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EXAMEN DE HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

(Platón)
- “Pero si alguien tiene sentido común, recuerda que los ojos pueden ver confusamente por dos
tipos de perturbaciones: uno al trasladarse de la luz a la tiniebla, y otro de la tiniebla a la luz; y al
que esto es lo que le sucede al alma, en lugar de reírse irracionalmente cuando la ve perturbado e
incapacitada de mirar algo, habrá de examinar cuál de los dos casos es: si es que al salir de una vida
luminosa ve confusamente por falta de hábito, o si, viniendo de una mayor ignorancia hacia lo más
luminosa, es obnubilada por el resplandor. Así, en un caso se felicitará de lo que sucede y de la vida a
que accede: mientras en el otro se apiadará, y, si se quiere reír de ella, su risa será menos absurda
que si se descarga sobre el alma que desciende desde la luz”.

CUESTIONES:

1. Explica las ideas que expone Platón en el texto. (2 puntos)

Se nos presenta un fragmento de una de las obras más importantes de la historia de la


filosofía, La República, escrita por Platón en su periodo de madurez y en la que recoge la famosa
alegoría del mito de la caverna para explicar su dualismo ontológico o metafísico mediante el que
establece una distinción entre el mundo inteligible y el mundo sensible.
En este párrafo Platón nos habla del mundo inteligible y del mundo sensible y de lo
complicado que resulta no sólo acceder al inteligible, sino “volver” al sensible tras conocer la
existencia del primero. En opinión de Platón, requiere un esfuerzo muy grande aprehender las ideas
del mundo inteligible, esas entidades metafísicas perfectas, únicas e inmutables, puesto que al no
ser objetos sensibles se debe recurrir a la razón para su conocimiento; pero igualmente complicado
resulta luego enfrentarse al mundo sensible sabiendo que este no es más que un mundo de
apariencias, sometido al continuo devenir e ilusorio, en cuanto que de él nunca podremos obtener
conocimiento verdadero. Si el ser humano desea saber qué es el mundo y el por qué de su
existencia, debe realizar el esfuerzo filosófico de acceder al mundo inteligible y aprehender las
ideas, lo verdaderamente existente y lo que da sentido a este mundo sensible que habitamos.
Así pues, el dualismo ontológico o metafísico es el que está presente en este extracto, junto a
la teoría del dualismo antropológico, en cuanto que Platón afirma que la parte racional del alma es
la encargada de acceder al mundo inteligible para aprehender la auténtica realidad porque en ella
reside la facultad de razonar.

2. Explica el significado que tienen en Platón los términos o expresiones siguientes. Mundo
inteligible, Opinión, Dialéctica. (3 puntos)
3. Relaciona las ideas del texto o la filosofía de Platón con la de otro u otros autores. (3 puntos)
Puesto que en este fragmento Platón nos informa de lo complicado que resulta el
conocimiento del mundo inteligible, así como de la importancia de cultivar el alma racional para
que pueda cumplir dignamente su función, que no es otra que la de razonar y controlar a las otras
dos partes del alma, creo conveniente empezar esta comparación estableciendo las semejanzas y
diferencias con los autores que le precedieron y que también abordaron estos temas.
Empezaremos recordando que la gran cuestión a la que intentaron dar respuesta muchos
autores presocráticos fue al problema del ser y el devenir, centrada, fundamentalmente, en
Parménides y Heráclito. Parménides de Elea afirmaba que lo realmente existente no podía cambiar,
o lo que es lo mismo, debía permanecer inmutable y que si los sentidos nos mostraban el cambio,
eso era debido a la imperfección de los sentidos, lo que nos obligaba a desconfiar de ellos y a
fiarnos únicamente de la razón para explicar el mundo. Justo en el extremo contrario, Heráclito de
Éfeso afirmaba que todo lo existente devenía, es decir, que no podía existir nada que no cambiara,
puesto que lo distintivo de todo lo existente era su mutabilidad, tal y como nos lo mostraban los
sentidos. Fueron los pluralistas los que intentaron encontrar una respuesta conciliadora a esta
polémica, admitiendo la existencia de determinadas entidades eternas e inmutables, no sometidas al
cambio, que a modo de materias primas permitían la existencia de todo lo real, que sí que cambiaba.
Pues bien, Platón, inspirándose en Parménides, defiende la existencia de una división
metafísica del mundo en base a la cual habría un mundo inteligible, inmutable y perfecto, en el que
residen las ideas (eternas, únicas e inmutables). Estas ideas posibilitan las cosas del mundo sensible,
puesto que si bien la idea es única, la concreción o mala copia de ésta es múltiple en el mundo
sensible, por ejemplo: la idea de ser humano es una y pertenece al mundo inteligible, sin embargo,
las copias de esas ideas concretadas en el mundo sensible son muchas y por eso existen más de siete
mil millones de seres humanos. Las ideas no cambian y son eternas, las cosas del mundo sensible sí
cambian y son perecederas. Vemos, pues, que Platón se inspira en Parménides para describir el
mundo inteligible y en Heráclito para el mundo sensible, conciliando estas dos posturas y sentando
las bases de la metafísica occidental.
Con respecto a la segunda idea que aparece apuntada en este fragmento, la del dualismo
antropológico, debemos hacer referencia a los pitagóricos, puesto que Platón coincide con ellos al
afirmar que el ser humano está formado por dos entidades: el alma, que es espiritual e inmortal, y el
cuerpo, que es material y mortal. Asimismo, admite el fundador de la Academia que el alma por su
naturaleza pertenece al mundo inteligible, y el cuerpo al mundo sensible, lo que provoca que la
unión entre alma y cuerpo sea accidental y no substancial, lo que quiere decir que el alma no quiere
unirse al cuerpo, pero que no le queda más remedio que hacerlo para alcanzar su purificación.
Cuando el cuerpo es guiado correctamente por el alma, es decir, cuando la parte racional del alma
logra controlar a las otras dos, el cuerpo actúa con rectitud y contribuye a la purificación del alma
que lleva dentro; si, por el contrario, el cuerpo actúa de forma irracional y descontrolada, impurifica
al alma y cuando el cuerpo muera ésta se verá obligada a ascender al mundo inteligible y esperar a
una nueva reencarnación hasta lograr su propósito, que no es otro que el de permanecer eternamente
como una idea más en el mundo inteligible.

4. Expón razonadamente tu posición personal sobre las ideas que aparecen en el texto o sobre
el pensamiento de Platón, valorando su actualidad. (2 puntos)
Tal y como podemos ver en el texto, Platón nos habla de su teoría tripartita del alma y más
concretamente, de la importancia de la educación para potenciar el desarrollo de la parte racional, la
que nos va a permitir acceder al mundo inteligible, aprehender la idea de Bien e intentar mejorar las
condiciones de vida en este mundo sensible. Coincido con Platón cuando reafirma la importancia de
la educación para poder actuar como ciudadanos libres, pues siempre que esté en nuestras manos la
información objetiva podremos tomar decisiones independientes y no condicionadas por todos
aquellos ámbitos sociales que pueden manipularnos. Se necesita, pues, tal y como afirma el
fundador de la Academia, la preparación intelectual necesaria, pues de lo contrario seremos
manipulados por los medios de comunicación (al servicio de oscuros fines), e incluso, adoctrinados
por nuestro sistema educativo, perdiendo paulatinamente la libertad e independencia que cualquier
Estado debe garantizar a cada uno de sus miembros.
Con respecto al dualismo antropológico (puesto que la idea central del texto está relacionada
con esta teoría), no concibo la relación entre el cuerpo y el alma de una forma accidental, tal y como
afirma Platón, alegando que el alma pertenece al mundo inteligible y el cuerpo al sensible, pues
creo que la unión entre el cuerpo y el alma es completamente substancial, puesto que ambas
entidades actúan conjuntamente. Nuestra relación con el mundo que nos rodea está mediatizada por
los sentidos, que pertenecen al cuerpo, pero el ejercicio de comprensión que realizamos para
asimilar esa información y poder reflexionar sobre ella, pertenece a nuestro intelecto, a nuestra
alma. Así pues, la única forma de estar y vivir en este mundo, el auténticamente real, es percibiendo
lo que hay y ocurre en él, y reflexionando sobre lo observado. Cuerpo y alma, por tanto, se
complementan para permitirnos el conocimiento de lo existente.
Por otro lado, creo que eso que llamamos alma no es más que el conjunto de actividades
intelectuales llevadas a cabo por nuestro cerebro, pues, ¿que tengamos pensamientos, que
pensemos, implica necesariamente la existencia del alma? ¿Quién nos puede refutar que todos
nuestros procesos intelectuales no sean más que el resultado de reacciones químicas a nivel
cerebral? Considero que el ser humano siempre debe buscar explicaciones científicas de aquello que
es contrastable con la experiencia y, en la medida de lo posible, debe explicar cualquier proceso
desde un punto de vista físico y no remitiéndose a supuestas entidades metafísicas cuya existencia,
hoy por hoy, no es más que una suposición.
Finalmente, coincido con Platón en su teoría política cuando dice que el Estado debe trabajar
por el bien común de sus ciudadanos y que, por tanto, han de ser los más capacitados los que deban
asumir las funciones de gobierno, pues serán estos los que tras conocer qué es el bien y qué es la
justicia, podrán intentar llevarlo a la practica en el mundo sensible, teniendo siempre en mente el
beneficio de la mayoría y no el de los propios gobernantes. Lamentablemente, actualmente este
ideal político platónico brilla por su ausencia, pues cada día saltan a la luz casos de corrupción
política que nos llevan a la triste conclusión de que muchos de los que se meten en política lo hacen
para medrar y enriquecerse y no para prestar un servicio a la comunidad. Además, la preparación de
nuestros políticos deja bastante que desear y aunque en nuestra actual democracia cualquiera puede
llegar a asumir las funciones de gobierno, creo que se debería exigir una formación específica que
permitiera el ejercicio de sus funciones con ciertas garantías de éxito.

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