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Izquierdas: nuevas y viejas José Oth6én Quiroz, Nicolasa Lopez-Saavedra, Sergio Tamayo y Maria Garcia-Castro CON eed) Capitulo I Desde las orillas con amor, vicisitudes y trapisondas de la izquierda latinoamericana Tatiana Coll Lebedeff 7 1 Desde hace veinte afios los pueblos coloniales dislocan la domina~ ci6n extranjera y hacen pie en la escena internacional. El siglo XX no habré sido solamente la era de los descubrimicntos atémicos, sino también la de la conquista por los pueblos de las tierras que les pertenecen. Frantz Fanon, 1962 A la postre la centuria pasada no fue el siglo del centro sino el de las orillas, no el del proletariado sino el de los campesinos, no el de la expropiacién de las fabricas, sino el de la recuperacién de las tierras. Armando Bartra, El Hombre de Hierro, 2008 verdad el siglo XX fue el siglo de las revoluciones, triunfantes o otadas, desatadas o encasquilladas, consolidadas o dispersadas. a es una herencia significativa y grande, asi como compleja y pesada a las izquierdas. Una herencia simbilica que no puede ser ignorada y arrumbada, enaltecida o condenada, justificada o satanizada como un Licenciada en Sociologia en la Universidad de La Habana, Cuba, 1978. Candidata a Doctora en Sociologia por la Facultad de Ciencias Politicas y Sociales de la UNAM, 1996. | Profesora en la Universidad Pedagégica Nacional y Facultad de Filosofia y Letras de la UNAM. . con el agua sucia y el nifio. La critica siempre es el instrumento de la lucidez_y permite reconocer nuestras posibilidades y alcances, Pero la critica es dificil, muy complicada, no puede ser ni devastadora, ni entumecida y tibia. Generalmente, la viga en el ojo ajeno ha sido mas grande que la propia. La critica bienvenida sea si no arrasa arbitraria.- mente con todo y permite seguir abriendo caminos. E] primer gran hecho historico que tiene gue acabar de asumir plena— mente la izquierda latinoamericana, sobre todo, con todos sus significados € implicaciones, tedricas y practicas, es el hecho contundente de que todas las revoluciones fueron “orilleras” como nos dice Bartra, fueron hechas en los pafses del subdesarrollo y la dependencia colonial, en las condiciones que esta matriz socio-politica y econdmica impusieron. Este es un hecho historico que deberia de entrada evitarnos reeditar las obtusas discusiones en torno al sujeto histérico del cambio y las vias inicas de la revolucién, los intentos por disfrazar a los campesinos y estudiantes como proletaria— do, y otras muchas deformaciones que atin enturbian los debates. Para establecer este debate se Proponen 4 términos que lo conducen © acotan, como se quiera ver, el discurrir de las ideas sobre el gran tema del cambio social y los sujetos que lo posibilitan desde la izquierda. Vigjo y nuevo, socialismo y anticapitalismo, son 4 elementos de caracter muy general y que han estado presentes, por lo menos, en los tiltimos 150 afios de la historia latinoamericana. Todos los actores sociales que se lanzan a la ardua tarea de rechazar y cambiar desde su cotidianidad su entorno y condicién social de alguna manera estan convencidos de que emprenden un nuevo camino y, de alguna manera asf lo es, aunque muchos otros ya lo hayan recorrido. Es nuevo para ellos, a la vez que Puede ser viejo para otros. Asi ha sido y probablemente lo ser siempre. Sin embargo, en una perspectiva histérica lo nuevo y lo viejo adquieren otro significado, la nocién de viejo se asume més como aquello que retrasa el cambio y permite la reproduccién y lo nuevo, en diferencia, Se asocia inmediatamente con el cambio mismo, En esto de echar a andar y decir basta, como decia el Che, hay siempre ciertos procesos comunes a los cuales se les nombra de diferente manera desde diferentes miradas, pero que por lo tanto permiten trazar grandes rasgos comunes, grandes pinceladas o trazos que nos permiten generalizar. Aunque evidentemente, el hecho de generalizar conlleva ne— cesariamente una gran limitante, que es la de perder el matiz, el detalle, el ejemplo contradictorio, la excepcion, en fin se pierde a veces aquello que vuelve a la realidad social en nica e irrepetible, pero que la gene— Desde las orillas con amor, vicisitudes... * 31 nos permite al mismo tiempo establecer los grandes trazos y ver 4s para sefialar dénde se distinguen claramente los caminos, las el aranque, las desviaciones, senderos sin salidas y desbarranca o triunfos. Esta aclaraci6n es muy necesaria para evitar las falsas jones que toman como asidero un ejemplo, aquel que contradice la general. Esta discusién en detalle ameritaria un largo debate con isl rsseyestibicnins lo\clial inozes él; tse0.glos-4 Olra acotacién igualmente necesaria es aquella de que en estos temas hay “neutralidad” posible, ni creible. El determinismo academicista pone como requisito una supuesta neutralidad | para conceder el certificado de excelencia se ha vuelto en realidad un impedimento, si no es que practicamente un veto, para el avance de la perspectiva critica y sca asirse siempre en el espacio institucional. Vivimos en un mundo ha sido desafiado por la mayor potencia imperialista, con un reto que lanzado en boca de su iluminado y mesidnico ex presidente: "Dios con nosotros, y todos deben escoger o est4n con nosotros o est4n en a nuestra”, las consecuencias son entrar a la lista de “los oscuros es del mundo donde anidan los terroristas” (cortesia de George Bush). Las ciencias sociales de ninguna manera pueden pasar por alto fla advertencia que determina el funcionamiento estratégico de los es— acios globalizados que en verdad no ha sido modificado sustancialmente el nuevo presidente Obama, basta ver el despliegue de las bases en Colombia y la restauracién de la VI Flota del Comando Sur. _ En este caso, ademés, al hablar de las izquierdas, y yo propongo de las izquierdas marxistas como definicién, tampoco hay neutralidad, hay ' Posiciones que establecen diferencias sustanciales dentro del abanico de la izquierda marxista. El ejemplo sera este mismo libro donde debatiremos entre diferentes posiciones y sobre todo origenes politicos; cuando se de— Sarrollan estos debates entre miembros de diferentes filiaciones partidistas © de corrientes del marxismo, vuelven a surgir los apasionamientos de la Mieja camiseta y su defensa a ultranza. Ese ha sido un obstaculo grande Bipora construir una critica equilibrada desde y hacia las izquierdas. En la misma intencidn de evitar falsos debates queremos sefialar que tampoco entendemos a las categorias de nuevo y viejo como absolutas, mas bien pensamos que son grandes matrices que nos permiten clasificar © apreciar los elementos generales que definen un movimiento social, 2 partido, un grupo organizado, un conjunto de actores en términos de su practica y teorfa. Una cosa es la autoconcepcién que de sf mismo

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