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JOSE ANTONIO RAMOS SUCRE OBRA COMPLETA TRAYECTORIA DE JOSE ANTONIO RAMOS SUCRE I—EL POETA ¥ SU OBRA EN EL TIEMPO La nisroris de José Antonio Ramos Sucre es breve como breves fueton su vida y su obta, Vida y obra intensas, sin embargo, que trascienden del 4mbito histdrico que les es propio hacia una més densa confrontacién Hiseraria y hu- mana. Esta ha sido, precisamente, una de les caracterfsticas mas relevantes, que ha encontrado, al corter de los afios, una justificacién precisa y elocuente de su poesia en las nuevas generaciones del pais que han ido a su encuentro, fortale- cidos en Ja eficacia y brillo de su palabra. En efecto, los jévenes escritores agrupados cn “Sardio” (1958) se movieron alrededor de Ja figura y de la obra de Ramos Sucre con exaltada vehemencia ¢ inusitada beligerancia, afortuna. damente, bien conducida y mejor concretada en buenos resultados. Carlos Augusto Leén, poeta de! 30, de la Hamada promocién de “Elite” y del Grupo Cero de “Teoréticos”, escribid en 1945 una breve y hermosa bio- gtatia sobre el poeta: Las piedras mégicas la tivuld y fue el primer ensayo se- tio, biagrafico y critico, pata deslindar con certeza los valores de la obra de Ramos Sucre, constituyéndose desde entonces en un libro imprescindible pa- ra el conocimiento del poeta. Después han venido ottos y otros ensayos sobre ef autor actualizéndolo frente al discurtir de la nueva poesia venezolana; y contribuyendo asi a rescatar de injusta preterici6n una poesia de sostenido y permanente aliento. Hoy dia Ramos Sucre, revalorizado, aleanza la estature de un adelantado de Ja lirica venezolana contempordnea. Es un hecho innegable que en los jdvenes escritores que se inician a partir de 1950, fa admiracién por Ramos Sucre es creciente y en algunos esta admira- cidn aleanza Ja jerarquia de la influencia. Es “una influencia mas que todo for- mal, mas no por cllo menos importante. Formal porque en muchos casos falta Ix el “pathos” de la creacién ramosucreana, y no puede ser de otro modo: su tor- menzo no es comtn a muchos’! “Ha atraido a nuevas promociones potticas la singularidad de Ramos Su- cre, que fai de los primeros en sefialar, Los ha acetcado a él su vida intensa y concentrada —“vibracién inmévil”, como decia Luis Enrique Mérmol— que se asfixiaba en el duro ambiente. Los ha acercado aquella expresién que culti- v6 el poeta y que no era la del comun de sus contempordneos, en cierto aspec- to, aunque por otta parte tenfa —jy como no tenetlo!— ef aire de su tiempo” El acercamiento de los jévenes a la obra de Ramos Sucre cobra mayor im- pottancia a medida que pasa el tiempo. Pareciera —como anota Paz Castillo— que los afios transcurridos desde su muerte han sido, en realidad, “afios de rea- firmacién de su vida de escritor en lz memoria de los hombres y de acerca- miento, cada vez con mayor intimidad a su obra”... Esto explica la afeccién ex- plicita de los nuevos. Después de un largo silencio, “resurgié su producciéa a nueva existencia, sobre todo entre los jGvenes que persiguen, en arte, expre- siones, si no parccidas a las suyas, muy cercanas por el espitita lirico, a las for- tas depuradas de sus poemas en prosas”? Argenis Pérez H., uno de los iltimos en teferirse a la materia, ha escrito que ef poeta venezolano “esté siendo objeto casi permanente de una continua revaloracidn, en funcién de su singularidad artistica, sustanciada a nivel de un discurso poético nuevo, en Ia lirica venezclana contemporénea”.* Ramos Sucre concilia, con admirable lucidez, el poder fundamental del na- trador con la fuerza sugestiva de la poesia, contenida en un lenguaje de extraor- dinarias tonalidades discarsivas, bajo el amparo de alucinantes manifestacio- nes de la imaginacién creadora, Asi se hace presente en buena parte de La Torre de Timén y on Ia totalidad de El cielo de eswralte y Las formas del fuego. El poc- ta de atormentadas formas, el fabulador constante, el perseguide a diatio por Jos fantasmas invisibles de un pasado que recrea a fondo y a conciencia, ofte- ce, en Ultima instancia, su prosa rica de sensaciones, recuerdos, profectas y ptemoniciones, como un fruto maceredo en el fondo del més remoto vértigo de una irrealidad amenazante y trdgica. Es la desolacién del creador lo que mayormente atrae al lector de nuestros dias, como un rito inexorable. La sin- gularidad del poeta, su originalidad cenital exptesada en un estilo de cortado parrafo, sitve de base a la busqueda de que ha sido objeto por parte de las jovenes gencraciones literarias del pais. De este modo, Ramos Sucte se con- vierte, por obra y gracia de su fuerza poética, en el autor de mayor influencia y atraccién para las jévenes generaciones en lo que va de 1950 a esta parte, Qué sedujo de tal forma a esas nuevas corrientes de expresién literaria en el afatls Augusto Leén. “Invitacidn a Ja critica”, Papel Literario de Ef Nacional, 14-VI-1970. Idem, 3Fetnando Paz Castillo. José Antonia Ramos Sucre, el solitario de La Torre de Timén. Editorial Arte, Caracas, 1973, pp. 23-24. Argenis Pérez H. “La esiética romdncica en José Antonio Ramos Sucre”, En Memoria del LI Simposio de Docentes ¢ Investigadores de ta Literatura Venezolana. Mérida, Vene- zuela, Tomo II, p. 258.

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