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CRATIVIDAD Y LITERATURA: HACIA UNA METODOLOGIA CREATIVO-LUDICA DE LA COMPOSICION ESCRITA «Los métodos didécticos habrn de fomentar la origi- nalidad y creatividad de los escolares». (Ley General Educacion, art. 18) «Redactar bien es pensar bien». (Martin Alonso) Wesarrollemos la creatividad de todos para transfor- mar el mundo». (G. Rodariy «El hombre juega dnicamente cuando es hombre en el pleno sentido de /a palabra y es plenamente hombre tnicamente cuando juega». (Schiller) 1. CONSIDERACIONES PRELIMINARES: JUSTIFICACIONES A UN ENFOQUE CREATIVO-LUDICO DE LA EDUCACION LINGUISTICO-LITERARIA. Es facilmente verificable el desfase real que se mantiene entre la expresion es- crita de ideas y sentimientos y la capacidad para expresarlos de manera oral. Una obvia y cierta explicacién a esa discordancia sé ampara en la diversa y desigual dificultad que ambos medios —oral y escrito— ofrecen a cualquier individuo. Creemos, no obstante, que los modos poco acertados, convenientes y creativos de expresarse por escrito situan sus raices causales mas importantes en el hecho de que el nifio escribe generalmente mal, sobre todo porque no tiene nada sobre lo cual escribir y porque no se le ha dotado de un minimo de recursos 0 técnicas, de maneras concretas de desarrollar un escrito con cierta carga de literariedad. 245 Ya asevera Powel Jones que «s6lo un nifio con ideas es capaz de escribir de forma creadora»’. Es por ello por lo que «es necesario habituar al nifo a escribir sdlo so- bre cosas que conoce bien, sobre cosas sobre las que ha pensado mucho y a fon: do»? Se trata, por tanto, de enriquecer al maximo las vivencias experienciales del ni- fo y posibilitar su expresion creativa mediante procedimientos Iudicos que den cauce a la necesidad expresiva del sujeto, abocada a una plasmacién estético- literaria Y todo ello, obedeciendo no a un snobismo técnico sino a una conviccién pro- dunda de que dichos procedimientos pueden y deben ir dando forma a un nuevo modelo de persona, sensible a si misma y a cuanto le rodea, abierta a un continuo proceso de re-creacién de una realidad, de un entorno cada vez mas humanizador. Stern lo explicita asi: «No me interesa quien puede aprender y aplicar un método sin cambiar nada en su vida, en su concepto de la sociedad, sin hacer en si mismo una revolucién, ni intentar provocarla a su alrededor». El presente articulo pretende posibilitar eso; eso que Lopez Quintas denomina encuentro: «El encuentro es una forma eminente de union e implica una actitud fundamental de amor. Un hombre que vierte lagrimas de emocién al oir una com- posicién de Mozart, que es una exaltacion del orden y una apelacion al encuentro, ya la vez se muestra cruel con sus semejantes revela que se mueve en un plano elemental, rudimentario, de intuicion y sentimiento»* Dicho encuentro no se realiza slo a nivel de sujeto-objeto de creacién cultural artistico-estética. Para nosotros es muy importante aqué! que se verifica entre su- jetos y, mas concretamente, entre profesor-alumnos. Sefiala Borthwick que «la creatividad no se ensefia, sino que se vive. Ensefiemos a vivirla»®. La creatividad no puede quedar reducida a ejercicios puntuales y aislados que alivien la pesada carga de una atmésfera normalmente represiva y exclusivamente orientada hacia las actitudes convergentes®, lo que proponemos no puede reducirse a ser la «rece- 7, POWEL JONES, T. El educador y la creatividad det nifto, Narcea. Madrid, 1973, pag. 64 2. VYGOTSKI, LS. «La creacion literaria en la edad escolar». Infancia y Aprendizs 1982, N.° 17, pag. 73. STERN, A: La expresion. Promocién Cultural. Barcelona, 1977, pag. 93. LOPEZ QUINTAS, A.: Estéties de la creatividad. Catodra. Madrid, 1977, pag. 111 BORTHWICK, G: Hacla una educacién erestiva. Fundamentos. Madrid, 1982, pag. 12. 6. Marta Fattoria nos dice que «todos podemos ser creativos, a condicion de no vivir en una sociedad represiva, en una familia represiva, en una escuela represivas. Citado por RODARI, G.: Gramatica de la fanta- sda. Reforma de la escuela, Barcelona, 1977, pag. 194 246 ta» que se aplica cuando ya no se sabe qué hacer con ios procedimientos habitua- ‘es. El quehacer educativo debe ser univoco, en el sentido de su coherencia. EI educador no puede encontrarse con el nifio en una cita de lo ludico y creativo sino ha asumido, vivencial y personalmente, las implicaciones de una educacién crea- tiva, si no es, a nivel de persona y de educador, un vivo «testigo» de lo creativo- divergente. Esa importancia del «modus educacional» del maestro se acrecienta por cuanto, como mantiene Torrance, «los nifios necesitan modelos de conducta creativa, modelos con los que poder identificarse y de los que poder aprender’. El propio Torrance sefiala mas adelante que «es un problema de ser mas que de ac- tuar o de que actuen sobre uno»®. El educador vendria a ser una especie de seduc- tor, pero un seductor que «no acapara al seducido; si le libra de las ataduras, no es para poseerle o imponerse a él»®. Debe, pues, ser muy slida y estar muy arrai- gada la conviccién de que «cada uno es literalmente un genio, es decir, irreempla- zable, Unico, incomparable»"®. Hasta aqui la premisa de tipo ideolégico que justifica un enfoque creativo- ludico de una did&ctica de la lengua y de la literatura que sienta sus bases en la conviccién de que la educacién es un agente de transformacién sélo cuando es resultado y lugar de transtormacién y que dirige su quehacer «no para que todos sean artistas, sino para que nadie sea esclavo»''. «La imaginacién no es un estado. Es la existencia humana en su totalidad»’”. Esta afirmacién de William Blake nos sirve de pértico para una serie de justifica- ciones de nuestra propuesta que pueden situarse en el campo de jas premisas pedagégico-culturales. Es innecesario, aqui y ahora, especular sobre la realidad del fracaso escolar, la apatia y el desinterés generalizado de los alumnos. Por el momento nos intere- sa detenernos en la proyeccién que esto puede tener en la dindmica del dominio de la lengua y, mas especiticamente, en el progreso en las manifestaciones verba- les escritas. Es un hecho comprobable que cada vez se escribe menos y peor. No ya desde el punto de vista de la correccién ortografica, sino desde la perspectiva de la origi- nalidad, fluidez, variedad, sensibilidad y elaboracién de las ideas que dan cuerpo 7. TORRANCE, EP. Le jehanza creative. Santillana. Madrid, 1976, pag. 151 8 TORRANCE: Op. cit,, pig. 963. 8. STERN: Op. cit, pag. 52 10. 2wicky, citado por SIKORA, J.: Manual de métodos creativos. Kapelusz. Buenos Aires, 1979, pg. 68. 11. RODARI: Op. cit, pag. 9 12, Cltado por HELD, J: Los nifios y la literatura fantéstica. Paidds. Barcelona, 1981, pag. 13. 247

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