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Claves para Una Definición de Género
Claves para Una Definición de Género
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Money y Ehrdardt (1972) indican que la identidad de género se define como “la igualdad
a sí mismo, a la unidad y a la persistencia de la propia individualidad como varón, como
mujer o ambivalente”. La identidad es en sí misma una especie de dilema singular que
contempla la distintividad (Rocha, 2009) no solo como referencia social, sino que hacen
referencia al sentido del sí mismo o al “yo”. No se trata de una diferencia estadística, por
el contrario, interacciona sobre los sentimientos positivos o negativos que una persona
posee sobre sí misma. En una construcción personal, la unidad de identidad personal y
cultural de un individuo es una tarea larga y diferenciadora.1 En ella se van modulando,
tanto la condición de confort de acuerdo a su cuerpo y otras variables, de índole más
psíquica e imaginativa posible.
Cabe definir al feminismo de equidad bajo una concepción híbrida, al igual que la
identidad hace referencia a un proceso de diferenciación, a un proceso de integración y
en su caso a la relevancia de los aspectos sociales que define una identidad social. Hay
una relación abarcable a la hora de hablar de identidad, como resultado de tres procesos:
biológico, psicológico y social. Esto se entiende meridianamente de un concepto
taxonómico a una dimensión simbólica, otra dimensión social y la dimensión individual.
Bajo una postura más sociológica, Parsons (1968) refiere que la identidad es un sistema
central de significados de una personalidad individual, que orienta de manera normativa
y da sentido a la acción de las personas. Entre normas y códigos culturales el desarrollo
de una autodefinición está impregnado de prácticas sexuales y conducta erótica, de
incertidumbre emocional derivada del instinto y sentido psicológico de sí mismo como
hombre o como mujer; aunque se considera normalizado lo asexual, la transexualidad, lo
sin género y cuantas conductas pueda imaginarse a título personal. En realidad, no debe
existir contradicción asociada sobre el constructo, de género e identidad, puesto que, bajo
una perspectiva más biológica, un tratamiento hormonal puede corregir aspectos estéticos
con resultado significativo.
1
Partiendo del sentido personal de continuidad y distinción como factor crucial de la autodefinición,
William James (1952) fue uno de los primeros teóricos en considerar estas dimensiones, indicando que una
identidad estable se deriva de la sensación de continuidad que la persona experimenta, es decir, el saber
que se es de una forma constante y consistente, por lo que proponía que una falta de esta sensación de
continuidad podía desequilibrar a la persona y alterar su sentido de sí misma.
Identidad no genérica
2
Rol de género es todo lo que una persona hace o dice para mostrar a los otros o a sí misma en qué medida
es masculina, femenina o andrógina; esto incluye excitaciones y reacciones sexuales y eróticas, pero no se
limita a ellas.
multiplicidad de zonas erógenas. Entendiendo a Freud, la fisiología no puede dar cuenta
de los procesos subjetivos, pues al sugerir la identificación de feminidad con pasividad,
se apresura a rechazarla. El auténtico enigma se refiere a la imposibilidad de describir lo
que la persona es, pero si a la libidinización de sus objetos por las variaciones
individuales. Freud rechaza las generalizaciones que operan como modelos o paradigmas
de género. Considerar al cuerpo como natural representa un privilegio ontológico a la
construcción biológica del cuerpo, pero lo natural y lo significante son indiscernibles. Lo
real no puede ser nunca totalmente simbolizado, en todo caso responsabilizado y, en
consecuencia, circunstancialmente sodomizado. Freud destaca la difusión de la
nerviosidad en la sociedad cuando el estudio de la subjetividad pone en evidencia el
campo de las tensiones sociales y la restricción nociva de la vida sexual. Merced a esta
capacidad de sublimación, la satisfacción sexual legítima no entiende de marcas de
género.
Los estudios de género han sido propuestas, ideas y argumentos que han llegado a formar
un marco teórico y conceptual, sin referencias exclusivas, que varían intra e
interculturalmente. Según se cree en INSTRAW, la diferencia sexual entre hombres y
mujeres ha implicado un proceso de socialización, a través de construcciones sociales
sujetas a cambio. En suma, la utilización electoralista de la equidad de género, pone
remedio a injusticias previas o sesgos excluyentes, pero no soluciona el conflicto de
intereses en cada esfera de bienes. La ciudadanía se recompone de los derechos para la
libertad individual, abarca todo el espectro de géneros y re-conceptúa el reconocimiento
en la práctica como una condición neutral. Está fuera de toda duda, que la alternancia de
género es irrelevante a la hora de la interpretación genérica, es decir, la referencia
exclusiva a los dos sexos, indistintamente. La cuestión principal versa sobre el principio
de accesibilidad mixta, sin determinantes de género, por lo que conviene recurrir a la
aposición especificativa.
Razón biosociocultural
Puesto que las personas aparecen identificadas en un mero producto sociocultural, donde
el género es un artificio de base estructuralista (naturaleza/cultura) y del pensamiento
binario, la idea de que el intelecto y la vida humana son universalmente binarios, viene a
resultar cómoda y vinculante con la homogeneidad normativa. Para Derrida (1967) es
necesario deconstruir nuestro sistema de pensamiento binario para comprender mejor la
multiplicidad de la realidad humana, pues los individuos se encuentran cerrados en una
estructura social que no les permite desarrollar su acción social subjetiva. En ese sentido,
nuevas formas se configuran sin perder su propia unidad, que permiten, de una forma u
otra, explicar a través de oposiciones la multitud de subjetividades que se dan y actúan en
el mundo real.
No existe una relación univoca entre posición social y acción social, esto significa que no
se puede categorizar al sujeto social y sexuado en base a categorías de género delimitadas
y homogéneas; en todo caso, pensarse a sí mismo es una manera de modificar la estructura
social y el sistema de pensamiento. Para una sociedad plural, el sujeto se encuentra
obligado a superar momentos de todo tipo de crisis, entre las que las condiciones
históricas promueven la continua metamorfosis de su espacio simbólico/cognitivo y de su
espacio social.
Más allá de del estado de conciencia, situada según Sartre, o proyectada en relación a un
proyecto que la fundamenta, la razón ontológica del ser, difiere de cada personalidad
social y adquiere todo un significado, particularmente creativo. El pensamiento es
dinámico y, en consecuencia, el género no puede estar categorizado como único y
absoluto. Cabe señalar que una construcción neohegeliana de género, no solo implica una
construcción intersubjetiva de lo social, la norma También ayuda a desarrollar una
concepción ética de aplicación, mediante la competencia comunicativa. Expresar la
condición digna de vivirse valida al ser para responsabilizarse en su derecho diferenciado
de propiedad y de proposición heterogénea, o por el contrario si se prefiere admitiendo
fragmentaciones sincréticas.
Lo cierto es que, la sociedad en la que vivimos aboga por el cumplimiento de los derechos
ciudadanos, de lo que vamos naturalizando una manera de ver y de hacer el mundo en
función de la cultura de diseño. Nos enfrentamos a retos solidarios de alto calado social,
de apreciaciones sugerentes para generar nuevos horizontes y adaptar a la razón. Entre
las formas de resignificar la realidad, la dimensión de la intimidad ocupa el primer estadio
sobre el que representaremos la identidad social. Aún, da que pensar la simplicidad de
acceder a un modelo singular de vida, que asumimos con convicción en el seno de grupos
de pertenencia. La singularidad en cambio contempla las condiciones simbólicas que
hacen posible la ruptura y divergencia que caracteriza al ejercicio de la libertad, según
Restrepo (1989) Se trata pues de enfrentarnos e introducirnos a una verdad no
contaminada, en la potenciación y articulación auténtica de los deseos individuales.
El trabajo por una conceptualización defectiva nos hace presuponer que se ha priorizado
la mera información desconfirmatoria como estrategia de cambio, desatendiendo así la
funcionalidad identitaria a la que sirve.3 Si los prejuicios están habituados en la
conformidad y en la prolongada despersonalización, la consecución de la autoestima
decae en pro de lo sistémico, y no a favor del endogrupo. El cambio social o creatividad
social, son subjetivamente percibidas como seguras, por tanto la discriminación solo ha
de ser ejercida en las dimensiones irrelevantes. A este propósito, la asunción de que la
homogeneidad sea negativa per se, dada la dependencia del contexto cultural, sugería la
simple categorización social de los individuos hacia el favoritismo endogrupal. El hecho
social total confirma, más allá de la tradición, que una antropología de género bien
entendida, no significa que las restricciones biologistas puedan condicionar en modo
alguno. Basta con iniciar su mirada interrogante hacia la cultura y comprender el alcance
social que significaría poner fin al viejo dilema binario.
Con todo, muchas de estas iniciativas o líneas de reflexión, si existe alguna interlocución
posible sobre la materia de género, tienen consecuencias directas sobre la naturaleza de
la identidad cultural. Es probable que el adjetivo social se deje de tutelar
psiquiátricamente, desde el momento que se proclamaron los Principios de Yogyakarta4
en 2006. A simple vista, cada persona puede considerar a título personal, un abanico en
el que se despliegan múltiples identidades sexuales, pero la ausencia de reconocimiento
es la mayor de las exclusiones sociales. Mientras que la sociedad determina en qué
condiciones se tolera la libertad, la asimilación del transgénero y todo lo alternante, trata
de flexibilizar los protocolos a la verdadera realidad de las personas.
3
Oakes, P.J., Haslam, S.A., y Reynolds, K.J. (1999) Psicothema 2008. Vol. 20, nº 1, pp. 80-89
4
La Comisión Internacional de Juristas y el Servicio Internacional para los Derechos Humanos, en nombre
de una coalición de organizaciones de derechos humanos, han puesto en marcha un proyecto encaminado
a desarrollar una serie de principios legales internacionales sobre la aplicación del derecho internacional
humanitario a las violaciones de derechos humanos por motivos de orientación sexual e identidad de
género, a fin de imbuir una mayor claridad y coherencia a las obligaciones de los Estados en materia de
derechos humanos.
decrementa la información, pues por el motivo que sea, las funciones corticales superiores
dicotomizan el resultado de las conductas y en función de fenómenos vivenciales. Ser,
marca el modo de respuesta (SNC) que es localizada y modificada mediante la plasticidad
sináptica e integrando tareas creativas.
Relaciones interpersonales
En una visión más integrativa, Rossan (1987) hace referencia a la identidad global, como
resultado de los diferentes roles que los individuos juegan en la sociedad. En las últimas
décadas ha cobrado énfasis en la psicología, la visión multifactorial de la identidad de
género, a través de las conductas y actitudes correspondientes, que tarde o temprano se
consolidan en rasgos o estilos de personalidad y que se manifiestan en los roles y en las
redes sociales. La conducta intergrupal debería proporcionar al sujeto estrategias exitosas
de afirmación identitaria, principalmente en la praxis científica y en el ámbito psicosocial.
La identidad es en sí misma una especie de dilema en tanto involucra por una parte la idea
de singularidad o distintividad, que permite ubicar a la persona como parte de un grupo
de referencia y hacen referencia al sentido del sí mismo (Rocha, 2009) En lo que respecta
al autoconcepto la conciencia surge en relación estrecha con la interiorización de valores,
normas y códigos culturales, y de cómo se observa y cómo actúa. Tal como la variabilidad
intercultural se hace evidente, una persona aprueba y participa de un conjunto de
sentimientos y conductas consideradas como apropiadas para sí mismo en su género
constituido culturalmente. Pero cuando difiere del grupo en tanto en cuanto, el sexo
biológico entra en conflicto morfológico, la identidad de género otorga el rol de
subidentidad, mientras que se interactúa a través de las conductas y actitudes, libremente
desarticuladas. Para Dillabough (2001) la identidad es tan natural y evolutivo como otro
cualquiera, o sea un proceso inconcluso.
Otra comprensión en razón del prejuicio puede definirse como fácilmente superable, ya
que la garantía de los derechos humanos sexuales, será fundamental y plantea los
mensajes necesarios para la movilización de las formas de pensar. El desarrollo del
Gender Mainstreaming intenta probar la efectividad de colocar al género en el centro y
apunta a superar la dualidad del mundo masculino y femenino (Rees 2005) Si bien existe
consenso, una agenda setting6 desafia a los paradigmas existentes, evitando posiciones
esencialistas que harían inviable una acción continua y consecuente en este sentido.
5
Los comités de convivencia escolar deben fomentar los procesos de sensibilización, reflexión y
transformación de los imaginarios existentes con respecto a los roles de género, este documento brinda
elementos para esta tarea: ofrece algunos conceptos básicos, estrategias y recomendaciones puntuales para
el ajuste de los manuales de convivencia, para la construcción de la ruta de atención de cada establecimiento
educativo y para la reflexión sobre el tipo de comunidad educativa.
6
Emanuela Lombardo intenta “deconstruir” la construcción discursiva que “generiza” a los sujetos,
proponiendo políticas de diversidad más allá de una política de igualdad de oportunidades o de diferencia
radical.
la política pública, en forma más o menos articulada. Se trata de democratización del
género y el diseño e implementación de la política pública de género (Rai, 2004) En el
proceso de implementación práctica en la UE la constitución de redes de garantía, apenas
cubre sus organizaciones cruzadas, lo que en su defecto se han explorado formas de
producir consensos de políticas a través de innovaciones deliberativas en temas de la
agenda pública. Al tiempo que se manejan términos y tecnicismos para dimensionar la
capacidad de lenguaje sobre el género, el debate ha integrado como se ha visto
anteriormente, a otros actores menos visibles, pero no menos singulares. Solo hay una
estrategia transformadora, y eso reduce las posibilidades de diseñar estrategias diversas,
más efectivas y transversales para su consecución.
Límite y Consumación
Las instituciones de la Unión Europea reconocen que los tres estadios (no discriminación,
acción positiva y transversalidad de género) se atropellan y se solapan, ante una falta de
compromiso real por abarcar de una vez por todas la coordinación interadministrativa
para la igualdad de género. Las Unidades de Igualdad de Género se prevén en el artículo
68 de la LCIMH, de hecho, las unidades de modernización administrativa están plantando
cara al sistema. La responsabilidad de la promoción de la igualdad de género se
fundamenta en funciones de género integradas7 y en la definición de prioridades y
competencias sectoriales. Esta naturaleza vinculante identifica y visibiliza la consecución
de los objetivos establecidos en el Plan de Desarrollo de cada país.
La Estrategia común europea se estructura a lo largo de los siguientes ejes, con los
correspondientes objetivos estratégicos:
7
El Tratado de Amsterdam (1999) en sus artículos 2 y 3, formaliza el compromiso de la Comunidad con el
mainstreaming o “corriente principal” de género, al establecer la igualdad entre mujeres y hombres como
una labor específica de la Comunidad, así como un objetivo horizontal que repercute en todas las labores
comunitarias.
para escapar de analogías aprendidas. Las sensaciones corporales 8 se encuentran
mutuamente entrelazadas, pero no tiene por qué, ejecutarse automáticamente un programa
de socialización previo. Bourdieu (1991: 410) concibe el sentido de un símbolo si sólo
está completamente determinado, en y por las acciones en las que se lo hace intervenir.
En concreto, la construcción teórica de un lugar en el espacio social-género para el autor,
muestra la potencia de organización sociológica de su visión del cuerpo. Esta sociodicea
sólo puede sostenerse a partir de la utilización cuidadosa de la atracción y el rechazo, de
encuentros inconsolables, aunque la servilidad interesada ha ido construyendo la
diferencia entre la cara nocturna y detestable y la cara diurna e infinitamente respetable
de la escuela (Bourdieu, 2001b: 213-214)
Ahora bien, si el género es un organizador de las estructuras sociales 9 que admite cierta
desincronización. Pero si la sincronía, como orden, no es sólo posible, sino inevitable
¿Habría que ubicar en entornos de incertidumbre al tercer género y sus variantes? E l
comportamiento del ser humano puede alternar objetivos elusivos y contenidos genuinos,
por lo que, para afrontar sus dilemas, cabe reseñar la urgencia por diseñar una cultura
behavioreana. La nueva metafísica incluye la disforia de género como una transferencia
de información de dudoso origen genético, es decir, el alma, la mente y el cuerpo-espíritu
queer, reclaman un mejor conocimiento de su esencia y presencia. Una ciencia de género
parte de conceptos y significados diferentes, al tiempo que se transforma en una serie de
prácticas, por desgracia, despojadas a veces de todo sentido cultural. De cualquier
manera, hay esperanzas de una mejor calidad de vida humana, éstas no están en la
tecnología sino en la nueva dimensionalidad biopsicosocial.
8
Según Bourdieu, los esquemas de percepción del grupo, sexuales y sociales, han labrado la corporalidad
y de esta manera impulsan movimientos de homología entre los diferentes espacios sociales.
9
La Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, establece que
“La ordenación general de las políticas públicas, bajo la óptica del principio de igualdad y la perspectiva
de género, se plasma en el establecimiento de criterios de actuación de todos los poderes públicos”.
la identidad de género. Si lo absoluto es el espíritu total en sí, la identidad se permite
diferir en tanto en cuanto es una mera agregación de individualidades, que existen como
mónadas independientes. En consecuencia, la identidad de género como entidad abstracta
departe información cualitativa, de tal modo que al conversar consigo mismo, ninguna
otra entidad puede resultar significada. 10 En calidad de testigo, por ejemplo, un potencial
axiológico se difumina con la acción referencial o continua, 11 luego, la conformidad o la
no conformidad, pueden tener uno o varios valores modales entre los elementos de sus
estereotipos o de sus núcleos. Es por esta razón que la categoría de género se sustantiva
en la concordancia y se distribuye en la asimetría, socialmente construida.12 La verdadera
diferencia realmente es infrecuente, ya que el binarismo de género coexiste en origen con
la posibilidad de las personas de alternar su comportamiento.
Referencias bibliográficas
10
Kwasi Wiredu. Perspectiva filosófica sobre el concepto de comunicación humana. Revue internationale
des sciences sociales. Unesco, Paris. Vol. XXXII (1980) n.° 2.
11
Leer más: http://www.monografias.com/trabajos102/sistemas-estocasticos-y-entropia-remedios-fuerzas-
que-cona-trolan-nuestras-vidas/sistemas-estocasticos-y-entropia-remedios-fuerzas-que-cona-trolan-
nuestras-vidas.shtml#ixzz58IpGiXlA
12
El concepto fue incluido en la edición de 2014 del Diccionario de la lengua española, indicando que el
tercer significado de la palabra "género" se refiere al "grupo al que pertenecen los seres humanos de cada
sexo, entendido este desde un punto de vista sociocultural en lugar de exclusivamente biológico".
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ANEXOS
TABLAS
Tabla 3. Variables biopsicosociales
http://www.elsevier.es/ficheros/publicaciones//02116995/0000003400000006/v0_201502091330/X02116
99514054835/v0_201502091332/es/main.assets/12477_19904_60329_es_12477_t4.jpg