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¿Hay música en el Sara Mínguez

hombre? López

Trabajo sobre el libro de John Blacking para la clase de Música y


Culturas I, D. 2018
¿Hay música en el hombre?

Contenido
Sobre los capítulos: ....................................................................................................................... 3
Capítulo 1: Sonido humanamente organizado.......................................................................... 3
Capítulo 2: La música en la sociedad y en la cultura. ................................................................ 5
Capítulo 3: La cultura y la sociedad en la música. ..................................................................... 6
Capítulo 4: Humanidad sonoramente organizada. ................................................................... 7

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¿Hay música en el hombre?

Sobre los capítulos:

Capítulo 1: Sonido humanamente organizado.


Toda musicología será siempre en si una musicología étnica, y mayoritariamente en las
músicas de los conservatorios solo se enseña un tipo de música étnica, la europea. No todo es
así, y en EEUU ya hay facultades con subdepartamentos de etnomusicología negra,
reconociendo su papel en el futuro mundo musical.

Pero lo más importante es lo que cada cultura y grupo social distingue entre música y
no música. No son los logros musicales particulares lo que nos interesa, si no la actividad
humana hacedora de música. Surge la duda de si es el desarrollo cultural una diversión para las
élites y un arma de de explotación de clase o un verdadero avance. De hecho, las divisiones
entre música culta y música popular son inadecuadas como concepto, porque definen los
intereses y actividades de distintos grupos sociales. "Yo toco música de verdad, tú tocas esa
basura pop". ¿Qué tipos de comportamiento y agrupaciones sonoras han decidido las distintas
sociedades llamar "musicales"?

El primer test estandarizado de aptitud musical, del 1919, constituye el primer ejemplo
del etnocentrismo de los test musicales, porque la base de estos test es la discriminación de
algún tipo. La discriminación sensorial, se desarrolla en el seno de la cultura, de si las personas
pueden ser incapaces de expresar una distinción entre intervalos musicales que pueden oír,
pero es que no en todos los sistemas tienen significado en su propio sistema musical. Por lo
tanto, los test de aptitud musical sólo son relevantes en aquellas culturas con un sistema
similar al del examinador.

Hay tanta música en el mundo que suponer que la música, como el lenguaje es un
rasgo específico de nuestra especie. La sociedad pretende que solo un número limitado de
personas son musicales, pero pretende que todas posean la capacidad básica de escuchar y
distinguir entre patrones de sonido. Esto tiene su explicación en que las sociedades
industriales el mérito es valorado por los signos de productividad y beneficio inmediatos o
presunta utilidad dentro de un marco dado. Así la aptitud latente ni se reconoce ni se alimenta
si el portador no pertenece a la clase social adecuada. Se juzga si un niño tiene buen o mal
oído sobre si es capaz de tocar música, pero el sostén económico de un músico profesional
depende de oyentes parejos en capacidad musical que puedan distinguir e interrelacionar
diferentes patrones de sonido. La escucha creativa, es tan fundamental en la música como
para el lenguaje, un niño prodigio o no prodigio puede responder a los sonidos organizados
antes de que se le enseñe a reconocerlos.

En sociedades donde no se escribe la música, el único medio de asegurar su


continuidad es la escucha informada y precisa, reveladora de la aptitud musical como la
ejecución misma . La mus. es un producto del comportamiento de grupos humanos, formal o
informal, un sonido humanamente organizado.

En todas las definiciones de que es la música coinciden en los principios sobre los que
se organizan los sonidos, y para este acuerdo es necesario experiencias comunes. Como la
música es una tradición cultural susceptible de compartirse y transmitirse, no puede existir sin
seres humanos que desarrollen la capacidad par la escucha estructurada. La ejecución musical
no es posible sin percepción del orden en el sonido.

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Blacking sugiere que toda ejecución o composición musical no tiene que precederse
por algún tipo de teoría de la música, sino que antes de emerger en forma de música ya en la
mente debe haber alguna percepción de orden sonoro, innato, aprendido o ambos. Este orden
sonoro puede crearse incidentalmente de principios de organización no musicales o
extramusicales como las características del instrumental o bien una falta aparente de orden
sonoro puede expresar disposiciones ordenadas de números, personas, formulas matemáticas,
etc. Blacking también comenta que si no se aprecia en la escucha un orden en las notas , pero
existe en los modelos de círculos de los ejecutantes o viene de los números proporcionados
por una maquina , tratará a este recurso de magia reaccionaria sobre el ruido resultante, antes
que de música de vanguardia, pero no podrá excluirlo de su calidad de musicalidad humana,
porque sigue siendo sonido humanamente organizado. Este proceso no es ni moderno ni
sofisticado, es una extensión de que la música debe expresa aspectos de organización humana
o percepciones humanamente condicionadas de organización "natural".

Debería ser posible realizar análisis exactos que indiquen donde se utilizan procesos
musicales y donde extramusicales, cuáles fueron y por qué se usaron. Es tarea del
etnomusicólogo identificar todos los procesos relevantes para una explicación del sonido
musical.

El primer problema al evaluar la musicalidad humana es qué sucede en una pieza


musical dada. No podemos explicar lo que conocemos de manera intuitiva de nuestra
experiencia en la cultura. Cada compositor tiene un sistema cognitivo básico que imprime su
sello en sus obras, y un examen de su sistema cognitivo de será la explicación más
fundamental y poderosa de los patrones que adopta su música. De manera similar ocurre en la
sociedad con los estilos musicales vigentes. La actividad musical se puede entender como una
forma aprendida de conducta, y los estilos musicales se basan en aquello que los humanos
decidimos tomar como expresión cultural dentro de nuestra naturaleza y nuestras capacidades
(que han sido estructuradas por experiencias con personas y cosas). La naturaleza de la que el
hombre extrae sus estilos musicales no es externa, incluye su naturaleza, sus capacidades
psicofísicas y las maneras en las que están estructuradas por sus experiencias con personas y
cosas que forman parte del proceso de maduración en la cultura.

La etnomusicología pretende constituir un método para analizar la música y su


historia, porque debería existir una relación entre patrones de organización humana y
patrones de sonido producidos del resultado de la interacción humana. Blacking considera el
análisis de las estructuras musicales el primer paso para comprenderlos procesos musicales y
evaluar la musicalidad. No podremos saber lo que pueda sentir otra persona con una
determinada pieza de música pero podríamos comprender los factores estructurales que
generan tantos sentimientos. La clave en esta comprensión de la música son las relaciones
entre sujeto (el hombre) y el objeto (sonido), cómo se organizan activamente. La experiencia
de la vida ordinaria tiene lugar en un mundo en tiempo real. La cualidad esencial de la música
es su poder para crea otro mundo de tiempo virtual.

Los análisis funcionales de la estructura musical no se pueden separar de los estructurales


de su función social. No se puede explicar la función de las notas en sus interrelaciones como
parte de un sistema cerrado sin referenciar estructuras del sistema sociocultural del cual forma
parte el sistema musical, y al biológico al que pertenecen los creadores de música. La
etnomusicología es una disciplina que espera una comprensión más profunda de toda música.

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Capítulo 2: La música en la sociedad y en la cultura.


Para averiguar que es la música y cuan músico es el hombre, tenemos que
preguntarnos quien escucha, quien toca o canta en una sociedad y por qué. En algunas
culturas como en ciertos tipos de música y baile dentro de una cultura, las emociones pueden
encontrarse deliberadamente interiorizadas lo que no significa que sean menos intensas.

Como la complejidad de las maquinas está relacionada con su eficacia como medios de
comunicación, se asume que el desarrollo técnico en la música y en el arte debe ser signo de
una expresión mejor o más profunda. Pero la cuestión de la complejidad musical solo es
importante al evaluar la musicalidad humana, la música puede ser también un elemento
específico de la especie humana. Implícitamente ocurre que todo este desarrollo implica un
grado de exclusión social, convertirse en audiencia pasiva será el precio por pertenecer a una
sociedad superior (porque la superioridad se apoya en la aptitud excepcional de unos pocos
escogidos, al elevar el nivel técnico de lo entendido por musicalidad). Es por esto que la
aptitud musical se alimenta o se anestesia en muchas sociedades industriales modernas-

La cuestión de la complejidad musical es irrelevante, porque por ejemplo: una mayor


complejidad superficial es comparable a una extensión de vocabulario, y esto no altera los
principios básicos de la gramática ni no tiene sentido sin ella. En sistemas diferentes, una
complejidad superficial será distinto de una complejidad mayor apreciándolo musical o
cognitivamente. A los oyentes les importará más la eficacia funcional de la música que su
complejidad o simplicidad superficial. ¿Para qué molestarse en mejorar la técnica si el objetivo
es compartir una experiencia social?

Las funciones de la música en sociedad son factores decisivos en el desarrollo o


inhibición de la aptitud musical latente, así como la elección de materiales y conceptos desde
los que componer. Necesitamos comprender la relación entre experiencia musical y la
experiencia humana.

El pueblo venda, africano, con muchísima disposición musical podrá demostrar muy
poco interés (ergo poca aptitud) por los sonidos y técnicas musicales europeos. Por técnicas (la
música difundida desde misiones y escuelas han sido las más aburridas, y los difusores
tampoco eran expertos) y políticas (la educación traída puede ser primeramente bien recogida
pero no la administración y explotación que le sigue, lo que acaba derivando en rechazo). Esto
debe verse como un fenómeno sociológico y musical que responde al papel de la función de la
música europea en ese contexto.

El valor de la música en sociedad y sus efectos sobre la personas pueden ser factores
de crecimiento o atrofia de aptitudes musicales. Sin una motivación extramusical es posible
que nunca se desarrolle la aptitud, ¿dejará de interesarse un niño prodigio en el estudio
musical cuando no pueda relacionar su música con la vida en su entorno? Analizar la
composición y la apreciación musical en términos de su función social y de procesos cognitivos
que se aplican en otros campos de la actividad humana, no rebaja la importancia de la música
en si misma.

No podemos asumir que la música se crea siempre mediante los mismos procesos. Hay
una diferencia entre la música ocasional (para tener) y aquella que incrementa la conciencia
humana (para ser). La primera puede ser el resultado de un trabajo, pero solo la segunda es

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arte y no importa cuán simple o compleja suene, ni bajo qué circunstancias se haya producido.
Por ejemplo, en la tribu venda, la música de la tshikona se hace claro que no es un caso de
más=mejor, se produce cuando veinte o más hombres tocan flautas de caña con distintas
afinaciones, realizando pasos que el maestro de danza les dirige y con una precisión que
depende de saber llevar su propia parte y combinarla con la de los demás mientras cuatro
mujeres tocan tambores en armonías polirrítmicas. Esta ejecución es la más valorada porque
conecta con el culto a los ancestros, llegan a otro estado del ser "otra mente", y se puede
comparar a la capacidad de la música, que defendía Mahler, para crear un mundo de tiempo
virtual.

Si una pieza musical emociona a una variedad de oyentes, no será por su forma
externa sino por el significado para cada uno desde nuestras experiencias humanas, por lo que
una misma pieza musical podrá emocionar de manera distinta a diferentes personas.

Si vamos a apreciar el valor de la música en la sociedad y cultura, tenemos que hacerlo


desde las actitudes y procesos cognitivos implicados en su creación y de las funciones efectos
del producto musical en la sociedad para descubrir las relaciones estructurales entre la música
y la vida social.

Capítulo 3: La cultura y la sociedad en la música.


La música puede expresar actitudes sociales y procesos cognitivos si es escuchada por
oídos preparados y receptivos de personas que comparten o pueden compartir experiencias
culturales e individuales de sus creadores. "La historia se desarrolla, el arte permanece" (E. M.
Forster),aunque el arte sea reflejo de la historia, la historia muerte pero el arte vive.

Aquí, Blacking quiere desechar dos enfoques evolucionistas que son inútiles en la
historia de la música para saber cuan músico es el hombre, porque no pueden ponerse a
prueba. El primero intenta comprender el significado y formas de la música especulando sobre
sus orígenes históricos y las reacciones del hombre primitivo frente a su entorno. El segundo,
considera el desarrollo de los estilos musicales como cosas en si mismas, asumiendo la
existencia de una historia universal de la música donde el hombre usa una o dos notas y va
descubriendo el resto de sonidos y sus patrones.

Ni la ausencia de información sobre música en los registros de la elite significa que no


hubiese buena música entre la gente ordinaria ni la simplicidad supuesta de algunos estilos
contemporáneos implica que su música sea la supervivencia de lo que era. Cada estilo tiene su
propia historia y su curso único y distintivo, y su estado actual es un momento de su propio
desarrollo. Es difícil creer que no existiese innovaciones musicales durante miles de años.

Los orígenes de la música que a Blacking le preocupan son los que habitan en la propia
psicología y el entorno sociocultural de sus creadores, en el conjunto de procesos que generan
patrones de sonido. Esperamos encontrar correlaciones entre las actitudes y los patrones de
sonido en los cuales se expresan, si la música crea actitudes.

Estamos captando las actitudes verdaderas con las que eligió el compositor las notas o
las reinterpretamos desde nuestra experiencia. ¿Es posible que alguien oiga las notas como las
oigo yo o como las escuchó el compositor?

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Ninguno de estos significados musicales es absoluto, ni siquiera dentro de la tradición


musical europea, con reglas claras y mismo sistema de aprendizaje secular. Es difícil aceptar
que se haya normalizado una tradición musical continua entre la Inglaterra del 1612 (madrigal
de Gibbons) y la Rusia (sinfonía de Tchaikovsky), y no parece exagerado justificar que la
relevancia emocional de los intervalos de ambas obras proceda de rasgos fundamentales de la
fisiología y la psicología humanas. Así, algunas relaciones entre intervalos musicales y
sentimientos humanos deberían ser universales.

Blacking rechaza la teoría de Deryck Cooke (la música como lenguaje de emociones
semejante a la palabra hablada, sostenida por ejemplos de músicas de Britten, Beethoven,
Tchaikovsky, Mahler...), aludiendo que no es lo suficientemente general como para aplicarla a
cualquier cultura o sociedad, y por lo tanto es automáticamente inadecuada para la música
europea, porque no será suficientemente sensible al contexto. Si la música sirve como signo o
símbolo de diferentes tipos de experiencia humana, su interpretación ayudará a canalizar los
sentimientos de los oyentes en ciertas direcciones y los principios de organización musical
habrán de ponerse en relación con experiencias sociales.

En la distancia, las formas técnicas y materiales constructivos de la música parecen


acumulativos, como la tradición tecnológica. Pero en realidad cada idea aparentemente nueva
en música no surge realmente de ideas previas, si no que es un nuevo énfasis surgido de la
experiencia del entorno de un compositor, una concreción de experiencias comunes a los seres
humanos que le parecen relevantes por sus experiencias personales y sus acontecimientos
contemporáneos.

Pero lo más importante sobre la tradición cultural en cualquier época es el modo en


que se relacionan los componentes humanos entre sí. Las formas son producidas por mentes
humanas cuyos hábitos de funcionamiento son una síntesis de sistemas de operación dados
(universales) y patrones culturales de expresión (adquiridos). Estos patrones se adquieren por
relaciones sociales y las emociones que se les asocian, el factor formador es el contenido
social.

El estilo de un compositor, según Sidney Finkelstein, es dictado por el tipo de seres


humanos y emociones humanas. También la influencia de la cultura popular es fuerte en la
obra de muchos grandes compositores que han querido expresarse y expresar su sociedad. De
hecho los cambios en la sociedad muchas veces se han reflejado en cambios de estilo musical.

Así, un análisis tiene que comenzar con el papel de la música en la sociedad y en su


cultura, para poder apreciar como los patrones de la cultura y la sociedad emergen como
sonido humanamente organizado.

Capítulo 4: Humanidad sonoramente organizada.


La música es una síntesis de procesos cognitivos presentes en la cultura y el cuerpo
humano, las formas que adopta y efectos que produce en la gente son generados por las
experiencias sociales del ser humano en diferentes medios culturales.

Blacking está convencido de que un análisis del sonido no puede concebirse al margen
de su contexto social y cultural, hasta tal punto que asegura que un músico formado no podría

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componer una música absolutamente nueva y especifica de una cultura ajena para él, como
por ejemplo la de la tribu de los venda, y que al mismo tiempo fuese aceptada como tal por
audiencias venda.

Los análisis de música son descripciones de secuencias de diferentes tipos de acto


creativo. Deben explicar los acontecimientos sociales, culturales, psicológicos y musicales en la
vida de grupos e individuos que conducen a la producción de sonido organizado. Porque la
función de la música es reforzar experiencias que han sido significativas para la vida social,
bien en una experiencia tonal relacionada con personas o en una experiencia compartida
relacionada con notas.

La creatividad musical puede describirse en términos de procesos sociales, musicales y


cognitivos. Las reglas del comportamiento musical no son convenciones culturales arbitrarias y
las técnicas de la música no son como los desarrollos tecnológicos. La conducta musical puede
reflejar grados variables de conciencia de las fuerzas sociales y la estructura y función de la
música pueden estar relacionadas con impulsos humanos básicos y con la necesidad biológica
de mantener un equilibrio entre impulsos. Las fuerzas de la cultura y la sociedad se expresan
en sonido humanamente organizado porque la principal función de la música es promover una
humanidad sonoramente organizada agudizando la conciencia humana.

La música no es un lenguaje que describa cómo es en apariencia la sociedad, más bien


es una expresión metafórica de sentimientos asociados con el modo en que realmente es.
Investigaciones recientes muestran que la capacidad de pensar creativamente y construir
formas nuevas es una función de la personalidad, hay pruebas que sugieren que la creatividad
es un resultado del esfuerzo colectivo que se expresa en el comportamiento de los individuos.
La originalidad puede ser una expresión de conducta exploratoria innata con los materiales de
una tradición cultural. Y la capacidad de sintetizar, puede expresar la organización cognitiva
global que se genera por la experiencia de las relaciones existentes entre los grupos sociales.

Los cambios y desarrollo en la cultura y la sociedad son una función del crecimiento de
la población. Grupos mas amplios de personas se traducen por mayor productividad pero un
incremento en la división del trabajo será dinámico siempre y cuando no constituya una
división entre la gente. Cuando una situación compartida pasa a ser estática o formalizada, la
creatividad tendera a secarse. Sucede que los logros culturales extraordinarios pueden tener
lugar en sociedades en las que la humanidad ha sido ultrajada, restringida e ignorada. La
sociedad, su cultura y su desarrollo cultural dejan de funcionar cuando falta la fuerza creativa
que surge de la autoconciencia humana.

Alguien puede crear música para ganar dinero, o para su placer privado o etc. sin la
necesidad de expresar una preocupación abierta por la condición humana, pero es que aún así,
su música no podrá escaparse del sello de la sociedad que hizo humano a su creador. Su
organización cognitiva será una función de su personalidad.

La música puede trascender el tiempo y la cultura, como decíamos en el capitulo


anterior, y Blacking considera que sea porque a nivel de la estructura musical, hay elementos
comunes a la psique humana, aunque superficialmente no se aprecien.

Esta especie de doctrina del sentimiento, "el sentimiento en la música", se basa en el


reconocimiento de la existencia y en la importancia de estructuras profundas en la música. La

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música funciona o fracasa en virtud de lo que se oye y de cómo la gente responde a lo que oye.
Las relaciones superficiales entre notas que se perciben serán una parte de otros sistemas de
relaciones. El propósito expresivo de una pieza musical se puede encontrar por una
identificación con los movimientos corporales que la generaron. Que pueden tener su origen
en la cultura y en las peculiaridades individuales. La música tiene infinitas posibilidades de
coordinación física y sin este tipo de coordinación existen pocas posibilidades de que la música
se "sienta". La interpretación mas sentida de cualquier pieza de música será aquella que se
aproxime de forma más fiel a los sentimientos de su creador cuando empezó a captar con la
forma musical la fuerza de su experiencia individual. Si descubres por medio del sentimiento la
manera en que Debussy colocaba las manos, podrías conseguir un mejor sentimiento para su
música. Tocarás la música con sentimiento sin necesidad de tener que ser inmensamente
profundo, y al mismo tiempo, lo serás, porque estarás compartiendo lo más importante que
hay en música, lo hallado en el cuerpo humano y universal a todos los hombres. Si la música
comienza como una agitación del cuerpo podemos evocar el estado en el que fue concebida
siguiendo el movimiento corporal de la música y sintiéndola muy cercana a como el
compositor la sintió.

Parecen existir principios estructurales universales en música, como el uso de formas


en espejo, tema y variación, repetición y forma binaria. Estos principios es posible que surjan
de la experiencia de relaciones sociales o del mundo natural: un interés inconsciente por las
formas en espejo surgiría de la experiencia ordinaria (sacando ejemplos de la naturaleza, como
por ejemplo las dos mitades del cuerpo).

Por las operaciones del cerebro, se dan en una persona en funcionamiento simultaneo
tres órdenes de conciencia: la complejidad universal y automática del mundo natural, la
conciencia de grupo y la conciencia individual (trasciende la conciencia de grupo cuando un
individuo desarrolla áreas de complejidad no exploradas por su sociedad).

Como los humanos somos parte del mundo natural, Blacking duda que podamos crear algo
que no tenga principios inherentes al sistema de complejidad automática. Se pueden describir
los inventos como descubrimientos intencionados de situaciones que ya eran posibles antes
por otros medios. Casi podría decirse entonces que a lo largo de siglos de logros culturales, el
hombre ha hecho en el mundo una extensión de si mismo.

Podríamos aprender sobre las estructuras de la interacción humana por medio de las
estructuras implicadas en la creación de música y aprender sobre la naturaleza intima de la
mente humana. Estudiar música es un proceso relativamente nuevo e inconsciente que puede
llegar a representar la mente humana trabajando sin interferencia, si pudiéramos demostrar
cómo el comportamiento musical se general por reglas aplicadas a infinitas variables,
podríamos saber qué aspectos del comportamiento musical son musicales y cómo y cuándo
tales reglas y variables se pueden aplicar a otros tipos de comportamiento.

En un mundo en el que para el beneficio económico prolifera la mediocridad y el fraude


tenemos que entender por qué obras de todo el mundo (Pasión de Bach, gamelán balinés u
opera cantonesa) son necesarias para la supervivencia humana y son ejemplos de creatividad y
progreso técnico, y por qué una canción popular sencilla puede tener más valor humano que
una sinfonía.

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