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DEL AC TO R
EUGENIO BARBA NICOLA SAVARESE
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ISBN: 968-7155-35-3
Impreso en México
Printed in Mexico
P resen tación
La historia del teatro es también la del actor. Es el trabajo del actor el
que hace el espectáculo escénico. Dice Grotowski que se puede prescin
dir dei autor, director, técnico, pero jamás de un actor y de alguien que
observe su trabajo.
Los distinguidos autores Eugenio Barba y Nicola Savarese, cuyas
investigaciones sobre antropología teatral y pedagogía de la representa
ción son ampliamente conocidas en nuestro país, han preparado El arte
secreto del actor para servir 'de guía y orientación a los actores o los as
pirantes a serlo.
Esta obra recoge conocimientos, ofrece indicaciones útiles que lle
nan un vacío en la historiografía y teoría teatral contemporánea en los
países de Iberoamérica.
El Departamento del Distrito Federal a través del Segundo Gran
Festival Ciudad de México, publica este texto pedagógico destinado a los
talleres, cursos y eventos metodológicos que ha previsto. Esperamos que
sea una contribución al desarrollo del teatro y la danza de México y los
países de había hispana.
Edgar Cebados
ISTA International School of Theatre Anthropology
ANATOMIA
¿Puede elevarse el mar por encima de las montañas?
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ANATOMIA
previo, la trama de las dudas, las experiencias erróneas, los largos recorridos de 2. Hokusai, “ Danza dei vendedor de agua
aproximación: todas las idas y venidas de la investigación que están antes y después fresca, ilustración del álbum Odori hitori keiko
(Lecciones de danza a si :mismo), impreso en
de los resultados. Y también faltan aquellos aspectos contradictorios que hacen dei i815.
ISTA un laboratorio en continua fermentación: la permanencia de la Escuela a
través del tiempo en el que actúa como actividad práctica; la relación entre maestros
reconocidos y alumnos autodidactas; e! aporte de múltiples culturas a través de la
historia de cada uno de los individuos.
Los hilos conductores que cotidianamente informaban la experiencia —ia
superación de falsas discriminaciones entre actor, bailarín y mimo, la confluencia-
enfrentamiento entre arte y ciencia, el aprender a ver, sobre todo el aprender a
aprender— aparecen aquí necesariamente bajo la forma de palabras e imágenes en
la ausencia del movimiento y de la “ vida” .
¿Puede elevarse el mar por encima las montañas?
La ola de Hokusai muestra hombres, barcas y el monte Fuji: los hombres y
sus esfuerzos como detalles en el gran fluctuar de la naturaleza. Según el Zen, de
frente a la imagen de la ola hay cuatro puntos de vista:
1. Los niños piensan que la ola es una cosa, un cuerpo separado del agua que
se mueve sobre la superficie del mar, diferente a las otras olas dei mismo mar. Pero
cuando se les enseña a mirar atentamente descubren que no se puede distinguir la
ola como una cosa separada: la ola es un fenómeno que se mueve en el océano. Tiene
aún sentido hablar de la ola pero sólo como entidad teóricamente separada.
2. La ola está por volcarse sobre las barcas y el monte Fuji simultáneamente.
3. La ola no se volca sobre el Fuji porque está muy lejos, aunque parece bajo
la ola.
4. No hay papel en las barcas, en el mar, sobre la montaña o en el cielo. Se
busca pero no puede encontrarse: y todavía todas estas cosas no son más que papel.
De hecho no hay movimiento, no existe la distancia, mojado o seco, vida o muerte.
En el teatro, que no es de papel, el movimiento, la distancia, lo mojado y lo
seco, ia vida y la muerte existen pero sólo en el reflejo de la ficción: se ha dicho que
no sólo escuchar música nos hace danzar internamente sino también la percepción
de las formas y de las imágenes reflejas.
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ANATOMIA
3. Dé las figuras qué han de rnanejar y llevar En 1815, después de haber publicado el famoso album intitulado/’ra^me/í/oy
algún pesó (dibujo de Leonardo da VincO- Más allá
de ia anatómía dél movihiíeñtOi en él dibujó sé dedramaSy una secuencia de cincuentay seis escenas sacadas de los dramas Kabuki
o c u lta 'ü n p erso n aje doblé —m asculino y
femeíiino, viejo y-jóven— que hunde.el pie en
el íodó y en el oro, “ La parte' principal y sublime
del arte -:^afirpia Leonardo— es íá invesEigación de, ;
las eósás qué componen cualquier otra” . V' Se trata de una serie de tablas en blancó y negro cada una de las cuales
representa cuatro o cinco.fíguras de danzantes: a izquierda yderecha de sus brazos
iniciado por el brazo o el pie. Siguiendo las indicaciones gráficas y los breves
comentarios se puede aprender la danza más popuiár deí Japón: la del barquero, la
del espíritu diabólico, ia del cómico y la deí vendedor denguá fresca,. ,
En la última página del manual, Hokúsai con la ironía que le caracteriza
escribe: “ Si en la ejecución deí movimiento y del compás hay errores, discúlpenme.
Lo he dibujado como lo soñé y como el sueño de ün espectador no puede .dar •
exactamente todo; si quieren danzar bieñi apréndáñló'de un maestro.
Ahora que si mi sueño no puede hácér üri yerdadéfo d^ puede hacer
16
L
¡iailarín niedk’va! (tíemán (f):"^ly(iH(trína hindú de
Odissi (2); haiktrina hetiinesa (3); danzonie nzteca (4):
haUartiut clásica (5).
ANTROPOLOGIA
TX F A TXW
Hí/V A»T
IV/ L j
ANTROPOLOGIA TEATRAL
Antropología teatral
Eugenio Barba
¿En qué direcciones puede orientarse un actor oain bailarín para elaborar las
bases materiales de su arte? Esta es la pregunta à la que la antropología teatral intenta
contestar. Sin embargo, ésta no responderá ni a la necesidad de analizar cien
tíficamente en qué consiste el ‘‘lenguaje escénico” , ni a la pregunta fundamental de
quien hace teatro o danza: ¿cómo llegar a ser un buen actor o bailarín?
La antropología teatral no busca principios umversalmente verdaderos, sino
unas indicaciones útiles. No tiene la humildad de una ciencia, sino la ambición de
individualizar los conocimientos útiles para el trabajo del actor. No quiere descubrir
“ leyes’’ sino estudiar reglas de comportamiento.
Originalmente, se entendía por “ antropología” el estudio del comporta
miento del ser humano no solamente a un nivel socio-cultural, sino también
fisiológico. La antropología teatral, por consiguiente, estudia el comportamiento fisio
lógico y socio-cultural del ser humano en una situación de representación.
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ANTROPOLOGÍA TEATRAL
de formas de espectáculos distintas a las que practican, A veces les piden incluso que
no vayan a ver otras formas de teatro y danza. Sostienen que es así como el actor o
bailarín preserva la pureza del estilo y manifiesta total dedicación a su arte.
Todo sucede como si las reglas del comportamiento teatral se sintieran
amenazadas por evidente relatividad, casi sufriendo por no ser verdaderas leyes.
Este mecanismo de defensa tiene al menos el mérito de evitar la tendencia patológica
que a menudo conlleva el conocimiento de ía relatividad de las reglas: la total
ausencia de regias y la arbitrariedad. Del mismo modo como un actor de Kabuki
puede ignorar los mejores “ secretos” del Nò, es significativo que Etienne Decroux
—quizá el único maestro europeo que haya elaborado un conjunto de reglas
parangonables al de una tradición oriental— intente transmitir a sus alumnos la
misma actitud de riguroso encerramiento con respecto a formas escénicas distintas
de la propia. En el caso de Decroux, como en el caso de los maestros orientales, no
se trata de estrechez mental ni mucho menos de intolerancia. Se trata de la conciencia
de que las bases de un actor, los principios de los que parte, deben ser definidos
como su más preciado bien, un bien que sería irremediablemente alterado y des
truido por el sincretismo, y que debe ser salvaguardado a pesar del riesgo del
aislamiento.
El riesgo del aislamiento consiste en pagar la pureza con la esterilidad. El
maestro que encierra a sus propios alumnos en un sistema de reglas y finge ignorar
su propia relatividad y por tanto ia utilidad de la confrontación, preserva cierta
mente la cualidad de su propio arte, pero amenaza su porvenir.
Un teatro puede, sin embargo, abrirse a las experiencias de otros teatros no
para mezclar maneras distintas de hacer espectáculos, sino para buscar principios
similares a partir de los cuales transmitir sus propias experiencias. En este caso la
apertura a la diferencia no significa necesariamente caer en sincretismo y confusión
de lenguajes. Por una parte se evitaría el riesgo del aislamiento estéril, por otra
- el de una apertura a cualquier precio, que degeneraría en promiscuidad. El pensar,
que aunque sea sólo de forma teórica y abstracta, en una base pedagógica común,
no significa de hecho pensar en un modo común de hacer teatro. “ Las artes —ha
escrito Decroux— se parecen en sus principios, no en sus obras’’. Podríamos añadir:
tampoco los teatros se parecen en sus espectáculos, sino en sus principios.
La antropología teatral quiere estudiar estos principios: no las profundas e
hipotéticas razones de sus semejanzas, sino sus posibles usos. De este modo está
haciendo un servicio tanto al hombre de teatro occidental como al oriental, tanto a
quien tiene una tradición codificada como a quien sufre su falta, tanto a quien se
encuentra tocado por ia degeneración como a quien se encuentra amenazado por la
pureza.
Lokadharmi y natyadharmi
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ANTROFOLOGÍATEATRAL
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ANTROPOLOGIA TEATRAL
El equilibrio en acción
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ANTROPOLOGÍA TEATRAL
6d
IÍM
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ANTROPOLOGIA TEATRAL
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ANTROPOLOGIA TEATRAL
por otra parte, aproximativas incluso para nosotros, Gordon Craig, después de
haber ironizado sobre las imágenes extravagantes usadas por los críticos para
describir el particular modo de caminar del gran actor inglés Henry Irving, añadía
con sencillez: “ Irving no caminaba sobre el escenario, bailaba'’
Esa misma mezcla entre el actor y la danza fue usada, esta vez en sentido
negativo, para devaluar las investigaciones de Meyerhold. Frente a su D o n Juan,
algunos escribieron que no se trataba de un verdadero teatro, sino más bien de un
ballet. La rígida distinción entre el teatro y la danza, característica de nuestra
cultura, revela una profunda herida, un vacío en la tradición que continuamente
conlleva el riesgo de atraer al actor hacia el mutismo del cuerpo, y el bailarín hacia
el virtuosismo. Esta distinción parecería absurda a un artista oriental, del mismo
modo como hubiera parecido absurda a un artista europeo de otras épocas his
tóricas: a un juglar o a un cómico del siglo XVI. Podemos preguntar a un actor N6
o a un actor Kabuki cómo traducirían la palabra “ energía' ' en su lengua de trabajo,
pero sacudirían la cabeza si les pidiésemos que tradujeran la rígida distinción entre
danza y teatro.
‘ ‘Energía —decía el actor Kabuki, Sawamura Sojuro— podría ser traducida
por k o sh i, caderas”
6a Y según el actor Nò, Hídeo Kanze: “ Mi padre nunca decía: usa más koshi.
Me enseñaba de qué se trataba haciéndome caminar, mientras él me retenía por las
caderas” . Para vencer la resistencia, el torso está obligado a inclinarse ligeramente
hacia adelante, las rodillas se doblan, los pies presionan contra el suelo y resbalan
en lugar de levantarse como en un paso normal: de lo que resulta la caminata básica
del N5. La energía como kosh i, se revela no como el resultado de una simple y
mecánica alteración del equilibrio, sino como consecuencia de una tensión entre
fuerzas opuestas.
El actor Kyogen, Mannojo Nomura recordaba lo que decían los actores de
la escuela Kita de N6: el actor debe imaginar que encima de él hay un círculo
de hierro que lo tira hacia arriba y contra el que es necesario hacer una resistencia
para mantener los pies en el suelo. El término japonés que designa estas fuerzas
opuestas es h ip p a ri haU que significa: tirar hacia sí a alguien o algo que se esfuerza
por hacer lo mismo. En el cuerpo del actor el h ip p a ri hai'útxvt lugar entre lo alto
y lo bajo y entre delante y detrás. Pero también existe h ip p a ri h ai entre el actor y
la orquesta: de hecho, no marchan al unísono, sino que intentan alejarse el
uno de la otra, sorprendiéndose recíprocamente, rompiendo el uno el tiempo de
la otra, sin por ello alejarse hasta el punto de perder el contacto y el ligamen
particular que los opone.
En ese sentido, ampliando el concepto, podríamos decir que las técnicas
extra-cotidianas del cuerpo están en una relación de hippari hai, de tracción
antagónica, con las técnicas de uso cotidiano. ÍHemos visto, efectivamente, que se
alejan de éstas, però manteniendo la tensión, sin por ello despegárseles llegando a
ser extrañas a ellas.
Uno de los principios mediante el cual el actor revela su vida al espectador,
reside pues, en una tensión entre fuerzas opuestas: es e l p rin cip io d e la oposición .
Sobre este principio, que evidentemente también pertenece a la experiencia del actor
occidental, las tradiciones codificadas del Oriènte han edificado diferentes sistemas
de composición.
En la Opera de Pekín, todo el sistema codificado del actor está erigido sobre
el principio según el cual todo movimiento debe iniciarse en la dirección opuesta a
la que uno se dirige. Todas’ las formas de danza balinesa están construidas com
poniendo una serie de oposiciones entre el keras y el m anís. K era s significa fuerte,
duro, vigoroso; m anis significa delicado, suave, tierno. Los términos m anís y keras
pueden ser aplicados a los distintos movimientos, a las oposiciones de las distintas
partes del cuerpo en una danza, a ios momentos sucesivos de un mismo especíáculo.
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■ IM :
a n t r o p o l o g ia TEATRAL
Si se examina una posición de base de la danza balinesa se observa que esta posición,
que para la mirada occidental puede parecer rara y fuertemente estilizada, es el
resultado de un constante alternarse de partes de! cuerpo en posición keras y partes
del cuerpo en posición m anis.
La danza de las oposiciones caracteriza la vida del actor a distintos niveles.
Pero, en general, en la búsqueda de esta danza, el actor posee una brújula para
orientarse: la incomodidad. L e m im e esí a Faise d a n s le m alaise, el mimo se
encuentra cómodo en la incomodidad, dice Decroux, y su máxima encuentra una
serie de ecos entre los maestros de todas las tradiciones. La maestra japonesa de
Katsuko Azuma decía que para verificar si una posición era justa debía atenerse
ai dolor: si no duele está equivocada. Y añadía sonriendo: “ Pero si duele no
significa necesariamente que sea justa” . Lo mismo repiten Sanjukta Panigrahi,
los maestros de la Opera de Pekín, los del ballet clásico o ios de danzas balinesas.
La incomodidad se convierte, entonces, en un sistema de control, en una especie
de radar interior que permite ai actor observarse mientras actúa. No se observa
con sus ojos, sino mediante una serie de percepciones físicas que le confirman que
tensiones no habituales, extra-cotidianas, habitan su cuerpo.
Cuando pregunto al balinés I Made Pasek Tempo cuál es, según él, la
principal cualidad de un actor y un bailarín, me responde que es el tahan, la capa
cidad de resistencia. Una conciencia idéntica se encuentra en la lengua de trabajo
del actor chino. Para decir que el actor tiene maestría se dice que tiene kung-fu, que
literalmente significa “ capacidad para aguantar duro, resistir'' Todo esto nos lleva
a lo que en una lengua occidental podríamos indicar con la palabra “ energía” :
capacidad de persistir en el trabajo. Y una vez más esta palabra corre el riesgo de
transformarse en una trampa.
Cuando un actor occidental quiere ser enérgico, cuando quiere usar todas sus
energías, comienza a moverse con gran vitalidad en el espacio, desarrolla grandes
movimientos, mucha velocidad y fuerza muscular. Todo esto se asocia a las imá
genes de ‘‘fatiga’’, de ‘‘trabajo duro’' Un actor oriental (o un gran actor occidental)
puede fatigarse mucho más casi sin moverse. Su energía no está determinada por un
exceso de vitalidad o por el uso de grandes movimientos, sino por el juego de las
oposiciones. Su cuerpo se carga de energía porque en él se establecen toda una serie
de diferencias de potencial que lo hacen vivo, fuertemente presente incluso en los
movimientos lentos o en la inmovilidad aparente.
La danza de las oposiciones se baila en el cuerpo antes que con el cuerpo.
Es* esencial comprender este principio de la vida del actor: la energía no
corresponde necesariamente a movimientos en el espacio.
En las distintas técnicas cotidianas del cuerpo, en ei lo k a d h a rm i, las fuerzas
que dan vida a las acciones de extender o flexional un brazo, las piernas o los dedos
de una mano actúan una por una. En el n atyadharm i, en las técnicas extra
cotidianas, las dos fuerzas opuestas (extender y flexionar), están en acción si
multáneamente: o mejor dicho, los brazos, las piernas, los dedos, ia espalda, el
cuello se extienden como si resistieran una fuerza que los obliga a flexionarse o
viceversa.
Katsuko Azuma explica, por ejemplo, qué tipo de fuerzas están trabajando
en el movimiento —típico tanto en la danza Buyo como en el N5— en el que el torso
se inclina ligeramente mientras que los brazos se extienden hacia adelante ar
queándose apenas. Lo explica hablando de fuerzas que actúan en sentido contrario (1838-1905) en el papel del cardenal Wólsey en
de lo que se ve; los brazos —dice— no se extienden, sino que es como si apretaran Enrique VIIIde Shakespeare (a); actor del teatro
una gran caja contra el pecho. Así, yendo hacia el exterior empujan hacia el interior, Kabuki (b); V. E. Meyerhold (1874-1939) como
actor en Acróbatas de F- Shentan (c).
del mismo modo que el torso, que es como empujado hacia atrás, opone resistencia 9. Los principios jtams y manis (“ fuerte” y
y se pliega hacia adelante. “ suave” ) en una pose de danza balinesa, ilus
trada por la pequeña Jas, hija del bailarín y
maestro i Made Pasek Tempo (a) y la precisión
y principios en un esquema (b).
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ANTROPOLOGÍA TEATRAL
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¡i '■•
A NTROPOLOGIA TEATRAL
Intermezzo
Se nos podría preguntar si los principios de la vida del actor, que hasta ahora
hemos encontrado, no nos llevan demasiado lejos del teatro que conocemos y
practicamos en Occidente. Se nos podría preguntar si éstos son de verdad buenos
consejos útiles para la práctica escénica o si, en vez de ello, no son más que un
espejismo.
! 1. Secuencia de una síntesis del actor ita
Se nos podría preguntar si individualizar el nivel pre-expresivo del arte del liano Darlo Fo: a través de momentos de in
actor no nos distancia de los verdaderos problemas del actor occidental. ¿Quizás movilidad en la tensión máxima de las oposiciones.
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ANTROPOLOGIA TEATRAL
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ANTROPOLOGIA TEATRAL
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ANTROPOLOGIA TEATRAL
japonesa— iba a tiempo. Y es fácil comprender por qué para ella, según las
soluciones particulares de su cultura, una danza que sigue el ritmo de la música es
algo que la hace sentirse mal ya que muestra una acción decidida por el exterior, por
la música o por los automatismos de! comportamiento cotidiano.
Las soluciones que la cultura japonesa ha encontrado para este problema le
pertenecen sólo a ella. Pero el problema que ésta ilumina con tan particular evidencia
es un problema que concierne al actor en general y a su capacidad de ir más allá de
los automatismos, d e esta r en v id a .
Un cuerpo decidido
En muchas lenguas existe una expresión que podría escogerse para condenar
lo que es esencial para la vida del actor. Es una expresión gramaticalmente pa
radójica, en la que una forma pasiva llega a asumir un significado activo y en la que
la indicación de una enérgica disponibilidad para la acción se muestra como velada
por una forma de pasividad. No es una expresión ambigua, sino hermafrodita,
combinando acción y pasión y a pesar de su rareza es una expresión del lenguaje
común. Se dice, efectivamente “ estar decidido’*, “ essere deciso” , “ être décidé” ,
“ to be decided’ ’. Y no quiere decir que algo o alguien nos decide, que nos sometemos
a una decisión o somos objeto de ésta. Pero ni siquiera quiere decir que estemos
decidiendo, que seamos nosotros los que llevemos a cabo la acción de decidir.
Entre estas dos condiciones opuestas, corre una vena de vida que la lengua
parece no poder indicar y sobre la que da vueltas con imágenes. Ninguna ex
plicación, excepto la experiencia directa, muestra lo que quiere decir “ estar de
cidido” . Para explicar a alguien lo que significa “ estar decidido” deberemos
recurrir a innumerables asociaciones de ideas, a innumerables ejemplos, a la cons
trucción de situaciones artificiales. Sin embargo, cada uno de nosotros cree saber
muy bien lo que esta expresión indica. Todas las complejas imágenes, las series de
regías abstrusas que se entrelazan en torno al actor, la elaboración de preceptos
artísticos que parecen —y son— el resultado de estéticas sofisticadas, como las
volteretas y acrobacias de la voluntad por transmitir una experiencia que verdadera
mente no puede transmitirse, no puede pasar de las manos de uno a las manos de
otro, pero que puede solamente ser vivida. Intentar explicar la experiencia del actor
significa en re¿idad crear artificialmente, con una complicada estrategia, las con
diciones en la que esta experiencia puede reproducirse.
Imaginemos penetrar una vez más en la intimidad del trabajo que tiene
lugar entre Katsuko Azuma y su maestra. También la maestra se llama Azuma.
Cuando haya terminado de transmitirle su experiencia, transmitirá también su
nombre a la alumna. Azuma dice pues a la futura Azuma: “ Encuentra tu M a * \
M ítsignifica algo parecido a “ dimensión” , en el sentido de espacio, pero también
de tiempo como duración. “ Para encontrar tu M a debes matar el ritmo, es decir,
encontrar tu jo -h a -k y u ’\
La expresión jo -h a -k y u designa las tres fases en que está subdividida cada
acción del actor. La primera fase está determinada por la oposición entre una fuerza
que tiende a desarrollarse y otra que la retiene {jo = retener); la segunda fase
{ha =■ romper) está constituida por el momento en que se libera de esta fuerza, hasta
llegar a la tercera fase {kyu = rapidez) en que la acción llega a su punto culminante,
desplegando todas sus fuerzas para luego detenerse imprevistamente como frente a
un obstáculo, a una nueva resistencia.
ANTROPOLOGÍATEATRAL
Un cuerpo ficticio
17a
Un millón de velas
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M
ANTROPOLOGÍATEATRAL
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ANTROPOLOGIA TEATRAL
Ante ti me inclino
tú que tienes forma de macho y de hembra
dos deidades en una
que en la mitad femenina tienes el vivido color de'ía flor de Champak 19. Alumno de teatro Kaihakali en un ejer
cicio de entrenamiento de ojos.
y en la mitad masculina tienes el pálido color de la flor de alcanfor. 20. Actor de teatro Kabuki (grabado del siglo
XVÍÍÍ): representar la acción de ver significa di
La mitad femenina hace tintinear brazaletes de oro rigir hacia el objeto de la visión no sólo ios ojos
y la mirada sino comprometer todo el cuerpo.
la mitad masculina está adornada de brazaletes de serpientes 21. La Shakti de Sanjukta Panigrahi,
la mitad femenina tiene ojos de amor 22. Bailarina japonesa de Buyo'en el papel de
la mitad masculina tiene ojos de meditación. Shirabioshi, la mítica bailarina de papeles mas
culinos.
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ANTROPOLOGIA TEATRAL
A Ella me dirijo
junto con el Dios Shiva su esposo
a El me dirijo
junto con la Diosa Shiva su esposa.
Iben Nagel Rasmussen, en cambio, canta el lamento del brujo de una tribu
destruida. Inmediatamente después reaparece como Kattrin, la hija muda de Madre
Coraje, que balbucea palabras ardientes, en el umbral de un mundo en guerra. La
actriz oriental y la actriz occidental parecen alejarse, cada una al fondo de su propia
cultura. Y no obstante ello, se encuentran. Parece que superan no solamente su
persona y su sexo, sino incluso su habilidad artística, para mostrar algo que se
encuentra detrás de todo esto.
El maestro de actores sabe cuántos años de trabajo constituyen la base de
estos instantes, y no obstante le parece que algo surge espontáneamente, no buscado
ni querido. No tiene nada que decir: sólo puede mirar del mismo modo como
Virginia W ooif miraba a Orlando: “ Un millón de velas ardían en Orlando, sin que
éste hubiese incluso pensado en encender una sola’’.*
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{.il /líii/iirinaJopoiií'Sit K atstiko A taiduiensenu u tuta
uh u n m i l<>\ tm n'im iento.s ile ios h r ttz o ty di‘ /«v nitutos.
APRENDIZAJE
APRENDIZAJE
Fabrizio Cruciarli
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APRENDIZAJE
escuela se crea siempre para una renovación social dei teatro, para dar concreción 1. Constantin Sergeievich Stanislavski
(1863-1938) pocos meses ames de su muerte asis
al teatro del futuro y para abrir puntos de fuga al futuro delteatro. te, rodeado de alumnos, actores y directores, a
una prueba en su estudio.
'>A
APRENDIZAJE
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APRENDIZAJE
profesionaíidad y sin prejuicios las técnicas más distintas. La libertad del hombre 2-3. Entrenamiento en el estudio del Teatro
de teatro y su simultáneo compromiso, tan frágil en los espectáculos y tan con Arte de Moscú, siguiendo la línea de las acciones
físicas de Stanislavski: ejercicios con el bastón y
dicionado por la cultura de la comunicación y de la fruición en un determinado figura de la nike {victoria).
contexto de civilización, a principios de siglo parece hallarse en la reconstitución del
proceso creativo a través de la multiplicación de los horizontes de modalidades y
técnicas; y parece plasmarse en la autocreación de los horizontes de espera.
El objeto de la situación pedagógica no es “ el último grito” sino el “ primer
grito” , la voluntad de construir {a menudo genéticamente) el proceso de formación
en la creatividad, de aprender la sabiduría del tener conocimientos y posibilidades
para elegir qué aprender. También por esto (además de por una expresión de la
cultura difundida en las primeras décadas de este siglo) la escuela es el lugar separado
donde se vive la actualidad del futuro, una comunidad separada (de la ciudad, del
teatro, del mundo “ normal” o burgués): loes en la experiencia de Stanislavski y de
Sulerziski, como la preeminencia moral que este último confiere al trabajo físico,
lo es en la ‘“retraite" ’ de la casa de campo de Copeau en la época del Vieux Colombier
y más tarde en la Borgoña de Copiaus; lo es en la escuela Hellerau de Dalcroze con
las religiones del cuerpo en la naturaleza (que tantos aspectos asumió especialmente
en el mundo alemán) y lo es en la “ Escuela de Arte” de Von Laban en su última
versión, la de Monte Verdad en Ascona, con sus ceremonias particulares; pero
también lo es en la diversidad autopedagógica y heterodirigida de los primeros
grupos agií-prop y lo es en el grupo “ insólito” de los alumnos de la Bauhaus.
Hay culturas y poéticas distintas detrás de las diferentes experiencias, pero
en constante reflexión sobre el proceso creativo, reflexión que es expresión de una
cultura y de una poética dinámica; o, con mayor precisión, hay que compren
der que las escuelas y las instancias pedagógicas no son un “ apartado” ni
tampoco un momento de crisis o de d éfa illa n ce de la creatividad artística, como
si la incapacidad de realizar espectáculos dependiese del entregarse a la enseñan
za. En las primeras décadas del siglo XX en lugar de pedagogía teatral parece más
útil y correcto hablar de directores-pedagogos; y la experiencia de las escuelas es
un acto complejo de su madura creatividad artística, expresión orgánica y nece
sidad consciente de su poética.
41 iy
APRENDIZAJE
Pedagogía de autor
En ei teatro no hay leyes, explica Copean, pero resulta útil creer en ellas
para operar: la búsqueda de leyes en ios directores-pedagogos, es una dimensión
necesaria del hacer más que una necesidad teórica del conocer. La pedagogía
como creatividad en acto es la realización de la necesidad de crear una cultura
teatral, es decir una dimensión del teatro que los espectáculos satisfacen parcial
mente y que las utopías explicitan como tensión. Por eso la pedagogía teatral de
las primeras décadas del siglo (antes que se decante, se organice y degrade en
tensión) es el lugar del teatro, en cuanto a lugar de la creatividad de ios hombres
de teatro. Es un punto de vista que me ha resultado útil para descubrir la sustancial
unidad que reúne a los grandes hombres de teatro de principios de siglo en nuestro
conocimiento y marca un hilo rojo en la continuidad de las experiencias más
significativas.
Además permite ver conexiones con la agitada y rica cultura de la época, en
una historia que no vincula tan sólo los espectáculos al teatro, sino el teatro a la
experiencia cultural de una sociedad que vive la desesperación de su propia trans
formación demasiado rápida y continua.
“ H ay que dar una mayor apertura y raíces más profundas al espíritu
de compañía; crear costumbres de vida favorables al oficio, una atmósfera de
formación intelectual, moral y técnica, una disciplina, tradiciones. La renovación
del teatro en la que tantas épocas han soñado y que hoy se invoca incesantemente,
me parecía en primer lugar una renovación del hombre en el teatro* ’. Son palabras
que Copeau dijo en los R e c u e rd o s d e l Vieux C olom biere en 1931; palabras muy
semejantes a las muchas otras dichas por Copeau (y otros) para indicar que el
nuevo teatro no surgía del teatro ni en el teatro, sino de la recuperación de una
complejidad humana y social a la vez que cultural del teatro como comunicación
expresiva y realización del hombre.
Las escuelas institucionales de teatro habían surgido y surgían de
otras exigencias y respondían a otra cultura: los estu d ios, los la b o ra to
rios, las escuelas de los maestros de principios de siglo surgieron para conquis
tarse situaciones de experiencia creativa, lugar de operatividad del teatro (como
cultura, como larga duración). Aquí el director-pedagogo se pone en situación no
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APRENDIZAJE
sólo de formar alumnos para el teatro o para su propio teatro, sino para construir 4. Antón Chejov (Î 860-i904) lee La gaviota
los materiales de su propia actividad. en el Teatro Arte de Moscú (1899): sentados, a su
derecha Stanislavski y al extremo izquierdo Me
Podemos leer de qué manera Stanislavski se ocupaba de la formación de un yerhold. Nemiróvich-Dánchenko de pie a la de
Estudio poniendo en la base problemas éticos y de utilidad artística en la relación recha.
entre él y sus alumnos (en las primeras conversaciones para la escuela del Bídshoi, 5. Jacques Copeau (1879-1949) lee ei guión
de Una mujer asesinada por la dulzura de Tho
transcrita por Aníarova). mas Heyewood (1913: patio del Teatro Vieux
Podemos leer las formas de la enseñanza de Meyerhold en sus clases pu Colombier en París). Se reconocen los actores
blicadas en el A m o r d e las tres naranjaSe para el Estudio de la calle Borodinskaia, Charles Dullin (1885-1949) el primero a la izquier
da, Louis Jouvet (1887-1951) el tercero en pie a la
con los procesos de liberación a través del catálogo práctico de las técnicas teatrales; derecha y por último Susanne Bing (1885),
o intuir su enseñanza en la clase de dirección del GUYRM (laboratorios superiores la prim era a la derecha.
de estado para la dirección) a través de las páginas de Sklovski: éste refiere cómo
llegó allí Eisenstein y señala la necesidad de aprender a crear nuevas convenciones
por encima de las que ya no son percibidas como tales (“ no hay que olvidar
que el teatro realista es convencional” ) para lamentar luego que no hayan sido
filmados los ensayos de Stanislavski y de Meyerhold para que ios nuevos direc
tores “ se acostumbrasen a aprender y a asombrarse” .
Pero leerlos para comprender, estudiar y conocer su valor específico es un
problema de estudio histórico que exige la amplitud y las cautelas de la filología;
leerlos para integrarlos en las escuelas institucionales y en el empirismo de los
grandes, es pereza.
Aquí los hemos recordado para ratificar, mediante su evocación, que a
principios de siglo se contrapone a las didácticas conservadoras, la experiencia
del teatro (en el sentido de la larga duración al margen de los espectáculos), y es
que ei teatro-pedagogía de los Padres Fundadores, es pedagogía de autor, crea
ción artística del enseñar y aprender teatro.
43
APRKNDi/AJi^;
didL
APRENDIZAJE
45
APRENDI^AJE
«La raíz dei verbo inglés to teach deriva dei es que ei teatro-pedagogía de ios Padres Fundadores, es pedagogía de autor,
gótico taiku, signo {actualmente se sigue usando creación artística del enseñar y aprender teatro.
token con este significado). Corresponde al ense
ñante observar (o que acostumbra a pasar inob
servado para la multitud. Es un intérprete de
signos» (Sybil Moholy~Nagy, Introducción al
Pedagogica! Sketchbóok de Paul Klee, 1925).
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APRENDIZAJE
47
APRENDIZAJE
Más del noventa por ciento de los estudiantes universitarios y de las escuelas
superiores en ocho estados distintos eligieron la primera respuesta reconociendo en
el maestro a un segundo padre, confirmando que el ideal del gurüy cuya función
tradicional va mucho más allá del ámbito de la dase, se halla indeleblemente impreso
en la mente de la mayor parte de los estudiantes.
También los gu rú de la danza son considerados a menudo como vicepadres
ya que hacen nacer al danzante en cada uno de sus alumnos. Una excelente
bailarina Odissi, Kum Kum Das, mujer madura y a su vez madre, habla con calor
de la relación padre-hija que sigue teniendo con su propio gu rú , y por otro lado
algunas exponentes de la tradición de la danza en el templo eran adoptadas realmen
te, con lo que la madre y el enseñante eran la misma cosa. Elevado a una categoría
más alta que un padre, el gurú puede situarse casi al mismo nivel que una divinidad
y ser reverenciado en cuanto tal. Su bendición es esencial para el éxito de cualquier
operación. Estos versos del U p a n isa d A d v a y a ta r a k a { w , 17-18) elevan al gu rú s.
alturas sobrehumanas:
t: •
48
ia
APRENDIZAJE
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APRENDIZAJE
50
aprendizaje
admitió el hecho, confesando que había tomado a Drona como su gu rú sin que el Í3. La bailarína Odissi Sanjukta Panigrahi a
maestro lo supiese y de qué forma había aprendido el arte. El gu rú Drona entonces la edad de seis años en una pose acrobática.
le pidió lo que le correspondía, el gu rú -daksin a, el regalo ofrendado al maestro
cuando la instrucción se da por terminada. Gomo temía que Ekalavya pudiese
llegar a ser más grande que él, Drona pidió eí pulgar de la mano derecha del
alumno. Ekalavya dio feliz lo que el maestro le pedía. La madre de Ekalavya
lloraba, pero el arte del tiro con arco debía seguir siendo un privilegio de la clase
dominante. El alumno por exceso de celo había transgredido los límites y había
querido ir más lejos de lo que el destino le pudo haber marcado como posible en
su vida” .
Este relato —aunque en sí mismo es una situación no ortodoxa— ilustra muy
bien muchos aspectos de la relación gurú-sisya: la devoción, el ejercicio intenso, la
obediencia y completa sumisión de la voluntad del alumno a las exigencias del gurú.
Un detalle importante, que no aparece en la versión que hemos reproducido, es el
hecho de que Drona había prometido a su alumno favorito. Arjuna, que no habría
un arquero más grande que él. Una explicación de la dura exigencia podría ser
el deseo del gurú de mantener la palabra dada al alumno elegido y legítimo. El hecho
de que Ekalavya parezca perfectamente dispuesto a aceptar la exigencia de su
gu rú demuestra que las bendiciones d el gurú son más apreciadas que el aprendizaje
de una habilidad. Un anciano y famoso maestro de danza me decía que el respeto,
la obediencia y el servicio prestados al gu rú están destinados a destruir el ego hasta
que gradualmente el ego cede y aflora plenamente el verdadero yo. Según esto es
posible interpretar el relato de Ekalavya, a primera vista conmovedor, como el relato
de un alto logro personal en términos espirituales. A través de su habilidad con el
arco llegó a dominar no sólo el arco sino también a sí mismo.
Gurú->sisya-parampara
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T7
APRENDIZAJE
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í-i(ta o r KatìmkuU M. 1\ Sm karati yim tbooiU n.
'
DILATACION
DILATACION
El cuerpo dilatado
Eugenio Barba
El puente
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DitATACION
5 5 :^
DILATACION
Peripecias
Los sa lto s del pensamiento pueden ser definidos p erip ecia s. Peripecia es
una trama de acontecimientos que hacen desarrollar una acción de manera
imprevista, o la hacen concluir del modo opuesto al que ha empezado.
La peripecia actúa por negaciones; esto es lo que al menos se sabe desde el
tiempo de Aristóteles.
El “ comportamiento” del pensamiento es visible en las “ peripecias de las
historias” , en sus cambios imprevistos, cuando pasan de mano en mano, de una
mente a otra. Del mismo modo como sucede en el proceso creativo teatral,
también en este caso los cambios imprevistos no ocurren en la cabeza de un artista
solitario, sino que comprometen a distintos individuos reunidos en torno a un
mismo punto de partida.
E l h o la n d és e rra n te era el capitán Van der Decken. En su intento de doblar
el Cabo de Buena Esperanza, el capitán Van der Decken blasfemó contra Dios
y el infierno: que no cedería a las fuerzas de las tempestades y dél destino, y que
seguiría intentándolo hasta el último de sus días. Y fue así que se oyó una voz
proveniente del cielo que repetía sus mismas palabras transformadas en condena:
“ Hasta el último d ía ., . El último día” .
Se forma de este modo el nudo fundamental de una historia: un capitán
que permanece en el mar sin morir jamás. Lfn bajel que sigue navegando.
Ahora, este nudo, abandonando el contexto original, salta a otros con
textos.
La fantasía popular sobrepone la figura del capitán y su eterno
peregrinar a la del hebreo Ahasverus, E l ju d ío erra n te, que no encuentra la paz.
De este modo, la historia de Van der Decken se muta: se cuenta que fue condenado
porque llevaba una vida inmoral, atea, tanto que había ordenado zarpar en el
sagrado día del Viernes Santo, el día en que fue muerto El Salvador.
O bien: la figura del capitán se enturbia, y en su lugar, en la imaginación,
aparece su nave. E l b u q u e fa n ta s m a se aparece de golpe a los navegantes, es negro,
tiene las velas color de sangre, o amarillas, o bien de colores cambiantes y
embrujados, que pueden mudar incluso diez veces en una hora.
Pasa el tiempo y el tema del capitán y de su condena se entrelaza con el de
la mujer que salva. Esta nueva trama tiene lugar en los mismos años en que
también la historia de otros dos proverbiales adeptos del Infierno — D o n Juan
y F a u sto — cambia, y éstos son salvados por el amor de una mujer.
Fue probablemente Heine el primero que enlazó este nuevo motivo a la
saga del H o la n d é s e rra n te y su B u q u e fa n ta sm a : á e vez en cuando Ván der Decken
atraca en una ciudad donde busca el amor. Se salvará cuando encuentre una mujer
que le sea fiel hasta la muerte.
En el verano de 1839, Richard Wagner iba de viaje de Riga a Londres, Con
él estaba su mujer Minna. Wagner conocía la historia del Holandés, pero sólo la
comprendió de verdad cuando la nave en la que viajaba fue cogida por la
tempestad entre los escollos noruegos. Los marineros hablaban del Buque Fan
tasma que preanunciaba los naufragios. Finalmente atracaron entre las altas
paredes de un fiordo en Sandvik, a pocas millas de Arendal.
Terminado el viaje, llegado a Londres de donde se transfirió a París,
Wagner hablará de la tempestad cerca de las costas de Noruega; dirá que el viento
entre las jarcias soplaba de forma siniestra y demoniaca; contará haber visto
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DILATACION
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DILATACÍON
El principio de la negación
Existe una regia muy conocida por los actores: empezar una acción partiendo,
de la dirección opuesta a aquella hacia la cual está dirigida.
Reproduce un carácter esencial de todas aquellas acciones que en la vida
cotidiana requieren una cierta energía: así, antes de golpear, echamos el brazo
hacia atrás, antes de saltar hacia arriba doblamos las rodillas, antes de saltar hacia
adelante nos movemos hacia atrás — recu ler p o u r m ie u x sau ter.
En el obrar extra-cotidiano del actor, tal comportamiento es también
aplicado alas acciones más ínfimas: es uno de los modos mediante los cuales él dilata
la propia presencia física.
Podríamos llamarlo el “ principio de la negación” : el actor, antes de realizar
la, niega la acción inminente, y ejecuta su opuesto complementario.
El principio de la negación puede dar lugar a un formalismo vacío si éste
pierde el alma, es decir su organicidad. Con frecuencia, en las utilizaciones teatrales
y no teatrales de la declamación trivial, se convierte en un modo de hinchar el gesto.
La parodia pues, de la acción dilatada,
¿Cuál es la lógica interna que determina la fuerza del “ principio de la
negación” ? Por una parte, la dinámica física y nerviosa por la que cada acción
enérgica empieza con su opuesto; por otra parte, una actitud mental.
Una de las más claras descripciones de esta recurrente actitud mental está
contenida en el libro de Arthur Koestler dedicado a lá “ historia de las mutaciones
4. P e n s a m ie n to en v id a , n o re c tilín e o , n o
u n ív o c o : manuscrito que representa el inicio de ia
de la visión que el hombre tiene del universo” , donde se muestra cómo cada acto
migración de los aztecas. De izquierda a derecha: creativo —en la ciencia, en el arte o en la religión— es realizado mediante una
1) el rey en una isla: los jeroglíficos alrededor de regresión preliminar a un nivel más primitivo, de un reculer p o u r m ieux sau ter, un
la pirámide representan su nombre y los de su proceso de negación o desintegración que prepara el salto hacia el resultado.
tribu; 2) la cruzada: el Jeroglífico en un rectángulo
es la fecha del acontecimiento; 3) algunas huellas Koestler llama a este momento una “ pre-condÍcÍón ’’ creativa.
de pie indican la marcha hacia la ciudad de Col- Es un momento qué parece negar todo lo que caracteriza la búsqueda del
huacan, representada por el jeroglífico grande; 4) resultado: no determina una nueva orientación, es más bien una desorientación
otras ocho tribus esperan al soberano: cada tribu
está designada por un jeroglífico y un hombre que voluntaria, que obliga a poner en marcha todas las energías del investigador, afila
habla.
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DILATACION
SUS sentidos, como cuando se camina en la oscuridad. Esta dilatación de las propias
potencialidades tiene un elevado precio: se corre el riesgo de perder el dominio sobre
el significado de la propia acción. Es un negar que no ha descubierto todavía lo
nuevo que afirma.
El actor, el director, el investigador, el artista, se preguntan a menudo: “ ¿qué
significa lo que hago? ” Pero en el momento de la “ aegación,de la acción” , o de la
‘‘pre~condición’' creativa esta pregunta no es fértil.
En este punto no es esencial el significado de lo que se hace, sino la precisión
de una acción que prepara el vacío en el que un sentido, un significado imprevisto
podrá ser capturado.
Los hombres de teatro, obligados a una creación que implica casi siempre la
colaboración de más individuos, están a menudo empachados de fetichismo por los
significados de la necesidad aparentemente “ natural” de acordar desde el principio
los resultados a alcanzar.
Un actor, por ejemplo, cumple una acción determinada que es el resultado
de una improvisación o de una interpretación personal del personaje: es natural
que dé a aquella acción un valor bien preciso, que le asocie determinadas imágenes
o un determinado pensamiento. Pero si el contexto en el que aquella acción llega
a encontrarse vuelve impropio o incomprensible el significado que esto tiene para
el actor, él piensa que aquel fragmento debe dejarse caer y olvidar. Cree, en
resumidas cuentas, que el matrimonio entre la acción y el significado asociado a
ésta sea indisoluble.
En general, si se dice a un actor que su acción puede quedar intacta, no
obstante cambiar completamente de contexto y por tanto de sentido, él piensa que
es tratado como materia inerte, que es manipulado por el director. Como si el alma
de una acción fuese su sentido, y no la calidad de su energía.
El mismo preconcepto se da en muchos directores: están acostumbrados a
creer que una determinada imagen o una determinada secuencia de imágenes no
5, Pensar el pensamiento: Desstner,
«tografía de 1948 de Maurits Cornelis Escher
(í 898-1972).
DILATACION
pueda obedecer más que a una sola lógica dramática, no pueda transmitir más que
aqu el significado.
Pero el principio de “ negar la acción” indica justamente ío opuesto, que se
suelta del orden preestablecido, de la dependencia del resultado que se quiere
obtener. Es como si el punto de partida, pasando a través de su contrario, se
transformara en una gota de energía que pueda desarrollar toda ia propia poten
cialidad expresiva saltan do de un contexto a otro. En el trabajo teatral en concreto,
todo esto tiene que ver con las peripecias a las que ha sido sometida una acción o
una idea a partir del momento en que toma forma hasta el momento en que
encuentra un lugar en el espectáculo terminado. Como E l h olan dés errante, con
denado a pasar de época a época, de país a país, los núcleos de acción mueren a sus
significados origínales a pesar de seguir viviendo: saltan de sentido sin perderse.
Lo que marca el pensamiento creativo es justamente su proceder a saltos, a
través de una desorientación imprevista que lo obliga a reorganizarse de forma
nueva, abandonando la cáscara bien ordenada. Es el pen sa m ien to -en -vid a , no
rectilíneo, no unívoco.
El crecimiento de significados imprevistos se hace posible por una actitud de
todas nuestras energías, físicas y mentales: colocarse en una cima esperando
emprender el vuelo. Una disposición que puede procurarse, destilarse, mediante el
entrenamiento.
Los ejercicios de entrenamiento físico permiten desarrollar un nuevo corp-
portamiento, un modo diferente de moverse, de actuar y reaccionar: una destreza
determinada. Pero esta destreza se estanca en una realidad unidimensional si no va
en profundidad, si no consigue llegar al fondo de la persona constituida por sus
procesos mentales, su esfera psíquica, su sistema nervioso. El puente entre lo físico
y lo mental determina una ligera mutación de conciencia que permite superar la
inercia, la monotonía de la repetición.
La dilatación del cuerpo físico, de hecho, no sirve si no viene acompañada
por la dilatación del cuerpo mental. El pensamiento debe atravesar en forma
tangible la materia; no sólo manifestarse en el cuerpo en acción, sino también
atravesar lo o b v io , ia inercia, lo que surge de por sí cuando imaginamos,
reflexionamos, obramos.
Pensar el pensamiento
Un físico camina por ia playa y ve a un niño que tira piedras planas al mar,
intentando hacerlas saltar. Cada piedra no hace más que uno o dos saltitos. El niño
tendrá unos cinco años, y el adulto, el físico, recuerda que también él, en su infancia,
hacía rebotar las piedras sobre el agua. Mejor dicho: era muy diestro en aquel juego.
Así pues el adulto muestra al niño cómo se hace. Tira las piedras, una después de
otra, indicando cómo deben sostenerse, con qué inclinación son tiradas, a qué altura
a ras del agua. Todas las piedras que el adulto tira dan muchos saltos, siete, ocho,
incluso diez.
“ Sí —dice entonces el niño— dan muchos saltos. Pero no es esto lo que yo
buscaba. Hacen círculos redondos en el agua, mientras lo que yo busco es que hagan
círculos cuadrados” .
6. P e n s a r e l p e n s a m i e n t o : d ise ñ o del Conocemos el episodio porque el físico estaba yendo a visitar ai viejo
caricaturista rumano Saul Steinberg, reproducido Einstein, y porque Einstein reaccionó a su vez de un modo imprevisto cuando su
por Sergei Eisenstein (1898-1948) en el libro L a
n a tu ra le z a n o in d ife r e n te {1 9 4 1 ). joven amigo le contó su encuentro: ‘ ‘Felicita de mi parte a aquel niño, y dile que no
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DILATACION
8a
¿Qué quiere decir en este caso, consanguinidad} Que los distintos fragmen
tos, imágenes, ideas, que viven en el contexto en el que los hemos hecho nacer,
revelan una autonomía propia, establecen nuevas relaciones, se unen entre ellos en
base a una lógica que no obedece a la misma para la que habían sido previstos y
buscados. Es como si escondidos lazos de sangre pusieran en acción otras
posibilidades además de las visibles, que parecen útiles y justificadas.
En el proceso creativo existe una vida utilitarista de los materiales con los que
trabajamos, y una segunda vida nuestra. La primera, dejada a sí misma, conduce a
la claridad sin profundidad. La segunda corre el riesgo, por su fuerza sin control,
de llevarnos al caos.
Pero es la dialéctica entre estas dos vidas, entre el orden mecánico y el
desorden, la que nos conduce hacia lo que los chinos llaman el “ Li” , el orden
asimétrico e imprevisible que caracteriza la vida orgánica.
Lógicas meUizas
La dialéctica no es una relación que existe de por sí: nace de la voluntad por
dominar fuerzas que abandonadas a su suerte no podrían hacer otra cosa que
combatir entre sí.
La dialéctica es un modo de pensar y de actuar que se aprende. El orden
asimétrico del “ Li” , en el trabajo creativo, es algo que puede lograrse solamente
mediante una vía paradójica: la obra de arte, de hecho, es antes que nada una obra
8. D o s ló g ica s: dibujos de niños. Juan, cuatro
años: dos hermanitos dan un paseo en el coche artificial.
(a); Susana, siete años: el rey pasea en su La búsqueda de las oposiciones, de las diferencias, debe ser paradójicamente
automóvil el día de su cumpleaños (b). la otra cara de la búsqueda de la unidad y de la entereza.
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DILATACION
8b
¿Cómo puede profundizarse la diferencia entre la óptica dei actor y la del
espectador? ¿Cómo puede reforzarse la polaridad ente director y actores? En fin:
¿cómo buscar una relación aún más fuerte entre estas distintas fuerzas?
De la respuesta a estas preguntas depende la posibilidad de dilatar e! cuerpo
del teatro. *
A veces, en el transcurso del trabajo para un espectáculo, la acción de un
actor empieza a vivir, aunque no se comprende por qué el actor esté actuando de
aquel modo. El director es su primer espectador, y puede ser que no sepa dominar
racionalmente, en base al proyecto común del espectáculo, el sentido de lo que el
actor está haciendo. El director puede caer en el engaño, manifestar su dificultad
para aceptar aquella pequeña chispa de vida desconocida, pedir explicaciones,
reclamarle al actor que sea coherente. De este modo estropea la relación de
colaboración: intenta anular la distancia que lo separa del actor, le pide demasiado,
y en realidad demasiado poco, le pide el consenso, el acuerdo sobre las intenciones,
un encuentro en la superficie.
\
Cuando se habla del trabajo del actor, de su técnica o de su arte, de su
“ interpretación” , a menudo se olvida el nivel elemental del teatro, que es siempre
relación. A las técnicas extra-cotidianas de los actores corresponde, por parte de
los espectadores, una necesidad primaria: la espera de aquel momento en que el velo
de la vida cotidiana se desgarra y deja irrumpir lo inesperado. Algo conocido se
revela improvisadamente como novedad.
Incluso las más profundas reacciones del espectador, las matrices de su
apreciación o de su juicio claramente formuiables, son secretas, informulables,
imprevisibles.
La fuerza del teatro depende de la capacidad de salvaguardar, debajo de un
nivel reconocible, la vida independiente de otras lógicas.
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DiLATACiON
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DILATACION
je jl
DILATACION
. ..
í3. El c u e r p o d ila ía d ó : M u e r te d e L a c o o n te
grupo marmóreo de finales (?) de! sigio
y s u s h ijo s,
lí d, C, (Museo Vaticano, Galería Pontificia,
Roma).
Jí»
DILATACION
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La mente dilatada
Franco Ruffini
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DILATACION
T
A A 71 ^
DILATACION
carácter en ei cual se pueda asumir la psicología. Pero también todos los demás
ejemplos de vivencia en Rabota aktiora (se piensa, por todos, en el del dinero
quemado), al examinarlos sin prejuicios, revelan la misma filigrana.
El actor, en las piezas con una tarea escénica, modela un aparato psico-men-
tal sustitutivo, una mente dilatada; así como, en paralelo y en interdependencia,
modela un aparato físico sustituto; es decir un cuerpo dilatado.
La existencia, en el ‘‘Sistema’’ de Stanislavski, de un comportamiento mental
conexo con el físico pre-expresivo, nos obliga a profundizar las pesquisas sobre las
características de la mente dilatada. Se podría decir que es una “ mente en exceso” ;
propiamente como el cuerpo dilatado es un cuerpo contramarcado de un medio de
energía.
Puede ser éste el punto de partida para investigar otras eventuales analogías
con el cuerpo dilatado; es decir con la articulación física del nivel pre-expresivo.
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DILATACION
Si para Moia zhin v. iskusstve (Mi vida en el Arte)*** y para Rabota aktiora
se puede hablar en general de “ forma narrativa” , para Rabota aktiora es necesario
precisar que la forma narrativa (novela) (el diario de un alumno imaginario en la
escuela de Torzov-Stanislavski) se desarrolla con preponderancia en diálogos entre
el maestro y los alumnos. Y son diálogos que, en ei ritmo, en el movimiento y en la
tensión que le anima, recuerdan de cerca a los Diálogos de Platón.
Si Moia zhin v, iskusstve tiene una genérica forma narrativa. Rabota aktiora
tiene la específica forma narrativa del diálogo platónico.
Una vez reconocida la forma del diálogo platónico, necesita preguntarse si
ella se Umita en encuadrar el contenido, o sea la parte integrante del rostro.
Sostenemos que la forma del diálogo platónico no es la forma dentro de
la cual son desarrollados los argumentos del “ tratado” : es un argumento del
‘‘tratado’’ y quizás, el principal, si está protegido tan bien como para ostentarlo
como simple marco.
Sócrates, en los Diálogos de Platón, se comporta con sus interlocutores
exactamente como Torzov-Stanislavski hace con sus alumnos. Los acosa, les in
quiere con preguntas continuas, a fin de que la idea salga del alumno como algo que
allí estaba y que necesitaba sólo de la fuerza maieutica del diálogo para salir a luz.
La maieútica, que quiere decir “ arte de la comadrona” , es el arte de traer a
la luz y por consiguiente de hacer respirar el pensamiento. Para Sócrates, la
maieútica no era tanto el Sistema para enseñar, sino la verdadera enseñanza, acaso
escondida (protegida) como por un marco.
Lo mismo se puede decir para Torzov-Stanislavski. El maestro no enseña
las técnicas de la vivencia, es decir de la mente dilatada. O mejor: unida a las
técnicas (el recurso a la. memoria emotiva, a las condiciones dadas, etc.) enseña
la técnica de todas las técnicas.
Esta técnica de todas las técnicas es la maieútica en la forma de diálogo
platónico; es decir, el interrogatorio socrático. El alumno de Torzov aprende que la
mente dilatada (la vivencia) se alcanza sólo a través de una inquisición implacable,
y creyendo en la idea que emergerá de las respuestas. Aunque más bien, aprende
que sólo creyendo en los recuerdos, las imágenes, las historias tiradas fuera mediante
las técnicas de la vivencia transformará la idea en “ verdad” .
En la segunda naturaleza de Stanislavski, no se cree en algo porque sea
verdad: al contrario, ese algo es verdad porque en él se cree.
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DILATACION
Notas
* R a b o ta a k íio r a n a d s o b o i v. v tv o r c h e s k o m p r o tz e s s e p ie r e y iv a n ia y R a b o ta a k iio r a n a d s o b o i
V. v ty ó r c h e s k o m p r o tz e s s e V o p h s h e n ie son el ÎI y el ÏII volumen de la edición rusa de las obras de
Stanislavski. En estos dos textos, como hemos indicado entre paréntesis, se refieren, respectivamente
a U n a c to r s e p r e p a r a y L a c o n str u c c ió n d e l p e r s o n a je , pero no corresponden exactamente. De hecho,
ios dos textos americanos son ediciones reducidas de los relativos textos rusos y, además, están
organizados según un esquema para argumentos, ausente en ia edición original. Esta organización,
además de desarticular ia continuidad del texto ruso, pone en duda también la forma narrativa del
diálogo que es en cambio, de fundamental importancia para una correcta lectura de la obra de
Stanislavski. Más confiable es la edición italiana E l tr a b a jo d e l a c to r (Barí, Laterza, 1956,1972) que,
por reunir en un texto único los volúmenes IÏ y ílí de ia edición rusa, es íntegro y está exento de
manipulaciones en la organización interna.
** C a b a llo d e p la ta es la transcripción de un seminario para coreógrafos impartido por Eugenio
Barba en 1985, en México. Publicado en un número especial de E s c é n ic a , revista teatral de la
Universidad Nacional Autónoma de México, a cargo de Patricia Cardona, La traducción francesa en
L e th é â tr e q u i d a n s e , número monográfico de “ Bouffonneries” dedicado a la sesión del ISTA
desarrollada en Salento (Italia) en 1987,
*** M i v id a en e l A r t e es una edición reducida de M o la zM n ’ v. ve (volumen I de la edición
rusa de las obras de Stanislavski). De !a edición americana es sacada la edición francesa M a v ie d a n s
./"ûr/comprefacîo de Jacques Copeau. La edición italiana L a m i a v//e«e//Vfô(Turin, Einaudi, 1963)
es en cambio, íntegra.
74
M o d elo (le la escena del Teátro d e A rie d e M o s a i en
¡909 y la m esa de ira h a jo de la C om pañía.
Mi--- . .■■^■f■ S ir v ié n d o s e d e esta p là stic a q u e resp eta b a las
p ro p o rcio n es originales, con la ayu d a de f¡g u ia s de
carrón. C o rd o n C raig explicaba a S ta n isla v sk i y a los
i ta ores dei T eatro d e A r te d e M oscú su Idea-sobre
dirección y m o v im ie n to s de escena de ¡os personajes.
En esta ¡'oto, a la derecha del escenario, se ven los
fig u r in e s d e H a m le t y Laertes en duelo (acto V, escena
Hh
■ IS
DRAMATURGIA
DRAMATURGIA
Dramaturgia
Eugenio Barba
76
DRAMATURGIA
Concatenación y simultaneidad constituyen las dos dimensiones de la trama. 2 . El texto se vuelve acción. Página del libro
No son dos alternativas estéticas o dos opciones distintas de método: son los dos de dirección de Edward Gordon Craig (1872-
1966) para la puesta en escena de Hamlet de
polos que a través de su tensión o de su dialéctica determinan el espectáculo y su Shakespeare en el Teatro de Arte de Moscú en
vida: las acciones operantes — la dramaturgia. 1909-1910. Acto V, escena ü: el duelo entre
Volvamos a la importante distinción —investigada sobre todo por Richard Hamlet y Laertes.
Schechner— entre un teatro basado en la puesta en escena de un texto escrito
preliminarmente y un teatro basado en el texto performativo. Aparentemente, la
distinción es útil para caracterizar dos aproximaciones distintas al fenómeno teatral
performativo y por tanto dos resultados diferentes del espectáculo.
Por ejemplo: mientras el texto escrito puede ser conocido, transmitido antes
e independientemente del espectáculo, el texto performativo sólo existe al final del
proceso de trabajo y no puede ser transmitido. Sería en efecto tautológico, decir que
el texto performativo (que es el espectáculo) puede ser transmitido por el es
pectáculo. Aunque se utilizase una técnica de adscripción semejante a la musical en
la que distintas secuencias horizontales pueden concordar entre sí en sentido vertical,
la transmisión sería imposible: sería tanto más ilegible cuanto más fiel. Incluso la
grabación sonora y visual del espectáculo sólo restituye una parte del texto perfor
mativo, excluyendo al menos en el caso de espectáculos que no utilizan el escenario
a la italiana, los complejos montajes de las relaciones de distancia-proximidad entre
actores y espectadores; privilegiando, en todos los casos en que las acciones son
simultáneas, un único montaje entre los muchos posibles. Restituye de hecho, ía
mirada de un espectador.
La distinción entre un teatro basado en un texto escrito o en cualquier caso
compuesto preliminarmente y utilizado como matriz de la puesta en escena, y un
teatro cuyo texto significativo sea sólo el texto performativo representa bastante
bien, a nivel intuitivo, 1a diferencia entre “ teatro tradicional” y “ nuevo teatro”
(teatro de grupo, tercer teatro, teatro independiente, teatro antropológico). Pero
esta distinción es sobre todo útil si queremos pasar de una clasificación de los
fenómenos teatrales modernos a un análisis al microscopio o a una investigación
anatómica dei drama y de su vida: la dramaturgia.
DRAMATURGIA
78
DRAMATURGIA
pendiente del otro— en una nueva relación artificial. Estas posibilidades dra-
matúrgicas pertenecen a los distintos niveles, y a los distintos elementos del es
pectáculo tomados uno por uno, así como pertenecen a su trama superior.
El actor, por ejemplo, obtiene efectos de simultaneidad apenas rompe el j
esquema abstracto del movimiento tal como el espectador es capaz de preverlo. [
Monta (compone ~ pone junto) su acción en una síntesis alejada del comportamien-
to cotidiano: segmenta la acción eligiendo algunos fragmentos y dilatándolos,
compone los ritmos, obtiene un equivalente de la acción “ real” a través de lo que i
Schechner llama “ restauración dei comportamiento” .
I La misma utilización del texto escrito, cuando no es interpretado únicamente
como concatenación de acciones, puede llevar a la trama simultánea, en una nueva
síntesis dramática, de elementos y detalles en sí mismos no dramáticos.
De Hamlet, por ejemplo, pueden extraerse una serie de informaciones:
trazas del antiguo litigio entre Noruega y Dinamarca constituyen el antecedente,
entre Hamlet padre y Fortibrás padre; Inglaterra que debe pagar tributos a
Dinamarca hace pensar en la época de los vikingos; la vida de la corte recuerda el
Renacimiento; las alusiones a Wittenberg pueden sugerir la Reforma. Todas estas
distintas facetas históricas (o que nosotros podem os realm ente utilizar
como distintas facetas históricas) pueden constituir un abanico de opciones para
interpretar el drama: en este caso la elección de una faceta eliminará las demás.
Pero también pueden estar entrelazadas entre sí en una síntesis de varias caras
históricas simultáneamente presentes, cuyo “ significado” , en cuanto interpreta
ción de Hamlet —es decir lo que el drama aparecerá al espectador— no es
previsible. Será, a! contrario, un significado que cuanto más el autor del espectá
culo haya trabajado con lógica simple al entrelazar los distintos hilos, más
posibilidades tendrá de parecer sorprendentemente, motivado e imprevisto para
su propio autor.
Algo parecido podría decirse respecto al protagonista del drama, Hamlet. La
concatenación de las acciones montadas por Shakespeare da, en general, una imagen
del personaje de hombre acosado por las dudas, indeciso, dominado por la enfer
medad de la “ melancolía” , filósofo inadecuado para la acción. Los elementos de
este montaje, sin embargo, no corresponden todos a esta imagen: Hamlet actúa con
decisión cuando mata a Polonio; se nos cuenta que ha falsificado —con fría
resolución— el mensaje de Claudio al rey de Inglaterra y que ha derrotado a los
piratas; desafía a Laertes; descubre enseguida las insidias tramadas contra él; mata
al rey.
Para un actor (y para un director) todos estos detalles, tomados uno por uno,
pueden ser utilizados como indicios para construir una interpretación coherente del
carácter de Hamlet, pero también pueden ser utilizados como indicios de compor
tamientos diferentes y contradictorios y ser montados en una síntesis que no es el
fruto de una decisión preliminar respecto al carácter que se le desea dar a Hamlet.
Como puede verse, con esta sencilla hipótesis nos acercamos al proceso
creativo (= compositivo) de muchísimos actores del Gran Teatro Occidental que
no partían (y que no parten) en su trabajo cotidiano, de la interpretación del
personaje, sino que desembocaban en él (y desembocan) —ai menos a los ojos de
los espectadores impresionados— siguiendo un camino basado no en el ¿qué? sino
en el ¿cómo? Es decir, montando en una síntesis formalmente coherente aspectos
que apriori parecerían incoherentes desde el punto de vista del ‘‘realismo habitual’’.
Las acciones operantes (la dramaturgia) viven respecto ai equilibrio entre el
polo de la concatenación y el polo de la simultaneidad. Esta vida corre el peligro de
perderse si se pierde la tensión entre los dos polos.
Mientras la pérdida del equilibrio a favor de la traína por concantenación
lleva a un decaimiento del drama en el cómodo reconocimiento, la pérdida del
79
DRAMATURGIA
ser extraídos de la vida dél drama (de las acciones que entran en funcionamiento):
la tráihá por coneateñación y la trama por simuiíáneidádí
" T, Crear la vida del drama no es sólo entretejer las ácciones y las tensiones del
espectáculo, im o también montar la atención del espectador, montar sus ritmos,
inducir sus tensiones sin pretender imponerles una interpretación^
r;“ Por una paite, la atención del espectador és atraída pór la complejidad,
por la presencia de la acción, por otra es continuamente spíicitada a valorar esta
presencia y esta acción a lá luz del conocimiento de lo ,que acaba de suceder y dé
la previsión (o de la pregunta) en torno à lo que suéederá. Como la acción del
actor, también la atención del espectador debe poder Vivir en un espacio tridimen
sional, gobernada por una dialéciicá propia y que cónstituye un equivalente de la
dialéctica qué rige la vida.
:: .... En. última instancia, podríamos equiparar la dialéctica éntre trama por
concateñáción y trama por simultaneidad a la cómpiementáriedad (no.a la opo
VI sición) entré hemisferio izquierdo y hemisferio derecho del cerebro.'
Todos los espectáculos del Odin Teatret se caracterizan por un uso diferente
del espacio. Los actores no se adaptan a las dimensiones del espacio existente (como
en el escenario a la italiana) sino que modelan la arquitectura según las exigencias
de la dramaturgia.
Sin embargo no es sólo el espacio donde se encuentran los actores y los
espectadores el que varía de un espectáculo apiro. Durante un mismo espectáculo
los actores se encuentran a veces alrededor del área de actuación, otras veces en el
medio: algunos espectadores pueden vivir la acción como un primer plano —cuando
el actor se encuentra a pocos centímetros de ellos—, otros como un campo total
—cuando pueden ver un espacio más amplio.
Estos mismos principios se usan en espectáculos a! aire libre usando plazas,
calles, balcones y techos. En este caso el ambiente ya existe y aparentemente no se
puede cambiar, pero el actor con su presencia hace brotar un carácter dramático de
aquella arquitectura que por el hábito y la frecuencia cotidiana no somos yá capaces
de ver, es decir vivirla con una mirada fresca.
iliii
DRAMATURGIA
81
DRAMATURGIA
Í É ''^ á ^ % '''
;í ‘si,Jk ,h
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& ¥ 9 .:
I l-
La t’tierjíía del ad o r es alíío preciso ífiié iodos ptte-
dcii idenlit icar; sti t'uer/ii mitsctilar y nerviosa. No es
la pura y simple exisfeiicia de esta l'i¡er/.a que nos
íníeresa pítrípie de hecho ya existe, por <let‘itiición, en
todos los cuerpos vivienles, sino la manera en íjne es
modelada y.eti que perspectiva.
Kn todo instante de nuestra vida, consciente o ín-
conseientcmente. modelamos miestra fuer/a. Isxisle
todavía un snrplas teatral {|tte no sirve para moverse,
para l'imcionar, para estar presentes y para intervenir
enei mundo circundante sino para l'nncionar, moverse
y estar presentes en un modo teatral etica/. Kstudiar
la enerjiía del actor sifilitica entonces interrogarse
so b re lo s p rin c ip io s a p a rtir d e io s cuales to s a cto res
p u ed en m odelar, educar su fu e r z a m uscular^ ‘n ervio sa
según la m o d a lid a d que no es la m ism a d e la vida
cotidiana.
Las diferentes constelaciones de estos principios
constituyen la liase de las diferentes léeiiícas: ía de
Decroux o el Kabuki; la del No o el ballet efásieo;
la de Delsarte o el Kathakali, etc. Pero tanibién la
base de diferentes técnicas individuales: ta de Buster
Kéaton a Dario Lo, de Í'otó a Marcel Marcean, de
( íesfak a Iben Nafcl líasimissen, etc. (L. taviani. l.a
energia del a ctor com o p rem isa , en Bouffonneries. n.
15/16).
ENERGIA
ENERGÌA
Kung-fu
m
ENERGIA
A n lm u s -A n im a
89
ENERGIA
90
üí
e n e r g ìa
91
ENERGIA
Keras y manís
93
ENERGIA
Lasya y tandava
94
ENERGIA
95
ENERGIA
4
96
ENERGIA
:dtm & m m 34
Artes de Base y ios Tres Papeles Tipo, un breve
tratado de Zeami sobre la actuación que repite
conceptos ya expresados en la obra más notable
33 El verdadero camino hacia la flor (La tradición
secreta del Nó). Las figuras del Viejo, la Mujer y
el Guerrero, diseñados sin vestuario para mostrar
mejor la actitud del cuerpo, representan los tres
papeles tipo del teatro N6. Note en el dibujo del
Viejo (il. 27) la línea trazada de la mirada hacia lo
alto que crea una oposición a la tendencia del
cuerpo de un viejo a indinarse y a bajarse.
30-34. Los demás diseños de Zeami sacados
del tratado las Dos Artes de Base y los Tres Pape
les Tipo que muestran los papeles de base del tea
tro Nó: la danza de un ser celestial (30), del Viejo
(31), del Niño (32), de la Mujer (33) y de un
Demonio (34).
OT
ENERGIA
Tam é
QO
ENERGIA
Freno de ri irnos
lo o
ENERGIA
102
ENERGIA
104
San i ilk í a l^ini^^nthj. ¡na tan na O ifiw t.
:'X S
I
m \ I f t .'
K- V.
TTOTTTT
ü í l J U I I j If ij n
j J?v T
lUO
EQUILIBRIO
Equilìbrio extra-cotidiano
106
EQUILIBRIO
Equilibrio de lujo
107
e q u il ìb r io
108
EQUíUBRiO
109
EQUILIBRIO
lio
EQUILIBRIO
111
EQÜIUBÏIÏO
112
e q u il ìb r io
Acero y algodón
113
EQUILIBRIO
25
114
EQUíUBRiO
115
f
E Q U IU B ltl©
116
mL
EQUILIBRIO
Equilibrio e imaginación
39
11«
EQUILIBRÍO
15 kg corresponden a desplazamientos de 1,
2 y 3 cm de amplitud y a desplazamientos
angulares del plano sagital del sujeto de 1,2
y 3 grados. Son contabilizadas todas las
salidas del spot más allá del umbral deter
minado, en las cuatro direcciones cardina
les.
En ¡a primera serie de experiencias,
hemos examinado el comportamiento pos
tura! de dos grupos de sujetos en posesión
de un buen esquema corporal:
— un grupo de deportistas cuyo es
quema corpóreo es establecido por ia expre
sión gestual adaptada a la realidad;
— un grupo de actores cuyo esquema
corpóreo es establecido por la expresión ges-
íuai mimada, imaginaria.
La experiencia consiste en comparar
los resultados antes y después de la carga de
pesos (de !, 2 y 5 kg) y durante la ejecución
mimada de los gestos. Los resultados mues
tran que (il. 36):
a) en e! grupo de los deportistas las
variaciones del desplazamiento del centro
de gravedad del cuerpo se producen propor
cionalmente al peso, durante la carga real de
los pesos, mientras que ia ejecución mimada
de los mismos gestos no modifica ios des
plazamientos;
45
120
EQUILIBRIO
L a d a n za ig n o ra d a de B recht
27/11/1953
7“ día de ensayos
Cuando dirige, parece que Brecht ol
vida que es el autor del texto: a menudo se
tiene la impresión de que ve el texto por pri
mera vez (. . .) A veces se enoja frente a
ciertos acontecimientos del texto o explica
algunos puntos poco daros. Brecht pregunta al
intérprete de Azdak: “ Pero ¿cómo es verda
deramente?’*; y Busch contestaba riéndose;
“ Esto ciertamente no lo sé, no soy el autor*’; y
Brecht: “ No nos debemos atener siempre al
autor’’.
8” día de ensayos
Dos abogados tienen su discurso de
defensa.
Brecht tiene una idea: “ Debe parecer
una danza, un ballet. Por todo esto reciben
500 piastras” .
122
e q u il ìb r io
124
EQUILIBRIO
125
EQUILIBRIO
126
Ihihin /Vcrt.v.ïo (I1Ü81-Í973}: lieutUc
</t' <i tu' ni i(.'LiY/ i*,î 7), M useo de! P eudo.
M adrid.
¿''-*i> '.Î;.'ï..v
«Ki itrU‘ os o! otjuîvaionfo (!o iu
iiiiümiloza» (Pîoiisso),
«K{|uiviik-ncia: (onor oi misnm
valor a posar tlo sor diforomo« (<io un
(ik’dojiarîo).
ai
«rrathu'ir ol vionio invisible a
través dol ajiiia <¡«0 lo osonipo al
C\ pasar» (Koboii fîrosson).
«For ejemplo on I m puerfa d e la
barrera (S e k i n o f o . 1784) on 0 1
monioiito en (¡no se oanla "Ki-ya-
lut’', oî aetor no lieue ou euenla que
oslas palabrasostan oseritasoonoarac-
tores {¡ne signitiean respoclivanionto
"viviento” , ' ‘salvaje’’ y "noclio", y
mima en su Ingar îos honiôl'onos
"àrlHil", "t'Iocba’’ y "bastón’’. Tal
vez sea ésta la liniea t'orimi de danza
m en el mundo basada en un juego do
palabras» (James R, Brandon, l-'orma
d e l teatro K ahttkí).
FnTTTV AT FN r'TA
Jim
EQUIVALENCIA
128
T
EQUIVALENCIA
" i)'
129
EQUI VALENCIA
130
EQUIVALENCIA
131
EQUIVALENCIA
132
EQUiVALENCíA
n i
w
EQUIVALENCIA
28-29. El uso dei arco en dos farsas Kyogen: Gan Tsubuie (una oca y un guijarro) y Fumi Yamadachi (los bandidos cobardes).
Representadas en el escenario tradicional del No (cfr. Pies) como intermedios humorísticos entre los dramas No .pero con una
actuación más realista. No obstante esta acentuación realista, los actores de Kyogen utilizan pocos accesorios y, en particular, como
en el Nó, se sirven del abanico. En estas esíarnpas, el arco y la flecha están dibujados explícitamente para mayor claridad y legibilidad
de las ilustraciones: de modo que si la flecha fuese disparada, se dirigiría hacia"el público (aquí no representado) que por ío general se
sienta rodeando el escenario por los tres lados. Si bien el principio de la equivalencia puede ser válido en cualquier arte, diferentes
convenciones regulan su'empleo: a veces aquello que es válido én la representación teatral no es válido en el arte figurativo.
30-38 Kosuke.Nóm.ura en una demostración de tiro con él arco en Kyogen en el ÍSTA de Voitérra (1981).
39-41. Algunas posiciones de la demostración anterior pero realizádas con traje y accesorios. Obsérvese que el cuerpo del actor
está casi mimetizado por ¿1 kimono: el traje oculta la tensión hacia arriba provocada por la pelvis y por la forma de tener
dobladas hacia abajo las puntas de los pies: sin embargo los rectos pliegues del akama (la lujosa falda-pantalón ceremonial que
llevan los hombres sobre el kimono) y el aplomb de las grandes mangas parecen reñejar, bajo una nueva equivalencia, la tensión de
la acción. El abanico, por último,rio es ornamental sino que alude al arco, así como en otras ocasiones, casi a guisa de varita mágica,
remite a infinitos usos
134
EQUIVALENCÌA
135
n
EQUIVALENCIA
41
136
íjs batiaruuí am ericana l.oie l-'uíler (¡H62-f92H} en
u n a célebre d a n ta de vidos.
C o n sid e ra d a u n a p re c u rso ra de la d a n ta U bre
m oderna, l.o ie t'uUer, gracias a la u tiiitación de un
vestuario a m p lia d o con e l u so de bastones (había
p a ten ta d o el in ven to ) buscaba a n im a r una larguísim a
(única d e velo blanco. L a belleza de la d a n ta era
am pliada con e l uso sapiente d e fa se s de h it roja.
l.o ie f'u lle r j ú e una de las prim eras bailarinas
m o d e r n a s en a b o lir eo n e l u so de un v estu a rio
escenográfico y el em pleo de luces eléctricas, en la
perspectiva de ¡a escena del siglo A7.V.
.-■■■■■■■■■■ ■- .
ESCENOGRAFIA
ESCENOGRAFIA
138
ESCENOGRAFIA
139
ESCENOGRAFÍA
14a
TM
E S C E N O G R A F IA
Í4d
ESCENOGRAFÍA
142
ESCENOGRAFIA
143
20-25. Katsuko Azuma en la danza Shojo^
león mítico originario de China, que hace girar la
melena. La vblumínpsidad caracteriza a muchos
dé los trajes balineses, hindúes o japoneses: una
dilatación que comporta un peso para el actor
basta de 20 ó 30 kilogramos, lo obliga a crear
contra-impulsos que se continúan en la espina
dorsal. Además los accesorios del traje deben
cobrar vida y para ello obhgan al actor a traba
jar con todo él cuerjpo. B1 Sftojo, ya visualmente
increíble en posición estática, emplea súbítámen-
te a agitarse y a trazar circunferencias con su larga
peluca para desembarazarse de molestas mari
posas: debido a la precisión del cuerpo entregado
a un ritmo cada vez más enérgico y a la peluca
lanzada cada vez más arriba, con mayor inten
sidad y energía, el efecto del traje se multiplica
prodigiosamente.
26. La alteración del equilibrio de este dan
zante maya debida a la inclinación hacia atrás de
la cabeza (cff.ils. 16-17, p. 112), apareceaquí más
clara: casi con toda seguridad el danzante ha sido
reproducido en la acción de hacer girar el adorno
de su tocado, como en la danza japonesa Shojo.
144
ESCENOGRAFIA
145
ESCENOGRAFÍA
146
A irih a : Stantslavsfa' y. M ei f,a u f an».
/[Iniio.' M ei l .a n fa n ^ y Meyet-hoUl. _
/;7 ^r«/i (tcfor chino M ei iM n fa n y e n co n m ) a m uchos
(iflF ia s ru s o s en ¡H95. ijys e n cu e n tro s histó rico s
fu ero n , ai igual c¡ue nntchas fo to g r a fía s, inm ortaies.
Tenem os una con Stanisiavski, con T retiakov, con
E isensíein .v con M eyerhold.
C uando M eyerh o ld f u e hecho prisionero y luego
fu sih id o en I9M), desaparecieron todas ia sfo to g ra fía s
de sus archivos, inchíso esta con M ei L anfang, qne
reaparece recien tem en te en u n á lb u m dedicado al
'■•.K ? ' acto r chino p u b lica d o en su país.
-ü liiÄ -..-
TX
ti
m
HISTORIOGRAFIA
£1 lenguaje enérgico
F erd in a n d o T avian i
Estos textos son extractos de tres interven La expresión “ energetic ianguage” es m etafórica y de sabor irónico. Es
ciones de la sesión de! ISTA “'Teatro e historio m etafórica porque aplica al nivel pre-expresivo del actor un térm ino que deriva de
grafía“ realizada en la Universidad dell’Aquila, s
Italia, en abril de 1989.' algunas tradiciones esotéricas, que creen en la existencia de una lengua primordial
y eficaz (es decir, capaz de transformar y n o solam ente nominar). Es usada con
ironía porque la eficacia del actor parece derivar de una fuerza misteriosa, mientras
puede ser estudiada con actitud científica y con un sistem a experim ental. Es irónica
ta m b ién p o rq u e esta ex p resió n n o es m en o s im p recisa d e a q u ella s ten ta tiv a s
de d efin ició n que se sirven de co n cep to s “ cien tíficos*’ ap licados al teatro y al
actor de m anera inexacta. D an solam ente la ilusión de exactitud. U na im precisión
consciente es ya una form a de precisión. U n a precisión ilusoria en cam bio, es la
cúspide de la con fu sión.
C on el térm ino “ energetic language” indicam os (we point out) el saber del
actor que sirve para presentarlo vivo sobre la escena; es decir, que construye su
presencia extra-cotidiana en una situación de representación. P od em os individuar
pistas de este saber antes que se vuelva objeto de una explícita consideración
científica, a partir de Stanislavski. D e Stanislavski en adelante, las prácticas del actor
para construir su presencia se han investigado según sus principios generales. Se
puede hablar por consiguiente d e una “ ciencia” . E l punto provisional de llegada a
esta investigación se ha constituido por la antropología teatral y el con cepto de
pre-expresivo que existe desde la base (cf. Pre-expres!vidad). Pero tam bién antes
que se volviese ob jeto de consideración científica, el trabajo pre-expresivo existía
co m o práctica privada de teoría.
T al práctica era hum ilde: n o só lo porque n o p odía todavía insertarse en un
cam po teórico capaz d e ennoblecerla co m o técnica ligada a una ciencia^ sino
tam bién p orq u e m iraba lo s a sp ectos m enos n o b les del arte del actor. E s decir,
n o atañía a la interpretación crítica del personaje ni a la particular fuerza expresiva
y creativa que hacía del actor u n artista, un creador, y no un sim ple ejecutor. Las
prácticas pre-expresivas del actor con stitu ían la co cin a d el arte. Es natura!, por
esto , que lo s actores hablaran p o co o n o hablasen en a b so lu to cu an d o explicaban
a los dem ás el trabajo propio. C om o arqueólogos, debem os excavar en los docum en
tos para encontrar huellas de algunas prácticas que pueden transform arse a su vez
en útiles instrum entos de trabajo para el actor. Se establece el cerco del conocim ien
to: desde el trabajo em pírico hasta los instrum entos teóricos, que ayudan a poner
en claro zon as p o co con ocid as de la h istoria de lo s actores, y si se quiere, p ue
den form ular n uevos p un tos de partida para la experim entación práctica.
L os ejem plos que siguen se refieren a actores que en ausencia de una tradición
bien co d ifica d a inventan una p rop ia técn ica personal pre-expresiva: una especie
de d anza oculta (oculta para el espectador) que hace viva su presencia escénica.
148
HISTORIOGRAFIA
Irving nace en 1838, muere en 1905. En 1930, Gordon Craig publicó un libro
sobre él {Henry Irving, Longmans, Green and Co., Nueva York, Toronto).
Craig consideraba a Irving como su maestro, ya que fue éste quien lo
introdujo a la exactitud del arte teatral. Quien le despejó el campo ante toda la falsa
contraposición o artifíciaüdad:
“ ¿Pero él era natural?” Siempre me han preguntado. Por supuesto que era
natural como la luz, pero no natura! como el mono [...)
Irving era natural, no obstante altamente artificial [. , .] Era artificia! como
parecen ciertas plantas artificiales [. . .] como una orquídea, como un cactus
exótico, y tan curiosamente compuesto como lo que nosotros solemos llamar
arquitectural; atractivo como son todas las cosas formadas.
Creo que no hay nadie que lo haya visto en la calle o en un cuarto, en su vida
privada, que negara que él caminaba perfectamente [...] lo hacía de una manera
correcta y natural pero sólo en la vida privada. Cuando se paraba a las orillas de
su teatro, en los ensayos, algo era agregado a la pared, una inconsciencia [...] Por
la noche, a Archer, quien excluía los ensayos, le fue entonces permitido entrar al
teatro por un par de horas, advirtiéndole que se sentara en un asiento al otro
lado de los reflectores, Archer frotándose las manos y llorando dijo; “¿Qué puedo
decir de su caminar? ¡No es caminar! ”
Mi querido viejo Archer, estuviste correcto por una vez. No era caminar. ¡Era
bailar!
La danza oculta de írving no le fue heredada de una tradición. También 1-2. El lenguaje enérgico del viejo Pantalón
Irving —como después hará Stanislavski— saca del texto las indicaciones para y Arlequín: particulares estampas del Recueil
construir su propia presencia. Pero a diferencia de Stanislavski no se preguntaba Fossard, un álbum de rarísimos grabados del
sobre el personaje: siglo XVI, todas referente a las máscaras de la
Commedia dell’Arte, escogidas por un tal señor
Fossard para Luis XIV. El Recueil Fossard per
No teniendo un lugar en el cual pudiera entrenar él mismo, Irving recurrió a lo maneció oculto hasta inicios de nuestro siglo
que muchos otros grandes actores ingleses hicieron: tomó a Shakespeare como su cuando Agne Beijer lo descubrió en los archivos
guía y maestro. no catalogados del Museo de Estocolmo y füe
publicado por primera vez en París en 1928 por
[...] Y Shakespeare le ayudó, porque en Shakespeare hay un gran y curioso ritmo, y la editorial de Pierre Louis Ducharíre, uno de los
fue esto lo que él capturó [. . -1 Irving había cogido los más difíciles ritmos shakes- primeros estudios históricos de la Commedia
perianos, y fue adaptándolos de la acción a la palabra [...] y esto vino a ser el dell’Arte.
HISTORIOGRAFIA
Cuando él vino al melodrama, a los Bells, The L yo n sM a il, o L u isX I, se dio cuenta
de que una mayor cantidad de danza sería necesaria para sostener estas piezas
y fue entonces que, sacando toda su habilidad, secó el piso con el rol y lo bailó
como demonio. Cuando fue Shakespeare con quien él estaba tratando, nueva
mente tuvo que secar los hermosos cristales de los paneles de la ventana. Sus
movimientos eran todos medidos. Siempre estaba contando: uno, dos, tres,
pausa, uno dos, un paso, otro, un alto, una vuelta de descanso, otro paso, un
ritmo. (Llamo ritmo, un pie, un paso, todo en uno, me gusta usar la palabra
“ paso” ), que constituía una de sus danzas. O sentado en una silla a la mesa
levantando un vaso, bebiendo y luego bajando su mano y el vaso, uno, dos, tres,
cuatro, suspenso un ligero paso con sus ojos, cinco, un par de pasos, dos sílabas
lentas, otro paso, dos sílabas más, y un segundo pasaje en su danza era hecho. Y
así a través de la pieza lo que fuera no había oportunidad de movimiento; no
dejaba ningún fina! suelto. Todo era cortado exactamente al principio y final, y
todo era unido por un ritmo inmensamente sutil, ritmo shakesperiano.
Am
HISTORIOGRAFIA
que puede dilatarse o restringirse en el espacio, que puede guiar el modo de caminar,
el impulso de la mano o el pequeño movimiento de los ojos o la forma de pronun
ciar una palabra destrozándola.
Mármol viviente
materia de su arte fue por el contrario clásica, premeditada en ios detalles, como
la obra de un escultor. El seleccionaba algunos fragmentos de las obras más famosas
que había de interpretar. Para cada bloque de frase, a veces para cada palabra
singular, diseñaba una figura, un ademán, en actitud de estatua, similar a los héroes
pintados por Jacques-Louis David. Vistos en su compañía, los diseños reproducidos
por Morrocchesiparecían ilustrar su actuación. En realidad, no eran en absoluto la
representación de la acción que el actor desarrollaba en escena, sino su radiografía
(il. 8). Basta pensar, de hecho, en la velocidad. El tiempo para decir una palabra,
un fragmento de verso, un bloque de frase es breve. El que quiere decir las dos, tres,
cuatro poses subsiguientes en una sola batuta del texto, son aislables sólo en
abstracto. Se presentan separadas sólo cuando la acción del actor es sobrepuesta a '■X
un examen analítico que la descompone en sus fragmentos, o cuando el actor
la compone detalle por detalle. Pero en el momento de la acción, las poses sencillas
desaparecen; es decir, aparecen ante el espectador como una acción única, a menudo
vertiginosa.
Quien lee el libro y mira las figuras es llevado a pensar que las diferentes
p o sicio n es son por lo tanto p a u sa s de la acción. No lo son. Se entiende porque
Morrocchesi puede parecer a los espectadores impetuoso y espontáneo, mientras
a sus ojos, en su visión mental, estaba siguiendo una composición (una danza)
basada en actitudes neoclásicas.
Los clichés aparecen ante el espectador como clichés; es decir como actitudes
convencionales, sólo cuando son reconocibles, cuando pueden ser distintos el uno
del otro. Paradójicamente: el actor parece artificial (en el sentido negativo de la
palabra) cuando usa pocos clichés. Si usa demasiados, se yuelve “ natural*’. In
numerables clichés construyen un canal a través del cual brota la energía, la vida.
También en este caso (un ejemplo entre muchos) el actor deduce del texto,
con una técnica personal, su propia danza oculta. También en este caso, establece
una línea de acción que no lleva cuenta del sentido de interpretación, sino sólo de
la eficacia de la presencia. De hecho es verdad que el actor se sirve de las palabras
para encontrar las diversas posiciones, los diferentes clichés, pero es también verdad
que éstos luego no sirven para representar las palabras y son quemados por la
velocidad de la acción.
Frente a actores que trabajan con técnicas personales de este tipo algunos
espectadores —como los poetas Musset y Lamartine— testificaron haber visto la
extraña experiencia de un “ mármol viviente” , de una estatua contradictoriamente
recorrida por el calor y el flujo déla vida. El actor, según las palabras de Craig, “ era
natural, no obstante altamente artificiar’.
Una historia fascinante y aún por escribir es aquella del terremoto silencioso
verificado en el espectáculo europeo con la separación del arte representativo del
arte de la danza (y del canto). La separación no era sólo en el plano de la teoría, sino
de la práctica.. Hasta finales del siglo XVII, jas danzas codiñcadas guiaban el
comportamiento del actor: el actor las oculta, el bailarín las exhibe. Un mismo saber
físico es la base del trabajo de uno y del otro (cfr. Nostalgia).
El maestro de baile quedará junto al actor también en los siglos sucesivos: a
menudo uno de sus maestros. Pero a partir del siglo XVIII sus enseñanzas sirven
para dar gracia y decoro a los movimientos. Son dirigidos más hacia la superficie
de la acción que a su íntima estructura.
152
HISTORIOGRAFIA
del R e c u d í F o ssa rd están caracterizados por gestos que dilatan las tensiones orgá
nicas, que muestran de manera enérgica las fuerzas que reguian un cuerpo en
movimiento. La dilatación del gesto da energía a la preseiicia escénica del actor, no
6-7. Arlequín y Pantalón; particulares graba sirve únicamente para construir una caricatura.
dos del RecmUFossard. El experimento de cam Todo esto es particularmente evidente en el personaje de Pantalón (ii. 5): es
biar la cabeza de Pantalón por la de Arlequín y un viejo, pero el actor compone su figura con gestos amplios y vigorosos. No imita,
de desnudar a Arlequín de su habitual copete
puede servir para descubrir que la prestancia físi por ejemplo, la forma de caminar de un viejo curvo, sino la reconstruye a través de
ca del viejo y el comportamiento trágico de Arle un contraste que transmite la idea del viejo sin reproducir la debilidad. La espina
quín no dependen del rostro sino de la actitud del está curva, pero no tanto como para volverse potente como un resorte comprimido.
cuerpo. Las posiciones de base de los actores que El paso es más amplio del normal, de manera que el equilibrio naturalmente precario
personifican al viejo Pantalón y Arlequín están
basadas en una impostación pre-expresiva del de un viejo es reconstruido a través de un desequilibrio que implica un exceso en
cuerpo que constrasta vivamente con los papeles. vez de una f a lta de energía.
154
HISTORIOGRAFIA
S7dR»f^4i* M.y^
Or¿ti «»rwiUi S i Arlr t*ttf I à i ilrifr Jttf«! m»Í ¿«nú
El Sistema de Stanislavski
F ran co R u ffin i
La palabra de Stanislavski
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HISTORIOGRAFIA
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HISTORIOGRAFIA
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HISTORIOGRAFIA
isaíiein**ífi*i-ií"
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HISTORIOGRAFIA
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12-15. Stanislavski con sus actores “ diletan
tes” en algunas escenas de Mikado, opereta de
W. S. Gilberty A. SulUvan (1887). Las posiciones
14
no recuerdan la imagen estereotipada del realis
mo que en general se asocia a Stanislavski. La
composición de las posiciones y los detalles
—véase ios equilibrios, las oposiciones— pertene
cen a la búsqueda de una vida que, ya sea para el
actor o para el espectador, deberá surgir cada
tarde como nueva y fresca. Estas imágenes
también están alejadas de la imitación de posi
ciones de los actores japoneses: Stanislavski en
esta época aún no había visto actores japoneses
y lo que puede parecer japonés son elementos de
*► y. I r t e /»Itaífí.S l D 3.S á r£ b
161
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HISTORIOGRAFIA
162
HISTORIOGRAFIA
- ^ 'm
Este era el b lan co del “ S istem a” , en sus infinitas variantes: hacer que el
actor, antes de representar y para dar sentido a su representación, estuviese real y
verdaderam ente sen tad o o d e p ie, orgánicam ente presente en ia escena.
i»....... I
r.'Ä .*' fe
163
HíSTORiOGRAFIA
Eugenio Barba
Para M eyerhold, la plástica — una palabra clave para él— es el dinam ism o
q u e caracteriza la inm ovilid ad y el m ov im ien to .
Es necesario un dibujo de m ovim ientos escénicos para volver perspicaz al
espectador.
Los gestos, las actitudes, las miradas, los silencios, establecen la verdad de las
relaciones humanas. Las palabras no dicen todo. Es menester entonces un dibujo
de movimientos escénicos para situar al espectador en la posición de observador
perspicaz. (. . .) Las palabras valen para el oído, la plástica para los ojos. La
fantasía del espectador trabaja bajo el impulso de dos impresiones: visual y
auditiva. La diferencia entre el viejo y el nuevo teatro consiste en el hecho de
que en este último la plástica y la palabra siguen cada una su propio ritmo, a
veces sin coincidir (1907).
E sto significa que el actor n o perm ite al propio cuerpo seguir el ritm o de las
palabras. L o que M eyerhold afirm aba en 1907 es que se debe rom per la sincrom'a
entre el ritm o vocal y el ritm o físico.
H asta entonces, al m enos en los escritos, el actor estaba considerado com o
una totalidad. Se creía que el im pulso para una tarea determ inada, es decir el trabajo
para desarrollar esta tarea, debía com prom eterlo en su totalidad. M eyerhold
HISTORIOGRAFIA
propone escindir esta totalidad. Durante el proceso de trabajo el actor puede separar
ios diferentes niveles. Trabajar independientemente sobre cada uno de estos niveles
j para después reintegrarlos en la fase final del resultado.
El actor puede proceder de este modo. Pero ¿por qué? La respuesta está en
otro texto de Meyerhold en el cual habla de
Esta descripción utiliza las mismas palabras del artículo del mismo Meyer
hold sobre el Don Juan. Sólo una expresión es diferente: la telaraña de los mo
vimientos. La danza como un “ dibujo” , como una “ telaraña” cuyos dinamis
mos no siguen aquellos de la vida cotidiana.
El Grotesco
¿Quién hace una telaraña? Una araña. No la construye por motivos estéticos
sino para capturar algo. Sin embargo Meyerhold dice explícitamente aquello que el
actor quiere atrapar en su “ telaraña” de movimientos, con su danza: los sentidos
del espectador.
165
HISTORIOGRAFIA
Y una vez más el primer lugar le pertenece ai actor, emanador de energía {1929).
En el método del grotesco se ocultan elementos de la danza, porque sólo por medio
de la danza el grotesco puede expresarse. (1912)
El actor en su acción debe ser capaz de crear una síntesis que contenga la
esencia de contrastes y esta síntesis debe producirse a través de la plástica, a través
de un dibujo de m ovim ientos escénicos que M eyerhold llam aba tam bién danza.
U na vez más: ¿Qué danza? Para intentar definirla M eyerhold d a com o
ejem p los a L oie Fuller y C haplin. C om ienza un viaje que es transculíural al
m ism o tiem po que intracultural, respecto a form as exóticas o respecto a épocas
dejadas de lado por la cultura contem poránea. C ita teatros orientales que jam ás ha
visto, com o el Kabuki, el N o ó la Opera de Pekín; vuelve al pasado del teatro
occidental, al Siglo de Oro y sobre tod o a la C om m edia delFArte.
E stam os en 1914. M eyerhold es director del Teatro Imperial, al m ism o
tiem po ha abierto un E studio para buscar junto,con sus alum nos las respuestas a su
vieja obsesión: ¿C óm o debe moverse el actor en escena? ¿C óm o debe incidir aquel
*‘dibujo de movimientos* *que anudan la relación actor-espectador a nivel sensorial
antes que el intelecto y la em otividad psicológica? El program a de su Estudio
com prende entre otras cosas la “ técnica del m ovim iento escénico” (danza, m úsica,
atletism o, esgrim a, lanzam iento de disco), los principios fundam entales de la
C om m edia delFArte, los procedim ientos tradicionales del teatro del siglo XVIII y
X ÍX , las convenciones del drama hindú y de los teatros japoneses-y chinos.
En 1922, luego de la revolución y la guerra civil, M eyerhold presenta los
últim os resultados de su investigación: la biom ecánica.
166
HISTORIOGRAFIA
iü l ?
HISTORIOGRAFÍA
La biomecánica
Meyerhold quería que nuestros gestos y ios pliegues de nuestros cuerpos siguiesen
dibujos precisos. Si la forma es justa, decía, también lo serán los tonos y ios senti
mientos, porque éstos están determinados por las posturas físicas. {...) Los ejercicios
biomecánicos no debían estar incluidos en los espectáculos. Su objetivo era dar
la sensación del movimiento consciente, de cómo moverse en el espacio escénico.
Los ejercicios biom ecánicos eran aproxim adam ente una docena, y se prac
ticaban cotidianam ente: un actor salta sobre el p ech o de o tro , lanza una piedra,
tira de un arco im aginario, da una cachetada a o tro , da una p uñalada, salta so
22. Las tres fases del dáctilo, el ejercicio que bre las espaldas de otro que com ienza a correr, co lo c a el cuerpo de un co m p a ñ e
da inicio a toda secuencia de biomecánica meyer-
holdiana. El actor está quieto en una posición de ro sobre sus espaldas. O incluso ejercicios aun m ás sim ples: tom ar la m an o de
base neutral (1): entonces aplaude dos veces y, otro, tirarle del brazo, em pujarlo.
puesto sobre un pie (2); estira la columna ver Se pueden advertir dos líneas de acción en estos ejercicios. La primera es el
tebral hacia arriba y hacia atrás. Nuevamente
aplaude y dobla la rodilla (3), mientras echa los OtkaZy la negación. Cada secuencia de las acciones debe iniciarse desde su opuesto:
brazos hacia atrás y apoya el peso en la pierna retroceder antes de avanzar para dar una cachetada. D e este m od o el ejercid o no
delantera. A menudo los ejercicios de biome era la ejecu ció n lineal d e una acció n , sino u n to rtu o so proceder en zigzag y
cánica eran acompañados por níüsica de un piano contra-im pulsos.
que daba el ritmo ‘^‘escénico” que el actor debía
respetar.
168
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{fíp£‘í>
Notas
170
D efaiíe (k> ¡a Cuiecíra! de R o d in (M useo de R o d in ,
R u m ),
A p ro p ó sito d e esta obra-R o d in declaró q n e p u ra ét
la ojiva era el elem ento esencial de la arquiteetu ra
gótica .)•que h a hia encontrado ett estas m a n o s ¡untas,
iu fo r m a eq u iva len te de la ojiva.
172
MANOS
173
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L a s m a n o s , so n id o p u ro o silencio
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17«
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E je m p lo s de teatro occidental
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í '/t a iá fr o a tm li'ú s la s e a i a id a de (a id ca ltiiafa de
O desa del fUm Kl iiconizudo PoU-inkíit de Idseasíein
(0 0 5 ).
... - ^ , 7 - ■■ "
MONTAJE
MONTAJE
Dos montajes
Eugenio Barba
Crear el drama
188
MONTAJE
Ínquíulnm irc
A B A B c
Frasi musicali
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vm IX X XI XII
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A, B, A, B.
10 11 I2 13 14 (5 t6 17
101
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dctor que trabaja sobre la base de una codificación o que fija improvisaciones como
“ tiras de comportamiento” sobre las que puede realizarse un trabajo de montaje.
Sólo sí existejün procesO'de.fíjación; ja ‘ 'restauración” , es decir un trabajo
de selección y dilatación, puedepxQducirse,..... 1 ........
— A'sírpor'^j'émpiÓ,'^^ los actores Kabuki se reúnen, aunque nunca hayan
representado el espectáculo (o la variante de espectáculo) que se disponen a inter
pretar, pueden utilizar “ materiales” ya preparados, procedentes de otros com
portamientos escénicos, y montados de nuevo. Yo mismo he podido ver a un
o m a g a ta , que jamás había representado un determinado papel, salir a escena
después de dos ensayos: había hecho un montaje con los materiales procedentes de
las acciones de los papeles que conocía.
Si las acciones de los actores pueden constituir algo parecido a tiras de película
que son ya el resultado de un montaje, es posible utilizar este montaje no como un
resultado, sino como material para un ulterior montaje.JEs^jn.general,Jalabo^
director, que puede entrelazar las acciones de varios actores en una sucesión por la
due una parece responder a la otra o en un desarrollo simultáneo, en que el sentido
de una y otra deriva directamente de su hallarse simultáneamente presentes.
PondremoS'Un ejemplo, un poco burdo como todoS los ejemplos, ya que
además vamos a servirnos de imágenes fijas (fotografías utilizadas como foto
gramas) para ilustrar un proceso cuyo sentido depende deí desarrollo de las acciones
en el espacio y en el tiempo, y de su ritmo. Pero aunque burdo, el ejemplo puede
ilustrar el nivel más elemental (gramatical) del ‘ ‘montaje del director”
Supongamos que tenemos, como punto de partida, un texto concreto: “ Y
que el árbol era bueno para comer, la mujer vio, y que era agradable a los ojos,
y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto y comió; y dio
también a su marido, el cual comió así como ella’ ’ (Génesis, 3,6).
También tenemos dos montajes de actor, dos secuencias de “comportamien
to restaurado” : una del actor Kosuke Nomura, la otra deEtienne Decroux.
19^
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que su mano hace visible una acción —^tragar— de lo contrario invisible); 11. (il. 13)
el hombre sonríe satisfecho después de haber saboreado la fruta.
El gran maestro Etienne Decroux muestra cómo se recoge un objeto del suelo
(una flor) según los principios del mimo. También él parte del lado opuesto al que
dirigirá la acción, primero con la mirada, luego con el actor (ils. 14-27).
Las dos secuencias brindadas por los dOs actores, a pesar de sus distintas
motivaciones, a pesar de sus distintos contextos de procedencia, pueden estar a su
vez una junto a otra. Obtendremos, así, una nueva secuencia cuyo significado
dependerá del nuevo contexto en el que esté integrada: el texto bíblico que, en
nuestro ejemplo, hemos elegido como punto de partida. En este caso no se tendrá
en cuenta, naturalmente, el sexo de los dos actores: nada impide, de hecho, que el
actor japonés Kosuke Nomura, se preste a intepreíar el papel de Eva.
Volvamos a recorrer las dos secuencias de los actores como si fuesen, ahora,
una única secuencia: Eva acaba de ceder a la tentación de la serpiente, coge el fruto,
lo prueba. Su reacción final es una sonrisa por el mundo que se descubre ante su
vista (il. 13).
Aquí falta una acción que podemos imaginar: Eva, tentando a su vez a Adán,
pone un fruto de la sabiduría en el suelo junto a él. Y vemos a Adán que mira de
lado, como si fuese vigilado por el ángel de Dios (il. 14). Inicia el movimiento para
coger la fruta partiendo del lado opuesto: el principio de la oposición puede leerse,
ahora, como una inicial reacción de rechazo. Luego Adán se agacha hasta el suelo,
recoge el fruto, se da la vuelta como para irse o para comer el fruto sin que le vean,
o porque se avergüenza de lo que ha hecho. O bien, una vez solo, va en busca de
E va(il.27).
Un montaje de esta clase sería posible porque los dos actores pueden repetir
perfectamente cada una de las acciones, con todos sus detalles. Por eso el director
puede crear una nueva relación entre las dos secuencias, puede extrapolarlas de
su primitivo contexto y crear ante ellas una dependencia distinta, relacionándolas
con un texto que es seguido fielmente. El texto bíblico, eri efecto, no dice có m o Eva
le dio la fruta a Adán, De esta forma, el director puede colmar el vacío visual del texto,
y las secuencias ya fijadas por los actores le permiten hallar una forma determinada
para colmarlo.
Algunos detalles de la acción pueden ser a su vez amplificados, hechos
todavía más dramáticos, in terpretados. Volvamos a nuestro ejemplo, a ios “ mate
riales*’ suministrados por los actores, sin añadirles nada nuevo.
Como las dos secuencias de los actores son ya el resultado de una “ restau
ración del comportamiento’’, como están perfectamente fijadas y por tanto pueden
ser tratadas com o dos tiras de película, el director puede entresacar de toda
la secuencia del actor algunos fragmentos y volver a montarlos enlazándolos
con los fragmentos procedentes déla secuencia del otro actor, procurando sólo que,
después dé los cortes y del nuevo montaje, haya una coherencia física y una sincrom'a
comportamental que permita pasar de un movimiento a otro de forma orgánica (la
secuencia fotográfica permite adivinar está coherencia).
Veamos el ejemplo de un nuevo montaje que enlaza fragmentos procedentes
de las secuencias, al principio autónomas e independientes, proporcionadas por los
14-27, Segundo montaje de acton Etienne actores (ils. 28-38).
Decroux en la secuencia B: cómo se recoge una
flor de manera extra-cotidiana en ei mimo.
MONTAJE
Si referimos este montaje a nuestro tema (Adán y Eva) éste sería el sentido
de la nueva acción, qüe se convierte en un momento particular del tema general:
(28) Adán mira incrédulo. . . (29) a Eva que coge la fruta prohibida y está a punto
de comérsela. (30) Adán “ habíamos prometido no comer de la fruta de este árbol”
(31) Eva persiste y acerca la fruta prohibida a la boca. (32) Adán: “ La espada de
Dios nos castigará” . (33) Eva se dispone a morder la fruta. (34) Adán: “ ¡No lo
hagas!” (35) Eva come la fruta prohibida. (36) Adán cae desplomado. . . (37) al
suelo, (38) mientras Eva es embriagada por la sabiduría.
El mismo montaje que hemos referido a la historia bíblica (ils. 28-38) puede
referirse, en realidad, a un montaje de E l P a d re de Strindberg: la mujer (también
en este caso el actor Kosuke Nomura desempeña un papel femenino) insinúa en el
Capitán (el marido) la sospecha de que su hija, en realidad, tenga otro padre:
el hombre es ridiculizado y zaherido. El director ha captado en los gestos de Kosuke
Nomura (originariamente una secuencia basada en coger una susina y comerla) la
alusión al adulterio y sobre todo a la imagen de la “ vagina dentada” que emascu
la y demuele al macho. Al final (il. 38), Laura: “ Es extraño, pero nunca he podido
mirar, a un hombre sin sentirme superior a él” {El P a d re, acto I, escena IX).
Vistas a la luz de su nuevo contexto, las acciones entrelazadas de los actores
deberán modificarse, habrá que cambiar pequeños detalles para hacerlos coheren
tes con el significado que han adquirido ahora las acciones. Sobre todo el ritmo y la
intensidad con que se imbrican las acciones, llevará a los materiales suministrados
por los actores, las dos tiras de comportamiento restaurado, no sólo a perder su vida
originaria, sino a adquirir una nueva.
El nivel que este montaje de “ fotogramas” ejemplifica a grandes rasgos, es
el elemental, gramatical; lo esencial —es decir el trabajo artístico— todavía no ha
llegado. Estamos frente a un cuerpo construido en frío, un cuerpo “ artificial” por
el que no fluye la vida. Pero este cuerpo artificial tiene ya en sí mismo todos los
circuitos por los que podrá fluir el b io s escénico (es decir la vida recreada en arte)
del teatro. Para que esto ocurra, es necesario que algo “ caliente” , que ya no puede
ser analizable ni atomizable, funda la obra de actores y director en un único todo
en el que ya no se distingan la acción de unos y el montaje del otro. Esta es la fase
del trabajo en la que ya no hay reglas. Las reglas sólo sirven para hacer posible el
acontecimiento, para crear las condiciones en las que la verdadera creación artística
pueda realizarse sin respetar límites ni principios.
En el montaje del director las acciones, para que sean dramáticas, deben
recibir otro valor que destruya el significado y las motivaciones por las que las
acciones habían sido compuestas por los actores. Y este nuevo valor es el que
lleva a las acéiones más allá del acto que éstas, en sí mismas, representan. Si camino,
camino y nada más; si me siento, ejecuto esta'acción y nada más. Si como, todo lo
que hago es comer. Si fumo, no hago más que fumar. Son actos que ilustran a sí
mismos, que se agotan en sí mismos.
Lo que hace trascender las acciones, y las arrastra más allá de su significado
ilustrativo, se deriva de la relación por la que son situadas en el contexto de una
situación. AI ponerlas en relación con otra cosa, se vuelven dramáticas.
Dramatizar una acción significa introducir un salto de tensión que la obliga
a desarrollarse hacia significados distintos de los originarios.
El montaje, en definitiva, es el arte de situar las acciones en un contexto que
28-38. Montaje del director: La nueva se las desvíe de su significado implícito.
cuencia obtenida sobre los montajes de los
actores A y B, y las posibles variantes de con
tenido; Génesis 3,6 y Strindberg, JBlPadre, acto
I, escena IX.
MONTAJE
197 lí
MONTAJE
198
/.Oí baUarines americanos Ruth Saint-Denis y Ted
Shawn en Fantasía baiinesa.
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NOSTALGIA
NOSTALGIA
N ic o la B avarese
“En cnanto a persona física, el actor posee Uiises lejos de Itaca no padecía nostalgia: este término en efecto, aunque
un cuerpo de sangre y huesoscuyo peso físico está integrado por palabras griegas (n ostos, retorno, y algos dolor) no fue inventado
controlado porfuerzasfísicas; posee experiencias
sensoriales de lo que sucede dentro y fuera de su hasta el siglo XVII por un médico holandés para definir aquella particular dolencia
cuerpo; y del mismo modo, sentimientos, deseos, que sufrían los que durante mucho tiempo se veían obligados a vivir lejos de la
aspiraciones; pero sin embargo como instrumen patria. En primer lugar en aquella época, los suizos que emigraban desde, sus
to artístico el bailarín consiste al menos para su
público —únicamente en lo que de él puede montañas en busca de un trabajo.
verse—. Sus propiedades y sus acciones son de Y nostalgia, hasta finales del siglo pasado, siguió siendo un término ex
finidas implícitamente por él cómo aparece y por clusivamente médico: salió de los libros de medicina para entrar en el léxico de los
qué lo hace. Un peso de cien kilos sobre la balanza
no será percibido por el público, si parece que estetas del decadentismo europeo con los matices de “ vaga aspiración“ y “ me
tiene la ligereza de una libélula; sus turbaciones lancolía” . Y con estos sutiles matices entró a formar parte del vocabulario común.
están limitadas a lo que aparece en sus gestos y en Aquí utilizaremos el término nostalgia en su sentido original —pasión por el
sus posturas”. (RudolphArnheim, Arteypresen-
retorno— y haremos una distinta y aguda nota del poeta italiano Niccoló Tommaseo
cia visual J
que en su célebre diccionario de la lengua italiana consideraba la nostalgia como un
‘‘noble privilegio de los países pobres’ ’. En este sentido la npstalgia era un carácter
de la actividad artística de principios de siglo y para el teatro en particular una útil
definición.
Un estudio de los actores del pasado o de actores de otras culturas, de sus
comportamientos escénicos y de sus técnicas, surgidas a principios de este siglo
cuando ios hombres de teatro emprendieron la búsqueda de nuevas formas de
lenguaje teatral y de una nueva identidad del tea tro frente a la aparición dé los
medios de comunicación de masas.
Actores, bailarínes, las nuevas figuras de los directores se dirigieron a ios
patrimonios histórica o geográficamente lejanos de la tradición precedente europea,
a patrimonios de cultura teatral que pudiesen constituir sólidas alternativas al teatro
ochocentista, que estuviesen en condiciones de garantizar importantes temas de
estrategia cultural, pero sobre todo, nuevos caminos, y más ricos, al lenguaje del
actor.
Así nacieron los mitos de la Cominedia dell’Arte, del antiguo teatro griego
y de los teatros orientales. ■ ^
Muy distintas entre sí, distantes en el tiempo y en el espacio, hasta el extremo
de parecer místicas y íegendárias, estas fuentes parecían simbolizar en la imaginación
de los artistas otras tantas ed a d es d e o ro del teatro, que, en un momento de grandes
transformaciones, no podían dejar de despertar nostalgia. No tanto el eterno deseo
de volver a los orígenes, sino más bien una búsqueda técnica del punto de partida:
no es úna indefinida nostalgia del infinito sino precisamente la investigación de lo
que no está determinado por los límites y por las limitaciones de la propia cultura.
La Commedia dell’Arte, el teatro griego antiguo y los teatros orientales,
junto a la forma más populares de espectáculo (desde el circo al cabaret) fueron
redescubiertos, estudiados, reinventados hasta convertirse en nuevas riquezas in
mensas de gran relieve en el circuito de las ideologías y las prácticas espectaculares:
su influencia en la evolución del moderno teatro occidental fue decisiva.
Estas formas de teatro tenían en común algunas características susceptibles
no sólo de oponerse a los cánones del teatro ochocentista y burgués, sino de aparecer
subversivas respecto a la tradición más reciente del lenguaje del actor. En primer
lugar el rechazo de un cierto naturalismo'amanerado en favor de una estética no
basada en la mimesis sino en un sistema de signos, en segundo lugar la supresión de
la barrera entre actor y espectador —la célebre cuarta p a re d — para nuevas
NOSTALGIA
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NOSTALGIA
202
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17. Fotografía ínédiía de Sakuntala de Kali
dasa dirigida por Grotowski en 1960. Fáe propia
mente ia investigación formal de una gestualidad
“ hindú’’; -;^se puéden observar en las manos de
los actores movimientos en una especie de mu-
dro (cfr. Manos)— lo que sugirió a Grotowski
la investigación por parte del actor de un train
ing específico y personal, 18
18. Jerzy Grotowski, durante su viaje a China
en el verano de 1962, encuentro én Shangai con el
doctor Ling, especialista de trabajo vocal en una
escuda para actores de la Ópera china. Gon los
viajes a China de Grotowski en el ’62 y de Barba
a la India en el ’63, se invirtió la tendencia dé los
hombres de teatro occidentales para proyectar.
sus visiones sobre las esporádicas toúrnées de ac
tores y,bailarines orientaíes y se pasó a utia fase
deesjudió sobre el área.
208
I,a haUarínajaponesa Katsuko Azuma.
"m;;
Fisiología y codificación
210
J S S j.
OJOS Y ROSTRO
2 B .
OJOS Y «OSTRO
: 212^
OJOS Y ROSTRO
Concreción de la mirada
<0^
OJOS V ROSTRO
214
OJOS Y ROSTRO
.21
OJOS Y ROSTRO
Mostrar que se ve
«Antiguamente, cuando el Kabuki,
como el resto del teatro occidental, tenía
una iluminación a base de velas y lámparas
de aceite, los actores recitaban en el esce
nario prácticamente en la oscuridad, si se
tiene en cuenta además que la sala se hallaba
enteramente iluminada, sin ningún efecto
del wagneriano golfo místico. Ocurría en
tonces, en el Kabuki, que un ayudante de
escena seguía al protagonista con una larga
caña en cuyo extremo, sobre un platito, se
hallaba colocada una vela. Dicho recurso
permitía iluminar constantemente el rostro
del actor y el área circundante (el busto y los
brazos), sin que por ello el ayudante entrase
en el campo visual del espectador. A pesar
de esta medida había que dar tiempo a!
público para que captase la expresión del
actor, al menos en los momentos crucia
les del drama: expresión que en la penumbra
del escenario no podía ser captada por un
púbjjcp a menudo ocupado en otras activi
dades, como comer, beber té, charlar. Ello
dio lugar al parecer a la costumbre de los
actores Kabuki de detenerse o mejor dicho
de cortar, como se dice en su jerga, un fnié,
literalmente mostrar. ¿Por qué cortar? La
postura del actor en el mié equivale a algo
así como a la inmovilización de una película
en el fotograma en que el actor muestra un
particular estado de tensión: de ahí el sen
tido de “corte” de la acción y de “ bloqueo”
en una inmovilidad que está viva; ya hemos
hablado de la energía, de una posición del
actor de la Opera de Pekín llamada s/mn-
toeng —detener la acción— que, con toda
probabilidad, se halla en el origen del mié
(cfr. Energía).
La realización del mié por parte del
actor se ha conservado hasta hoy a pesar de
la plena iluminación del escenario, y es una
de las características más espectaculares en
que el actor se exhibe, una especie de vir
tuosismo que el público comprende y
aprecia reconociendo en ello una plena co
rrespondencia con los grabados más fa
mosos de ios pintores japoneses. Pero ¿en
217
OJOS V ROSTRO
218
OJOS y ROSTRO
219
OJOS V ROSTRO
El rostro natural
A! poner de reüeve algunas capaci
dades innatas del hombre y del animal, el
etnólogo Eibi-Eibesfeidt señala que en los
movimientos de amenaza que tenemos en
común con los antropomorfos está el de
señalar los dientes, en particular los cani
nos; “aunque nuestros caninos superiores
no sean largos” . Esto significa que “el mó
dulo motor ha sobrevivido a la reducción
del órgano que antes se hacía resaltar” . Las
Utístraciones presentadas por Eibl-Eibesfeídí
las ha tomado de nosotros: se traía de un
mandril, de un actor Kabuki que “mima la
ira” y de una nina encolerizada (il. 27), El
etnólogo naturalmente subraya con el que
“mima la ira” la transformación de una
técnica cotidiana en una técnica extra
cotidiana: el actor Kabuki en efecto está
realizando un m/é.
“Enseñar los dientes” es una expre
sión tan significativa que ha pasado de la
fisiología al refranero; y todo el mundo sabe
que los ojos, los músculos faciales, la boca
e incluso las orejas {cuando enrojecen) son
elementos importantísimos para compren
der las intenciones y los sentimientos de los
seres vivos. Pero estas obvias considera
ciones no deben hacernos olvidar una ul
terior observación: cómo demuestra el actor
Kabuki que “ mima la ira” , basta que los
ojos y los músculos adopten una determi
nada posición para que automáticamente, y
con independencia de los sentimientos ex
perimentados por el actor, el espectador
advierta determinadas intenciones y senti
mientos. Es éste uno de los muchos aspectos
de la pre-expresividad conocida tanto por
actores orientales como occidentales: como
lo demuestran los cuadros áe El arte mímica
de A uherí (1910) y las máscaras de teatro N5
japonés (íls. 28-29). El rostro pasa a ser una
máscara y la máscara un rostro: aquí el
estudio no consiste en la psicología de los
sentimientos sino en la anatomía de las for
mas.
220
aA K iw aii
0 J0 8 Y ROSTRO
221
O JO S Y RO STRO
E l ro stro p in ta d o
222
OJOS Y ROSTRO
223
OJOS Y ROSTRO
224
OJOS Y ROSTRO
El rostro provisional
225
OJOS Y ROSTRO
226
OMISION
Fragmentación y reconstrucción
228
OMISION
K * * iS
¡a ;|ÍS B :¿
De necesidad, virtud
Representar la ausencia
231
OMISION
La virtud de ía omisión
'h^virtud de la omisión no idLXi sólo tn
el teatro sino también en las artes marciales
y en las artes figurativas, es la condición
necesaria para Uegar a una síntesis: ésta
refuerza la funcionalidad, en el caso de las
artes marciales, o el biosescénico, la presen
cia del actor en el caso del teatro.
Darío Fo, conocido por sus caracte
rísticas de actor-dramaturgo compone sus
personajes seleccionando atentamente de
terminadas acciones y reacciones físicas, o
incluso sólo fragmentos de acciones. Omite
por tanto todos los pasos de explicación y
comportamiento necesarios para entrelazar
estas acciones y fragmentos; es decir, opera
una síntesis dramatúrgica en la que él mismo
es el material, el instrumento y el autor
(ils. 12-17).
Probablemente sea algo más que una
coincidencia de la misma manera que las
tiras de dibujos sean el resultado meditado
de una elección realizada por el dibujante;
to stripm inglés significa también quitar a
trozos, y \sistrip, la tira, es por tanto, también,
el resultado dé una serie de omisiones y
cortes.
232
La h a iU ü in a a iè m a iìa M a r y W ì g m a n en
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OPOSICIONES
L a !ínea de la belleza
240
OPOSICIONES
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OPOSICIONES
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OPOSICIONES
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OPOSICIONES
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OPOSICIONES
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CONTRADICCION
47
246
PIES
M ic ro c o sm o s-m a c ro c o sm o s
248
PIES
249
PIES
D e puntas
250
PIES
251
PIES
252
PIES
253
PIES
254
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PIES
255
PIES
256
PIES
257
PIES
35a
258
vestida de príncipe (fo to dei
año de 1930).
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260
PRE-EXPRESIVIDAD
161
FKE-EXPRESIVIDAD
262
PRE-EXPRESIVIDAD
Silt-
264
PRE-EXPRESIVIDAD
265
PRE-EXPRESIVIDAD
267
PRE-EXPRESIVIDAD
268
PRE-EXPRESIVIDAD
El cuerpo ficticio
269
PRE-EXPRESIVIDAD
270
PRE-EXPRESIVÍDAD
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28
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272
PRE-EXPRESIVIDAD
273
y el pez. Otras artes marciales de Manipur,
una región al norte de ia india, como el
Thengou, el Takhousarol y el Mukna (este
último un arte de autodefensa aún muy
popular como deporta en los pueblos) in
fluenciaron las danzas tradicionales de esta
región que basan su estilo en la afinidad
entre Jas danzas m ongoles y los estilos clá
sicos de danza hindú descritos en el famoso
tratado de Natya-Shasíra (il. 36).
Observando por ultimo el teatro tra
dicional en China y Japón, como la Opera
de Pekín o el Kabuki, es aún mayor la im
presión de la íntima relación existente entre
las artes marciales y el espectáculo en Asia
ci du^Io, la lucha, incluso la batalla entre
tropas enteras, son no sólo la base del entre
namiento del actor sino verdaderos y estric
tos fragmentos de espectáculos en los que se
manifiestan, fundiéndose, el origen y el pre
sente de una elevadísima y refinada técnica
extra-cotidiana del cuerpo (il. 3 7 ).
276
PRE-EXPÏIESIVIDAD
277
PHE-EXPHESIVIDAD
278
PRE-EXPRESIViDAD
T'TO
PRE-EXPRESIVIDAD
28ft
Büüarín Chhaii de Purulta en el pape! de! gigame
Ravana.
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RESTAURACION
DEL
COMPORTAMIENTO
RESTAURACION DEL COMPORTAMIENTO
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RESTAURACION DEL COMPORTAMIENTO
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RESTAURACION DEL COMPORTAMIENTO
Bharata Natyam
284
RESTAURACION DEL COMPORTAMIENTO
El Chhau de Purulia
7«^
RESTAURACION OEL COMPORTAMIENTO
arrogante y poses plásticas. Las historias suelen estar sacadas de los poetas épicos
hindúes y de los Purana, y describen casi siempre duelos y batallas. Tamborile
ros de la casta Dom hacen sonar enormes tímpanos y largos tambores oblongos,
induciendo al paroxismo a los danzantes que hacen piruetas en el aire, gritan y
combaten entre sí. Entre los pueblos que concursan en la fiesta anual de Matha,
aldea dé montaña, existe una rivalidad feroz. Según Asutosh Bhattacharyya,
profesor de folklore y antropología en la Universidad de Calcuta, que desde 1961
se halla dedicado totalmente al Chhau, la región de Purulia está habitada por
muchas tribus aborígenes cuyas “ costumbres religiosas y fiestas sociales guar
dan muy poco parecido con las del hinduismo ( ...) Pero también es un hecho que
los M ura de Purulia son ardientes danzantes de Chhau. Sin poseer prácticamente
ninguna instrucción ni posición social, los miembros de esta comunidad han
ejercitado con la niáxima fidelidad, en algunos casos durante varias generaciones,
este arte básado en los episodios del Ramayana^ del Mahabharata y de la literatura
clásica hindú (. . .) A veces todo un pueblo, por pobre que sea, habitado
exclusivamente por los.Mura, sacrifica sus propios recursos ganados con esfuerzo
para organizar grupos de danza Chhau” .
Esto representa un problema para Bhattacharyya; “ El método seguido
actualmente en la danza Chhau no pudo haber sido elaborado por la población
aborigen que practica danza. Esta es en efecto la aprobación de una cultura más
elevada dotada de un agudo sentido estético” .
Plantea la hipóteris de que hayan podido ser los tamborileros, los Dom,
un grupo al margen de las castas, los que dieron origen al Chhau, porque
antiguamente los Dom eran “ una comunidad altamente sofisticada (. , .), va
lerosos soldados de la infantería de ios señores feudales locales” . Sin trabajo
cuando los ingleses pacificaron la región en el siglo X V III, poco diestros
en la agricultura ax au sa de lo que Bhattacharyya llam a la “ vanidad de su
pasada tradición guerrera” , fueron reducidos al estado presente de paria:
trabajadores del cuero, tamborileros. Pero su danza de guerra continúa viva en
el Chhau. En el Relato de Bhattacharyya se advierten distorsiones reveladoras.
Las poblaciones aborígenes no po s^n un sentido estético desarrollado, danzantes
de casta elevada son transformados en tamborileros de clase inferior después de
haber transmitido su danza de guerra porque eran demasiado orgullosos para
entregarse a la agricu ltu ra (y entonces ¿por qué no utilizaron las espadas
para robar la tierra y convertirse en propietarios agrícolas?).
El certamen anual de Matha no es una tradición antigua sino una fiesta
iniciada en 1967 por Bhattacharyya. Como él dice: “ En abril de 1961 visité un
pueblo del interior en el distrito de Purulia con un grupo de estudiantes de la
Universidad de Calcuta, y vi por primera vez una representación de danza
Chhau (, . ,) Encontré que esta danza tenía una estructura y un método
sumamente rígido que parecía muy bien conservado. Pero estaba en decaden
cia por falta de ayudas de todo tipo. Quise llamar la atención del mundo
exterior hacia esta nueva form a de danza’’.
Y lo hizo. Compañías de primeros bailarines de Chhau recorrieron Europa
en 1972, Australia y Norteamérica en 1975, e Irán. Bailaron en Nueva Delhi y
como se complace en repetir Bhattacharyya: “ Conseguí atraer la atención hacia
esta forma de danza de la Sangeet Natak Akademi (la agencia gubernativa creada
para promover y conservar las artes representantivas tradicionales). Enseguida se
mostró interesada y me invitó a dar representaciones de la danza en Nueva Delhi.
En junio de 1969 fui a Nueva Delhi con un equipo de 40 artistas de los pueblos
que salían por primera vez de la región de la que habían nacido. Se hicieron
representaciones en presencia de im portantes invitados hindúes y extranjeros
( ...) . Los espectáculos pudieron verse también en la televisión de Delhi. Sólo tres
286
RESTAURACION DEL COMPORTAMIENTO
años más tarde fueron transmitidos por la BBC de Londres y cinco años más tarde 5, Bailarín Chhau de Purulia. Nótese que
por la NBC de Nueva York” . viste el tipo de pantalón a fajas blancas, rojas y
negras, que el profesor Bhattacharyya ha esta
Obsérvese que Bhattacharyya habla de la danza como algo propio: “ me blecido como *‘traje de base" de la danza C hhau.
invitó a dar representaciones de la danza” . No es jactancia sino reconocimiento
de la situación: sin un promotor la gente de los pueblos no habría llegado a
ninguna parte. Y en esos tiempos un promotor más que dinero necesitaba otras
cosas; necesita conocimientos y voluntad para dedicarse a la forma que hay que
restaurar. El dinero lo pone el gobierno.
El Chhau de 1961 y el posterior es una creación en la que se combina lo que
Bhattacharyya ha encontrado y lo que se ha inventado. Como investigador de
antropología y folklore ha excavado en el pasado y ha construido una historia del
Chhau, y una técnica que más tarde se ha dedicado a restaurar con fidelidad. Su
fiesta anual en M atha coincide con las celebraciones de Chaitra Parva comunes
a la zona, y con motivo de las fiestas anuales del Chhau de Seraikella y Ma-
yurbhanj (formas afínes a la danza). Estas fiestas que antiguamente eran subven
cionadas por los Maharajás ahora están patrocinadas, con menor prodigalidad,
por el gobierno. En 1976 fui a Matha, Allí las danzas duran toda la noche
durante dos días. La gente de ios pueblos, llegada en ocasiones tras dos días
enteros de viaje, acampa en las inmediaciones. Uniendo varios charpai —ligeros
bastidores de camas hechos con cuerdas entrelazadas y madera— se construye un
teatro precario. Mujeres y niños miran y duermen, sentados y echados sobre los
charpai levantados hasta una altura de dos metros y medio y más. Hombres y
muchachos permanecen de pie en el suelo. Un pasillo estrecho conduce de la Zona
donde los actores se ponen los trajes y las máscaras al terreno de la danza, de
forma más o menos circular. Las compañías recorren el pasillo, se detienen, se
presentan, y luego con una pirueta se porten a bailar.
Toda la danza se hace con los pies descalzos sobre el suelo desnudo, del
que se han quitado las piedras más grandes pero que siempre es áspero y pe
dregoso , lleno de terrones levantados y arbustos. Me dio la impresión de un rodeo
en una ciudad olvidada. Antorchas y faroles de petróleo arrojan una luz llena de
sombras, los tambores ladran y rugen, los shenai (especie de clarinetes) lanzan
28?
RESTAURACION D E L COMPORTAMIENTO
estridentes sonidos, mientras las diferentes compañías van concursando una tras
otra. La mayoría de estas compañías está constituida por un número que va de
cinco a nueve bailarines. Algunas máscaras adornadas de plumas de pavo real se
elevan más de un metro por encima de las cabezas de los danzantes. La máscara
del Ravana de las diez cabezas mide más de un metro. Con estas máscaras los
danzantes realizan saltos mortales y piruetas en el aire. Las danzas son violentas,
bajo las máscaras de pasta de papel hace mucho calor —por ello las danzas no
duran más de diez minutos. Cada pueblo baila dos veces. No hay premios pero
sí competición, y todos saben quién danza bien y quién mal.
Y por si hubiera dudas, cada noche después de la sesión de danza, Bhat-
tacharyya hace la crítica de los espectáculos. Durante las danzas permanece
sentado ante una mesa: dos quinqués de petróleo hacen de su figura la más
iluminada del acontecimiento; Junto a él se encuentran sus ayudantes univer
sitarios. Durante toda la noche observa y escribe. Por la mañana todos los pueblos
se presentan ante él uno a uno. Pude escuchar lo que decía. Instaba a una
compañía a no utilizar elementos narrativos que no se encontrasen en los clásicos
hindúes. Reprendía a otro grupo porque no llevaba el traje de base regular con
faidita sobre las perneras adornadas con aros blancos, rojos y negros. Bhat-
tacharyya había elegido este traje de base de un pueblo, y lo había generalizado.
Cuando le pedí más explicaciones me contestó que los trajes elegidos por él
eran los más auténticos, los menos occidentalizados. En resum idas cuentas,
B hattacharyya supervisa todos los aspectos del Chhau de Purulia: el training,
los temas de las danzas, la música, los trajes, los pasos.
En enero de 1983 asistí a un espectáculo de Chhau “ no-Battacharyyano”
en una ciudad próxima a Calcuta. Pude ver enérgicamerité historias extraídas del
M ahabharata. Este mismo grupo de bailarines, en una exhibición ante un grupo
de artistas e intelectuales reunidos con ocasión de un congreso en Calcuta, cantó
una canción que Bhattacharyya hubiera desaprobado. Traducida, dice:
La gente del pueblo creía que en Inglaterra la ' ‘lengua nacional” era la
misma que en la India, el hindú. Problema: ¿hay que condenar el Chhau de este
pueblo, tan lleno de aspiraciones contemporáneas, como no “ clásico” ? ¿O bien
la mezcolanza sincrética de M ahabharata e Inglaterra debe ser aceptada como la
“ evolución natural” de la danza?
Bhattacharyya elige a individuos de diferentes pueblos para constituir las
compañías de primeras figuras que hacen giras. Hace ensayar a las compañías que
hacen giras y éstas, naturalmente, vuelven a sus pueblos de origen con mucha más
reputación. Las tournées, en realidad, han jugado un importante papel en el
Chhau. Se han formado tres “ compañías extranjeras” desde que se produjo la
primera tournée en 1972:19 personas fueron a Europa, 16 a Irán, l i a Australia
y Norteamérica. Como los extranjeros no están acostumbrados a permanecer
sentados durante nueve horas de danza, Bhattacharyya hizo un program a
de dos horas de duración. Y como pensaba que el pecho desnudo de los bailarines
masculinos no resultaba hermoso, diseñó una chaqueta basándose en un mo
delo antiguo. Estos dos cambios fueron norma al volver a Purulia.
RjESTAURAGIGN DEL COMPORTAMIENTO
Algunas veces los cambios son deseados por quien está dentro y no son
impuesto desde fuera. Uno de los documentales filmados más conocidos sobre el
espectáculo no occidental es Trance y danza en Bali de M. Mead y G. Bateson
(1938). Durante una proyección de este film en el Museo Americano de Historia
Natural de Nueva York, poco antes de morir, M. Mead refirió que cuando
preparaban el combate entre Rangda y Barong para filmarlo, el círculo del trance
de Pagutan decidió que a los extranjeros les gustaría ver a jóvenes mujeres entrar
en trancey apuñalarse el pecho con los kriss. Normalmente acostumbran hacerlo
sólo hombres y mujeres ancianas. En Bali en aquella época las mujeres solían ir
con el pecho desnudo, los pechos desnudos no comunicaban en Bali el mismo
significado erótico que en Nueva York. Pero por otra parte —yo diría para imitar
o al menos para no ofender a los extranjeros— durante la filmación las jóvenes
balinesas bailaron con el pecho cubierto.
Sin decir nada a M. Mead ni a Bateson, los hombres del círculo del trance
instruyeron a las jóvenes en las técnicas oportunas para entrar en trance; a las
mujeres se les ensenó incluso a manejar el kriss. Luego, los hombres del círculo
comunicaron con orgullo a los que hacían la película los cambios introduci
dos con motivo de la filmación especial. En la película no se menciona en
absoluto dichos cambios. En Trancey danza sale una vieja que, como dice la voz
del narrador, había anunciado que “ no iba a entrar en trance** pero que,
no obstante, es ‘‘inesperadamente” poseída. La cámara la sigue: está con el pecho
desnudo, en profundo trance, el kriss apunta con fuerza contra su propio
pecho. Luego lentamente, es sacada delTrance por un viejo. Hay un periodo de
tiempo durante el cual, sentada, cuando el drama ha terminado, sus manos siguen
ejecutando los movimientos de la danza.
Parece que los miembros del círculo del írance estaban indignados con esta
vieja porque sentían que su trance había echado a perder las elegancias estéticas
que habían estado preparando para los ojos —y los objetivos— extranjeros.
Sucedió que el équipe de M. Mead y Bateson encargado de la filmación prestó
mucha atención a esta vieja mujer: parecía, y era, una persona que entraba
6-7. Bailarines Chhau de Purulia: la riqueza
realmente en trance. Pero, desde el punto de vista estrictamente balinés, ¿qué es de ropas y adornos son también el resultado de
lo realmente “ auténtico” : las jóvenes preparadas por los propios baiineses o una "restauración del comportamiento” .
7RO
RESTAURACION DEL COMPORTAMIENTO
la vieja solitaria que hacía cosas tradicionales? ¿No existía en Bali una tradición
que modificara las cosas para los extranjeros? Es precisamente cuando los
cambios retroactúan sobre las formas tradicionales, convirtiéndose efectivamente
en esas formas, cuando se da una restauración de comportamiento.
290
¡ d e a s niu sica tes: ( I 9 M ) : d is e ñ o m e x i c a n o d e
lüsensteifi.
RITMO
RITMO
El tiempo inciso
«El actor o el bailarín es aquel que
sabe incidir el tiempo. Concretamente; es
culpe el tiempo en ritmo, dilatando o con
trastando sus acciones. El origen está en la
palabra griega rhytmos, del verbo rheo, fluir.
Ritmo significa literalmente “manera par
ticular de ñuir’’.
Durante un espectáculo el actor-
bailarín hace fluir sensorializando aquello
que cotidianamente experimenta de modo
abstracto: el tiempo medido por los relo
jes o calendarios. El ritmo materializa la
duración de una acción a través de una
línea de tensiones homogéneas o variadas.
Crea suspenso y expectativa. Se experimen
ta sensorialmente como una pulsación, una
proyección hacia algo que a menudo se
ignora, un Huir que se repite variando, una
continuidad que se niega. Incidiendo el
tiempo, el ritmo lo vuelve tiempo-en-vida.
El ritmo posee sus propias leyes: así
como no podemos disponer a nuestra vo
luntad las sílabas de una palabra o las notas
de un pentagrama, también existen suce
siones de duración que crean una sensación
del ritmo y otras, quizás las más numerosas,
que no lo producen.
Por ejemplo en algunas lenguas el
oído percibe una impresión rítmica cuando
las sílabas breves y las largas se suceden
según un cierto orden (una métrica), cuando
los acentos fuertes se alternan con partes sin
acento, cuando las inflexiones de la voz
destacan notas agudas sobre un fondo me
lódico más grave o cuando la materia sono
ra esta cortada por silencios más o menos
regulares.
Cuando se dice ritmo, se dice también
silencio o pausa. En efecto éstos son el tejido
fundamental sobre el cual se desarrolla el
ritmo. No hay ritmo si no se tiene conciencia
de ellos. Aquello que diferencia dos ritmos
no son los sonidos o movimientos produ
cidos sino el modo como se organiza el si
lencio o la pausa.
Existe un fluir que es una alternación
continua, variación, respiro, que proteje el
perfil individual, tónico, melódico de cada
acción. Hay otro fluir que es monótono y
se asemeja a la consistencia de la leche con-
densada. Este último en vez de mantener
292
RITMO
Jo-ha-kyu
295
RITMO
Movimientos biológicos y
micro-ritmos del cuerpo
296
RITMO
298
TECNICA
"Lút f l o r e s e l e s p í r i t u , la t é c n i c a e s la
s e m illa ” . (Z e a m i.)
E n la v id a c o tid ia n a u s a m o s n u e str o
c u e r p o d e m a n e ra su s ta n c ia im e n te d ife r e n te q u e
e n u n a s itu a c ió n d e ^^representación” . E n la v id a
c o tid ia n a u s a m o s u n a té c n ic a d e l c u e r p o q u e es
c o n d ic io n a d a p o r n u e s tr a c u ltu ra , n u e s tr o e s ta d o
s o c ia l o n u e stra p r o f e s ió n . P e r o en u n a situ a c ió n
d e “ r e p r e s e n ta c ió n ” e l u so d e l c u e r p o e s c o m
p le ta m e n te d ife r e n te . P o r lo ta n to e s n e c e sa rio
distin g u ir e n tre técn ica s c o tid ia n a s y técn ica s e x tr a
co tid ia n a s.
É l a n tr o p ó lo g o fr a n c é s M a r c e l M a u s s
h a b ló p o r p r i m e r a v e z d e la s “ té c n ic a s d e l
c u e r p o ” en u n a c o n fe re n c ia e n la S o c ie d a d d e
P s ic o lo g ía d e P a r ís e l 1 7 d e m a y o d e 193 4 . C ita
m o s a q u í a lg u n o s f r a g m e n to s d e l te x to d e M a u s s
p u b lic a d o en 1 9 3 6 en e l Journal de Psychoíogie
( X X X J I , n. 3 /4 ) .
Marcel Mauss
300
TECNICA
304
TECNICA
Consideraciones generales
25. Técnicas de reproducción; unión tántrica en
la India (siglo X d.C.). (. . .) Yo creo que la idea de la edu
26-29. Técnicas extra-cotidianas de la danza: cación de las razas, que se seleccionan en
pareja francesa a finales del siglo XIX, pareja ame vistas a un rendimiento determinado, es uno
ricana en los años treinta, danza de cosacos en Rusia, de los mom entos fundamentales de la
y danza de ios derviches en Turquía. propia historia: educación de la vista, edu
30. Técnicas de control y retención déla energía: cación de la marcha —^subir, bajar, correr— .
práctica taoísta {nei~kong) en un tratado chino deí Consiste sobre todo en la educación a
siglo XIX. Cada ejercicio conduce al control de la
sangre fría que es, en primer lugar, un meca
respiración.
31-32. Técnicas de control del cuerpo y del es nismo deretardamiento, de inhibición de los
píritu: dos posidones de hath a ~ yo g a . movimientos desordenados coordinados en
305
TECNICA
306
TECNICA
307
TECNICA
El grito mudo
AI final del tercer cuadro del drama
de Brecht Madre Coraje y sus hijos, los
soldados traen a escena el cadáver de
Sch^veizerkas, quienes sospechan que es el
hijo de Madre Coraje pero no están seguros.
Es necesario entonces que ella lo identifi
que. Según el texto de Brecht, cuando el
cuerpo del hijo le es puesto enfrente, Madre
Coraje mueve la cabeza dos veces y no lo
reconoce. Entonces los soldados se llevan el
cuerpo para sepultarlo en una fosa común.
Helene Weigel, la más grande intér
prete de las figuras femeninas de Brecht, al
representar esta escena se quedaba inmóvil
(il. 38): movía la cabeza en señal de negar y
cuando los soldados la obligaban a mirar
nuevamente negaba una segunda vez con
una mirada fija y ausente. Pero cuando el
cadáver era retirado entonces Weigel volvía
la cabeza hacia otra parte y abría la boca en
una forma de “grito mudo” (ils. 39 y 40).
George Steiner, que vio a Weigel en el
Berliner, cuenta: “Volvió la cabeza para
otro lado y abrió la boca con el misino gesto
del caballo aullador en la Guernica dé
Picasso. Vino un sonido crudo y terrífico,
inscriptible. Pero, én realidad, no era un
sonido. Nada. Era el sonido del silencio
absoluto. Un silencio que gritaba y gritaba
en todo el teatro, consíriñiendo al público
a inclinar la cabeza como bajo una ráfaga
de viento” (G. Steiner, Muerte de la trage
dia, 1961).
En fin he aquí la imagen de un espec
tador. Veamos ahora el mismo trabajo de
Weigel así como lo reconstruye un histo
riador del teatro: “ Weigel se encontró para
actuar rodeada de símbolos, con un carro
mitad carro de guerra y mitad bazar, sobre
un giratorio que significaba el mundo de
Coraje y que, en cada situación, la colocaba
en una posición diferente en el espacio. Logró
no hacerse aplastar por el contexto porque,
como actriz que trabajó con Piscator, sabía
que para guerrear con lo abstracto necesi
taba valorizar el físico del personaje, la [
creatividad del propio cuerpo en situación
pre-expresiva.
Se intentaba probar con un criterio
que Brecht habría luego generalizado en su
teatro de Ensemble; buscó recorrer nueva
mente toda la parte en bosquejos iníerpre-
308
TECNICA
309
TECNICA
310
dtiö
TECNICA
Sats
El sats hace que lo que se ve, lo que sucede, tenga tiempo de absorberse,
y al mismo tiempo se comprende que lo que ha sido el proceso ha tenido un
momento para absorberse en cuanto forma, forma en el sentido de shape. Pero
esto en las diferentes técnicas extra-cotidianas, en la situación de representación,
¿cómo puede estudiarse? Se observan diferencias entre los actores bailarines, los
actores japoneses y las distintas formas que constituyen el teatro hindú. Barba
ha tomado estas especializaciones de los actores orientales como punto de partida
para un análisis pragmático. Podríamos decir que cada uno de estos tipos de
representación en el teatro clásico oriental se refiere a una técnica cotidiana del
cuerpo, pero hay una base fisiológica que hace que lo que se observa sea válido
para todos nosotros.
Si se cambia la técnica del cuerpo, ésta cambia desde el punto de vista
social, pero sigue enraizada en la misma realidad biológica. En cualquier mo
dalidad de teatro oriental hay una especialización sumamente formalizada, muy
consciente, que es una técnica extra-cotidiana de amplificación, y esta técnica
particular tiene un campo de posibilidades muy delimitado. Por eso, si el fun 42. Dario Fo, Eugenio Barba y Jerzy Gro
cionamiento es el mismo para diferentes técnicas extra-cotidianas en situación towski en el ISTA de Volterra (1981).
TECNÍCA'
Logos y bios
312
t i actor fra n cés François-Joseph Taima O 763-
1826} en el papel de Hamlet.
Texto y escena
Franco Raffini
WA
TEXTO Y ESCENA
A la luz de lo que hemos dicho hasta ahora, una sucinta premisa para una
historia de los teatros podría sonar más o menos así. Existen, y han existido, una
cultura del texto y una cultura de la escena. Estas dos culturas han vivido (y viven)
con ritmos y formas distintas, avanzando paralelamente o a través de líneas
divergentes: a menudo ignorándose entre sí. Han “ contraído matrimonio" indi
vidualmente con otras culturas y en ocasiones, en precisas circunstancias histó
ricas, han “ contraído matrimonio" entre sí, dando origen a ios teatros. Entrelos
muchos y distintos matrimonios contraídos hay uno que, al margen de su impor
tancia objetiva, se ha impuesto en la reflexión historiográfica: el que se da entre
el texto re p e rto rio y la escen a académ ica (es decir la escena nacida en las Acade
mias y las cortes de la Italia renacentista) que dominará en Europa desde el siglo
XVII al XIX aproximadamente.
El resultado de esta relación es el conjunto bastante homogéneo que
podríamos denominar te a tro s d e tradición: es decir lo que generalmente está
considerado en Occidente como el teatro to u t co u rt.
Porque está claro que existen muchas formas de matrimonio, y el relativis
mo cultural, o simplemente la buena educación, nos impide decir que una forma
es a p r io r i mejor que las demás o, incluso, la única fórma sana respecto a las
demás, consideradas desviantes. Lo que hemos llamado el “ teatro-institución"
nos permite llevar un poco más lejos, aunque sólo en negativo, el análisis. A fin
de cuentas, ¿cuál es la “ poderosa razón" de su hegemonía? El supuesto fun
cionamiento “ fisiológico" de sus partners, que a su vez estaría basado en su
“ adherencia a la realidad” . Pero, realmente, ¿son tan sanos como parecen el
texto-repertorio y la escena académica?
Hablemos un momento del primero, anunciando desde ahora qiie cada una
de las próximas afirmaciones admite por lo menos una excepción. En el texto- divulgador de Shakespeare en Francia e Italia,
repertorio no existen personajes silenciosos, es decir personajes que, siendo que impuso al original numerosos cortes; aquí
importantes en la trama general y no teniendo impedimentos materiales para Taima aparece en un grabado de Ahthelme-
hablar, optan por callar. Hay otros personajes, en cambio, que se declaran Frangois Lagrenée. Dotado de una voz bellísima
y de buena presencia, Edwin Booth (1-833-1893)
silenciosos, es decir que hablan de su deseo de no hablar. En el texto repertorio interpretó H a m le t por cien veces consecutivas en
no hay personajes esquizofrénicos, disociadores; es decir que manifiesten con la temporada 1864-65; una excepción que le per
cretamente una contradicción entre el pensar y el hacer. Hay personajes que mitió ser el primer intérprete americano que
exponen, al hablar, las contradicciones a menudo lacerantes de su pensamiento obtuvo fama europea. Por último Tommaso Sal
vini ( 1829-1915), j unto con otro gran actor Ernes
y que, cada vez, actúan conforme a una directriz. En el texto repertorio no hay to Rossi, fue quien logró hacer gustar Shakespeare
simultaneidad de acción, es decir presencia de acciones diversas (y de igual a los italianos; aunque sus interpretaciones de
importancia) que ocurran en espacios diversos pero al mismo tiempo. Tampoco H a m le t al igual que las de O te lo , obtuvieron un
notable éxito en toda Europa.
TEXTO Y ESCENA
316
TEXTO Y ESCENA
Sobre la dramaturgia
me parece, en una acepción totalmente coincidente con la de la física. En física 8-9. Interpretaciones femeninas de! perso
trabajo no es sinónimo de energía. La energía expresa la capacidad de reali naje de H am let con Sarah Bernhardt (i!. 8) y
zar trabajo, y este último sólo es el resultado de una fuerza expresada en mo
Zinaida Raijch (il. 9). Según Alex Gladkov, Me
yerhold debió inaugurar el edificio teatral que
vimiento. En cierto sentido, el trabajo es la entidad intermedia entre la energía y había proyectado con H amlet con escenografía
el movimiento determinado por la fuerza, es la entidad que permite a la energía de Picasso y una mujer como intérprete, su actriz
modularse explícitamente. Zinaida Raijch (1894-1939).
La dramaturgia, en esta acepción, se configura por tanto como el filtro, el
canal a través del cual una energía se forma en m ovim iento. Quien realiza
el trabajo son las acciones. Tanto las acciones aristotélicamente entendidas, es
decir depositadas en el texto, como las acciones en sentido más director, las de los
actores, los accesorios, las luces, etc.; es decir, las depositadas en la escena.
Se puede por tanto afirmar, ya no metafóricamente, que existe una dra
maturgia del texto y una dramaturgia (de todos los componentes) de la escena. Y
existe una dramaturgia general que podríamos denominar dramaturgia del espec
táculo, en la que se entrelazan tanto las acciones del texto como las de la escena,
La dramaturgia, desde esta perspectiva, se presenta como la noción unifícadora
de texto y escena, además de cómo la noción permite formular en términos menos
vagos y alusivos lo que ha sido a menudo designado como la “ vida” , tanto la del
texto, como la de la escena o el espectáculo.
Pero volvamos al argumento principal. Trabajan tanto las acciones del
texto como las de la escena. La pregunta, entonces, es: ¿de dónde sale la energía
que permite el desarrollo de este trabajo?
Para responder a esta pregunta remitimos a lo sugerido más arriba sobre
la dialéctica texto-escena (pobre-rico) propia de cada uno de los dos términos
de la relación. En otras palabras, la energía (tanto del texto como de la escena)
está determinada justamente por la fricción, por la resistencia entre los términos
opuestos y complementarios de la dialéctica. Barba distingue dos tipos de ‘‘trama’’:
la co n ca ten ación y la sim u lta n eid a d . Podemos pues aportar un ulterior enri
quecimiento a la propuesta hasta ahora delineada, y que voy a resumir sin
tetizándola.
TEXTO y ESCENA
321
TEXTO Y ESCENA
y mar están visiblemente separados. ¿Qué es lo que produce este efecto óptico?
No la anulación de la diferen cia, sino tan sólo la anulación de la dista n cia .
Lo mismo puede decirse del trabajo del actor. En el momento de la
1 representación (y sólo en los mejores casos), aunque permanece la sustancial y
ción í vital diferencia entre rol y papel (entre texto y escena, entre rígido y variable)
mode
periai se anula su distancia. Los dos términos se componen, se adhieren uno a otro,
íicuia causando en el espectador el efecto óptico de una identidad. Pero aquí para
Hilar acercarse a la orilla es necesario ir detrás y ^ antes del escenario, un espacio que
alami
trales
los espectadores por convención y los estudiosos por pereza o por prejuicios se
laedic guardan de frecuentar.
puesta Todo lo dicho sobre el trabajo del actor, quiero repetirlo, no tiene ninguna
en e le pretensión de agotar ni siquiera de enfocar de forma definitiva su correspondien
Guinn
en el r( í 3. La versión de//am /eí de Ingmar Bergman te problemática. Pretende únicamente incorporar nuevos elementos que contri
Laure] (i 987), es una lectura en la cual la tragedia shakes- buyan a hacer más ciara, o sólo más verbalizable, la dialéctica global texto-escena.
periana es filtrada por Strindberg, el existen-
través (
cialismo francés y reelaboraciones cinematográ
impusí
a la ate ficas. En la foto los actores Peter Storm are,
(Hamlet), punnel Líndblaom (Gertrudis) y Boerge
Alistedt (Claudio)..
TI'»A
—
322
L a b a ila r in a b á lin e s a S w a s ii fV icljaja fía n c le m
en se ñ a a la h ija la s c o r re c ta s p o s ic io n e s d e la d a n z a .
: ■. L, ,f
fe tt.i:« "-'
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■■‘'■i-- «Es el primer día (leí rabajo el (|iie dcíermiiia el
senlido del propio camino c» el leaíro» (Eugenio
Barba).
TRllNING
TRAINING
Eugenio Barba
L o s c u a tr o te x to s q u e r e p r o d u c im o s a q u í El mito de la técnica
p r o v ie n e n r e s p e c tiv a m e n te d e : ’^Palabras o p r e
s e n c ia ’*, en Más aliá de las islas flotantes. C o i
E s c e n o lo g ía , G r u p o E d ito r ia l G a c e ta , 5. A , , M é
x ic o , 1986; un s e m in a r io s o b r e e l tra in in g e n la También nosotros ai principio de nuestra actividad creíamos en el ‘‘mito
U n iv e r s id a d d e L e c c e (Ita lia ), en F . T a v ia n i, II
libro deirOdin, F e ltrin elli, M ilá n , 1 9 7 5 , p . 2 2 8 ;
de la técnica” , algo que era posible adquirir, poseer, y que permitiría al actor
d e La búsqueda de los contrarios, en Más allá de doniinar y dirigir su propio cuerpo, ser consciente de él. Durante este periodo
las islas flotantes, o p . d i ; La energía del actor, practicábamos ejercicios para desarrollar la dilatación de los ojos y para aumentar
en '^ R e p e r to rio ” N o . 3, E s c e n o lo g ía -U n iv e rs i- su expresividad. Eran ejercicios que había recogido en la India del entrenamiento
d a d A u tó n o m a d e Q u e r é ta ro , M é x ic o , 1987.
de los actores Kathakali. La expresividad de los ojos es esencial en el Kathakali y
el control de su musculatura requiere años de duro entrenamiento de hasta varias
horas al día. Los numerosos matices tienen un significado muy preciso: la forma
de fruncir las cejas, la dirección de la mirada, el grado de cerrazón y abertura de
los párpados, codificados por la tradición, son en realidad conceptos e imágenes
inmediatamente comprensibles para el espectador.
Este control, en un actor occidental, no haría más que frenar las reacciones
orgánicas de la cara y transformaría su rostro en una máscara sin vida.
Como un crisol en el que se funden los metales más heterogéneos, así dentro
de mí en mis inicios pretendí hacer confluir las influencias más dispares, las
impresiones para mí más fecundas; el teatro oriental, los experimentos de la Gran
Reforma, la experiencia personal de mi estancia en Polonia con Grotowski.
Quería adaptar este ideal de perfección técnica también a aquel sector del trabajo
artístico que llamábamos composición, palabra llegada a nuestro teatro a través
de la terminología francesa, rusa y de Grotowski, Pensaba que la composición
era la capacidad del actor de crear signos, de modelar conscientemente su propio
cuerpo hasta una deformación rica en sugestividad y poder asociativo. El cuerpo
del actor como la piedra Rosetta y el espectador en el papel de Champollion, A
un nivel consciente, de frío cálculo, llegar a lo que es cálido y nos obliga a creer
con todos nuestros sentidos.
Pero a menudo sentía esta composición como algo impuesto, algo externo,
que funcionaba a un nivel teatral, pero que carecía de una fuerza trepanadora
capaz de perforar la costra de significados incluso demasiado evidentes. La
composición podía ser rica, impresionar, poner de relieve al actor, pero era como
un velo que me ocultaba algo que sentía dentro de mí, y no tenía el valor de
afrontar, de revelarme a mí mismo, o mejor dicho de revelar a los demás.
En el primer periodo de nuestra existencia todos los actores hacíamos
juntos los mismos ejercicios en un común ritmo colectivo. Luego nos fuimos dando
cuenta de que el ritmo es distinto para cada individuo. Algunos poseen un ritmo
vital más rápido, otro más lento. Empezamos a hablar de ritmo orgánico en el
sentido de variación, pulsación, como el de nuestro corazón, como muestra
nuestro cardiograma. Esta variación, continua aunque microscópica, revelaba la
existencia de una onda de reacciones orgánicas que implicaban a todo el cuerpo.
El entrenamiento sólo podía ser individual.
Esta fe en la técnica, especie de poder mágico que haría al actor invul
nerable, marcó la pauta también en el campo de la voz.
324
TRAINING
Al principio seguimos la praxis del teatro oriental. Simple imitación de i . Iben Nagel Rasmussen en una demostra
algunos determinados timbres de voz. Utilizando la terminología de Grotowski, ción del training inicial del Odin Teatret (ISTA
i. llamábamos “ resonadores” a los diferentes tonos de voz. En el entrenamiento
de Holstebro, 1986).
del teatro oriental el joven actor aprende mecánicamente papeles enteros con
todos sus matices vocales, timbres, entonación, exclamaciones, verdadero tejido
sonoro puesto a punto por la tradición y que el actor debe repetir exactamente
para ser apreciado por un público de entendidos. También nosotros, en frío,
empezamos a clasificar una serie de timbres, tonos, entonaciones, y los prac
ticábamos diariamente.
Este periodo de trabajo calculado, de puro tecnicismo pareció confirmar
que la hipótesis de un actor virtuoso era justa: los resultados obtenidos eran
interesantes.
325
TRAINING
Una etapa decisiva de nuestra experiencia fue cuando dije a cada uno de
los actores: sigan su propio camino, no hay ningún método, cada actor debe crear
el suyo propio. ¿Y qué fue lo que ocurrió? Que el trabajo de cada uno se hizo
mucho más fatigoso, sin puntos de apoyo, pero a la vez personal. Cada día,
algunos de mis compañeros se entrenaban durante largo tiempo, poniendo en ello
toda su persona, por más que sabían que no es el entrenamiento lo que da
seguridad, pero en cambio es la forma la que da coherencia a las propias
intenciones, porque si hemos decidido hacer teatro no podemos hacer otra cosa
que no sea teatro, pero a la vez, con toda nuestra energía e investigación, hacer
explotar los marcos de este teatro.
La presencia física
326
En el fondo, el sentido de un ejercicio estriba en realizar una acción precisa
que proyecte todas las energías en una determinada dirección, y —en pleno
proceso— dar otro impulso, otra descarga de energía que obligue al movimiento
a desviar su trayectoria, y a concluirse de forma igualmente precisa.
Sólo así se construye una serie de ejercicios que pueden aprenderse y
repetirse como al principio se repiten los vocablos de una lengua extranjera de
manera mecánica. Luego serán absorbidos, empezarán a “ presentarse solos” ;
entonces el actor podrá escoger. También con muy pocos ejercicios puede hacer
un largo training. En efecto, no sólo los ejercicios pueden ser repetidos en distinto
orden, sino que también pueden ser ejecutados con un ritmo distinto, hacia
distintas direcciones, en clave extrovertida o introvertida, poniendo el acento en
una u otra fase del ejercicio. Una vez más; exactamente igual que con el lenguaje
hablado, el significado de una frase no se desprende únicamente de su cons
trucción sintáctica, sino también de la acentuación, del tono con que una frase
subraye determinadas palabras.
También en el training los acentos son los que determinan las distintas
lógicas de una misma cadena de ejercicios, lo que permite que se pueda repetir el
mismo ejercicio de muchas maneras distintas.
¿Cuál es, entonces, el valor del ejercicio, una vez que el actor consigue
dominarlo? De nada sirve repetirlo, porque ya no constituye una resistencia que
hay que superar, Entonces entra en juego el otro sentido de la palabra ‘‘ejercicio ’’:
poner a prueba. Se ponen a prueba las propias energías. Durante el training, el
actor puede modelar, medir, hacer estallar y controlar las propias energías,
dejarlas ir y jugar con ellas, como algo incandescente que, sin embargo, sabe
manejar con fría precisión.
A través de los ejercicios del training el actor pone a prueba su capaci
dad de alcanzar una condición de presencia física total, la condición que
más tarde deberá encontrar en el mom ento creativo de la im provisación y
el espectáculo, ( . . . )
Es esencial transmitir las propias experiencias a los demás, aun a riesgo de
crear epígonos que por excesivo respeto repitan sólo lo que han aprendido. Es
natural que alguien empiece por repetir algo que no es suyo, que no pertenece a
su historia ni deriva de su investigación. Ese será el punto de, partida que le
permitirá ir distanciándose. Boulez escribió en una ocasión que lo que permite el
crecimiento cultural y artístico son las relaciones entre un mal padre y un mal hijo.
Ser un bu en padre por una parte y un buen hijo respetuoso por otra, es un riesgo
que hay que correr. La ausencia de relaciones entre “ padre” e “ hijo” es mucha.
Influenciar ai alumno sería —según una opinión común— negativo. Los signos
de la influencia revelarían una relación malsana. Pero con esta forma de razonar
no se llega a ninguna parte; todos estamos influenciados por alguien. El problema
reside en la carga de energía que se pone en juego en la relación: si la influencia
es tan fuerte permite ir muy lejos, si es débil no produce más que un pequeño
desplazamiento o una marcha sin moverse del sitio.
El periodo de la vulnerabUidad
Los primeros días de trabajo dejan una huella indeleble. El actor en sus
primeros días de aprendizaje tiene la riqueza de todas sus potencialidades:
comienza a elegir, a eliminar algunas para potenciar otras. Puede enriquecer su
2. Roberta Carter i y Juiia Variey durante el
training en el Odin Teatret en los años 1982-84,
TRAINING
E s te te x to d e B ic h a r á S c h e c h n e r e s f r a g m e n t o
d e u n a c o n fe re n c ia p ro n u n c ia d a en T o r o n to , C a
E l train in g en u n a p ersp ectiva intercultural
n a d á , en 1981: d e s a rr o lla d a p o s te r io r m e n te , s e h a
c o n v e r tid o e n u n e n s a y o titu la d o “ T h e p e r f o r
m e r : tra in in g in terc'u U u ra lly“ p u b lic a d o en Be Richard Schechner
tween Theatre and Anthropology (U n iv e r s ity o f
P e n n s y lv a n ia P r e s s , 1985).
¿Para qué sirve eí training? Creo que cumple funciones que no siempre
existen por separado sino que suelen superponerse. En Norteamérica adiestramos
performersfaLXdL que puedan interpretar textos dramáticos. Esta es una necesidad
cultural euro-americana. Para interpretar una variedad de textos de diferentes
épocas en distintos estilos se requierenp e rfo r m e r s flexibles, personas que puedan
representar hoy H a m le t, mañana G o g o , y W illie L o m a n pasado mañana. Hacer
training significa que el p e r fo r m e r n o es el autor originario ni el responsable del
arreglo del texto. Es su transmisor. Y el transmisor tiene que ser lo más trans
parente, lo más claro posible.
La segunda función del training es la de hacer del p e r fo r m e r alguien que
transmita un “ performance text” . El p e rfo rm a n c e te x t es todo un proceso con
múltiples canales de comunicación creado por el acto espectacular. En algunas
culturas, en Bali y Japón por ejemplo, la noción p e rfo rm a n c e te x t es muy clara.
El drama Nó, no existe como un conjunto de palabras que luego serán inter
pretadas por actores. El drama Nó existe como un conjunto de palabras que están
inextricablemente entrelazadas con música, gestos, danza, métodos de repre
sentación y vestuario. Debe verse el N ò, no como la realización de un texto escrito,
sino como un total p e rfo rm a n c e te x t en el que hay partes en donde dominan los
componentes no verbales.
Los p e rfo rm a n c e t e x t —Nó, Kathakali en India, el ballet clásico— existen
com o redes de comportamiento más que com o comunicaciones no verbales.
Es imposible traducir p e rfo rm a n c e te x is t n textos escritos. Todos los intentos de
*‘notación” sólo pueden conseguirse en parte. El training para la transmisión del
p e rfo rm a n c e te x t es fundamentalmente distinto del training para la interpre
tación de textos dramáticos. ( . . . )
La tercera función del training —no demasiado conocida por la cultura
euro-americana pero muy conocida en la América primitiva, en Japón y otros
lugares— es la preservación de un saber secreto. Los métodos de representación
son inestimables y pertenecen a específicas familias o grupos que custodian
escrupulosamente sus secretos. Ser elegidos para el training significa tener accesos
al saber esotérico, eficaz, bien custodiado. Esto da poder al espectador. El
training es conocimiento, el conocimiento es poder. El training es unirse al
pasado, a los demás mundos de la realidad, al futuro. Y para una persona tener
acceso al saber-espectáculo es a la vez un privilegio especial y un riesgo peligroso.
No es objeto de publicidad, no se ofrece a la venta en las escuelas ni es libremente
escrito en los libros.
Esta es la vía del trabajo de los chamanes. Para éstos, el saber-espectáculo
no se refiere simplemente a cómo entretener, aunque esto no signifique denigrar
el entrenamiento, sino que va más allá del entrenamiento para alcanzar el corazón
de la cultura. El chamán es un p e r fo r m e r cnyet personalidad y tareas le llevan al
límite o al margen, pero cuyo saber le coloca en el centro. Hay siempre una tensión
terrible entre lo centrífugo y lo centrípeto. ^ ÌF ilo c te te s de Sófocles es una especie
de chamán, para utilizar su arco la sociedad debe soportar sus fétidas heridas.
Estas primeras dos funciones del training —la interpretación de textos
dramáticos y la transmisión de p e rfo rm a n c e te x is— pueden ser abstraídas y
codificadas. Pero la tercera —el aprendizaje de los secretos— sólo puede ser
adquirida de individuo a individuo. Es un proceso muy íntimo.
TRAINING
4. I n te r p r e ta c ió n d e u n te x to d r a m á tic o :
M a r a t-S a d e de Peter Weiss bajo la dirección de
Peter Brook (1964).
5. T ra n sm isió n d e u n " p e rfo rm a n c e t e x t ” : el
maestro balines I Made Pasek Tempo enseña a su
hija un fragmento de danza.
6. T ra n sm isió n d e se c re to s: página manus
crita de Zeami sobre cómo interpretar un tipo
femenino. Escritos en el siglo XV, los tratados de
Zeami permanecieron secretos hasta principios
de nuestro siglo.
7. A u to -ex p re sió n : training ‘Aplástico" (19?i)
de Ryszard Cieslak, uno de los actores más re
presentativos del Teatro Laboratorio de Gro-
íowski. Con él está Tage Lársen a inicios de sú
carrera en el Odin Teatret.
8. F o rm a c ió n d e g ru p o : training de Robería
Carreri en eí Odin Teatret (1974).
- I 'l l
TRAINING
Nicola Bavarese
Consideraciones de base
<nceurmr Cf>higher, 1eÍ4> I arb« loui ehu. porranr l<\ pK-íí « ni> r, I I>v i c que m ,i>»Jrj ^^ ei n ayJc^f rcuirtri
Ertriib^utoumidin.inf w i f FrictA|0»nc, Pour ;iirIpoñrrr(Oinpht'f eobltaairecouquede | tif* {ttutK'paviVUaff*.
Ic veut tfñícp<ii4umjtmertjmí*ffi^í, ttt0ypl%nl*»oídqu'^uOvís, I Hnel\\.b.utcs,etviviu«'j»^ttvS>¿\v)<HvItvoHti,
$t yiCtcq^ue ioyiu,t k l mimt ne ehcrmtic. N y j!'lírtr> j«a m ,(ao u tíC tg ío lÍÍ2 b rih ', | Q » ; í ’^ JHVÉsíViuncHrietL'frOír&U<íja* nq
10
Naturalmente, una implicación tan profunda y los resultados délos actores
del laboratorio de Grotowski, aseguran una amplia resonancia a las técnicas y al
training del actor; pero el conocimiento no directo y los fenómenos de difusión
centran la atención más bien sobre la forma del training que sobre sus contenidos.
Fue así como nació el mito del training y los ejercicios físicos, especialmente entre
ios grupos teatrales espontáneos y autodidactas; parecían ser la llave irreem
plazable para el acceso al arte del actor. Lo que también puede ser cierto si se
entiende el training en sus aspectos más profundos.
El gran problema del training es que todavía hoy, muchos piensan que son
los ejercicios quienes permiten avanzar ai actor: mientras que los ejercicios
son sólo una parte aparente, visible, de numerosos aspectos, de un proceso
unitario e indivisible. Es la atmósfera de trabajo, son las relaciones entre colegas,
la intensidad, la forma en que se crea toda la actividad de la situación o del grupo,
lo que determina la calidad del entrenamiento. Como afirma Barba: *'Es la
tem p era tu ra d e l p r o c e s o y no tanto el ejercicio en sí, lo decisivo” .
Estos descubrimientos constituyeron las primeras experiencias del Odin
Teatret en el periodo 1964-1966: fueron los años en los que el entrenamiento físico
se cristjalízó en el Teatr Laboratorium de Grotowski, en Polonia; y en el Odin 9-10. Actores sobre las manos : saltímbanQUis
Teatret, en Dinamarca. Desde ahí se extendería lentamente hacia distintos puntos: japoneses en una estampa de fines del siglo XíX
y Arlequín en un grabado de la colección R e c u e il
F o s s a r d (cfr. Historiografía).
TRAINING
Modelos de ejercidos
Acrobacia
334
m sm ii
TRAINING
i
If
335
TRAINING
TRAINING
337
TRAINING
340
La actriz italiana E leonora D use (1SS8- / 924) en u n a
caricatura d e O U tf G ulbransson.
VISIONES
1
VISIONES
Ferdinando Taviani
1.-
y teórica sobre el teatro es que en este, más que en otros campos, se tropieza
continuamente con ei juego.de la realidad y las apariencias.
Muchas de las ideas más difundidas y aparentemente más obvias sobre el
teatro y sobre la historia son, en efecto, el resultado de una inversión óptica.
Una de estas ideas podría ser resumida así: “ E1 mejor teatro es aquel en el
que se realiza una íntima unión entre actor y espectador, en el qüe uno y otro
llegan a sentir de la misma forma, o en ei que uno consigue transmitir al otro,
hasta ei fondo, lo que piensa y lo qiíe,experimenta” . Un corolario: “ Para hacer
buen teatro, hay que tener cosas interesantes que decir y saberlas hacer enten
der a los espectadores” . O bien: “ Hay que saber sentir profundamente y ser
capaces de transmitir la conmoción al espectador” .
'; Estas ideas no son transformadas y corregidas por la otra idea según la cual
la fuerza del teatro consiste en la ficción y en la conciencia de la ficción: la ficción
aceptada y consciente parece ser el medio para realizar esa unión entre actor y
espectador , esa perfecta comunicación emotiva, racional, artística, que según el
se«r/ífo común es la base de todo gran teatro.
Creo que el buen sentido demuestra exactamente lo contrario: es la diver
gencia, la no conciencia o incluso la mutua inconsciencia entre visión del actor y
visión del espectador lo que hace del arte teatral un arte, y no una imitación o una
réplica de lo ya conocido. Sería posible demostrar que precisarnente aquellos
momentos exaltantes que han dado pie a fabulaciones sobre instantes de comu
nión entre actor y espectador soh,.en cambio, momentos en los que, a.pesar de
un profundo vínculo, hay una enorme distancia entre la visión dé uno y las
visiones de los otros. En el gran teatro o ■—sencillamente— en el teatro que
funciona, actores y espectadores convergen en torno á un único espectáculo
que será tanto más rico, para unos y para otros^ cuanto más consiga unirles sin
obligarlos a consentir. . ^
En fin, no es por amor a la paradoja, sino sencilíamente por buen sentido
que habría que reconocer, que entender un espectáculo no quiere decir única
mente ver lo que sus autores (actores, directores, dramaturgo, etc.) han puesto en
éí. Y que entenderlo profundamente no es descubrir lo que ha sido profundamente
escondido allí. Es hacer descubrimientos a través de un recorrido cuidadosa
mente estudiado.
Esto equivale a decir que hacer entender un espectáculo no es proyectar
descubrimientos, sino trazar, proyectar los'diques a través de los que va a nave
gar ei espectador, su atención, y por tanto hacer crecer sobre todos esos diques
urta vida pormenorizada, multiforme, imprevista, en la que el espectador podrá
sumergir profundamente la mirada y hacer 5«.?descubrimientos.
^342
VISIONES
'lá'i.
VISIONES
tamientos cotidianos son reproducidos e hinchados. Son ios gestos de todos los
días, la etiqueta de la educación normal, readaptada a la escena y reproducida
con gracia. Los espectadores pertenecen a la clase social cuyas normas educadas
reproducen los actores pn su comportamiento escénico.
Todo espectador comprende perfectamente el significado de cada gesto del
actor. Todo actor sabe ser perfectamente transparente para los espectadores.
Wells representa todo esto como un original ejemplo de degradación. A pesar de
su indignación, el pobre crítico dramático siente que ios gestos de los actores son
pegajosos, descubre en su propia persona, se da cuenta de que como “ ellos’’ —i6s
actores— suspiran como él, también él empieza a suspirar como “ ellos” , es decir
enfatizando ligeramente su cotidiana forma de comportarse. Pronuncia deter
minadas frases como “ ellos” las pronuncian. Se mueve como “ ellos” . A pesar
de la ambientación realista del cuento, su trama es típica de muchas historias de
ciencia ficción: se trata de la captura de un hombre por parte de un pueblo
de “ recitadores” .
Un gran amigo de Wells, Joseph Conrad, escribía a Edward Gameti, en
marzo de 1908: “ Siento un horror morboso por el teatro. Y va en aumento. No
saber decidirse a entrar en el lugar de las infamias. No es horror a los dramas: es
horror a la representación” .
Tanto el sentido del cuento de Wells como las afirmaciones de Conrad
parecen paradójicas. Y sin embargo^ reflejan de forma clara, incisiva, casi en
estado puro y en una visión personal, una idea que recorre toda la historia del
teatro, ya sea en forma negativa (es la base sobre la que se levanta la idea
preconcebida de la infamia dei actor), ya sea en forma positiva, como estética.
En la base de toda reflexión estética sobre el teatro ¿no está acaso —implícita o
explícita— la inquietud por el horror que puede ser„.el teatro, aunque el hombre
se limite a ser una reproducción del hombre?
3.— Las imágenes del actor que encontramos en Diderot o Artaud, las
visiones de Stanislavski, Craig o Brecht, de Meyerhold o de Grotowski, y sobre
todo las realizaciones de los grandes actores y los grandes bailarines, muestran
que el arte del teatro es siempre mimesis que consigue exteriorizarse. Es éste un
caso particular del desfase y la divergencia más general entre la visión del actor y
la del espectador. Si esta condición general, de la que se deriva la vida del teatro,
permanece casi siempre a la sombra, mientras ha aparecido más evidente en el
campo particular dei trabajo del actor, ello se debe a la diferencia de los problemas
que en uno u otro caso se plantean. Por lo que se refiere al actor, el problema
parece ser puramente estético, de estilo, por lo que si se aleja de una pura y simple
reproducción completamente reconocible, no es aquel h o m b re p a r e c id o a l
h o m b re que es significado de lo que hace el actor, sino simplemente es su arte, su
capacidad de atraer ia atención del espectador, de fascinarle.
En cambio, a ios niveles más generales del espectáculo, todo parece indicar
que si se acepta la idea de una distancia entre la visión del espectador y la visión
de quienes han construido el espectáculo, el significado de este último se ve
amenazado. Y en torno al significado de un espectáculo circulan numerosos
equívocos. No son graves cuando se examina a p o s te r io r i el fenómeno teatral. En
cambio pueden ser gravísimos cuando se contempla a p r io r i desde el punto de
vista de los productores de teatro y del proceso artístico.
344
VISIONES
una obra “ tenga” o ‘‘no tenga” , posea o no un significado. En este caso, hay que
ser conscientes de que las cosas o los signos no tienen un significado, pero p u e d e n
rem itirse^ una. gama de significados. El problema, entonces, será establecer hasta
dónde se puede llegar al acordar entre sí los significados que p u e d e ten er para los
que van a ser sus espectadores.
Acostumbrados a aplicar el modelo de la comunicación lingüística a todo
tipo de comunicación, solemos no conceder demasiada importancia ai hecho de
que un signo puede ser tan sólo para quien lo ve, y puede ser visto por algunos
como signo y por otros no. En la lengua, una palabra es entendida como palabra
por todos los que hablan la misma lengua. Es más: con una cierta aproximación
una palabra —un signo— es entendida incluso por quien no conoce la lengua,
pero comprende que aquel sonido d e b e significar algo, aunque no sabe qué. No
es necesario subrayar, por tanto, que una palabra es un signo “ para alguien” :
lo es en efecto, prácticamente para todos, y no es muy distinto decir que es
umversalmente considerada como un signo, o decir simplemente que lo es en sí
misma. Pero el caso es muy distinto en las situaciones que no son lingüísticas en
sentido estricto. Un espectáculo teatral comunica algo a los espectadores a través
de distintos y complejos sistemas de signos, es cierto, pero un signo no es tal en sí
mismo: es algo que p u e d e llegar a serlo. No sólo es algo que “ está en lugar de
cualquier otra cosa” y que por tanto le da un significado. Es algo —dice Charles
S. Peirce, el fundador de la moderna semiología— ‘‘que a los ojos de alguien está
en lugar de otra cosa” . “ A los ojos de alguien” es la forma en la que Umberto
Eco traduce el original “ to somebody” .
Cada cosa pues, puede ser considerada como cosa o como signo: esta
última afirmación es de Bonaventura Bagnoregio, en el siglo XIII. Todos sabemos
que en determinadas condiciones, en el caso por ejemplo de una fuerte tensión
espiritual o en caso de ansiedad, o en la exaltación, empezamos a considerar las
cosas que nos rodean o que suceden como “ signos” . Pero no creemos que sean
signos a los ojos de los demás. Si uno deja de tener conciencia de que una
determinada cosa es un signo p a r a é l y empieza a pensar que es un signo en s i
m ismOt deja de ser ecuánime y se vuelve supersticioso o delirante.
En el campo teatral: es una superstición pensar que todo lo que pueda
convertirse en “ signos” para el espectador y que por tanto pueda remitirse a
determinados significados corresponde a los mismos significados desde la pers
pectiva de los actores y los demás autores del espectáculo.
Es una superstición, por tanto, pensar que los distintos elementos del
espectáculo, que pueden convertirse en “ signos” , deban ser elaborados en vistas
a la correspondencia entre los significados que pueden poseer para ios espec
tadores y los significados que poseen para los autores del espectáculo.
Esta correspondencia prevista y programada es ciertamente necesaria para
todo lo que constituye ia piel del espectáculo: la superficie de los significados
elementales, las zonas de las convenciones. Pero no es verdad respecto a lo
esencial: la vida multiforme de detalles, de “ cosas” , que transforman la repre
sentación en arte. A este nivel, las reacciones de los espectadores, las elecciones
que llevan a cabo al considerar una cosa como c o sa o c o m o sig n o , so n tal vez
imaginables, pero no previsibles. Por eso el proceso de quien hace crecer el
espectáculo no puede orientarse demasiado sobre la visión del espectador y
debe por tan to poseer sus propias e independientes visiones.
345
VISIONES
346
VISIONES
7.— Hay quien piensa que para construir un espectáculo que diga cosas
interesantes hay que “ tener algo interesante que decir” . 7-8. Los e s p e c ta d o r e s p ro te sta n : L u c h a p o r
Así en lugar de ocuparse de cosas “ materiales” —lo que para el actor un ¡u garen uti teatro inglés de principios del siglo
XiX (grabado satírico de 1821) y el público de la
podría ser el trabajo pre-expresivo sobre el comportamiento extra-cotidiano-^ se Comedie Fra?aise la noche del estreno de Her~
dedican a una investigación profunda y espiritual, que debería introducirles en n a n i de Víctor Hugo (pintura de A. Besnard,
1830).
una situación creativa.
347
VISIONES
Es como esta historia: entre una población que vive en un terreno árido
algunos dirigen su atención a la tierra, a las piedras y al cemento para hacer diques
y cisternas, oíros no tienen nada en que concentrarse que no sea la lluvia, y hacen
las danzas de la lluvia.
Las cosas interesantes, ‘^el pensamiento difíciF’ del que a veces el teatro
hace gala frente al espectador, no se tienen, no se poseen, sino que llegan, s e d eja n
p a sa r, por decirlo así, más al término que ai principio de un proceso de trabajo
que se prepara para recibirlos. Responden a una ecología del pensamiento que el
pensamiento programado no sabe o no puede dominar. En el teatro, como hemos
dicho, la situación es más delicada y frágil, la conciencia debe ser más aguda,
porque la ecología del pensamiento concierne a las mentes de varios individuos
reunidos.
El problema, por tanto, es el proceso de trabajo, no la proyección de la
forma en la que será terminado. En otras palabras: la solución del problema de
las cosas interesantes que decir del “ pensamiento difícil” , no consiste en la
búsqueda de cosas interesantes o pensamientos difíciles.
El bloqueo del proceso artístico procedente de la ilusión de que pueda ser
regulado y orientado desde su significado final es aún menos racional si tenemos
en cuenta que todo lo que sucede en un contexto teatral puede en cualquier
momento transformarse en signo a los ojos del espectador,'
Muchas anécdotas teatrales recuerdan lo que a menudo ha experimentado
quien acostumbra frecuentar ios teatros cuando están silenciosos y vacíos de
espectadores: si por casualidad aparecen algunas personas sobre el escenario, si
miran en torno suyo, sí además hablan, parece que tiene lugar una representación,
parece que aquellas acciones tienen una presencia que las transforma de coti
L
dianas en extraordinarias, teatrales, justamente espectaculares, Max Frisch, al
relatar un episodio parecido ocurrido en los primeros años de la posguerra en un
teatro en el que se ensayaba una obra de teatro suya (lo cuenta en £ ¡ d ia rio d e
a n tep a z, 1950), dice que en la base de aquella impresión está el proscenio y la
embocadura. Estos —dice Max Frisch— funcionan como un marco, parecen de
cir: “ Mira aquí: encontrarás algo que vale la pena observar, algo que ni d azar
ni el tiempo consiguen cambiar. Aquí, el sig n ifica d o q u e du ra , no son las flores
9-10. Los espectadores vistos por el actor: el que languidecen, sino la imagen de las flores, el símbolo tangible” . El proscenio
hueco en el teldn francés de principios del siglo y la embocadura constituyen los ejemplos más fáciles de aquellos artificios tea
XVIII (grabado de Charles Coypeí de 1726) y en trales que determinan la capacidad de los espectadores por encontrar en lo que
un teatro Kabuki de la misma época (estampa del
pintor Ippitsusai Suncho de 1770). ven “ significados que duren” ; es decir, para transformar co sa s en sig n o s a su s
VISIONES
349
VISIONES
tador aparece con evidencia, esta separación, que siempre ha sido ignorada o
negada por la ideología teatral, genera escándalo o asombro.
Generó escándalo cuando se manifestó en el trabajo de Stanislavski.
Todavía hoy se cuentan anécdotas que debieron representar la “ extravagancia”
o la “ manía” del gran maestro de teatro ruso: se referían a casos en los que
Stanislavski introducía en sus espectáculos detalles que ningún espectador podía
ver, objetos preciosos tan diminutos o tan escondidos que sólo el actor que los
manejaba podía apreciarlos. Se cuenta que hizo representar por un actor, entre
bastidores, a un personaje del que se hablaba constantemente en una determinada
obra, aunque jamás aparecía en escena.
Para el Iv a n o v de Chejov, que tiene algunas escenas importantes basadas
en un diálogo entre los personajes que están en una galería y una mujer que se
asoma por la ventana de la casa, Stanislavski hizo construir entre bastidores sólo
para la actriz que tenía que representar asomada a la ventana, la sección de una
habitación.
Es extraño que episodios de este tipo hagan todavía sonreír: por lo pronto
se sigue creyendo que el teatro es el fruto de una visión con un solo ojo, y tiene
en su centro sólo el ojó del espectador. Y no obstante, las “ locuras” de Stanislavski
son el signo de una profunda racionalidad que aún no ha sido del todo asimilada
por la ciencia teatral.
Un último ejemplo; el training.
El training del actor suele ser considerado de forma reductiva: como el
signo de la profesionaiidad del actor (se entrena todos los días, como un gimnasta Í2
o un pianista), o bien como un signo de su compromiso ético (hace cada día sus
ejercicios). N o se valora suficientemente que el training sea —o pueda ser— un
factor de independencia del actor con respecto al director. Independencia de la
continuidad de su trabajo respecto a la discontinuidad de los espectáculos suce
sivos, pero también independencia de los espectadores. Cuando existe de forma
continuada, el training sirve para introducir al actor o al aspirante en la profesión
teatral. Más que eso: le integra en una tradición, ya sea amplia o limitada a la
historia de un grupo restringido. Después de .algún tiempo, esta función del
training cesa. Algunos actores siguen practicándolo, transformándolo continua
mente; es decir adentrándose por nuevos caminos, que no tienen nada que ver con
el continuo perfeccionamiento del virtuosismo. En este caso ¿cuál es la función
del training, cuando éste no sirve para integrar al actor a una profesión?
Creo que permite al actor no estar completamente integrado, delimitar un área
de trabajo desligada de las exigencias de los espectáculos y los espectadores.
Esta inversión del training como instrumento para la integración en ins
trumento para lo no-integración, sirve como transformación de una práctica que
parece siempre igual; el trabajo para satisfacer las exigencias de los espectáculos
se convierte en trabajo para no someterse a las exigencias de los espectácu
los, como ejemplo de una profunda corriente que tiende a salvaguardar la energía
del teatro a través de la distinción de las dos visiones.
351
VISIONES
V
r
el que un actor no pueda vivir en forma solitaria sus visiones sin por ello instaurar
algún tipo de vínculo con el espectador.
Podríamos decir que en los casos del espectador y el actor “ autárquico” ;
es decir en los casos en los que entre las dos visiones no hay una dinámica
distinción, sino una inerte separación, el terreno de encuentro entre actores y
espectadores es un mutuo desprecio, que puede ser razonado con indiferencia,
complejo de superioridad, complejo de inferioridad o rencor.
Y se podría añadir que la dialéctica viviente entre las dos visiones está
basada en el respeto recíproco, e incluso: en el interés por mantener un tirante
14 que una a actores y espectadores, sin por ello obligarles a la unanimidad. Esto,
sin embrgo, sería sólo un argumento moral; creo sin embargo, que existen m
argumentos más fríos y más sólidos.
La vida de un espectáculo se mueve a través de una compleja red de vasos
capilares, profundamente n ecesarios p a ta los actores y por ello capaces de asumir
el carácter de sig n o para los espectadores. Estos sig n o s podrán suscitar en los
espectadores significados no necesariamente preestablecidos. Existe un equilibrio
entre un primer nivel en el que se ha buscado el acuerdo entre los significados para
los actores y los significados para los espectadores, entre la zona en la que la
claridad de la comunicación es esencial, y la zona subyacente donde las dos
15 visiones pueden en cambio separarse, determinando la profundidad del campo
artístico y cultural puesto en juego por el espectáculo, lo cual no significa sin
embargo que haya una casual y arbitraria lluvia de significados.
La dinámica que he intentado describir en abstracto (pero que constituye
la materia del mismo teatro) determina que en el paso del trabajo de los actores
a la comprensión de los espectadores se desarrolle u n a p e r ip e c ia d e la s in te n
cio n es y lo s s e n tid o s (‘^sentidos’* como “ significados’’, pero también como “ lo
que se siente” ).
Es precisamente la peripecia lo que hace del teatro un organismo vivo.y no
una reproducción de la realidad externa, y ni siquiera rito en el que hay un
consenso, sino un laboratorio^ donde —dado un punto de partida conocido— se
desarrolla un itinerario mental no predeterminado.
Madame de Stael representaba en síntesis esta situación cuando recordaba
16 su actitud como espectadora ante un espectáculo visto en Alemania: por un lado
conocía el texto de iá obra, conocía y reconocía el argumento; por otro
lado algunos detalles, algunas cosas que hacían los actores se ofrecían a sus ojos
como signos que había que escrutar, cuyo significado no estaba establecido por
la convención, hasta el punto de tener que observar lo que pasaba en el
escenario con la misma curiosidad y el mismo deseo de saber con el que se
observa el imprevisible fluir de los aconteceres de la vida. ’
Es un laboratorio que ya no desempeña sus funciones, puro monumento
de sí mismo, ese teatro, que Madame de Stael contrapone al espectáculo alemán,
en el que todo aparece previsible, codificado y perfectamente descodificable por
el espectador.
Pero sería igualmente un laboratorio muerto, en ruinas, el teatro que se
dejase seducir por la superstición inversa y especulara aquella que cree que las
visiones de los actores deben tender a determinar siempre análogas visiones de
los espectadores: la superstición según la cual todo lo qpe tiene sentido para el
actor mágicamente adquiere sentido para los espectadores.
Es ésta una actitud igualmente destructiva para el arte, que podríamos
definir como una valoración nihilista del problema de la concordancia entre
actores y espectadores. La independencia de la visión del actor respecto a la del
espectador no puede estar en función de un distanciamiento, sino —como hemos
dicho— de uñ contacto más fuerte. Sólo puede desarrollar su libertad en con
comitancia con una constricción igualmente fuerte. ËI
352 IL
VISIONES
Un ejemplo para ilustrar este aspecto del problema, útil para resumir en
imágenes muchos de los temas inherentes a las dos visiones, puede propor
cionárnoslo el test de Rorschach, con el que terminaremos este artículo.
Cuando se quiere indicar algo carente de significado y por tanto abierto a
todos los significados que pueden proyectarse en él, se recurre al ejemplo de las
nubes en el cielo (como en una famosa escena de Hamlet)^ o las manchas en la
pared (de las que todos, como Leonardo da Vinci, imaginamos, fantaseando
cuadros y figuras), o bien se recurre al ejemplo de las manchas del test de
Rorschach. Pero entre ios dos primeros ejemplos y el tercero hay una enorme
diferencia: la que existe entre el arbitrio y la libertad, entre la ensoñación y la
fantasía. En el primero de los dos casos, todo el trabajo está del lado del que mira,
el cual se sirve de algo casual para sumergirse en una reverte. En el otro caso, no
hay lugar para ninguna forma de revene^ la atención es atraída hacia un punto
fijo: es la fantasía, es decir algo concreto, consecuente, tenso, lo que se pone en
movimiento.
Ello ocurre porque, frente a las cosas llamadas “ manchas” del test de
Rorschach, el que mira no está abandonado a sí mismo, su “ trabajo” de prestar
una interpretación a la mancha que tiene delante dialoga y entronca con un
trabajo precedente largo y preciso, que ha predispuesto para la atención del
observador, diques formalmente bien concebidos.
En su libro sobre P sico d ia g n ó stica (1821), Hermann Rorschach explica el
método empleado para preparar los materiales de su test, basado en la libre
interpretación de las manchas. Lo que Rorschach ha pretendido es exactamente
lo contrario de la casualidad. La casualidad estaba sólo en el punto de partida y
permitía no recurrir a signos cuyos significados hubiesen sido preliminarmente
establecidos. Por lo demás, todo debía obedecer a una lógica rigurosa, tanto más
rigurosa cuanto que era independiente de toda consideración sobre el sentido que
la “ mancha” podría asumir en la visión del observador.
En primer lugar, ía hoja sobre la que se había hecho una mancha era
doblada en dos, de forma que la imagen se duplicase. Al adquirir una simetría
especular, el producto del azar adquiría una cierta “ necesidad” . Como saben los
actores, si un error, si un hecho ocurrido incidentalmente en el curso de la
representación es repetido inmediatamente, parece lógico y adquiere enseguida
un sentido a los ojos de los espectadores.
En segundo lugar, entre todas las figuras obtenidas con las manchas dobla
das sobre sí mismas, Rorschach y sus colaboradores operaron una elección:
«eliminaron todas las imágenes que estaban distribuidas en el espacio de forma
inarmónica y que no respondiesen “ a determinadas condiciones de ritmo espa
cial” . Sin respetar estas condiciones, escribe Rorschach, «el cuadro no tiene
potencia plástica y muchos observadores rechazan las imágenes diciendo que son
“ simples manchas” sin querer interpretarlas».
Es curioso que la traducción francesa de la obra de Rorschach utilice, para
lo que comúnmente se cita como una “ mancha informe” el término tablean ,
como si quisiera subrayar qué poco ha influido en él la casualidad y cuánto el
artificio.
Después de haber elegido las imágenes que respondían a determinadas
condiciones de ritmo espacial, Rorschach eligió una serie de diez imágenes cada
una de las cuales, además de tener su propio ritmo interno, se integraba en un
ritmo general determinado por la secuencia. Se trató de un verdadero “ montaje”
establecido a través de muchas pruebas: relación entre imágenes en blanco y negro
e imágenes en color, alternancia de imágenes fáciles de interpretar con imágenes
difíciles, entre imágenes que apelan a una interpretación basada en los detalles o
en la forma global, en los espacios marcados por la tinta o en los intersticios 14-16. Láminas V, VÍI y IX átl& P sychodiag-
blancos. nostic de Rorschach
VISIONES
354
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A n a to m ía , Nicola Savarese, 14
E n e rg ía
Kung-fu, 84
A n tr o p o lo g ía teatral
Koshi, ki-hai, bayu, 87
A n tr o p o lo g ía te a tra l, Eugenio Animus-áníma, 89
Barba, 18 Keras y manis, 93
Principios similares y espectáculos Lasya y tandava, 94
diferentes, 18 Santal, tres cuerpos del actor, 96
Lokadharmi y natyadharmi, 19 Tamé, 98
El equilibrio en acción, 21 Energía en el espacio y en el tiempo, 99
La danza de las oposiciones, 23 Freno de ritmos, 100
Las virtudes de la omisión, 26 Presencia del actor, 104
Intermezzo, 27
Un cuerpo decidido, 30 E q u ilib rio
Un cuerpo ficticio, 31 Equilibrio extra-cotidiano, 106
Un millón de velas, 33 Equilibrio de lujo, 107
Técnica extra-cotidiana: búsqueda de
A p re n d iza je una nueva postura, 108
A p re n d iz a je : ejem plos occidentales, Generalidades sobre el equilibrio, i 10
Fabrizio Cruciani, 38 Equilibrio en acción, 112
Los padres fundadores y el teatro Acero y algodón, 113
pedagógico a principios de siglo, 38 ¿Por qué el actor aspira a un equilibrio
Proceso creativo, escuela de teatro y de lujo? ¿Qué significa para el
cultura teatral, 39 espectador la alteración del equilibrio
Pedagogía del autor, 42 en el actor?, 116
A p re n d iz a je : ejem plo o rie n ta l, Equilibrio e imaginación, 118
Rosemary Jeanes Aníze, 46 La danza ignorada de Brechí, 122
Gurú: el que dispersa las sombras, 46
El gurú como padre, preceptor Eq u iva le n c ia n1
reverenciado, 47 El arte como equivalencia, 128
Gurú-Kula; estudio en la casa del gurú, Arquero y arco tensado, 131
49 Dhanu: tiro con arco en la danza hindú
Gurú-daksina; regalos y retribuciones, deOdissi, 132
50 Cómo se dispara una flecha en el teatro
Ekalavya: discípulo extraordinario, 50 Kyogen japonés, 134
Gurú-sisya-parampara, 51 Tirar con el arco, 136
iU
Henry Irving al microscopio, 149 La virtud de la omisión, 232
Mármol viviente, 151 Oposiciones
Bajo el traje de Arlequín, 152 La dialéctica del teatro, 234
El Sistema de Stanislavski, Franco La línea de la belleza, 240
Ruffini, 156 Tribhangi o tres arcos, 241
La palabra de Stanislavski, 156 La prueba de la sombra, 244
**La más simple condición humana” : el
cuerpo-mente orgánico, 156 Pies
La mente propone exigencias; la Microcosmos-macrocosmos, 248
vivencia, 157 De puntas, 250
El cuerpo responde adecuadamente: la La gramática de los pies, 254
personificación, 158 Pre-expresividad
Cuerpo-mente orgánico, personaje,
papel, 160 La totalidad y sus niveles de
Condiciones de sentido y nivel organización, 260
pre-expresivo, 162 Técnica de inculíuración y técnica de
aculturación, 264
Meyerhold: el grotesco, es decir la
Codificación entre Oriente y Occidente,
biomecánica, Eugenio Barba^ 164 266
Una plástica que no corresponde a las El cuerpo ficticio, 269
palabras, 164 Las artes marciales y la teatralidad en
El grotesco, 165 Oriente, 272
Artes marciales y teatralidad en
Manos Occidente, 276
Manos que hablan, 172 La arquitectura del cuerpo, 278
Las manos, sonido puro o silencio, 174 La pre-interpretación del espectador,
Cómo inventar las manos en 279
movimiento, 176
India; manos y significado, 178 Restauración del comportamiento
Las manos y la Opera de Pekín, 180 Restauración del comportamiento,
Las manos y la danza balinesa, 181 Richard Schechner, 282
Las manos y el teatro japonés, 182 Bharata Natyam, 284
Las manos y el ballet clásico, 183 El Chhau de Purulia, 285
Ejemplos de teatro occidental, 184 Trance y danza en Bali, 289
Montaje Ritmo
Dos montajes, Eugenio Barba, 188 El tiempo inciso, 292
Crear el drama, 188 Jo-ha-kyu, 295
Montaje del actor, 189 Movimientos biológicos y micro-ritmos
Montaje del director, 192 del cuerpo, 296
Primer montaje de actor, 192 Meyerhold; la esencialidad del ritmo,
Segundo montaje de actor, 194 297
Montaje del director, 196
Técnica
Nostalgia Las técnicas del cuerpo, Marcel
Nostalgia o pasión por el retorno, Mauss, 300
Nicola Bavarese, 200 Nociones de técnicas del cuerpo, 300
Enumeración biográfica de las técnicas
Ojos y rostro del cuerpo, 300
Fisiología y codificación, 210 Consideraciones generales, 305
Concreción de la mirada, 213 La espina dorsal; el timón de la energía,
La acción de ver (ojos y columna 306
vertebral), 214 El grito mudo, 308
Mostrar que se ve, 216 Leyes pragmáticas, Jerzy Grotowski,
El rostro natural, 220 310
El rostro pintado, 222 Sats, 311
El rostro provisional, 225 Logosybios, 312
Training Visiones
Training: del “ aprender” a “ aprender Visiones: del actor y el espectador,
a aprender” , Eugenio B arba, 324 Ferdinando Taviani, 342
EI mito de ia tècnica, 324
Una etapa decisiva, 326 Bibliografía
La presencia física, 326 ISTA-Theatre Anthropology, 355
Ei periodo de la vulnerabilidad, 327 Bibliografía general, 358
£1 training en una perspectiva Créditos de ilustraciones, 362
intercultural, R ichard Schechner, 330
Training y punto de partida, N icola
Bavarese, 332
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El arte secreto del actor de Eugenio Barba/ Nicola
Savarese, se terminó de imprimir en el mes de agosto de
1990, en Impresora Múltiple, S. A
El tiro fue de 3000 ejemplares.
Fotocomposición: Prisma Editorial, S. A.
Cuidado de edición: Presentación Pinero y Jorge
Sánchez Casas.