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MI FA VIDA Uri Geller He aqui la autobiografia del famoso y discutido joven israeli que, sin tocar- los, logra poner en marcha relojes pa- rados, detener ascensores, arreglar radios estropeadas, doblar llaves, cu. charas y postes de sefiales de tran- sito. Uri Geller ha demostrado poseer sorprendentes poderes extrasensoria- les a lo largo de los experimentos rea- lizados en una serie de centros cien- tificos, entre ellos el Instituto de In- vestigaciones de la Universidad de Stanford (EE.UU.), y el Birkbeck Co- llege y King’s College, ambos de la Universidad de Londres. Con Uri Ge- ler, las leyes que rigen la materia pierden su significado y lo imposible se convierte en real. En MI FANTASTICA VIDA, Uri relata también cémo llegé a darse cuenta de sus poderes y hasta qué punto su vida se ha visto afectada por ellos. Su infancia y adolescencia fueron nor- males (unos padres carifiosos, divor- ciados, poco interés por los estudios, las tipicas aventuras de cualquier mu- chacho), a excepcion de aquellas ex- trafias y embarazosas cosas que ocu- rrian alli donde él aparecia. El autor describe el curioso suceso que le ocurrié en Israel cuando tenia dos © tres afios; evoca sus primeras ex- periencias en telepatia y clarividencia: leia en la mente de su madre; en va- {Signe en 1a segunda solapa | GELLER fantastica vida Titulo original URI GELLER. MY STORY BARTOCOME LOPEZ de la 1 edicién de Praeger Publishers Inc., Nueva York, 1975 8 5 1975, DICIONES GRIJALBO, S. A. y Mata, 98, Barcelona, 14 (Espaiia) Primera edicién Reservados todos los derechos Priwtep IN SPAIN Thpreso EN Espana 84-253-0581.0 Dorasiok B. 34182-1975 a2 408 SSVI Rioe indo grifia sa Tous 19_ Bosom Mi fantastica vida EDICIONES GRIJALBO, S. A. BARCELONA - BUENOS AIRES - MEXICO, D. F. a | fel AGRADECIMIENTOS a todas aquellas personas que, ajguna manera, me AY Hjurante In redaccion de esta a Robert y Kirsten Abel, Charles Anderson, Mark y Dienne {iewon, Bob Banker, Robes © Stephanie Barrat, Dr. Ed i id Bohm, Jim Bolen, Bryce Bond, Dr Sa Jean Byrd, Elizabeth Ca is familia, Bart Cox, James y “ Dimbleby, Arnold. Doln, Quisiera dar Tas gracias idaron Brown, Sara Burs Brown fen, Solveig Clark y sf nie Thaw, Ts Davideseo, David a Cor ancaa, Beer 7 Anita Edler, Nove Farkash, Dr, Wi Joba G. Fuller, Margaret Geller, Tie oz Fan ‘Lu Fenton, Wve Geller, Ingrid Goldbere, Vicki Golden, F. Ye Guin, Dr, Joha Hasted, Rony Nancy Seeks baa , Peter Miluchet, Jim y Desiree Mazel Hurtak, Maria Janis, Stefan. Janis, Joker bose oo logs, Sa cy Kahan, Yasha Kaz Betty Ke creme. ot gt, Ed eer hai tot Ge ton ta Lieberson, Lary ¥ Glo Be Nenad igs et eben, Lary 3 Cli Lighter, Michael Magas, a Coase Mae a “Jean Mayo, Kevin McCormick, ee vila Bie Mil | i Richard Moore, Gianna Morello, Be ae ae igh tingale, Dr. Gleen Olds y Eve, Bren. aceea Oos ts Gd,» Len Peleg, Dr. Ralph et paps 7 tee Pinte, Dr. Andrija Puharich, Dr. Ha- ee ee Sue Richardson, Pisi Rosner, io i ein, Sichs, Dr, Louis y Edna Shenk eg ar ae oe Don Scheuch, Wemer eae rang, Arie, Hava y Hanna May Sates (a) ane Judy Skutch, Ray y y how a ian eter: Stigwood, George Swanson, Jobs ir fbn To, debs oo: Russell y Joan Targ, Pro Ta, Wore oe feus, Jahn y Sve "Tishman, Melanie Vetitt y os familia, Lyall i, Charles Van Doren, Trina y ey ce: Ll Wetzon, Dr. Paul y Maudine Jiamson, Pri re ‘Williamson, Dolly y Kells Wil Yaoi, Jimmy illiamson, C. V. oe Soe on, C. V. y Joanne Wood, Jon 1 ee te 2h. todos los detractores y escépticos. Febrero, 1975 ‘Uri GeLier Este libro se dedica a cuantos traba- jaron, contribuyeron y amaron du- rante los dos iltimos afios y medio, y en especial a mis padres, que con- sagraron todo su esfuerzo y energia ala tarea de criarme, para que lle- gase a algo tan increible y descono- cido, INDICE I. Sucepe topos tos pias. . . . 1. 9 BA. Céuo eupez6 Topo ....i 0. 6 6 ws AMS TI. A 1a BUsQUEDA DEL sIGNIFICADO.. . . . 231 SR cy in gates ee ene I SUCEDE TODOS LOS DIAS 1 Aquella mafana de noviembre de 1973, cuando entré en el mintsculo estudio radiofénico de la BBC donde iba a ser entrevistado en cl «Jimmy Young Show», distaba mu- cho de estar preparado pata lo que se desencadenarfa luego. Esperaba algo, si, pero no un suceso tan anonadante como el que se nos vino encima. Jimmy Young me cay6 simpé- tico. Comprendi en seguida que era un muchacho estupen- do, muy afectuoso y amable, Suelo intuir de inmediato si una persona me va a agradar o no. Jimmy logré que me sintiese a gusto, lo que constitufa un buen sintoma, dado que estaba un poco nervioso, cosa que me ocurre a menudo Cuando comparezco ante un auditorio, El «Jimmy Young Show» tiene gran audiencia. Cubre toda Inglaterra, llega a Escocia e Irlanda y estoy seguro de que Jimmy es muy popular entre sus radioyentes. Des- Pués de mi entrevista, por fuerza tendria que serlo. Jimmy empezé con el interrogatorio de costumbre. Me Pregunt6é que cudndo descubri por primera vez que podia doblar Iaves, clavos y objetos similares, sélo rozindolos ligeramente, y poner de nuevo en marcha relojes que Ile- i spondi que me habia dag, funcionar. Re rds, durante mis inicial vaban afios sin s tiempo enta de esas coal 3 ee ‘f 1 colegio, co Bran orpresa por parte de Mis cop, eae 1 ‘os, mis padres... y tambié vferos de clase, mus TACT : nd Pir eniemo, La verasd © {que todavia estoy asombrado y : ‘ i entando ciert ‘cuando esas cosas suceden, sige experimentando cierta sen, sacion de maravilla. Me pregumtd entonces St tenia inconveniente en hacerle tina demosteaci6a, Naturalmente, 7 eies de comenasil programa yo habla quedado de acuerdo con él en intentay Jo. Jimmy se sacé del polsillo una gruesa lave «Yale» y Me dispuse « hacer lo que normalmen te hago en tal citcunstancia, tender Ja mano sobre La lave y desear que se doble. Jimmy contemplaba la escena con 7 ie an aiencién; fos téenicos del control se habfan puesto tomiree también. w través de muvcristalera. Todo el mundo te mantenis expectante y excitado, Yo continuaba un poco nervioso, porque hay ocasiones en que I demostracién fll Jo cual resulta muy embarazos para m{. Albergo la cos fianza de que saldré bien la mayor parte de las veces, pero ello no es dbice para que exista la posibilidad de que no ocurra ast. se oe ee en que empezaba a colocat lt eases Gente lave, me vino a la memoria To ait pris cosa sas fee emisién radiof6nica, en Teiss ak GA Cribs mere que incluso a mi me costaba traba- varios dias después oe programa que se puso en anten? Ca. a que me marchase. En el cusso ee ot llevé a cabo la acostumbrada de le Ceara! clavos, mientras el Jocutor é ee aia Lo que ocurre es muy S cutvarse despacio en muy asombroso. La lave empie# # dedos 0 pongo la cuanto yo la rozo ligeramente OF los blindose a encima de ella. Luego continis 4 después de que haya retirado la mano. A vee © 12 ime la puso delante. yea s6lo un poco mis y luego cesa de hacerlo, En otras sigue hasta formar un éngulo de cuarenta y cin- o hasta quedar en dngulo recto, Hay ¢ fundirse, sin calor, y la mitad de la Nunca sé con certeza qué va a hacer asiones, ‘co grados 0 inclus casos en que parec Have se desprende. Ja Ilave. Con posterioridad a Ja transmisién en Tejas de la en- trevista radiofénica, recibi una declaracién jurada con la firma de tres empleadas de la Oficina del Procurador Ge- neral de aquel estado, Un abogado habfa sugerido a las cuchasen la emisién y, sélo para-diver- tres mujeres que esi tirse un poco, que colocasen unos cuantos objetos metdli- eos encima de la mesa, alli, en la sala de archivos, y se concentraran en ellos. Ante la sorpresa general, segiin se hacia constar en Ia declaracién jurada, el mango de una cuchara se doblé hasta cosa de cuarenta y cinco grados, la lave de una puerta se partié completamente por la mitad y un gran sujetapapeles se desvanecié, Sé lo increible que parece esto, pero la declaracién jurada es auténtica y no existe motivo aparente para que las tres mujeres inventa- sen la historia, Diffcilmente podrian obtener algtin benefi- cio con ello, Lo que més perplejo me dejé fue que se tra- tase de una emisién en diferido, puesta en antena cuando yo habia abandonado ya Tejas. Cuatro meses después, sentado en aquel estudio londi- nense de la BBC, mientras me concentraba en la Ilave que Jimmy Young me habia dado para que la torciese, el lance acudia a mi mente. duda fue ese recuerdo lo que me impulsé a decir por el mictéfono que las personas que en sus hogares escuchaban el programa podian concentrarse en sus llaves —o en sus cucharas 0 tenedores— y compro- brar lo que sucedfa, Las palabras se me habfan escapado de los labios, Entonces afiadi: «Si en su casa hay algiin teloj estropeado, les ruego que se concentren sobre él y 13 Sei ek RE Ae siva a funcionar, Simpl traren de conseguir ave voelva plea concéntrense ¢n él». 0 ace Oot ue Je mano de encima de Jg ne a aay Young: Esta comenzaba ® cUvalse, ¥ con TAN haciéndalo. Mientras contemplébamos el fendmeng, } Jimmy Young se sentfa tan sdmirado que casi gritaba: «Se tatd doblando ante mis PFoplos ojos! {No puedo creetlols La love se doblabe, tal como Yo habia visto tantes veces we ccasiones anteriores. Las palabras de Jimmy Young, yi brantes y emocionadas, 5€ transmitian con toda su viveza wrrtoa ios paunsos de InEanertt EPCDCR € Irlanda. Conti- vaenes hablando y yo segut con mi demostracién, Tr realzador del estudio entré precipitademente con un pufiado de notas. Al principio no me di cuenta de qué we Pitaba, de modo que continué hablando. Expliqué que vai desconcierto era tan profundo como el de cualquier otts persona, cada vez que doblaba una lave © una cuchara, EE realizador seguia entrando y saliendo del estudio con una nota tras otra. Entonces comprendi lo que pasaba. Toda la centralita telefSnica de la BBC se habia encendido como tun drbol de Navidad, Se multiplicaban las Iamadas proce: dentes de Inglaterra, de Irlanda, de Escocia, de todos les lugares de las Islas Briténicas. Toda Inglaterra parecia estar retorciéndose, Las lamadas telefénicas informaban de qué en multitud de domicilios, por todas partes, cerca y lef de Londres, euchillos, tenedores, cucharas, llaves y clavos se doblaban solos, Una sefiora de Harrow manifest que estaba removiendo la sopa cuando, de siébito, el oe a curvarse, La pulsera de oro de una’ muchacha rey se combé y retorcié, Un agente de policia comune que varios cuchillos y cuchara: joyero ie ese epost doblaron. Un ones de las piezas de cuberteria i nee arqueado. Un relojero dijo que lo nis he ocuttres a sus tenazas. Se recibievon Aue testimonios de personas que comunicaban qué relojes 4 diversos tipos habfan comenzado a funcionar otra vez, cabo de afios de estar parados. En la BBC se habia producido una completa confusién. “Tras Ja experiencia de Tejas, yo casi me esperaba que su- cediera una cosa asi, Pensaba que, si las personas querfan de verdad que ocurriese y se concentraban a fondo en tal deseo, yo podia desencadenarlo, puesto que mi actuacién serviria para liberar dentro de otros seres humanos la misma exttafia energia. Con todo, no dejé de maravillarme el ex- traordinario mémero de Iamadas y el que éstas Ilegasen de lugares tan distintos. La centralita telefnica de la BBC estaba totalmente bloqueada. A mi regreso al hotel Hyde Park, una vez concluido el "programa de radio, me aguardaban reporteros de todos los periddicos y agencias informativas. La noticia de Jo acae- cido por toda Inglaterra se habia propagado con celeridad. Habja periodistas de la Reuter, la Associated Press, la UPI ¢ innumerables rotativos britdnicos... de periddicos japo- neses incluso, Me acribillaron a preguntas y me pidieron que tes demostrase cémo doblaba Ilaves, cucharas y anillos, cosa que hice en su honor, Todo el mundo parecia preguntarse qué iba a ocurrir al dia siguiente por la noche, cuando re- pitiese la sesin en el «David Dimbleby’s Talk-in», uno de los mas populares programas televisivos de la BBC. También yo me lo preguntaba, Si como consecuencia de un espacio radiofénico —donde nadie presencia lo que Sucede— habian ocurrido tantas cosas, ecudl podria ser el resultado de la influencia, mds potente, de la televisién? Tenia entendido que la audiencia iba a ser muy amplia, a causa de la gran cantidad de telespectadores que continua- tian frente a la pequefia pantalla después del concurso de Miss Universo, programado para inmediatamente antes de mi aparicisn, _ Al despertarme a la mafiana siguiente, vi que mi nombre figuraba con grandes titulares en la primera pégina de 15 ” ie ‘ a toxion los periédicos londitenses ‘Ayrinos de: ellos'ig gracionoe: «URI PONE A GRAN BRETANA EN UN Ke. Pa pent geste «GRAN BRET CON LA COMBA». Nunca habia despertado tanta aten 2 Sponge que no existe persone * TRH novke eusangaal i" . dnt Inte ver Soares en los titalares de primera péeins, y yo n singana excepcign. Ademés, la noticia se habla citing por roo el mundo, sep me dijeron, propalad —— tgencias informativas. ame mrsbién estaba un Poco confuso, como de costumb porque tngo el convencimiento de que existe a eS pereteds de todas esas cosas que sucedcn con ae servos mterses, En el curso de los timo cc ae » tado intentando por todos los medios eles aee ee significar todo eso. Pero aquel otofio, i“ I a pies E jo, en Tnglaterta, no isponia de mocho tiempo para dedicarlo a meditac wi, Me sabe Petes ve meditaciones a : Bee ech dive yn vistas @ und gira de See aks de tds 0 ee See oes ica to aquello. no me deja at én. Como de costumbre, estaba un dela shane eigull tanto nervioso cuando, siguiente, voli a la BBC : dale pi , nuevamente temeto Essel mae oe el momento en que tratase programa aah ate ee cay edmaras de televisi6n End Gus aca per también otros dos invitades. teneciente al depart Taylor, fisico de renombre per ‘hebided tamento de matematicas del Kire’s Gol era Paes a de Londres. Habia oido decir a8 bislogo céleb ivo. El otro invitado era Lyall Wats re y autor de lo era Lyall Watson | David Di Supernatura. ‘Acson a ae hombre muy agradable. Tat yo experimentase Tevado algunos objetos patt 1% ‘unos cuantos con ellos: tened = fe lores, cucharas, Haves 1 iniciage el especticulo, el anftrion ee | wae y los otros invitados P* a una sala contigua para disponer un dibujo, que se larfa en un sobre cerrado y que yo tendria que adivi- y duplicar durante el programa. De no ser por los extraordinarios acontecimientos que desarrollaron en el transcurso del espacio radiofénico del anterior, es posible que mi grado de nerviosismo hu- a sido menor. Pero la verdad es que no deseaba que el rama televisado, frente a un auditorio tan inmenso, tase un fracaso. Por otro lado, me daba perfecta cuen- de que un cientifico como John Taylor iba a mostrarse tico incluso aunque Jas cosas ocurrieran ante sus pro- ios ojos. Cuando el programa entré en antena, todos los sintomas indicaron que el experimento saldria bien, Me concentré en el sobre cerrado, cerré los parpados y aguardé la posible aparicién del dibujo en la especie de pantalla que siempre yeo en mi frente. No transcurrié mucho tiempo antes de que contemplase con claridad una forma definida: la de un velero. Se abrié el sobre y, naturalmente, era el dibujo de un velero. Pero eso no fue mas que el principio, Sobre una mesa se habfan colocado diversos objetos: tenedores, cucharas, Iaves y relojes averiados. Suger{ al Ptiblico que se concentrase al mismo tiempo que lo hacia yo. Dimbleby sostuvo una cuchara en la mano y yo la aca- Ticié ligeramente con dos dedos. En un brevisimo espacio de tiempo, se doblé casi por la mitad, Mientras la cuchara se curvaba en la mano de Dimbleby, un tenedor de los que habfa encima de la mesa empezd a arquearse sin que nadie Jo tocara. Acaricié otro tenedor y se doblé hasta tal punto ue el mango se rompié y cayé sobre Ia superficie de la mesa. Después empecé a concentrarme en los relojes estro- Peados. Se pusieron a funcionar casi de inmediato, El de Tyall Watson, que hasta entonces marchaba perfectamente, S€ paré de repente. Las sactas de otro de los relojes se Survaron de pronto contra el cristal. 17 coya actitud al principio del prg Taylor, ae pareefa un tanto imp, La franco escepticis™, gana ere de endow Lo. mismn i armalo por 10 que estaba sucedil noi én no podia resultar més ton los demés. La demostraci — con os cinlquier dude que hnbiese podido yo slbergall acerca del efecto del programa sobre Inglaterra se aclang rdpidamente, La centralita telefénica de la BBC volvié g erie: blocucade, tan bloguesda que cn Sn tris cseuyaily {quedar focra de servicio. En numerosos hogares, por todas partes, estaba ocurriendo Jo mismo que eh el estudio, Haste Pana de Guernsey, en el Canal de la Mancha, tres fy vvilias habtan visto c6mo se doblaban sus cucharas y cémo fos relojes averiados se arreglaban solos y volvfan a fun cionar, Se recibieron catorce llamadas de personas que afir aban haber tecibido también, telepdticamente, 1a imagen del velero. Como consecuencia del programa de televisién, los tite ares de los periddicos fueron todavia mayores, y de nuevo Ia prensa end a rebosar mi habitacién del hotel. Acudian para entrevistarme, pero también con desafios. Por mi par te, estaba acostumbrado a Jos retos, ya que en el curso de mi vida muchas personas me habfan acusado de utilizar tru: cos de magia o ilusionismo, Comprendo muy bien sus mo tivos. Si yo tuviese noticia por el periédico de que alguien realizase tales cosas, también tendria mis dudas, desde hue go. Desearfa verlo con mis propios ojos, asegurarme perso nalmente de que no se recurrfa a ninguna artimaia. wate alegraba de lo ocurrido con los programas de lt ib porque millares de personas, de un extremo @ of® Inglaterra, se habjan visto directamente afectadas ¥ Jacionadas con el caso, Al menos, nadie podria Ee «ett, como 4 menudo me pasaba. No exit edi® ' ' | le las arreglara para doblar objetos y ae | ue se encontraban en miles de hogares aides por todo el pats. Los periddicas. enviaron 18 para que hablasen directamente con quienes habian ofdo presenciado los fenémenos, y se confirmaron asi docenas Jos casos comunicados a la centralita telefénica de la No cupo duda alguna de que aquellas cosas habfan ido. Para mf la cuesti6n mds importante era: ¢poseian has personas estos poderes y los habfan impulsado al har el espacio radiofénico y al contemplar el progra- de televisién? Aun no estoy seguro de ello. Durante los dos aiios lentes a las emisiones de la BBC, me habia sometido Jos Estados Unidos a una serie de reconocimientos y ebas en el Instituto de Investigacién de Stanford, en lo Park, California. Las primeras conclusiones habian nfirmado que algo nuevo y extrafio estaba sucediendo, efecto, tanto con los objetos metdlicos relacionados con caso como con los experimentos de telepatia. Los inves- adores manifestaron que, si las pruebas continuaban mar- lo aquella pauta, su efecto sobre la ciencia moderna se- considerablemente grave. Todo esto, como es légico, ultaba excitante. Un cientifico llegé a decir que, si se ‘confirmaba de modo total lo que estaba ocurriendo, la cien- ia se veria obligada a revisar, con un criterio completa- Mente nuevo, las teorias de Galileo, Newton y Einstein. De los articulos publicados en la prensa britdnica, uno de los que mas me gusté fue el de Clifford Davis, redactor Jefe de la pagina de televisién del Mirror y, asimismo, miembro del Inner Magic Circle, la principal asociacién de Magos existente en Inglaterra, Escribié en el periédico: *Cualquier mago de cierta categoria estd en condiciones de Tealizar juegos de manos similares, lo que no obsta para ‘ue fuese supercherfa. Uri debe ser auténtico». Su crénica tinuaba: «Quienquiera que Ileve a efecto prodigios se- Mejantes, del modo que lo ha hecho él, no puede ser nin- ‘Bin farsante, Uri ha superado trece pruebas de laboratorio los Estados Unidos. Todo ello demuestra que, en deter- 19 rminados ¥ raros casos) él poder de lu mente consigue 4 ro doblar objetos jnanimados» les. oie magos babian intentado estaba gy que wn ilusionista, resultaba ae He a expresaba, asi en lett pres ‘ , por mi parte, habia aprendido ts a que, : fee palabras de quienes afitman que lo qu Puesto que sar por alto hago es una falsedad. Sé ave Jo que hago es real, y eso 6 e Jo que importa. 08 ‘Los _acontecimientos de Inglaterra fueron auténticos no ef resultado de trucos de magia, y también trasc tes. Por primera vex otras personas, al escuchar y alguien que posefa esos poderes y energias, compr : . jprobaren que éstas se manifestaban en sus propios hogares, Eran asimismo importantes, porave frcdeféns contribui cre un interés mayor en Jos estudios cientfficos acerca de las nergias desconocidas. Tengo la impresién de ‘ poderes proceden de un punto Iejano, fuera de m ' ae yo ey sino una especie de tubo que los canaliz i aparte de eso esti Ix euestiin de lo que tales poderes 1 een respecto a Ja totalidad del misterio del universo ted algo insélito esté ocurriendo aqui, y me gustaria eee ‘el mayor ntimero posible de ellas, est pin av ae para explorarlo junt importante trabajar con cientificos. Pero cuanto pueda imostsar‘o-decie gana en importancia si millones de La hhan experimentado, yee: » expliqué ees a Bryan Silcock, director de la se kee Pee junday Times, mientras me acompaiabt seropuerto de Heathrow, después de los dos programas de la BBC. Silcoc! Menticye! a ileack es un resperado periodistt eedey Times uno ide los mejores ditios ta: ia ‘a Jo que escribiese respect * ues pi ahigae tendria mastante peso en el animo de muchos nteligentes, cientificos incluidos, y me seeré 20 Sé que dedicase un poco de su tiempo a charlar conmigo. Du- nte el trayecto, sacé una de sus propias Iaves y yo la jcié levemente con los dedos, Empez6 a curvarse casi | instante, y Silcock, escéptico al principio, se mostré muy jonado, En el aeropuerto, un agente de viajes de la que habia visto el programa televisado la noche antes pidié que pusiera en marcha su reloj, que estaba estro- . Lo mantuve entre las palmas de mis manos durante segundos y empezé a funcionar y sus manecillas se Jocaron en la hora correcta. También doblé un grueso abridor de cartas. Silcock estaba maravillado. Encabezé su olumna de The Sunday Times con el siguiente titular: «URI DOBLEGA UN CORTAPLUMAS... Y MI CINICO CEREBRO». En el articulo decia: «Uri Geller subié por n a bordo del avién que despegaba hacia Paris y dejé ompletamente anonadado el cerebro de este corresponsal tifico, cuya desconfianza inicial se volatilizé. Me perdi programa de televisidn. Pero lo més probable es que, unque lo hubiese visto, mis dudas se habrian mantenido. jin embargo, resulta practicamente imposible conservar el sscepticismo después de haber observado a Uri Geller en in... Afirma estar dispuesto a continuar obrando asi hasta que el grueso de la opinidn cientifica esté convencido. 0 tiene inconveniente en prestarse a participar en cualquier xperimento auténticamente cientifico», Sileock citaba también un comentario formulado por Taylor acerca de lo sucedido en el programa de te- isién, «Sabemos lo que puede hacer —decfa el profe- Taylor—, Me gustaria intentar descubrir cémo lo hace. Puede caber la posibilidad de alguna clase de explicacién esté de acuerdo con las normas cientfficas convencio- s. Me encantaria entrar en contacto con personas que leron extrafias experiencias durante el programa de te- isin, ya que es posible que tengan poderes similares due menos desarrollados.» 21 gdelante; el profeser Taylor cumplitia sa dei, rprendentes. Por 10 aue & TF TESPECt, ey ‘a eet ort de poco tiempo para saboreg fea peice llcocks Mc: encontrabe Ace fle Paris, donde el Paris Match ee a entrevistarme de apa deni piray volweria otra ver a To piste wn Pt ego hacia los Estados Unidos, aan wen breve eapacio de tiempo, y continuar ly Noruega, Suecia, Dinamarca, Ho. Pita por Alemania, Suiza, landa y Japén. i Poco antes de que saliera de Londres, representantes de uno de los periddicos dominicales me habian rogado que colaborase con ellos en un experimento que consideraban podia resultar interesante Y divertido. Yo iba a estar en Parts, pero les dije que @ Jas doce y media de la tarde, hor de Londres, me concentrarfa a fondo, y ya veriamos los resultados. Este periddico, el Sunday People, tenia una ct culacién de quince millones de ejemplares, de modo qe albergué una confianza bastante firme en que ocurritia algo. Tndiqué al periédico que aconsejase a sus lectores se rodeasen de diversos objetos metélicos y que, 2 las doce | y media de Is tarde, sostuvieran en la mano cucharss ¥ tenedores y se concentrasen conmigo sobre ellos, aunque yo me encontrase al otro lado del Canal, en Francia Tam bién sugerf la conveniencia de que acariciasen los objet ligeramente con la yema de los dedos. No olvidé aconscit aie tenfan relojes estropeados lo intentaran también oY aa ‘Advert a los redactores que a menudo n° * hada, flaslata)iperovque de todos modos seria inte comprobar si pasaba algo. 1 domingo, 25 de noviembre, me hallabs en ¢l ©? yerto de Orly, en Parfs, a punto de regresar a Londres. Jas doce y cuarto, empecé a concentrarme a fondo, en n intento por remitir pensamientos y energias a través J Canal. Si el esfuerzo daba resultado, se demostraria de o que era posible transferir energfas. Y, desde luego, 9 podria desdefiarse tildéndolo de vulgar truco de ilusio- mo, Me sentia vivamente interesado en el desenlace. ‘A las doce y media en punto, grité: «;Déblate!» Igno- 9 si cuantos se encontraban presentes en el aeropuerto ensaron que estaba loco. Pero si sé que, pocos dias des- ‘s, los directores del periédico estaban entusiasmados. Sunday People recibié més de un millar de cartas. Cen- enares de relojes de pared, de bolsillo y de pulsera, de- echados por imttiles, habfan comenzado a funcionar otra ez, y por toda Inglaterra se curvaron de nuevo tenedores ¥ cucharas, El reloj de una sefiora de Dorset, que no habia uncionado en cuarenta afios, se puso en marcha como si tal cosa, Un reloj de Birmingham dejé también de estar parado, pero las manecillas corrfan hacia atrés, en sentido nverso. En una casa se salieron los tornillos de una de las agras de un armario; en otra, los barrotes de una jaula péjaros se doblaron. El periddico efectué una tabulacién definitiva de los esultados, segtin los datos recibidos de sus lectores: lojes de diverso tipo que volvieron a funcionar. 1,031 dores y cucharas doblados 0 rotos. . . . 293 Otros objetos retorcidos o quebrados. . «+ 31 Total de objetos afectados . 1 CC a aa El doctor Edward Bastin, matemético de la Seccién Investigacién Lingiiistica de la Universidad de Cam- 23 siddico:

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