexuales, aunque contempla erróneamente a bisexuales y
transexuales, inclusive a seres que mantienen hábitos o actitudes que suelen ser atribuidos
al sexo opuesto, conocidos como metrosexuales.

Historia de la homofobia

La homofobia se presenta en la edad media y en la edad moderna conjuntamente con la


homosexualidad que en esos tiempos no se le conocía como sodomía, el origen de dicho
nombre se encuentra vinculado con la Biblia, basándose con la historia de Sodoma y
Gomorra.

Las primeras persecuciones de homosexuales por sodomía son de mitad del siglo VI,
cuando el emperador bizantino Justiniano y su esposa Teodora prohíben los «actos contra
natura» por motivos políticos, amparándose en razones religiosas. La ley preveía como
castigo la castración y el paseo público por las calles. Algunos de los teólogos que
promovieron esta ideología de persecución fueron Tomás de Aquino y San Agustín. A
partir de entonces se inculcó un modo de pensamiento absolutamente hermético en lo que
se refiere a las prácticas sexuales, se condenó la homosexualidad, la masturbación, el sexo
oral y todas aquellas prácticas que la iglesia consideraba como atentados contra la
naturaleza.
Estudios

Se considera homófoba a toda persona que no respalde o manifieste favor de dicha


orientación sexual, definiendo a los heterosexuales como organismos superiores en
relación a los homosexuales y bisexuales, sin considerarlo como un hecho discriminatorio
ligado fielmente al rechazo o la persecución.

La ortodoxia cristiana, judía e islámica, no acepta la homosexualidad como condición


sexual natural de una persona, a lo cual consideran se trata de una anomalía, manteniendo
una postura moral de rechazo hacia la misma.

La homofobia no es precisamente una fobia, debido a las características que las


diferencian tales como el miedo y la necesidad de huir de aquello, por lo contrario buscan
encuentros con personas homosexuales a fin de demostrarse a sí mismos que su postura
es correcta y suele ser motivada por el odio manifestado en forma moderada o severa,
considerando que en ambas se presenta como repulsión, incomodidad e inclusive
agresividad hacia las personas.

Los fóbicos tienden a esconder su trastorno, no les gusta hablar de ello aún si saben que
pueden estar necesitando ayuda, al contrario, Los homofóbicos quieren hacer público su
pensamiento y lo vuelven una batalla necesaria e intentan unirse a aquellos que piensen
igual, aunque su principal problema sea pensar que el problema lo tienen los
homosexuales.

Ser homofóbico, es el hecho de sospechar que él mismo posee un potencial homosexual,


así lo explica el Dr. Miguel Urbina, quien asegura que la intensidad de ese repudio hacia
lo que viene del mundo exterior, genera un cierto alivio a esos temores que provienen del
mundo interior.

En los últimos años las personas que se autoproclaman homosexuales en series de


televisión y programas, podrían estar colaborando con la difusión de cualidades como la
tolerancia y la aceptación del otro sin importar su condición sexual, pese a la labor que se
realiza, desde estos sectores que proclaman la tolerancia, los homosexuales (lesbianas,
gays, bisexuales y transexuales) son víctimas de abusos. Todavía en muchos países se les
prohíbe contraer matrimonio, lo que impide que llegado el caso puedan ejercer sus
derechos como pareja consolidada, son discriminados laboralmente y las relaciones
sexuales entre dos personas del mismo género tampoco son aprobadas.

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