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Elcuento: Anatomia de un género literario Gerardo Pina-Rosales Academia Norteamericana de la Lengua Espatiala Lohman College & Graduate Center, The City University of New York Abwtract: Son vcon on ojesivon gue me proporgealansr com el preset ac rener un eae pore ‘ucro foie 9 otos gers Ittanas cosieades mayeres.pedomiratomene In roel: deshora Te ‘xrmatodstoneeltrn que covoeve a genet (aloo, bul, yen, puta, ic) on basen Ge ume ‘eincin 0 deengion ma seme con la evade y nln el cue: seta, sm ganic afin, Is ‘amtomla dt poco coe, Js flees crganos que fo sompones ¢ individu esabeee un posible gla el gee, ein extra Jorn gue Ete ee apa (eee lon cenion can exc Se ics mcroeloos), tain Is cnvergencs dvaewias ene cee } ofes gets Hennes, ef aeio on [as ees vals somo pty ie § la fxg Key Words scans, spologs,coeno, rah, ula, itor, leyenda miro, pnt de is, shor fom tho, ra El cuento, Cenicienta de los génerostiterarios Jarece ser que el ctuento, por el escaso interés que suscita entre escrtoresy eriicos, se considera un género menor, ndigno de ser estudiado con la profundidad y el rigor que se ‘otorgana sus congéneres, la novela, a poesia, el drama. Porestaraz6n, me he referido en ‘varias ocasiones al cuento como Is Cenicienta de los géneros literarios, eomo género minusva- lorado que habria que revindicar. Podria pensarse que este desinterés por el evento Titerrio (que adquiriéindependencia y ‘madurez bajo lareiteraday con frecuencia magistral adhesin de un buen mimero denarradores franceses durante el siglo XTX, con Maupassant a la cabeza, norteamericanos, como Nathaniel Hawthome y Edgar Allan Poe, maestro eximio del género, y espaioles, come Clara) es une actitud producto de muestros dias, Pero no es asi, Ya en 1912, Brander Matthews, en The Philosophy of the Shor: Story, bablaba del abandono en que s© tenia al cuento: “And here ‘oceasion serves to record with regret the fct that even inthe moe recent volumes onthe history of fiction published since the original appearance of the present essay in 1885 [..], here is @ strange neglect ofthe Short-Story” (Matthews 13). ‘Como en los paises anglosajones, en Espata e Hispanoamériea el cuento parece condense siempre al rincén oscuro de altima pagina de la fimera revista odel volandero periodico. Uno suponuiria que el cuento s6lo sirve para que el lector pase un ratilloentretenido, olvidindose ‘uego de 6! tan pronto termina su Fecura. Eduardo Tijeras, en el prlogo a Uitimas rumbos del ‘cuento espaiiol, se lamenta de esa situacién: “En Espafia los editores rechazan Jos libros de Ccuentos. Salvo algunos imentos heroieos, generalmente destinados al fracaso, son pocos los libros de cuentos que ven Is luz, en proporcin, claro esti, al volumen toal de ediciones. El gran piblico, por lo visto, nose inclina favorablemente por el génera” (9). Francisco Garefa Pavén (uno de los mejores cuentistas de Ia Espata de posguerra), en el prélogo asu Antologta de cuentistas espariles contempordneos (durante aes, el iio intent de sproximacion al género) escribe lo siguiente sobre I situacin marginada del euento: Pia Ross, Gerrdo “EI vec: Anstmin don gente Iara” ‘Mspania 92.3 200): 476-487 Anatomia delcuento 477 lor ates de cies relaras por ks grands edtoals,hubiton de weeps 6 as icons ‘Tes ost por ern) telag fe efslons trees al eritades, co een erin 9 9 PPopsgande Muchos quoiwon indice. Scaments Ini at steno dure ets fos de pulicxcines Petit gue con ode rcs y asda excepional,comigseon gue ete ners de tam lle atte cyminia, no poccien. Ema Birandenberger, en Estuiios sobre ef cuentoespatto! contempordneo, pone el dedo en {Taga cuando afrma quela critica literaria no se ha ocupedo de cuenta, habiendo dirigido casi exelusivamente sus esfoerzes ala valoracin dela novela: “Los maltiples estudios acerca de ia narrativa actual estin dedicados por entero fa producein novelistica, aunque 0 sea expresa- ‘mente éste su temay en la mayoria de los casos se incluyen en la bibliografia ls titulos de los libeos de cuentos, pero solo en casos exeepcionales Megan a valorarse” (23-24), Hace unos ahs se publicaron en Espaia dos antologas con sends estudios sobre cuen- tos de eseritores espaftoles: Son cuentas, en edicién de Fernando Valls, y Cuento espariol contempordneo, editada por Angeles Encinar y Anthony Percival. Ambas antologias establecen {que fue en el afio 1980 cuando ls cosas parecieron cambiar para el cuento espaol: comenzaron 4 publicarse mas euentos, los concursos literaios prliferaban, aparecieron algunos estudios valiosos sobre el género. En 1994, la evista Jnsua le dedicé al cuento un nimero completo. En ‘aguel nimero se recoglan entrevsias con narradores gue, contra viento y marea, sexuino euli- vvando cl géneto; se ofrecian estudios sobre la edicién y difusién del cuento en Espafs, se resefahan varios cuentaios, et “Mariano Baquero Goyanes—uno de los pocos entices espaioles que se ha ocupado det ‘tema—afirma (y yo lo sceundo de mil arores) que “[El cuento} noes un prodiveto hibride ni un _eénero menor, Es sencilamente, laexpresinliterariade una 6poca,comollatragedi,lacpopeys, ‘aun ka novela, o ha sido de otras” (26-27), Problemética del génerocuento: en laselva impenetrable desu nomenclatura (Quisiora aclrar antes de prosoguircon este intento de aproximacidn al género cuento,y & pesar de laconnotacién “clinica” del titulo del presente articulo, ue no pretendo en modo alg ‘no definir, obmubilado por las anteojeras dogmatizante de cierta critica, un género tan ambiguo, tan nebuloso, an eamuflante como esel cuento. Lejos de mi, pues, cualquier prurto texondmico (otaxidérmioo). ‘Dentro de unos pattanes recanocibles-—su brevedad, su eseuso nimero de personajes, su. constant tensida mantenida desde el principio por un sinretismo meatal y lingistico pect liares—el cuent, como la novela la poesia, el rama, muestra miltiplesfacctas, modalidades varias Al fin yl exbo, un génerono se mantien idénicoa mismo, sino queen su largo v breve ‘camina, se aapa al gusto de la Epoca, se robustece oadelgaza, segin Lo tempos. Enefecto, | vento modemo-segiin Luis Leal—“ha conservado algunas de las caratersteas de antiguo ‘euento (a brevedad, ef incrés aneetic), ha desechado otras (la fnalidad didctica omoral), y ha aladido nuevas dimensiones esteticas desconocidas ants de siglo diccinueve, como lo son, centre otra, a elaborada estractura, of impacto emocionaly el interés en el tiempo" (3). ‘Conviene, ya de entrada, que consullemos ls diferentes acepciones que del géncro cuento ‘nos da el Diccionario de la Real Academia. Enel DRAE se define el cuento como: "I,m. Relato, _generalmentendisereto, de un suceso.2.m, Relacidn, de palabra por escrito, de un suceso falso ‘ode pura invencion. 3, m. Narracin breve de fiecibn.” Nada de esto tiene que ver con lo que en | tradicign literaria denaminamos cuento: Ia primera acepeidn no puede set mis vaga: a segu- ‘dues totalmente inexact; y la tercera peca de arcaica. Si nos tomamos Ia molestia de desglosar ‘esas res acepciones, habremos de admitir que lode “relacidn de un suceso” es una definici6n tan Imprecisa que, de ser ciet, seria imposible, por ejemplo, diferencia un euento de una noticia periodistica;si aceptamnos a segunda acepcin, tendriames que eliminar de un plumazo todos os relatos de careter testimonial. Pero no todo es desechable en esas acepriones del DRAE. Acep- temos gue el evento es algo que se expresa de forma oral o escnta que utiliza na temtica 478 Hispania 92 September 2009 mille yfcticia. Las coses se complican cuando uno se refer ala necesaiabrevedad de cen- to, Eleémputo (de “compute.” contr de es tempo habré que imaginarlo: gontamas con os dedos 0 308 ssomemos al bosque frondoso de in novela Par nolimitarns aldmbitohispinico, cudamos al Dictionary of Literary Tes, aver qué os dive del evento literario, de Ia shor story. Este diccionario hace hincapié en un rasgo fundamental del evento: su brevedad; inchuso se nos habla de menos de 10.000 palabra (343). ‘Aqui, loado sea Dios, se nos dice algo conereto, sunque discutble. La shor story—que quede claro esla denominacin mis fresente qu edaen mediosanglosajoness la naracin breve, 4e cpolterario, mientras que el temino rates reserva al cueno de tradicin oral. En espaol, ‘nos teferimos a ambos con un solo vocab: evento afadiéndle a ésto—aungue no siempre— cladjtvo ltraria, para difrenciarlo del evento de wai oa, Sila shor stury acorise- ‘mos llamara simplemente relato, oto gallo nos cantare. Festrechoy raid cémputo de diez mil palabras (que de seguir a rajabla nos ahorrria muchos qucbraderos de cabeza) no nes reselve Ia cussion de la mayor o menor brevedad de aéneo. Hay naraciones que, excediea- dose olimitindose a ese nimero de palabras, sien mantniendo esa uidad, ese caricer de ‘sencialidad singular A causa de ets misma brevedad cunts sueleconcentase en uno o éenpocos personjes, en ura acid Gini, en un tiempo defsio. Elevento en uma, expresd un ‘microcosmos encuyo reducdo espacio se conjugan a solitaria tensién con el ella instante. El vento modemo, seg lo define Edgar Allan Poe en sus comentarios a Twice-Told Tales, de ‘Nathaniel Hawthorne, iene como caracteistcas la brevedad-—como para que pus Ters¢ en una sesion de lecrra (en une sentada) (4). Baquero Goyanes dice que a shor story equivale en espaol a la novela cor ty, siguiendo los eoneepos definiiorios de M, Olivar en Los mejores cuentas de lengua ingles, aficma que aguela es una “namacin poco extensa(anas rena paginas por lo comin), con un cotenido moral oidcolico que sulepatentizarse, guisade morta, eneldesenlace” (52). Siento tener aque disereparde Baquero Gayanes, ya que sino eferimval evento litera, ejemplos sobrarian paraconfirmar que nila inteneién moral nsu proverbial y popular morleason elementos nee- saris para a cxstencia de un buen cueno, En espafol se aplican los voquibles fabula, ejemplos, prdbols y ottos para defini nrracioneso historias de fondo moralizante. En resumen, el te mio fate corresponde al evento ral (que puede sex remedado literariamente; la short sory equiva al cuenta iteraro relat escrito, Deseartros, pues, demuestra ani al evento de teadicin orl, aunque de le autsael even moder, Nos et asimismonccesaialahors de historir fa evoucion del genera." La ida de impresin es tl vex elemento mas importante y caracteizador del cuenta lterario Horacio Quiroga, el exraordinarocucntista uruguayo,ensuantculo “Ante el buna sue con vehemencia este asgo primordial dl relat: “Luché por que el cuenta [.] tviera una sol linea, trazada por una mano sin temiblor desde l principio al fin. Ningan obsticulo, adomo o digresion debia acura aflojar la ensign de suhilo. Eleuento era, par el fin que les intrinseco, una flecha que, cuidadosamente spun- tada, parte del arco para ir drectamente en el blanco, Cuantas mariposas trataran de posarse sobre ella para adomur su vuelo, no conseguirian sino entorpecerio. Esto cs lo que me em- pefié en demostrar, dando al cuento lo que es del evento. (citado por Leal 6) Haciéndose eco de las palabras de Quiroga, una escritora actual la chilena Isabel Allende, novelist y cuentista, declaré en una entrevista 2 Barbara Szerlp que “el cuento es comparabie la flecha que se dirge al blanco, que necesita la direccida, la precisén, la velocidad. cuento Leber transperente, y en este sentido cada relato nocesita de una atméstfera especial, de un estado de mente apropiado para cada historia, para cada circunstancia, Debido a su necesaria brevedad,Iaaccién dl cuento suelecondensarse, unificarse, mientras que el tiempo se comprime ylatopografia ha de reduc necesariamente su escala”(Szetip 47-48). Como vemos, laconcre- ‘zac, la simteizacin, la Teduesin de personajes y situaciones son propios de este género

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