Professional Documents
Culture Documents
Buscar
INICIO Arvo | RECIENTES | SUSCRIPCIONES | BLOGS Y ENLACES | QUIENES SOMOS | ROME REPORTS | CHRISTMAS SOLIDARIO | +++Necrologica+++
Sábado - 12.Enero.2019
Estás en: Filosofía > Historia de la filosofía > Filosofía moderna
CHRISTMAS SOLIDARIO
ROME REPORTS
por Lluís Pifarré
Actualización 02.10.2002
Actualidad
Autores
Biología humana
Avances científicos de relevancia ética 1.- La Voluntad como esencia de los fenómenos
Fe y ciencias
Ciencia 1.- El artífice principal de la voluntad como principio y fundamento último de la
Filosofía realidad en la filosofía moderna, llevándolo a su máxima radicalidad, ha sido
Teología Schopenhauer, hasta tal punto, que a partir de él se ha producido una verdadera
Espiritualidad inversión en la filosofía occidental. Así lo ha visto Ruiz-Werner: “Un componente de
Religión
Derecho particular influencia en la filosofía de Schopenhauer es su insistencia sobre el
Familia - educación primado de la voluntad en oposición a la razón. Aquí hay un viraje radical en
Etica relación con la tendencia predominante en la cultura occidental, que desde los
Valores griegos había tenido un marcado matiz intelectualista. A lo largo de la historia hubo
Cultura sin duda intentos de recalcar el factor de la voluntad a expensas del conocimiento,
Literatura pero hasta Schopenhauer no se había afirmado de manera clara y taxativa la
Libros
Cine
supremacía absoluta de la voluntad en el plano metafísico”(1) Schopenhauer fue
Vídeos culturales consciente de las consecuencias que su planteamiento produjo en el pensamiento
Testimonios de la filosofía occidental, al afirmar con su habitual presunción: “Yo soy el primero
Archivo que he reivindicado para la voluntad la primacía que le pertenece, transformando
Blog de N. López Moratalla así todo el dominio de la filosofía” (2).
Blog de A. Orozco
En su más conocida obra El Mundo como Voluntad y Representación, aparecen
numerosos comentarios en los que se hace explícita su interpretación de la
voluntad como aquella “cosa en sí” que se constituye como el fundamento y la
esencia metafísica de la realidad: “La voluntad es el fondo en sí de la naturaleza
fenomenal… enseño que la voluntad es la esencia íntima de todas las cosas y la
llamo la cosa “en sí… la voluntad como cosa en sí no es su causa sino la esencia
misma de las cosas” (3).
prueba
Schopenhauer considera que hasta el advenimiento de su filosofía, mediante la cual
ha sido capaz de mostrar a la voluntad como la esencia misma de las cosas, no se
había tenido conocimiento de que todas las energías y fuerzas activas que
configuran la multiplicidad de fenómenos objetivos que se manifiestan en la
naturaleza, están sujetas bajo el exclusivo género de esta originaria voluntad
universal: “Hasta ahora no se había reconocido que la esencia de toda energía
latente o activa en la naturaleza, era idéntica a la voluntad, y se consideraban
heterogéneos los diferentes fenómenos que no son sino las especies de un género
único” (4), y más adelante escribe: “Es una sola y única voluntad la que se objetiva
en el mundo entero” (5).
No obstante, la voluntad como realidad “en sí”, no es del todo incognoscible como
ocurre con el “nóumeno” kantiano, y aunque no podemos acceder a ella mediante
la percepción sensible, sí que los individuos conscientes de su ser, pueden acceder
de forma graduada y parcial a su conocimiento, mediante una esforzada
“autognosis” o intuición del “yo”, que nos introduce en lo más hondo de nuestra
conciencia, lugar privilegiado para recibir la iluminante claridad que desvanece las
barreras delimitadoras y aparentes de los fenómenos y nos permite acceder a la
realidad misma de la voluntad como lo “en sí” de todo lo existente.
Nietzsche, por contra, no concebirá a la voluntad de poder como cosa “en sí”, pues
considera que esta expresión proveniente de la metafísica de la trascendencia,
tiene por objeto fundamentar la ilusoria realidad de substancias objetivas y
consistentes independientes del sujeto. En todo caso, es una mera creencia o
superstición que ha surgido por ancestrales errores psicológicos de la imaginación,
originando un falseamiento en la relación cognoscitiva del sujeto con el objeto. Es
lo que escribirá en La Voluntad de Poder: “El colmo de la psicológica costumbre de
mentir en el hombre es imaginar un ser como en sí” (12). Y refiriéndose a
Schopenhauer, escribe en Más allá del Bien y del Mal: “La superstición de
Schopenhauer fue pensar que el conocer puede captar su objeto de manera pura y
desnuda, en cuanto “cosa en sí”, como por si por parte del sujeto o del objeto, no
tuviese lugar ningún falseamiento” (13).
Una Voluntad que revistiéndose de los atributos propios de las substancia eternas,
es totalmente ciega e indeterminada en su devenir, con lo que no cabe admitir la
supuesta rivalidad de ningún ser superior a ella misma que tenga al intelecto como
su propiedad primaria y esencial. En una carta a su discípulo Frauenstaedt le dirá:
“Siendo de por sí ciega, la voluntad no puede asimilarse con ningún Dios clásico”
(14). Lo eterno y permanente, en versión heraclitiana, no son ni el alma ni el
espíritu, sino las manifestaciones caóticas de los fenómenos contingentes en
constante transformación, como expresión de las eternas fuerzas de la Voluntad
fundante y totalizadora: “En mi doctrina lo eterno e indestructible en el hombre, lo
que forma en él el principio de la vida, no es el alma, sino que es la voluntad” (15).
Inteligencia y voluntad son, por tanto, dos realidades de distinto rango metafísico,
pues la primera ha emergido gracias a la actividad inconsciente y espontánea de la
segunda. El conocimiento racional queda subordinada a la voluntad, y en
consecuencia debe servir a sus imperativos metafísicos: “El rasgo fundamental de
mi doctrina, lo que la coloca en contraposición con todas las que han existido es la
total separación que establezco entre la voluntad y la inteligencia... en todas partes
observamos el intelecto como secundario, lo subordinado, destinado no más que a
servir a la voluntad” (19).
En este orden de cosas, se comprende que Empédocles haya sido el filósofo griego
del que Schopenhauer se sintió más cercano, y en cambio, Anaxágoras fue del que
se sintió más lejano. Actitud nada sorprendente si recordamos que para
Empédocles, los elementos del universo están sometidos a ciegas fuerzas
desiderativas procedentes de la voluntad, que se oponen entre sí, como el amor y
el odio. Mediante sus dinamismos de atracción y repulsión, impulsados por fuerzas
instintivas, engendran la total pluralidad de elementos existentes en el cosmos.
Anaxágoras, en cambio, al observar que las infinitas partículas que forman la
diversidad de elementos de la naturaleza física se ajustan a unas determinadas
leyes jerarquizadas y persistentes en el marco de un orden universal, deducirá la
necesidad de un nous o mente ordenadora, cuya función intencional es la de
garantizar el movimiento de este orden jerárquicamente concebido. Refiriéndose a
estos dos filósofos, Schopenhauer escribirá: No es para Empédocles el intelecto,
sino la voluntad quien toma el gobierno de las cosas, y las diversas substancias no
son, como en Anaxágoras simples educidos, sino productos reales. Mientras que
Anaxágoras las hace realizar por una inteligencia selectiva, Empédocles, como
hombre íntegro que es, cree en un instinto ciego, es decir, en una voluntad carente
de conocimiento” (25).
NOTAS
(1).- J.M. R.Werner, Prólogo de La Cuadruple raíz del principio de la
razón suficiente, Ed. Aguilar, Buenos Aires, 1967.
(2).- A. Schopenhauer, Fragmentos sobre la Historia de la Filosofía,
pgf. 12, del aptdo: La filosofía de los Modernos. (Las obras citadas de
Schopenhauer, pertenecen a la colección de seis Volúmenes de la
Edición de Eduard Grisebach, Leipzig, Philipp Reclam jum.
(3).- Id,El Mundo como Voluntad y Representación, Tomo I,
p 633.
(4).- Idem, p 153.
(5).- Idem, p 209.
(6).- Id, Fragmentos sobre la Historia de la Filosofía, pgf. 13, del aptdo: La filosofía
de los Modernos.
(7).- Id, Sobre la Voluntad en la Naturaleza, p 280. En la Introducción dice al
respecto: La Voluntad es la única cosa en sí, lo único originario y metafísico, en un
mundo en que todo lo demás no son más que fenómenos, es decir mera
representación de esta voluntad que presta a cada cosa, sea la que fuere, la fuerza
por la que puede existir y obrar”. En la p 313, afirma: “Lo metafísico en general, lo
único existente fuera de la representación, la cosa en sí del mundo, no es más que
lo que conocemos en nosotros con el nombre de voluntad”. Y en la p 269, escribe:
“Siempre y en donde quiera permanece uno y lo mismo; la voluntad, que hemos
reconocido ser la base y núcleo del ser”. Y en la p 269: “Siempre y en donde quiera
permanece uno y lo mismo; la voluntad, que hemos conocido ser la base y núcleo
del ser”.
(8).- Id, Fragmentos sobre la Historia de la Filosofía, pgf 12, del aptdo: La filosofía
de los Modernos.
(9).- F. Nietzsche, La Genealogía de la Moral, tdo. 3º, af. 6.
(10).- A. Schopenhauer, El Mundo como Voluntad y Representación, Tomo II, p
280.
(11).- Id, Fragmentos de la Historia de la Filosofía, pgf. 12., del aptdo: La Filosofía
de los Modernos.
(12).- F. Nietzsche, La Voluntad de Poder, af. 243. En el af. 468 de la misma obra,
escribe: “La deducción psicológica de la creencia en las cosas, nos prohibe hablar
de cosas en sí”.
(13).- Id, Más Allá del Bien y del Mal, af. 16.
(14).- A. Schopenhauer, Carta de 1832, citada por Michel Piclin, en su obra
Schopenhauer, Ed. Seghers, París 1974.
(15).- Id, Sobre la Voluntad en la Naturaleza.
(16).- Id, El Mundo como Voluntad y Representación, Tomo I, p 634.
(17).- Id, Fragmentos sobre la Historia de la Filosofía, pgf. 12, del patdo: La
Filosofía de los Modernos.
(18).- Id, Sobre la Voluntad en la Naturaleza, p 203.
(19).- Id, Sobre la Voluntad en la Naturaleza, pp. 220 y 252.
(20).- J. Choza, Conciencia y Afectividad, EUNSA, Pamplona 1978, p. 35.
(21).- A. Schopenhauer, El Mundo como Voluntad y Representación, Tomo I, p 203.
(22).- F. Nietzsche,El caso Wagner, af. 10, del aptdo: Post-scriptum.
(23).- Id, Ecce Homo, del aptdo: El Origen de la Tragedia
(24).- Id, El Crepúsculo de los Ídolos, af. 20, del aptdo: Incursiones de un
Intempestivo.
(25).- A. Schopenhauer, Fragmentos sobre Historia de la Filosofía, pgf. 2, del aptdo:
Filosofía Presocrática.
© ASOCIACIÓN ARVO
1980-119
Contacto: webmaster@arvo.net
Director de Revistas: Javier Martínez Cortés
Editor-Coordinador:Antonio Orozco Delclós