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1 expeano tar lenrae enter EL ESPERANTO Y LAS LENGUAS ARTIFICIALES Steven DODD Exeter Palabras clave: Lenguas artficles, planificacién lingtfstica, esperanto, internacionslismo. This article is a historical overview of artificial languages. It mentions in greater or lesser detail some two dozen, but particularly Solresol, Volapiik, Latine sine Flexione, B.A.S.1.C. English, and above all Esperanto, with a critical discussion of the latter constituting a major portion of the whole. It ends with a list of desirable design features for the construction of such languages. Este articulo es una vista de conjunto de la historia de las lenguas artifi- ciales. Da una explicacién mis o menos detallada de mas de una veintena, donde se destacan el solresol, el volapik, el latine sine flexione, y el B.AS.I.C. English. Su elemento principal es, no obstante, una discusidn critica de! espe- ranto. Termina con unas sugerencias sobre las pautas a seguir en la construc in de tales lenguas. Antes de considerar la situacién actual del esperanto, o sus caractersticas de siempre, seria de cierto interés hacer un resumen de la historia de las enguas artificialmente creadas. Estas son un producto de los ttimos siglos, Porque no parece haber habido tentativa seria alguna de formular tales idio- ‘mas antes del siglo diecisiete, pese al interés que se dice que tuvieron algunos gramaticos clisicos como Diodoro Sfculo. Esto era totalmente ldgico en vista ddel papel preponderante del latin como lengua para intercambios intelectuales en toda Europa. Con la legada de! renacimiento, el latin comenzé a perder su posicién como lengua internacional. Esto se debié a toda una serie de factores: los ‘nuevos nacionalismos y ef consecuente orgullo hacia las lenguas vernaculares, {ue precisamente en aquella época producian su primer gran floreci literario; Ia extensiOn de la ensefianza a las clases medias, dispuestas al estu- dio pero no a dedicarse sin rentabilidad inmediata a la ardua tarea del apren- dlzaje de las Jenguas clasicas; la imprenta, que transformé el libro, de articulo de Iujo que habia sido, en objeto corriente y Ia lectura de actividad de las élites en practica cotidiana; los contactos con culturas no europess, que les quitaron a las lenguas clisicas la posibilidad de considerarse como univer- sales 0 ain prioritarias en la adquisicién de la civilizacién; y mismamente las mejoras en los conocimientos del latin y del griego que deberian haber facilitado !a comprensién pero que, en efecto, implicaron una multiplicidad de normas de pronunciacién y de gramitica; recuérdese la introduccién de Ja pronuncacién “‘erasmiana”, y la anécdota de la voz de la oveja cambiada Como resultado. 0 por lo menos como secuela, se empezé a especular sobre la posibilidad de crear una lengua universal que evitara Jos problemas del multilingtismo. E! siglo diecisiete fue rico en tentativas para establecer lenguas a priori de dos tipos: las de simbolos universales y las de taxonomias filoséficas La primera clase fue inspirada en parte por un defectuoso entendimiento de los caracteres chinos y del funcionamiento de los jeroglificos egircios, el que no se descifré hasta entrado el siglo diecinueve. También tenia cierta influencia la aceptacién universal de los guarismos, remplazando las cifras Fomanas, porque podian leerse de distinta forma en diferentes lenguas, pero ccon el mismo significado en todas. (Piénsese en “'5", que puede ser “five” ‘fant, “tump", “‘coic”, “cing”, “cinque”, “hing”, “patica”, go", “wu, “80, etoétera), Hay, sin embargo, tres grandes problemas en la construccién, de una lengua de estas caracteristicas. En primer lugar, hay muy pocos conceptos tan universales como los niimeros. Cualquiera que haya intentado traducir de una lengua a otra nom- bres de instituciones sociales o productos de determianda regién sabe la impo- sibilidad de encontrar equivalentes aceptables. Es famoso el caso del lingiista francés, Georges Mounin, que escribid sobre este tema, diciendo en una oca- sign que en su pueblo se fabricaban més de cincuenta tipos de pan, pantcillo y bollo, todos con nombre especifico, pero él, que los conocia todos, segula sin encontrar la traduccién a su lengua del término inglés “muffin”, viéndose reducido a utilizar perifrasis o explicaciones en cuanto a su composicién ¥ uso. El segundo problema, que en cierto modo refleja esa inmensidad de las lengias naturales que crea el primero, se deriva de la enorme carga de memorit que supone un conjunto de simbolos adecuado para la expresion de toda la gama de ideas, emociones, ¢ impresiones que se pueden comunicar ‘con Ia lengua. (Es interesante notar que los chinos consideran que el maximo de caracteres que se puede aprender en un dia es de unos diez, y que para Jeet un texto simple 0 un periédico corriente se necesitan saber unos 4.500, ‘con lo que se gastan casi tres afios escolares en slo adquirir un nivel bisico de lecto-escritura, sin mencionar otras materias para nada. Las dinicas razones por las que la romanizacién ‘Pinyin’ no ha reemplazado totalmente los ‘caracteres son la inercia ante la necesidad de cambiar todo lo existente, como ‘uvieron que hacer los turcos en tiempos de Kemal Atatirk, y la falta de comprensibilidad mutua, si se reducen a una ortografia alfabética y fonéica, 106 1 aperane 7 ta gua enor de los llamados “‘dialectos” chinos, en realidad ocho lenguas casi totalmente independientes). El tercer aspect problematico del asunto es el diseto de los simbolos empleados, que deberian ser ficiles de leer y escribir, y a ser posible deberian poderse combinar para indicar las relaciones entre conceptos ‘con algin parentesco. En algunos casos se emplearon simplemente las letras yy cifras corrientes, pero a pesar de cierto ahorro de esfuerzo, también tiene ‘sus desventajas este planteamiento, por la evidente tendencia a provocar con- fusiones al existir coincidencias con formas existentes en la lengua materna u otras conocidas. Entre las tentativas de construccién de lenguas de este primer tipo se pueden clasificar las propuestas por Francis Lodwick y por Cave Beck en Inglaterra. El primeto publicé en 1647 un boceto de lengua universal, uno de varios proyectos lingifsticos que incluyeron un alfabeto fonético y un sistema de taquigrafia. Consciente de los problemas que suponia Ia inmensi dad de las lenguas, sugirié utilizar slo un mimero bastante limitado de ralces, 0 letras radicales, a las que se afadian acentos diacriticos para indicar lo que correspondia a los “‘accidentes gramaticales”” de la gramética clisica. ‘iin y con ¢50, hatrfan sido necesarios constantes consultas de un léx ue tenia intencién de preparar pero que nunca hizo, y que hubiera tenido que existir en versiones distintas para todas las lenguas naturales cuyos ha- blantes deseasen usar el simbolo universal. La base de su sistema era esercial- és, tanto en la gramdtica como en el vorabulario. El uso de ppesar de sus ventajas para la reduccidn de! inventario de letras, hacia que fuera muy facil la confusién de palabras. Lodwick, reconociendo ‘estos defectos, publicé en 1652 una versiOn simplificada y reformada de su ‘esquema, pero tampoco encontré éxito alguno. En cierto modo se evit6 alguna que otra de las dificultades de la obra de Lodwick en In de Beck, maestro de escuela en Ia ciudad de Ipswich, Este sse limité a usar letras del alfabeto normal y nimeros. El esqueleto gramético lo encontré en las lenguas clisicas, no en el inglés. La mayor parte de su ‘obra la compone un glosario que da los equivalentes a una lista alfabética de palabras inglesas, pero también incluyé el francés en su sistema. En cierto modo, puede considerarse un antepasado distante de tos libros bilingues de ‘correspondencia que hoy en dia ofrecen una serie de palabras, frases y hasta ppérrafos equivalentes, permitiendo la construccién de una carta. En su version informatizada, donde el usuario especifica solamente los cédigos de las frases cdeseadas, legan a parecerse mucho al concepto de Beck. Para facilitar la transmisién oral de un texto codificado segiin su sistema, Beck sugirié una ‘norma de pronunciacin para letras y niimeros (por ejemplo, “uno” era “on”, “tres”, tre") pero su intencién era realmente lo bastante modesta de preveet tuna técnica de intercomunicacién por vis escrita. Tampoco uvo suerte, pese fa esta sensata reduccién a propésitos limitados. Para indicar cémo funcionaba su técnica, que usaba letras prefijadas para tiempo y persona, mimeros para [a raiz verbal, y una “‘S” sufijada para el mimero plural: 17

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